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ZOHAR Bereshis2


Zohar Bereshis     DEL 249 AL 470
 
 

En Reschit todas las letras están circundadas por una senda secreta que se halla oculta en su seno. De esta fuente salieron dos entidades, como está escrito: “Los cielos y la tierra”. Al principio la tierra está incluida en los cielos, y emergieron juntos, adhiriéndose uno a otro. Cuando vino la primera iluminación, los cielos tomaron la tierra y la pusieron en su lugar. Entonces, la tierra, estando separada del lado de los cielos, se hallaba atónita y confundida y deseaba unirse, como antes, a los cielos, porque veías los cielos bañados en luz mientras ella estaba envuelta en oscuridad. A la larga, sin embargo, la luz celestial descendió sobre ella, y desde su lugar ella miraba a los cielos cara a cara; y así fue la tierra establecida firmemente. La luz salió en el lado derecho y la oscuridad en el izquierdo, y después separólas el Eterno para volver a unirlas, como está escrito: “Y el Eterno separó la luz de la oscuridad”. Esto no significa que hubiese allí una separación absoluta, sino que el día vino del lado de la luz, que es el derecho, y la noche del lado de la oscuridad, que es el izquierdo, y que, habiendo emergido juntos, fueron separados de manera tal como para no estar más uno al lado del otro, sino frente a frente, de manera que adhirieron uno a otro y formaron uno solo, llamándose a la luz día y a la oscuridad noche, como está dicho: “Y Elokim llamó a la luz día y a la oscuridad llamó noche”. Esta es la oscuridad unida a la noche, que no tiene luz propia, aunque viene del lado del fuego primordial que también es llamado “oscuridad”. Permanece oscura hasta que es iluminada del lado del día. El día ilumina la noche, y la noche no será por sí misma luz hasta el tiempo del cual  está escrito: “La noche brilla como el día, la oscuridad es lo mismo que la luz” (Tehilím, Salmos 139:12).  R. Eleazar se adelantó primero y expuso el versículo: “La voz del Eterno está sobre las aguas; truena el Todopoderoso de la gloria; el Eterno está sobre las muchas aguas” (Tehilím, Salmos 29:3). Dijo: “La voz del Eterno” es la voz superior que preside sobre las aguas que fluyen de grado a grado hasta que se hallan todas reunidas en un lugar y forman un acoplamiento. Esta voz que manda a cada cual por su camino, como un jardinero, que conduce agua por distintos canales a los lugares necesitados. “Truena el Todopoderoso de la gloria”: Este es el lado que sale de Gueburá (“Fuerza”), como está escrito: “¿Quién puede comprender el trueno de Sus potentes actos (Gueburot)?” (Yov, Job 26:14). “El Eterno sobre las muchas aguas”: Esta es la Sabiduría superior a la que se llama Yod y que está “sobre las muchas aguas”, la fuente secreta que sale de allí. R. Simeón explicó la diferencia y dijo: Está escrito: “Cerca del borde estarán las argollas, por donde han de pasar las varas” (Shemót, Éxodo 25:27). El “borde” es un lugar secreto accesible únicamente por una senda estrecha que sólo pocos conocen. Por eso está lleno de puertas y alumbrado con lámparas. Este es el mundo futuro, que, estando oculto y apartado, se lo llama misgueret (“borde”, literalmente “cerrado”). Las “argollas” son la cadena superior de agua, aire y fuego, ligados entre sí y que emergen uno de otro como otras tantas argollas de una cadena. Todas giran hacia el “borde”, con el cual está ligada la corriente superior que las irriga y con la cual ellas están ligadas. Además estas argollas superiores son “lugares para las varas”, es decir, para los carros inferiores, de los cuales algunos son del lado del fuego, algunos del agua y algunos del aire, de modo que puedan ser un carro para el arca. De ahí que todo aquel que se acerca sólo ha de avanzar tanto como las varas, y no penetrar más, salvo quienes están autorizados para administrar adentro y a quienes se les dio, con este fin, permiso. R. Yose planteó la pregunta: ¿Qué son los “seis días de Bereschit” de los cuales los Rabíes hablan tan frecuentemente? R. Simeón contestó: Esos son, en verdad, “los cedros del Líbano que él plantó”.   Así como los cedros brotan del Líbano, así esos seis días brotan de Bereschit: Estos son los seis días superiores que se hallan especificados en el versículo: “Tuyas, oh Eterno, son la Grandeza (Guedulá), la Fuerza (Guevurá), la Belleza (Tiféres), la Victoria (Nétzaj) y la Majestad (Hod)” I (Divrei hayamim, Crónicas 39:11). Las palabras: “Para todo” se refieren al Tzadik (“Justo”), el cual es Yod (“cimiento del mundo”)... Interpretamos la palabra Bereschit como significando: “La segunda, es decir, Jojmá (Sabiduría) es el punto de partida”, porque la Kéter (“Corona”) superior, que es realmente la primera, es demasiado recóndita y por eso no se toma en cuenta; de ahí que la segunda es el punto de partida. Luego, la palabra Be-Reschit indica que hay dos Rschits, porque así como la Sabiduría superior es un Reschit (punto de partida), así la Sabiduría inferior es también un Reschit. Además, consideramos a Bereschit como maamar (“expresión creadora”), y a los seis días como salidos de ella y que están en ella comprendidos y llevan los nombres de esos otros. Las palabras siguientes: Elohim Creó, son análogas al versículo: “Y un río salió de Edén para irrigar el jardín”, es decir, para irrigarlo, mantenerlo y atender todas sus necesidades. Así este Elohim es Elohim Jayom (el “Grupo de fuerzas viviente”), y nosotros interpretamos: “Bereschit creó Elohim” por medio de esa corriente, como el agente para la producción del mundo y su vivificación. Además, las dos palabras et haschamaim (“los cielos”) significan la adecuada unión de masculino y femenino. Después de éste se creó un mundo inferior, de manera que ahora podemos interpretar: “Por medio de reschit El Eterno creó”, es decir, el mundo inferior; por su intermedio El produjo radiación y dio ser a todo. R. Judá dijo: Con referencia a esto está escrito: “¿Acaso el hacha se gloria frente a aquel que corta con ella” (Yeshayahu, Isaías 10:15). (Tehilím, Salmos 31:20)  Seguramente es el artesano que posee título para gloriarse. Así, aquí, dado que por medio de reschit el Elohim superior creó los cielos, es al Eterno a quien pertenece la gloria. “Y el Eterno dijo: Que haya luz, y la luz fue” Esta es la luz original que el Eterno creó. Esta es la luz del ojo que el Eterno mostró a Adán, y por la cual fue capaz de ver un confín del mundo al otro. Fue la luz que el Eterno mostró a David, el cual al verla rompió en alabanza, diciendo: “Oh, cuán abundante es tu bondad que ofreces a quienes te temen” (Tehilím, Salmos 31:20). Es la luz por la que el Eterno mostró a Moishé el País de Israel, de Gielad hasta Dan. Cuando el Eterno previó que surgirían tres generaciones pecadoras, la generación de Enoj, la generación del Diluvio y la generación de la Torre de Babel, la apartó para que no disfrutaran de ella y la dio a Moishé por los primeros tres meses después de que naciera. Cuando fue traído ante Faraón, el Eterno la retiró de él y sólo se la restauró cuando estuvo en el Monte Sinaí para recibir la Torá. Desde entonces tuvo el uso de ella por el resto de su vida, de modo que los israelitas no se le acercaron hasta que puso un velo sobre su rostro (Shemót, Éxodo 34:30). “Que haya luz, y la luz fue” Toda cosa a la que se aplica el término Vayehí (“y fue”) se encuentra en este mundo y en el mundo futuro. R. Yitzjak dijo: La radiación que el Eterno produjo en el tiempo de la Creación iluminó al mundo de un confín al otro, pero fue retirada para que los pecadores del mundo no la gozaran, y se halla atesorada para el justo, es decir, para el Tzadik, como está escrito: “La luz es sembrada para el Tzadik(Tehilím, Salmos 97:11). entonces los mundos se hallarán firmemente establecidos y formarán un todo único, pero hasta que emerja el mundo futuro esta luz permanece oculta y almacenada. Esta luz salió de la oscuridad que fue tallada por los golpes del Más Recóndito; y de manera similar, de esa que fue almacenada fue tallada por algún proceso oculto la oscuridad del mundo inferior en la que reside la luz. Esta oscuridad inferior es llamada “noche” en el versículo: “Y a la oscuridad llamó noche” (Bereishís, Génesis 1:5). De ahí la exposición rabínica del texto: “Él descubrió cosas profundas desde la oscuridad” (Yov, Job 12:22). acerca de lo cual R. Yose dijo: Esta no puede ser la oscuridad original, pues todas las coronas superiores en ella contenidas, aún están no develadas y las llamamos “cosas profundas”. El término “descubierto” se puede aplicar a los misterios superiores solamente en la medida que están contenidos en la oscuridad. Que es la modalidad de la noche. Es que todas las cosas profundas y ocultas que salen del pensamiento (del Eterno) y son tomadas por la Voz no son develadas hasta que las revela la Palabra. Esta Palabra es Lenguaje y este Lenguaje es Sábado, porque este Lenguaje procura dominar y no dejar que lo haga otro. Este Lenguaje que viene del lado de la oscuridad devela cosas ocultas de esa oscuridad. R. Yitzjak dijo: Si es así, ¿cuál es el sentido del texto: “Y el Eterno dividió la luz de la oscuridad”? Contestó: La luz produjo el día y la oscuridad produjo la noche. Luego El los juntó y fueron uno, como está escrito: “Y fue noche y fue mañana, un día”, es decir, noche y día fueron llamados uno. En cuanto a las palabras: “Y el Eterno dividió la luz de la oscuridad”, significan que El evitó disensiones entre ellas. R. Yitzjak dijo: Hasta este punto el principio masculino estuvo representado por la luz y el femenino por la oscuridad; subsiguientemente fueron unidos y hechos uno. La diferencia por la cual la luz se distingue de la oscuridad es solamente de grado; ambas son de una misma especie, y no hay luz sin oscuridad y no hay oscuridad sin luz; pero, aunque son una, son diferentes en el color. R. Simeón dijo: El mundo está creado y establecido sobre la base de un pacto, como está escrito: “Si no fuera por mi pacto con el día y la noche, Yo no hubiera señalado las ordenanzas del cielo y la tierra” (Yeremiyahu, Jeremías 33:25). Este pacto es el Tzadik (el Justo), el cimiento del mundo, y por eso el mundo se halla establecido sobre el pacto del día y la noche juntos, como lo dice nuestro texto, siendo las “ordenanzas del cielo” las que fluyen y salen del Edén celestial. R. Simeón discurrió aquí sobre el texto: “Del (lugar) la voz de los que median entre los extractores de agua, allí referirán la bondad del Eterno…” (Shofetím, Jueces 5:11). Esta voz –dijo- es la voz de Yaakov, que permanece entre quienes extraen agua de lo alto, y se sostiene de los dos lados y los une en sí. “Allí ellos referirán la bondad del Eterno”, es decir, allí es el lugar para que la fe adhiera fuertemente, allí la bondad del Eterno extrae sostén. El versículo continúa: “La bondad de aquel que es generoso con Israel”. Este es el “Justo del mundo”, que es perdurable y santo, y que acoge en sí la corriente del Todo y disemina las aguas superiores en el gran mar. En Israel heredó ese pacto, y el Eterno se lo dio como herencia sempiterna. Cuando Israel lo abandonó efectuando la ceremonia de la circuncisión sin restituir la carne, se le aplicó el versículo: “Entonces el pueblo del Eterno bajó a las puertas” (Shofetím, Jueces 5:11).  estas son las puertas de la Justicia en las que se sentaron sin entrar más. Sobre ese tiempo está escrito: “Y los hijos de Israel abandonaron al Eterno” (Shofetím, Jueces 2:12). hasta que vino Débora y restauró la adecuada ejecución de la ceremonia. De ahí que Débora hable de sí misma como de “una madre en Israel”, para indicar que ella hizo bajar las aguas superiores de arriba para establecer ambos mundos por medio de Israel, mostrando así que el mundo descansa solamente sobre este pacto. De todo esto vemos cómo tres salen de uno y uno se establece sobre tres; uno entra entre dos, dos amamantan a uno, y uno alimenta nuevos lados, y, así, todos son uno. De ahí que está escrito: “Y fue noche y mañana, un día”, es decir, un día que abarca a ambas, a la noche y a la mañana, indicando así el pacto de día y noche y haciendo del todo una unidad. “Y el Eterno dijo: Que sea un firmamento en medio de las aguas, y que separe las aguas de las aguas. R. Judá dijo: Hay arriba siete firmamentos, todos en el reino de la superior santidad, y mediante ellos se completa el Nombre Santo. El firmamento mencionado aquí está en medio de las aguas; reposa sobre las otras Jayot, que separan las aguas superiores de las inferiores. Las aguas inferiores llaman a las superiores y las beben a través de este firmamento, porque están en él reunidas todas las aguas superiores, y entonces las trasmite a esas Jayot, y así extraen de allí. Está escrito: “Huerto cerrado es hermana mía, novia mía; manantial cerrado, fuente sellada” (Shir hashirím, Cantar de Cantares 4:12). Ese firmamento se llama “huerto cerrado”, porque en él está todo encerrado y abarcado. Se llama “fuente sellada”, porque la corriente superior al correr entra pero no puede salir, congelándose las aguas. Porque sopla sobre ellas el viento del Norte, y así se congelan y no pueden salir, habiéndose convertido en hielo; y nunca podrían salir si no fuera por un viento del Sur que rompe el hielo. La apariencia de este firmamento más alto es como la del hielo que reúne todas las aguas. De manera similar