CENTRO CABALISTA
ENERGÍA CÓSMICA TECNO/MENTE

ZOHAR Beshalaj


BESHALAJ
 

Y aconteció que cuando Faraón mandó afuera al pueblo... R. Simeón discurrióaquí sobre el versículo: “Una plegaria de Habacuc el profeta sobre shigionot”(Javakuk, Habacuc 3:1). Dijo: ¿Por qué a esta visión de Habacuc se la llama “plegaria”, título único en los escritos proféticos? ¿Por qué encontramos solamente una plegaria de Habacuc y no de Isaías o de Jeremías? Para explicar esto debemos remontar a. la tradición que dice que él fue el hijo de la mujer shunamita que protegió a Eliseo, y así su nombre contiene una alusión a las palabras de Eliseo “alrededor de este término de tiempo, según el tiempo de vida, abrazarás (jobeket) un hijo”(Melajim 2, 2° Reyes 4:16). La promesa se cumplió, pero el niño murió de inmediato. ¿Por qué? Porque fue dado a ella y no al esposo de ella; venía solamente de la región “femenina”, y toda cosa que emana del principio femenino termina en muerte. Eliseo, al ver que el niño había muerto, comprendió la razón de ello. Y por eso “se acostó sobre el niño y puso su boca sobre la boca de él y se extendió sobre el niño, la carne del niño se calentó”(Melajim 2, 2° Reyes 4:34) Es decir, lo relacionó con otra región superior donde hay abundancia de vida, sin desarraigar al niño de la región anterior, pero despertando un nuevo espíritu desde arriba y restaurándole su alma. “Y el niño estornudó siete veces, y el niño abrió sus ojos”(Melajim 2, 2° Reyes 4:35). Y ese niño llegó a ser el profeta Habacuc. La forma duplicada de su nombre (Habacuc en vez de Habuc, que significa abrazado) sugiere que él debió su vida a dos “abrazos”, uno de su madre, y uno de Eliseo, uno procedente de la esfera a la cual estuvo ligado primero y el otro del grado superior más elevado. De ahí que su expresión profética tomará la forma de una plegaria, como saliendo del lugar al cual estuvo ligado primero; y fue “sobre shigionot” (literalmente, errores), porque el día en que se anunció su nacimiento fue el día de Año Nuevo, cuando los “errores” de la humanidad son juzgados por el Todopoderoso. De ahí que cuando se agitó en él el espíritu de la profecía, tembló, diciendo: “Oh Eterno, yo tengo noticia de ti, y ya, temo”(Javakuk, Habacuc 3:2). Por eso oró: “Oh Eterno, revive tu obra (es decir, a él mismo) en la mitad de los años... en la ira recuerda la misericordia”(Javakuk, Habacuc 3:2).  Más aún, el hecho de que no diga !a palabra que significa estrictamente errores, sino shigionot, muestra que la referencia es a los instrumentos musicales, de manera análoga al empleo del vocablo en Salmos VII, 1, que empleaban todos los profetas —excepto Moisés, que no dependía de auxilios exteriores para la profecía— a fin de entrar en un estado extático antes de recibir el espíritu de la profecía (ver I Samuel X, 5; II Reyes III, 15)*, y Habacuc necesitó de la calmante influencia de la música más que cualquier otro. R. Simeón continuó: Cuando los hijos de Israel salieron de Egipto sus espíritus estaban quebrantados a causa de sus sufrimientos pasados y no había en ellos energía ni voluntad de participar en el gozo, en el canto y la exultación de Moisés y Miriam (Shemót, Éxodo XV, 1:21). Pero cuando todos estos ejércitos y carrozas que acompañaban a la Shejiná en el camino de Egipto comenzaron a cantar y a alabar al Eterno por Sus actos gloriosos, el Santo despertó los espíritus de los israelitas, poniendo en ellos vida nueva, y por su toque los que habían gustado la muerte fueron curados, como está escrito: “Y el Eterno iba delante de ellos de día en una columna de nube, para conducirlos por el camino; y da noche en una columna de fuego, para darles luz” (Shemót, Éxodo 13:21)  Todos los caminos emitían aromas curativo? que entraban en sus cuerpos, y el canto de las huestes celestiales entraba en sus almas, llenando sus espíritus con gozo y alegría. Y Faraón y sus ejércitos y todos los principados celestiales