CENTRO CABALISTA
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ZOHAR Vayakel

 

VAYAKEL

Y cuando Moisés hubo convocado a toda la congregación de los hijos de Israel, les dijo: tales son las cosas que el Eterno os ha mandado hacer. R. Jiyá comenzó aquí un discurso sobre el texto: "Y dijo Saúl a los kenitas: idos, retiraos…” (Shmuel 1, 1° de Samuel 15, 6). Dijo: Observad que respecto de Amalec está escrito: "Me acuerdo de lo que hizo Amalec para con Israel...”  (Shmuel 1, 1° de Samuel 15, 2). ¿Cuál es la razón de que ninguna de las guerras libradas por otras naciones contra Israel fuera tan desagradable al Todopoderoso como lo fue la guerra librada contra los israelitas por Amalec? Seguramente, la razón es que la batalla con Amalec se libró en ambos frentes, en lo alto y abajo; porque en ese tiempo la mala serpiente reunió todas sus fuerzas arriba y abajo. Es habitual en una serpiente el acechar en los cruces de camino. Así Amalec, la mala serpiente de Israel, estaba acechándolo en la encrucijada de caminos, como está escrito: "de cómo se le opuso en el camino” (Shmuel 1, 1° de Samuel 15, 2). Estaba acechando en una emboscada en lo alto para contaminar el Santuario, y abajo para contaminar a Israel, Esto lo deducimos de la expresión "de cómo te salió al encuentro en el camino” (Devarím, Deuteronomio 25, 18). donde el término karja se emplea para sugerir el término emparentado en el pasaje "cuando hubiere en medio de ti alguno que no fuera puro en razón de efusión acaecida a él (mikre) de noche” (Devarím, Deuteronomio 23, 11). Al emplear el término karja, el texto es como si dijera: "él ha preparado contra ti esa mala serpiente de arriba para que pudiera contaminarte en todos los lados". Y si no hubiera sido que Moisés desde arriba y Josué desde abajo pusieron en tensión toda su fuerza, Israel no habría prevalecido contra ella. Es por está razón que el Santo, Bendito Sea, mantuvo Su enemistad contra él a través de todas las generaciones, tanto más que planeaba eliminar de su lugar el signo del pacto, es decir, conducir a Israel por caminos de falta de castidad. Nuestro versículo continúa: "Y Saúl dijo al kenita". Como sabemos, el kenita era Jetró. Y bien, ¿cómo los descendientes de Jetró llegaron a tener su residencia junto a Amalec? ¿No era Jericó su hogar? Pero la explicación se encuentra en el versículo: "Entonces los hijos del kenita, el suegro de Moisés, subieron con los hijos de Judá, de la Ciudad de Las Palmas (Jericó) al desierto de Judá” (Shofetím Jueces 1, 16). Es decir, cuando abandonaron Jericó se trasladaron hasta el límite de Amalec, donde

se establecieron y permanecieron hasta el tiempo del rey Saúl, cuando, como leemos, "1os kenitas partieron de entre los amalecitas” (Shmuel 1, 1° de Samuel 15, 6). Hubieron de partir porque cuando llega el tiempo de castigar a los culpables, los piadosos y justos que hay entre ellos son los primeros hechos responsables por sus pecados. Esto ya se puso en claro en otro lugar. De manera similar, si no hubiera sido por la mezcla que se asoció con Israel, los israelitas no hubieran sido castigados por el pecado del becerro de oro. Pues observad que aquí está escrito primero "Me traigan una ofrenda de cada hombre cuyo corazón lo mueva a la liberalidad” (Shemót, Exodo 25, 2), es decir, de todo el cuerpo del pueblo, incluyendo la multitud mezclada, como el Santo, Bendito Sea, deseaba tener en la obra del Tabernáculo la cooperación de todas las secciones del pueblo, de la categoría "cerebro" y de la categoría "cáscara", todos fueron encargados de la realización de la obra. Pero, subsiguientemente, las secciones se separaron y cada una según su propia afinidad, y así la multitud

mezclada hizo el becerro de oro y desvió a muchos que luego murieron, y así, trajeron sobre Israel muerte y matanza. El Santo, Bendito Sea, dijo entonces: "En adelante la obra del Tabernáculo será realizada sola-mente del lado de Israel". Inmediatamente "Moisés reunió toda la congregación de los hijos de Israel... Tomad de entre vosotros una ofrenda para el Eterno” (Shemót, Exodo xodo 35, 1-5). "De entre vosotros" enfáticamente, pero no "de cada hombre cuyo corazón lo inclina a la liberalidad", como en la orden anterior. Además, como no se menciona lugar de la asamblea, las palabras "Y Moisés reunió..." significan que, como, la multitud mezclada estaba entreverada entre los isrdditas, Moisés consideró necesario reunir a estos últimos en un lado de modo de segregarlos de los primeros. Y Moisés reunió. R. Abba citó en conexión con este el versículo: "Reúne el pueblo, los hombres y las mujeres y los pequeños” (Devarím, euteronomio 31, 12). Dijo: justamente como

allí la reunión comprendió a todo Israel; así Moisés aquí reunió a todo Israel, es decir, los seiscientos mil hombres. R. Eleazar expuso nuestro texto en relación a Israel en el tiempo cuando Moisés descendió del Monte Sinaí, respecto de lo cual está escrito: "Y cuando Josué oyó la voz del pueblo que gritaba, dijo a Moisés: Hay en el campamento gritos de guerra” (Shemót, Exodo 32, 17). ¿Es posible que Josué lo oyera y que no lo oyera Moisés? La verdad es que Moisés ya sabía lo que había ocurrido, mientras que Josué sólo ahora llegó a saberlo; y la palabra bereoh cuando gritaron) puede leerse beraah, .es decir, "en mal", como que ese tumulto procedía del "otro lado", que es sinónimo de mal. Porque Josué, que —comparado con Moisés— era emblemático de la luna, captó el sonido que procedía del "otro lado", que es sinónimo de mal. Porque Josué, que, comparado con Moisés, era emblemático de la luna, captó el sonido que procedía del lado malo, e inmediatamente "dijo a Moisés: Hay un ruido de guerra en el campamento'". En ese momento las dos primeras tablas de piedra se volvieron demasiado pesadas para las manos de Moisés, como ya se dijo en otra parte, y cayeron de ellas y se rompieron. La razón de ello fue que las letras de las tablas de piedra se volaron. Observad esto. Al giro de las cuatro estaciones del año surge en los cuatro rincones del mundo un sonido a través del cual el lado siniestro es incitado, interponiéndose entre un sonido y otro, y al mismo tiempo oscureciendo la luz que fluye de lo alto. Debido a que la voz de arriba no se encuentra con la de abajo, el lado izquierdo es levantado y se vuelve capaz de insinuarse entre los

dos. Este sonido que se interpone es el sonido o ruido de guerra, el ruido de las fuerzas malas. Y este ,es el sentido de la palabra beraah (en mal). Por esta razón solamente Josué oyó ese ruido, y no Moisés, porque ese ruido procedía del poder malo que menoscababa la luz de la luna. Y de ahí que Josué, que era la réplica de la luna, percibió ese ruido, mientras que Moisés, que era la réplica del sol, no lo percibió. La luz de todo Israel fue a la vez oscureciera por razón del mal poder que se apoderó de él. Pero inmediatamente el Santo, Bendito Sea, perdonó a los israelitas sus pecados. Y Moisés reunió a toda la congregación de los hijos de Israel, y les dijo: Estas son las palabras, etc. Dio este paso porque ahora la multitud mezclada estaba separada de ellos. R. Eleazar y R. Yosc estaban una noche sentados estudiando la Toráh. Cuando llegó la medianoche, el gallo cacareó y así ellos pronunciaron la bendición: Bendito eres, oh El Eterno nuestro, Rey del universo que diste al gallo entendimiento para discernir entre el día y la noche. R. Eleazar lloró y dijo: Observa esto. El Santo, Bendito Sea, acaba de golpear trescientos v noventa firmamentos y los ha hecho sacudirse y temblar; El ha llorado por la destrucción del Templo, derramando dos lágrimas en el. gran océano, al acordarse de Sus hijos con llanto. Porque la noche está dividida en tres cursos que se extienden por un lapso definido de doce horas, y todas las horas adicionales se cuentan como pertenecientes al día, y no a la noche, que tiene exactamente sus propias doce horas. Esas tres etapas de la noche están divididas entre tres compañías de ángeles. A la primera compañía se !e asigna el período de las primeras cuatro horas para el canto del himno nocturno en alabanza de su Amo. Este himno consiste del salmo "Del Eterno es la tierra y cuanto ella contiene... Porque sobre los mares él la fundó... ¿quién subirá al Monte del Eterno?... El limpio de manos y puro de corazón”(Tehilím, Salmos 24, I, 6). ¿Por qué este himno? Porque cuando la noche tiende sus alas sobre el mundo tienen todos los seres humanos un pregusto de la muerte, de modo que sus almas abandonan los cuerpos y se elevan hacia el cielo. Estacionados allí esos ángeles proclaman: "¿Quién ascenderá al monte del Eterno?"; es decir, al Monte del Templo; "¿Y quién podrá estar en Su lugar santo?", es decir, el atrio de los israelitas, o sea el área del Templo, donde podían entrar varones no sacerdotes. Porque el Templo abajo fue construido según la pauta del Templo en lo alto. Y bien, en cada cielo hay varios capitanes y comandantes. Cuando las almas dejan el cuerpo e intentan entrar en el cielo, las que son indignas son apartadas por esos ángeles, de modo que ellas merodean en el mundo, conducidas por espíritus incorpóreos que les comunican afirmaciones mentirosas a menudo mezcladas con un grano de verdad, acerca de acontecimientos del futuro próximo, como ya se explicó en otra parte. Pero los justos ascienden al cielo, donde se les abren puertas por las que pueden entrar en el lugar que se llama "el Monte del Eterno", el cual es según la pauta del Monte del Templo de abajo. De allí penetran dentro del lugar que se llama "Su lugar sagrado", donde todas las almas aparecen arte Su Amo. Según la misma pauta, el lugar donde Israel hubo de aparecer ante el Santo, Bendito Sea (Shemót, Exodo 34, 23), se llamaba el Atrio de los israelitas. En el momento cuando las almas están en ese lugar hay júbilo ante su Amo, porque por ellas el lugar que se llama Santo de los Santuarios es restablecido: es el lugar donde se registran todos sus actos y sus méritos. El segundo campamento les había asignado las segundas cuatro horas de la noche, pero su canto sólo continúa hasta medianoche, cuando el Santo, Bendito Sea, entra en el Jardín del Edén. Esa compañía consiste de los que se afligen por Sion, los mismos que lloraron la destrucción del Templo. La letanía de las cuatro horas del medio comienza can: "Junto a los ríos de Babilonia, allí nos sentamos, y también lloramos, acordándonos de Sion...” (Tehilím, Salmos 137, 1-9). y los ángeles que la cantan habían efectivamente llorado en ese tiempo con Israel junto a los ríos de Babilonia, como está claro de las pa-labras "y también lloramos". Esto también lo aprendemos de la afirmación de la Escritura: "He aquí que los ángeles lloran amargamente” (Yeshayahu, Isaías 32, 7).

donde la palabra "amargamente" indica Babilonia; porque esa compañía de ángeles acompañó a la Shejiná hasta Babilonia y allí lloraron con Israel. De ahí que comienzan su canto con "Junto a los ríos de Babilonia" y concluyen con "Acuérdate. oh Señor, en contra de los hijos de Edom...”(Tehilím, Salmos 137, 1-7). El Santo, Bendito Sea, se conmueve entonces y sacude los cielos, como ya se dijo, de modo que tiemblan doce mil mundos, y El derrama lágrimas. Así la Escritura dice: "El Eterno, desde lo alto, ruge y desde Su santa morada hace resonar Su voz; ruge poderosamente…” (Yeremiyahu, Jeremías 25, 30). El recuerda entonces a Israel y derrama dos lágrimas en el gran océano. En ese momento una llama se levanta en el Norte e impelida por un viento septentrional, se mueve de un lado a otro por el mundo. Es el momento de medianoche, y la llama golpea contra las alas del gallo. Entonces el gallo cacarea, y el Santo, Bendito Sea, entra en el Jardín del Edén, pues no se siente cómodo hasta que se dirige allí para tener comunión jubilosa con las almas de los justos. Este es el sentido alegórico de los versículos: "Porque hemos sido vendidos, yo y mi pueblo... entonces habló el rey... ¿Quién es él...? Y el rey se levantó en su ira del banquete de vino y se fue al jardín del pa-lacio…” (Esther 7, 4-7). En el momento en que el Santo, Bendito Sea, entra en el Jardín del Edén, todos los árboles del jardín y todas las almas de los justos estallan y cantan: "Alzad, oh puertas, vuestros dinteles... ¿Quién es el rey de gloria?... Alzad, oh puertas, vuestros dinteles...” (Tehilím, Salmos 24, 7-10) y cuando las almas de los justos vuelven a sus cuerpos, todos esos ángeles las toman y cantan: "Bendecid, pues, al Eterno, todos vosotros, servidores del Eterno” (Tehilím, Salmos 134, 1). Hemos aprendido que este himno lo canta la tercera compañía de ángeles, que durante las últimas cuatro horas de la noche hasta que asoma el día se ocupan con cantar y alabar, cuando todas las estrellas y constelaciones y todos los ángeles superiores que rigen sobre el día, prorrumpen en canto y alabanza a su Amo, a lo que aluden las palabras de la Escritura: "Cuando las estrellas de la mañana cantan juntas, y todos los ángeles regocíjanse de júbilo” (Yiov, Job 38, 7). Entonces cuando el sol aparece en plena luz del día, Israel

continúa el canto abajo al unísono con el sol arriba, como dice la Escritura: "Ellos te reverencian a la aparición del sol” (Tehilím, Salmos 72, 5). Porque el sol, al comenzar su carrera, asoma en melodía dulce, cantando: "Oh, dad gracias al Eterno, llamad su nombre... Cantadle, cantad alabanzas a El...”(Tehilím, Salmos 105, 1-45). R. Eleazar dijo -Si la humanidad no fuera tan obtusa e insensible, se sentiría llevada al éxtasis por la hermosa melodía que genera la órbita del sol cuando él viaja cantando alabanzas al Santo, Bendito Sea. Mientras estaban así ocupados en el estudio de la Toráh, asomó el día. Entonces se levantaron y fueron a presencia de R. Simeón. Tan pronto como los vio, dijo: Eleazar, hijo mío, tú y los Compañeros deben esconderse en los próximos tres días y no salir de las puertas, pues el Angel de la Muerte está ahora en la ciudad con permiso de causar daño; una vez que tal permiso le es dado, él puede poner su mano sobre cualquiera a quien ve. Porque cuando ve a cualquier hombre, asciende a lo alto, trae una orden contra él, hace un registro de sus pecados y reclama juicio del Santo, Bendito Sea, y no se da descanso hasta que obtiene sentencia contra ese hombre, después de lo cual, habiendo recibido la debida autorización, procede a quitarle su vida. R. Simeón dijo a continuación: Os juro que la mayoría de la gente no muere antes

de tiempo, sino solamente aquellos que no saben cómo cuidarse. Pues al tiempo que un cadáver es sacado de la casa al lugar de la sepultura, el Angel de la Muerte ronda las moradas de las mujeres. ¿Por qué de las mujeres? Porque esa fue su costumbre desde el tiempo que sedujo a Eva, por quien trajo muerte sobre el mundo. De ahí que cuando toma la vida de un hombre y los varones acompañan al cuerpo muerto, él se mezcla entre las mujeres, y entonces tiene el poder de tomar la vida de los hijos de hombres. En el camino mira los rostros de los que caen bajo su vista, desde el momento en que llevan el cadáver de la casa al lugar de sepultura hasta que regresan a sus hogares. Es a cuenta de ellos que trae muerte a destiempo a mucha gente. Acerca de eso está escrito: "pero hay quien perece sin justicia” (Mishle, Proverbios 13, 23) Porque el Angel de la Muerte asciende y trae acusaciones y recuenta los pecados del hombre ante el Santo, Bendito Sea, de modo que el hombre es traído a juicio por esos pecados y es sacado del mundo antes de su tiempo. ¿Cuál es el remedio contra esto? Cuando el cuerpo muerto es llevado al lugar de sepultura, un hombre no ha de dirigir su rostro en otra dirección y dejar las mujeres detrás de él. Si estas últimas pasan al frente, ha de girar de manera de no estar ante ellas. De manera similar, cuando vuelven del lugar del entierro, no ha de volver por el camino donde estén paradas las mujeres y no has de mirarlas del todo, sino que ha de tomar otro camino. Porque los hombres no conocen esto y no lo observan, la mayoría de la gente es traída a juicio y sacada antes de su tiempo. R. Eleazar dijo: Si es así, mejor sería para todo hombre el no seguir a los muertos a su lugar de descanso. Su padre le dijo: no es así. Pues quien se cuida en la manera descrita merece largura de días, y más aun del mundo por venir. Observad que no fue sin causa que los antiguos ordenaron el sonar de la trompeta en el tiempo cuando el cadáver es retirado de la casa para ser llevado al lugar del entierro. Esto no se instituyó meramente para honor del muerto. Su propósito es más bien proteger a los vivientes contra el Angel de la Muerte, de modo que no sea capaz de obtener contra ellos pronunciamiento desde lo alto y como una advertencia de que nos cuidemos contra él. R. Simeón discurrió entonces sobre el versículo: "Asimismo cuando saliéreis a campaña en vuestra tierra contra el adversario que os oprime, haréis tocar alarma con las trompetas ...” (Bamidbar,Números 10, 9). Dijo: Se ha explicado que "el adversario" se refiere al Angel de la Muerte "que oprime" continuamente y toma las vidas de los hijos de los hombres, y se afana por matar a otros. ¿Cuál es el remedio contra él? "liareis entonces tocar alarma con las trompetas". Porque si en el Día de Año Nuevo, el Día del Juicio en la Corte Celestial, cuando el Angel de la Muerte desciende aquí abajo para espiar los actos de los hombres y vuelve a ascender para acusarlos. En ese tiempo los israelitas, sabiendo que el Angel de la Muerte desciende a la tierra y luego asciende con el objeto de acusaros, se le anticipan sonando la trompeta de modo de confundirlo y de protegerse ellos contra él. ¡Cuánto más es esto necesario cuando el Angel de la Muerte ejecuta aquí abajo juicio y toma la vida de los hombres y cuanto más

todavía cuando la gente va y vuelve del lugar de sepultura! Pues cuando las mujeres caminan en la procesión fúnebre, el Angel de la Muerte desciende y se coloca entre ellas. Así la Escritura dice: "Sus pies bajan a la muerte” (Mishle, Proverbios 5, 5). es decir, a la región que se llama con el nombre de "muerte". Es así que Eva trajo muerte al mundo. ¡Que el misericordioso nos salve! Observad el versículo que dice: "Así también e, el proceder de la mujer adúltera: ella come y se limpia la boca y dice: ningún mal he hecho” (Mishle, Proverbios 30, 20). Este versículo ya se explicó, pero podemos también interpretarlo de la manera siguiente: "El proceder de la mujer adúltera alude al Angel de la Muerte, el cual, en verdad, se llama por uno y por otro nombre; "ella

come y se limpia la boca", es decir, consume el mundo por la conflagración que enciende, y toma vidas de hombres antes de su tiempo, y dice: "Ningún mal he hecho", pues ha invocado juicio contra ellos y se los encontró culpables y, así, murieron de acuerdo a justicia. En el tiempo cuando Israel hizo el becerro y todos los ejércitos murieron, el Angel de la Muerte se mezcló entre las mujeres que había en el campamento de Israel. Tan pronto como Moisés supo de su presencia entre ellas, reunió a todos los varones por separado, y por eso la Escritura dice "Y Moisés reunió toda la congregación de los hijos de Israel", es decir, los varones, a los cuales juntó y puso a un lado. Pero el Angel de la Muerte no dejó las mujeres hasta que el Tabernáculo fue erigido, y aun cuando las mujeres traían sus ofrendas al Tabernáculo no las abandonaba hasta que Moisés, observando esto, avisaba a les va-rones a que no vinieran a acompañarlas a ellas y no las miraran al rostro, sino solamente sobre sus espaldas. Así, la Escritura dice: "Y ellos vinieron, es decir, los hombres” (Shemót, Exodo 35, 22). donde la expresión "y tilos vinieron", en vez de "y ellos trajeron", indica que no vinieron junto con las mujeres, sino que las mantuvieron atrás, dado que el Angel de la Muerte no partió de ellos hasta que estuvo erigido el Tabernáculo. Observad que el Angel de la Muerte no se encuentra entre mujeres si su número es menos de siete, o menos de diez. Es decir, si siete mujeres están juntas él se encuentra entre ellas e invoca juicio contra hombres; pero cuando hay no menos de diez, él hasta pide la pena de muerte. Y es su presencia entre las mujeres la que se insinúa en las palabras "y ellos vinieron, es decir, los hombres con las mujeres” (Shemót, Exodo 35, 22). Todo ese día, entonces, los Compañeros se pusieron en guardia y se dedicaron al estudio de la Toráh. R. Simeón llamó la atención sobre el versículo: "Y el S.ñor dijo a Noé: entra tú y toda tu casa en el Arca” (Bereshis, génesis 7, 1). Dijo: Este versículo fue explicado. Pero observad esto. Si el Santo, Bendito Sea, no hubiera preservado a Noé en alguna otra manera, como colocándolo en algún lugar adonde el diluvio no llegaría, de la misma manera como leemos, en conexión con Gedeón, que "permaneció seco el vellocino solo, mientras que en toda la tierra hubo rocío” (Shofetím, Jueces 6, 40).  O aun lo hubiera preservado en la Tierra de Israel, de la que está escrito, "y en la que no había llovido en el día de la indignación” (Yejezkel, Ezequiel 22, 24). Pero la verdad es que tan pronto como el Angel Destructor baja a este mundo, todo aquel que no se cierra, y se expone a la vista de él, pierde su vida y se destruye. Esto lo aprendemos de Lot, en relación con el cual está escrito: "Escapa por tu vida; no mires tras ti” (Bereshis, génesis 19, 17). ¿Por qué la advertencia "no mires tras ti"? Porque el Angel Destructor estaba acechando tras de él y si hubiera dado vuelta su cabeza y mirado directamente a la cara del ángel, este último habría sido capaz do dañarlo” (Bereshis, génesis 7. 16). para que Noé no se mostrara ante el Angel Destructor y no cayera en su poder. Ahora, mientras los Compañeros estaban ocultos murieron en la ciudad trece hombres. R. Simeón dijo: Bendito sea el Misericordioso porque el Angel de la Muerte no miró en vuestros rostros. Y Moisés reunió toda la congregación de los hijos de Israel... Repitió de nuevo las instrucciones referentes a la confección del Tabernáculo. R. Jiyá dijo: Todo es como ya se explicó. La confección efectiva del Tabernáculo fue llevada a cabo por los israelitas solamente, sin la multitud mezclada. Porque esa multitud hizo bajar el Angel de la Muerte al mundo. Por eso, tan pronto como Moisés lo observó arrojó la multitud mezclada y reunió solamente a los israelitas. Esta es la significación de las palabras "Y Moisés reunió...". Aquí R. Simeón expuso el versículo: "¿Quién ha ascendido al cielo y ha descendido? ¿Quién ha recogido el viento en sus puños? ¿Quién ha atado las aguas en el vestido? ¿Quién ha hecho estables todos los términos de la tierra? ¿Cuál es su nombre y cuál es el nombre de su hijo, si tú lo sabes?" Esto alude a Moisés, de quien está escrito "Y a Moisés le dijo, sube al Eterno” (Shemót, Exodo 24, 1). Según otra interpretación "Quién ascendió al cielo" alude a Elías, de quien está escrito, "Y Elías ascendió al cielo en un remolino” (Melajím 2, 2° de Reyes 2, 11). Cabe preguntar: ¿Cómo pudo Elías haber ascendido al cielo, dado que los cielos no pueden soportar de la materia de este mundo ni siquiera tanto como una semilla de mostaza? Entonces, ¿cómo puede la Escritura decir "y ascendió al cielo en un remolino"? Pero ocurrió con Elías lo mismo que con Moisés. En relación a Moisés primero está escrito: "Y el Eterno bajó sobre el Monte Sinaí” (Shemót, Exodo 19, 20). y luego está escrito "Y Moisés entró en el medio de la nube y ascendió al monte” (Shemót, Exodo 24, 18). Ahora, dado que el Santo, Bendito