junta aguas y separa las aguas superiores de las inferiores. Cuando dijimos antes fue en el medio, ello se refiere a ese firmamento que fue producido por éste, pero éste está encima y reposa sobre las cabezas de las Jayot. R. Yitzjak dijo: Hay en el interior del cuerpo humano una membrana que separa la parte superior del tronco de la inferior, y que empapa de la parte superior y distribuye en la parte inferior, así es este firmamento entre las aguas. R. Abba ejemplificó con el texto: “Que edifica Sus altas cámaras entre las aguas; que pone las nubes por Su carroza; que anda sobre las alas del viento” (Tehilím, Salmos 104:3). En la cláusula siguiente: “Que pone las nubes en ab (“nube”) y yam (“mar”)”, interpretan como significando “la nube”, es decir, las oscuridad de la izquierda, “que descansa sobre este mar”. “Que anda sobre las alas del viento”: Este es el espíritu del santuario superior. R. Yose dijo: Está escrito: “Y él repartía aguas por medida” (“nidah”), implicando que el Eterno literalmente las medía, de modo que fuesen para el bienestar del mundo cuando salen del lado de Gueburá (“Fuerza”). R. Abba dijo: Cuando los sabios antiguos llegaban a este punto, acostumbraban a decir: “Los labios de los sabios se mueven pero no dicen nada por temor a traer castigo sobre ellos mismos”. R. Eleazar dijo: La primera de las letras revoloteaba sobre la faz de la expansión etérea, y fue coronada arriba y abajo, y subía y bajaba, y las aguas fueron grabadas en sus figuras y ubicadas en sus lugares, y fueron incluidas una en otra. Así se combinaron entre sí todas las letras y coronadas una con otra hasta que se erigió sobre ellas un edificio firme. Cuando estaban todas edificadas y coronadas, las aguas superiores y las inferiores, que habían estado mezcladas, produjeron la habitación del mundo. Y las aguas continuaron subiendo y bajando hasta que llegó a ser ese firmamento y las separó. La división tuvo lugar en el segundo día, en el que fue creado el guehinóm, que es un fuego llameante y que está destinado a descansar sobre las cabezas de los pecadores. R. Judá dijo: De esto aprendemos que toda diferencia de opinión en que ambas partes actúan por la gloria del cielo, perdura, pues aquí tenemos una división que fue en consideración al cielo. Por el firmamento fueron establecidos los cielos, como está escrito: “Y Elokim llamó al firmamento cielo”, pues éste divide lo más santo de lo menos santo, como la cortina del Tabernáculo. “Que las aguas debajo del cielo se junten” Es decir, solamente las de “debajo del cielo”. En un lugar, es decir, en el lugar que se llama “uno” sea, el mar inferior, que completa la formación del Uno, y sin el cual el Eterno no se llamaría Uno. R. Yesa dijo: “Un lugar” es el lugar del cual está escrito: “Mi pacto de paz no será apartado” (Yeshayahu, Isaías 54:10). pues esto toma al Todo y lo arroja al mar, por lo cual es establecida la tierra, como está escrito: “Y que aparezca la tierra seca”, que es la tierra, como está escrito: “Y el Eterno llamó al suelo seco tierra”. La tierra se llama “seca” porque es “pan del pobre” (Yesod) y permanece seca hasta que este lugar se llena, y entonces comienzan las aguas a fluir de sus fuentes. “Y a la reunión de las aguas llamó El mares”. Este es el resorvorio superior de las aguas donde ellas están todas reunidas y de donde todas fluyen y salen. R. Jiyá dijo: El lugar de reunión de las aguas es el Tzadik (“Justo”), porque en relación con esto está escrito: “Y Elokim vio que era bueno”, y en otra parte está escrito: “Decid que al justo le va bien” (Yeshayahu, Isaías  3:10),  R. Yose dijo: Al Tzadik también se refieren las palabras: “El llamó mares”, porque toma todas las corrientes y fuentes y ríos y El es la fuente de todo; de ahí que se llama “Aguas”. De ahí que dice: “Y Elokim vio que era bueno”. Y como el Tzadik es designado con las palabras “que le va bien”, hay una brecha entre el primer y tercer días, y sobre el día intermedio no está escrito “que es bueno”,pues el tercer día la tierra produjo el impulso de ese Tzadik, como está escrito: “Y Elokim dijo: Que la tierra traiga pasto, hierba que porta simiente, y árbol de fruto que trae fruto según su especie”. Por “árbol de fruto” se quiere significar el Árbol del Conocimiento del Bien y el Mal, que produce flores y fruto. “Que trae fruto” es el Tzadik, la base del mundo. “Según su especie” significa que todos los seres humanos que tienen en sí el espíritu de santidad que es la flor de ese árbol son marcados como siendo de su especie. Esta marca es el pacto de santidad, el pacto de paz, y el fiel entra en esa especie y no parte de ella. El Tzadik genera, y ese árbol concibe y produce fruto según su especie, es decir, según la especie del productor, para ser como él. Bendito aquel que se asemeja a su madre y a su padre. Por eso el santo sello es puesto sobre él el octavo día para que se asemeje a su “madre”, que es el octavo grado y la carne es vuelta atrás para mostrar el santo sello para que pueda parecerse al “padre”. Así, por “árbol de fruto” entendemos la madre; Por “que produce” entendemos el padre; Por “fruto”, el pacto sagrado; Y por “a su especie”, la semejanza al padre. “Cuya simiente está en ella sobre la tierra”. En vez de zaró, (“cuya simiente”), podemos leer zeravav, (“la simiente de Vav”), que fue literalmente arrojada sobre la tierra. Bendita es la suerte de Israel, que es santo y se parece a los ángeles santos y por eso está escrito: “Y todo tu pueblo es justo” (Yeshayahu, Isaías 60:21). verdaderamente justo, pues de tales provienen y a tales se asemejan. Felices los hijos de Israel en este mundo y en el mundo por venir. R. Jiyá dijo: Está escrito: “el Eterno hizo la tierra por su fuerza” (Yeremiyahu, Jeremías 10:12). El que “hizo la tierra” es el Santo, Bendito Sea, arriba; “por fuerza” significa por el Tzadik; “él establece el universo”, es la tierra abajo; “por su sabiduría” se refiere a Tzedek (“Justicia”). También está escrito: “Hace la tierra” y no “hizo”, porque el Eterno regula constantemente la tierra y sus actividades a través de la acción de Su “fuerza”, como se ha explicado. R. Yitzjak dijo: Está escrito: “Por la palabra del Eterno fueron hechos los cielos y por el aliento de su boca todas sus huestes”. Los “cielos” mencionados aquí son los cielos inferiores, que fueron hechos por la palabra de los cielos superiores, mediante el espíritu que hizo salir una voz hasta que alcanzó la corriente que sale y fluye perennemente.. Por “todas sus huestes” se quiere decir el mundo inferior, que existe a través de ese “aliento”, que es masculino. Una lección similar se deriva del versículo: “Que riega los montes desde Sus cámaras superiores; la tierra es harta del fruto de Tus obras” (Tehilím, Salmos  104:13). .Las “cámaras superiores, ya lo hemos explicado y, además, el término puede ilustrarse por el versículo: “Aquel que coloca en las aguas las vigas de sus cámaras superiores”. La expresión “el fruto de tus obras” se refiere a la corriente que siempre sale y fluye; de ahí que está escrito: “Que porta fruto cuya simiente está en ella”, como se explicó. “Que haya lumbreras en el firmamento del cielo para alumbrar sobre la tierra”. La palabra meorot, (“lumbreras”), está escrita defectuosamente. R. Jizquiá dice que esto indica que ese firmamento es el hogar del rigor de la justicia. R. Yose dice que el deletreo defectuoso indica la más baja, es decir, la Luna, que es la causa del crup en los niños. También es la causa de otros infortunios, porque es la menor de las lumbreras, y a veces es oscurecida y no recibe luz del todo. “En el firmamento del cielo”. Este es el firmamento que incluye a todos los otros, pues recibe todas las luces e ilumina a uno que no tiene luz propia. R. Yitzjak dijo: Aun al firmamento que no tiene luz propia lo llamamos “reino del cielo” y “el país de Israel” y “el país de los vivientes”. Es el cielo que ilumina a este firmamento. De ahí que la palabra meorot está escrita defectuosamente, para mostrar que sin la Vav habría muerte en el mundo. Todo está incluido en él, y por él también Lilit encuentra un lugar en el mundo. Inferimos esto de la recurrencia de la palabra “allí” en las sentencias: “El pequeño y el grande están allí (Yov, Job 3:19).  “El Eterno estará allí con nosotros en majestad” (Yeshayahu, Isaías 33:21), y “Lilit reposaba allí” (Yeshayahu, Isaías 34:14). R. Eleazar dijo: La palabra meorot, (“lumbreras”), estando escrita defectuosamente, indica un cuerpo resplandeciente, que no tiene luz propia, y que solo refleja la luz de otros cuerpos más luminosos. Está escrito: “Mira el arca del pacto, el Soberano de toda la tierra” (Yehoshúa, Josué 3:11). Aquí el arca es el “espejo no claro”; El pacto es el “espejo claro”. El arca es el receptáculo para la Ley Escrita, mientras que el pacto es el Sol que la ilumina. El pacto es el “D-os de toda la tierra”; y por eso el Arca se llama también Adón, (“Amo”), que es lo mismo que Adonáy, Padre de los humanos. Observad que las estrellas y planetas existen por un pacto que es el firmamento del cielo, en el que están escritas y grabadas. R. Yesa el Anciano acostumbraba a explicar así: Las palabras “Que haya lumbreras”, se refieren a la Luna que está suspendida en el firmamento del cielo. Las palabras “Y que sean luminarias” indican el Sol. “Ellas serán para las estaciones”, porque las estaciones, festividades, novilunios y Sábados son determinados por ellas. Hay siete planetas que corresponden a siete firmamentos, y el mundo es regulado por todos. El mundo superior está encima de ellos. Hay dos mundos, un mundo superior y un mundo inferior, y el mundo inferior es según la pauta superior. Hay un rey más elevado y un rey más bajo. Está escrito: “El Eterno reina, el Eterno ha reinado, el Eterno reinará por siempre”; es decir, “el Eterno reina” arriba; “el Eterno ha reinado” en el medio; “el Eterno reinará” abajo. R. Aja dijo: “Eterno” se refiere a la Sabiduría superior; “reina”, al mundo superior que es el mundo por venir; “El Eterno ha reinado” se refiere a la “belleza de Israel”; “el Eterno reinará” significa el arca del pacto. Otra vez David invirtió el orden, y dijo: “El Eterno es el rey por siempre y jamás” (Tehilím, Salmos 10:16). es decir; “El Eterno es rey”, abajo; “por siempre”, en el medio; “y siempre jamás”, arriba, porque allí está la reunión y la perfección de todo. El Eterno “es rey arriba”, y “reinará” abajo. R. Abba dijo: Todas esas lumbreras están reunidas en el firmamento del cielo para dar luz sobre la tierra. ¿Qué es este firmamento que da luz sobre la tierra? Claro está que es esa corriente que fluye y sale de Edén, como está escrito: “Y un río salía de Edén para irrigar el jardín”. Pues cuando domina la Luna y es iluminada por la corriente que fluye y sale, todos los cielos inferiores y sus huestes reciben luz incrementada y las estrellas encargadas de la tierra funcionan todas y hacen crecer plantas y árboles, y enriquecen la tierra, y aun las aguas y los peces son más productivos. También atraviesan el mundo muchos emisarios de la justicia divina, porque todos se hallan en buen espíritu y llenos de energía cuando hay alegría en el palacio del rey, y aun los seres que revolotean en los bordes están alegres y vuelan por el mundo; y por eso es necesario poner especial cuidado en los niños pequeños. “Y Elokim las estableció en el firmamento del cielo” R. Aja dijo: Cuando todas ellas estaban allí se regocijaron una en otra. Entonces la Luna disminuyó su luz en presencia del Sol; toda la luz que ella recibe del Sol es para brillar sobre la tierra, como está escrito: “Para dar luz sobre la tierra”. R. Yitzjak dijo: Está escrito: “La luz de la Luna será como la luz del Sol, y la luz del Sol será septuplicada, como la luz de siete días (Yeshayahu, Isaías 30:26). Estos siete días son los siete días de la Creación. R. Judá dijo: Ellos son los siete días de la consagración del Tabernáculo, cuando el mundo fue restaurado a su completitud original, y la Luna no fue menoscabada por la mala serpiente. Esto volverá a ser en el tiempo cuando “el Todopoderoso destruirá la muerte para siempre” (Yeshayahu, Isaías 25:8). y entonces “el Eterno será uno y su nombre Uno”. “Que las aguas  ululen con enjambres de creaturas vivientes”. R. Eleazar dijo: Estas son las aguas inferiores que produjeron especies correspondientes a las de arriba, de modo que hubo un orden inferior y un orden superior. R. Jiyá dijo: Fueron las aguas superiores las que produjeron un “alma viviente”, es decir, el alma del primer hombre, como está escrito: “Y el hombre vino a ser alma viviente” (Bereishís, Génesis 2:7).  “Y aves que vuelan sobre la tierra”. Estos son los emisarios del mundo superior que aparecen a los hombres en forma visible. Pues hay otros cuya existencia el hombre conoce sólo por conjetura. A estos últimos se refiere el versículo siguiente con las palabras “Y toda ave alada según su especie”. Las palabras “según su especie” se emplean en relación con los últimos y no con los primeros, porque los últimos nunca toman la forma de otra especie, mientras que los primeros sí lo hacen. Sin embargo, difieren entre sí. “Y el Eterno creó los grandes monstruos marinos”. Estos son Leviatán y su hembra. “Y toda creatura viviente que se arrastra”. Este es el alma de la creatura que se arrastra a los cuatros rincones del globo, es decir, Lilit. “Los cuales las aguas produjeron abundantemente según su especie”. Son las aguas quienes los nutren. Pues cuando el viento sopla del Sur las aguas se desatan y fluyen a todos los lados, y los barcos van de un lado a otro, como está escrito: “Allí transitan las naves, allí está Leviatán que hiciste juguetear con él” (Tehilím, Salmos 104:26). “Cada ave alada según su especie”. Esto, como ya se dijo se refiere a los ángeles, como en el versículo: “Porque un pájaro del aire llevará la voz y alguna avecilla divulgará la noticia” (Kohelet, Eclesiastés 10:20). R. Yose dijo: Todos ellos tienen seis alas, y nunca cambian su forma; de ahí que está escrito de ellos: “Para su especie”, es decir, que siempre son ángeles. Son los que recorren el mundo con seis golpes de sus alas, que observan las acciones de los hombres y las registran arriba; de ahí que la Escritura dice: “Ni siquiera en tu pensamiento maldigas al rey...” (Kohelet, Eclesiastés 10:20). R. Jizquiá dijo: Así como aquí está escrito: “Creatura viviente que se arrastra”, así, en otra parte (Tehilím, Salmos 104:20). está escrito: “En ella se ponen en movimiento todas las bestias,( jayotó), del campo”. Exactamente como aquí interpretamos jayá de Lilit, así allí interpretamos la palabra Jayotó de las Jayot. Pues todos tienen preponderancia cuando ella tiene preponderancia; comienzan a cantar a cada una de las tres vigilias de la noche y continúan sin cesar, y a su respecto está escrito: “Los que recordáis al Eterno Sus promesas, no toméis vosotros descanso” (Yeshayahu, Isaías 62:6). Se levantó R. Simeón y habló diciendo: Mi meditación me ha evidenciado que cuando el Eterno hubo de crear al hombre, todas las creaturas temblaron arriba y abajo. El sexto día proseguía su curso cuando al fin se formó la decisión divina. Entonces brilló la fuente de todas las luces y abrió la puerta del Oriente, porque desde allí sale la luz. El Sur desplegó en pleno poder la luz que había heredado del comienzo, y unió manos con el Oriente. El Oriente se posesionó del Norte, y el Norte despertó y se propagó y llamó en voz alta al Oeste para que se le uniera. Entonces el Oeste subió al Norte y se unió con él, y luego el Sur se posesionó delOeste, y el Sur y el Norte, que son las cercas del Jardín, lo rodearon. Entonces el Oriente se acercó al Oeste, y el Oeste se regocijó y dijo, a los otros: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza”, que abarque como nosotros los cuatro rincones y lo más alto y lo más bajo. Entonces el Oriente se unió con el Oeste y lo produjeron. De ahí que nuestros Sabios han dicho que el hombre emergió del lugar del Templo. Además, las palabras: “Hagamos al hombre” pueden tomarse para significar que el Eterno impartió a los seres inferiores que vinieron del lado del mundo superior el secreto de formar el nombre divino “Adam”, que abarca lo superior y lo inferior en virtud de sus tres letras, Alef, Dalet y Mem final. Cuando estas tres letras descendieron abajo, juntas en su forma completa, se encontró que el nombre Adam comprendía al varón y la hembra. La hembra fue ligada al lado del varón hasta que el Eterno lo arrojó en un profundo sueño, durante el cual yació en el lugar del Templo. Entonces el Eterno la cerró de él y la adornó como una novia y la trajo a él, como está escrito: “Y tomó una de sus costillas, y cerró con carne en su lugar” (Bereishís, Génesis 2:21). En un libro antiguo encontré asentado que la palabra “una” significa aquí “una mujer”, es decir, la Lilit original, que estuvo con él y concibió de él. Pero, sin embargo, hasta entonces, ella no fue una ayuda para él, como está escrito: “Pero para Adán no se encontró ayuda apropiada”. Observad que Adán vino al final de todo, siendo adecuado que encontrase el mundo completo en su apariencia. “Y aún no había planta del campo en la tierra...,” R. Simeón dijo después: Estos son los grandes árboles que fueron plantados más tarde, pero que todavía eran menudos. Hemos dicho que Adán y Eva fueron creados uno al lado del otro. ¿Por qué no fueron creados frente a frente? Porque “el Eterno aún no había hecho llover sobre la tierra” (Tehilím, Génesis 2:5), y aún no estaba firmemente establecida la unión del cielo y la tierra. Cuando la unión inferior fue perfeccionada y Adán y Eva fueron puestos frente a frente, entonces la unión superior se consumó. Esto lo conocemos del caso del Tabernáculo, del cual aprendimos que otro tabernáculo fue erigido con él, y que el superior no fue levantado hasta que fue levantado el inferior, y análogamente aquí. Además, como todo no estaba aún en orden arriba, Adán y Eva no fueron creados cara a cara. Esto lo prueba el orden de los versículos en la Escritura: pues primero leemos: “Y el Eterno hizo llover sobre la tierra”, y, luego, “no hubo un hombre para labrar el suelo”, que significa que el hombre era aún defectuoso, y sólo cuando Eva fue perfeccionada también él fue perfeccionado. Después esto es indicado por el hecho de que en la palabra vayisgor, (“y el cerró”), la letra Sámej, que significa “sostén” aparece por primera vez en esta sección, como para decir que ahora se sostenían uno a otro, como varón y hembra. De manera similar, el mundo inferior y el superior se sostienen mutuamente. Porque hasta que le mundo inferior estuvo completo, ese otro mundo del que estuvimos hablando no se había completado aún. Cuando el mundo inferior fue dirigido cara a cara al superior, se convirtió en sostén del superior, porque previamente la obra había sido defectuosa, porque “el Eterno no había hecho llover sobre la tierra”. Luego, una niebla se levantó del suelo para reparar la deficiencia abajo, “irrigando toda la faz del suelo”. El surgimiento de la niebla significa el anhelo del femenino al masculino. Según otra explicación, proveemos la palabra “no” de la cláusula anterior después de “niebla”, que significa que el Eterno no envió lluvia porque no había subido una niebla. Y esto es necesario para que el impulso de abajo ponga en movimiento al poder de arriba. Así, el vapor primero asciende de la tierra para formar la nube. De manera similar, el humo del sacrificio sube y crea armonía arriba, de modo que todo une, y de esta manera hay completitud en el reino superior. El impulso comienza de abajo, y de ahí es perfeccionado todo. Si la Comunidad de Israel no da el primer impulso, el Uno arriba no se moverá ara encontrarla, pues por el anhelo de abajo se efectúa la completitud arriba. “El Árbol de la Vida también en el medio del Jardín, y el Árbol del Conocimiento del Bien y el Mal”. Según una tradición, el Árbol de la Vida se extiende por quinientos años de viaje, y todas las aguas de la creación salen de su pie. Este Árbol estaba en medio del Jardín y juntaba todas las aguas de la creación, que luego fluían de él en diferentes direcciones. Pues la corriente perennemente fluyente descansa sobre este Jardín y entra en él, y las aguas que de él salen se dividen en numerosas corrientes abajo que irrigan a las “bestias del campo”, así como las aguas originalmente salieron del mundo superior e irrigaron los celestiales “montes de bálsamo puro”. “El Árbol del Bien y del Mal”. Este Árbol no se hallaba en el medio. Se llama con este nombre porque extrae sostén de dos lados opuestos, que distingue tan claramente como uno distingue dulce y amargo, y por eso se llama “bien y mal”. Todas las otras plantas descansan sobre él. También le están ligadas otras plantas superiores, que se llaman “Cedros del Líbano”; estos son los seis días superiores, los seis días de la Creación, que hemos mencionado y que efectivamente fueron retoños que el Creador primero plantó y luego transfirió a otro lugar donde fueron firmemente establecidos. R. Abba observó aquí: ¿Cómo podemos saber que también fueron plantados Adán y Eva? Del versículo “la rama de mi plantío, la obra de mis manos de la que Yo me glorío” (Yeshayahu, Isaías 60:20). Se los llama “la obra de las manos del Todopoderoso” porque en su formación no estaban involucradas otras creaturas. Se nos ha enseñado que las plantas fueron primero como las antenas de saltamontes, y su luz era débil, hasta que fueron plantadas y firmemente establecidas, cuando su luz fue aumentada y se las llamó “cedros del Líbano”. También Adán y Eva cuando fueron primero plantados, no ostentaban luz ni emitían un aroma suave; para seguridad fueron desarraigados y vueltos a plantar y debidamente establecidos. “Y el Eterno ordenó”. Según nuestros maestros, la palabra “ordenó” contiene aquí una prohibición de idolatría; “el Eterno”, de blasfemia; “Oh Eterno”, de la perversión de la justicia; “el hombre”, del asesinato; “que dice”, del adulterio y el incesto; “de todos los árboles del jardín”, del robo; “puedes comer libremente”, de comer carne de un animal vivo; y así estamos de acuerdo. “De todos los árboles del Jardín seguramente comerás”. Esto significa que les estaba permitido comer a todos juntos, pues, como vemos, Abraham comió, Yitzjak y Yaakov comieron, y todos los profetas comieron y quedaron con vida. Pero, este Árbol era un Árbol de Muerte, en cuanto quien comía de él estaba sujeto a morir porque tomaba veneno. De ahí que está dicho: En el día que comas de él seguramente morirás, porque con ello separaría los retoños. R. Judá preguntó a R. Simeón: ¿Cuál es el sentido del dicho de los maestros de que Adán estiró su prepucio? Dijo: Significa que apartó de su lugar el pacto sagrado; abandonó el pacto sagrado y adhirió a la orlah y se dejó seducir por la serpiente. Las palabras: “Del fruto del árbol” (Bereishís, Génesis 3:3). significan la mujer, de quien está escrito: “Sus pies descienden a la muerte, sus pasos conducen al sepulcro” (Mishlei, Proverbios 5:5). En ese árbol hubo fruto, pero no en determinado otro. R. Yose dijo: Ese árbol que mencionamos es nutrido y propiciado desde arriba, y se regocijaba de ello, como se dice: “Un río salió de Edén para irrigar el Jardín”. El “Jardín” designa a la mujer; en el río entra en él y lo irriga y en este punto hubo unidad completa, pues es a partir de este punto que hay separación, como está escrito: “Y de allí se dividió”. “Y la serpiente” R. Yitzjak dijo: Este es el tentador del mal. R. Judá dijo que significa literalmente una serpiente. Consultaron a R. Simeón y les dijo: Los dos están en lo correcto. Fue Samael, y apareció en una serpiente, pues la forma ideal de la serpiente es Satán. Hemos aprendido que en ese momento Samael bajó del cielo cabalgando sobre esa serpiente y todas las creaturas vieron su forma y huyeron de él. Entonces entraron en conversación con la mujer y juntos trajeron muerte al mundo. De seguro Samael trajo maldiciones al mundo a través de la Sabiduría y destruyó el primer árbol que el Eterno creó en el mundo. Esta responsabilidad recayó en Samael hasta que vino otro árbol, es decir, Yaakov, el cual arrancó de él las bendiciones, para que Samael no fuese bendecido arriba y Esaú abajo. Pues Yaakov fue la reproducción de Adán, y tenía la misma belleza que Adán. Por eso, así como Samael retuvo bendiciones del primer árbol, así Yaakov, que fue otro árbol, como Adán retuvo bendiciones, a la vez, superiores e inferiores, de Samael; y al hacerlo Yaakov sólo recuperó lo propio suyo. Está escrito: “Y la serpiente fue sutil”. Esta serpiente es el tentador del mal y el Ángel de la Muerte. Porque la serpiente es el Ángel de la Muerte, ella trajo la muerte al mundo. “Y dijo a la mujer, ciertamente (af)”. R. Yose dijo: Comenzó con af y trajo af (“ira”) sobre el mundo. Dijo a la mujer: “Con este Árbol el Eterno creó el mundo; por eso come tú de él y serás como un el Eterno, conociendo el bien y el mal, pues por este conocimiento es llamado El Eterno” R. Judá dijo: No fue esta la manera en que habló pues si hubiera dicho que el Eterno creó el mundo por éste árbol, habría hablado correctamente, pues el árbol realmente fue “como el hacha en la mano de quien corta con ella”. Lo que dijo fue el Eterno comió del árbol y así construyó el mundo. Y continuó: “Por eso come tú de él y crearás mundos. Porque el Eterno lo sabía El te ordenó no comer de él, pues todo artesano odia a su colega del mismo oficio”. R. Yitzjak dijo: El discurso de la serpiente fue un tejido de falsedades. Su primera observación: “El Eterno seguramente ha dicho que no comerás de todos los árboles del Jardín” fue una mentira, pues el Eterno había dicho: “De todos los árboles del Jardín seguramente comerás”, y se lo permitió todo. R. Yose dijo: Con referencia al dicho, arriba citado, que el Eterno prohibió a Adán la idolatría, la injusticia, el asesinato, el incesto, etc., ¿para que sería necesario todo esto si Adán aún estaba solo en el mundo? La respuesta es que todas estas prohibiciones se refieren sólo al árbol y se le aplicaban. Pues quien toma de él causa separación y se asocia con las hordas inferiores que le están ligadas. Se hace culpable de idolatría, porque conoce los capitanes superiores; de derramamiento de sangre, porque eso se inspira por este árbol, que es del lado de Gueburá (“Fuerza”), a cargo de Samael; y de adulterio, porque el árbol es del principio femenino, y se llama “mujer”, y está prohibido hacer una cita con una mujer sin el marido por temor a la sospecha de adulterio. De ahí que todas las prohibiciones se refieren a este árbol, y cuando comió de él las transgredió todas. R. Judá dijo: La manera en que la serpiente sedujo a Eva fue la siguiente. Le dijo: “Mira, he tocado el árbol y, sin embargo, no he muerto; pon tú también sobre él tu mano y no morirás” (pues fue la serpiente quien por su propia cuenta agregó las palabras “ni lo tocarás”). “Y la mujer vio que era bueno”. R. Yitzjak dijo que “vio” significa aquí “percibió”, es decir, por el grato aroma que el árbol emitió, que inspiró en ella un deseo de comer de él. R. Judá le dijo: ¿Cómo puede ser eso, si después se dice que “sus ojos se abrieron”? Él contestó que este “ver” significa realmente que ella hizo un diseño mental del árbol, viéndolo y no viéndolo, sin embargo. “Que era bueno”. Ella vio que era bueno, pero con esto no le era bastante, y entonces ella tomó de su fruto, pero no del árbol mismo; así se ligó al lugar de la muerte, y trajo muerte al mundo, y separó la vida de la muerte. Este pecado también es la causa de la menstruación que mantiene a la mujer apartada de su marido. La Voz nunca ha de ser separada de la Expresión, y quien las separa se torna mudo y, por estar privado de lenguaje, vuelve al polvo. R. Simeón dijo: Está escrito: “Estuve silencioso como un mudo; me callé aun acerca de lo bueno, aunque mi dolor recrudeció” (Tehilím, Salmos 39:3). Esta es la exclamación de Israel en el exilio; pues entonces la Voz está separada de la Expresión, y no se oye palabra y por eso Israel es “silencioso como un mudo...”