CENTRO CABALISTA
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ZOHAR Ki Tisa


 

KI TISA

Y habló el Eterno a Moisés diciendo: Cuando formares el censo de los hilos de Israel, de aquellos que han de ser empadronados, ,entonces cada uno de ellos pagará el rescate de su vida al Eterno. Se ha asentado que ninguna bendición de arriba puede descansar sobre nada que es contado. Entonces cabe preguntar: ¿Por qué los israelitas fueron contados, como leemos en este versículo? La verdad es que se obtenía da ellos una expiación, un rescate, y el recuento no comenzó hasta que el todo de este rescate fue reunido y comprobado. Más aún, primero los israelitas fueron bendecidos, luego contados, y luego de nuevo bendecidos. Merced a esta doble bendición "no hubo entre ellos plaga" cuando fueron numerados. ¿Y por qué ha de venir una plaga cuando el pueblo no es numerado? Porque la bendición no descansa sobre lo que es numerado, y tan pronto que el poder de la bendición ha partido, el "otro lado" toma posesión y es capaz de hacer daño. Por eso se toma un rescate para que el recuento se aplique a éste y no al

pueblo mismo. R. Yose y R. Jiyá estaban un día caminando juntos. Anduvieron hasta que cayó la oscuridad. Entonces se sentaron y conversaron sobre muchos temas hasta que apareció la aurora, y se levantaron una vez más y continuaron su camino. R. Jiyá dijo: Mira al Oriente, cómo su rostro comienza a alumbrar. Ahora todos los hijos del Oriente que habitan las montañas de luz rendirán culto a la luz que se adelanta al sol antes de que aparezca. Porque el sol tiene muchos adoradores, pero éstos son los adoradores de su presagio, al que llaman "el dios de la perla brillante", y su juramento es por "Alah de la perla brillante". Y no digas que este culto es vano, pues hay en él una sabiduría conocida desde tempranos días antiguos. Cuando antes de la salida del sol brilla la luz, el ángel designado para regir y guiar al sol, se adelanta con las santas letras del bendito Nombre superior inscripto en su frente, y en el poder de estas letras abre todas las ventanas del cielo y vuela. Entonces entra en el aura del resplandor que rodea al sol y espera allí hasta que el sol mismo se levanta para extender su luz sobre el mundo. Y el mismo ángel que es el guardián del sal es también designado sobre el oro y los rubíes. Por eso los adoradores del sol y los adoradores de la aurora rinden culto a este ángel, y con ciertos medios y señales que conocen por la tradición y que perciben en el sol, ellos encuentran el lugar del oro y los rubíes. R. Yose dijo: ¡Por cuánto tiempo continuarán todos estos cultos paganos! Seguramente, "la falsedad no tiene pies sobre los cuales pararse". R. Jiyá respondió: está escrito: "El labio de la verdad será establecido por siempre; pero una lengua mentirosa sólo dura un momento” (Mishle, Proverbios 12, 19).

 