Sea, estaba sobre el Monte Sinaí, acerca de lo cual está escrito "Y la apariencia de la gloria del Eterno era como fuego que devora en la cumbre del monte” (Shemót, Exodo 24, 17). ¿cómo pudo Moisés haber entrado a Su presencia? La res-puesta se encuentra en las palabras "y Moisés entró en el medio de la nube y ascendió al monte". Esto muestra que Moisés se en-volvió en la nube como en una vestimenta, y habiéndose así envuelto, fue capaz de acercarse al "fuego de la gloria del Eterno". De manera análoga, Elías, de quien está escrito "y Elías ascendió al cielo en un remolino", entró en ese remolino y se envolvió en él como en una vestidura y de esta manera ascendió a lo alto. En el Libro de Adán el Primer Hombre se encuentra el siguiente recóndito pasaje que describe las generaciones de la humanidad. "Cierto espíritu bajará un día a la tierra y se vestirá en un cuerpo terrenal y se llamará con el nombre Elías. Mientras se encuentre en ese cuerpo, él se dirigirá hacia arriba y, despojándose de ese cuerpo, entrará en un remolino, donde estará preparado para él otro y luminoso cuerpo, de modo que será como un ángel entre ángeles. Pero toda vez que baje a la tierra volverá a revestirse en el cuerpo material, que permanecerá en el mundo inferior. Y es en este cuerpo que se hará visible sobre la tierra, mientras que en lo alto aparecerá en él otro cuerpo. Este es el sentido recóndito de las palabras "quien ha ascendido al cielo y descendido". Fuera de Elías no hubo otro hombre cuyo espíritu hubiera ascendido al cielo y descendido luego. Según otra interpretación, "quien ha ascendido al cielo" es una alusión a Elías, mientras que "y descendió" alude a Jonás, a quien el pez hizo sumergirse en las más hondas profundidades del mar. Jonás solamente se hizo posible por Elías. Elías ascendió y Jonás descendió, y el uno lo mismo que el otro "pidió para sí el poder morir". Luego, "quien ha atado las aguas" se refiere a Elías, el cual ató cn un puñado todas las aguas del mundo de modo que ni rocío ni lluvia bajara del cielo; "en su vestidura" alude luego a Elías, el cual sacudió con su manto para efectuar sus milagros. "¿Quién ha reunido el viento (rúaj, que significa espíritu) en sus puños?" Es de nuevo una alusión a Elías, el cual restauró el espíritu de un hombre a su cuerpo; "¿Quién ha establecido todos los confines de la tierra?", alude igualmente a Elías, el cual, después de haber contenido las aguas y conjurado a los cielos a no dejar caer lluvia, por medio de su plegaria restauró vida al mundo, después, devolviendo la lluvia, que produjo abundante alimento para todos. "¿Cuál es su nombre?" se refiere a Elías; "¿Y cuál es el nombre de su hijo?" se refiere de nuevo a Elías. "Su nombre" se refiere a Elías cuando ascendió a lo alto, y "el nombre de su hijo" se refiere a Elías cuando desciende a la tierra y se convierte en mensajero para realizar milagros; entonces, lleva el mismo nombre de Elías. Según otra exposición: "¿Quién ha ascendido al cielo?" se refiere al Santo, Bendito Sea, alusión que se halla contenida en la palabra Mi (¿Quién?), como ya se explicó en otra parte. Aquí en este pasaje está contenido el misterio de la Carroza Divina, que consiste de las cuatro direcciones del mundo que son los cuatro elementos primordiales, todos los cuales dependen de la región superior que se llama Mi (¿Quién?), como ya se dijo. Observad esto. Cuando llega la hora en la que place al Santo, Bendito Sea, unificar la Carroza Superior —"combinar la Carroza Superior con la Carroza Inferior"— sale una voz de esa región superior divina que se llama Cielo para reunir todos los santos abajo y todos los jefes santos y todas las legiones superiores, de modo que juntos estén preparados. Así la Escritura dice "Y Moisés reunió", siendo "Moisés" una alusión al Cielo; mientras que las palabras "toda la congregación de los hijos de Israel" aluden a las doce santas legiones superiores. Las palabras siguientes, "y les dijo... Esta es la cosa... Tomad de entre vosotros una ofrenda al Eterno" significa "preparaos, todos vosotros, para tomar y llevar sobre vosotros la gloria del Trono Divino de modo de elevarlo a las alturas divinas; designad de entre vosotros a los glorificados jefes superiores que elevarán esa ofrenda que contiene el misterio del Trono Divino, para traer una unión con los "patriarcas". Pues la Matrona —es decir, la Schejiná— no puede venir a su Esposo excepto si las jóvenes doncellas siguen en su tren hasta que ella es traída a El, como se dice, "Las vírgenes en pos de ella, compañeras suyas, serán traídas aquí” (Tehilím, Salmos 45, 15), es decir, que ella pueda juntarse con su Esposo. Las siguientes palabras, "todo aquel que es de corazón noble", son una alusión a las cuatro legiones superiores que contienen en sí todas las otras legiones; son las que salen y se adelantan con los exaltados patriarcas llamados "nobles", como en el pasaje "que los nobles del pueblo ahondaron” (Bamidbar,Números 21, 18). que indica los patriarcas. El versículo continúa "que lo traiga". La expresión en singular, donde se podría esperar un plural, indica la fusión de todos ellos en una unidad. Las palabras siguientes, "la ofrenda del Eterno", contiene la partícula acusativa et que indica la inclusión de todas las otras legones superiores que hubieran de integrarse en una unidad; su número es doce, simbolizado por "oro y plata y bronce; y azul y púrpura y escarlata y lienzo fino y pelo de cabra; y pieles de carnero tenidas de rojo y pieles de focas, y madera de acacia; y aceite para la luz, y especias para el aceite de unción, y pasa el incienso suave". Estas son las doce legiones superiores comprendidas bajo las cuatro Jayot sagradas mencionadas antes. Todas éstas ascienden hacia el Trono Divino, de modo de elevarla a lo alto y que ella pueda juntarse con su Esposo y que El pueda estar con Ella en gloria excelente. El Rey Altísimo se sienta entonces en el Trono Divino en unión perfecta con Su Esposa, y, así, el júbilo se difunde por el universo. Observad que la Escritura menciona aquí el oro antes que la plata, y la razón de ello es que tal es la escala de los valores aquí abajo. Pero cuando enumera según la escala de les valores en la Carroza Celestial, la Escritura comienza de la derecha y continúa a la izquierda. Así encontramos escrito: "Mía es la plata y Mío el oro” (Jagai, Ageo 2, . Primero la plata y luego el oro, pero aquí abajo la izquierda viene primero y luego la derecha, como está escrito, "oro y plata y bronce". Ahora, la frase, "todo el de corazón noble", como ya se dijo, comprende las cuatro regiones que juntas se llaman de corazón noble; "la ofrenda del holocausto al Eterno" indica el Trono Divino, llamado así porque lo levantan y lo hacen ascender a lo alto, es decir, del mundo de la beriah al mundo de aziluth. Y por esta razón Ezequiel, en su visión de las Jayot ascendentes dejó de ver lo que ellas estaban elevando consigo, pues era la. Matrona que se elevaba para juntarse con el Rey Altísimo en gloria oculta y suprema. "Y que cada uno de corazón sabio de entre vosotros venga y haga todo lo que el Eterno ha ordenado". Esto es una alusión a las sienta fuentes que alimentan el mundo y que han de venir y traer del tesoro de vida, cumpliendo los mandamientos del Santo, para beneficio del mundo. Tomad de entre vosotros una ofrenda para el Eterno. R. Judá discurrió sobre el versículo "¿No lo es el partir tu pan al hambriento...?” (Yeshayahu, Isaías 18, 7). Dijo: Feliz es la suerte de aquel a quien toca encontrarse con un hombre pobre pues el hombre pobre es un presente que El Eterno le ha enviado. Feliz es la parte de todo aquel que recibe este presente con rostro benigno. Ve ahora. Todo aquel que se compadece de un hombre pobre y alivia su alma, el Santo se lo computa para él como si hubiera creado su alma. Por eso, en virtud de que Abraham se compadeció de todos los hombres, El Eterno se lo computó como si los hubiera creado, según está escrito, "y las almas que ellos han hecho (asú) en lloran” (Bereshis, génesis 12, 5). El término "paros" (partir) también tiene la significación de "extender"; corresponde al anfitrión tender en atención al hombre pobre un mantel para el pan y otro alimento ofrecido. Además, el término "paros", en su significación de "partir", enseña que es cosa apropiada cortar en rodajas el pan para el pobre, de modo que no se sienta avergonzado y que no haya restricción: "tu pan", dice la Escritura, tú enfáticamente, tu propiedad, pero no obtenida por robo o violencia o hurto; porque, en este caso, muy lejos de ser una fuente de mérito será un recordatorio, desdichado él, de sus pecados. Análogamente, en nuestro texto se dice: "Tomad de entre vosotros una ofrenda", de entre vosotros enfáticamente, pero no de lo que se ha obtenido por violencia, hurto o robo. R. Jiyá y R. Yitzjak y R. Yose estaban andando juntos por el camino criando los encontró R. Abba. R. Jiyá dijo: Seguramente la Shejiná está con nosotros. Cuando R. Abba llegó a ellos, expuso el versículo: "Desde el día que saqué de Egipto a Mi pueblo Israel, no escogí ciudad de entre las tribus de Israel para edificar allí casa, en donde estuviese Mi Nombre; pero ahora he elegido a David, para que estuviese sobre Mi pueblo Israel” (Melajím 1, 1° de Reyes 8, 16). Dijo: Este versículo no parece estar construido lógicamente. Comienza "no escogí ciudad", y termina "pero he escogido a David" en vez de decir, como esperaríamos, "pero he escogido a Jerusalem". ¿Qué conexión hay entre los dos? La verdad es que cuando al Santo, Bendito Sea, le place construir una ciudad, primero considera quién será el conductor de su pueblo, y sólo entonces construye la ciudad y trae el pueblo a ella. En efecto, el versículo dice "no escogí ciudad hasta que observé que David era pastor adecuado para Israel". Porque una ciudad con todos sus habitantes depende para su existencia del cuidado del pastor y jefe del pueblo. Si este último es un buen pastor, será bueno para él, bueno para la ciudad y bueno para el pueblo. Pero si es un mal pastor, desdichado él, desdichada la ciudad y desdichado el pueblo. Así, cuando el Santo, Bendito Sea, miró al mundo y decidió construir la ciudad, primero levantó a David, corno se dice, "pero yo elegí a David", etc. Este es un pensamiento nuevo que acabamos de oír, dijeron sus Compañeros. R. Abba continuó discurriendo de la manera siguiente. Está escrito "Bienaventurado aquel cuya ayuda es el El Eterno de Yaakov, cuya esperanza (sibro) está puesta en el Eterno, su El Eterno” (Tehilím, Salmos 146, 5). Por qué "el Dios de Yaakov" y no "el Dios de Abraham" o "el El Eterno de Yitzjak "? La razón es que Yaakov puso su confianza, no en su padre, ni en su madre, cuando se fue de su hermano y siguió su camino solo, como dice la Escritura, "porque con mi báculo pasé este Jordán” (Bereshis, génesis 32, 11). sino que puso su confianza en el Todopoderoso, como está. escrito, "si El Eterno será conmigo y me guardará” (Bereshis, génesis 28, 20). y él hizo todos sus ruegos solamente al Santo, Bendito Sea, que acordó a ellos. Además, el término "se/libró" (cuyá esperanza) también puede leerse (por un cambio en el punto deacrítico) schibro (estar quebrado), que señala a los justos que están contentos con ser quebrantados y someterse a una tribulación tras otra, y todo ello en consideración "al Eterno su El Eterno". Así, la Escritura dice: "antes, por Tu causa somos muertos todos los días” (Tehilím, Salmos 44, 23). Y también "pues por tu causa hemos sufrido ultraje”(Tehilím, Salmos 69, .   Esto se ejemplifica en Yaakov de quien está escrito: "y viendo Yaakov que había grano en Egipto” (Bereshis, génesis 42, 1). empleándose una palabra qua también significa infortunio, con lo que se indica que Yaakov previó la calamidad del exilio que había de pasar en Egipto, pero él depositó su confianza en el Santo, Bendito Sea. De manera análoga, los hijos de Yaakov soportaron la calamidad del exilio y, sin embargo, no se desviaron de la esencia de la fe de sus antepasados y el nombre del Santo, Bendito Sea, siempre se hallaba en sus labios durante el exilio. Y de ahí las palabras de Moisés: "Y cuando me preguntaran: ¿cuál (mah) es su nombre?” (Shemót, Exodo 3, 13). significando que los israelitas conocían al Santo, Bendito Sea, y en ningún tiempo lo olvidaron, sino

que sufrieron los dolores del exilio en consideración a El. A causa de esto, ellos merecieron la  redención y grandes milagros y señales. Ahora, vosotros santos exaltados que soportáis aflicción corporal al vagar de un lugar a otro por causa del Santo, Bendito Sea, cuánto más merecéis que se realicen para vosotros milagros y actos de redención, y que ganéis la vida del mundo por venir. Entonces continuaron su camino juntos, y R. Abba comenzó un discurso sobre el texto: "Tomad de entre vosotros una ofrenda para el Eterno, que todo aquel que es de corazón dispuesto lo traiga… ". Dijo: Observad que cuando un hombre quiere servir a su Amo, su deseo se genera primero en el corazón, que es la base y el principio activo de todo el cuerpo. De allí el deseo se difunde por todos los miembros del cuerpo de modo que el deseo del resto de los miembros del cuerpo y el deseo del corazón se unen en un todo y atraen hacia sí el resplandor de la Shejiná para que resida con ellos. Así un hombre se vuelve una porción del Santo, Bendito Sea. La Escritura dice: "Tomad de entre vosotros", o en otras palabras, "tomad de vuestros propios yo y convertíos en ofrenda y en porción

para el Eterno. Y para que nadie dijera que esto no está al alcance del hombre, observad que la sentencia dice "todo aquel que es de un corazón dispuesto, que traiga la ofrenda del Eterno". Seguramente, de este modo, todo el que tiene un corazón voluntarioso puede atraer a sí la Shejiná, puede traerla (yebieha) de lo alto, puede hacer que desde la región superior se acerque a recibir en él; y cuando ella viene para recibir con él ¡cuántas bendiciones y cuánta riqueza trae ella consigo! Así, la Escritura dice "oro y plata y bronce", de modo que nada le falte de todas las riquezas del mundo. R. Abba concluyó: esto es para el resto de la humanidad, pero vosotros, santos exaltados, "tomad de entre vosotros una ofrenda para el Eterno", pues la Shejiná ya está entre vosotros y debéis elevarla a lo alto. R. Jiyá dijo: El que ha comenzado a tomar una ofrenda, que continúo en la obra. R. Abba discurrió entonces sobre el texto: "Y mandó el Eterno al pez, y éste vomitó a Jonás en tierra seca” (Yonah, Jonás 2, 11). ¿Dónde y cuándo habló El Eterno al pez?, preguntó. Fue —respondió— en el tiempo de la Creación, cuando el Santo, Bendito Sea, creó el mundo; es decir, en el quinto día, cuando creó los peces de la mar. Entonces El ordenó y designó a cierto pez a que tragara a Jonás y lo retuviera en su cuerpo tres días y tres noches y luego lo expulsara. Y no sólo en este caso, sino con todo lo que creó, El Eterno hizo ciertas estipulaciones. Así, en el primer día, cuando creó los cielos, estipuló con ellos que llevarían al cielo a Elías en un torbellino, y así fue, como está escrito, "y Elías subió al cielo en un torbellino" (Melajím 2, 2° de Reyes 2, 11). En el mismo día El creó la luz y estipuló con ella que el sol se oscurecería en Egipto tres días, como está escrito, "Y hubo una espesa oscuridad en todo el país de Egipto tres días”(Shemót, Exodo 10, 22). En el segundo día creó el firmamento para dividir las aguas de las aguas, y al hacerlo estipuló que las separarían entre contaminación y pureza en favor de Israel y que fueran para los israelitas un medio de purificación, y así fue. En el tercer día El hizo que la tierra seca emergiera de las aguas e hizo que las aguas se juntaran en fin lugar, formando de ellas la mar, y estipuló con la mar que permitiera a los israelitas pasar a su través a tierra seca y luego cubrir a los egipcios. Y así ocurrió, como está escrito, "y la mar retornó a su fuerza cuando apareció la mañana” (Shemót, Exodo 14, 27). donde el término leetano (a su fuerza), puede, por una trasposición de letras, leerse litneo (a su

estipulación). Además, El Eterno estipuló con la tierra que ella abriera su boca en ocasión de la rebelión de Koraj y tragarlo con toda ni compañía. Y así aconteció. En el cuarto día creó el sol y la luna, y estipuló con el sol que permaneciera inmóvil en medio del cielo en los días de Josué. También estipuló con las estrellas que libraran guerra contra Sisera. En el quinto día creó los peces de la mar y los pájaros del cielo. Con los pájaros estipuló que alimentaran a Elías cuando retuviera los cielos de llover, como está escrito: "y he mandado los cuervos que te provean allí de sustento” (Melajím 1, 1° de Reyes 17, 4). y El estipuló con los peces de la mar de designar un pez que tragara a Jonás y luego lo expulsara. En el sexto día creó a Adán y estipuló con él que de él descendería una mujer que daría sostén a Elías, como está escrito, "he aquí que he ordenado a una viuda allí que te sostuviera" De manera similar, con respecto a cada fenómeno único que ha ocurrido en el mundo, el Santo, Bendito Sea, lo ha predestinado desde el tiempo en que fue creado el mundo. Y así aquí el significado de "y el Eterno ordenó al pez" es que El lo ha ordenado en la creación del mundo. En el relato de Jonás tenemos una representación de toda la carrera de un hombre en este mundo. Jonás descendiendo en la embarcación es simbólico del alma del hombre que desciende en este mundo para entrar en su cuerpo. ¿Por qué se la llama Jonás (literalmente, afligido) ? Porque tan pronto como ella se asocia con el cuerpo en este mundo, se encuentra llena de vejamen. Entonces, el hombre en este mundo s como una ambarcación que atraviesa el gran océano y está como para ser quebrada, según está dicho, "de modo que la embarcación estaba como para ser quebrada” (Yonah, Jonás 2, 4). Además, el hombre en este mundo comete pecados, imaginando que puede huir de la presencia de su Amo, que no se informa sobre este mundo. Entonces el Todopoderoso levanta una tempestad furiosa; es decir, la condena del hombre, que constantemente se halla ante el Santo, Bendito Sea, y reclama su castigo. Este es el que asalta a la embarcación y hace recordar los pecados del hombre y que puede tomarlo. Y el hombre es así tomado por la tempestad yes arrojado abajo por la enfermedad, exactamente como Jonás "bajó a la parte más interna de la embarcación; y estuvo acostado y pronto se durmió". Aunque el hombre se halla así postrado, su alma no intenta retornar a su Amo para corregir sus omisiones. Así 'el capitán de la embarcación vino a él", es decir,

el buen promotor, que es el timonel general, "y le dijo: ¿Qué te propones con dormir? Levántate, llama a tu Dios... no es tiempo de dormir, pues están por tomarte para someterte a prueba por todo lo que hiciste en este mundo. Arrepiéntete de tus pecados. Reflexiona sobre estas cosas y retorna a tu Amo. "Cuál es tu ocupación", en la que estuviste ocupado en este mundo; y confiésate respecto de ella ante el Amo; "y de dónde vienes"; es decir, de una gota fétida, y por tanto no seas arrogante ante él. "Que es tu país", reflexiona que fuiste creado de tierra y a tierra retornarás; "y de qué pueblo eres"; esto es, reflexiona sobre si puedes confiar en méritos de tus antepasados para que te protejan. Cuando lo traen a juicio ante el Tribunal Celestial, esa tempestad, que no es otra cosa que el juicio condenatorio que rugía contra él, reclamó del Rey el castigo de todos los prisioneros del Rey. Y entonces todos los consejeros del Rey aparecen ante El uno a uno, y el tribunal queda instalado. Algunos alegan en defensa del acusado, otros contra él. Si eI hombre es encontrado culpable, como en el caso de Jonás, "ellos se apresuran para traer la tierra, pero no pueden"; así, los que alegan en su favor encuentran puntos que lo benefician y tratan de restaurarlo a este mundo, pero no pueden; "por-que la mar se hizo cada vez más tempestuosa contra ellos, la prosecución atormenta y ruge contra él, y, la convicción de sus pecados reconocidos prevalece contra sus defensores. Entonces tres mensajeros designados descienden sobre el hombre; uno de ellos hace un registro de todas las accione. buenas v las acciones malas que ha efectuado en este mundo; uno hace el cómputo y el reconocimiento de sus días; y el tercero es el que acompañó al hombre desde el tiempo cuando estaba en el vientre de su madre. Como ya se dijo, el requerimiento de la condena no se apaciguó hasta que "se llevaron a Jonás", hasta que lo tornaron de la casa al lugar de sepultura.. Entonces se hace a su respecto la proclamación. Si era un hombre justo, dice: Rendir honor a la imagen del Rey. "El entró en paz, ellos descansan en sus lechos, cada uno que anduvo en su rectitud” (yeshayahu, Isaías 57, 2). Pero cuando muere un hombre malvado, la proclamación dice: desdicha para este hombre, mejor le habría sido el no haber nacido nunca. Acerca de un hombre así está escrito: "y lo

arrojaron en el mar, y el mar dejó de rugir", esto es, sólo después de que lo han colocado en la tumba, que es el lugar de juicio, el requerimiento de juicio deja de clamar. Porque el pez que lo tragó es, en realidad, la tumba; y así "Jonás estuvo en el vientre del pez", que se identifica con "el vientre del inframundo" (scheol), como lo prueba el pasaje "desde el vientre del inframundo (scheol) clamé "tres días y tres noches": estos son los tres días que un hombre yace en su tumba antes de que su vientre se le abra. Después de tres días arroja la materia pútrida de su rostro, diciendo: "Tómate de vuelta lo que me diste; comiste y bebiste cada día y nunca diste nada a los pobres; todos tus días fueron como fiestas y de júbilo, mientras los pobres permanecían hambrientos sin participar de ninguno de tus alimentos. Toma de vuelta lo que me diste. Acerca de esto está escrito: "Y esparciré estiércol sobre vuestros rostros...” (Malají, Malaquías 2, 3). Luego, después del término de tres días, el hombre recibe castigo en cada órgano, en sus ojos, sus manos y sus pies. Esto continúa durante treinta días en los cuales el alma y el cuerpo son castigados juntos. Por eso el alma permanece todo ese tiempo en la tierra, abajo, no ascendiendo a su lugar, como una mujer que permanece apartada todos los días de su impureza. Después de eso el alma asciende mientras el cuerpo se descompone en la tierra, donde permanecerá hasta el tiempo cuando el Santo, Bendito Sea, despertará a los muertos. Entonces a través de las tumbas resonará una voz proclamando: "¡Despertad y cantad, vosotros que moráis en el polvo! porque como el rocío de hierba es Tu rocío, y la tierra echará afuera a los muertos (Refaim)” (Yeshayahu, Isaías 26, 19). Esto acontecerá cuando el Angel de la Muerte parta del mundo, como está escrito: "Destruirá la muerte para siempre, y el Eterno El Eterno enjugará las lágrimas d sober todas las caras, y quitará el oprobio de Su pueblo de sobre toda la tierra” (Yeshayahu, Isaías 25,  Es de esa ocasión que está escrito: "Y el Eterno habló al pez, y él vomitó a Jonás sobre la tierra seca"; porque tan pronto como esa voz resuene entre las tumbas, ellas todas echarán fuera los cuerpos muertos que contienen. El término Refaím (1os muertos) es afín a la raíz raía (curar), que indica que los muertos serán restaurados a su anterior condición física. Pero puedes preguntar: ¿No está escrito en otra parte "los refaím no se levantarán?” (Yeshayahu, Isaías 27, 14).  La verdad es que todos los muertos serán restaurados a su estado anterior mientras se encuentren en las tumbas, pero algunos de ellos se levantarán, y otros no. Feliz es la parte de Israel de quien está escrito: "Mis cuerpos muertos se levantarán”  (Yeshayahu, Isaías 27, 19). Así en la narración de ese pez encontramos palabras de curación para el mundo entero. Tan pronto como tragó a Jonás murió, pero después de tres días fue restituido a la vida, y lo vomitó. De manera similar la Tierra de Israel será en el futuro primero incitada a nueva vida, y después "la tierra echará fuera a los muertos". Se ha afirmado que al abandonar este mundo un hombre ha de soportar siete pruebas. La primera es el juicio del cielo cuando el espíritu deja al cuerpo. La segunda es cuando sus acciones y expresiones marchan al frente de él y hacen a su respecto proclamación. La tercera es cuando es colocado en la tumba. La cuarta es la prueba de la tumba misma. La quinta consiste en su ser consumido por los gusanos. La sexta es el sufrimiento soportado en el guehinóm. La séptima prueba es que su espíritu es condenado a merodear de un lugar a otro en el mundo y no es capaz de encontrar un lugar de descanso hasta que sus tareas asignadas se hubieran completado. De ahí que cuadra que el hombre revise continuamente sus acciones y se arrepienta ante su Amo. Cuando David reflexionó sobre estas pruebas que un hombre ha de soportar, apresuradamente exclamó: "Bendice, oh alma mía, al Eterno y todas mis entrañas bendigan Su santo Nombre” (Tehilím, Salmos 103, 1). que es como decir: "Bendice al Eterno, oh alma mía, antes de que abandones el mundo, mientras aún habitas el cuerpo; y todas mis entrañas, todos los miembros del cuerpo que están unidos con el espíritu, mientras esta unión aún subsiste, se

apresuran a bendecir Su Santo Nombre, antes de que venga el tiempo cuando no serás capaz de bendecir o de arrepentimiento". Por eso David vuelve a repetir: "Bendecid al Eterno, todas Sus obras en todos los lugares de Su dominio, bendice al Eterno, ¡Oh! alma mía” (Tehilím, Salmos 103, 22). R. Abba terminó, y los Compañeros se le acercaron y besaron su cabeza. R. Jiyó comenzó un discurso sobre el texto: Tomad de entre vosotros una ofrenda (trumah) para el Eterno. Dijo: Cuando El Eterno creó el mundo, lo hizo con no otro propósito que el de que Israel pudiese venir un día y recibir la Toráh. Fue por medio de la Toráh que el mundo fue creado, y es sobre la Toráh que el mundo está establecido. Así, la Escritura dice: "Si no ha de subsistir un pacto con el día y con la noche, y si yo no he establecido las leyes de los cielos y de la tierra...” (Yeremiyahu, Jeremías 33, 25) La Toráh es largura de vida en este mundo y en el mundo por venir. Y quien trabaja en la Toráh trabaja en el Palacio del Santo, Bendito Sea, puesto que el Templa superior del Santo es la Toráh misma. Y cuando un hombre trabaja en la Toráh, allí el Santo, Bendito Sea, permanece y escucha su voz, como está escrito: "Y el Eterno escuchó y oyó, y fue escrito ante él un libro de recordación, para aquellos que temieron al Eterno y que, pensaron sobre su muerte” (Malají, Malaquías 3, 16)  y ese hombre escapa a tres pruebas: la prueba de este mundo, la prueba del Angel de la Muerte, que no tiene poder sobre él, y la prueba del guehinóm. ¿Qué es el "libro de recordación"? Es una alusión al Libro duplicado que está a la vez arriba y abajo. El término "recordación" es una designación de la región del pacto sagrado y concentra y reúne en sí el todo' de la energía vital superior. De ahí que "libro de recordación" significa que los dos grados aún son uno, Maljús y Yesod. Este es el misterio subyacente en el "nombre YHVH, del cual el Nombre es uno y YHVH es uno, aunque los dos son uno solamente. Pues hay nombre y nombre. Hay el nombre en lo alto —Jojmah— que es el signo de lo desconocido, de lo que está por encima y fuera de todo, conocimiento, es el punto superior; y hay el nombre abajo que es expresivo del punto central aquí abajo. Así la Escritura dice: "De un confín del cielo al otro” (Devarím, Deuteronomio 4, 32). esto es, desde el punto superior que concentra en sí toda la superior energía vital "hasta el confín inferior del cielo", que lleva el nombre "punto central inferior", es decir, Maljús. Este punto es idéntico con el "libro" y, estando en el centro, une en sí todas las direcciones del mundo; seis direcciones' se unen en el libro superior que está arriba y sobre ellas, y seis direcciones se unen en el libro inferior que está arriba y encima de ellas; y los dos, el libro superior y el libro inferior, constituyen juntos la Ley (Toráh), la una, la Ley Escrita, se halla no manifiesta y sólo será revelada en el mundo por venir, y la otra es la Ley Oral. De la Ley escrita está hecha la Escritura, en un Palacio del punto central, donde la Ley está oculta. La Ley inferior, por otra parte, no está corporizada en escrito y por consiguiente no está construida en un Palacio para el punto central de abajo, como lo es la Ley superior para el punto superior. De ahí que, también, la Ley oral es llamada trumah (ofrenda de holocausto, alga separado), hallándose aparte y separada. Además, he oído de la Lámpara Sagrada (R. Simeón) que la trumah ha de resolverse entre (dos) y meah (cien), indicando dos de un centenar. Porque la suma de los grados santos involucradas en el misterio de la Fe, por los que el Santo, Bendito Sea, se manifiesta, llega a diez, y éstas también son diez expresiones. Así todo llega a un centenar; y de este modo al traer una ofrenda hemos de combinar el punto central de abajo con el punto central de abajo con el punto central superior, de modo de unir la Shejiná con su Esposo, siendo éstos los dos de los cien grados y subgrados que acaban de mencionarse. Observad también que cada día sale una proclamación, diciendo, "Oh, vosotros, pueblo, esto depende de vuestro propio esfuerzo". Y este es el sentido de las palabras "Tomad de entre vosotros una ofrenda para el Eterno", no como una carga, sino "todo aquel que es de corazón voluntarioso dejad que traiga a ella