. E Israel dice luego: “La alabanza a ti es silenciosa” (Tehilím, Salmos 65:2). es decir, el salmo de David es silencioso y sin voz en el exilio. Según una tradición, Eva exprimió zumo y le dio a Adán, y de esta manera trajo muerte al mundo. Pues la muerte está ligada a este árbol. Su poder es de noche y en ese tiempo todas las creaturas saborean la muerte, salvo los fieles que primero confían sus almas al Eterno, de modo que son debidamente restaurados a su lugar. De ahí que está escrito: “Y tu fidelidad es de noche” (Tehilím, Salmos 92:3). “Y los ojos de ambos se abrieron”. R. Jiyá dice que los ojos de ellos se abrieron al mal del mundo que hasta entonces no habían conocido. Entonces supieron que estaban desnudos, porque habían perdido el viso celestial que antes los envolvía, y del que estaban privados ahora. “Y ellos cosieron hojas de higuera”. Procuraron cubrirse con las ilusorias imágenes del árbol de que habían comido las llamadas “hojas del árbol”. “E hicieron para sí cinturones”. R. Yose dijo: Cuando obtuvieron conocimiento de este mundo y se ligaron a él, observaron que estaba gobernado por esas hojas de árbol. Por eso buscaron en ellas un sostén en este mundo, y llegaron a conocer toda suerte de artes mágicas, para guarecerse con implementos de esas hojas del árbol, con fines de autoprotección. R. Judá dijo: De esta manera tres fueron llevados a juicio y se los encontró culpables, y en el mundo terrenal fue maldecido y desalojado de su estado por causa de la impurificación de la serpiente, hasta que Israel estuvo ante el Monte Sinaí. Luego el Eterno visitó a Adán y Eva en vestiduras suaves a la piel, como está escrito: “El les hizo abrigos de piel (or)”. Primero habían tenido abrigos de luz (or) que les procuró el servicio de lo altísimo de lo más alto, pues los ángeles celestiales acostumbraban venir a gozar esa luz; así está escrito: “Pues lo hiciste un poco menor que los ángeles y lo coronaste de gloria y honor” (Tehilím, Salmos 8:6). Ahora, después de sus pecados, sólo tienen abrigos de piel (or), buenos para el cuerpo pero no para el alma. Cuando engendraron hijos el primogénito fue el hijo del fango de la serpiente. Pues dos veces tuvieron trato con Eva, y ella concibió de los dos y alumbró dos hijos. Cada uno fue seguido de uno de los padres masculinos y sus espíritus se dividieron, uno de este lado y uno al otro, y, de manera similar, sus caracteres. De lado de Caín están todas las guaridas de las especies malas, de donde vienen los malos espíritus y demonios y necromantes. De lado de Abel proviene una clase más misericorel Eternoa, aunque no plenamente benéfica, buen vino mezclado con malo. La especie recta no se produjo hasta que vino Seth, que es el primer antepasado de todas las generaciones de los justos, y a partir de quien se propagó el mundo. De Caín vinieron los desvergonzados y malvados pecadores del mundo. R. Eleazar dijo: Cuando Caín pecó, estaba muy aterrado porque vio frente a sí figuras como guerreros armados que iban a matarlo. Cuando se arrepintió dijo: Mira, me has arrojado en este día de la faz de la tierra, y de tu rostro seré oculto. Con estas palabras quiso decir: “Permaneceré fuera de mi edificio propio”. R. Abba dijo: La palabra “rostro” tiene aquí el mismo significado que en el versículo: “Y no ocultó su rostro de ante él” (Tehilím, Salmos 22:25). es decir, cuidado providencial. Consiguientemente, dijo: Quien me encuentre me matará. Por eso: El Eterno fijó un signo para Caín. Este signo era una de las veintidós letras de la Torá, y el Eterno se la impuso para protegerlo. R. Judá dijo: Caín se levantó contra Abel y lo mató porque heredó su índole del lado de Samael, que trajo muerte al mundo. Era celoso de Abel por causa de su mujer, como lo indican las palabras: “Y aconteció cuando se hallaban en el campo”, significando la palabra “campo” mujer. R. Jiyá objetó que según el texto Caín se enojó porque su ofrenda no fue aceptada.. A esta objeción respondió R. Judá diciendo que esa fue una razón ulterior. Luego R. Judá expuso las palabras: “Si haces bien, ¿no habrá una alzada?” La palabra “alzada” –dijo- significa la dignidad que se debe a un primogénito, si sus acciones la aseguran. En la cláusula siguiente: “Si no haces bien, el pecado se agacha en la puerta”; esta puerta es la puerta en lo alto de la que salen los castigos por las malas acciones en este mundo. El “pecado” que se agacha en la puerta es el Ángel de la Muerte, que está pronto para castigarte. La palabra “puerta” (pétaj), abertura, contiene además una alusión al Año Nuevo, el día del juicio, en el que Adán nació. “Sobre ti es su deseo” Es decir, no estará contento hasta que seas destruido. “Y tú gobernarás sobre él”: La palabra “tú” contiene una alusión mística al Todopoderoso, que también es llamado “Tú”. Hay un dicho según el cual el Eterno es supremo solamente cuando los malvados están destruidos, pero nuestro texto indica que cuando el ángel de la muerte los destruye, el Eterno “gobierna sobre él” para evitar que arruine al mundo. Pero, R. Judá explicó las palabras “tú gobernarás sobre él” como significando “por arrepentimiento”. R. Yose dijo: Cuando los descendientes de Caín se desparramaron por el mundo, acostumbraban surcar el terreno, y tenían rasgos en común con los seres superiores y los inferiores. R. Yitzjak dijo: Cuando Uza y Azael cayeron de la morada de su santidad arriba, vieron a las hijas de la humanidad y pecaron con ellas y engendraron hijos. Estos fueron los Nefilim (“gigantes”), de los cuales está dicho: “Los Nefilim estaban en la tierra” (Bereishís, Génesis 6:4). R. Jiyá dijo: Los descendientes de Caín fueron “los hijos de el Eterno” (Bereishís, Génesis 6:2). Pues Caín nació de Samael y su aspecto no era como el de otros seres humanos, y todos los que vinieron de su estirpe fueron llamados “hijos de el Eterno”. R. Judá dijo que también se llamaba así a los Nefilim. “Los mismos fueron los hombres potentes”. Había sesenta en toda la tierra, correspondientes al número de arriba, como está escrito: “Sesenta valientes la rodean” (Shir hashirím, Cantar de Cantares 3:7).  “Que eran de antiguo, los hombres con nombre” R. Yose vio en la palabra “nombre” una indicación de que eran del mundo superior, mientras que R. Jiyá vio en la palabra meolam, de antiguo o del mundo, una indicación de que eran del mundo terrenal, y que el Eterno los trasladó de allí. R. Yesa preguntó por el sentido de las palabras: “Este es le libro de las generaciones de Adán”, (Bereishís, Génesis 5:1). R. Abba le dijo: Hay aquí una alusión muy recóndita. Según el dicho rabínico: “En Año Nuevo hay abiertos tres libros, uno de los plenamente justos...”. Uno es el libro superior del cual salió el Todo, y del que también sale la escritura. El libro mediano une el de más arriba y el de más abajo; abarca todos los lados y se llama la Ley Escrita del primer hombre. El tercer libro se llama el de las generaciones del hombre, y este es el libro de los completamente justos. “En el día en que el Creador creó al hombre a la semejanza del Eterno”: Pues con esto el todo fue completado arriba y abajo, y ambos fueron establecidos según una pauta. “Los creó varón y hembra”. El uno incluido en el otro. R. Abba dijo: el Eterno efectivamente envió abajo un libro a Adán, en cuyo libro Adán conoció la sabiduría superior. Más tarde llegó a manos de los “hijos de el Eterno”, los sabios de su generación, y quien tuviera el privilegio de recorrerlo adquiría de él la sabiduría superior. Este libro se lo trajo a Adán el “amo de los misterios”, precedido por tres mensajeros. Cuando Adán fue expulsado del Jardín de Edén, trató de conservar este libro, pero el libro huyó de sus manos. Por eso suplicó al Eterno con lágrimas por su regreso, y le fue dado de nuevo, para que los seres humanos no olvidaran la sabiduría, y para que pudieran procurar obtener conocimientos de su Amo y así la tradición nos dice luego que también Enoj tuvo un libro, que procedía del mismo lugar que el libro de las generaciones de Adán. Esta es la fuente del libro conocido como “El libro de Enoj”. Cuando el Eterno lo tomó, El le mostró todos los misterios superiores y el Árbol de la Vida en medio del Jardín y sus hojas y ramas, todo lo cual se puede encontrar en su libro. Felices aquellos de exaltada piedad a quienes se reveló la sabiduría superior, y que nunca la olvidaron, como está dicho: “El secreto del Eterno está con quienes lo temen, y su pacto para hacer que ellos lo conozcan”. “Y el Eterno dijo: Mi espíritu no disputará nunca con el hombre, que es carne”. R. Ajá dijo: En ese tiempo la corriente que perennemente fluye acostumbraba sacar el espíritu celestial del Árbol de Vida y derramarlo en el árbol que ampara la muerte, y así, el espíritu continuó en el cuerpo de los hombres por largos días, hasta que se tornaron malos y se inclinaron al pecado. Entonces el espíritu celestial partió de ese árbol en el momento de la entrada del alma en los hijos de los hombres. R. Eleazar dijo que la palabra beschagam (“porque él”) significa Moishé, que hizo que la Luna brillara, y esto capacitó a los a los hombres a morar en el mundo por largos días. “Y sus días serán ciento veinte años”. Esto es una referencia a Moishé por mediación de quien se dio la Ley y, así, otorgó a los hombres vida del árbol de la vida. Y, en verdad, si los hijos de Israel no hubieran pecado, habrían sido una prueba contra la muerte, porque el árbol de la vida fue traído abajo para ellos. Todo esto fue por Moishé, llamado beschagam, y de ahí que hemos aprendido: “Moishé no murió pero fue recogido del mundo, e hizo que la Luna brillara”, siendo bajo este aspecto como el Sol, el cual, después de ponerse, no espira, sino que da luz a la Luna. Según otra explicación, traducimos: “Porque, él, es decir, el espíritu, es también carne”, es decir, es convertido en carne, en el sentido de que siguiendo al cuerpo busca los placeres de este mundo. R. Yitzjak dijo: Las generaciones que siguieron en los pasos de Seth fueron todas piadosas y justas. Subsiguientemente, cuando las artes de la guerra que practicaron hasta que llegó Noé y les enseñó las artes de la paz y la agricultura, pues primero no acostumbraban sembrar y cosechar, pero luego lo consideraron necesario, como está escrito: “Mientras la tierra permanecía, siembra y cosecha...” (Bereishís, Génesis 8:22). R. Eleazar dijo: el Eterno restablecerá un día el mundo y fortalecerá al espíritu de los hijos de los hombres de modo que puedan prolongar sus días por siempre, como está escrito: “Pues como los días de un árbol serán los días de mi pueblo...” (Yeshayahu, Isaías 65:22). y también: “El ha deglutido la muerte por siempre, y el Eterno limpiará las lágrimas de todos los rostros, y el reproche de su pueblo será eliminado de toda la tierra, pues el Eterno lo ha dicho” (Yeshayahu, Isaías 25:8).  “En el comienzo”. R. Judá dijo: Había dos casas, la primera casa y la segunda casa, una más alta y una más baja. Hay dos Hés, una más alta y una más baja; pero, todas forman una sola. La Beth más alta abre las puertas a cada lado, y cuando se combina con reschit forma el “comienzo” en la lista de las partes componentes del edificio. R. Yitzjak dijo en el nombre de R. Eleazar: Este Bereschit es la forma comprensiva que abarca todas las formas. Este es el sentido interno de las palabras “esa era la apariencia de la semejanza de la gloria del Eterno” (Yejezkel, Ezequiel 1:28). es decir, la apariencia en que son discernibles las otras seis. De ahí que analizamos la palabra Bereschit en  bará schit (“creó seis”). Cuando los seis colores entran en esta apariencia, ella se prepara para reflejarlos y, a través de ellos, mantener en marcha el mundo. Pero el crédito de ello debe adcribirse no a este grado solamente, sino a todos los seis. R. Yose citó aquí el versículo: “Las flores aparecen sobre la tierra, ha llegado el tiempo de cantar, y en nuestro país se oye la voz de la tórtola” (shir hashirím, Cantar de Cantares 2:12). “Las flores” –dijo- aluden a los seis grados. Las palabras “ellas aparecen sobre la tierra” significan que son formas reflejadas en el grado llamado así. Es entonces que “el tiempo de cantar llega”, es decir, para alabar y laudar. R. Abba dijo: El mundo supremo está envuelto en misterio, y también todos sus atributos, porque constituye un día separado de todos los otros días. Cuando creó y produjo, produjo esos otros seis. A causa de su incomprensibilidad, la Escritura empieza con la palabra Bereschit, (“creó seis”), sin decir qué creó. Pero cuando llegó a la creación inferior, dio un nombre al creador, que ahora era descubrible, y dijo: “Elohim creó los cielos y la tierra”. Así, lo primero, que es lo más elevado, permanece envuelto en misterio, mientras que lo inferior es descubierto, de modo que la obra del Santo, Bendito Sea, pudiese, a la vez, ser oculta y descubrible. De manera similar, el nombre santo es, en la doctrina esotérica, a la vez oculto y descubierto. “Los –et- cielos” La partícula et indica que los cielos inferiores fueron creados para el mundo inferior. De manera que la palabra ve-et en y la tierra señala la tierra inferior y todos sus productos según la pauta superior. “Y la tierra era informe y vacía” Como lo hemos explicado. “La tierra” aquí es la tierra superior, que no tiene luz propia. Primero “estaba” en su propio estado, pero ahora “vacía e informe”, habiendo disminuido ella misma y su luz. Tohu (“carencia de forma”), bohu (“vacío”), “oscuridad” y “espíritu” fueron los cuatro componentes del mundo que comprendía. De ahí que: “La tierra era informe y vacía y oscuridad y espíritu”. “Y Elokim dijo: Que haya luz” R. Yitzjak expresó: De estas palabras aprendemos que el Eterno desarraigó esos retoños de que hablamos y volvió a plantarlos; de ahí la expresión “y hubo luz”, implicando que la luz ya había existido. R. Judá confirmó esta idea con el versículo: “La luz es sembrada por el Tzadik(Tehilím, Salmos 97:11). siendo esta la mencionada en el versículo: “Que hizo salir justicia (tzédek) del Oriente...” (Yeshayahu, Isaías 41:2).  “Y el Eterno vio la luz y dividió” R. Yitzjak dijo: Esto implica, como hemos explicado, que él previó las obras de los malvados y almacenó la luz aparte. R. Abba dijo: El vio su radiación resplandeciendo de un confín del mundo al otro, y concluyó que era mejor almacenarla para que los pecadores no se beneficiaran de ella. R. Simeón dijo: La expresión: “Elokim vio la luz que era buena”, significa realmente “el Eterno decidió que la luz sólo ha de ser buena”, es decir, que nunca ha de ser un instrumento de ira; está dicho: “Que era bueno a ojos del Eterno para bendecir a Israel” (Bamidbar, Números 24:1).  y esto lo prueba el final del versículo: “Y el Eterno dividió la luz de la oscuridad”. Porque, aunque luego El unió luz y oscuridad, esa luz, sin embargo, continuó emanando de la radiación superior, y, a través de esta radiación, trae alegría a todos. Esta también es la Mano Derecha por la que las letras más profundamente grabadas se hallan coronadas, como ya se explicó. Al almacenamiento de la luz primordial se refiere el versículo: “Cuán grande es tu bondad que has elevado para quienes te temen, que has reservado para los que te temen, que has guardado para quienes confían en ti” (Tehilím, Salmos 31:20). “Y fue noche y fue mañana, día uno”. Noche del lado de la oscuridad y mañana del lado de la luz; y porque están juntas, la Escritura habla de “día uno”. R. Judá dijo: La razón por la que está escrito: “Y fue noche y fue mañana” para cada día es para mostrar que no hay día sin noche ni noche sin día, y los dos no pueden separarse. R. Yose dijo: El día en que la luz primordial emergió extendida a todos los otros días; de ahí que la palabra “día” se repite para cada uno de ellos. R. Eleazar dijo: Lo aprendemos del hecho de que la palabra “mañana” se emplea en conexión con todas ellas, y “mañana” proviene solamente del lado de la luz primordial. R. Simeón dijo: El primer día acompaña a todos los otros, y él los abarca a todos, para mostrar que no hay brecha entre ellos y todos se fusionan uno con otro. Otra explicación de las palabras: “Que haya luz” es: Que haya una extensión de esta luz hacia abajo, para formar los ángeles, que fueron creados el primer día, y tienen existencia permanente en el lado derecho. Además, la palabra et en el cuarto versículo puede tomarse para indicar el “espejo no claro” fue creado junto con el “espejo claro”. R. Eleazar dijo que señala la creación de todos los ángeles, que provienen del lado de la luz y que continúan todos brillando tan espléndidamente como al comienzo. “Que haya un firmamento en medio de las aguas”. R. Judá dijo: Con esto las “aguas superiores” fueron separadas de las “aguas inferiores”, siendo el firmamento una extensión de las aguas, como se ha explicado. De manera similar, “que divida”, es decir, las “aguas superiores” de las “aguas inferiores”. “Y el Eterno hizo el firmamento”. La palabra “hizo” indica que el Eterno le dedicó particular cuidado, y lo dotó con gran poder. R. Yitzjak dijo: En el segundo día fue creado el guehinóm para los pecadores, en el segundo día, también, fue creado el conflicto. En el segundo día la obra comenzada no concluyó y por eso, las palabras: “Y era bueno” no se emplean en relación a ella. Sólo en el tercer día fue concluida la obra del segundo; de ahí que en el relato del tercer día encontramos dos veces la expresión: “Que era bueno”, una con referencia a su propia obra, y una con referencia a la del segundo día. En el tercer fue enmendada la deficiencia de la del segundo; fue eliminada de ella la discordia, y se extendió la misericordia a los pecadores en el guehinóm, cuyas llamas fueron atemperadas. De ahí que el segundo día es abarcado y completado en el tercero. Un día, R. Jiyá, estudiando con R. Simeón, dijo a éste: Dices que la luz fue en el primer día y la oscuridad en el segundo y las aguas se separaron y surgió la discordia; y ¿por qué no se termino toda la obra en el primer día, cuando la Derecha aún comprendía la Izquierda? Él contestó: Esta es la verdadera razón porque hubo discordia, y de ahí que fue necesario que interviniera el tercer día y restaurara la concordia. “Que la tierra produzca hierba”. Esto indica la unión de las aguas superiores con las inferiores como para dar fruto. Las aguas superiores generan, y las aguas inferiores las llaman como la hembra al varón, porque las aguas superiores son masculinas y las inferiores femeninas. R. Simeón dijo: Todo esto tiene lugar arriba y abajo. R. Yose dijo: Si es así, dado que hemos puesto Elohim jayim, (“Elokim viviente”), arriba, ¿hemos de poner simplemente Elohim abajo? No es así, pero la verdad es que la generación sólo es abajo, de acuerdo a nuestra explicación de las palabras: “Estas son las generaciones de los cielos y la tierra cuando fueron creados (behibaream)”, o, como lo explicamos: “Que fueron creados con ”, mientras el de arriba es el padre de todo; el otro es una creación, y por eso es la tierra que trajo productos (toledot), siendo puesto encinta como una femenina por un masculino. R. Eleazar dijo: Desde el comienzo estaban latentes en la tierra todas las fuerzas, pero ella no dio sus productos hasta el sexto día, como está escrito: “Que la tierra produzca alma viviente”. Es verdad que está escrito que en el tercer día “la tierra produjo hierba”, pero esto sólo significa que llevó sus fuerzas a un estado de preparación, y todos sus productos permanecieron latentes en ella hasta el debido tiempo. Primero fue “vacía y sin forma”, luego fue debidamente preparada y provista con simientes y hierbas, plantas y árboles, y finalmente los hizo salir. De manera similar, las lumbreras no emitieron su luz hasta el tiempo debido. “Que haya lumbreras en el firmamento del cielo”. La omisión de la Vav de la palabra meorot; de modo que se puede leer meerot (“maldiciones”) indica la inclusión de la mala serpiente que ensució a la Luna y la separó del Sol haciendo que la tierra fuese maldecida (Bereishís, Génesis 3:17). La palabra yehi, estando en singular, muestra que la palabra “lumbreras” se refiere a la Luna, mientras que “el firmamento del cielo” se refiere al Sol. Así, toda la expresión indica que ambos eran entendidos como unidos de modo de mirar los mundos arriba y abajo, como lo muestra la expresión encima de (al) la tierra. Por la Luna se hace todo cálculo de tiempo. R. Simeón dijo: Las medidas y la determinación de las estaciones y los días intercalares se hacen todos por la Luna, y no por las esferas superiores. R. Eleazar le dijo: ¿Es así? ¿Nuestros colegas no hacen toda clase de cálculos y medidas por las esferas superiores? Él contestó: No, el cálculo se hace por la Luna, y ésta es una base para proseguir. R. Eleazar objetó después que está escrito: “Y ellas serán señales”. R. Simeón contestó que la palabra para “señales” (otot) está escrita defectuosamente, lo que muestra que solo significa una, mientras que la expresión: “Ellas serán” alude a las muchas fases de la Luna, que hacen que sea como un depósito con varios objetos aunque es siempre la Luna única, que es la base de contar. Considera esto. Hay cierto punto que es el comienzo del número, y que ya no puede ser analizado. Hay arriba un punto no revelado e incognoscible que es el punto de partida para la numeración de todas las entidades ocultas y recónditas. Correspondiéndole hay un punto abajo que es cognoscible y que es el punto de partida para todo cálculo y numeración; por consiguiente, aquí está el lugar para toda medida y numeración de estaciones y días intercalares y festividades y Sábados; los hijos de Israel que se adhieren al Eterno calculan por la Luna, y ascienden a la altura como está escrito: “Y adherís al Eterno vuestro El Eterno,...” (Devarím, Deuteronomio 4:4).  “Que las aguas rebosen con enjambres de creaturas vivientes”.R. Eleazar dijo: Ya hemos explicado que esas aguas, inferiores, rebosaban y producían, como las de arriba; así hay acuerdo. “Y pájaros para volar sobre la tierra”. La forma yeofof (“volar”) es peculiar. R. Simeón dijo: Aquí hay una alusión mística: “Pájaros” se refiere al ángel Mijael, del cual está escrito: “Y uno de los Serafines voló a mí” (Yeshayahu, Isaías 6:6). “Volar” se refiere a Gabriel del cual está escrito: “El hombre Gabriel al que primero he visto en una visión en la que hubo que volar velozmente” (Daniel  9:21). “Sobre la tierra”. R. Abba dijo: Este es Rafael –literalmente, “curador del Eterno” -, que está encargado de curar la tierra y por el cual la tierra es curada de modo de proporcionar una morada para el hombre, cuando también él se cura de sus enfermedades. “Sobre la haz del firmamento del cielo” Este es Uriel. De ahí el texto continúa: “Y el Eterno creó los grandes monstruos marinos”. R. Eleazar dijo: Estos son los setenta grandes capitanes designados para las setenta naciones y para eso fueron creados, para controlar la tierra. “Y cada creatura viviente que se mueve”. Éstas designan a Israel, cuyas almas efectivamente derivan de la “viviente” (jayá) de que hemos hablado, y que se llama “una nación sobre la tierra”. “Que las aguas produjeron abundantemente según sus especies”. Esto designa a los que estudian la Torá. “Y cada ave alada según su especie” Éstos son los justos entre ellos, en cuya virtud son “alma viviente”. Según otra explicación estos son los ángeles, enviados como mensajeros del Eterno al mundo , de quienes ya hemos hablado. R. Abba dijo que “alma viviente” designa a los hijos de Israel porque son hijos para el Todopoderoso, y las almas de ellos, que son santas, vienen de El. ¿De dónde, entonces, vienen las almas de otros pueblos paganos? R. Eleazar dijo: Ellos obtienen almas de los lados de la izquierda que acarrean impureza, y por eso son todos impuros y contaminan a los que tienen contacto con ellos. “Y el Eterno dijo: Que la tierra produzca alma viviente,...” Esto incluye todos los otros animales, fuera del hombre, cada uno según su especie. R. Eleazar dijo: La repetición de las palabras: “Según su especie” confirma lo que dijimos antes, que “alma viviente” se refiere a Israel, que tiene almas vivientes de arriba; y “ganado y cosas que se arrastran y bestias sobre la tierra” a los otros pueblos, que no son “alma viviente”, pero que son como hemos dicho. “Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza”. Es decir, participando de seis direcciones, compuestas de todas, según la pauta superior, con miembros dispuestos como para sugerir la Sabiduría esotérica, creatura totalmente excepcional: “Hagamos al hombre”: La palabra adam (“hombre”) implica masculino y femenino, creados completamente por la Sabiduría superior y santa.“A nuestra imagen, según nuestra semejanza”: Estando los dos combinados, de modo que el hombre pudiese ser único en el mundo y gobernar sobre todo. “Y el Eterno vio todo -et kol- que El había hecho, y contempló que era muy bueno”. Aquí la palabra “muy” corrige la omisión de las palabras “que era bueno” en el relato del segundo día. En el segundo día fue creada la muerte, y, según nuestros colegas, la expresión “muy bueno” se refiere a la muerte. “Y el Eterno vio...”