del Egipto y las otras naciones paganas los seguían de atrás, hasta que llegaron a Etham, al borde del desierto. Y aconteció... que El Eterno no los condujo por el camino del país de los filisteos, porque estaba cerca. Es decir, estaban en peligro cercano de quebrar el juramento que había administrado a Abraham el rey Abimélec de Jerar en el país de los filisteos, de que trataría a su pueblo “de acuerdo con la bondad que Yo te he hecho” (Bereishís,génesis 21:23, 24). Observad el maravilloso castigo que cayó sobre los enemigos de Israel. En la noche del “éxodo” hubo tres matanzas en Egipto. Primero, los primogénitos mataban a quien quiera sobre el cual pusieran sus manos; luego, el Santo ejecutó Su juicio a medianoche; y, por último, Faraón, al ver el estrago que sufrió su propia casa, se levantó y con amargura y furia castigó a los príncipes y nobles que le habían aconsejado perseguir a Israel. Se levantó a medianoche y he aquí que aun a la hora y el momento en que el Santo comenzó Su juicio (Shemót, Éxodo 12:30). Faraón se levantó también en ira y mató a sus funcionarios y nobles, como un perro que irritado por una pedrada muerde a otro perro. Después de haber hecho esto. Faraón merodeó por los lugares de los mercados gritando “Levantaos y salid de en medio de mi pueblo”(Shemót, Éxodo 12:31). Y por temor agregó: “Y bendecidme también” (Shemót, Éxodo 13:32). como si hubiera dicho “dejadme vivir”. Entonces estuvo tan ansioso por quitárselos de encima que él mismo los acompañó, como está dicho “él mandó al pueblo afuera”. Y El Eterno condujo al pueblo alrededor por el camino del desierto del Mar Rojo. Esto fue para preparar el camino para la manifestación del poder Divino en el Mar Rojo. R. Judá preguntó: ¿Por qué cuando los hijos de Israel aún estaban en Egipto, y todavía no eran circuncidados ni se hallaban en plena comunión con el Santo, El, sin embargo, los trató como “mi pueblo”(Shemót, Éxodo 12:1). y “mi primogénito Israel”(Shemót, Éxodo 4:22).  mientras que ahora que eran circuncisos y habían sacrificado debidamente el cordero pascual y se habían unido plenamente al Santo, la referencia a ellos es meramente como “el pueblo”? La respuesta es que se habló de ellos —no solamente aquí, sino en muchos otros lugares, por ejemplo en Éxodo 22, 1, 35— como “el pueblo” a causa de la “multitud mezclada” que salió con ellos. R. Yitzjak y R. Judá estaban una vez marchando desde Usha a Lida y con ellos estaba un cierto Yose conduciendo una caravana de camellas cargadas. En el camino este Yose se apartó a un lado y tuvo mala conducta con una mujer pagana que estaba reuniendo hierbas en un campo cercano. R. Yitzjak y R. Judá se sintieron muy impreSiónados y el segundo exclamó: Abandonemos este viaje, pues El Eterno nos ha dado una señal de que no hemos de asociarnos con este hombre malvado ni tener con él ningún trato más. Así fue que ellos cambiaron su dirección. Al hacer averiguaciones encontraron que la madre de él era una mujer pagana y que  su padre había nacido ilegítimamente, y ellos bendijeron a El Eterno por salvarlos de él. R. Yitzjak recordó el versículo: “No te incomodes por causa de los malhechores” (Tehilím, Salmos 37:1).Dijo: los malhechores como opuestos a los “pecadores” o “malvados”, son los que se contaminan a sí mismos y a todos los que con ellos entran en contacto. R. Judá dijo: uno debe efectivamente cuidarse de hacer amigos entre los malhechores, pues uno puede sufrir de sus actos y ser incluido en el juzgamiento aplicado a ellos. Observad esto. Si no hubiera sido por esa “multitud mezclada”, que se unió y mezcló con los israelitas, el pecado del “becerro de oro” nunca se habría cometido y los hijos de Israel no habrían sufrido, como sufrieron, por él. Y si no hubiera sido por ese pecado Israel habría sido entonces y por siempre lo que el Santo le ordenó que fuese, un pueblo de hombres puros como los ángeles y libres de todo mal: libres de la muerte