(Yevieha), es decir la Shejiná)". De esto aprendemos que la plegaria ofrecida con devoción concentrada por un hombre que teme a su Amo produce grandes efectos en lo alto, como ya se dijo en otra parte. Primero vienen los cantos e himnos entonados por los ángeles en lo alto y las series de himnos recitados por Israel aquí abajo. Con éstos la Shejiná se cubre y adorna como una mujer que se prepara para encontrar a su esposo. Luego sigue el recitado de la plegaria. Por virtud de la plegaria recitan mientras sentados adornan a las doncellas de ella y toda la comitiva de ella. Entonces se llega a "verdadero y firme", bendición que sigue al recitado de la Shejiná y precede a la Amidá, la novia con todas las damiselas que la asisten está plenamente arreglada. Cuando los adoradores llegan a "que has redimido a Israel", toda la asamblea ha de ponerse de pie. Porque en el momento en que "verdadero y firme es alcanzado, las asistentes de la novia la acompañan hacia el Rey Altísimo, pero cuando llega a "que has redimido a Israel", el Santo y Altísimo rey aparece en Sus grados y sale para recibirla. Y entonces hemos de ponernos de pie en pavor y temblor ante el Rey Altísimo, pues es el momento cuando El extiende Su diestra hacia Ella, y luego pone Su mano izquierda bajo la cabeza <le ella y hay entonces mutuo abrazo y besos. Esto acontece durante las tres primeras bendiciones. Cuadra entonces que el hombre concentre sus pensamientos y oriente su espíritu sobre estos grandes efectos v en el ordenamiento de la plegaria. Su boca, su corazón,

sus pensamientos deben todos trabajar al unísono. Estando entonces en estrecho y gozoso abrazo el Rey Altísimo y la Matrona, quien ha de ofrecer una petición, que la haga ahora, pues es un momento oportuno. Después de haber hecho su requerimiento del Rey y la Matrona, debe concentrar su pensamiento y espíritu sobre las últimas tres bendiciones de modo de citar el deleite interior, dado que con estas bendiciones la Shejiná es bendecida con otro abrazo en el cual él torna su partida. Y con esto ha de ser su intención que también sean bendecidos los residentes de este mundo. Luego el adorador ha de caer sobre su rostro en señal de rendición de su alma, en medio de todas las almas y espíritu que en es , momento la Shejiná reúne en el "atado de vida". Esto lo he oído entre los misterios que me ha expuesto la Lámpara Sagrada, que no me ha permitido revelarlo salvo a vosotros, oh, santos exaltados. Pues quien rinde su alma así en ese momento, será incluido en el atado de vida en este mundo y en el mundo por venir. Más aún, es importante que el Rey y la Matrona se unan arriba y abajo y sean coronados con una corona forjada de las almas arriba y de las

almas abajo. Y quien concentra su mente y su corazón en todo esto y rinde su alma en completa devoción, el Santo, Bendito Sea, lo llama "paz" abajo según la pauta de la paz arriba, como leemos, "y el Eterno lo llamó paz” (Shofetím Jueces 6, 24)  Y cuando el alma de ese hombre abandona este mundo, asciende y se abre camino a través de todos los cielos, y nada puede detenerla, y el Santo, Bendito Sea, proclama: "él entró en paz” (Yeshayahu, Isaías 57, 2). y la Shejiná agrega "que descansen en sus lechos ...“ (Shofetím Jueces 6, 24). Y abren para ella trece montañas de perfume puro, sin impedimento o estorbo De ahí que feliz es el hombre que concentra en esto su pensamiento. Entonces, éste es el sentido de "quien es de corazón voluntarioso, dejadlo traerla, la ofrenda del Eterno", es decir, al Rey Altísimo. R. Abba levantó entonces su voz y dijo: Oh, Rabí Simeón, tú estás viviendo y nosotros lloramos respecto de ti. Pero no lloramos por ti, lloramos por los Compañeros y por el mundo. R. Simeón es como una brillante lámpara que arroja luz arriba y abajo. Desdichado será el mundo cuando la iluminación inferior desaparezca y se absorberá en la iluminación superior. ¿Quién, entonces, difundirá por el mundo la luz de la Toráh? R. Abba se levantó y besó a R. Jiyá, diciendo: Tú estás en posesión de estos pensamientos, de ahí que el Santo, Bendito Sea, me envió a que me convirtiera en uno de vuestra compañía. Feliz es mi suerte. R. Yose continuó entonces con un discurso sobre el texto: Y que cada hombre de corazón sabio entre vosotros venga y haga... Dijo: este pasaje ya fue expuesto. Cuando El Eterno dijo a Moisés "Elegíos hombres sabios y entendidos” (Devarím, (Deuteronomio 1, 13). el último buscó por todo Israel y no encontró hombres entendidos. Así, está escrito "torne, pues, las cabezas de vuestras tribus, hombres sabios y llenos de conocimiento” (Devarím, Deuteronomio I, 15). sin mencionar hombres entendidos. Seguramente el hombre entendido, el hombre de discernimiento (navón) es de un grado más alto que el hombre sabio (jajam). Aun un alumno que da ideas nuevas a su maestro es llamado "sabio". Un hombre sabio, entonces, conoce para sí mismo todo lo requerido, pero el hombre de discernimiento aprehende todo, conociendo su propio punto de vista y el punto de vista de otros. El término "de corazón sabio" se emplea aquí porque la sede de la sabiduría es el corazón. En cuanto al hombre de discernimiento, él aprehende el mundo inferior y el mundo superior, su propio ser y el ser de otro. R. Yose discurrió luego sobre el versículo: "y me ha dicho: tú eres Mi siervo, oh Israel, en quien me glorificaré” (Yeshayahu, Isaías 49, 3). Dijo: Observad que hay un culto exterior y corpóreo del Santo, Bendito Sea, y un culto interno y espiritual que es el culto verdadero y genuino. El cuerpo posee doce miembros que participan en rendir culto. Estos son los miembros exteriores del cuerpo, pero también hay doce miembros interiores cuyo acto de culto es de beneficio para el espíritu. Porque este es el interno y precioso culto del Santo, Bendito Sea, como se expuso entre los misterios enseñados por R. Simeón, y como pertenecientes a los misterios de sabiduría superior que los Compañeros, bendita es su suerte, conocen. La plegaria es culto espiritual. A ella están ligados misterios profundos, porque los hombres no quieren que la plegaria de un hombre cruce los espacios etéreos, atraviese el firmamento, abra puertas y ascienda a lo alto. En el momento del amanecer, cuando la luz emerge de la oscuridad, resuena una proclama por todos los firmamentos, diciendo: ¡preparaos, vosotros centinelas en las puertas, jefes del Palacio, cada uno a su puesto! Porque los ayudantes diurnos no son los mismos que los ayudantes nocturnos, pues los dos grupos se reemplazan con la sucesión del día y la noche. A esto alude el pasaje "la lumbrera mayor para regir el día..." (Bereshis, génesis 1, 16). "el gobierno del día" y "el gobierno de la noche" significan los ayudantes diurnos y los ayudantes nocturnos. Cuando llega la noche se hace una proclamación, diciendo: Preparaos, oh vosotros gobernantes de la noche, cada uno a su lugar! De manera similar, cuando asoma el día sale una proclamación: ¡preparaos, vosotros gobernantes del día, cada uno a su lugar! Así, siguiendo la proclamación, cada uno es asignado a su lugar pertinente. Entonces desciende la Shejiná mientras Israel entra en la sinagoga para ofrecer alabanza en canto e himno a su Amo. Corresponde, entonces, que cada hombre, después de equiparse con los emblemas de la santidad, con las franjas y las filacterias, afine su corazón y su ser íntimo para el acto de culto y para decir sus plegarias con devoción. Porque las palabras que enuncia ascienden a lo alto, para el examen de los supervisores angelicales. Estos residen en el espacio etéreo en los cuatro lados del mundo. En el lado oriental está el jefe supervisor, cuyo nombre es Guezardiya, y que es asistido por un número de otros capitanes, todos esperando la palabra de la plegaria que está por ascender al reino etéreo en ese lado. En el momento en que lo hace, la toma el super-visor. Si está adecuadamente enunciada, él, junto con todos los otros capitanes, besa ese enunciado y lo eleva al firmamento superior, donde lo esperan otros capitanes. Al besar el enunciado de la plegaria dicen: "Felices sois vosotros, Oh, hijos de Israel, que sabéis cómo coronar a vuestro Amo con coronas santas. Feliz es la boca de la cual salió este enunciado, esta corona". Entonces las letras del Nombre Divino que moran en el espacio etéreo se dirigen hacia arriba. Ese Nombre Divino está formado de doce letras y es el nombre por el cual Elías voló a las regiones etéreas hasta que alcanzó el cielo. Esto lo indican las palabras que Obadías habló a Elías, diciendo "...que el espíritu del Eterno (YHVH) te conduzca...". Porque fue ese Nombre por el cual Elías se elevó y es ese nombre quien rige el espacio etéreo. Entonces, las letras del Nombre vuelan hacia arriba con el enunciado de la plegaria, en compañía con el jefe que tiene las llaves del éter, y todos los otros jefes, hasta alcanzar el cielo, donde la plegaria es tomada a cargo de otro jefe para llevarla aún más alto. En el lado del sur hay otro capitán que rige sobre el espacio etéreo de esa región y tiene a sus órdenes un número de supervisores y oficiales. Su nombre es Pesagniyah y está a cargo de las llaves del espacio etéreo en esa zona. Y la plegaria de personas en profunda tristeza y angustia, si se la enuncia con pertinente devoción, asciende a esa región y es tomada por el jefe, el cual la besa y pronuncia sobre ella las palabras "el Santo, Bendito El, sea misericordioso hacia ti y esté lleno de compasión en tu favor". Entonces todos los capitanes y oficiales que administran esa región la acompañan hacia arriba junto con las letras del Nombre Divino, es decir, el Nombre de cuatro letras que rigen en esa región, hasta que alcanza el cielo sobre esa región. Allí la toma a su cargo el jefe de dicha región. Allí la toma a su cargo el jefe de dicha región. El nombre del que está a cargo de la región septentrional, el cual tiene también bajo su mando un número de capitanes y oficiales, es Petajyah. El está designado sobre el lado al cual ascienden las plegarias ofrecidas por la liberación de manos de enemigos. Si se considera digna una tal plegaria, el jefe la toma y la besa. Entonces emerge un espíritu del abismo en el Norte que hace proclamación por todos los espacios etéreos, de modo que

todos ellos toman esa plegaria y la conducen al cielo, todo el tiempo besándola y exclamando "que tu Amo derribe a tu enemigo delante tuyo". Entonces asciende y se abre camino por los cielos y los espacios etéreos. Cuando alcanza el primer cielo se encuentra con el jefe del Oeste, cuyo nombre es Zebuliel, y que preside sobre numerosos capitanes y oficiales que permanecen como centinelas de nueve puertas. El mismo Zebuliel podría ayudar en ese cielo durante el día, pero no está autorizado hasta que aparece la luz de la Iuna, y entonces es cuando sale con todas esas legiones y capitanes. Pero cuando asoma el día, todos ellos se retiran a través de la más prominente de las nueve puertas. Y cada plegaria que asciende entra a través de esa puerta, y entonces todos los oficiales y capitanes, bajo la guía de su jefe Zebuliel, emergen por esa puerta. La abrazan y la acompañan al segundo cielo. Este cielo está provisto de doce puertas, y junto a la decimosegunda de ellas está parado un jefe, llamado Anael, que tiene bajo su mando a numerosas huestes y legiones. Y cuando la plegaria llega allí, ese jefe ordena en voz alta que todas esas puertas se abran, exclamando: "Abríos vosotras

puertas...” (Yeshayahu, Isaías 26, 2). Entonces todas las puertas se abren y la plegaria entra por todas ellas. Entones se levanta un jefe, anciano, que está colocado, en el lado septentrional y cuyo nombre es Azriel el Anciano, aunque a veces es llamado Majniel (literalmente, campamento poderoso). Se le da este otro nombre porque manda a sesenta miríadas de legiones. Todas estas legiones son aladas, parte de ellas están llenas de ojos, y junto a ellas hay otras llenas de orejas. A estas se las llama "orejas" porque escuchan a todos los que oran en un murmullo del corazón, de modo que la plegaria no puede ser oída por ningún otro. Sólo una plegaria así es aceptada por estas legiones "todos oídos", mientras que una plegaria que es oída por las orejas del hombre no es escuchada en lo alto, y así permanece no oída por nadie, salvo por aquel jue la oyó primero. De ahí que cuadra que el hombre sea cuidadoso en no dejar que otros oigan su plegaria. Además, la plegaria es absorbida en el mundo superior, y el lenguaje del mundo superior ha de permanecer inaudible. De manera similar, al leer el Libro de la Ley, mientras uno lee, ,el otro que está de pie a su lado ha de permanecer silencioso. Porque si dos leen juntos, la fe es disminuida, dado que la voz y la expresión son solamente una única. Porque sólo una voz similar y un recitado singular debe oirse; de modo que si hay dos voces y dos expresiones, hay una disminución de la Fe Divina. Cuando la plegaria silenciosa se eleva, todas esas sesenta miríadas de legiones, todas esas huestes "todo ojo" y "todo oído" se adelantan y la besan. Así la Escritura dice: "Los ojos del Eterno se dirigen hacia los justos, y sus oídos están abiertos al clamor de ellos” (Tehilím, Salmos 34, 16) que indica las legiones "todo ojo" y "todo oído". De ahí la plegaria asciende al tercer cielo, cuyo jefe es Guedariah, el cual tiene bajo sí numerosos oficiales y jefes. El oficia tres veces al día en presencia de un rayo de luz que constantemente es lanzada arriba y abajo en ese cielo, sin estar nunca quieto. Y cuando la plegaria asciende allí, ese rayo desciende y se inclina ante ella. Entonces el jefe de ese cielo, después de haberse inclinado ante la plegaria, sacude con el rayo de luz contra una roca potente que está colocada en el centro de ese cielo. De ella emergen trescientas setenta y cinco legiones que fueron confinadas en ella desde el día que la Torá bai( a la tierra. Están así confinadas porque trataron de evitar que la Torá descendiera a la tierra, y El Eterno las rechazó y las lanzó al interior die esa roca, de donde no emergen salvo al tiempo cuando la plegaria asciende. Entonces estallan en canto, entonando: "Oh Eterno, Eterno nuestro, cuán glorioso es tu nombre... encima de los cielos” (Tehilím, Salmos 8, 2) Entonces se inclinan ante la plegaria, después de lo cual ella es coronada con coronas superiores y asciende al cuarto cielo. Entonces se adelanta el sol y Schamschiel (que significa sol poderoso o sol de El Eterno) ,el jefe entra en ese cielo acompañado de trescientas sesenta y cinco legiones llamadas días del año solar, y todas ellas coronan esa plegaria con coronas de suave perfume del Jardín del Edén. Allí ella se detiene hasta que esas legiones la acompañan al quinto celo, del cual es jefe Gadriel. Este ángel está a cargo de las guerras libradas entre las naciones, pero tan pronto como la plegaria llega allí, un temblor se apodera de él con todos sus ejércitos, de modo que su fuerza es debilitada; y se adelantan y se inclinan ante la plegaria y la coronan y la acompañan al sexto cielo. Allí salen numerosas huestes y legiones para recibirla y ascender con ella hasta llegar a una serie de setenta puertas s cargo de un jefe cuyo nombre es Anpiel. El corona la plegaria con setenta coronas. Entonces todas las huestes y legiones de todos esos cielos se juntan y elevan al séptimo cielo esa plegaria, coronada con todas esas coronas, al séptimo cielo. Finalmente, Sandalfon, el jefe supremo, el guardador de todas las llaves de su Amo, introduce la plegaria en los siete Palacios, es decir, los Palacios del Rey. Cuando la plegaria entra allí, decorada con todas esas coronas, las combina a todas en una corona celestial, cada plegaria según su rango. Y el nombre del Santo, Bendito Sea, es coronado en todos los lados, arriba y abajo, de modo que el todo forma una unidad. De esto dice la Escritura: "Hay bendiciones para la cabeza del justo” (Mishle, Proverbios 10, 6) Feliz es la suerte del hombre que conoce la manera apropiada de ordenar su plegaria. El Santo, Bendito Sea, cuando es glorificado en tal plegaria, espera el acabamiento de todas las plegarias de Israel, de modo que todo, las plegarias de arriba y las de abajo, sean adecuadamente armonizadas. Hemos estado hablando de plegarias, pero hay además ciertos preceptos ligados, no con alguna acción, sino con las palabras de la plegaria. Son en número de seis. El primero es "temer el glorioso y tremendo Nombre” (Devarím, Deuteronomio 28, 58) el segundo es "amarlo a El” (Devarím, Deuteronomio 10, 12) el tercero es bendecirlo a El; el cuarto es proclamar Su unidad; el quinto ordena a los sacerdotes bendecir al pueblo; el sexto ordena al hombre rendir su alma a El. Estos seis preceptos están ligados con las palabras de la plegaria, exactamente como hay otros preceptos que están ligados con la acción de orar, como los de las franjas y filacterias. Y la orden "temer el Nombre" se cumple por medio de los himnos y canciones que el Rey David cantó, y por los sacrificios ordenados por la Toráh. Porque cuadra que el hombre entonces se llene de temor de su Amo, pues esos signos pertenecen a una región que se llama "Temor" (Yirah), o sea, Malkut, y todas las Aleluyas son emblemáticas del temor del Santo, Bendito Sea, pues la palabra Ale-luya tiene el mismo valor numérico que Elohim, que significa el atributo de Justicia. Cuadra así que el hombre acuerde su mente a un espíritu de pavor en el recitado de esos himnos. Al llegar a "Alabado sea" corresponde que el hombre concentre sus pensamientos en el Santo, Bendito Sea, en la bendición que dice: "Bendito eres Tú... que formas la luz... Bendito eres Tú, oh Eterno creador del universo". El precepto de "amarlo a El" se realiza en la bendición que comienza "Con amor abundante", a lo cual sigue "Y amarás al Eterno tu El Eterno...", que contiene el misterio del amor del Santo, Bendito Sea. Y proclamamos Su unidad cuando recitamos "Oye, oh Israel: el Eterno nuestro El Eterno, el Eterno es Uno", pues esta declaración contiene el secreto de la unicidad de El Eterno. Después de estas secciones viene el pasaje en el que mencionamos nuestro éxodo de Egipto, en cumplimiento de la orden "Pero recordarás que fuiste siervo en el Egipto” (Devarím, Deuteronomio 24, 18)  Sigue allí el pronunciamiento de la bendición del pueblo por los sacerdotes para abarcar a todo Israel en el momento en que recibe bendiciones. Pues en ese momento la Comunidad de Israel recibe bendiciones y es un momento propicio para rendir nuestras almas a El en la plena voluntad de nuestro corazón cuando caemos sobre nuestros rostros y recitamos el Salmo: " A Ti, oh Eterno, elevo mi alma…” (Tehilím, Salmos 25, 1). que ha de ser la expresión de nuestra plena y completa rendición a El. Estos son los seis preceptos ligados a nuestra oración diaria y ellos comprenden en cierta manera los seiscientos preceptos de la Torá. Como según la tesis rabínica hay seiscientos trece preceptos, puedes preguntar qué hay de los trece dejados de lado Y bien, éstos son una categoría aparte designada para imponernos los trece atributos de misericordia que abarcan todos los preceptos. Estos son los seis preceptos con los que se forma la trama de la plegaria. Feliz la suerte de aquel que concentra su corazón y voluntad en ellos y los realiza cada día. Con estos preceptos están entretejidos muchos otros, pero en cada pasaje particular corresponde que el hombre concentre su corazón y voluntad en el precepto particular contenido en ese pasaje. Un hombre así es alabado en voz alta en las palabras que contiene el pasaje: "Y El me dijo: Tú eres Mi siervo, Israel, en quien Yo seré glorificado” (Yeshayahu, Isaías 49, 3) R. Yose terminó, y R. Abba fue hacia él y lo besó. Y R. Yitzjak comenzó luego un discurso sobre el texto: Y Moisés reunió toda la congregación de los hijos de Israel... Dijo: El objeto de esta reunión fue darles de nuevo la ley delShabbos porque la anterior promulgación del Shabbos previa a que los israelitas hicieran el becerro de oro, no era observada por la multitud mezclada. Cuando oyeron las palabras "entre Mi y los hijos de Israel” (Shemót, Exodo 31, 17) dijeron en actitud de protesta: ¿Entonces hemos de ser excluidos de esto? Inmediata-mente, "el pueblo se reunió junto a Aarón...” (Shemót, Exodo 22, 1), y muchos fueron los que lo siguieron. Entonces, después de que los culpables fueron muertos, Moisés reunió a los hijos de Israel separadamente y les dio de nuevo el Shabbos, diciendo: "Seis días se hará trabajo... No encenderéis fuego en vuestras habitaciones en el día de Shabbos". Aquí está involucrado el misterio del Shabbos, el supremo misterio que sólo es revelado a los versados en la Sabiduría Suprema. En el sexto día, cuando llega la hora de la noche, aparece en el norte una estrella brillante acompañada de otras setenta estrellas. Esa estrella golpea las otras, las absorbe en sí, de modo que una toma el lugar de setenta. Entonces esa misma estrella se ensancha y se vuelve una masa de fuego que llamea a todos los lados. La masa flamígera se extiende entonces en torno de mil veces mil montañas, convirtiéndose en el proceso en un mero hilo. Después de esto la masa de fuego arroja de dentro de si una variedad de colores. El primero es un color verde. Cuando este color aparece, la masa de fuego se levanta y se sumerge en medio del color verde, ocupando la parte interna de ella. Entonces la masa de fuego de la estrella atrae hacia dentro de si el color blanco. Luego asciende a lo alto y se sumerge de nuevo en medio de ese color, ocupando su interior. Lo mismo se repite con toda la gama de colores, a los cuales arroja hacia afuera, concentrándose más y más en el medio hasta que llega a ese punto oculto para derivar de él luz. En este punto R. Yitzjak citó el versículo: "Pues miré, y he aquí un viento tormentoso que venía del norte; una gran nube y un fuego que se extendía; la cual nube tenía un resplandor alrededor; y de en medio del fuego una como refulgencia del electro (Jaschmal)”(Yejezkel, Ezequiel 1, 4). Dijo: Ezequiel vio esta visión con una plenitud que solamente es posible cuando la antes mencionada estrella está en ascendente. El "viento tormentoso" se ha explicado como siendo una referencia a la tormenta que vino para someter todo el mundo ante el inicuo Nebujadnetzar (Nabucodonosor). Pero, en realidad, el "viento tormentoso" es idéntico con la estrella que ingurgitó las otras setenta estrellas: y es el mismo "viento tormentoso" que Elías vio "rindiendo las montañas y quebrando en pedazos las rocas” (Melajím 1, 1° de Reyes 19, 11) Más aún, es la fuerza que continuamente protege la parte interna como la membrana protege al cerebro. Se llama "viento tormentoso" porque sacude al mundo superior y a los mundos inferiores; "salió del norte", del lado del cual está dicho "Desde el lado del norte irrumpirá el mal” (Yeremiyahu, Jeremías 1, 14),porque muchas otras fuerzas siniestras estaban unidas dentro de ese "viento tormentoso"; porque representa la escoria del oro que se concentra en el norte y forma el punto central de la destrucción; y siendo adiestrado en las artes de seducción obtiene poder en la región habitada, excepto en la Tierra de Israel, donde, durante el tiempo en que en ella residió Israel, no tuvo poder; pero después de que Israel pecó obtuvo poder, aun en Tierra Santa, como dice la Escritura: "El retiró su diestra de delante del enemigo (Eijá, Lamentaciones 2, 3) "Una gran nube" indica la nube de oscuridad que obscureció el mundo todo. Observad la diferencia entre esta nube y la otra nube. De la otra nube está escrito: "Y la nube del Eterno estaba sobre ellos de "día” (Bamidbar,Números 10, 34) y también "y tu nube permaneció sobre ellos” (Bamidbar,Números 14, 14) que indica la brillante y luminosa nube en la cual están visibles todas las variedades de luz. Pero esta nube es la nube de obscuridad manifiesta que impide que a través de ella penetre cualquier luz. En realidad, es insignificante, pero se llama una "gran nube" cuando tiene dominio. Alternativamente, se llama "grande", a causa de su oscuridad, que es tan intensa que oculta y hace invisibles todas las fuentes de luz, ensombreciendo así al mundo entero. "Con una llama" indica el fuego del juicio riguroso que nunca parte de ella". "Y había en torno suyo un brillo": es decir, aunque es todo lo que se ha descrito, sin embargo "había en torno suyo un brillo". De aquí aprendemos que, aunque es la región misma de la impureza, está rodeada por cierto brillo y por eso no debemos excluirla completamente; poseen un aspecto de santidad y de

ahí que no de ha de ser tratada con rechazo, sino que se ha de dejar una parte en el lado de la santidad. Rabi Jamnuna el Anciano tomaba la frase interrogativamente, así: "¿Hay un brillo alrededor suyo?", lo que implica que se la puede tratar con rechazo dado que su brillo está oculto en su interior y no es visible desde afuera. Y porque el brillo está adentro, el versículo continúa "y de en medio del fuego", es decir, de en medio de ese brillo "una como refulgencia del jashmal" (electro). El término jashmal fue interpretado como compuesto de jash y mal, significando Jayot (orden de los ángeles), de fuego palpitante. Pero, de la Lámpara Sagrada (R. Simeón) hemos oído como exposición de esto la siguiente doctrina muy recóndita. Mientras el prepucio permanece sobre la señal del pacto sagrado, el principio santo no descubre el misterio de la' señal del pacto. Pero cuando la luz brillante entra allí y separa prepucio v santidad eI resultado es jashmal, es decir hay un pronto descubrimiento de la circuncisión, pues jash significa pronto y mal significa circuncisión. Para resumir, en el sexto día, cuando se acerca la noche ese fuego llameante que hemos mencionado se sumerge en medio de los colores. Es entonces que los hijos de Israel aquí abajo se preparan para el Shabbos, ordenan sus comidas y extienden sus mesas, cada uno de acuerdo a sus medios. Entonces emerge una lengua de fuego y golpea contra esa llama, de modo que ambas son lanzadas a la caverna del gran abismo. Allí permanecen aprisionadas. Esa que arroja la llama de fuego y la confina en el gran abismo, donde lengua de fuego es del lado de la Derecha, y es en virtud de eso permanece hasta que termina el Shabbos. Corresponde que a la conclusión del Shabbos cada israelita pronuncie una bendición sobre el fuego, de modo que la lengua de fuego, bajo la fuerza de esa bendición, vuelva a emerger, reteniendo su mando sobre la llama y manteniéndola sometida toda esa noche. Observad que en el momento en que el Shabbos comienza y esa llama de fuego es