 Y bien, si los objetos del culto do los hombres fueron ellos mismos falsos, sería como tú dices. Pero, en realidad, la luz y el esplendor que vemos son verdad; las estrellas arriba en el firmamento son verdad. Porque los hombres, en su necedad y falta de sentido erróneamente toman estas cosas por El Eterno y las llaman así, ¿Destruirá El Eterno Su propia obra? Pero en el tiempo que será —la era Mesiánica— no serán destruídos ni las estrellas ni el sol, sino quienes persisten en el culto de ellos, y esto es lo que en realidad implica el versículo: "Los labios de la verdad serán establecidos por siempre" y esto se refiere a Israel, que es "el labio de la verdad", en cuanto proclama: "Oye, oh Israel, el Eterno nuestro El Eterno, el Eterno es Uno", la esencia misma de la verdad; y el Shemá concluye con las palabras: "Yo el Eterno vuestro El Eterno soy verdad". Podemos traducir la segunda mitad del versículo no como "una lengua mentirosa es sólo por un momento (raga)", sino, más literalmente "hasta que yo, Israel, encontraré descanso (argiyah) de mi pesada carga". Porque en el tiempo por venir será destruida la len-gua mentirosa que llama "el Eterno" a esa cosa que no es El Eterno. Pero de Israel está escrito: "Pueblo que formé para Mi, para que cuenten mis alabanzas” (yeshayahu (Isaías 43, 21). Recuerdo que una vez caminando con R. Eleazar encontramos en el camino a un Gentil digno (Hegernon). El le dijo a R. Eleazar: "¿Conocéis bien las Sagradas Escrituras judías?" R. Eleazar respondió: "Sí, conozco". El gentil prosiguió: "¿No decís que vuestra Fe es verdad y también vuestras Escrituras, mientras que nuestra fe es una mentira y también nuestra escritura. es una mentira? Pero está escrito en vuestro Libro: "El labio de la verdad será establecido por siempre; pero una lengua mentirosa sólo es por un momento'. Y bien, nosotros fuimos estabecidos en nuestro reino desde tiempos antiguos y él ha permanecido con nosotros durante generación tras generación y está establecido "por siempre"; mientras que, vuestro reino fue de vida corta y pronto desapareció v en vosotros se han cumplido las palabras "La lengua mentirosa sólo es por un momento". Entonces R. Eleazar le dijo: "Veo que eres bien versado en la Santa Escritura. Una maldita luz sobre ti. Si estuviera escrito "ha sido establecido", tendrías razón, pero dice "será establecido", lo que significa que en el futuro la Verdad será establecida, aunque ahora no se halla establecida. Al presente "el labio de mentira" está erguido, y el "labio de la verdad" está postrado. Pero en el futuro la verdad se erguirá y florecerá de en medio de la tierra". E.1 Gentil le dijo: "Tienes efectivamente razón, y bendito es el pueblo que posee la verdad y la Escritura de ella". Supe después que se había hecho judío. Luego siguieron camino hasta que llegaron a un campo, donde se detuvieron para orar. Después exclamaron: Desde ahora unámonos con la Schejiná y, mientras caminamos, discurramos sobre la Torá. R. Yose comenzó entonces citando el versículo siguiente: "He aquí que serán avergonzados y confundidos todos los que se airan contra ti” (Yeshayahu, Isaías 41, 11). Dijo: El Santo, Bendito Sea, hará que en el tiempo venidero ocurran todas las buenas cosas que El prometió a Israel por boca de los verdaderos profetas y en la esperanza de las cuales Israel fue capaz de sufrir tanto en el exilio. Porque si no fuera por esas gloriosas promesas que los israelitas ven escritas en la Escritura y que esperan tan ansiosamente, no habrían tenido fuerza para soportar los rigores del exilio; pero tal como están las cosas, ellos reparan las casas de estudio, abren los libros sagrados y leen en ellos sobre todas las buenas cosas que el Santo les ha prometido y están confortados en su exilio. Pero las otras naciones se burlan de ellos y los insultan, diciendo: "¿Dónde está vuestro El Eterno? .Dónde están todas esas buenas cosas que declaráis os están prometidas y por las que todas las naciones del mundo serán avergonzadas y confundidas delante vuestro?" Así está escrito: "Oid la palabra del Eterno, los que tembláis ante Su palabra. Vuestros hermanos que os odian, que os arrojan correo impuros a causa de Mi nombre, dicen: Sea glorificado el Eterno, para que podamos ver vuestra alegría. Mas ellos serán avergonzados” (Yeshayahu, Isaías 66, 5). "Los que tembláis ante Su palabra" son los que han soportado mucho mal y muchos reproches, uno tras otro, como está escrito: "Hemos oído una voz de temblar, de temor, y no de paz” (yeremiyahu, Jeremías 30, 5)."Vuestros hermanos que os odian" son los hijos de Esaú, "los que os arrojan como impuros", como está dicho, "Clamaron a ellos: apartaos, son inmundos”(Eijá, Lamentaciones 4, 15). porque ningún pueblo en el mundo desprecia a Israel tan manifiestamente, escupiéndole en el rostro con desdén, como lo hacen los hijos de Edom, que les dicen: "Sois todos impuros como una mujer en menstruación". "Por consideración a mi nombre, sea glorificado el Eterno": ellos dicen "Somos hijos del El Eterno viviente y Su Nombre es glorificado en nosotros, reinamos sobre el mundo por causa de quien es llamado grande, como está dicho, Esaú, su hijo mayor (Bereishis, génesis 27, 15), y El Eterno también es llamado grande (Tehilím, Salmos 140, 3). mientras vosotros sois los más pequeños de todos "Yaakov, su hijo menor” (Bereishís, génesis 27, 15).  ¿adónde, entonces, está vuestro El Eterno? ¿dónde están todas esas buenas cosas que habrían de hacer que os envidiaran todas las otras naciones? Nos agradaría mucho ver ese gozo de que os jactáis, diciendo "ellos serán avergonzados". (Pero el Espíritu Santo responde con un eco: ellos serán avergonzados)". R. Jiyá dijo: Efectivamente es así. Sin embargo vemos, como lo hicieron también los grandes que había en este mundo en años tempranos, que el exilio se prolonga y que el hijo de David —el Mesías—aún no apareció. R. Yose respondió: Sí. Pero, ¿qué es lo que capa-cita a Israel para soportar su exilio tanto tiempo? Son esas promesas que ,el Santo hizo a los israelitas, como lo hemos señalado; así que cuando van a las sinagogas y a las casas de estudia y ven todas estas consolaciones, todas estas esperanzas confortantes y seguras, se regocijan en sus corazones y son capaces de soportar todo lo que les ocurre; y de otra manera no serían capaces de ello. R. Jiyá dijo: Es verdad. Y todo depende del arrepentimiento. Pero no has de imaginar que en este tiempo todos se levantan a la vez para el arrepentimiento; te digo que no, no es así. ¿Por qué? Porque está escrito: "y sucederá cuando hubieren venido sobre tí todas estas cosas.. . y las recapacitares en tu corazón entre todas las naciones, adonde te hubiere arrojado el Eterno tu Dios; y te volvieres al Eterno tu Dios... entonces el Eterno hará tornar tu cautiverio... y volverá a recogerte de en medio de todos los pueblos... Aun cuando tus desterrados estuvieren en el extremo del cielo, de allí el Eterno tu Dios te recogerá...” (Devarím, Deuteronomio 30, 1-5). Mientras permanece sin realizarse todo lo implicado en este pasaje, no puede aparecer entre ellos el arrepentimiento. R. Yose dijo: ¡Cómo has cerrado todos los caminos de salida y de escape para los hijos sorprendidos por la noche del exilio, no dejándoles abertura ni ningún ámbito para el coraje o la esperanza. Porque seguramente habría muchos, como los hubo en todas las generaciones, que no desearan ni el largo exilio ni la retribución futura, y abandonaran los preceptos de la Torá y serían absorbidos en otras naciones. No es así. Está dicho: "Como la mujer embarazada, cuando se acerca el parto, se retuerce y dama en sus dolores, así hemos sido en Tu presencia, oh Eterno” (Yeshayahu, Isaías 26, 17). Y bien, el tiempo normal del embarazo es nueve meses, pero frecuentemente ocurre que el niño nace sólo unos pocos días en el noveno mes; y sin embargo todo el dolor y las penas tienen lugar en el noveno mes, así que importe que haya transcurrido el tiempo completo del embarazo. Así ocurre también con los israelitas: una vez que han experimentado los dolores del exilio tan pronto como se arrepientan se los considerará como si efectivamente hubieran soportado todas esas cosas que se mencionan en la Escritura, tanto más porque realmente les han afectado muchas tribulaciones desde que el exilio comenzó. Está escrito: "Cuando te vieres en angustia y te sobrevinieren todas estas cosas en los postreros días” (Devarím, Deuteronomio 4, 30). El gran amor que el Santo ha otorgado a Israel se puede ilustrar con la parábola siguiente. Un rey tenía un único hijo a quien quería amorosamente, y como lo quería, confió a la reina, todo el cuidado de su crianza y su instrucción en la manera recta de la vida. Con el correr del tiempo el hijo cometió algún desarreglo que ofendió a su padre El rey lo castigó y luego lo perdonó. Pero he aquí que ,el príncipe ofendió de nuevo y esta vez el rey se encolerizó mucho y lo expulsó en desgracia del palacio. El joven joven partió, pero, en vez de comenzar una nueva vida y adoptar la senda de la virtud de modo que su padre al saber de su empeño pudiera desear su retorno, se dijo a sí mismo: "Como estoy fuera del palacio de mi padre, puedo conducirme como me place", y fue y se asoció con rameras, y se contaminó con ellas y siempre estaba en compañía de ellas. a reina, su madre, averiguaba acerca de él cada día, de modo que conocía sus actos diariamente, incluyendo su asociación con rameras, y ella lloró amargamente y se afligió por su hijo. Un día el rey entró en la cámara de ella y la encontró llorando. El le preguntó: "¿Por qué lloras?" ella respondió: "¿Podría yo no llorar cuando nuestro hijo está fuera del palacio del rey y se junta con

rameras?" Dijo el rey: "Por consideración a ti dejaré que regrese, pero tú debes ser responsable por él". Ella contestó: "Lo seré". El rey dijo: "Siendo así, no debemos buscarlo de día públicamente, pues sería un deshonor para nosotros visitar lupanares en busca de él. Si él no se hubiera degradado tan manifiestamente, yo habría ido a buscarlo con gran pompa al frente de todo mi ejército, con trompetas y cantos de gozo por nuestra reconciliación, con una guardia especial para escoltarlo a su derecha y a su izquierda, de modo que todo el mundo se llenara de