. Seguramente El había visto todo antes, pero la Escritura indica aquí por la partícula acusativa et que el Eterno vio ahora también todas las generaciones que hubieren de ser, y cada cosa que hubo de ocurrir en el mundo en cada generación antes de que llegara a existir. “Que El ha hecho”: Estas palabras indican todas las obras del periodo creador (relatado en la sección Bereschit), en el que se creó el fundamento y la base de todo lo que subsiguientemente hubo de ser y ocurrir en el mundo. El Eterno previó todo y colocó todo potencialmente en la obra de la creación. La palabra ha-schischi (“el sexto”) contiene aquí el artículo definido que no se empleó al enumerar los otros días. Esto es para indicar que cuando el mundo fue terminado el masculino y el femenino estaban unidos como para formar un todo único -Hé con “sexto”, que es el fundamento. “Estuvieron terminados”: Esto indica que estuvieron completados en cada detalle; estuvieron completados de cada lado y completamente equipados con todo. R. Eleazar comentó el texto: Cuán grande es tu bondad que has dispuesto para los que te temen, has forjado para quienes ponen su confianza en ti, ante los hijos de los hombres” (Tehilím, Salmos 31:20). Dijo: el Eterno creó al hombre en el mundo y le dio la facultad de perfeccionarse en el servicio a El y para dirigir sus caminos como para merecer el gozo de la Luz celestial que el Eterno ocultó y reservó para los justos, como está escrito: “Ningún ojo ha visto, Oh Eterno, junto a Ti, lo que quieres hacer para quien en Ti espera” Es por la Torá que el hombre puede hacerse digno de esa luz. Pues quien estudia la Torá merece una parte en el mundo futuro, y hasta es considerado constructor de mundos, porque el mundo fue construido y completado por la Torá; así dice la Escritura: “El Eterno fundó la tierra con Sabiduría (es decir, la Torá), El estableció los cielos con Entendimiento” (Mishlei, Proverbios 3:19). “Y yo (la Torá) fui la delicia cada día” (Mishlei, Proverbios 8:30). Así, todo aquel que estudia la Torá completa el mundo y lo preserva. Además, el Eterno hizo el mundo con un soplo, y por un soplo es preservado, el aliento de los que estudian la Torá asiduamente, y, más aún, el aliento de los niños escolares cuando recitan su lección. En este versículo “gran bondad” significa la bendición acumulada, y “los que Te temen” significa los que temen al pecado. “Tú has forjado para los que confían en ti”: El objeto que implica “forjado” es la obra de la creación. R. Abba dice Es el Jardín de Edén que el Eterno formó sobre la tierra, según la pauta suprema, para los justos, para su sostén, como está escrito: “Ante los hijos de los hombres”, pues ése se halla en presencia de los hombres, mientras el otro se halla en presencia de los ángeles santos. R. Simeón dijo: Del Jardín de Edén se dice que está “ante los hijos de los hombres” porque en él se hallan reunidos los justos que ejecutan la voluntad de su Amo. “Y estuvieron terminados” Implica que toda la obra que hubo de hacerse, arriba y abajo, estaba concluida. “El cielo y la tierra” Arriba y abajo. R. Simeón dijo: Estas palabras designan el edificio general de la Ley Escrita y el edificio general de la Ley Oral. Las palabras: “Y todas sus huestes” designan los detalles de la Torá las setenta explicaciones alternativas de la Torá; Mientras que las palabras: “Y fueron completados” implican que las dos Leyes son complementarias la una de la otra. O, bien, “cielo y tierra” pueden interpretarse como lo general y lo particular, y “todas sus huestes” como el sentido interno de la Torá, sus reglas concernientes a pureza e impureza, etc. “Y el Eterno concluyó mediante el séptimo día” Esto es la Ley Oral que es el “séptimo día”, y por el cual el mundo fue completado y el todo preservado. “Su obra que El ha hecho” Pero no el todo de Su obra, porque fue la Ley Escrita que produjo el Todo por el poder de lo Escrito que salió de la Sabiduría. Las palabras: “En el séptimo día” se emplean aquí tres veces, esto es: “Y Elokim terminó en el séptimo día”; “Y El descansó el séptimo día” y también “Y el Eterno bendijo el séptimo día”. El “séptimo día” en la primera de las citas es la Ley Oral, porque con el séptimo día fue completado, como hemos dicho. “Y El descansó el séptimo día” se refiere al “Cimiento del mundo”. En el libro de R. Yeba el Anciano se dice que este es el Jubileo, y de ahí que está aquí escrito: “Del todo de su obra” porque el Todo sale de él. Pero nosotros lo interpretamos del Cimiento, porque éste es la fuente principal de descanso y contento. “Y el Eterno bendijo al séptimo día” se refiere al Sumo Sacerdote, que bendice todo, y que siempre toma la primera participación, como hemos aprendido: “El Sumo Sacerdote toma la primera participación, y las bendiciones comienzan con él y se llama séptimo”. R. Yesa el Anciano dice: Estas dos menciones del “séptimo día” se refieren, una, al Cimiento del mundo, y, una, a la Columna del centro.“Y lo santificó”La palabra otó –(“a él”)- significa también “su signo” como se comprueba en  Samuel, (Shmuel 2, 2º Samuel 15:25), y así se refiere al lugar en que está fijado el signo del pacto. Esta es la morada de todas las santificaciones celestiales, y de él descendieron sobre la Comunidad de Israel para conferirle toda suerte de lujos y golosinas. Esto se puede ilustrar con el versículo: “De Ascher su pan es gordo, y dará las golosinas de un rey” (Bereishís, Génesis 49:20). Interpretamos “Ascher” como el pacto perfecto. “Su pan es gordo” significa que el que era pan de aflicción se convirtió en pan de lujo. El “rey”, es la comunidad de Israel, a quien da todas las abundancias en el mundo. “Pues en él descansó” En él encontró descanso y contento, arriba y abajo, y en él está el Sábado para reposo. “Que el Eterno creó para hacer” Como “memorial” encuentra su cumplimiento en “preservación”, así aquí “creando” se implementa en “haciendo”, para establecer firmemente la obra del mundo; “hacer” indica el artífice del mundo, por quien todo es conducido. R. Simeón explicó luego el versículo de la manera siguiente. Dijo: Está escrito: “Que guardó el pacto y la bondad” “Que el Eterno creó para hacer” Como “memorial” encuentra su cumplimiento en “preservación”, así aquí “creando” se implementa en “haciendo”, para establecer firmemente la obra del mundo; “hacer” indica el artífice del mundo, por quien todo es conducido. R. Simeón explicó luego el versículo de la manera siguiente. Dijo: Está escrito: “Que guardó el pacto y la bondad” (Devarím, Deuteronómio 5:10). “Que guardó” indica la comunidad de Israel; “el pacto” indica el Cimiento del mundo;“bondad” indica Abraham. La comunidad de Israel es quien mantiene el pacto y la bondad, y se llama “guardador de Israel”, y cuida la puerta del Todo, y de ella dependen todas las obras del mundo. Esto es lo que “el Eterno creó para hacer”, es decir, para perfeccionar y terminar el todo, y producir espíritus y almas y aun espíritus y demonios. No has de creer que también éstos no son para el bien del mundo, pues sirven para el castigo de los malvados, a quienes encuentran y amonestan; pues quien se dirige a la izquierda es enredado en el lado izquierdo y es acometido por ellos, De ahí que son útiles. Leemos que el Eterno dijo respecto de Salomón: “Yo lo castigaré con la vara de los hombres y con las plagas de los hijos de los hombres” (Shmuel 2,  2º Samuel 7:14). Estas “plagas de los hijos de los hombres” son los demonios. Fueron creados en el momento en que fue santificado el Sábado, y ellos fueron dejados como espíritu sin cuerpo. Estas fueron las creaturas que no fueron terminadas; son de la izquierda, escoria de oro, y como no fueron terminados y permanecieron defectuosos, el santo nombre no se menciona en relación con ellos, y no adhieren a él y los aterra. El nombre santo no se posa sobre nada defectuoso. De ahí que un hombre que parte de la vida defectuosa sin haber dejado tras de él un hijo, no puede ligarse al nombre santo y no es admitido dentro de la cortina, porque es defectuoso; y un árbol que ha sido desarraigado debe ser plantado de nuevo; pues el nombre santo es perfecto a cada lado, y no se le puede unir ningún defecto. Las creaturas que hemos mencionado son rechazadas arriba y abajo, y por eso no tienen lugar seguro ni abajo ni arriba. Son las designadas con las palabras: “Que el Eterno creó para hacer”, es decir, no fueron hechos como seres concluidos ni arriba ni abajo. Cabe preguntar, dado que son espíritus, ¿por qué estos seres no fueron terminados arriba? La respuesta es que no fueron terminados abajo sobre la tierra, y por eso no fueron terminados arriba. Todos tienen su origen en el lado de la izquierda: Son invisibles para los hombres y revolotean en torno de ellos para causarles daño. Tienen tres rasgos en común con los ángeles y tres en común con los seres humanos, como ya se señaló en otra parte. Después de ser creados fueron dejados más allá de las piedras molares del precipicio del gran abismo durante la noche y el día de Sábado. Cuando expiró la santidad del día, llegaron al mundo en sus estado inconcluso y comenzaron a revolotear en todas direcciones. Se convirtieron en un gran peligro para el mundo, porque con ellos surgió todo lo del lado de la izquierda y comenzó a llamear el fuego del Guehinóm, y todos los habitantes del lado izquierdo comenzaron a vagar por el mundo. Procuraron vestirse en cuerpos, pero no lo pudieron. De ahí que necesitamos protección contra ellos, y por eso el recitado del “Himno de los accidentes”  (Tehilím, Salmos 91) fue prescrito para cada ocasión cuando amenaza peligro del lado de ellos. Pues cuando el Sábado es santificado a la noche del Viernes, un tabernáculo de paz desciende del cielo y se expande por el mundo. Este tabernáculo de paz es el Sábado, y cuando baja todos los malos espíritus y demonios y todas las creaturas que impurifican se esconden en el orificio de las piedras molares del precipicio del gran abismo. Es que cuando la santidad se difunde por el mundo, el espíritu de impureza permanece inactivo, pues los dos se apartan el uno del otro. De ahí que en víspera de Sábado el mundo se halla bajo protección especial y no necesitamos decir la plegaria: “Que guarda su pueblo por siempre, amén”. Esta plegaria fue prescrita para los días de semana, cuando la protección es necesaria. Pero en Sábado se difunde por el mundo un tabernáculo de paz, que es escudo para todos los lados. Aun los pecadores del Guehinóm están protegidos, y todos los seres están en paz, en la esfera superior y en la inferior. Por eso concluimos nuestra plegaria ese día con las palabras: “Que extiende un tabernáculo de paz sobre nosotros y sobre todo su pueblo Israel y sobre Jerusalem”. La razón de que se mencione a Jerusalem es que ella es la morada del tabernáculo. Así, hemos de invitar a ese tabernáculo a extenderse sobre nosotros y posarse sobre nosotros para protegerse como una madre protege a sus niños, de modo que podamos sentirnos seguros en cada lado. Ahora bien, cuando los hijos de Israel (insistimos nuevamente, que al referirse a los hijos de Israel, se refiere a TODOS los hijos, judíos y no judíos, recuerda que son doce tribus, y solamente una de ella es Yehudá, de donde viene el término judío, las otras tribus que corresponden a Israel, han estado mezcladas en todo el mundo, y son a quienes corresponde regresar al camino de la luz.) al recitar esta bendición invitan a este tabernáculo de paz a sus hogares a un visitante santo, desciende una santidad divina y extiende sus alas sobre Israel como una madre que abraza a sus hijos. Pues las almas tienen en ella su morada y salen de ella, y así, cuando ella baja. Entonces desaparecen del mundo todos los malos espíritus e Israel descansa bajo la protectora santidad de su Amo. Además, este tabernáculo de paz imparte nuevas almas a sus hijos. Pues las almas tienen su morada en ella y salen de ella, y, así, cuando ella baja y tiende sus alas sobre sus hijos, entrega un alma nueva a cada uno de ellos. R. Simeón dijo luego: Es por eso que, como lo aprendimos, el Sábado es un espejo del mundo futuro. Por la misma razón, también, el año Sabático y el Jubileo son cada uno espejo para el otro. El alma adicional desciende de la fuerza mística implicada en la palabra zajor (“recuerda”) sobre el tabernáculo de paz, siendo tomado del mundo futuro. El tabernáculo se la da al pueblo santo, que se alegra con ella y por ella es capaz de olvidar todas sus cuestiones mundanales y todas sus turbaciones y aflicciones, realizando así las palabras del profeta: “En el día en que el Eterno te dará descanso de tu aflicción, y de tu turbación, y del servicio duro...” (Yeshayahu, Isaías 14:3). Por eso en la noche del Viernes todo hombre a de tener una comida completa, para mostrar que este tabernáculo de paz fue tomado por una unión de todos los principios, con la condición de que deje para sí para el día siguiente una vianda, o, según otros, y es más correcto, para dos viandas. Todo esto, naturalmente, si ha dejado más de lo necesario para el día siguiente. Para los niños son suficientes dos platos, y en esto concuerdan los colegas. La función de encender la luz sabática fue confiada a las mujeres del pueblo santo; como lo asentaron los colegas: “La mujer encendió la luz en el mundo y trajo la oscuridad, etc.”; y así estamos de acuerdo. Pero, hay una razón más esotérica. Ese tabernáculo de paz es la Matrona del mundo, y en él moran las almas que son la lámpara celestial. De