aprisionada, todos los fuegos de la clase dañina son ocultados y suprimidos de manera similar, incluyendo también el fuego del guehinóm. Y, así, los pecadores logran un respiro. Efectivamente, hay entonces un período de descanso para todos, en los mundos superiores y en los mundos inferiores. A la conclusión del Shabbos, cuando los israelitas dicen la bendición sobre la luz, todos los fuegos que estaban ocultos vuelven a emerger y cada uno retorna a su lugar. Y es con el fin de evitar que todo otro fuego sea suscitado, que se da la orden: "No encenderéis fuego en vuestras habitaciones en el día de Shabbos". Pero, cabe preguntar: ¿Qué hay del fuego del altar? La explicación es esta. Inmediatamente de ocurrida la entrada del Shabbos se hace en todos los cielos una proclamación que dice: ¡Preparaos, oh vosotros equipos y legiones de la Carroza, para encontrar a vuestro Amo! Siguiendo a esto sale del sur un espíritu que se extiende sobre todos esos equipos y legiones de Carroza del lado de la Derecha, que se cubren de ella como con una vestidura. A ese espíritu se lo llama "la solemne vestimenta del Shabbos". Entonces las mesas de este mundo están preparadas en cierto Palacio. Feliz es la suerte del hombre cuya mesa aquí abajo aparece propiamente tendida, cada cosa preparada en la mejor manera, de acuerdo a sus medios, de modo que no tiene causa para sentirse avergonzado. Cuando viene el Shabbos corresponde que el pueblo santo se lave de las huellas de su trabajo de los días profanos. ¿Por qué razón? Porque durante los días de semana un espíritu diferente merodea y revolotea sobre el pueblo. Es con el propósito de quitarle ese espíritu y revestirlo con otro espíritu, un espíritu sublime y santo, que se ha de lavar los residuos del mundo del trabajo. El sentido interno de esta acción es el siguiente. Todos los seis días están concentrados en un punto sagrado, donde forman una unidad. Hay otro sexteto de días que se encuentra afuera y pertenece al "otro lado". Y bien, para Israel santo, para los que llevan una vida santa durante la semana, es como si los seis días se unificaran con esos seis días que están adentro y se hallasen concentrados en ese punto central en el cual están guardados. Ese punto, a su vez, está oculto durante los seis días, pero a la entrada del Shabbos se eleva a lo alto, donde es decorado y se unifica con el ciclo completo de días, todos los cuales se absorben en él. Observad esto. Hay días y días. Están los días de semana comunes, como ya se dijo: éstos existen al margen y para otras naciones; pero hay días sabáticos: estos son los días semanales tal como existen para Israel. Y bien, cuando ese punto asciende, todo es ocultado y sólo él tiene dominio y asume el nombre de Shabbos. Este nombre, aparte de su significado simple de "descanso", tiene una significación esotérica que asocia ese punto ron los Patriarcas. Porque el término Shabbos puede resolverse en la letra schin, que indica tres, es decir las tres varas en su forma, y el término bat, que significa hija. El todo indica que el punto Shabbos, cuando sale en su resplandor como una única y querida hija, se junta con los tres Patriarcas, que así juntos forman una unidad completa. Así tenemos shin (simbólico de los tres Patriarcas), y bath (simbólico de la hija querida, el punto Shabbos). En conjunto forman la unidad que se expresa en SHaBoS. (Hay también similarmente un Shabbos superior formado del Mundo Futuro (Binah) y el Punto Central, que también se llama bath). Cuando ese puntoShabbos inferior asciende, se hace visible v se engalana, se difunde por los mundos superiores e inferiores un espíritu de regocijo. Además, durante esa noche ese punto irradia su luz y extiende sus alas sobre el mundo, de modo que todos los otros poderes desaparecen y el mundo descansa en un estado de seguridad. En cuanto a los israelitas, cada uno de ellos se vuelve la residencia de un alma suplementaria, bajo cuya influencia son olvidados dolor y tristeza e irritación, habiendo solamente gozo y alegría difundidos por el mundo superior y el inferior. En su descenso, el alma adicional o suplementaria se baña en los suaves perfumes del Jardín del Edén, después de lo cual desciende y descansa sobre el pueblo santo. Felices son los de este pueblo cuando este espíritu los impregna. En el tiempo del descenso del espíritu acompañan a éste en el Jardín del Edén sesenta equipos de Carroza en toda su gloria, mirando hacia las sesenta direcciones Cuando llega al Jardín del Edén, todos los espíritus y almas que en él habitan se mueven para encontrarse con ese espíritu de Shabbos, y sale una proclama que dice: Feliz eres, oh pueblo de Israel, a quien tu Amo ha dotado con un espíritu adicional. Hay aquí una doctrina de lo más recóndita que sólo conocen los iniciados de la Sabiduría mística. Este espíritu es efectivamente la extensión del punto sabático, del cual crece y se difunde en el mundo. Esto constituye la verdadera interioridad del Shabbos aquí abajo, y a esto alude especialmente la orden: "Por lo cual los hijos de Israel guardarán el Shabbos” (Shemót, Exodo 31, 16). donde la partícula et significa la inclusión del espíritu condicional que requiere atención especial para que pueda permanecer en una persona. Lo mismo se indica en la cláusula "que guarda el Shabbos de profanarlo”(Yeshayahu, Isaías 56, 2). Dentro del misterio del espíritu especial está este otro misterio, es decir, que participa en todos los goces y delicias de que Israel disfruta en este día. De ahí que corresponde tomar placer de participar de comida y bebida tres veces, las tres comidas correspondientes a los tres grados de la Fe Divina, como se explicó en otra parte. Feliz ¡es la suerte de aquel que toma placer v deleite en ese día. Durante los seis días de la semana ese espíritu recibe una bendición celestial irradiada desde ¡el Anciano de Ancianos. Pero en el Sábado, después de que desciende y se baña en el Jardín del Edén, participa en el placer corporal derivado de la comida de la Fe, y así se llena con los deleites del mundo superior y del mundo inferior. Y por lo tanto, como reside en el hombre, es menester que el hombre lo guarde, en conformidad con la orden de la Escritura: "Por lo cual los hijos de Israel guardarán el Shabbos” (Shemót, Exodo 31, 16) donde el término "Shabbos" alude al terrenal punto sabático y la partícula et al espíritu especial que es la expansión del mismo Punto. Cuando esta expansión trae una afluencia de santidad y beatitudes de lo alto a ese punto, hay un efluvio de luz en todo el entorno y el espíritu es iluminado yen todos los lados, el celestial y el terrenal A esto se refieren las palabras "Es una señal entre mi y los hijos de Israel” (Shemót, Exodo 31, 17). que es como decir: "Es una parte y urna heredad compartida por nosotros juntos". Su parte celestial consiste de trascendental bendición santa y deleite sublime en el resplandor del Anciano de Ancianos, mientras que en la parte terrenal está el goce físico de los alimentos. Por eso cuadra que la persona guarde ese día con suntuoso alimento y bebida, con indumento noble y con todo lo que conduce al gozo. Y cuando la parte terrenal es cumplida con ornato y guardada apropiadamente, asciende a lo alto y se unifica con la porción celestial. De esta manera el "Punto" se vuelve una amalgama de los mundos superior e inferior y una unificación de todos los elementos. En el libro místico del Rey Salomón se encuentra la siguiente doctrina recóndita, corno la expone la Lámpara Sagrada. El término Vainafasch (y Él descansó) puede resolverse en vai (desdicha), nefesch (alma), es decir, desdicha para el alma perdida. Y bien, podríamos argüir que más bien habría desdicha para el cuerpo que pierde al espíritu especial con la partida del Shabbos. Pero la verdad es que el hombre posee cierto nefesch, cierta psiquis, que atrae a sí al espíritu especial en la víspera del Shabbos, de modo que ese espíritu toma su morada y reside en ella durante todo el Shabbos. Así se vuelve un néfesch superior, con poder y recursos mayores que los que poseía antes. Es van referencia a esto que hemos aprendido que el néfesch de cada israelita es embellecido en día sábado, que el embellecimiento consiste del espíritu especial en ellos. Pero a la conclusión del Shabbos ese espíritu parte, y entonces desdicha para el néfesch que, de este modo, es despojado. Ha perdido la corona celestial y la santa energía que con ella poseía. Los iniciados en la sabiduría más elevada cumplen sus deberes maritales en cada noche de Shabbos. Acerca de esto hemos planteado una pregunta a la Lámpara Sagrada señalándole que ello parece contradecir el hecho conocido de que la Corona de abajo recibe lo que recibe, es decir, las almas de lo alto, durante el día, y en la noche distribuye sostén a toda su hueste, como dice la Escritura: "Ella se levanta cuando aún es noche y da alimento a su hogar y una porción a sus doncellas servidoras” (Mishle, Proverbios 31, 15). Si es así, ¿cómo podremos decir que el tiempo apropiado para la relación es ren esa noche en particular? Contestó: Seguramente ese es el tiempo apropiado para la relación marital, tanto más que esa noche distribuye almas para los iniciados en la Sabiduría mística, y ningún otro tiempo es apropiado para esta unión que ha de realizarse eon todo gozo, sin mezcla extraña, salvo esa noche cuando son distribuidas las almas a los sabios, los justos y los piadosos. Cada noche, ciertamente, puede ser apropiada para ello y esto a medianoche, como ya se explicó en otra parte, pero corresponde que los iniciados se limiten a esa noche. La razón es que un espíritu revolotea sobre el mundo durante los otros días de la semana, pero en la noche de Shabbos otro espíritu, un espíritu sagrado y sublime, desciende para el pueblo santo. Ese espíritu vuela del Anciano de Ancianos y desciende en el "Punto Sabático" inferior, trayendo allí descanso para todos. De allí se expande en todas las direcciones en lo alto y lo bajo, como está dicho: "entre Mi y los hijos de Israel". De ahí que para los hombres de sabiduría el tiempo apropiado para esa función es cuando ese santo' y exaltado espíritu se difunde en torno de ellos. Pues ese mismo espíritu lleva tras sí en su descenso aquí abajo todas las almas santas, de modo que por su intermedio los santos exaltados transmiten a su descendencia esas almas santas. Además, tan pronto como ese espíritu revolotea sobre el mundo, desaparecen de él todos los espíritus malignos y los acusadores perversos de los hombres. Y así no hay entonces necesidad de rezar por protección, porque Israel se encuentra

entonces bajo la guarda de ese espíritu, con los flancos del tabernáculo de paz extendidos sobre él, de modo que los israelitas pueden estar perfectamente seguros. Es verdad que hay una enseñanza tradicional que dice que un hombre no debe salir solo ni en la noche del cuarto día de la semana ni en la noche del Shabbos y que en esos días uno ha de estar cuidándose. Y esto parece contradecir lo que acaba de expresarse, o sea que en la noche de Shabbos los hombres están protegidos de todos los malos acusadores y por eso no necesitan ofrendar una plegaria especial. Esto es seguramente correcto. En la cuarta noche de la semana hemos de estar en guardia contra ellos, por la razón de que en la Creación de las luminarias la luna fue maldecida, su luz disminuida, se dio oportunidad así a bandas de espíritus malignos para ejercer poder en esa noche; a su vez, en la noche del Sábado, mientras esos espíritus se desparraman para retirarse a la caverna del abismo donde son impotentes para hacer daño, un hombre solitario debe estar en guardia contra ellos. En efecto, aunque ellos carecen de poder, ahora y entonces se muestran, y, así, un caminante solitario debe estar en guardia.

Por eso se ha dicho, ¿ello no indica un grado inadecuado de seguridad? Se respondió que no es así. En Shabbos hay protección para el pueblo santo, y el Santísimo, a la entrada del Shabbos, adorna a cada miembro de Israel con una corona, una corona santa que cada uno de los que la llevan ha de cuidar y guardar. Aunque los espíritus malignos no frecuentan entonces lugares inhabitados, a menudo aparecen a la persona que camina sola, y entonces su "buena estrella” (Mazal) se aparta de él. Por eso corresponde que la persona se adorne sólo con la santa corona y la guarde. Sea como fuere, en esa noche el pueblo santo está plenamente protegido, pues el tabernáculo de paz lo cubre. Y la tradición nos dice que el tabernáculo de paz y el "otro lado" no pueden coexistir juntos. Así el día de Shabbos es un día de universal seguridad y gozo, en el mundo superior y en el mundo inferior; y la luz inferior, al irradiar al mundo superior, a través del resplandor de las coronas sabáticas, es allí intensificada a setenta veces, de modo que el Anciano de Ancianos se afana solo. Entonces, al irrumpir ese día el pueblo santo se dirige a la sinagoga en espíritu gozoso vestido con lo mejor, coronado con la santa carona celestial y provisto con el adicional espíritu celestial. Allí los

israelitas ofrendan alabanzas en cánticos e himnos, que ascienden a lo alto, de modo que los mundos superior e inferior se llenan con gozo y están juntos adornados. Entonces los seres celestiales se expresan y dicen: "Felices sois vosotros, oh pueblo santo sobre la tierra, a través de quien vuestro Amo es coronado, lo mismo que todas las huestes sagradas". Este día es el día del alma, y no del cuerpo, y exhibe el dominio del "atado de almas", cuando los seres superiores e inferiores están unidos en virtud del adicional espíritu celestial por el cual el hombre es coronado. La plegaria ofrendada por el pueblo santo en Shabbos es de tres partes, que corresponden a los tres sábados de la Creación, del otorgamiento de la Ley y del Milenio, pero es una sola en esencia. Una vez que el pueblo santo entra en los recintos de la sinagoga, le está prohibido ocuparse con cualquier cosa, aun con los requerimientos de la sinagoga, salvo con palabras de agradecimiento y oración y el estudio de la Toráh. Y todo aquel que dirige su mente a otras materias, mundanas, profana el Shabbos y por lo tanto no tiene parte en el pueblo de Israel. Para uno así están designados dos ángeles en el día de Shabbos, que proclaman, diciendo: "desdichado fu ano de tal que no tiene parte en el santo, Bendito Sea". De ahí que corresponde que la gente se absorba en la oración y en cánticos e himnos a su Amo y en el estudio de la Torá. Es un día de las almas, un día en el cual el "atado de las almas" es adornado por las alaban-zas ofrendadas a su Amo. De ahí que en ese día se recita el "Himno del Alma", que se lee: "El alma de todo ser viviente bendecirá Tu nombre, oh Eterno nuestro El Eterno, y el espíritu de toda carne...", pues ese día subsiste solamente por el espíritu y el alma, y no por el cuerpo. Otro himno que concierne al misterio del día, del sagrado sol que lo ilumina, es ".. .que formas la luz...", es decir, la luz que alumbra y ofrece sostén y luz para todas las huestes y Carrozas celestiales y las estrellas y constelaciones y todos los que ejercen dominio sobre el mundo. Luego sigue un Himno del universo expresado en las palabras "El Eterno, el Eterno sobre todas las obras... ", un himno alfabético que contiene el misterio de las veintidós sagradas letras celestiales que están adornadas con una corona de los Patriarcas y la santa Carroza Celestial. Frente a ellas están las veintidós letras pequeñas del mundo de abajo que entran en el himno diario que dice: "El El Eterno, el Bendecido, Grande en conocimiento...". Aquí el alfabeto se dispone en sucesivas palabras aisladas, sin que haya espacio entre las palabras; mientras que en el himno sabático, simbólico del mundo superior, hay entre las letras sucesivas un ancho espacio, significativo de misterios santos; Así el séptimo día canta un himno, el más sublime, compuesto de las letras celestiales, en alabanza del Rey Altísimo, de Aquel que formó el mundo al comienzo. Cuando este himno asciende a lo alto, sesenta de las antes aludidas Carrozas celestiales, lo toman del pueblo santo y ascienden con él allí donde es entretejido en una corona para el decorado de las muchas Carrozas celestiales y para todos los justos en el Jardín del Edén, todos los cuales ascienden con ese himno al Trono Divino. Allí este himno, que todo Israel recita permanece hasta el recitado de la Santificación (Keduschah) en la plegaria adicional (musaf). Así se hace efectiva la unión completa d,e los mundos superior e inferior. Esto en cuanto a este himno que es la joya de todos los himnos. Entonces sigue el regular orden diario de la oración hasta "Moisés se regocijó en el clon de su parte... ". Esto expresa el júbilo del grado supremo, el jefe de los "Patriarcas", que se regocija en Su porción cuando el Trono Divino se le acerca, y los dos mundos se hallan fundidos en uno. Además, expresa el regocijo de la Ley Escrita en lo alto en la Ley Oral aquí abajo y su fusión en una. Al regocijo de esta unión hemos de agregar el regocijo del pueblo santo como se ,expresa en las palabras: "Que ellos se regocijen en Tu reino, los que observan el Shabbos y llaman al Shabbos una delicia... Oh Eterno Dios de nuestros padres, acepta nuestro descanso...". Lo íntimo de la interrelación entro el Libro de la Ley (Sefer Torá) y eso día se ha expuesto en otra parte. A este respecto se nos ha enseñado lo siguiente. Está escrito: "Y ellos leyeron en el libro, en la Ley de El Eterno, distintamente; y dieron el sentido e hicieron que entendieran la lectura”  (Nehemía, Nehemias 8, . La implicación íntima de este versículo es que las divisiones entre versículos, los acentos tonales, las lecturas masoréticas y las minucias del texto con sus misterios profundos fueron

entregados todos a Moisés en el Sinaí., Cabe preguntar: Si es así, ¿por qué todos estos signos y notas, con todos los misterios que contienen, están ausentes de nuestro Rolla de la Ley, de máxima santidad? La explicación es como sigue. Cuando el Trono Divino fue adornado y completado con la corona formada de la Ley Escrita, todos los puntos y acentos tonales y signos masoréticos estaban ocultos en el interior del Trono Divino; entonces todos estos signos fueron los medios con los cuales la Ley Escrita fertilizó a la Ley Oral, como una hembra es fertilizada por el varón. Pero las letras celestiales permanecieron en su santidad original, no acompañadas por ningunos signos. De ahí que debían aparecer de esta manera en la Sinagoga, dado que el Trono Divino fue adornado y santificado por la Ley Escrita en sus letras desnudas Así la santidad celestial se difunde por el todo, especialmente en el día de Shabbos. En ese día se llama a siete personas para que participen en la lectura pública de la Ley, correspondientes a lis siete voces en medio de las cuales fue dada la Toráh. En las otras festividades leen la Ley cinco personas, y en el Día de Expiación, seis Todas estas regulaciones tienen una similar significación recóndita. El número cinco corresponde a los cinco grados divinos que vienen después de la Luz primordial, que son un símbolo de la Ley; seis significa las así llamadas "seis direcciones" y siete corresponden a las siete voces: así tienen todos idéntico simbolismo. En el día de Novilunio se agrega un cuarto a los tres que son llamados en un día común, para simbolizar al Sol que en ese tiempo da luz a la luna; y éste es el significado interno del sacrificio adicional y de la plegaria adicional (musaf) que se ofrece en ese día. En la lectura de la Ley se ha de oir una voz única por vez. En Shabbos y en los otros días en que se lee públicamente la Ley el pueblo santo debe tener un trono preparado en la forma de un pupitre de lectura con una subida de seis pasos, y no más, en conformidad con el pasaje que dice "y había seis pasos al trono” (Divré hayamím, 2, 2° de Crónicas 11, 18), y que tenga un escalón encima sobre el cual colocar el Libro de la Ley, de modo que lo pueda ver toda la congregación. Tan pronto como el Libro de la Ley es colocado allí, toda la congregación abajo debe asumir una actitud de pavor y temor, de temblor y estremecimiento, como si en ese momento estuviera de pie bajo el Monte Sinaí para recibir la Toráh. Y ha de oír y escuchar atentamente, pues no está permitido entonces abrir la boca, ni siquiera para discurrir sobre la Toráh, y menos aún sobre otros asuntas. Todos deben permanecer en pavor y temor, corno si carecieran de habla. Así la Escritura dice: "Y cuando él la abrió, todo el pueblo se puso de pie” (Nehemía, Nehemías 8, 5) también, "Y los oídos de todo el pueblo estaban atentos al Libro de la Ley” (Nehemía, Nehemías 8, 3). R. Simeón dijo: Cuando se saca el Libro de la Ley para leerlo ante la Congregación, se abren las celestiales puertas de misericordia y se moviliza el atributo del Amor y cada uno ha de recitar la plegaria siguiente: "Bendito sea el nombre del Amo del universo, bendita sea Tu corona y Tu lugar; que Tu favor acompañe a Tu pueblo Israel por siempre, y manifiesta a Tu pueblo la redención de Tu diestra en Tu Santuario, de modo de hacernos gozar Tu luz benigna y que aceptes en misericordia nuestra plegaria. Que sea Tu voluntad

prolongar en bondad nuestra vida y que yo, Tu Siervo, sea contado entre los justos de modo que tengas misericordia para mi y me guardes y a todos los míos a todos los que son de Tu pueblo Israel. . .". Está prohibido que más de uno lean a la vez en el Libro de la Ley. Los restantes deben escuchar atentamente y en silencio las palabras que vienen de la boca del que lee como si las recibieran en ese momento del Monte Sinaí. Otra persona ha de estar de pie junto al lector, pero en silencio, de modo que se oiga una sola expresión, y no dos. Así como la lengua salada está sola, así su mensaje debe ser transmitido por uno solamente; y la lectura simultánea de dos en el Libro de la

Ley sería una mengua de la Fe Divina y una mengua de la gloria de la Toráh. Todos deben permanecer silenciosos, leyendo solamente uno, exactamente como en el Sinaí según se nos dice, "El Eterno habló todas estas palabras, diciendo” (Shemót, Exodo 20, 1). estando El arriba y todo el pueblo abajo, como leemos "y ellos estaban en la parte inferior del Monte” (Shemót, Exodo 19, 17).

También leemos "Y Moisés subió hacia El Eterno” (Shemót, Exodo 19, 3). Corresponde que el lector concentre toda su mente en las palabras que lee y que comprenda que es el mensajero de su Amo, encargado del deber de comunicar estas palabras a la congregación entera, ocupando él del lugar del cielo para ello: De ahí que todo aquel que ha de leer la Toráh ha de repasar su lectura previamente en su casa, o no leer del todo. Esto lo aprendemos del otorgamiento de la Ley en el Monte Sinaí, del cual leemos, primero, "Entonces la vio y la declaró; la preparó, si, la buscó” (Yiov, Job 28, 27). y luego, "y al hombre le dijo: he aquí, el temor del Eterno, esto es la Sabiduría” (Yiov, Job 28, 28) Al lector le está prohibido interrumpir en cualquier parte, salvo donde Moisés indicó una pausa. Ni puede, al leer la parte de una semana, agregar algo de la porción de otra semana. La razón intrínseca de ello es como sigue. Cada lección semanal está a su final adornado con una corona, y se presenta ante El Eterno. A la conclusión de su ciclo anual todas ellas se presentan así coronadas, ante el Santo, Bendito Sea, cada una anunciando: yo pertenezco a tal y tal Shabbos y a tal y tal congregación. En ese momento el ángel Yufyel, el gran jefe, es llamado y se presenta acompañado por las cincuenta y tres legiones bajo su mando. Estas legiones supervisan la lectura de la Ley, habiendo de presidir cada una la lectura en un Shabbos particular que le es asignado. Así nos está prohibido desordenar las Lecciones y con esto dar lugar a la superposición de una legión con otra, aunque fuese en lo más mínima, aunque se tratara de una sola palabra o hasta de una sola letra. Y cada una debe mantenerse dentro de sus propios límites, según lo fijado por el Santo, Bendito Sea. Así se presentan todas las legiones, cada una permaneciendo en guardia sobre la Lección semanal a su cargo. Cada porción así decorada con una corona, después de la lectura ha de ser completada por la congregación y es elevada por la legión que la supervisa y traída ante la presencia del Santo, Bendito Sea, en todas sus diversas palabras. Estas palabras declarar.: "Nosotros somos tal y tal sección, completada por tal y tal congregación de tal y cual manera". Si la lectura de ellas fue completada en el modo apropiado, las palabras ascienden y son tejidas en una corona para adornar el Trono Divino, mientras su legión supervisora mantiene la guardia sobre ella. Lo mismo se repite con cada lección sabática según el turno, hasta que todas están reunidas y se entretejen en una sola corona. De ahí que sea feliz la suerte de quien completa la lectura de la parte semanal de cada sábado en la manera apropiada, y de acuerdo con las divisiones fijadas en lo alto. En Shabbos hemos de leer en el Libro de la Ley dos veces: una por la mañana y la segunda a la hora del crepúsculo. Pues el final del atardecer es el tiempo cuando el juicio pende sobre el mundo y es necesario por ello que entrelacemos la Izquierda con la Derecha, el rigor con la clemencia, dado que la Toráh proviene de los dos lados, como está escrito: "En su mano derecha había una ley de fuego