temor y conociera que él es el hijo del rey. Pero altera que él ha manchado mi honor, debe volver secretamente, de modo que nadie sepa de ello. Así, el príncipe fue traído de vuelta al palacio privadamente y el rey lo entregó a su madre. Después de un tiempo él volvió a conducirse mal. ¿Qué hizo entonces, el rey? Arrojó del palacio juntos a madre e hijo, diciendo: "Debéis juntos ser expulsados y salir y sufrir el exilio y el castigo, porque yo sé en mi corazón que cuando sufriréis juntos, mi hijo realmente se arrepentirá". De manera similar los israelitas son hijos del Rey Santo, que los dejó ir en cautiverio a Egipto. Podrías decir que en ese tiempo ellos no habían pecado, la respuesta sería que la que el Santo había decretado (a Abraham), "entre las piezas" del sacrificio (Bereshís, génesis 15, 6-21). había de cumplirse, y también la pregunta de Abraham "¿mediante qué sabré que la heredare?” (Bereishís, génesis 5, .  fue una causa del destierro de Israel a Egipto. Sin embargo, hasta que salieron de Egipto no fueron aún una nación y no aparecieron a una luz adecuada. Está escrito: "Así como la rosa entre espinos así es mi amor entre las hijas” (Shir hashirim, Cantar de los Cantares 2, 2).  El Santo deseó modelar a Israel según la pauta celestial, de modo que hubiera una rosa sobre la tierra, como la hay en el cielo. Y bien, la rosa que expide un aroma suave y es conspicua entre las otras rosas, es la que crece entre espinos. Tal es la naturaleza de las rosas. Por eso El plantó "rosales" en número de setenta parejas —cada una consistente de varón y hembra— es decir, las setenta almas descendientes de Yaakov y los colocó a todos entró los espinos. Y estos espinos, tan pronto como las rosas estuvieron entre ellos, produjeron ramas y hojas y rigieron sobre el mundo. Cuando el Santo vino para arrancar la rosa de entre los espinos, éstos se seca-ron y perdieron valor. Cuando El fue a recoger esta rosa —es decir, para sacar de Egipto a su primogénito— el Rey vino con muchos ejércitos angelicales con estandartes que se agitaban y liberó a Su primogénito de la servidumbre con muchos actos potentes y lo trajo a Su Palacio, y allí residió por largo tiempo con el Rey. Cuando pecó contra su Padre, El lo reprendió y castigó: "y la ira del Eterno se encendió contra Israel, y los entregaba en manos de saqueadores que los despojaban... “(Shofetím, Jueces 2, 14). Y cuando pecó de nuevo y se meló contra Su padre, fue arrojado de la casa del Padre. ¿Entonces rillé hicieron los israelitas? Vieron que habían sido arrojados a Babilonia de modo que se volvieron atolondrados y se mezclaron libremente con las naciones paganas, tomaron como esposas a muieres extrañas y tuvieron de ellas hijos. A pesar de todo, la `"Madre Santa" (la Shejiná) se interpuso por la causa de ellos y los protegió, porque Israel de tal modo se condujo mal, el Santo dijo: "Que mi hijo salga de su residencia por sí mismo, porque se ha profanado. No cuadraría que Yo fuera allí y lo sacara Yo mismo, poniendo de manifiesto señales y maravillas como antes". Así retomaron de Babilonia solos y sin ayuda,

sin señales y maravillas, sino en grupos separados, pobremente, y retornaron en vergüenza al Palacio del Rey; y la "Madre Santa" fue responsable por ellos. Entonces, sin embargo, pecaron de nuevo. ¿Qué hizo el Santo? Arrojó al hijo de Su Palacio, corno había hecho la vez anterior, y junto con él arrojó la Madre, y dijo: "desde ahora la Madre y Su hijo sufrirán juntos muchas aflicciones", como está escrito: "Por vuestras trasgresiones fue expulsada vuestra madre” (Yeshayahu, Isaías 50, 1). Y éste es el significado de las palabras: "Cuando está en tribulación y todas estas cosas han venido sobre ti en los días postreros". ¿Qué son "los días postreros"? Designa a la "Madre" (Shejiná), con quien los hijos de Israel sufrieron juntos todas las tribulaciones del exilio. Y si solamente se arrepienten, un único sufrimiento o una sola aflicción serían considerados como equivalente a todos los sufrimientos que fueron decretados como su parte; pero si no se arrepienten, habrán de permanecer en exilio hasta que el "fin" traiga el aniquilamiento completo, a través de todas las generaciones, como nos ha dicho la Lámpara Santa (R. Simeón), citando las palabras: "y si no fuere redimida dentro del espacio de un año entero, la casa que estuviere 'en ciudad entre apuros quedará establecida para siempre como propiedad de aquel que la compró, a través de sus generaciones” (vayikrá, Levítico 25, 30). Entonces, ¿depende todo del arrepentimiento? R. Jiyá dijo: Efectivamente, tienes razón. Y por eso el exilio se prolongó, pero el Santo cumplirá todas Sus promesas a ellos al "fin de los días", como está escrito: "Y acontecerá que en los postreros días, el monte de la casa del Eterno será establecido como cabeza de los demás montes, y será ensalzado sobre los collados, y afluirán a él todas las naciones” (Yeshayahu, Isaías 2, 2). ¿Qué ejemplos actuales tenemos acerca de la indicación que El Eterno dio a Moisés de que aunque Israel pecara contra El en cada generación, El no desea que nadie se levante y acuse a los israelitas? Uno es el profeta Oseas, el cual dijo primero "El comienzo de la palabra del Eterno por Oseas...” (Hoshea, Oséas I, 2).        mas al poco tiempo después hubo de proclamar "pero el número de los hijos de Israel será como la arena del mar...” (Hoshea, Oséas 2, 1). es decir, aunque comenzó con acusaciones, hubo de proclamar después bendiciones. Por eso el profeta los bendijo con muchas bendiciones a fin de moverlos al arrepentimiento, para volverlos a su Padre en el Cielo y dejó de interceder hasta quo el Santo perdonó los pecados de ellos y fueron purificados ante El. Lo mismo es verdad de Elías. ¿Por qué leemos acerca de él "y llegado, se sentó debajo de una retama, y pidió para sí la muerte”(Melajím, 1, 1° de Reyes 19, 4). Dijo: "Eterno del mundo, Tú enviaste a Israel una mujer cuyo nombre era Deborah, y ella hizo que se arrepintieran, como está escrito: "hasta que Yo, Deborah, aparecí, hasta que aparecí como una madre en Israel”(Shofetím, Jueces 5, 7). "pero yo vine y prediqué para ellos pero no tuve éxito". Mientras estaba así sentado debajo del árbol, el Santo se le reveló y dijo: "¿Qué haces aquí, Elías? Primero mostraste celo por la Alianza, lo que al observarlo estuve Yo alegre por causa de tu celo en Mi nombre, con relación a la Alianza, y así Yo la tomé con el consentimiento de Moisés y te la di", pues está escrito: "Por tanto' dile: he aquí que Yo le doy a él Mi pacto de paz” (Bamidbar, Números 25, 12). y ahora, como este Pacto de paz es tuyo, no es justo que continúes como un acusador de Israel; has de dejar de lado tu celo y dejar clac esté a Mi cargo el castigo de Mi pueblo, como en el comienzo, cuando fue mío, lo dejé en otra mano, y no lo acusé?" Hemos aprendido que en ese momento perdió el obsequio que Moisés le había dado, pues se dice "fue en la fuerza de esa comida cuarenta días y cuarenta