ahí que la matrona ha de encender la luz, porque con esto ella se vincula a su lugar apropiado y realiza su función correcta. La mujer ha de encender la luz sabática con deleite y alegría, porque es para ella un gran honor; y, además, con esto se califica para ser la madre de santa descendencia que crecerá para ser brillantes lumbreras de saber y piedad y difundirá paz en el mundo, y también procura vida larga a su marido. De ahí que ha de ser muy cuidadosa al realizar esta ceremonia. Observa las palabras “recuerda” y “guarda” en el mandamiento del Sábado (Shemót, Éxodo 20: 8 y Devarím, Deuteronómio 5:12). Ambas se aplican igualmente al día y a la noche; sin embargo, “recuerda” tiene una aplicación más especial al hombre y “guarda” a la mujer, cuya observancia principal es de noche. “Y el Eterno construyó (vayiven) el lado que había tomado del hombre, etc.” R. Simeón dijo: Está escrito:  el Eterno entendió el camino de ello y conoce el lugar de ello.” (Yov, Job 28:23). Este versículo puede ser tomado de varias maneras. Una de ellas es que la palabra “entendió” (hevin) tiene el mismo sentido que vayiven en el segundo capítulo del Génesis. De ahí que el “lado” aquí es la Ley Oral, que forma un “camino”, como está escrito: “El que hace un camino en el mar” (Yeshayahu, Isaías 43:16). De manera similar, “lugar” se puede interpretar aquí como la Ley Escrita, que es una fuente de conocimiento. El doble nombre “Eterno, Eterno” se emplea para mostrar que se hallaba completado en todos los detalles. De ahí que se llama a la vez Jojmá (“Sabiduría”) y Biná (“Entendimiento”). “El lado” (zela) es el espejo no claro, como está escrito: “Ellos se regocijaron de mi vacilante (bezali) y se reunieron” (Tehilím, Salmos 35:15). “Que tomó del hombre”: Porque la Ley Oral salió de la Ley Escrita. “En una mujer”. Para estar ligada con la llama de la izquierda, porque la Torá fue dada del lado de Gueburá. Además, ischá (“mujer”) se puede analizar en esch hé (“fuego de hé”), que significa la unión de los dos. “Y El la trajo al hombre”: Que es como decir que la Ley Oral no debe ser estudiada por ella misma, sino en conjunción con la Ley Escrita, que la nutre y provee a todas sus necesidades. (De manera similar hemos explicado las palabras “Y la tierra”). De este pasaje aprendemos que cuando un hombre da su hija en matrimonio, hasta el momento de la boda el padre y la madre son responsables por el mantenimiento de ella, pero una vez que se ha casado el marido ha de sostenerla y proveer a todas sus necesidades. Pues primero dice aquí que el Eterno construyó el lado, es decir, que el Padre y la Madre proveyeron para ella, pero después “la trajo al hombre”, para que pudieran estar estrechamente unidos, y el hombre pudiese proveer a todas las necesidades de ella. Según otra explicación este versículo tiene un profundo sentido esotérico, es decir, que el punto primordial es incognoscible salvo para el Eterno, que “entiende su camino”, es decir, el mundo futuro, mientras que “El”, es decir, el gran inescrutable llamado Hu, El, “conoce su lugar”. “Y el Eterno formó al hombre” En este punto el hombre fue completamente formado como partícipe de la Derecha y la Izquierda. Asentamos ante que él se hallaba completamente bajo la égida de la buena inclinación; y el Eterno lo formó con ambas inclinaciones, la buena y la mala, con la buena inclinación para él mismo, y la mala inclinación para dirigirla a la mujer. Hablando esotéricamente, aprendemos de aquí que el Norte siempre es atraído a la hembra y se liga a ella, y por eso se llama ischá, es decir, esch hé, (“fuego de hé”). Observad esto. La buena inclinación y la mala inclinación están en armonía sólo porque participan de la mujer, que está ligada a ambas de esta manera: Primero, la mala inclinación la persuade y se unen, y, cuando están unidas, la buena inclinación, que es júbilo se levanta y se la atrae, y así participa de las dos, y las reconcilia. De ahí que está escrito: “Y el Eterno formó al hombre”. El nombre doble es responsable por las dos, la buena y la mala inclinación. “Al hombre”: Como lo hemos explicado, masculino y femenino, juntos y no separados, de modo de dirigir rostro a rostro. De ahí que está escrito: “Polvo del suelo”. El empleo de la palabra “suelo”, adamá, debe explicarse aquí. Cuando la esposa se junta con el marido se llama por el nombre del marido; así, los correlativos isch (“hombre”) e ischá, zadik (“justo”) y zédek, ofer (“macho”) y efar, zeví (“ciervo”) y zibia. Así, también, con las palabras ascher, que, y ascherá. Dice: “No te plantarás una Ascherá, alameda, de ninguna especie de árbol al lado del altar del Eterno tu El Eterno que, ascher, te harás. ¿Quiere esto decir que en cualquier otra parte está permitido? La verdad es que la se llama Ascherá por el nombre de su cónyuge, Ascher, y por eso el sentido del versículo es: No plantarás otra ascherá al lado del altar establecido sobre ésa. Observa que a través de las Escrituras los adoradores del Sol se llaman servidores de Baal y los adoradores de la Luna, servidores de Ascherá; de ahí, la combinación “a Baal y Ascherá”. Si es así, que Ascherá es el nombre de la , ¿por qué no se emplea como un nombre sagrado? La razón es que este nombre trae a la mente las palabras de Leah: “Feliz soy yo, porque las hijas me llamarán feliz (ischruni)”, pero a esta no la llaman “feliz” otras naciones, y otra es puesta en su lugar; y otra es puesta en su lugar; y también está escrito: “Todos los que la honraron, la desprecian” Lamentaciones 1:8. Pero el real es uno que está hecho de tierra, como está escrito: “Harás un altar de tierra para mí”. De ahí, “polvo de la tierra”. “Y él respiró en sus narices el aliento de vida” El aliento de vida se hallaba incluido en la tierra, que fue hecha encinta de él como una mujer fecundada por el varón. Así se unieron el polvo y el aliento, y el polvo se volvió lleno de espíritus y almas. “Y el hombre se tornó un alma viviente” En este punto alcanzó su forma propia, y se volvió un hombre para sostener y nutrir el alma viviente. “Y el Eterno construyó” También aquí se emplea el nombre completo de la Divinidad, que indica que el padre y la madre la proveyeron hasta que ella vino a su marido. “El lado” “Negro pero buen aspecto”; ella fue el “espejo no claro”, pero el padre y la madre la ataviaron para hacerla aceptable a su marido. “Y la trajeron al hombre” De esto aprendemos que incumbe al padre y a la madre de la novia transferirla a cargo del novio; así leemos: “Di mi hija a este hombre” (Devarím, Deuteronómio 22:16). Desde este punto el marido ha de venir a ella, pues la casa es de ella; así está escrito: “Y él vino a ella” (Bereishís, Génesis 29:23).  “Y él vino a Raquel” (Bereishís, Génesis 29:23). Del padre y la madre está escrito que ellos “trajeron”, pero del marido que “vino”, para señalar que debe obtener el permiso de ella. Una reflexión similar cabe respecto del versículo: “Y el oró en el lugar y se demoró allí” (Bereishís, Génesis 28:11). es decir, que Yaakov primero procuró tener permiso. De esto aprendemos que un hombre que desea la sociedad de su mujer, necesita primero rogarla y halagarla; y si no puede persuadirla, no puede permanecer con ella; su compañía ha de ser voluntariosa y no constreñida. Después dice de Yaakov que: “Se demoró allí porque el Sol se había puesto”, lo que muestra que la relación sexual está prohibida durante el día. Además dice que: “Tomó piedras del lugar y las puso bajo su cabeza”. De esto aprendemos que aun un rey que tiene una cama de oro con cubiertas preciosas, si su mujer prepara para él una cama de piedras, debe dejar su propia cama y dormir en la que ella prepara, como está escrito: “Y él se acostó en ese lugar”. Observad que aquí dice: Y el hombre dijo, esta vez..., para mostrar que él habló suavemente de modo de atraerla y ganar el afecto de ella. Mira cuán tierno y persuasivo es su lenguaje –“hueso de mi hueso y carne de mi carne”- para probarle que eran inseparablemente uno. Luego él empezó a cantarle alabanzas: Esta será llamada mujer, esta es la sin par e incomparable; este es el orgullo de la casa, que supera a todas las otras mujeres como un ser humano sobrepasa a un mono. Es perfecta en todos los puntos, y la única que merece el título de mujer. Cada palabra está inspirada en amor, como el versículo: “Muchas hijas han hecho valerosamente, pero tú superaste a todas ellas” (Mishlei, Proverbios 31:29). Por eso un hombre ha de dejar a su padre y a su madre y adherir a su mujer, y han de ser una sola carne: También todo esto era para ganar su afecto y aproximarla más cerca. “Y la serpiente era sutil” Después de que el hombre hubo dirigido todas estas palabras a la mujer, se despertó la mala inclinación, apremiándolo a procurar unirse con ella en deseo carnal, y a instarla a cosas en que la mala inclinación se complace, hasta que, finalmente: La mujer vio que el árbol era bueno para alimento, y que era una delicia para los ojos y tomó del fruto de él y comió –admitiendo prontamente la mala inclinación. Y también dio a su marido con ella: Ahora fue ella quien procuró despertar deseo en él, para ganarse su amor y afección. Este relato muestra los procedimientos de los seres humanos según el modelo de los de arriba. R. Eleazar preguntó: Si es así, ¿qué hemos de hacer de la mala inclinación que se apodera de la hembra arriba? Dijo: Ya se señaló que un grupo (Izquierda y Derecha) está arriba y un grupo abajo, es decir, la buena inclinación y la mala inclinación; la buena inclinación a la derecha y la mala inclinación a la izquierda. La Izquierda arriba se apodera de la mujer para unirse a ella en el cuerpo, como está escrito: “Su mano izquierda bajo mi cabeza...” (Shir hashirím, Cantar de Cantares 2:6). De esta manera se puede interpretar el pasaje como aplicándose tanto arriba como abajo. Los puntos restantes no son del todo recónditos y casi los puede dilucidar un niño; y los colegas los han notado. R. Simeón marchaba una vez a Tiberíades acompañado por R. Yose y R. Judá y R. Jiyá. En el camino vieron a R. Pinjas viniendo hacia ellos. Cuando se encontraron, desmontaron y se sentaron bajo un árbol robusto. R. Pinjas dijo: Ahora que estoy sentado aquí desearía oír algunas de las ideas maravillosas que expresáis todos los días. Entonces R. Simeón comenzó un discurso con el texto: “Y él fue en sus viajes del Sur hasta Bethel, hasta el lugar donde su tienda había estado primero, entre Bethel y Aí” (Bereishís, Génesis 13:3). Dijo: La palabra “viajes” aquí donde hubiéramos podido esperar “viaje”, para indicar que la Schejiná viajaba con él. Incumbe al hombre ser siempre “masculino femenino”, de modo que su fe pueda ser firme, y que la Schejiná nunca se aparte de él. Entonces, ¿dirás de un hombre que está de viaje, hallándose ausente de su mujer, que ya no es “masculino femenino? Su remedio es rogar a al Eterno antes de emprender viaje, cuando todavía es “masculino y femenino”, para que le acerque la presencia de su Amo. Cuando ha ofrendado su plegaría y agradecimiento y la Schejiná permanece sobre él, entonces puede partir, porque por su unión con la Schejiná se ha vuelto “masculino y femenino” en el campo, como era “masculino y femenino” en la ciudad, según está escrito: “La justicia, tzédek, el femenino de tzadik, ha de marchar delante de él y poner sus pasos en el camino” (Tehilím, Salmos 85:14). Observa esto. Todo el tiempo en que un hombre está de viaje ha de ser cuidadoso de sus acciones, para que el socio celestial no lo abandone y lo deje en situación defectuosa, por la falta de unión con la mujer. Si esto era necesario cuando su mujer estaba con él, ¿cuánto más necesario es si le está ligado un socio celestial? A lo sumo que el socio celestial lo cuide durante todo el viaje hasta que regrese a su casa. Cuando regresa de nuevo a su casa, es su deber proporcionar a su mujer algún placer, porque es ella quien le proporcionó el compañero celestial. Es su deber hacerlo por dos razones. Una es que este placer es un placer religioso, y uno que da júbilo a la Schejiná también, y, lo que es más, por su medio él extiende paz en el mundo, como está escrito: “Conocerás que tu tienda es en paz y visitarás tu corral y no pecarás” (Yov, Job 5:24). Cabe preguntar, ¿es un pecado si no visita a su mujer? La respuesta es que es así porque con ello se detracta del honor de la compañía celestial que se le unió por causa de su mujer. La otra es que si su mujer se pone encinta, el compañero celestial imparte al niño un alma santa, pues este pacto se llama el pacto del Santo, Bendito Sea. Por eso ha de ser tan diligente para procurar esta alegría del Sábado, que es compañía de los Sabios. De ahí: “Tú has de saber que tu tienda es en paz”, pues la Schejiná viene contigo y mora en tu casa, y, por eso, “visitarás tu casa y no pecarás”, al efectuar con alegría el deber religioso de la relación conyugal en presencia de la Schejiná. De esta manera los estuel Eternoos de la Torá que se separan de sus esposas durante los seis días de la semana para dedicarse al estudio, están acompañados por un compañero celestial para poder continuar siendo “masculino y femenino”. Cuando viene el Sábado, les incumbe alegrar a sus esposas en consideración al honor del compañero celestial, y procurar realizar la voluntad de su Amo, como se ha dicho. Igualmente, de manera similar, si