para ellos” (Devarím, Deuteronomio 33, 2). que implica la derecha y la izquierda. De ahí que la lectura de la Ley a la hora del crepúsculo ha de comprender diez versículos o más, pero no la porción entera, pues la porción completa es de la derecha, y la derecha solamente prevalece hasta el tiempo del servicio de la tarde. También hemos de leer la Ley en el segundo y quinto días de la semana, porque en estos días los grados más elevados descienden hacia abajo, grado que representan los principios más importantes de la Toráh. La significación esotérica es la siguiente. Esos grados superiores representan una porción de la Toráh, pero de ellos emanan nueve grados, los grados de Nétzaj, Hod y Yesod, cada uno con sus tres secciones, que forman una unidad, y de ahí que tienen su contraparte en las nueve personas llamadas a leer la Ley: Es decir, tres en Shabbos en Minja y tres en el segundo día de la semana y tres en el quinto. De manera similar leemos en el Libro de R. Yeba el Venerable: "En el tiempo de Minjá en Shabbos hay un despertar de las fuerzas misteriosas de la Izquierda y el punto sabático inferior en ese lado izquierdo recibe el misterio de la Toráh. Por eso, en ese momento recibe de la dominación del lado izquierdo, el lado que cabalísticamente es representado por el nueve, y de ahí las nueve personas que leen la Ley, es decir, seis en días de semana y tres en Shabbos en el momento en que el lado izquierdo se pone en movimiento". Feliz es la parte de todo aquel que tiene el privilegio de honrar el Shabbos; feliz es él en los dos mundos, en este mundo y en el mundo futuro. Está escrito: "Que ningún hombre salga de su lugar en el séptimo día” (Shemót, Exodo 16, 29) Hemos aprendido que el término "lugar" significa el espacio en el cual es adecuado que un hombre camine; y cabalísticamente es la contraparte del término similar en "Bendita sea la gloria del Eterno desde su lugar” (Yejezkel, Ezequiel 3, 12) también en "para el lugar donde estás parado…” (Shemót, Exodo 3, 5). Es un lugar bien conocido en lo alto, y lo llamamos el lugar donde se regula la gloria más elevada en el cielo. Y de allí la advertencia a la persona que está adornada con la santa corona celestial, de no "salir de su lugar en el séptimo día", esto es, de no hablar de asuntos de trabajo porque ello sería una profanación del Shabbos, ni hacer trabajo con sus manos, ni caminar más allá del límite de dos mil cúbitos. "Que ningún hombre salga de su lugar", es decir, el lugar de la Majestad Santa, porque más allá está el lugar de dioses extraños. "Bendita sea la gloria del Eterno". es decir, Su gloria en los cielos altos; "de Su lugar", es decir, Su gloria en el mundo inferior, pues los dos juntos forman la corona sabática. De ahí que "nadie salga de su lugar". Bendito sea El por siempre y para toda eternidad. Está escrito: He aquí un lugar conocido a Mi” (Shemót, Exodo 33, 21) esto es un lugar oculto y escondido, que elude toda búsqueda, el lugar que está en lo alto de las alturas, el Templo más elevado, era sustraído a todo conocimiento. Pero una y otra vez es el lugar inferior, referido a lo alto. Así hay "lugar" arriba y "lugar" abajo y de ahí que "ningúr hombre salga de su lugar en el séptimo día". Está escrito: "Luego mediréis fuera de la ciudad, al lado del oriente, dos mil codos...”(Bamidbar,Números 30, 5) Este versículo contiene misterios sublimes, ya indicados en otra parte. Habla de una región elevada y de una región baja, extendiéndose los dos mil codos hacia todos los lados. Así, la Shejiná no merodea en ninguna parte fuera de los límites que le son asignados. Cuando el Shabbos comienza a acercarse Israel debe extenderlo en lo posible, porque es un día grande y exaltado y en este día la Shejiná es nuestro huésped y nosotros debemos hacer todo esfuerzo para retener al huésped celestial todo el tiempo posible. Entonces, a la conclusión del Shabbos, comenzamos las plegarias recitando: "Y porque Él es misericordioso, perdona la iniquidad.. ". Este versículo es muy apropiado para esa noche, porque entonces el Rigor recupera su dominio, mientras que no es apropiado para recitarlo a la entrada del Shabbos, porque entonces el rigor está completa-mente apartado del mundo. Entonces, cuando la congregación recita el pasaje que comienza, "Y que la complacencia...", que sigue a la Santificación, todos los pecadores en el guehinóm exclaman: "Felices sois vosotros, oh Israel. Felices sois vosotros hombres justos que observáis los mandamientos de la Toráh. Desdicha para los malvados que no logran observar los preceptos de la Toráh". Entonces aparece Duma y proclama, en su condición de jefe del inframundo: "Que los malvados retornen al bajo mundo, y todas las naciones que olvidan al Eterno” (Bamidbar,Números 9, 18) Entonces los malvados son rechazados por todas las bandas de demonios al guehinóm, sin que nadie los compadezca. Felices son los que observan el Shabbos en este mundo y así gozan del deleite celestial que les es otorgado desde arriba, como ya se mencionó. Por otra parte, quien guarda el Sábado como un día de ayuno provoca contra sí dos acusadores que lo denuncian ante el Rey Santo. Uno es el santo superespíritu sabático que está despojado de su debida participación en el deleite del Shabbos; y el otro es el ángel llamado Sangariah, que está encargado de quienes observan ayuno. Estos dos acusan al hombre ante el Rey Santo. Porque dado que el espíritu inferior es despojado de su propia parte de la delicia del Shabbos, se encuentra en un estado de imperfección y, así, el hombre merece maldiciones y castigos. Pero si hace el bien en otras ocasiones de modo que el ángel de los ayunos encuentra satisfacción en la bendición celestial de que goza en compañía de otros ángeles guardianes, su castigo es perdonado. Suponed que un rey en medio de las celebraciones de su matrimonio, a las que están invitados a participar todos sus súbditos, advierte que un hombre encadenado es llevado al lugar de castigo. Inmediatamente ordena que el hombre sea soltado, de manera que todos, sin excepción, puedan participar en sus regocijos. Después, los oficiales retornar y llevan al hombre al lugar del castigo. De manera similar, los funcionarios celestiales vienen en debida oportunidad y aplican castigo al hombre que trajo una disminución del júbilo en el cielo y en la tierra por el hecho de ayunar en Shabbos. ¿Cuál es, entonces, su remedio? Que observe otro ayuno para expiar su ayuno sabático; así como apartó el gozo del Shabbos, así ha de apartar el placer de los días de semana. Pero si excluye el gozo en Shabbos y lo tolera en días de semana, ayunando en Shabbos y celebrando fiesta en el siguiente día de semana, mostrará que piensa más en este mundo que en El Eterno, pues descuida el santo superespíritu del Shabbos y se entretiene con el espíritu del día de semana, que después se posa sobre el mundo. Por eso corresponde que observe un ayuno en el primer día de la semana, cuando el espíritu del día semanal ordinario recupera su dominio, de modo que pueda obtener curación al descuidar el espíritu del día común. Feliz es aquel que en la tierra se eleva a es sublime deleite celestial en la manera debida. Porque ese día está adornado con setenta coronas, y el Nombre Divino es perfeccionado en todos los lados, y todos los grados están iluminados y todo está dotado de gozo, de bendición y de una superabundante medida de santidad. La Santificación (Kidusch), que se recita en la víspera del Shabbos, se expresa en una santidad igual a la del Shabbos de la Creación, que fue consagrado por 'las "treinta y dos Sendas de la Sabiduría" y "tres manzanos sagrados", es decir, los tres grados más elevados. De ahí que en la ceremonia de la Santificación hemos de recitar un pasaje: "Y el cielo y la tierra fueron terminados .. . que El Eterno había hecho al crear” (Bereshis, génesis 2, 1-3) que contiene un testimonio esencial para la obra de la creación. Pues este pasaje contiene treinta y cinco palabras que representan las "treinta y dos Sendas" y los tres "manzanos sagrados", que están representados por !as tres apariciones de la palabra "séptimo" en el pasaje. Esta sección también contiene alusiones al mundo superior, al mundo inferior y a la Fe Divina en toda su extensión. La palabra "Elohim" se menciona tres veces, señalando el mundo inferior, el "Temor de, Yitzjak " (Rigor) y el mundo más elevado, que es el Santo de los Santuarios. Y bien, corresponde que el hombre dé testimonio de esto ante su Amo, alegremente, gozosamente y con todo su corazón y espíritu. Con esto son expiados todos nuestros pecados. Luego recitamos la bendición que dice: "Bendito eres Tú, oh Eterno nuestro El Eterno, Rey del Universo, que nos has santificado con tus mandamientos y te has complacido en nosotras...". Esta parte del recitado equilibra la otra parte, que se llama el testimonio para la Fe Divina, y así también ella contiene treinta y cinco palabras. De modo que en conjunto tenemos setenta palabras que son otras tantas coronas con las que se adorna la Víspera del Shabbos. Feliz es el hombre que .en su recitado medita sobre todo esto para la gloria de su Amo. El recitado de la Santificación (Kidusch) por la mañana consiste de la bendición de la copa de vino, es decir, " ... que creaste el fruto del vino", y no más. La razón de ello es que entonces el día se santifica él mismo, mientras que la Víspera ha de ser santificada por nosotros con todo el recitado que acabamos de mencionar. La Víspera sólo es consagrada por .el pueblo santo sobre la tierra mientras el alma superior (neschamá yeterá) desciende sobre él; así hemos de santificarla con especial concentración de nuestro pensamiento. En cambio, el día se santifica solo, e Israel, consagrado por plegarias y súplicas, se santifica aún más por la santidad del día. Feliz es el santo pueblo de Israel que ha heredado este día como una herencia sempiterna. A la conclusión del Shabbos hemos de hacer la "separación" entre santo y profano, por la razón de que en ese momento los espíritus inferiores recuperan su dominio sobre el mundo y todos sus hechos; y así hemos de demostrar la existencia del Santo en Su lugar santo envuelto en santidad absoluta, y distinguir entre los elementos inferiores y la Unidad más exaltada. Para hacerlo, recitamos una bendición sobre la luz de fuego. Pues aunque todos los otros fuegos son

eliminados y escondidos en Shabbos; aún se muestra en este día un fuego, que está incluido en la santidad del Shabbos; cuando esto ocurre, todos los otros fuegos se ocultan. Es el fuego del altar sobre el cual Yitzjak hubo de ser ofrendado como un sacrificio. Hemos de decir la bendición sobre el fuego que ardió en el Shabbos, que es el fuego que emanó del fuego celestial, el fuego que lleva fuego; y cuando éste es bendecido, todos los otros fuegos salen y son asignados a sus lugares. Cuando decimos la bendición sobre ese fuego, bajan para ser iluminadas por él cuatro legiones de ángeles, llamadas "luces del fuego". Por eso doblamos los cuatro dedos de nuestra mano derecha para captar la luz de la lámpara que es bendecida, simbólicas de las cuatro legiones que se llaman "luces del fuego", que están iluminadas por cierta Lámpara superior y derivan de ella su poder. Más aún, estas legiones son de los grados inferiores y doblamos así nuestros dedos ante la luz para mostrar la supremacía de ella. Contrariamente, en el recitado de otras bendiciones hemos de levantar nuestros dedos para mostrar la supremacía de los superiores grados santos que rigen sobre todo, siendo el Nombre Divino coronado y santificado por ellos y que son iluminados por la Lámpara Suprema. Pero aquí inclinamos nuestros dedos hacia abajo contra la luz, como un símbolo de los grados inferiores que son iluminados por la luz de la bendición y, así, se llaman "Luces del fuego". En todos los otros días alabamos al Todopoderoso por haber hecho las lumbreras de "luz" (Or), en referencia a las supremas radiaciones de la luz primordial que arrojó bendiciones y luz sobre todos los grados a la vez; mientras que aquí sólo mencionamos las "luces del fuego" (esch). Y bien, en tanto que estas "luces del fuego" emanan del fuego sobre el cual se recitó la bendición, cabe preguntar: ¿Por qué no decir "alumbraste" en vez de "creaste"? La explicación es que a la entrada delShabbos todos los grados y luminarias y potencias inferiores son absorbidos por la Lámpara Suprema y se vuelven invisibles, salvo para el solo punto singular; y permanecen en él todo el día del Shabbos. Entonces, a la conclusión del Shabbos, el Todopoderoso los hace aparecer uno a uno, como creados de nuevo, en la misma manera que en la primera creación, y asigna a cada uno a su lugar de do-minio. De la misma manera, los grados superiores, llamados "lumbreras de luz", rigen sobre el día y reciben su luz de la Lámpara Suprema. Cuando cae la noche, la Lámpara Suprema los junta y los absorbe en sí hasta el amanecer. Tan pronto como los hijos de Israel recitan la bendición por la luz del día, la Lámpara Suprema les envía plena radiación. Entonces bendecimos al Eterno "que formas (yotzer) las luminarias", y no "creas" (boré). Es sólo a la conclusión del Shabbos que decimos "que creas las luces del fuego" en referencia a los grados inferiores. Pero nuestros dedos simbolizan tanto los grados superiores como los inferiores. Las uñas de los dedos son de gran importancia en este simbolismo. Se hallan en el dorso de los dedos y así simbolizan el Rostro Posterior, que necesita ser iluminado desde esa Lámpara.: se llama "el dorso". Mientras que el lado interno y sin uña de los dedos simboliza el Rostro Interno que está oculto. Esta acción simbólica se basa en el versículo "y verás mi dorso, pero mi rostro no será visto” (Shemót, Exodo 33, 23) "Mi dorso" está representado por la parte exterior y de las uñas de los dedos que, cuando decimos la bendición sobre la luz, deben ser colocados de manera de asir esta luz; "pero Mi Rostro no será visto". De ahí que el lado interno de los dedos que simbolizan el Rostro Interno, no necesita enfrentar la luz para ser iluminado por ella, pues su iluminación emana no de otra fuente que la Lámpara Superior en la altura de las alturas, que exteriormente está oculta, no descubierta. Por eso las partes exteriores y de las uñas de los dedos ha de mostrarse a la luz, pero las partes internas, no.

Ellas están ocultas e iluminadas desde lo oculto; internas e iluminadas desde lo interno; exaltadas e iluminadas desde lo más alto. Feliz es Israel en este mundo y en el mundo por venir. A la conclusión del Shabbos nos corresponde inhalar el suave olor de especias aromáticas para fortalecernos frente a la partida del espíritu superior, dado que por esta partida el alma, de un hombre es abandonada perdida y desnuda. A este respecto está escrito "y él olió el perfume de su indumento” (Bereshis, génesis 27, 27). Este pasaje ya se expuso en cierta manera. Pero, observad, además, que el suave olor provee sostén para el alma, siendo una sustancia que entra en el alma pero es demasiado tenue para, ser absorbida por el cuerpo. Y bien, el indumento que aquí se menciona fue expuesto como aludiendo a las vestiduras de Adán, el primer hombre, esas en las que lo aderezó el Santo, cuando Él lo ubicó en el Jardín del Edén. Cuando Adán pecó fue, sin embargo, despojado de estas preciosas vestiduras y en su lugar vestido con otras. Las vestiduras originales con que Adán fue aderezado en el Jardín del Edén eran de la misma clase que aquellas en que las legiones llamadas "partes traseras" (ajorayinr), son aderezadas, y llevan el nombre de "indumento de uña". Y mientras Adán permaneció en el Jardín del Edén todas esas legiones lo rodeaban y guardaban de modo que no lo acosara ningún mal. Pero después de que pecó fue despojado de esas vestiduras y cubierto con vestiduras profanas, hechas de material vicioso y malos espíritus, y las legiones santas partieron de él; y sólo fueron dejadas sobre él las uñas de los dedos de su envoltura original. Pero éstas tienen, sin embargo, un manifiesto borde de impureza. Por esta razón no hemos de dejar que las uñas con su impureza crezcan; porque al crecer ellas, se multiplican los acusadores del hombre y él se hunde cada día más en profunda melancolía. Por eso corresponde que las cortemos y no debemos arrojar los cortes ,en un lugar donde pasan personas, pues les pueden causar daño. Y bien, todo esto es según la pauta celestial; porque también allí la región "posterior" está rodeada por el "otro lado". Más tarde, el Santo hizo para Adán otras vestiduras de las hojas del Jardín del Edén terrenal. Y bien, esas vestiduras originales, que eran una emanación del Jardín del Edén celestial, emitían las suaves fragancias y los aromas dulces de la especie que calina y apacigua al alma y la hace feliz. Yitzjak, así, "olió el olor de su indumento, y lo bendijo", pues esa fragancia calmó y suavizó su alma y su espíritu. De ahí que a la conclusión del Shabbos hemos de inhalar el olor de especias suaves para restaurar nuestra alma y contrarrestar el efecto de la pérdida del espíritu superior que la abandonó. El mejor perfume para este propósito es el del mirto, pues es el mirto quien sostiene el lugar santo desde el cual salen las almas, y, así, en este mundo tiene el poder de sostener el alma del hombre en el momento en que es despojada de su alma compañera más elevada. Fue a la conclusión del Shabbos que Adán era vestido en las vestiduras del Paraíso Terrenal, los olores y la fragancia suave de que se sostuvo su alma en la pérdida que sufrió por la partida del superior y glorificado espíritu santo. Así, seguramente el mirto sostiene el alma del hombre sobre la tierra como sostiene las almas en lo alto, ese espíritu superior que desciende en el hombre en Shabbos y llena su alma con gozo. Así esta alma es levantada al estado en que se hallará en el mundo futuro, porque en la misma medida en que un hombre festeja y deleita a ese espíritu en este mundo, ese espíritu deleitará al hombre en el mundo futuro. Así, la Escritura dice: "Entonces te deleitarás en el Eterno...”(Yeshayahu, Isaías 58, 14), y, también, "y el Eterno... satisfacerá tu alma". Quien así honra plenamente al Shabbos en la manera descripta, el Santo, Bendito Sea, le dice: "tú ores mi siervo, Israel, en quien Yo seré glorificado” (Yeshayahu, Isaías 49, 3) R. Yitzjak terminó aquí, y R. Abba y los otros Compañeros se levantaron y besaron su cabeza. Todos ellos lloraron y dijeron: Feliz ce nuestra suerte en cuanto el Santo, Bendito Sea, ha conducido nuestros pies por esta senda. R. Abba dijo: El Eterno me condujo a este camino para que yo pudiese unirme a vuestra compañía. Feliz es mi suerte porque he tenido este privilegio. R. Abba les dijo, además: Dejad que os cuente lo que he visto. Cuando me puse hoy en camino vi ante mí una luz que se dividía en tres luces separadas. Todas tres iban delante mío y luego desaparecieron. Me dije: Seguramente lo que vi era la Shejiná. Feliz es mi suerte. Ahora sé que esas luces que vi érais vosotros mismos. Verdaderamente, sois las superiores luces y lámparas para alumbrar este mundo y el mundo por venir. P. Abba continuó diciendo: Hasta ahora no sabía yo que todas esas perlas ocultas estaban en vuestra posesión. Y ahora ene veo que todas estas palabras vuestras fueron pronunciadas por la voluntad y la orden de vuestro Amo, sé que todas ellas ascienden en este día al Trono Divino y que el Jefe de los ángeles, Metatrón, las toma y las entreteje en coronas para su Amo, y este mismo día

sesenta legiones santas son adornadas con coronas hechas de las palabras pronunciadas aquí en este día, parra. la gloria del Trono Divino. En, este punto levantó sus ojos y notó que el sol había bajado. Dijo: Continuemos a esa aldea de allí, pues la más cercana a nosotros ere este desierto. Así, fueron y permanecieron allí por la noche. A medianoche, R. Abba y los otros Compañeros se levantaron para estudiar la Toráh. R. Abba dijo: Tejamos ahora discursos con los cuales se harán coronas para los justos en el Paraíso, pues es la hora cuando el Santo, Bendito Sea, y todos los justos en el Paraíso, escuchan las voces de los justos sobre la tierra. R. Abba comenzó entonces a discurrir sobre el versículo: "Los cielos son los cielos del Seriar, pero la tierra la ha dado a los hilos de los hombres (Tehilím, Salmos 115, 16) Dijo: En este versículo hay una dificultad. r.No habría bastado con decir "los cielos son del Eterno"? ¿Por qué, entonces, repetir la palabra "cielos" y decir "los cielos son los cielos..."? Pero nos lo explicamos de la siguiente manera. Hay cielos y cielos; es decir, cielos inferiores con una tierra debajo de ellos y cielos superiores que también tienen una tierra debajo de ellos. Ellos constituyen grados superiores y grados inferiores, siendo los unos las contrapartes de los otros. Los cielos inferiores son idénticos con las diez cortinas, a que aluden las palabras: "Que extendió los cielos como una cortina” (Tehilím, Salmos 104, 2) El santo los hizo, con las legiones que los pueblan, para regular los asuntos de la tierra inferior. El noveno cielo propulsa a todos los cielos inferiores, que están aderezados para ello por una cadena de eslabones. (El décimo es el jefe de todos ellos). En cada cielo hay ángeles supervisores hasta el séptimo; los restantes están todos iluminados por la luz que irradia del Trono Divino, que llega al décimo cielo, de donde se extiende

hacia el noveno y luego hacia el octavo, donde alcanza a los de abajo. Es la luz del octavo que da a cada una de las estrellas, cuando son traídas a sus lugares, su requerida luz y fuerza. Acerca de esto está escrito: "quien saca por cuenta su hueste... a causa de la grandeza de Sus fuerzas”  (Yeshayahu, Isaías 40, 2 refiriéndose ,el término "grandeza de sus fuerzas" al resplandor superior. Hay, además, en cada cielo un capitán que está a cargo de una parte del mundo y una parta de la tierra, excepto la Tierra de Israel, que no está regida por ningún cielo ni ningún otro poder sino solamente por el Santo, Bendito Sea. Pero se puede preguntar: ¿Cómo es posible que el cielo sobre la Tierra de Israel sea sin efecto, dado que la Tierra de Israel recibe lluvia y rocío del cielo como cualquier otro país? La explicación es la siguiente. En el caso de otros países, el gobernante en cada cielo trasmite de su

poder a la tierra abajo, a través del cielo a su cargo, de ese poder que él mismo ha recibido, del  residuo sobrante de la fuente superior. Pero el cielo que está sobre Tierra Santa no está regido por ningún capitán o algún otro poder, sino que está a cargo solamente del Santo, Bendito Sea, el cual dirige los asuntos de esa tierra desde ese cielo. Cada cielo está provisto de un cierto número de portales, y el cargo de cada capitán se extiende de un portal al siguiente y no ha de inmiscuirse en la esfera de su colega capitán, ni siquiera en la dimensión de un pelo, excepto si recibe autorización para ejercer dominio sobre su vecino. Cuando esto ocurre un rey sobre la tierra obtiene poder sobre otro. Hay, además, en el centro del conjunto de los cielos, una puerta que se rama Guebilon. Debajo de esta puerta hay setenta otras puertas, con setenta capitanes que mantienen guardia, a una distancia de dos mil codos de ella, de modo que nadie se le pueda acercar. Desde ese puerta hay, además, una senda que asciende cada vez más alto, hasta que alcanza el Trono Divino. La misma puerta da acceso a todas las regiones del cielo hasta la puerta que se llama Magdon, donde está el fin del cielo que se extiende sobre la Tierra de Israel. Todas las setenta puertas que están inscriptas sobre la puerta llamada Guebilon, se llaman "puertas de justicia" y se hallan bajo el control directo

de' Trono Divina, y ningún otro poder. Es a través de estas puertas que el Santo suministra a la  tierra de Israel todo lo que necesita; y es del residuo de dicha provisión que los Capitanes toman y transmiten a todos los capitanes inferiores. En conexión con el firmamento que está encima del Paraíso inferior hay misterios sublimes. Cuando el Santo estuvo por hacer el firmamento, tomó fuego y agua de Su Trono de Gloria, los fusionó en uno, y de ellos hizo el firmamento inferior, que se expandió hasta alcanzar el área del Paraíso Inferior, donde se detuvo. Entonces, el Santo, Bendito Sea, tomó del cielo santo y superior fuego y agua de otra especie, tales que ambos son y no son, ambos descubiertos y no descubiertos. De ellos hizo otra expansión de cielo que extendió sobre el Paraíso inferior donde se junta con el firmamento. Esa expansión del cielo, encima del Paraíso inferior, despliega cuatro colores: blanco, rojo, verde y negro y, en correspondencia, contiene cuatro puertas en sus cuatro lados. Estas cuatro aberturas forman un pasaje para cuatro radiaciones de luz. En el lado derecho dos luces brillan a través de dos puertas, una a través de la puerta de la derecha y una a través de la opuesta. Dentro de la radiación de luz de la derecha se levanta una letra con fulgor centelleante, a saber, la letra Mem. Esta letra se mueve hacia arriba y abajo continuamente, sin descansar nunca en un punto. Dentro de la radiación de luz opuesta se levanta similarmente con fulgor centelleante la letra Resch, que, sin embargo, en ocasiones asume la forma de la letra Bet. Esta, de manera análoga, se mueve siempre arriba y abajo, revelándose unas veces y permaneciendo oculta otras veces. Cuando el alma de un hombre justo entra en el Paraíso Inferior, estas dos letras emergen de en medio de esa radiación y aparecen encima de esa alma, donde continúan levantándose y cayendo. Entonces, de las mismas dos puertas emergen de lo alto dos legiones, una a cargo de Mijael, el gran príncipe, y la segunda bajo el gran capitán que se llama Bao], que es el noble asistente llamado Rafael. Estas legiones descienden y se detienen encima del alma, a la que saludan con las palabras: "que tu llegada sea paz, él entró en paz, él entró en paz". Las dos letras vuelven entonces a su lugar y son absorbidas dentro de la radiación que pasa a través de esas dos puertas. De manera similar, a través de las otras dos puertos, la de la izquierda y la del oeste, pasan dos radiaciones de luz, desde las cuales se proyectan otras dos letras llameantes y centelleantes, es decir, una Guimel y una Nun. Cuando las dos letras anteriores re-toman a su propio lugar, las dos letras llameantes que acabamos de mencionar emergen en medio de su iluminación circundante y aparecen encima de esa alma. Entonces, nuevamente, emergiendo de los otros portales, salen otras dos legiones, una a cargo del gran jefe Gabriel y la otra a cargo del gran jefe Nuriel. Estas se fijan encima del alma mientras las letras retornan a su lugar Después, estas dos legiones entran en cierto oculto Palacio en el Jardín, llamado Ajalot, que literalmente significa áloe. Allí está la oculta acumulación de las doce variedades de especias suaves que la Escritura enumera, "Nardo y Azafrán, caña aromática y canela...” (Shir hashirím, Cantar de los Cantares 4, 14) que son las doce variedades de especias del Paraíso Inferior. También está allí el repositorio de todas las vestiduras con las cuales son revestidas las almas de los hombres, cada una de acuerdo a su mérito. En cada vestidura están inscriptas todas las buenas obras que un hombre hizo en este mundo y en cada caso se hace una proclamación, que dice: "Esta vestidura pertenece a tal y cuál"; después de esto es revestida con ella el alma del justo en el Paraíso, de modo que llega a ser una réplica de la personalidad del hombre mientras se halla en este mundo. Esto tiene lugar a no menos de treinta días de la muerte del hombre, pues en los primeros cuarenta días toda alma debe pasar por la corrección antes de entrar en el Paraíso, como ya se asentó en otra parte. Después de la purificación recibe su vestidura, en virtud de la cual se la asigna entonces a su lugar apropiado. Entonces desaparecen todas las letras y legiones. Y bien, el firmamento sobre el Paraíso Inferior gira dos veces por día bajo el ímpetu del otro firmamento que le está ligado. Pero en este firmamento están grabadas todas las letras del alfabeto en varios colores y cada letra destila del rocío celestial sobre el Jardín. Es en este rocío que las almas se bañan y recuperan después de su previa inmersión en el río de fuego para la purificación. Ese rocío desciende de una fuente de en medio de las letras que están grabadas en ese firmamento, y estas letras contienen en miniatura el todo de la Toráh. Ese firmamento forma el aspecto cabalístico de la Toráh, pues está hecho del fuego y el agua de la Toráh misma De ahí que hacen descender su rocío sobre todos aquellos que en este mundo se dedican al estudio de la Toráh por su propio mérito. Las palabras de sus estudios están inscriptas en el Paraíso, de donde ascienden hacia ese firmamento en el que reciben de esas letras ese rocío del cual se nutre el alma del hombre bueno. Así, la Escritura dice: Descenderá como lluvia mi doctrina; destilará como el rocio mi discurso” (Devarím, (Devarím, Deuteronomio 32, 2). En el centro de ese firmamento hay una abertura directamente frente a la abertura del Palacio superior en lo alto, y formando el paso a través del cual las almas se elevan desde el Paraíso Inferior al Paraíso Altísimo mediante una columna que está fijada en el Paraíso Inferior y que llega hasta la puerta en lo alto. Hay, además, una columna de luz, formada de una combinación de tres luces de tres colores diferentes, que irradian hacia arriba desde la abertura en el centro de ese firmamento, iluminando así esa columna con una luz de muchos matices. Así, ese firmamento centellea y resplandece con un

número de deslumbrantes colores. Los justos son iluminados por el reflejo de ese resplandor superior, y en cada Novilunio la gloria de la Shejiná, según se revela en ese firmamento, trasciende al de otras ocasiones. Entonces se acercan todos los justos y se prosternan ante ella. Feliz es la suerte de todo aquel que es encontrado digno de las vestiduras en las que están vestidos los justos en el Jardín del Edén. Estas vestiduras están 'hechas de las buenas acciones efectuadas por un hombre