noches á Horeb, el monte de El Eterno". ¿Por qué fue allí? Para reclamar la devolución del Pacto de manos de quien lo había adquirido antaño en el Monte de El Eterno. Cuando hizo su reclamo, Moisés le dijo: No puedes recibirlo de mi, anda a los pequeñuelos en Israel —los que están por ser circuncidados— y te beneficiarás de ellos, y te lo darán'. He hizo como Moisés le recomendó. ¡Qué bondad ha mostrado el Santo a Israel en cada período de su historia! Observa que dice: "Oh pueblo mío, ¿qué he hecho para ti?... y Yo envié delante tuyo a Moisés, a Aarón y Miriam” (Mijá, Miqueas 6, 4). Y bien, hubo muchos otros profetas después de Moisés y seguramente debió decir: "y yo envié... Moisés, Aarón, Eleazar, Pinjas, Yoschúa, Elías, Eliseo, y aun muchos hombres justos y santos". ¿Por qué se mencionan solamente esos tres? Porque lo que el Santo quiso decir era esto: "pueblo mío, ¿por qué no recuerdas toda la bondad que te ha manifestado al enviarte a Moisés, a Aarón y Miriam?" El Eterno fue como un rey que tenía una provincia y mandó a ella gobernadores augustos para regirla, para conducir al pueblo y para cuidar por su bienestar. ¿Sobre quién caería la obligación de proveer a estos altos representantes del rey con sus requerimientos, sino sobre los habitantes de esa provincia? Pero con El Eterno ocurrió lo contrario. "Os he enviado", dice el Santo, "a Moisés, que os dio el maná para comer y os condujo y condujo a vuestros hijos y vuestro ganado y se preocupó por vosotros, para que todas vuestras necesidades fuesen satisfechas. También os ha mandado a Aarón, que os trajo nubes de gloria con las que cubriros con una vestidura de rey, que os bañó con el rocío precioso para que no se deterioraran vuestras vestiduras y no se gastaran vuestras sandalias, sino que se