y libres del dominio de poderes terrenales. Pero ese pecado trajo sobre ellos muerte y sumisión y por él las tablas fueron quebradas y muchos miles fueron muertos. Todo esto ocurrió a causa de su asociación con la “multitud mezclada”. Y fue por esta causa que aquí se los llamara, no “hijos de Israel”, ni “Israel”, ni “mi pueblo”, sino simplemente “el pueblo”. En cuanto a la expresión, en el mismo versículo, “Y los hijos de Israel salieron enjaezados del país de Egipto” se refiere al período antes de que se les uniera la “multitud mezclada”. R. Yose objetó que en el Mar Rojo dijo Moisés a los israelitas: “a los egipcios a quienes habéis visto hoy no los volveréis a ver más”(Shemót, Éxodo 14:13). y, sin embargo, según la interpretación da R. Yitzjak ellos vieron cada día la “multitud mezclada”. A esto respondió R. Judá que la “multitud mezclada” no era de egipcios, sino de miembros de otros pueblos que vivían en Egipto. Más afín, todos ellos habían sido circuncidados y por eso en ningún caso cabía llamarlos egipcios. Se los aceptó como prosélitos por la autoridad de Moisés. Por esta razón en un pasaje posterior se dice: “Anda, sigue hacia abajo, porque tu pueblo que sacaste de Egipto se ha corrompido” (Shemót, Éxodo 32:7).  Y los hijos de Israel subieron fortalecidos (jamushim). Esto significa que la “multitud mezclada” era de uno en cada cinco (ja-mishah). Según R. Yose, por cada cinco israelitas puros había uno que pertenecía a la multitud mezclada. R. Judá dijo uno en cincuenta (jamishim). R. Simeón vio en la palabra jamushim una referencia al “Jubileo” que los condujo fuera del Egipto. Por la misma razón debían pasar cincuenta días antes de que los israelitas recibieran la Torá en el Monte Sinaí, pues también la Torá procedía de esa misma región del “Jubileo”. Y Moisés tomó consigo los huesos de José. ¿Por qué lo hizo Moisés y no algún otro? Porque José había sido el jefe en el descenso al exilio. Más aún, esto fue una señal de redención para él, porque José “había hecho jurar estrictamente sobre eso a los hijos de Israel”, cuyo significado ya se explicó en otro lugar. Bendito sea Moisés, el cual, cuando los hijos de Israel se ocupaban de retirar joyas de los egipcios, se ocupó de cumplir la promesa dada a José. Algunos dicen que el ataúd de José estaba en el río Nilo y Moisés le sacó de allí con el poder del Nombre Santo, y que también dijo: “¡José, levántate! Ha llegado el tiempo de la redención de Israel”. Algunos dicen que su cuerpo fue sepultado entre los reyes de Egipto y que hubo de ser sacado de allí. Otros, a su vez sostienen que su cuerpo fue colocado en el Nilo a fin de que los egipcios no lo adoraran como a un el Eterno y que Seraj, la hija de Asher, mostró a Moisés el lugar exacto donde estaba. Y el Eterno iba delante de ellos de día. R. Yose discurrió sobre el versículo: Al músico principal, en el final de la mañana” (Tehilím, Salmos 22:1). Dijo: grande es el amor que el Santo, Bendito Sea, prodigó a la Torá, en cuanto que todos los que se dedican a ella son bendecidos en mérito de ella. Quien la estudia diligentemente encontrará favor en las esferas superiores e inferiores y el Santo escuchará las palabras de un tal y nunca lo abandonará en este mundo o en el mundo por venir. Pero la Torá debe ser estudiada de día y de noche, como Moisés dijo a Josué: “Tú meditarás en esto día y noche”(Yehoshúa, Josué 1:8). y también como está dicho: “Mi pacto será contigo noche y día” (Yeremiyahu, Jeremías 33:20  Se debe agregar la noche al día a fin de que el Nombre Santo pueda estar con él en armonía y perfección. Y como el día no es completo sin la noche, así el estudio de la Torá no es completo si no se lo lleva a cabo de noche como de día. La palabra “noche” se emplea comúnmente como para incluir las horas nocturnas de antes de medianoche. Pero la noche real sólo empieza con la efectiva irrupción de la medianoche, porque en ese momento el Santo, Bendito