en este mundo en obediencia a los mandamientos de la Toráh. En el Paraíso inferior el alma del ser humano se halla así sostenida por esas acciones y se halla vestida en vestiduras de gloria hechas de ella. Pero cuando el alma asciende a lo alto a través de ese portal del firmamento, otras vestiduras preciosas le son suministradas. Estas son de un orden más exaltado, hechas del celo y la devoción que caracterizaron a su estudio de la Toráh y a su plegaria. Pues cuando ese celo asciende a lo alto se hace de él una corona para coronarlo. Pero, algo de ese celo queda como la porción del hombre, de la cual se hacen vestiduras de luz para el alma a fin de vestirla cuando haya ascendido a lo alto. Las primeras vestiduras, como dijimos, dependen de sus acciones, pero éstas de-penden de su devoción de espíritu, de modo de calificar a su dueño para unirse a la compañía de los ángeles y espíritus santos. Esta es la exposición correcta del asunto, !según la Lámpara Sagrada la aprendió de Elías. Las vestiduras del Paraíso Inferior están hechas de las acciones del hombre; las del Paraíso celestial están hechas de la devoción y seriedad de su espíritu. Está escrito: "Y un río salía de Edén para irrigar el jardín...” (Bereshis, génesis 2, 10). Es importante conocer la fuente y origen del río que salió de Edén al Jardín Inferior. Edén mismo es de lo más recóndito, y a ningún ojo le está permitido verlo. La razón intrínseca de ello es que si se hubiera autorizado que se descubriese el Edén Inferior, la posición del Edén más alto también se habría vuelto descubrible. Por eso, a fin de que el Edén Altísimo permaneciera envuelto en santo misterio, el Edén Inferior, del cual salía un río, también ha de ser enteramente oculto, y así permanece oculto, aun para las almas del mismo Jardín del Edén. Y bien, como ese río fluye de Edén para irrigar el Jardín, así del portal en el centro del Jardín emerge una corriente de luz que se divide en cuatro secciones que irradian en cuatro direcciones, pasando por los cuatro antes mencionados portales, e iluminando las letras inscriptas. Estos cuatro rayos salen de Edén, en el Punto inferior que brilla opuesto al Punto celestial. Ese punto está iluminado y se transmuta en Edén, la fuente de la luz. Nadie puede ver ni conocer ese Punto mismo, y sí solamente la luz que de él irradia, ante la cual los justos en el Jardín del Edén se prosternan, como ya se dijo. Ese Punto Inferior es a su vez Jardín en relación al Edén Celestial, lugar que nadie puede conocer o percibir. Acerca de esto está escrito: "Ni ojo de nadie ha visto un Dios fuera de Ti” (Yeshayahu, Isaías 64, 3). que es una alusión al santo Punto Inferior, que es el único que tiene conocimiento del Edén Inferior que está oculto en el jardín, y nadie existe que tenga conocimiento de ello. Además; "fuera de ti, oh El Eterno" alude al Edén Altísimo que es idéntico con el misterio del mundo por venir, con el principio que conoce el Punto inferior, no conociéndolo nadie salvo Elohim, el Uno que asciende siempre más alto al Infinito (En-sof) . El río que sale del Edén Inferior es un misterio que solamente conocen los iniciados y al cual aluden las palabras: "y él saciará tu alma en tiempos de sequía” (Yeshayahu, Isaías 58, 11) El alma que abandona este mundo oscuro anhela la luz del mundo superior. Exactamente como el hombre sediento anhela agua, así el alma tiene sed del brillo de la luz del jardín y el firmamento. Las almas están allí sentadas junto al

ría que fluye del Edén; ellas encuentran descanso allí mientras están envueltas en las vestiduras etéreas. Sin estas vestiduras no serían capaces de resistir la deslumbrante luz de alrededor; pero protegidas por esa envoltura hállanse cómodas y beben hasta saciarse: de esa radiación sin ser abrumados por ella. Es el río que toma a las almas aptas y capaces de celebrar y gozar esa radiación. El río celestial lleva a las almas que vuelan al Jardín; el río inferior en el jardín terrenal, por otra parte, forma las almas y las hace aptas y capaces para gozar esas radiaciones y para ascender así al Paraíso Celestial a través de la abertura central del firmamento y por la columna que se levanta en el centro del Paraíso Inferior. Esa columna está envuelta en nube y humo y resplandores brillantes; la nube y el humo la rodean por fuera a fin de que quienes ascienden al Pa-ralo Superior no sean vistos por los que quedan abajo. En esto está involucrada una muy recóndita doctrina. Cuando el Santo, Bendita Sea, deseaba adornar el "Punto Supremo" con Shabbos y festividades y días de ceremonial, Él envió el Aguila con los cuatro rostros que se fijó en el Templo llamado "Libertad" (dror). Así en el año del Jubileo hemos de proclamar libertad, como leemos, "y proclamaréis libertad (dror)” (Vayikrá, Levítico 25, 10)

 

Estos cuatro rostros emiten un sonido inaudible para cualquiera, salvo para las almas que son dignas de ascender al Paraíso superior. Estas son congregadas allí y tomadas por el águila de cuatro rostros, que las hace ascender por el camino de la columna central. En este momento la otra columna se eleva, la columna de nube y fuego y humo, con luz brillante en el interior (Yeshayahu, Isaías 5, 5)

Tan pronto como las almas llegan a la puerta del firmamento, éste gira tres veces en torno del Jardín del Edén como produciendo con ello una música a tal punto suave que todas las almas salen y escuchan y miran el levantarse de la columna de fuego y nube y humo y brillo resplandeciente, ante lo cual todas se prosternan.

 

Después de esto las almas ascienden a través de ese portal hasta entrar dentro del Punto Supremo, donde ven vistas maravillosas, y en su éxtasis vuelan hacia arriba y hacia abajo, retirándose y acercándose una a otra. El Punto supremo, por su lado, las añora y se adorna con esplendor. Entonces un Justo en lo alto se pone vestiduras de celo, vigila el fulgor y la gracia del Punto Supremo y su adorno. Lo toma y lo levanta hacia sí, de manera que el resplandor se junta con resplandor y ambos se vuelven uno. En ese momento todas las huestes del cielo prorrumpen en coro, diciendo: "Felices sois vosotros, ola justos, que observáis la Toráh,  felices sois los asiduos en el estudio de la Toráh, tanto más que el gozo de vuestro Amo está en vosotros y la corona de vuestro Amo la modeláis vosotros". Y bien, después de que fulguración y fulguración se han juntado en una, una radiación de múltiples matices desciende para alternar con las almas de los justos, y las entreteje en una corona del Trono Divino. Acerca de esto, dice

la Escritura: "Ni ojo de nadie ha visto un dios fuera de Ti, que haga así por quienes esperan en él” (Yeshayahu, Isaías 64, 3)

 

R. Simeón dijo: Está escrito: "Y por encima de las cabezas de los seres vivientes había la semejanza de una expansión, como el resplandor de un cristal terrible, extendida por encima, sobre sus cabezas” (Yejezkel, Ezequiel 1, 22) Este versículo ya se explicó de cierta manera. Pero hay firmamento y firmamento. Hay un firmamento inferior que descansa sobre las cuatro Bestias Santas inferiores, de donde se extiende y comienza a tomar la forma de una figura femenina detrás de una figura masculina: esto está cabalísticamente implicado en el pasaje que dice "y tú verás Mis espaldas, pero Mi rostro no será visto” (Shemót, Exodo 33, 23) y también "me has cercado por detrás y por delante v has puesto sobre mí Tu palma” (Tehilím, Salmos 139, 5), y luego en las palabras "y tomó una de sus costillas” (Bereshis, génesis 2, 21) y hay un firmamento superior que

descansa sobre las cuatro Bestias Santas superiores, de donde se extiende y toma la figura de un varón, muy recóndita. De estos dos firmamentos uno se llama "confín del cielo", y el otro se llama "desde el confín del cielo” (Devarím, Deuteronomio 4, 32). "Las cabezas de las creaturas vivientes" se refiere a las cuatro Bestias Santas inferiores que están inscriptas encima de las cuatro letras grabadas en el lado interno de los cuatro portales del Jardín del Edén. Y bien, aunque hemos dicho que el Edén Inferior está sobre la tierra, y efectivamente es así, el asunto, sin embargo, es muy secreto. Pues el hecho es que el Punto Supremo antes mencionado tiene su parte en el mundo inferior tanto como en el mundo superior. El Jardín Inferior es la porción de ese Punto a través de la cual se comunica gozosamente con las almas de los justos sobre la tierra, y así se llena de deleite celestial y terrenal, en comunión arriba con el Justo y abajo con el producto del Justo (las almas de los justos). El Jardín es una emanación del Punto llamado Edén. "Las cabezas de las creaturas vivientes", que tienen cada una cuatro rostros, de león, de buey, de águila y de hombre, abarcando este último a todos los demás, como está dicho: "y la semejanza de sus rostros era cara de hombre” (Yejezkel, Ezequiel 1, 10), son idénticas con los cuatro "brazos de los ríos” (Bereshis, génesis 2, 10)

y son quienes sostienen el Trono Divino y como consecuencia del peso de esta carga exudan transpiración; y de esta transpiración se formó el Río de Fuego (nehar dinur). del cual está escrito "un río de fuego corría y salía de delante de él, y miríadas de miríadas ministraban ante Él” (Daniel 7, 10)

 

Las almas de los hombres antes de ascender al Paraíso están inmersas en ese "río de fuego", donde son purificadas sin ser consumidas. Ocurre con el alma como con una. vestidura hecha de la piel de una salamandra. Tal vestidura, en razón de tener su origen en el fuego, solamente puede ser purificada en fuego; solamente el fuego tiene el poder de purificarla de sus impurezas. Porque el alma efectivamente se origina en fuego y es una emanación del Trono Divino, del cual está escrito "su trono era llamas de fuego” (Daniel 7, 10) Así, para ser limpiada de sus impurezas ha d,e pasar por fuego. De modo que solamente el fuego tiene la virtud de consumir toda contaminación en el alma y hacer que ésta emerja pura y blanca. Pero no se ha de pensar por esto que el alma no pasa por penitencia. Pues, en realidad, desdichada el alma que ha de soportar un fuego extraño, aunque con esto se purifique y se haga blanca. Y más aún, desdichada es el alma que está muy contaminada, pues tal alma habrá de pasar por el fuego dos veces para salir pura y blanca. Primero, el alma es llevada a un lugar llamado Ben-Hinom, que se llama así porque está en el interior del guehinóm, donde las almas son limpiadas y purificadas antes de que entren en el Paraíso Inferior. Dos ángeles mensajeros permanecen a la puerta del Paraíso y llaman en alta voz a los capitanes encargadas de ese lugar en el guehinóm, convocándolos para recibir esa alma, y durante todo el proceso de la purificación continúan pronunciando en alta voz la palabra "Hinom". Cuando el proceso está completo, los capitanes sacan el alma del guehinóm y la conducen a la puerta del Paraíso y dicen a los ángeles mensajeros de allí: "Hinom (literalmente, aquí están), ved, aquí está el alma que ha salido pura y blanca". Entonces el alma es traída al Paraíso. ¡Cuán quebrantada está esa alma después de su prueba en el fuego infernal! Pues, aunque éste ha descendido de lo alto, cuando alcanza a la tierra abajo ya no es tan refinado y produce al alma sufrimiento intenso, y la deja debilitada y quebrantada. Entonces El Eterno hace que los rayos del sol penetren a través de las cuatro aberturas del firmamento encima del Paraíso, y que arroje sus rayos sobre esa alma y la cure. De esto dice

la Escritura: "Pero, para vosotros que teméis Mi Nombre, se levantará el sol de justicia, trayendo salud en sus alas” (Malají, Malaquías 3, 20) El alma ha de pasar una segunda prueba en su pasaje del Paraíso Inferior al Paraíso Superior. Pues en el Paraíso Inferior no está aún enteramente purificada de las materialidades de este mundo, corno para que cuadre su ascenso a lo alto. Así, pasa a través de ese "río de fuego" del cual emerge completamente purificada y llega a la presencia del Soberano del universo beatificada en cada aspecto. También los rayos de la luz celestial favorecen su cura. Este es su estadio final. En este estadio las almas permanecen vestidas en su indumento y adornadas con sus coronas ante su Amo. Feliz es la suerte de los justos en este mundo y en el mundo por venir. Las almas en el Paraíso Inferior, a cada Novilunio y a cada día de Shabbos andan en torno y ascienden al lugar que se llama "Muros de Jerusalem", donde hay una gran cantidad de capitanes y legiones que montan guardia, como está escrito: "sobre tus muros, oh Jerusalem, he puesto centinela” (Yeshayahu, Isaías 62, 6) Ellos suben hasta ese lugar, pero no entran en él hasta su completa purificación. Allí se prosternaban extáticamente de lá radiación celestial, y luego retornan al Paraíso. A veces también salen, merodeando por el mundo y viendo los cuerpos de los pecadores experimentando su castigo. Así la Escritura dice: "Y saldrán, y mirarán los

cadáveres de los hombres que se rebelaron contra Mi; pues su gusano no morirá y su fuego nunca se apagará; y serán un objeto de abominación para toda carne" (Yeshayahu, Isaías 66, 24) Continúan revoloteando, lanzando su mirada a los que son víctimas de dolor y enfermedad, que sufren por su fe en la unidad de su Amo. Entonces regresan y hacen saber todo esto a Moshiaj. Cuando el Moshiaj oye del gran sufrimiento de los hijos de Israel en su dispersión, y de los malvados de entre

ellos que no buscan conocer a su Amo, solloza en alta voz por esos malvados, como está escrito: "Pero él fue traspasado por causa de nuestras transgresiones, quebrantado por causa de nuestras iniquidades” (Yeshayahu, Isaías 53, 5) Entonces las almas retornan a su lugar. Moshiaj, por su parte, entra en cierta Sala en el Jardín del Edén, llamada la Sala de los Afligidos. Allí se lamenta por las enfermedades y dolores y sufrimientos de Israel, y pide que se abatan sobre él, cosa que hacen. Y si no fuera que ÉI de esta manera alivia la. carga de Israel, tomándola Él mismo, nadie podría resistir los sufrimientos que afectan a Israel como expiación por su descuido de la Toráh. Así, la Escritura dice: "Seguramente él ha llevado nuestros padecimientos...” (Yeshayahu, Isaías 53, 4) Una función similar desempeñó R. Eleazar aquí, sobre la tierra. Porque en verdad exceden a todo número los castigos que esperan a cada hombre diariamente por el descuido de la Toráh, todos los cuales descendieron al mundo cuando la Toráh fue dada. Mientras Israel se hallaba en Tierra Santa,

evitaba todas las malas enfermedades y aflicciones del mundo mediante el servicio y los sacrificios del Templo. Ahora es el Moshiaj el medio de que la humanidad las aleje hasta el tiempo en que el hombre abandona este mundo y recibe su castigo, como ya se dijo. Cuando los pecados de un hombre son tan numerosos que ha de pasar por los compartimentos más bajos del guehinóm para recibir castigo más pesado correspondiente a la contaminación de su alma, se enciende un fuego más intenso para consumir esa contaminación. Con este propósito los ángeles destructores emplean varas de fuego, de modo de expulsar esa contaminación. ¡Desdichada el alma que está sometida a tal castigo! Felices son los que guardan los preceptos de la Toráh. Como ya se dijo, el Supremo Punto Santo desea entretenerse con los espíritus de los justos, en lo alto y aquí abajo. Es a media noche que desciende para conversar con los espíritus de los justos y mimarlos como una madre mima a sus niños. El firmamento que se extiende sobre el Jardín del Edén es sostenido por las cabezas de las cuatro Bestias Santas, simbolizadas por las cuatro letras antes referidas. Hay, además, un firmamento inferior según la pauta del firmamento superior. Este firmamento está bordado con todos los colores divinos y posee cuatro portales mareados, respectivamente, por cuatro letras centelleante. Un pedal está al este, llevando estampada la letra alef, que centellea y constantemente se mueve arriba y abajo. El segundo portal está en el lado norte con la letra dalet estampada, que igualmente centellea y se mueve sin pausa arriba y abajo. Pero, su centelleo es inconstante: a veces resplandece brillantemente y a veces su luz desaparece por completo. El tercer portal está al oeste v lleva estampada la letra nun, igualmente centelleante. Finalmente, está el cuarto portal, en 'el sur, que lleva estampado un punto, el Punto inferior, un punto tenue, visible y sin embargo invisible, esto es, la letra yod. Las otras letras del alfabeto se hallan también estampadas en ese firmamento, llegando en conjunto al número de veintidós, todas adornadas con coronas. El firmamento gira sobre los Seres Vivientes, llevando consigo letras dispuestas en cierto agrupamiento que simboliza la Unidad Divina, o sea, Alef Tot, Bet Jet, Guirnel Zain, Dalet Vav. Estas letras simbolizan a otras letras, más elevadas. Cuando este firmamento está iluminado se revelan cuatro agrupamientos místicos de letras, componiendo cada uno el Nombre Divino, y deletreando juntas las treinta y dos Sendas de la Sabiduría. En ese momento desciende de ese firmamento un rocío, destilado a través de las letras del misterio del Nombre Divino, que forma el alimento de todas las santas legiones y huestes celestiales, que lo recogen gozosamente. Cuando el castigo pende sobre el mundo, la primera de cada par de estas letras es absorbida en la segunda, quedando así solamente Tet, Jet, Zain, Vav (TJZV). Entonces se mueve una voz desde el norte para que todos sepan que el Rigor prevalece sobre el mundo. En este momento, también, ese firmamento toma un color que abarca todos los colores. Cuando hay un movimiento en el lado oriental del firmamento, abarca las mencionadas cuatro Bestias Santas de cuatro rostros con las letras, que se elevan todas hacia arriba. Entonces reaparecen las letras ocultas, restaurando el místico agrupamiento literal de Alef-Tet, Bet-Jet, Guimel-Zain, Dalet-Vav. El firmamento es irradiado. una resonante voz sale de las letras, llegando hasta los cielos más altos, y nuevamente se difunden en plenitud, para quienes vienen a participar de ellos, alimento celestial y bendiciones. Entonces las letras, a su vez, hacen el giro del firmamento hasta que alcanzan el lado meridional; entonces ascienden centelleando con un destello de fuego. Entonces, en el centro de ese firmamento es trazada una letra, Yod, seguida por otras tres letras flamígeras, o sea, Hei, Vav, Hei. Estas letras oscilan hacia arriba y abajo lanzando trece llamas de fuego. Entonces desciende algo que es absorbido en estas letras y es adornado por ellas corno con una corona, pero permanece oculto. Grande es entonces el júbilo entre todas las huestes y legiones; himnos y alabanzas ascienden a lo alto y el firmamento comienza a rotar y a girar por segunda vez. Entonces, las antes recordadas letras son absorbidas en las letras superiores que contienen el mencionado misterio del Nombre Divino, y las letras que estaban en el centro del firmamento, conteniendo el misterio del Nombre Divino, son ahora trazadas en el lado norte. Son trazadas débilmente, muy débilmente, y no hay nadie que pueda observar regularmente ese lado. Las huestes celestiales estallan entonces en canto melodioso, recitando: "Bendita sea la gloria del Eterno desde su lugar” (Yejezkel, Ezequiel 3, 12)

 

Y repiten lo mismo desde todos los lados. Como el firmamento gira, el volumen del sonido melodioso, con el mismo estribillo, sale de todas las numerosas legiones, en cada uno de los cuatro lados del firmamento. Entonces el firmamento es iluminado por una luz en extremo brillante, más brillante que antes, desplegando, en un modo diferente, un color compuesto de toda la gama de los colores. Y el antes mencionado Nombre Divino de cuatro letras es aumentado con una letra adicional de lo alto, o sea, la letra Vav, resultando en V-JHVH (literalmente, y JHVH) que expresa ambos principios, el masculino y el femenino. Aunque el Nombre Divino sólo es perfecto cuando está compuesto de las nueve letras, es decir, JHVH ELHIM (Elohim). Cuando estas letras se hallan así reunidas, ese firmamento brilla con treinta y dos luces, y todo es júbilo, todo se iunta en una unión recóndita, el mundo superior y el mundo inferior. En ese mismo firmamento, también, hay en

el lado norte una luz llameante que nunca se extingue, a la derecha de la cual hay impresiones de otras letras, formando diez Nombres Sagrados, en los que hay implícitos setenta Nombres.

 

Por ese firmamento son llevados todos los firmamentos inferiores dentro de la región de la santidad tan lejos corno hasta el confín de los "otros" firmamentos que pertenecen al "otro lado". Estos últimos se llaman "cortinas de pelo de cabra", a lo cual alude el versículo "y él hizo cortinas de pelo de cabra para una tienda sobre e1 Tabernáculo". Porque hay cortinas y cortinas. Las "cortinas del Tabernáculo" son la contraparte de los firmamentos extendidos sobre las Bestias Santas en el Tabernáculo Santo; mientras que las "cortinas de pelo de cabra" representan firmamentos muy diferentes, los del "otro lado". Las primeras contienen el misterio de las legiones de los espíritus santos; las últimas representan la sustancia de materia mundanal, de apetitos y acciones corporales.

Y de ahí que forman la cubierta exterior de los firmamentos interiores, similar a la cáscara que rodea al cerebro. Las últimas se llaman "cielos del Eterno". Opuestos a estos cielos inferiores están los cielos superiores, cielos dentro de cielos, llamados los "cielos de las Bestias Santas", en referencia a las superiores potentes Bestias Santas. Contienen el misterio de la Toráh, y en el cielo más alto de todos, en eI octavo, Binah, están grabadas las veintidós letras del alfabeto. A este cielo lo sostienen las 'superiores potentes Bestias Santas. Contienen el misterio de la Toráh, y en el cielo más alto de todos, en el octavo, Binah, están grabadas las veintidós letras del alfabeto. A este cielo lo sostienen las superiores Bestias Santas y él mismo es de una esencia enteramente oculta, más allá de todo atributo de color, mientras es la fuente y el origen de todos los colores y toda luz. No hay en él ni luz ni oscuridad, pero las almas de los justos, como detrás de una pared, disciernen la luz que envía y que ilumina al cielo supremo; una luz que nunca cesa, una luz que ni es cognoscible ni captable. Hay cielos inferiores y cielos superiores y a unos y otros se refiere el pasaje que dice "los cielos, cielos del Eterno” (Tehilím, Salmos 115, 16) pero este es el cielo supremo, que se levanta sobre todos ellos. Acerca de este punto se da alguna insinuación en los nombres sagrados con los cuales es llamado el Santo, Bendito Sea, pero más allá de este punto no puede llegar ni siquiera el discernimiento de los más sabios, y está totalmente fuera del alcance de nuestras facultades, salvo por un instante demasiado pequeño paró detenerse en él. Feliz es la suerte de todo aquel que puede penetrar en los misterios de su Amo y ser absorbido en El. Un hombre logra esto especialmente cuando ofrenda su plegaria a su Amo en devoción intensa; entonces su voluntad se vuelve como la

llama inseparable del carbón y su espíritu se concentra en la unidad de los firmamentos inferiores, para unificarlos por medio de un nombre inferior, luego en la unidad de los firmamentos superiores, y, finalmente, en la absorción de todos ellos en ese firmamento más alto. Mientras la boca y los labios de un hombre se mueven, su corazón y su voluntad deben dirigirse a la altura de las alturas, de modo de reconocer la unidad del todo en virtud del misterio de los misterios en que todas las ideas y voluntades y todos los pensamientos encuentran su meta, es decir, el misterio del En-Sof (Infinito, Ilimitable). Hemos de repetir este mismo empeño en toda plegaria, de modo de adornar cada día con la corona del misterio de su correspondiente día superior, por medio de nuestra plegaria. De noche el hombre ha de imaginarse que está por abandonar este mundo y que su alma lo abandona y retorna al Amo de todo. Porque cada noche el Punto Supremo absorbe en sí las almas de los justos. Hay aquí para el iniciado una verdad recóndita. El firmamento inferior, como ya se mencionó, es sostenido por ese Punto. Más aún, ese firmamento es una fusión de los mundos superior e inferior, teniendo su base en el mundo inferior, como la llama oscura da una lámpara se introduce en la llama blanca de encima mientras tiene su base en una mecha hundida en aceite. Así, durante el día ese Punto está esencialmente encima, pero en la noche está esencialmente abajo, siendo absorbido en las almas de los justos, pues en la noche todas las cosas retornan a su raíz y fuente original. El alma asciende, pues, retornando a su fuente, mientras que el cuerpo permanece quieto como una piedra, regresando así a su propia fuente de origen. Mientras se encuentra en ese estado, el cuerpo está sometido a las influencias del "otro lado", con el resultado de que sus manos se contaminan y permanecen así hasta que son lavadas por la mañana, como se explicó en otra parte. Las almas de los justos, al ascender en la noche a sus propias esferas celestiales, son entretejidas en una corona con la cual el Santo, Bendito Sea, Se adorna. Hay asistentes nocturnos encargados de esas almas, que las llevan a lo alto y las ofrecen como un aceptable sacrificio a su Amo. El capitán supremo de esas legiones lleva el nombre de Suriya, y cada alma, cuando pasa por todos los firmamentos, es primero traída ante él, y él inhala su perfume, como está dicho: "Y él inhalará el perfume del temor del Eterno” (Yeshayahu, Isaías 11, 3) Entonces las toma a 'su cargo y las pasa más alto, hasta que llegan al lugar del sacrificio. Allí todas las almas que están absorbidas en el Punto Supremo; así como una mujer concibe un niño, así el Punto Supremo las concibe, experimentando un arrebatado placer al absorber en sí las almas con todas sus buenas acciones y estudioso de la Toráh realizados durante el día anterior. Entonces las almas vuelven a emerger, es decir, nacen de nuevo, y cada alma es fresca y nueva como en su primer nacimiento. Este es el significado interno de las palabras "Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad” (Eijá, Lamentaciones 3, 23) Es decir, "ellas (las almas) son nuevas cada mañana", porque "grande es tu fidelidad" para absorberlas y luego soltarlas como recién nacidas. Felices son los justos en este mundo y en el mundo por venir. Entonces el día asomó, y R. Abba dijo: Levantémonos y ofrendemos alabanza al Eterno del Mundo. Entonces, después de haber recitado sus plegarias, los Compañeros volvieron a él y dijeron: que quien comenzó el discurso, lo concluya. Feliz es nuestra parte por-que hemos tenido el privilegio de adornar al Santo, Bendito Sea, con la corona de las enseñanzas recónditas de la Sabiduría. R. Abba comenzó entonces el discurso siguiente: Y Betzalel hizo el Arca de madera de acacia... Dijo: la Santa Asamblea efectivamente ya expuso el aspecto esotérico del Tabernáculo. Sin embargo todavía hay mucho para examinar, pues su sentido interno está adornado con muchos misterios de la enseñanza de la Sabiduría. El arca es un recipiente con seis lados y en su interior contiene y oculta la Ley Escrita que sale en las seis direcciones de la creación. Además, el arca consiste de cinco tableros y un techado, para simbolizar los cinco libros del Pentateuco con el grado que los penetra a todos, llamado el misterio del pacto. Juntos, el arca de seis lados y la Toráh representan la interioridad de los nueve grados que se hallan resumidos en los dos Nombres Divinos —JHVH, ELoHIM— mientras que el techado representa al cielo más alto que rodea a todo, cubre todo, de modo que el todo permanece no develado. Ahora hemos de investigar el significado recóndito del arca. Pues hay arca y arca, la una opuesta a la otra. En conexión con una --continuó R. Abba— está escrito: "todo esto, el rey Araunah lo da al rey...” (Shmuel 2, 2° de Samuel 24, 23)