renovaban cada día. También os he mandado a Miriam, que trajo una cisterna milagrosa para suministraros agua, de la cual vosotros y vuestro ganado bebisteis y os refrescasteis. Estos tres os proveyeron de todas las cosas necesarias para vuestra existencia y comisteis y bebisteis y os sentasteis bajo su dosel de gloria, pero no le disteis nada a ellos; al contrario, cuando ellos trabajaban para vosotros y cargaron sobre sus hombros vuestras cargas, les agradecisteis con insulto y mofa. R. Yose dijo: Nunca hubo un padre tan misericordioso y amante para sus hijos como el Santo para con Israel. Esa bondad se expresa en las palabras: "Bendito sea el Eterno que ha dado reposo a su pueblo... no faltó una palabra de todas sus buenas palabras que prometió” (Melajím 1, 1° de Reyes 8, 56). Observad Su gran misericordia y amor, como se manifestó especialmente en este pasaje. Porque si meramente diría "No faltó una palabra de todas sus palabras", habría sido mejor para el mundo y todo el pueblo del mundo nunca habría sido creado; pero como dice "de todas Sus buenas palabras", el mal y el castigo no estuvieron incluidos, porque el Eterno prefiere, si es posible, dejar Su propósito de castigo sin cumplir. Y aun cuando El amenaza y levanta el látigo para castigar, la "Madre" (la Schejiná) viene y detiene Su Diestra de modo que el látigo queda suspendido, pero no cae, porque ambos son de un designio, él al amenazar, y ella al contener su mano. Si preguntas, ¿de dónde sabemos todo esto?, contestamos que de esta clara afirmación: "Y el Eterno dijo a Moisés: anda, desciende, porque tu gente se ha corrompido” (Shemót, Exodo 32, )7.  El Eterno comenzó a levantar el látigo, y Moisés, no conociendo los caminos de la "Madre", estaba silencioso en temor. Tan pronto como el Santo advirtió esto, lo espoleó y lo incitó diciendo: "Por eso, ahora, déjame que Mi ira pueda caldearse contra ellos". Moisés adivinó inmediatamente lo que esto anunciaba, y comprendió lo que debía hacer: y así, tomó cl brazo del Santo, pues está escrito que dijo "Recuerda a Abraham…” (Shemót, Exodo 32, 13). merced a lo cual el látigo no cayó. ¿Pero dónde estaba la "Madre", cuya función era la de detener el brazo y evitar el castigo? ¿Por qué dejó Ella la tarea a Moisés? Hago esta pregunta y estoy manifiestamente desconcertado, no sabiendo qué respuesta dar, hasta que acudamos a la Lámpara Santa (R. Simeón). Cuando llegaron a presencia de R. Simeón, éste vio en sus rostros que algo los turbaba. Les dijo: ¡Entrad, mis santos hijos! Venid vosotros hijos queridos del Rey. Venid mis amados y queridos, que os amáis el uno al otro, pues R. Abba dijo una vez que Compañeros que no se quieren el uno al otro desaparecen del mundo antes de su tiempo. Todos los Compañeros en el tiempo de R. Simeón se amaban el uno al otro con corazón y alma, y por eso los secretos fueron revelados en su generación; porque acostumbraba decir que estudiosos de la Santa Toráh que no se quieren el uno al otro dan lugar a un apartamiento de la senda recta, y lo que es aún más serio, producen una mancha en la Torá misma, por-que la Toráh es la esencia del amor, la fraternidad y la verdad. Abraham amó a Yitzjak, e Yitzjak amó a Abraham. Ellos se abrazaban el uno al otro; y Yaakov era tenido en amor y camaradería por ambos, entremezclados sus espíritus el uno con el otro. Por oro los miembros de la cofradía siguen este ejemplo para no producir mancha alguna en la Toráh. Como hemos dicho, R. Simeón, habiendo observado ciertos signos en los rostros de los recién llegados, les dio la bienvenida con palabras de amor. Ellos le contestaron diciendo: en verdad el espíritu de la profecía descansa sobre la Lámpara Santa, y así hubimos de saberlo. Habiéndolos citado, R. Simreón lloró y dijo: Este es uno de los dichos cuya significación me fue revelada en un susurro de la escuela del conocimiento en el propio Paraíso, y que no ha de repetirse abiertamente. Sin embargo, a pesar de todo esto, os lo revelaré ahora, oh mis queridos hijos, mis hijos a quienes mi alma ama. ¿Qué más puedo hacer? Me fue dicho en un susurro, pero yo os lo diré abiertamente, y cuando vendrán los días de Moshía, cuando veremos cara a cara todos los "rostros", darán su consentimiento. Y bien, el pecado que los "de afuera" —la multitud mezclada"— cometieron y en el que participó el pueblo santo, fue un pecado contra la "Madre Santa", la Schejiná, porque ellos dijeron "Levántate y haz para nosotros un dios" (Elohim) (Shemót, Exodo 32, 1). Elohim, la Gloria de Israel, Ella la que se posó sobre ellos como una madre sobre sus hijos. Este es el secreto que contienen las palabras: "Ellos cambiaron su gloria en la similitud de un buey que come pasto” (Tehilím, Salmos 106, 20).  He aquí, verdaderamente, que es la Gloria de Israel: su Madre. Por eso dice también "la gloria ha partido” (Shmuel 1, 1| de Samuel 4, 22).  Porque fueron la causa de que la Shejiná fuese con ellos al exilio. ¿Ellos cambiaron su gloria con qué? "La similitud de un buey". Hay aquí un misterio. De en medio de los sedimentos del vino, los sedimentos del mal, emerge un Acusador, el primer Dañino, en la forma de un hombre que se acerca al Santuario. Tan pronto como él pasa por allí y desea descender e imponer su mala voluntad sobre el mundo, ha de cubrirse con una vestidura. Entonces desciende con sus ejércitos. Y la primera vestidura con que se cubre es la forma de un buey. Por eso el primero de estos demonios acusadores es un buey. El es uno de los "cuatro principales dañinos" que descienden para traer miseria sobre el mundo. Todos los otros tres dañinos pertenecen a, y están debajo de, este primer buey. ¿Cuál es la significación de "que come pasto"? Ya lo hemos explicado, pero su esencia es que estos malos principados no tienen parte en el residuo de pan o de las siete clases de trigo. Por eso la "Madre" no estaba allí, y no habría cuadrado que Ella estuviera allí. Pero, conociendo Su amor y Sus maneras compasivas, el Padre dijo a Moisés: "Mi amado hijo, ambos coincidimos siempre en este designio". Esto me fue susurrado secretamente y, como os he dicho, no se ha de propagar ruidosamente afuera pues los niños podrían ver el látigo listo para descargarse. Y estarían siempre temerosos y en temblor. Pero, El Eterno y la Shejiná tienen un único designio y rigen de acuerdo al mismo plan. Y cuando el pueblo vio que Moisés se demoraba (bochesch ) en bajar del monte. La palabra "pueblo" designa la "multitud mezclada". ¿Y quien era la "multitud mezclada"? ¿Eran lidies, etíopes o chipriotas? ¿No eran todos egipcios y no venían todos de Egipto? Si hubieran consistido de una mezcla de muchas naciones diferentes, ¿no se hubiera empleado el verbo en plural, ascendieron, en vez del singular, ascendió? (Shemót, Exodo 12, 38). En realidad, la "multitud mezclada" consistió enteramente de un pueblo cuyos miembros todos hablaban una lengua: o sea, todos los hechiceros de Egipto y todos sus magos, como está escrito, "Y los magos de Egipto hicieron, también ellos, de la misma manera con sus encantamientos” (Shemót, Exodo 7, 11).  porque ellos quedan oponerse a las obras maravillosas del Santo, Bendito Sea. Cuando vieron las señales y las maravillas que Moisés llevo a cabo en Egipto, vinieron a Moisés para ser convertidos. El Santo le dijo a Moisés: "No los recibas". Pero Moisés respondió: "Soberano del universo, ahora que ellos 'han visto Tu poder desean aceptar nuestra Fe, déjalos ver Tu poder cada día y aprenderán que no hay dios como Tú". Y Moisés los aceptó. Entonces, ¿por qué se los llamó "multitud mezclada"? Porque consistían de todos los grados de los magos egipcios y a su cabeza estaban Janes y Jambres. Durante las horas del día estos brujos practican sus artes no santas, y desde la puesta del sol, al comienzo de la segunda mitad de la sexta hora, hasta el comienzo de la segunda mitad de la hora novena, hacen observaciones de los cielos: la mitad de la novena hora es la "gran noche" (erev rae, que también significa "gran multitud". Pero los magos menores no hacían así: ellas hacían observación desde la mitad de la novena hora hasta medianoche. Los brujos principales empezaban al tiempo arriba mencionado porque los novecientos y noventa y cinco grados comienzan entonces a merodear sobre las montañas de oscuridad, y su espíritu se movía sobre todos esos magos en virtud de su artilugio, y hacían todo lo que los últimos les requerían. De este modo, todos los egipcios tenían en ellos plena fe y los llamaban "noche larga", en contraste con la "noche pequeña", que comenzaba desde la mitad de la décima hora. Y porque había dos "noches", se habla de la "noche larga": esto es, los magos principales, que salieron con los hijos de Israel de Egipto. Su sabiduría era grande. Estudiaban las horas del día y su significación y estudiaban el grado de Moisés y percibían, por las letras, que en todas partes hallábase en el número seis, que se escribe con las mismas letras que boschesches. Es decir, en las primeras seis horas del día, sobre las cuales no tenían poder ni podían ejercer control, y también en los seis grados superiores a los que Moisés estaba ligado; y ellos comprendieron que él hubo de descender del Monte en las coronas de estos seis grados; pero cuando vino el tiempo designado Moisés aún no había vuelto. A la vez el pueblo se reunió junto a Aarón. ¿Por qué se reunieron los magos junto a Aarón? Para que pudiesen ser incluidos en el Lado Derecho, mientras evocaban el Izquierdo; así vinieron á Aarón, que representaba el Lado de la Misericordia. Y le dijeron: levántate, haz para nosotros Elohim. Observad que todo el tiempo que Moisés estuvo en Egipto no mencionó ninguna vez el nombre Elohim, sino YHVH, y por eso fue duro para el Faraón, porque por esto el "otro lado" no tuvo poder y no dominaría el mundo. Pero, los magos buscaron tras del nombre Divino y por eso dijeron "Has para nosotros Elohim", porque necesitamos el conocimiento de justamente este aspecto de la Personalidad Divina para fortalecer nuestro propio lado, que ha sido apartado. Que irá delante nuestro. ¿Qué querían decir con esto? Vemos que todas las cosas buenas y toda la gloria del mundo te pertenecen, Israel, mientras que nosotros somos empujados hacia afuera. También nosotros necesitamos a Elohim que andaría delante nuestro como YHVH anda delante de vosotros, porque nuestro "lado" también tiene el derecho y el poder de andar delante nuestro, si hacemos adecuada preparación para ello. Observad que todas las nubes de gloria que se movieron con el pueblo en el desierto sólo cubrían a los hijos de Israel, y la nube de gloria andaba delante de ellos, como está escrito: "Y el Eterno andaba delante de ellos en el día". Pero, esta "multitud mezclada" y todo el ganado andaban atrás, fuera del campamento. Observad también que en todos los cuarenta años que los israelitas anduvieron por el desierto no se permitió en ese palio —nube— ningún objeto impura. Por eso todo el ganado, los comedores de pasto permanecieron afuera junto con los que los guardaban. R. Eleazar dijo: Padre, en ese caso, ¿esa "multitud mezclada" no participó del maná? R. Simeón respondió: Ciertamente no. Sólo tenía aquello que los israelitas le daban, como uno da a un esclavo. ¿Y qué parte del alimento comían? De las cáscaras que quedaban pegadas a las piedras de moler. La Escritura lo proclama directamente: "Y los hijos de Israel comieron el maná durante cuarenta años” (Shemót, Exodo 16, 35)  Así, hasta ese tiempo, la "multitud mezclada" estuvo rebajada, pero ahora buscaba la realización de algún acto con el cual pudiese fortalecer al "otro lado", y los de ella dijeron: "o nos vol-vemos todos nosotros un solo pueblo de modo que estemos incluidos en vosotros, o que haya alguien que vaya delante nuestro, como vuestro El Eterno anda delante de vosotros". Aarón dijo: "No cabe pensar que estos se junten con el pueblo santo para volverse uno con él, o que el pueblo santo se mezcle con ellos. Sería meior separarlos enteramente del pueblo santo hasta que Moisés regrese". Aarón verdaderamente quería ser todas las cosas de la mejor manera, pero he ahí que en Israel había muchos que se asociaban con los otros, si no en la acción, por lo menos en sus corazones. Por eso, cuando Moisés finalmente llegó, hubo de purificar al pueblo santo de ese pecado y le dio de beber de esa agua (Shemót, Exodo 33, 2)0 hasta que todos estuvieron purificados y no quedaron en ellos escorias de profanación. Y dfjoles Aarón: Quitad los pendientes de oro que hay en las orejas de vuestras mujeres (Shemót, Exodo 32, 2). ¿No tenía otro oro? Pero la idea de Aarón era que mientras estuvieran discutiendo con sus mujeres e hijos se ganaría tiempo y Moisés podría