la esposa de un hombre observa los días de su separación, durante todos esos días que él la espera, el compañero celestial se asocia a él, de modo que él aún es “masculino y femenino”. Cuando su mujer es purificada, es deber de él alegrarla con la alegre realización de un precepto religioso. Todas las razones que hemos mencionado también se aplican a este caso.La doctrina esotérica es que los hombres de fe verdadera han de concentrar todo su pensamiento y propósito en la Schejiná. Puedes objetar que de acuerdo con lo que se ha dicho, un hombre goza de mayor dignidad cuando está de viaje que cuando está en su hogar debido a la compañía celestial que le está asociada. No es así. Pues cuando un hombre se halla en su hogar, el fundamento de su casa es la esposa, porque en mérito a ella la Schejiná no parte de la casa. Así han entendido nuestros maestros el versículo: “Y él la trajo a la tienda de su madre Sara” (Bereishís, Génesis 24:67). para indicar que con Rebeca la Schejiná vino a la casa de Yitzjak. Hablando esotéricamente, la Madre suprema se encuentra en compañía con solamente el varón en el tiempo en que la casa está preparada, y el masculino y el femenino están juntos. Entonces la Madre suprema derrama bendiciones para ellos. Analógicamente, la Madre inferior no se encuentra en compañía con el varón salvo cuando la casa está preparada y el varón visita la mujer y se juntan; entonces la Madre inferior derrama bendiciones para ellos. De ahí que el hombre ha de estar rodeado por dos mujeres, como el Varón arriba. Hay una alusión a esto en el versículo: “Hasta (ad) el deseo de las colinas persistentes” (Bereishís, Génesis 49:26). Este ad es el objeto del deseo de las “colinas persistentes”, es decir, la femenina suprema, que ha de preparar para él y beatificarlo y bendecirlo y la hembra secundaria, que ha de juntarse con él y ser sostenida por él. Análogamente abajo, cuando el hombre está casado, el deseo de las “colinas persistentes” es hacia él, y es beatificado y bendecido por dos mujeres, una delmundo superior y una del mundo inferior para ser sostenida por él y ser unida con él. Esto, tratándose del hombre en su casa. Pero, cuando él sale de viaje, mientras la Madre celestial aún lo acompaña, la mujer inferior es dejada detrás; así, cuando vuelve ha de tomar medidas para rodearse de dos mujeres, como lo hemos dicho. R. Pinjas dijo: Aun los ángeles arriba no se atreverían a abrir sus bocas delante tuyo. R. Simeón continuó: De la misma manera la Torá está situada entre dos casas, una recóndita y en lo alto y la otra más accesible. La de en lo alto es la “Gran Voz” a que se refiere el versículo: “Una gran voz que no cesa” (Devarím,  Deuteronómio 5:19). Esta voz está en los huecos y no es oída o revelada, y cuando sale de la garganta expresa lo pronunciado sin sonido y fluye sin cesar, aunque es tan tenue como para ser inaudible. De esto sale la Torá, que es la voz de Yaakov. La voz audible sale de la inaudible. En el debido curso se le liga el lenguaje, y por obra del lenguaje emerge abiertamente. La voz de Yaakov, que es la Torá, se liga así a dos hembras, a la voz interior que es inaudible, y a la voz exterior que se oye. Hablando estrictamente, hay dos que son inaudibles y dos que se oyen. Las dos que no se oyen son, primero, la Sabiduría suprema, que se localiza en el Pensamiento y no es descubierta u oída; y, en segundo lugar, la misma Sabiduría cuando sale y es manifiesta es un cuchicheo que no se puede oír, llamándose entonces la “Gran Voz”, que es muy tenue y sale en su cuchicheo. Las dos que se oyen son las que salen de esta fuente, la voz de Yaakov y la articulación que la acompaña. Esta “Gran Voz” que no se puede oír es una “casa” para la Sabiduría suprema. Téngase presente que “casa” es siempre femenino y la articulación que mencionamos es una “casa” para Yaakov, que es la Torá. Por eso la Torá comienza con la letra Beth, que es una “casa” para ella. R. Simeón trazó aquí un paralelo entre la creación del cielo y la tierra y la de la mujer. “En el comienzo Elokim creó”, dijo, corresponde a: “Y el Eterno construyó el costado”; “los cielos” corresponde a: “Y la trajo al hombre”;  “y la tierra” corresponde a: “hueso de mi hueso”, pues esto es seguramente “el país de los vivientes”. R. Simeón hizo luego una exposición del versículo: “El Eterno dijo a mi amo: Siéntate a mi mano derecha hasta que haga de tus enemigos tu banquete”. (Tehilím, Salmos 110:1). “El Eterno dijo a mi amo”: Es decir, el grado superior dijo al inferior: “Siéntate a mi mano derecha”, para que el Oeste se uniera con el Sur y la Izquierda con la Derecha, de modo de quebrar el poder de los Paganos. O, también, “El Eterno” es el Yaakov celestial y “a mi amo” es “el arca del pacto, el Soberrano de toda la tierra” (Yehoshúa, Josué 3:11). Según otra explicación, “el Eterno” se refiere al Jubileo y “mi amo” al año Sabático. En Shemót (Shemót, Éxodo 21:5) se dice: “Yo amo a mi D-os” Las palabras: “Siéntate a mi mano derecha” son apropiadas, porque la Derecha está ubicada en el Jubileo, y el Año Sabático anhela unirse con la Derecha. Cuando primero llegó a ser, el Año Sabático no estaba seguramente ligado al poder supremo ni por la Derecha ni por la Izquierda. Así, cuando trató de asegurarse, el poder supremo extendió su brazo derecho para encontrarlo y crear este mundo. Porque del lado de la Izquierda no tiene base segura hasta el momento del séptimo milenio cuando a la larga será unida a través de la Derecha. Entonces el Año Sabático, entre la Derecha y la Izquierda, estará seguramente basado, habrá un cielo nuevo y una nueva tierra, y nunca partirá de allí. Según esta explicación, debemos tomar as palabras: “Siéntate a mi mano derecha” como refiriéndose a un periodo específico, es decir, “hasta que haga de tus enemigos tu banquete”, pero no a perpetuidad; pues cuanto esto ocurra, no partirá de allí nunca, como está escrito: “Pues te expandirás a la mano derecha y a la izquierda” (Yeshayahu, Isaías 54:3), estando todo unido. De manera similar podemos interpretar el texto: “Los cielos y la tierra” como significando que la Schejiná más elevada y la Schejiná de más abajo se hallarán unidas en la unión de masculino y femenino; esto ya se explicó, como lo advirtieron los colegas. Entonces se pusieron de pie para partir, pero R. Simeón dijo: Todavía tengo que decirles una cosa más. En un lugar se dice: “Pues el Eterno tu El Eterno es un fuego que consume” (Devarím, Deuteronomio 4:24).  y en otro lugar: “Todos los que unís al Eterno vuestro El Eterno, estáis todos vivientes en este día” (Devarím, Deuteronomio  4:4). Los colegas ya trataron la aparente contradicción entre ambos textos; pero hay otra explicación. Entre los colegas ya se estableció que hay un fuego que consume fuego y lo destruye, porque hay una especie de fuego más fuerte que otra. Prosiguiendo esta idea podemos decir que quien desea penetrar el misterio de la santa unidad ha de contemplar la llama que sale de un carbón o de una vela encendidos. La llama sólo puede salir de algún cuerpo concreto. Además en la llama misma hay dos luces: una blanca y luminosa y la otra negra, o azul. La luz blanca es la más elevada y sale constantemente. La luz negra o azul está debajo de la otra que descansa sobre ella como sobre un pedestal. Las dos están inseparablemente ligadas, hallándose la blanca entronizada sobre la negra. De paso digamos que en esto está la significación interna de la franja azul. La base azul o blanca está, a su vez, ligada a algo de abajo, que la mantiene en llama y la impele a tender a la luz blanca arriba. Esa luz azul o negra se torna a veces roja, pero la luz blanca arriba nunca cambia su color. La luz inferior, que unas veces es negra y otras azul y a veces roja, es un vínculo de conexión entre la luz blanca a que está ligada arriba y el cuerpo concreto al que está ligada abajo, y la mantiene iluminando Esta luz siempre consume todo lo que está bajo ella o que es puesto en contacto con ella, pues su índole es la de ser una fuente de destrucción y muerte. Pero la luz blanca que está encima de ella nunca consume o destruye y nunca cambia. Por eso Moishé dijo: “Pues el Eterno tu El Eterno es un fuego que consume”, que consume literalmente todo lo que hay debajo de él; por eso dijo “tu El Eterno” y no “nuestro El Eterno”, porque Moishé se hallaba en esa luz blanca de arriba que no consume o destruye. Y bien, observad. El impulso a través del cual esa luz azul llamea y se liga a la luz blanca viene solamente de Israel, que se le adhiere de abajo. Además, aunque es de la naturaleza de esta luz azul o negra consumir todo lo que está en contacto con ella abajo, aunque Israel es capaz de abrirse paso a ella desde abajo, y aun seguir con vida. Encima de la luz blanca y rodeándola hay otra luz escasamente perceptible, simbólica de la esencia suprema. Así, la llama ascendente simboliza los más elevados misterios de la sabiduría. R. Pinjas se acercó y lo besó, diciendo: “Bendito sea el Eterno que condujo mis pasos hasta aquí” Entonces ellos acompañaron a R. Pinjas en su camino de tres millas. Cuando volvieron, R. Simeón manifestó: Lo que os dije antes constituye un símbolo de la unificación sagrada. La segunda del nombre santo es la luz azul o negra que está ligada a Yod, , Vav, que son la resplandeciente luz blanca. A veces la luz azul no es sino Dalet; es decir, cuando los hijos de Israel no se abren paso hacia ella desde debajo de modo de hacerla arder y no adhieren a ella, a la luz blanca, es Dalet; pero cuando le dan el impulso a adherir a la luz blanca, es . Pues donde masculino y femenino no se encuentran juntos, es eliminada y solamente queda Dalet, y por eso en Devarím (Devarím, Deuteronomio 22:15) la palabra naar se emplea para doncella” en de naará, porque no está unida con el varón. Pero, cuando la cadena es completa, la va a la luz blanca de Israel tiende a ella y alimenta su luz sin ser destruido. Este es el secreto del sacrificio. El humo ascendente inflama la luz azul, que entonces se une a la luz blanca, de modo que la bujía toda se halla alumbrando. Como está en la naturaleza de la luz azul el destruir y consumir todo lo que está en contacto con ella debajo, cuando el sacrificio es placentero y la vela está completamente encendida, entonces, como en el caso de Elías: “El fuego del Eterno desciende y consume la ofrenda del holocausto” (Melajím 1, 1º Reyes 18:38). . Esto es una manifestación de que la cadena está completa; la luz azul adhiere a la luz blanca y consume la grasa y la carne del holocausto abajo, pues sólo consume lo que está debajo de ella cuando asciende y se une a la luz blanca. Entonces hay paz en todos los mundos, y el todo forma una unidad. Cuando la luz azul ha consumido todo lo que debajo de ella, los Levitas y los laicos se reúnen a su pie con canto, con meditación y con plegaría, la lámpara arde sobre ellos, las luces están soldadas en una, los mundos están iluminados y se hallan bendecidos, ambos, los de arriba y los de abajo. De ahí que: “Cuando adhiriendo al Eterno vuestro El Eterno, todos están vivientes en este día”. La palabra atem –(“vosotros”)- está aquí precedida por la letra Vav (“y”) para mostrar que mientras la grasa y la carne que se unen a la llama son destruidas por ella, vosotros os unís a ella y aun sois vivientes. Todos los colores, excepto el azul, vistos en un sueño son de buen presagio; el azul siempre consume y destruye, porque es el árbol en que se localiza la muerte. Se extiende sobre el mundo inferior, porque todas las cosas están situadas debajo de ella, son perecederas. Es verdad que también llena el cielo, y allí hay muchas cosas que son imperecederas. Pero ellas están constituidas de esta luz azul, mientras que las de abajo son de material tosco y constituyen un mundo inferior sobre el cual descansa el superior. De ahí que luz azul los consume y destruye. “Y ellos oyeron la voz del Eterno caminando en el Jardín”. Se ha de observar la forma mithalej (“caminando”) en vez de la usual mehalej. Y bien, el hombre, hasta que pecó, estaba dotado de la sabiduría de la iluminación celestial y ni por un instante abandonó el Árbol de la Vida. Pero, cuando fue seducido por su deseo de conocer lo que había abajo, lo siguió hasta que se separó del Árbol de la Vida, y conoció el mal y renegó del bien; de ahí que la Escritura dice: “Pues no eres un El Eterno que se place en la maldad, el mal no permanecerá contigo” (Tehilím, Salmos 5:5). Quien se arrastra tras del mal no puede morar con el Árbol de la Vida. Antes de haber pecado, la pareja humana acostumbraba oír una voz de arriba y estaba dotada de la sabiduría más elevada;  ermanecían erectos con radiación celestial, y no conocían el miedo. Cuando hubieron pecado, no fueron siquiera capaces de permanecer ante una voz terrenal. Una cosa similar ocurrió después con los israelitas. Cuando los hijos de Israel se hallaron ante el Monte Sinaí, se apartó de ellos la impureza de la serpiente, de modo que se suprimió entre ellos la pasión carnal, y consiguientemente fueron capaces de ligarse al Árbol de la Vida. Entonces sus pensamientos se dirigieron a las cosas más elevadas y no a las más bajas. De ahí que fueron provistos de iluminaciones celestiales y conocimientos que los llenaron de júbilo y alegría.      


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