Y bien aunque admitamos que Araseah era un rey, al ver que David conquistó Jerusalem y la hizo suya, como está dicho, "David tomó lá fortaleza de Sion...” (Shmuel 2, 2° de Samuel 5, 7-8  ¿por qué necesitó comprar el lugar de Araunah con dinero? Una explicación sería simplemente que aunque David era el gobernante de Jerusalem, ese lugar era la heredad de Araunah y por lo tanto sólo podía ser tomado de él con su consentimiento; de la misma manera que Ajab, aunque rey y gobernante en Israel, para adquirir el viñedo de Nabot el Jesreelita, primero hubo de obtener el consentimiento de este último. Pero una explicación más profunda es que Araunah efectivamente era rey y gobernante de ese lugar, y cuando llegó el tiempo en que éste saliera de su posesión, ello sólo podía efectuarse a costa de mucha sangre y muerte para Israel. Posteriormente cuando el Angel Destructor, en la ejecución de su obra de matanza, llegó a ese lugar, no podía prevalecer, y su fuerza se agotó. Fue, en realidad, el lugar donde Yitzjak había sido atado sobre el altar que Abraham construyó; y así, cuando el Santo miraba a ese lugar se llenaba de compasión, como leemos, "y cuando estaba por destruirla, el Eterno miró..., y dijo al ángel destructor...” (Divre hayamím, 1, 1° de Crónicas 21, 15) significando que Él miró allí cómo se ataba a Yitzjak, y tuvo compasión de él, e

inmediatamente dijo al Angel destructor: "basta...” (Divre hayamím, 1, 1° de Crónicas 21, 15) la palabra "basta" tiene el mismo alcance que la palabra similar en el pasaje "Habéis morado bastante en este monte” (Devarím, Deuteronomio 1, 6).  que es como decir: "Este lugar ha estado bastante tiempo en tu posesión; lo has tenido por muchos años, ahora devuélvelo a su dueño legítimo". Y por todo esto sólo se lo pudo conquistar con gran sacrificio de vida y dinero. "¿Cuál es la significación del nombre "Araunah"? El mismo también está escrito "Ornan” (Divre hayamím, 1, 1° de Crónicas 21, 15) Mientras ese lugar estaba en su posesión era llamado Araunah, una palabra de cinco letras, porque en el caso de un avaro así que representa al "otro lado", el agregado de una letra implica una degradación, mientras que para el lado de la santidad la disminución de letras implica una santidad agregada. Observad ahora que el lado santo se llama el arca (axón) del pacto, y tal arca es apropiada para colocar en su interior los restos corporales de un hombre. Por esta razón, cuando los santos y piadosos parten de este mundo, sus cuerpos son colocados en un arca, pues el "otro lado" no ha sido provisto de un cuerpo y nada tiene en común con el cuerpo de Hombre. De José encontramos escrito "y él fue puesto en un ataúd (axón) en Egipto” (Bereshis, génesis 50, 26) donde la palabra vayyisem (y fue puesto) está escrita con doble yod. ¿Por qué razón? porque él guardó de manera inigualada el símbolo del pacto sagrado y por eso mereció ser puesto en el arca. R. Abba lloró aquí, diciendo: ¡Desdichada la humanidad, que no sabe de esta desgracia! ¡Maldición, por su ofensa, dado que cada uno que desea es colocado en un arca! Pues este privilegio ha de ser reservado para

aquellos que son conscientes de que nunca en sus vidas han transgredido contra el signo del pacto. Colocar a cualquier otro en el arca es profanarla. Hay cierto simbolismo en esta conexión que la hace apropiada para él y no para otro; y desdichado aquel que, a pesar de su abuso del signo del pacto, es admitido en el arca; desdichado aquel que abusó durante la vida, desdichado él que ahora abusa cuando muerto, desdichado aquel por menoscabar el signo y el arca del pacto sagrado, desdicha para él por el castigo que ha de ejecutarse por los males que cometió en este mundo y por el abuso del arca. A esto se refiere la Escritura en las palabras: "porque no descansará el cetro de maldad sobre la suerte de los justos” (Tehilím, Salmos 125, 3). Es decir, cuando uno así llega para juicio en el otro mundo y se comprueba que además de haber profanado el signo del pacto sagrado estampado en su cuerpo también profanó el arca en el otro mundo, se lo excluye de cualquier lugar entre los justos y se lo coloca fuera de la categoría de hombre y, consiguientemente, fuera de todos los destinados a vida eterna, y se lo entrega al poder del "otro lado", el lado que no tiene parentesco con el misterio del cuerpo del ser humano. Cuando es entregado al poder de ese lado, desdichado de él, pues es arrojado en el guehinóm, de donde no saldrá por toda la eternidad. Con referencia a uno así está escrito: "Y saldrán, y mirarán los cadáveres de los hombres que se rebelaron contra Mi ... “ (Yeshayahu, Isaías 66, 24). Esta condena, sin embargo, se aplica solamente a los que no han vuelto con un pleno arrepentimiento, suficiente para borrar todas sus malas acciones. Pero aun después del pleno arrepentimiento, para uno así es mejor no ser puesto en el arca, porque mientras el cuerpo sigue existiendo, el alma está bajo sentencia y no puede entrar a su lugar propio. Pero ello no ocurre

así con los piadosos que son dignos de ascender, aun mientras sus cuerpos perduran. Feliz es su suerte en este mundo y en el mundo por venir. En lo que concierne a los pecadores antes mencionados, no hay pecado tan grave a la vista del Santo como el pecado de pervertir y profanar el signo del pacto sagrado; y quien comete tal ofensa es excluido de la vista de la Shejiná. Está escrito aquí: "Y Betzalel hizo el arca". ¿Por qué los hombres sabios que hicieron el Tabernáculo no hicieron también el arca? La razón es que Betzalel representaba la parte final del cuerpo, el símbolo del pacto sagrado que mantuvo puro, y de ahí que le tocó hacer el arca, que era su parte propia. Entonces todos los Compañeros se acercaron y besaron a R. Abba. Cuando vinieron a R. Simeón y le repitieron todas las exposiciones que habían oído durante el camino, él citó el versículo: "Pero la senda de los justos es como la luz de la aurora, que brilla más y más hasta el día perfecto” (Mishle, Proverbios 4, 18) Dijo: Este versículo ya se expuso en una manera pero hay en él una verdad aún más profunda. "La senda de los justos" es la senda de la verdad, la senda en que el Santo, Bendito Sea, se deleita, la senda por la cual siguen los justos, con el Todopoderoso conduciendo el camino mientras todas las legiones celestiales bajan para escuchar sus exposiciones y enseñanzas; "como la luz de la aurora", es decir, como una luz que continúa sin marchitarse nunca, a diferencia de la senda de los malvados, de la cual está dicho: "el camino de los malvados es como oscuridad ... “ (Mishle, Proverbios 4, 19) El siguiente es otro comentario sobre lo mismo. ¿Cuál es la diferencia entre "senda" (oraj) y "camino" (déref )? Una "senda" es recientemente abierta y poco pisada aún, mientras que un "camino" es una ruta bien usada, ya transitada por muchos pies. De ahí que el andar de los justos se llama "senda", porque son los pioneros que abren una senda nueva para ellos mismos; y aunque otros los hayan precedido, cuando ellos caminan por ella se vuelve una senda nueva, como si nunca se la hubiera pisado antes. Porque ellos la transforman en virtud de las muchas sublimes y santas enseñanzas con que deleitan al Santo. Más aún, la Shejiná anda ahora por esa senda, lo que no hizo antes. Pero "camino", de otro lado, es una ruta coman, abierta a todos y pisada aún por los malvados. Esto se insinúa en las palabras "Que hace un camino (déref) en ,el mar” (Mishle, Proverbios 43, 16) empleándose la palabra "camino" porque es accesible al "otro lado", la indeseable influencia que ejerce su poder para contaminar el Tabernáculo, y, así, los justos

,son abandonados a ellos mismos, para regir sobre la región llamada "senda" (oraj), como ya se dijo. "Camino" está así abierto a todos, para este "lado" y su opuesto, y vosotros, ¡oh santos exaltados, —concluyó R. Simeón— habéis entretenido al Visitante (Oréaj) celestial, y habéis enunciado y desplegado exposiciones sublimes en la presencia del Anciano de Días! Feliz es vuestra suerte.

 

R. Simeón siguió discurriendo y citó el versículo: "Y Josué, hijo de Nun, fue lleno de espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él” (Devarím, Deuteronomio 34, 9) Dijo: En muchos lugares hemos asentado que el rostro de Moisés era como el rostro del sol, mientras que el de Josué era ceno el de la luna. Pues la luna no tiene luz propia, sino que recibe su luz por reflejo del sol hasta que se vuelve plena, cuando se puede decir que alcanzó su estado de acabamiento. La condición de completa de la luna es cuando ella se llama "reflejo" (demuth), en relación al Sol superior llamado JHVH, porque recibe este nombre solamente cuando está completa, pues tiene muchos nombres de acuerdo a sus varias manifestaciones. Así, cuando está completa en todos los lados se llama JHVH, correspondiendo su condición de completa a la completitud más elevada.

La Hija es la heredera de la Madre. Este es el caso en el décimoquinto día del mes, y así, "En el décimoquinto día de este séptimo mes es la festividad del Tabernáculo” (Vayikrá, Levítico 24, 34) También está escrito "sea como fuere, el décimo día de este séptimo mes es el día de Expiación” (Vayikrá, Levítico 24, 27) que tiene la misma referencia. Cuando el Mundo por ser el simbolizado por todas las Diez Expresiones, y centrado en este mes, primero se le llama "diez", y después, cuando la luna se junta con él en completitud, se lo lama "quince", juntándose la Hei (5) con la Yod (10), y ambas forman el Nombre Divino YH. En el completado nombre JHVH hay una segunda Hei agregada; la primera Hei está asociada con el misterio superior, y la segunda simboliza la Providencia que proporciona su sostén al mundo inferior. La Luna se halla así en su plenitud, una plenitud que abarca los mundos superior a inferior, a través del sentido interno del Nombre Divino, formando todo una unidad de perfección. Josué es el símbolo de la plenitud de la luna, siendo él verdaderamente el hijo de Nun, como la letra Nun es expresiva de la significación recóndita de la luna. Y así "Josué estaba lleno del espíritu de sabiduría", lleno en la plenitud del Nombre Divino. Porque el Punto Supremo, idéntico con la letra Yod, se expandió y produjo un Espíritu, el cual produjo un Templo. Entonces ese Espíritu se expandió más y así adquirió seis direcciones. Habiéndose expandido por todas éstas, llenó e hizo que viniera a ser el Templo Inferior. Así, el Nombre Divino se hizo manifiesto en una unidad de acabamiento. Entonces, "Josué estaba lleno del

espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él", esto es, derramó bendiciones sobre él y, por así decirlo, por él se llenó el pozo. R. Simeón concluyó: Y vosotros, santos exaltados, cada uno de vosotros está lleno del espíritu de sabiduría y ha alcanzado la fase plena de la sabiduría mística, tanto más que el Santo, Bendito Sea, encontró deleite en vosotros y ha puesto Sus manos sobre vosotros. Feliz es mi suerte porque mis ojos han visto esto, o sea la plenitud del espíritu de sabiduría que hay en vosotros. R. Simeón continuó discurriendo. Citó el versículo: "No comáis nada con sangre. No practiquéis adivinación ni observéis agüe-ros, por la marcha de las nubes” (Vayikrá, L (Vayikrá, Levítico 19, 26) Dijo: La enseñanza esotérica de este versículo es que si un hombre come antes de haber rezado por su sangre, como debía, es como si estuviera practicando adivinación y agorería. Pues en la noche el alma del hombre asciende al cielo para mirar el misterio de la Gloria Divina, cada uno de acuerdo a sus méritos, y el cuerpo es así dejado derivando su fuerza vital solamente de la sangre. Y aunque viviente, el hombre tiene entonces un pregusto de la muerte, y esa fuerza vital es demasiado inactiva para volver a despertarlo al retorno del alma, de modo de ser capaz de recibirla. Porque cuando el hombre despierta de su sueño no se

encuentra en un estado de pureza, porque, como ya se explicó en otra parte, el "otro lado" tiene dominio cuando el alma está ausente. Primero, ha de purificarse con agua, pero aun entonces, y aun estando dedicado al estudio de la Toráh, el alma no reasume su anterior lugar y dominio. Todavía es sostenido solamente por la fuerza vital de la sangre, la fuerza que se llama néfesch (alma), que impregna la sangre. Solamente cuando adora a su Amo con la plegaria, esa fuerza sanguínea recupera su posición normal, de modo que el alma vuelve a adquirir su control en su propia esfera. Es así como el hombre alcanza su propia y perfecta condición, con la fuerza vital (néfesch) abajo y el alma arriba. De ahí gire si un hombre reza antes de comer, se pone en condición apropiada, pero si come antes de rezar para que su sangre reasuma su esfera propia, es como si estuviera practicando

adivinación y agorería, dado que este es el camino del adivino de elevar el "otro lado" y degradar el lado de la santidad. El término menajesch (adivino) está emparentado con najasch. (serpiente). El adivino se llama así porque se entrega a la Serpiente para obtener de ella poder y fuerza. Un hombre así es como uno que sirve a otros dioses. Igualmente, ocurre así con quien come antes de rezar, adorando la fuerza vital de la sangre en vez de adorar al Todopoderoso para fortificar el lado del alma, el lado de la santidad. R. Simeón continuó: Feliz es vuestra parte, oh santos exaltados, porque por la plegaria el cuerpo y el alma del hombre son edificados de manera que él se torna completo. La plegaria efectúa un cuádruple proceso de construcción que en esencia es uno. Primero, edifica a aquel que ora; sL.gundo, construye este mundo; en tercer lugar, viene la construcción del mundo superior con todas las huestes celestiales; el cuarto proceso de construcción es forjado sobre el Nombre Divino, de modo que todas las, regiones superiores e inferiores son abarcadas en un proceso edificante, en la manera apropiada. Primero, en cuanto al hombre mismo, incumbe que cada

cual se edifique por medio de la acción meritoria y la santidad y sacrificio y ofrendas de holocausto. Entonces, la construcción de este mundo se efectúa cuando recitamos las obras de la creación, alabando al Todopoderoso por cada obra separada a trapés de nuestra lectura de los Salmos de Aleuya, como "Alabadlo, vosotras todas estrellas de luz, alabadlo, vosotros cielos de cielos...” (Tehilím, Salmos  148, 3-4.)

 

Esto es para el sostén de este mundo. El tercer pro-ceso se forja en el mundo superior con todas sus huestes sobre huestes y legiones sobre legiones. Así recitamos: "creador de espíritus auxiliares... y los Ofanim y las santas Jayot...". Finalmente viene el cuarto proceso, que se forja sobre el Nombre Divino, que; por medio de nuestra plegaria, se torna perfecto. R. Simeón concluyó: Feliz es vuestra parte en este mundo y en el mundo por venir. Este es verdaderamente el efecto de los preceptos que lleváis a cabo por medio de la plegaria. Luego discurrió de la manera siguiente. Está escrito: "Tú temerás al Eterno tu Dios” (Devarím, Deuteronomio 10, 20.)  y, también, "y temerás a tu El Eterno (melohcjo, literalmente, de tu Dios" (Vayikrá, L (Vayikrá, Levítico 19, 14). ¿Por qué en el último pasaje está escrito "de tu Dios" y no simplemente "a tu Dios", como en el pasaje anterior? La preposición "de" señala, sin embargo, el lugar que está ligado al "cerebro" y lo rodea. Ese lugar es el fuego central que rodea al fuego íntimo. Porque en relación con esto hay tres variedades de fuego. La primera es el fuego que recibe fuego con júbilo, juntándose los dos en amor y goza; el segundo es ese del cual está escrito "y había resplandor (nogah) en el fuego” (Yejezkel, Ezequiel 1, 13). es el fuego íntimo que goza en la presencia del otro fuego. Entonces viene el tercer fuego que rodea a ese resplandor y en el cual reside el terror de la Severidad para el castigo de los malvadas. En realidad hay también una enseñanza que habla de cuatro variedades de fuego, cuatro que en esencia son uno. Pero es en el fuego arriba mencionado que reside el terror de la Severidad. De ahí "temerás (lo que viene) de tu El Eterno", que significa: "Tu temor partirá de, o será inspirado por, Su castigo". Además, hemos de combinar, temor con amor, temor en un lado y amor en el otro. Hemos de temer debido al castigo que proviene de un lado por la transgresión de los preceptos de la Toráh, porque una vez comenzado esto, el lado que los inflige nunca descansa hasta que el transgresor es exterminado de este mundo y del mundo por venir. Así, el hombre ha de temer ese fuego que es el asiento del temor. Ese fuego se extiende hacia afuera en otro fuego, que pertenece a otro objeto de temor, respecto de lo cual está escrito "no temeréis a los dioses de los Amoritas” (Shofetím Jueces 6, 10).

 

Pero el fuego antes mencionado pertenece al lado santo, y es el que rodea a ese resplandor (nogah) antes mencionado. El otro y extraño fuego a veces se une a este fuego, y otras veces se aparta de él.

Cuando se junta, se convierte en oscuridad de modo de oscurecer y cerrar la luz de los otros fuegos. Después del temor viene el amor. cabalísticamente esto se expresa diciendo: "después de que el miedo ha revoloteado sobre la cabeza de una persona, despierta el amor, que pertenece al lado derecho". Porque quien adoró por amor se vincula a una región muy sublime y a la santidad del "Mundo que será", por la razón del amor que asciende al "lado derecho" para su vinculación y adorno. Pero no penséis que el culto que viene del lado del miedo no es culto del todo. En verdad, es culto que ha de ser altamente valorado. Pero no asciende, de modo de unirse a la parte más elevada de la esfera superior. Esta está reservada para el culto que se inspira en amor, y quien adora en un espíritu de amor es persona destinada al mundo futuro. Feliz es la parte de uno que ejerce dominio sobre la región del miedo, siendo el amor el único poder que domina al miedo en virtud de que pertenece a la recóndita influencia de la Derecha. Además es esencial en la realización de nuestro culto al confesar la unidad del nombre del Santo, Bendito Sea, y confesar la unidad de los miembros y grados superiores e inferiores, y combinarlos a todos en el lugar al cual convergen adecuadamente. Esta es la significación recóndita de la declaración: "Oye, oh Israel: El Eterno nuestro Dios, el Eterno es Uno” (Devarím, Deuteronomio 6, 4) El término SHeMá (oye) es analizado cabalísticamente en SHeM (nombre) y la letra Ain (igual a setenta), esto es, un Nombre que comprende setenta nombres mientras permanece siendo una unidad. "Israel" significa aquí "Israel Anciano", en contraste con "Israel Pequeño", de quien está escrito: "Cuando Israel era un niño, Yo lo amaba” (Hoshea, Oséas 11, 1). "Israel Anciano" simboliza la unión de la Shejiná con su Esposo, y al pronunciar este nombre hemos de concentrar nuestro espíritu en el principio de unidad, en la unión de las dos moradas; hemos de poner todo nuestro ser, todos los miembros de nuestro cuerpo, nuestra devoción completa, en ese pensamiento de modo que elevarnos y ligarnos al En-Sof (Infinito), y así alcanzar la unidad de los mundos superior e inferior. Las palabras "el Eterno nuestro El Eterno" son para reunir todos los Miembros en el lugar de donde salieron, que es el Santuario más interno. El mismo pensamiento se continúa en las palabras "El Eterno es Uno", que al recitarlas hemos de hacer de modo que nuestros pensamientos, a través de todos los grados lleguen al Infinito (En-sof) en amor y temor. Este es el método de confesar la unidad de El Eterno que practicó Rab Jamnuna el Venerable, que lo aprendió de su padre, que lo tuvo de su maestro, y así sucesivamente, hasta que provino de la boca de Elías. Y es el método correcto y apropiado. El mismo Rab Jamnuna dijo además que concentrar toda la idea de unificación en el término "Uno" (Ejad) es un camino aún mejor; y es por esta razón que nos detenemos largamente en la enunciación de la palabra "uno" (ejad), durante lo cual efectuamos la fusión en uno de los mundos superior e inferior. Como hemos aprendido, "uno" se refiere a arriba, abajo y los cuatro rincones del universo, siendo esto la Carroza Superior, de modo que todos son abarcados en una unidad singular que llega hasta el En-sof (Infinito). Después del recitado de "Oye, oh Israel. . .", hemos de recitar la sección que contiene la mención del Exodo del Egipto (Bamidbar,Números 15, 37-41) por la razón de que la Shejiná estuvo en el exilio egipcio y mientras ella está en exilio no hay unión entre los mundos superior e inferior. Pero la redención de Egipto acompañada de todas las señales y maravillas, La liberó. Y esa redención la hemos de mencionar para mostrar que aunque Ella estuvo encadenada, ahora está libre, de modo que puede unirse a su Esposo Celestial. De ahí que corresponde que al recitado de la Redención sigan inmediatamente nuestras plegarias de ruego como un signo de perfecta unidad entre los aspectos divinos, sin ruptura y sin ninguna separación. La indicación mnemónica para esto es: "ni tomarán una mujer separada de su marido” (Vayikrá, L (Vayikrá, Levítico 20, 7) Pero ustedes pueden preguntar: ¿no está Ella en el presente en exilio, y, por lo tanto, apartada? No, no es así. Ella está efectivamente en exilio, pero solamente por Israel, de modo de residir con los israelitas y protegerlos, pero Ella no está apartada. La Shejiná no apareció ni durante el primer Templo ni durante el segundo Templo. En el segundo Templo, antes de que Israel fuera arrojado al exilio, Ella ascendió a lo alto, y sólo después del exilio hizo su morada con los israelitas. Pero nunca fue puesta aparte.

 

De ahí la importancia de la primera redención, la redención de Egipto, que comprendía todas las cuatro redenciones. La exposición esotérica del asunto es como sigue. Cuando la Shejiná dejó el

exilio de Egipto, suplicó al Santo, Bendito Sea, que pudiese entonces ser redimida con una cuádruple redención, correspondiente a los cuatro exilios, de modo que pudiese permanecer libre y no ser apartada nunca más. Este pedido fue otorgado, y así el éxodo abarcó paró la Shejiná todas las cuatro redenciones. Por eso, en el momento de la unión de Ella con su Esposo celestial es necesario, para el despliegue, por así decirlo, de la redención de Egipto, que abarque las cuatro redenciones. De ahí que en el recitado de esa redención hemos de repetir cuatro veces el término "verdadero" antes de llegar a la porción que empieza con "Tú fuiste la ayuda de nuestros padres...", una plegaria que es un firme apoyo para todo Israel. Entonces, en el curso del recitado "Tú fuiste...", el término

"verdadero" vuelve cuatro veces, con lo cual fortalecemos, confirmamos y corroboramos las mismas cuatro redenciones con el sello y el timbre del Rey. Si las cuatro redenciones no hubieran estado comprendidas en el Éxodo durante todo el exilio, Ella no habría obtenido sus adornos de modo de manifestar la unidad del Nombre Divino. Así, hemos de mencionar la redención de Egipto en cada recitado de la Santificación ofrendado al Santo, Bendito Sea, por siempre y toda la eternidad. Como ya lo dijimos, el significado interno de los recitados de la Santificación es que con ella son santificados los mundos superiores e inferiores, todos los grados, todas las legiones superiores e inferiores. Aquí están involucrados misterios sublimes a través de los cuales los iniciados disciernen la santidad de su Amo. Feliz es la suerte de ellos. R. Simeón concluyó: Feliz es vuestra porción y felices mis ojos que han sido testigos del despertar de estas palabras santas en este mundo, tanto más que ellas todas están escritas en el mundo en lo alto ante el Rey santo. A continuación discurrió sobre el versículo: "Entonces los que temían al Eterno hablaron cada uno con su compañero; y el Eterno escuchó, y los oyó; y fue escrito un libro de memoria delante de él, en favor de los que temen al Eterno, y de los que piensan en Su nombre” (Malají, Malaquías 3, 16) Dijo:

 

Este versículo presenta una dificultad al emplear la palabra nidbru (literalmente, fueron hablados) en vez de dibru (hablaron). Pero lo que significa es la repetición de las palabras habladas sobre la tierra en el mundo superior, por todas las legiones y huestes sagradas. Porque las palabras de

la Ley santa habladas aquí abajo ascienden a lo alto, donde vienen multitudes a encontrarlas para elevarlas y presentarlas ante el Rey Santo, para ser allí adornadas con muchas coronas tejidas de las radiaciones superiores. Entonces, todas estas palabras son autohabladas ante el Rey Altísimo. ¡Quién vio tal júbilo, quién fue testigo de tales alabanzas, como las que se elevan a esos cielos en el momento en que esas palabras ascienden, mientras el Rey Santo las mira y Se corona con ellas! Ellas saltan arriba y abajo, se instalan en Su seno para El, para entretenerlo a El; de allí ascienden hacia Su cabeza y son tejidas en una corona. De ahí las palabras que habla la Toráh: "Y yo siempre jugaré ante él” (Mishle, Proverbios 8, 30). En el versículo citado se menciona dos veces a "los que temen al Eterno"; la primera indica a los hombres cómo son aquí abajo, y la segunda sus imágenes

cómo son reflejadas en sus palabras que ascienden a lo alto. Esta doctrina esotérica se encuentra en  el Libro de Enoj, donde se dice que todas las palabras de exposición expresadas por los justos sobre la tierra con adornadas con coronas y son dispuestas ante el Santo, Bendito Sea, que se deleita con ellas. Entonces ellas descienden y ascienden do nuevo ante Su presencia en la imagen del hombre justo que les dio expresión, y entonces El Eterno se deleita con esa imagen. Entonces, las palabras son inscriptas en "un libro de recordación ante El", de modo que duran por siempre. "Y aquellos que piensan sobre Su nombre" es una alusión a los que meditan sobre las palabras de la Toráh  para con esto abrirse camino a su Amo a través de una visión en el Nombre Divino, de modo de conocerlo a El y equiparse en su corazón con la sabiduría del nombre de El. Está escrito: "y por encima de la expansión que estaba sobre sus cabezas, había como la apariencia de una piedra de záfiro, a semejanza de un trono” (Yejezkel, Ezequiel 1, 26). R. Simeón dijo: Esta expansión es, como vosotros, compañeros, habéis explicado, el firmamento inferior. Feliz es mi parte y feliz es vuestra parte, pues en cuanto al firmamento superior, no hav nadie que pueda nunca discernirlo. Encima de ese firmamento, entonces, hay esa "piedra de zafiro", esa joya preciosa que lo adorna. Dice "a semejanza de un trono", y no `el trono". Porque hay trono y trono. El término "el trono" habría significado el Trono Superior, que no está descubierto y se halla más allá de todo conocimiento y comprensión. Por eso dice aquí "un trono", es decir, un trono inferior. El versículo citado continúa: "y sobre la semejanza del trono, una semejanza como la apariencia de un hombre” (Yejezkel, Ezequiel 1, 26) ¿Por qué decir a la vez "semejanza" y "apariencia", si "semejanza" habría sido suficiente? La' explicación es que el término "semejanza" se refiere a la gloria más elevada, a la imagen del Hombre; mientras que la palabra "apariencia" abarca la semejanza generada en sus palabras de exposición de la Toráh y doctrinas místicas, que ascienden y son coronadas en lo alto, y luego asumen la imagen de hombre, de esos justos que las coronan, para deleite del Santo, Bendito Sea.