retomar antes de que hubiera daño hecho. Observad cuán verídico es el dicho: "los prosélitos causan a Israel (y a Judáh, por consiguiente) tanto dolor como una llaga a la carne", particularmente en este caso, cuando no eran prosélitos genuinos. Quitó, pues, todo el pueblo los pendientes de oro que tenían en sus orejas, y los trajeron a Aarón. ¡Qué cantidades de tales pendientes debía haber allí! Y él tomó del oro de mano de ellos, lo puso en un molde. Aquí se ve plenamente que Aarón no estuvo en guardia ante los dos magos que encabezaban a esa "multitud mezcada". Uno de los magos estaba frente a él, y el otro se ocupaba con su brujería. Después de que los dos hechiceros hubieron hecho su plan, tomaron el oro, uno dos tercios y el otro un tercio, siendo éste el método de esta clase de magia. En este punto R. Simeón lloró y dijo "Oh piadoso! Oh santo! Oh Aarón, tú ungido del gran El Eterno! Por tu piedad muchos del pueblo santo cayeron, a causa. De que no supiste cómo guardarte". ¿Qué hicieron estos hechiceros? Cuando pasaron las primeras seis horas y las escalas del día estaban niveladas, tomaron ese oro que quitaron de sus orejas. ¿Por qué lo quitaron? Porque quien desea realizar brujería no debe considerar el valor de sus posesiones; y ellos pensaron "la hora ésta nos es propicia, con tal de que no malgastemos el tiempo; por eso no es tiempo de preocuparse por ,el oro". De una vez "todo el pueblo quitó los pendientes de oro", es decir, "quitaron" o desgarraron sus orejas en su apuro de sacar los pendientes. Entonces R. Simeón lloró de nuevo y dijo: Oh pueblo santo, oh pueblo santo de El Eterno... Desdichado! Luego continuó en lágrimas: Está escrito: "Y si el siervo insistiera en decir: amo ami Eterno y a mi mujer y a mis hijos, no saldré libre... entonces su amo le horadará la oreja…” (Shemót, Exodo 21, 5-6). y los Compañeros comentaron: "El oído que oyó en el Monte Sinaí las palabras: porque los hijos de Israel son siervos para Mi y no siervos de siervas, y que se inclinan para oír las palabras de tentadores, haciendo que su dueño sacuda el yugo del Reino del Cielo y se vende a otro hombre, un oído así debe ser perforado". Y estos pecadores y malhechoras, en su afán de volver a sus caminos pecaminosos no preguntaron a sus mujeres e hijos, sino que desgarraron sus orejas y arrojaron el yugo del cielo, perdiendo su derecho a cualquier parte en el Nombre Santo o en la herencia del pueblo santo. ¿Qué hicieron esos dos magos? Dividieron el oro, como dijimos: uno tomó dos tercios y el otro tomó un tercio. Ellos estuvieron frente al sol a la sexta hora. Hicieron manipulaciones con los instrumentos de su hechicería y pronunciaron sus encantamientos. Y cuando llegó la séptima hora, ambos levantaron sus manos y las colocaron sobre las manos de

Aarón, porque está escrito: "Y los recibió de su mano". Hubo, pues, solamente dos de quienes él "los recibió". Tan pronto como tomó el oro de manos de ellos, una voz proclamó: "Mi mano sobre él, el malvado no quedará sin castigo” (Mishlei, Proverbios 11, 21). como dijo Aarón: "tú conoces a este pueblo y sabes que es propenso al mal” (Shemót, Exodo 32, 22). esto es, ellos trajeron mal al mundo. El secreto de ello fue que esos hechices rs malvados, hjjos del inicuo Bilam, nietos del malvado Labán, percibieron que la Copa de la Bendición debe estar en la mano derecha, y que la energía y el poder emanan siempre del Lado Derecho. Así pensaron para sí mismos "Si ,el representante de la Derecha, o sea, el Sumo Sacerdote, estuviera de nuestro lado, el poder sería propia y completamente nuestro". Tan pronto como llegó la séptima hora del día dieron el oro instantáneamente a Aarón. Y bien, si él les hubiera dicho "poned el oro primero en el suelo y yo lo levantaré", su brujería no habría tenido ningún efecto. Pero desgraciadamente él lo tomó de la mano de ellos y por eso la Escritura se lamenta: "¡Y él los recibió de su mano!" Ved ahora la desdichada suerte de Aarón. Un profeta, un sabio, un santo hombre de El Eterno y, sin embargo, no supo cuidar a sí mismo. Pues si solamente hubiera tomado el oro del suelo, los magos todos del mundo no habrían tenido éxito en sus designios. Y lo puso en un molde. Esto no significa, como la gente podría creer, que labró sobre el dibujo con un grabador o buril. Lo que el texto viene a mostramos es que Aarón no estuvo suficientemente en guardia. Pues si, aun después de haberlo tomado de manos de ellos, lo hubiera arrojado y si lo hubiera levantado luego, esa mala operación no habría tenido éxito; pero lo que él hizo fue colocar todo el oro en una bolsa, manteniéndolo así escondido de la vista. Esto hizo que fuese efectiva la hechicería. En el Libro de Enoj hemos encontrado lo siguiente: "Un único hijo (Aarón). Le nacerá de la Cabeza Blanca (el Sacerdote Superior), y cuando vengan los de carne de asnos —la multitud mezclada- (Yejezkel, Ezequiel 22, 20). lo descarriarán a través de aquel que pone perlas en campanas sin saber lo que hace, y será modelada una imagen con un buril". ¿Qué significa aquí jeret (buril o, más literalmente, estilo)? Alude al "estilo de un hombre (enosch)” (Yeshayahu, Isaías 8, 1). es decir, al estilo del inicuo Enoj, el nieto de Adán, (Bereishís, génesis 5, 6). que corrompió el mundo cincelando imágenes e ídolos con ese "estilo". Y bien, esto es lo que ocurrió en el caso de Aarón: Primero arrojó el oro en una bolsa y lo escondió de la vista, lo cual, como dijimos, es un agregado esencial a todos los procesos mágicos, porque en la ciencia de los magos se enseña que todo lo que ha de hacerse como espectáculo público debe primero cubrirse y ocultarse; y, a la inversa, lo que luego ha de ser ocultado debe primero ser mostrado a la vista. Ahora bien, mis queridos hijos, amados de mi alma, ¿qué haré yo? Debo forzosamente develar ente vosotros, pero os ruego que no lo volváis a revelar. En el lado de la santidad el verdadero Dios (Elohim) reina sobre el universo. Se ocupa de tres mundos, de Beriah (Creación), Yetzirah (Formación), y Asiyah (Acabamiento); y en el versículo que estamos considerando tenemos una alusión a cada una de estas fases. "Los recibió de su mano" corresponde a briah, dado que simboliza algo aún no modelado; "y lo modeló con un grabador" corresponde a yetzirah; y luego "lo hizo un becerro de oro". Quien ha visto alguna vez magos tan astutos, hechiceros diestros como estos. Ahora cabe preguntar: ¿no está escrito que Aarón dijo: "lo arrojé en el fuego y luego salió este becerro"? Sin embargo es completamente imposible imaginar que Aarón mismo haya hecho eso; efectivamente, se dice de manera expresa: "Y él (Moisés) tomó el becerro que ellos hicieron". Entonces, obviamente fue hecho por el inconsciente poder de estas dos acciones suyas: primero, el que hubiera tomado el aro de mano de ellos, y segundo, su atarlo en un saco. Sólo en un sentido subsidiario se puede decir que él lo hizo: si no hubiera sido por esas dos acciones, no se habría materializado. Pero cuando tomó el oro de las manos de ellos, ellos comenzaron sus manipules y encantamientos mágicos y ,entonces hicieron bajar el espíritu de impureza del "otro lado", y dieron lugar a que se juntaran dos espíritus, uno masculino y el otro femenino. El masculino estaba disfrazado en la forma de un buey y el femenino en la de un asno, v los dos se volvieron uno. ¿Por qué justamente éstos? En cuanto al buey, ya se dio una explicación, pero ¿qué hay en cuanto al asno? La razón para la inclusión de esta bestia en el simbolismo de esa unión no santa es que acerca de los magos egipcios leernos: "La carne de asno es su carne” (Yejezkel, Ezequiel 23, 20)

y por esto sabemos que todos los que siendo del pueblo de Israel murieron por causa del pecado del becerro de oro, simpatizaban con ellos en sus corazones. Y porque había dos imágenes, se dice acerca del becerro, "estos son tus dioses, oh Israel". Y lo hizo un becerro fundido. Se nos dice que pesaba ciento y veinticinco centenas de unidades de peso (esta expresión es el equivalente numérico de la palabra massejah, "fundido"). Entonces, ¿cómo pudo él haberlos tomado a todos de las "manos de ellos"? ¿Pueden manos humanas levantar un peso tan gravoso?

Pero el hecho es que ellos tenían en sus manos solamente como para llenarlas, y esta porción representó a la totalidad. Está escrito "y cuando Aarón Io vio, construyó un altar delante suyo". ¡Hombre santo! Es extraño que con todas tus buenas intenciones no supiste cóom cuidarte. Tan pronto como fuera arrojado el oro en el fuego, el poder del "otro lado" se fortaleció allí y emergió la imagen del buey. como ya se mencionó, a través de las dos fuerzas atractivas del "otro lado". Y a la vez "Aarón vio". ¿Qué vio? Vio que el "otro lado" había ganado poder, e inmediatamente después construyó un altar; pues si no se hubiera apresurado a hacerlo, el mundo se habría vuelto de nuevo desolado. Era como el oficial de un rey, que ve que la ruta está infectada por un asaltante muy formidable. Por eso persuadió al rey que anduviera por ese camino y luego atrajo al asaltante allí. Cuando el asaltante vio la figura del rey ante él se atemorizó y se retiró. De manera similar, cuando Aarón advirtió que el "otro lado" estaba ganando fuerza, percibió el único remedio que le quedaba y fortaleció el lado de la santidad haciendo un altar. Tan pronto como el "otro lado" vio delante suyo la imagen del rey, retrocedió y su poder se debilitó. Observad qué proclamó Aarón: "Es una festividad (jag) para el Eterno". "Una festividad para el Eterno", no para el becerro. Trabajó para e'l lado de la santidad, y convocó al pueblo para el lado de la santidad. Y este fue el remedio que se apresuró a aplicar y cuya omisión habría traído el colapso del mundo. Y a pesar de todo esto "la ira del Eterno se levantó contra Aarón", aunque no se había propuesto ningún mal. El Santo le dijo: "Aarón, estos dos magos te han llevado a hacer lo que ellos quisieran. ¡Por tu vida! Dos de tus hijos serán golpeados y morirán a causa de este pecado". Esto es lo que implican las palabras: "Y el Eterno airóse mucho contra Aarón hasta querer destruirlo” (Devarím, Deuteronomio 9, 20) Observad esto: Aarón erigió un altar ante el Eterno, y todo lo que el becerro simbolizaba retrocedió ante él. Los hijos de Aarón, Nadab y Abihu, erigieron la enseña del "otro lado" ante el rostro del Eterno ("fuego extraño"), y el "Lado de la Santidad" retrocedió, como está escrito, "Y ofrendaron fuego extraño ante el Eterno” (Vayikrá, Levítico 10, I). Lo trajeron a Su altar y por este pecado fueron castigados. Aarón pensó que entre tanto Moisés regresaría, y por eso Moisés no destruyó el altar. Pues si éste hubiera sido el caso —como creen algunos— es decir, que el