 

Y vosotros, Compañeros, observad que el Santo se entretiene ahora con las palabras que pronunciasteis, y estáis ahora ante vuestro Amo según estáis representados por vuestras santas imágenes. Porque cuando yo os vi y miré bien vuestras formas internas, vi que estabais estampados con la impresión mística de Adán, y así supe que vuestra imagen se halla estacionada en lo alto. De esta manera los pastos están destinados a ser distinguidos en el futuro a ojos de todos los hombres y a hacer que su rostro santo se manifieste ante todo el Inundo. Así está escrito: "todos los que lo ven lo reconocerán como que ellos son la simiente que el Seor ha bendecido” (Yeshayahu, Isaías 51, 9)

En este punto R. Simeón notó que R. Yose meditaba sobre asuntos mundanales. Le dijo: Yose, levántate y completa tu imagen, pues te falta una letra. R. Yose se levantó entonces y gozosamente se absorbió en exposiciones de la Toráh. R. Simeón lo miró entonces de nuevo, y dijo: R. Yose, ahora eres completo ante el Anciano de Días, y tu imagen es completa. R. Simeón discurrió luego, citando el versículo: "He hicieron la lámina (tzitz) de la santa imagen de oro puro...”  (Shemot,Exodo 39, 30), ¿por qué a la lámina se la llama tzitz (literalmente, mirada, atisbo)? Porque era un espejo, que reflejaba el carácter de todo hombre que la miraba. Pues en esa lámina estaban grabadas las letras del Nombre Divino y cuando un justo aparecía ante ella, las letras así grabadas salían y se levantaban luminosas de sus cuencas, de las que brillaba una luz sobre el rostro del hombre con un centelleo tímido. Por un momento el sacerdote notaría el reflejo de las letras en el rostro del hombre; pero al mirar más apretadamente vería nada más que una luz pálida, como el reflejo del brillante oro. Pero la primera mirada momentánea que el sacerdote captaba era para él un signo de que ese hombre era grato al Santo, Bendito Sea, y que estaba destinado al mundo por venir, tanto más que esa luz era una iluminación de lo alto y un signo de favor divino. Por otro lado, si el rostro de un hombre no mostraba tal signo sagrado cuando se hallaba ante la lámina, el sacerdote sabía que ese hombre era un malvado y necesitaba de expiación e intercesión.

 

R. Judá comenzó a discurrir sobre el versículo: "Fija tus ojos en el campo donde ellas segaren, y anda en pos de ellas. . .; y cuando tuvieres sed, vete a las vasijas y bebe del agua” (Ruth 2, 9). Dijo: este versículo plantea un problema, porque su propósito no es de: todo aparente. R. Yitzjak intervino, diciendo: ¿No hay, acaso, muchos más versículos en

la Escritura que parecen ser inútiles, y el propósito de los cuales no es aparente, y sin embargo, sabemos que ocultan en su interior profundas doctrinas esotéricas? Entonces R. Judá prosiguió su discurso y dijo: En lo que concierne a este versículo, quien lo mira y no lo estudia profundamente es como un hombre que mira un manjar sin gustarlo. En verdad hay en él un sentido interno, y ha sido compuesto bajo la inspiración del Espíritu Santo. Llega a esto. Boaz, el Juez de Israel, advirtió la modestia de esa mujer justa en que ella no dirigió sus ojos de un lado a otro, sino que solamente miraba a su frente, y que tenía un ojo benigno, y no había en ella rastro de impudicia. Entonces él habló en elogio de los ojos de ella. Porque hay ojos que traen mala suerte a cualquier ligar a donde se dirigen. Pero él observaba en ella un ojo bondadoso y también vio que todo prosperaba en manos de ella, que cuanto más ella cosechaba, más la cosecha de su campo crecía. Y así Boaz reconoció que el Espíritu Santo revoloteaba sobre ella. De ahí que se dirigiera a ella, diciendo: "Que tus ojos estén sobre el campo

que ellos cosechan, y sigue tras de ellos", es decir, "tras de tus ojos". Porque la frase "después de ellos" no puede construirse como refiriéndose a los espigadores, pues si así hubiera sido habría estado escrito "y cosecha tú" en vez de "anda tú".

 

Así, Boaz le dijo que fuera "detrás" de sus ojos, habiendo observado que sus ojos llevaban consigo bendición y eran la causa de un múltiple acrecentamiento en la cosecha. Es como si hubiera dicho "a otra gente no le está permitido seguir tras de sus ojos, pero tú puedes seguir tras de los tuyos porque son los productores de múltiples bendiciones". El versículo también puede explicarse de la manera siguiente. Boaz vio, bajo la inspiración del Espíritu Santo, que estaban destinados a salir de ella grandes reyes y gobernantes, a los que se llama los "ojos" del pueblo, como en el pasaje: "entonces será que si fuese cometido algún error por los ojos de la congregación" (Bamidbar, Números 15, 24). que alude al Sanhedrín. Porque, como los miembros del cuerpo deben seguir a los ojos, que son los conductores del cuerpo, así los reyes, los miembros del Sanhedrín y otros gobernantes conducen per el camino que el pueblo ha de seguir. Esto es lo que Boaz indicaba en sus palabras: "que tus ojos sean en el campo". El término "campo" es una referencia a Sion y Jerusalem, como está escrito: "Sion será arada como un campo!” (Mijá, Miqueas 3, 12). y, también, "como el perfume del campo que el Eterno ha bendecido “ (Bereshis, génesis 27, 27). con referencia a Jerusalem.

 

De ahí, "que tus ojos sean sobre el campo", esto es, los gobernantes que estaban destinados a salir de ella tendrían su centro solamente en Jerusalem. Boaz continuó: "Donde ellos cosechan", es decir, que de ese "campo" todos los pueblos del mundo cosecharán ley e iluminación, como

la Escritura dice: "Porque de Sion saldrá la Ley “(Yeshayahu, Isaías 2, 3). "y anda tú tras de ellos", que significa "tras de los actos virtuosos que Yo he observado en ti". "No he encargado yo a los jóvenes que no te tocarían": esto puede tomarse literalmente, por ser las mujeres fáciles de dominar. "Y cuando tú tengas sed": esto es en eufemismo, pues Boaz, en efecto, decía: "cuando tú concibas mi deseo de ligarte a un hombre para producir simiente", "anda a las vasijas", es decir, a los justos, que se llaman vasijas, como está escrito, "sed limpios vosotros que lleváis las vasijas del Eterno (Yeshayahu, Isaías 52, 11). Ellas son las vasijas que la humanidad en tiempo venidero traerá como un presente al Rey Moshiaj; ellos son las "vasijas del Eterno", en quienes el Santo, Bendito Sea, se regocija; y aunque vasijas rotas, magulladas en este mundo por causa de observar la Toráh, el Santo, sin embargo, solamente usa de ellas: "lígate a tales vasijas", encomendó Boaz a Ruth, "y bebe...". R. Yose comenzó un discurso sobre el versículo: "Y cuando Boaz hubo comido y bebido, y estuvo contento su corazón...” (Ruth 2, 7) Dijo: su corazón estaba contento porque había pronunciado una bendición por su alimento. Además, hay aquí una significación más profunda, esto es, que cualquiera que dice una bendición después de su comida satisface a su "corazón", a lo cual aluden las palabras: "en tu nombre me dijo mi corazón” (Tehilím, Salmos 27, y, también, "pero El Eterno es la roca de mi corazón” (Tehilím, Salmos 83, 26) . Dado que la bendición ofrendada por la comida de uno es preciosa ante el Santo, Bendito Sea, quien pronuncia tal bendición después de que

está satisfecho, hace bien y trae gozo a "otra región". Así, aquí "otra región" derivaba gozo de la bendición después de la comida que el justo Baaz pronunció, y así leemos "y su corazón estaba contento". ¿Por qué pronunciar una bendición? Porque el sostén de un hombre es gravoso, por así decirlo, para el Todopoderoso. Pero cuando las palabras de bendición pronunciadas por un hombre después de comer y beber ascienden a lo alto, ese lugar deriva goce de tales palabras, y así el alimento trae beneficio abajo y arriba. Esta es una enseñanza recóndita que los Compañeros conocen. Además, en días de semana "esa región" goza solamente las palabras de la bendición de después de la comida que ascienden a lo alto. En días de Shabbos, en cambio, hay un ¡úbilo en lo alto por la comida misma que sobre la tierra goza el hombre, en virtud de ser parte del santo goce del Shabbos.

 

Así, aquí hay una fusión de lo celestial y lo terrenal. Esta enseñanza recóndita está indicada en el pasaje "porque todo lo que hay, de Ti es; y de lo Tuyo propio nosotros Te hemos dado” (Divre hayamím, 1, 1° de Crónicas 29, 14) que alude al goce en el cielo del santo gozo en las comidas sabáticas de que se participa abajo. Todo aquel que pronuncia la bendición de después de la comida debe hacerlo devotamente y con ánimo gozoso, no mezclado con ningún matiz de tristeza, tanto más que al dar gracias da algo de lo suyo a otro.

 

Y así, como da gracias gozosamente y sin escatimar, así le será dado sostén gozosamente y sin escatimar. Con las bendiciones, que comienzan cada una con "Bendito eres Tú", son sostenidas las cuatro legiones que gobiernan sobre los cuatro rincones del mundo. De ahí que debemos recitarlas con sinceridad. Así la Escritura dice: "El que tiene ojos generosos será bendito, porque da de su pan al pobre” (Mishle, P (Mishle, Proverbios 22, 9)  donde el término Yeboraj (será bendecido) puede leerse Yebarej (bendecirá o bendice); y así el versículo llega a decir que hemos de pronunciar la bendición después de la comida en un espíritu generoso, porque por esa bendición y nuestro júbilo al pronunciarla proveemos sostén para el menesteroso, es decir, para la región —Maljús— que nada posee por sí misma, sino que obtiene su sostén de todos los lados y está hecha de todos los lados. Y bien, estas enseñanzas solamente han sido transmitidas a los iniciados que son entendidos en las sublimes doctrinas místicas y en las sendas de la Toráh. Observad ahora que Boaz era generoso de corazón y libre de toda presuntuosidad. Y así está escrito de él: "se fue a acostar al extremo del montón de trigo” (Ruth 3, 7). Esto lo aclara cabalísticamente el pasaje: "tu vientre es como un montón de trigo” (Shir hashirím, Cantar de los Cantares 7, 3).

 

 Y así de aquí aprendemos que quien pronuncia el agradecimiento de después de la comida gozosamente y con devoción, cuando deja este mundo hay para él preparado un lugar en las mansiones sagradas y misteriosas. Feliz el hombre. que presta atención a los preceptos de su Amo y conoce su significación recóndita, pues no hay en la Toráh precepto que no contenga múltiples enseñanzas recónditas sublimes y radiaciones y resplandores; pero los hijos de los hombres no conocen ni prestan atención a la gloria de su Amo. Feliz es la parte de los justos que son asiduos en el estudio de la Toráh; felices son en este mundo y en el mundo por venir.

 

Nuestros sabios han dicho que los arrogantes y desvergonzados no tienen porción en este mundo ni en el mundo por venir. Todos los arrogantes de Israel, cuando miraban a la Lámina, se volvían contritos de corazón y miraban hacia adentro en sus propias acciones. Porque la Lámina poseía poderes milagrosos y, así, era el medio para hacer que todos los que la miraban se sintieran avergonzados de sus malas acciones. De esta manera la Lámina aseguraba la expiación para los arrogantes y los insolentes. Las letras del Nombre Divino grabadas en ella se erigían brillantes y resplandecientes y quien miraba ese resplandor debía bajar sus ojos en temor y volverse contrito de corazón, y, así, la Lámina efectuaba su expiación. De una potencia similar era el Incienso. Pues, quien olía el humo de la columna que ascendía del "productor de humo" —uno de los ingredientes del incienso— se volvía puro de corazón y dispuesto a adorar a su Amo: la mancha del mal espíritu desaparecía de él, dejándolo que sirviera con unidad de corazón a su Padre en el cielo. Así, el Incienso poseía el poder de quebrar completamente el mal espíritu en el hombre. Así como la Lámina poseía poderes milagrosos, así los poseía el Incienso, y no hay en el mundo nada que tenga poder igual al Incienso para aplastar al "otro lado". Así leemos: "toma tu incensario y echa en él fuego de encima del altar, y pon incienso... porque de la presencia del Eterno ha salido explosión de ira: la mortandad ha comenzado” (Bamidbar, Números 17, 11) Porque nada es tan grato al Santo, Bendito Sea, como el incienso, capaz de expulsar de la casa la hechicería y todas las malas influencias. Si perfumes preparados por hombres poseen la virtud de contrarrestar, con su aroma y emanaciones, los efectos perniciosos de cosas malas, ¡cuánto más puede hacerlo el Incienso! Es ordenanza del Santo, Bendito Sea, firmemente establecida, que quien recita diariamente la sección del Incienso y reflexiona sobre ella, será salvada de todas las cosas malas y brujerías en el mundo, de todas las deformidades y malas imaginaciones, de malos decretos y de la muerte. No lo afectará daño alguno ese día, porque el "otro lado" no tiene poder sobre él. Pero se debe leer con devoción. R. Simeón observó: si la gente conociera cuán preciosa es para el Santo, Bendito Sea, la ofrenda del Incienso, tomaría cada palabra del pasaje donde está encuadrada y haría de ella una corona para las cabezas, una corona de oro.

 

Y quien la estudia debe reflexionar profundamente sobre la manera en que se llevó a cabo; y con recitarla diariamente con devoción un hombre merece una parte en este mundo y en el mundo por venir, y aleja la muerte de él mismo y del mundo, y es salvado de todos los castigos en este mundo, de los "malos lados", del castigo del guehinóm y de poderes extraños. Guando la columna de humo ascendía del Incienso que era quemado, el sacerdote veía las letras místicas del Nombre Divino ascendiendo a lo alto en esa columna. Entonces numerosas legiones santas rodeaban la columna en todos los lados hasta que salía en medio de luz y alegría a la región donde difundía júbilo y unía el mundo superior y el mundo inferior en uná unidad completa, logrando con ella expiación por el mal espíritu en el hombre y por la idolatría, que es del "otro lado". R. Simeón discurrió sobre el versículo: "Y harás un altar (mizbeaj) para quemar el incienso” (Shemót, Exodo 30, 1). Dijo: Este versículo plantea un problema, porque encontramos que había dos altares, o sea, el altar del holocausto y el altar del incienso, el primera el altar exterior y el segundo el interior. Y bien, ¿por qué se llamó al altar de incienso mizbeaj (literalmente, lugar de faena), dado que no tenía relación con la faena de animales? La explicación es que este altar era eficaz en derrotar y someter los numerosos poderes del "otro lado", de modo de hacerlos impotentes e incapaces de actuar como acusadores.

 

De ahí el nombre mizbeaj. El "mal lado", cuando veía el humo de incienso ascendiendo en una columna, estaba sometido y huía y era completamente incapaz de acercarse al Tabernáculo. Y bien, porque de ese gozo no participaba nadie fuera del Santo, Bendito Sea, por la razón de que esta ofrenda era tan preciosa a Su vista, ese altar fue colocado en la parte más interna del Tabernáculo, porque era el repositorio de bendiciones, y por eso estaba oculto del ojo del hombre. Acerca de esto esta escrito: "y se colocó entre los muertos y los vivos; y así se detuvo la mortandad” (Bamidbar, Números 17, 13) Porque Aarón encadenó al Angel de la Muerte de modo que no ejerciera dominio ni ejecutara ningún juicio. Es enseñanza tradicional que allí donde la gente recita con devoción cordial la parte que se relaciona con el incienso, allí habrá inmunidad de la muerte y el daño; ni tendrá ninguna otra nación poder sobre ese lugar. El "nombre, "altar para quemar incienso", nos dice, además, que ese altar debía ser consagrado por la quema de incienso. Además, de acuerdo con la versión caldea, nos enseña que está prohibido quemar incienso en cualquier lugar, salvo sobre carbones de fuego tomados con el censario de ese altar. Observad que quien es perseguido per el Rigor necesita el remedio de quemar incienso para salvarse, como también arrepentimiento ante su Amo. Esto le ayuda mucho para mantener alejado el castigo. Eso seguramente resultará si el hombre está acostumbrado a recitar dos veces por día la ordenanza sobre el incienso, por la mañana y al anochecer, en correspondencia con el precepto, "Y Aarón quemará sobre él incienso aromático; todas las mañanas... en la lámpara lo quemará” (Shemót, Exodo 30, 7-8) Y, más aún, este servicio sostiene perfectamente al mundo, como lo indica la frase "incienso perpetuo es delante del Eterno, en todas vuestras generaciones” (Shemót, Exodo 30, En verdad es un medio de sostén tanto del mundo inferior como del mundo superior. Allí donde no tiene lugar el recitado diario de la quema del incienso, allí amenazan ju'cios celestiales, mucha gente muere, y otras naciones obtienen dominio. Así la Escritura dice "un incienso perpetuo ante el Eterno” (Shemót, Exodo 30, lo que indica que permanece en la presencia del Eterno más que todos los otros modos de culto, siendo el más precioso y querido por el Santo, Bendito Sea. Sin embargo, la plegaria es el servicio más elevado que todos, pero la quema de incienso es cara y aceptable al Todopoderoso. Observad la diferencia entre la plegaria y la ofrenda de incienso. La plegaria se instituyó para ocupar el lugar de los sacrificios que Israel acostumbraba ofrendar, pero ninguno de los sacrificios tuvo el mismo valor que el incienso. Además, hay entre los dos esta diferencia. La plegaria repara daño que ha sido hecho, pero el incienso hace más: fortalece, une y es el mayor aportador de luz. Fue el incienso quien apartó la mala mancha (zuhama) y purificó el Tabernáculo, de modo que el todo fue iluminado, renovado y unido en una totalidad combinada. De ahí que el recitado del incienso debe siempre preceder a nuestra plegaria diaria como un medio para apartar la mala mancha del mundo, tanto más si actúa como una terapéutica diaria, como la ofrenda misma, en la que El Eterno se deleitaba. De ahí que encontramos escrito de Moisés: "Y el Eterno dijo a Moisés: toma contigo especias aromáticas, estacte...” (Shemót, Exodo 30, 34) ¿Por qué específicamente se dice "contigo"? Significa "en consideración a ti", esto es, "para tu satisfacción y provecho".

 

La purificación de una mujer redunda en satisfacción de su esposo. Así, esotéricamente, hemos de leer esa ordenanza como si dijera' "torna contigo especia aromática con el fin de apartar la mala mancha, de modo que la Shejiná y Su Esposo puedan unirse en unión santificada". Feliz es así la parte de Moisés. De manera similar leemos: "Toma para ti un becerro para ofrenda por el pecado!” (Vayikrá, Levítico 9, 2) una ordenanza dirigida personalmente a Aarón para expiar el pecado del becerro de oro trajo sobre Israel. De este modo, aquí a Moisés se le ordenó: "toma contigo", es decir, "toma para tu beneficio y uso" el incienso (ketoret), que es potente para juntar (katar), para iluminar y apartar la mala mancha. La Dalet está unida a la Hei, la Hei a la Vav, la Vav asciende y es adornada con la Flei, la He! es iluminada por la Yod, y el todo asciende, alcanzando hasta el En-sof (Infinito, Ilimitable), de modo que resulta un todo orgánico, interrelacionado bajo un principio, el más exaltado de todos. De ahí y hacia arriba, el todo se halla ordenado como con una corona por la inefabilidad del En-sof; y el Nombre Divino en su forma oculta es iluminado y es adornado en todos los lados. Y los mundos todos se envuelven en gozo, las lámparas irradian sus luces y sobre todos los mundos se derraman sostén y bendición.

 

Todo esto sigue a la oculta virtud del incienso, sin la cual no sería eliminada. Así todo depende de esa virtud. Observad que era costumbre que la ofrenda del incienso precediera a todos los otros servicios, y de ahí que su recitado debe ser un preludio a nuestro servicio de himnos y alabanzas, pues éstos no ascienden y no se logra el requerido ajuste y unidad hasta que la mala manoha es apartada. En efecto, la Escritura dice: "Así hará expiación por el santuario... y a causa de sus transgresiones, con motivo de todos sus pecados” (Vayikrá, Levítico 16, 16) primero "expiación por el santuario" y luego por "sus transgresiones". Nosotros, también, hemos de apartar primero la mala mancha y purificar el santuario, y luego entregarnos al canto del himno y la plegaria, como ya se dijo. Felices son los hijos de Israel en este mundo y en el mundo por venir, tanto más porque saben cómo efectuar ajuste en lo alto y en lo bajo; cómo lograr ajuste desde el mundo inferior hacia arriba hasta que el todo esté unido en la unión más sublime. El proceso de ajuste efectuado en el mundo inferior lo es por medio de las letras impresas del Nombre inefable, con el cual el Santo, Bendito Sea, es nombrado. R. Simeón y R. Eleazar su hijo estaban una noche sentados juntos estudiando la Toráh. R. Eleazar dijo a su padre R. Simeón: Está escrito: "multiplicaré en gran manera los dolores de tu preñez. con dolor parirás hijos; y a tu marido estará sujeto tu deseo...” (Bereshis, génesis 3, 16) Hemos aprendido que este pasaje contiene una profunda enseñanza. mística. Se puede comprender este pasaje en su significación terrenal, ¿pero qué corresponde a él en el mundo superior? R. Simeón citó el versículo: "como la cierva anhela las corrientes de las aguas ...” (Tehilím, Salmos 42, 2) Dijo: Este versículo ya se expuso. Pero hay cierto animal hembra que tiene a su cargo diario mil llaves y que continuamente anda detrás de las corrientes de agua para beber y calmar su sed, y de quien está dicho "como la cierva anhela las corrientes de a:gua''. Se ha de observar que este versículo comienza con un sujeto masculino "el ciervo" (ayal), y continúa con un predicado femenino, taerog (ella anhela). La explicación recóndita de esto es que una alusión al masculino-femenino como uno indiviso e inseparable; y es la parte femenina de éste que "anhela las corrientes de agua", y luego se impregna del elemento masculino, y actúa, pasando bajo el escudriñamiento del Rigor. Pero en el momento en que está por dar a luz, el Santo, Bendito Sea, prepara para ella una inmensa serpiente celestial por cuya mordedura ella da a luz a salvo. Y este es el significado oculto de "multiplicaré en gran manera los dolores de tu preñez", pues ella está en diarias convulsiones y dolor a causa de los actos de la humanidad; "con dolor parirás hijos", referencia oculta a la Serpiente que arroja una tristeza sobre los rostros de la humanidad; y "a tu marido estará sujeto tu deseo"; esto armoniza con la expresión "ella anhela las corrientes de agua", "y él regirá sobre ti": esto ya se expuso en otra parte. ¿Por qué esto? Fue por causa de la insatisfacción de la Luna con su estado, en castigo de lo cual, como nos enseña la tradición, su luz fue disminuida, y también su poder fue reducido de modo que ella depende de lo que le otorgan desde afuera. Cabe preguntar: ¿Por qué es necesaria la Serpiente en relación con esto? Es porque ella es quien abre el pasaje para el descenso de las almas en el mundo. Porque si ella no abriera el camino, ningún alma bajaría para animar al cuerpo de un hombre en el mundo. Así, la Escritura dice "el pecado estaba a la puerta", refiriéndose a la puerta celestial a través de la cual las almas pasan en el nacimiento para emerger en este mundo. Ella, la Serpiente, espera a la puerta.

 

Es verdad que cuando las almas por emerger son tales como para entrar en cuerpos santificados, ella no está presente por no tener dominio sobre tales almas. Pero en los otros casos, la Serpiente muerde y el lugar es contaminado y el alma que pasa es impurificada. En esto hay oculta una sublime enseñanza mística. "En dolor parirás hijos" es una alusión mística a la Serpiente, como si fuera que con la Serpiente Ella produce alma, dado que la Serpiente es responsable por el cuerpo y ella por el alma y están combinados. La Serpiente está destinada en el futuro a traer el nacimiento de todos los cuerpos antes de que llegue su tiempo propio, como la Escritura dice: "antes que estuviese de parto, dio a luz” (Yeshayahu, Isaías 66, 7) Pues, como el período de la gestación de la Serpiente es siete años, ello ocurrirá al final de seis. Y en esa hora cuando dará a luz, morirá. De esto la Escritura dice: "Destruirá la muerte por siempre” (Yeshayahu, Isaías 25, , y, también, "vivirán tus muertos; los cadáveres (de mi pueblo) se levantarán” (Yeshayahu, Isaías 26, 19)

 

R. Simeón dijo: En el tiempo cuando los muertos serán despertados y en preparación para la resurrección en Tierra Santa, legiones sobre legiones se levantarán sobre el suelo de Galilea, pues es allí donde Moshiaj está destinado a revelarse. Porque esa es la parte de José, y fue la primera porción de Tierra Santa que fue destruida y fue desde allí que el exilio de Israel y su dispersión entre las naciones comenzó, como dice la Escritura, "pero no se contristan del quebranto de José” (Amós 6, 6). Así, allí se levantarán primero, por la razón de que es la parte de él que fue puesta en el Arca, como está dicho, "y fue puesto en un arca en Egipto” (Bereshis, génesis 50, 26) y posteriormente fue sepultado en Tierra Santa, como está dicho "Y los huesos de José, que los hijos de Israel trajeron desde el Egipto, los enterraron en Siquern” (Yehoshúa, Josué 24, 32) y fue él quien guardó la pureza del pacto sagrado, de su símbolo, en un grado especial. Tan pronto como ellos se levantarán de la muerte, todas esas huestes marcharán, cada hombre a la parte de sus antepasados, como la Escritura lo dice: "Y retornaréis cada hombre a sus posesiones" (Vayikrá, Levítico 25, 10) Se reconocerán el uno al otro, y El Eterno vestirá a cada uno en vestiduras bordadas; y todos vendrán y ofrendarán agradecimiento a su Amo en Jerusalem, donde se reunirán multitudes sobre multitudes. Jerusalem misma se extenderá en todas las direcciones, en una extensión mayor aún que cuando los exiliados retornaron allí. Cuando se reúnen y ofrenden alabanzas a su Amo, el Santo, Bendito Sea, se regocijará en ellos. Así la Escritura dice: "Y ellos vendrán y cantarán en la cumbre de Sion, y afluirán hacia la beneficencia del Eterno...” (Yeremiyahu, Jeremías 31, 11) es decir, cada uno a su porción y la porción de sus antepasados. Y la

posesión de Israel se extenderá hasta alcanzar Damietta de los romanos, y aun allí estudiarán la  Toráh. Todo esto ya se asentó y armoniza con el pasaje que dice: "Despertad y cantad, vosotros que residís en el polvo...” (Yeshayahu, Isaías 26, 19).  . Bendito sea el Eterno por siempre jamás. 'Amén y Amén!

 

 




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