altar fue construido en honor de la imagen, entonces seguramente el primer acto de Moisés habría sido destruirlo, como el profeta Iddo, por ejemplo, profetizó que el altar de Betel sería destruido (Melajím, 1 1° de Reyes 13: ). Pero aquí, como ya lo aclaré, fue completamente diferente. Moisés "tomó el becerro que ellos quisieron y lo quedó en el fuego y lo redujo a polvo", pero no se dice que destruyó el altar. Observad que dice "Y Aarón proclamó y dijo, mañana es una festividad del Eterno". La expresión "proclamó y dijo" se emplea respecto de Jonás (cuando predicó a los de Nínive (Yona, Jonás 3, 4). como allí se indica juicio, también se hace lo mismo aquí. Mañana es una festividad del Eterno. El profetizó en el espíritu de ese altar para que pudiese caer juicio sobre los inicuos: "una festividad del Eterno para ejercer juicio sobre vosotros". El pueblo sufrió un triple castigo: Uno forjado por el Eterno, uno a mano de los hijos de Levi y uno infligido por Moisés cuando hizo que los hijos de Israel bebieran el agua. Durmieron la noche después de haberla bebido, pero al día siguiente sus cuerpos estaban hinchados y murieron de los efectos de esa agua. Observad también que el altar que Aarón hizo era para la santidad y dedicado al Eterno, pues se dice que Moisés "vio el becerro y la danza", pero no se menciona el altar, porque Aarón sabía muy bien que "quien sacrifica a cualquier el Eterno, salvo solamente al Eterno, será destruido” (Shemót, Exodo 22, 20). y ciertamente fue salvado por el buen plan que concibió, y todo lo hizo con intención perfecta y justa. R. Eleazar dijo: Padre, efectiva y verdaderamente es así; ¿v los que cometieron ese pecado no fueron israelitas genuinos, pero cuan-do Jeroboam confeccionó los becerros de oro no eran israelitas quienes los adoraron? R. Simeón contestó: Verdaderamente es así. Pero se lo ha explicado de esta manera. Jeroboam pecó e hizo que otros también pecaran, pues pecó contra el Reino. Razonó así: "Yo sé bastante bien que el lado de la santidad reside solamente en el corazón y centro del mundo, es decir, en Jerusalem, y por eso no puedo acercar ese lado a esta región (Siquem). ¿Qué haré entonces?" "A lo cual deliberó e hizo dos becerros de oro” (Melajím, 1 1° de Reyes 6, 28). Concibió un plan malvado, pensando: "El otro lado puede ser llevado a cualquier lugar, especialmente aquí, en Tierra Santa, donde desee residir". Pero el "otro lado" sólo puede ser representado en la forma de un buey. ¿Por qué, entonces, hizo dos becerros? Porque pensó: "en el desierto moraron los hechiceros de quienes se dice que su carne es carne de asnos. Aquí están estos dos espíritus igualmente malos; que sean vestidos a la manera apropiada para ellos, como varón y hembra, varón en Betel y hembra en Dan". Y así fue, efectivamente. Y de ahí que, como se nos dice, "los labios de la extraña mujer (idolatría) chorrean como un panal de miel", los israelitas fueron llevados con un especial embrujo hacia la hembra de la especie, como está escrito, "y el pueblo fue para adorar ante cual-quiera de los dos hasta Dan” (Melajín 1, 1° de Reyes 12, 29). Por eso fueron dos becerros, y Jeroboam los atrajo a Tierra Santa y esto se convirtió en un pecado para él y para Israel y él evitó que llegaran bendiciones. Acerca de él está escrito "El que roba a su padre y a su madre y dice: no es trasgresión, compañero es del bandolero” (Mishlei, Proverbios 28, 24).  Por eso, también, fueron becerros, pues el primer disfraz o vestimenta dado por los poderes del "otro lado" es un buey, como hemos señalado. Y si se pregunta por qué fueron becerros, y no bueyes, la respuesta es que siempre ocurre así con los demonios de la profanación: ellos primero aparecen en una forma diminutiva. Y bien, mis queridos hijos, los de la "multitud mezclada" deseaban el aspecto de Elohim; a su vez, el acto del becerro de oro se llevó a cabo con una intención en la que se tenía en mente el "lado" de Elohim, ese Santo Elohim, la "Madre" (la Shejiná), que siempre sostiene la Mano Derecha del Rey (cuando él está por castigar a su pueblo) y detiene el látigo. Y esa madre no estaba presente allí. Por eso fue necesario que Moisés tomara el lugar de ella. Y tan pronto como el Santo despertó en él cierta incomodidad, comprendió lo que significaba. Tres veces el Santo despertó en él este sentimiento, como está escrito: "Ahora por eso déjame a

Mi"; "que Mi ira no se encienda contra ellos y que yo los consuma"; "Y haré de ti una gran nación". Moisés mostró su sabiduría al responder a estas tres intimaciones. Sostuvo el Brazo Derecho, cuya acción correspondía a la primera advertencia; sostuvo cl Brazo Izquierdo, y esto correspondía a la segunda; abrazó el Cuerpo del Rey, lo que correspondía a la última. Y cuando hubo abrazado el "Cuerpo" y los dos Brazos, uno de un lado y otro del otro, no pudo moverse a

ningún lado. En esto estaba la sabiduría de Moisés: percibió, por medio de las señales del  terno, qué lugar tomar, e hizo todas las cosas en sabiduría. R. Eleazar y los Compañeros se le acercaron entones s y besaron sus manos. También estaba presente R. Abba. Dijo: Si yo hubiera venido a este mundo sólo para oír estas palabras, habría valido la pena. Luego lloró y dijo: Desdichados nosotros, Maestro, cuando tú partas del mundo. ¿Entonces quién nos alumbrará con las mayores luces de la Toráh? Este asunto estaba hasta ahora oculto en oscuridad, pero por fin ha emergido y brilla hasta los cielos más altos. Está grabado sobre el Trono del Rey, el Santo Mismo se regocija con tu discurso. Júbilo tras júbilo se ha agregado ante el rostro del Rey Santo. ¿Quién despertará como tus palabras de sabiduría en este mundo?




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