Sea, entra en el Jardín de Edén para tener gozosa comunión con los justos. Por esta razón corresponde que el hombre piadoso se levante también a esa hora, porque entonces el Santo y todos los justos en el Jardín escuchan su voz, como está escrito, “Tú, que moras en los jardines, los compañeros escuchan tu voz”(Shir hashirím, Cantar de cantares 8:3). y nosotros referimos esto a la Comunidad de Israel cuando ella exalta al Santo estudiando la  orá de noche. ¡Feliz es aquel que se le une en esta alabanza! Cuando asoma la mañana, la  Comunidad de Israel aun se regocija en su Eterno, y El extiende el cetro de Su gracia sobre Israel y sobre cada individuo que participa en su regocijo y comunión con El. Es por eso que a la Comunidad de Israel se la conoce como “la parte final de la mañana”. R. Simeón dijo: cuando el amanecer está por romper las oscuridades del cielo, la Esposa entra en la cámara de su marido. Por otro lado, cuando el sol está por ponerse, la luz crece por un instante y luego viene la noche, y la luz se va y se cierran todas las puertas; los asnos empiezan a relinchar y los perros a ladrar. Pero a la medianoche el Rey se levanta y la Matrona canta y el Rey se acerca a la puerta del Palacio y golpea en ella, exclamando “¡Ábreme, hermana mía, amor mío!”(Shir hashirím, Cantar de cantares 5:2).  y El entra y tiene comunión gozosa con las almas de los justos. Entonces efectivamente es bendecido quien en ese momento se levante para estudiar la Torá. Porque todos los que residen en el Palacio de la Matrona se levantan en ese tiempo para cantar alabanzas al Rey, pero la alabanza que asciende desde este alejado mundo es la que más place al Santo. Cuando la noche pasa e irrumpe el amanecer, en el momento cuando el cielo está oscurecido, el Rey y la Shejiná se unen en júbilo y El le revela bellezas celestiales y ocultas a Ella y a toda Su comitiva, y les ofrece a todos obsequios. Bienaventurado es realmente quien figura entre ellos. Y el Eterno caminaba ante ellos de día. La expresión “y el Eterno” significa el Santo, Bendito Sea, y Su Consejo. R. Yitzjak dijo: Esto ilustra lo que se nos ha enseñado, es  decir que los Patriarcas fueron la carroza de la Shejiná. A Abraham lo indican las palabras “caminaba ante ellos de día”; a Yitzjak lo indican las palabras “en un pilar de nube”; a Yaakov lo indican las palabras “para conducirles el camino”; y a David lo indican las palabras “de noche en una columna de fuego”. Y todos estos cuatro formaban una santa Carroza superior, para la ayuda y la guarda de Israel, con el fin de que pudiese andar en armonía, integridad y paz y que los padres pudiesen ver la redención de sus hijos. Para andar de día y de noche. ¿Por qué los hijos de Israel habían de andar de noche como de día cual un grupo de fugitivos? ¿No contaban con el Santo para protegerlos y conducirlos? Pero ello ocurrió a fin de que pudiese manifestarse en ellos la armonía del todo, es decir, los atributos divinos de Misericordia y Justicia que el día y la noche simbolizan. En cuanto a la “columna de luego”, ella aparecía de noche para dar luz a cada lado y fue como un faro para los egipcios, instándolos a perseguir, a fin de que el nombre del Santo, Bendito Sea, pudiese ser glorificado en su derrota. También era para desorientar a los egipcios haciéndoles pensar que todo ora sólo un accidente. Fue por ello que caminaron día y noche. R. Abba dijo: Bienaventurados son los israelitas porque el Santo los sacó de Egipto para que pudiesen ser Su parte y posesión. Observad que Israel ganó libertad del lado del “Jubileo”. Y esto volverá a ser así en el futuro, como está escrito: “Y acontecerá en ese día que sonará la gran trompeta”(Yeshayahu, Isaías 27:13). Más aún, a causa de ese “Jubileo” superior ellos esperaron cincuenta días antes de recibir la Toráh en el Monte Sinaí. Y así como caminaron de día así caminaron también de noche, de manera que los días fuesen perfectos; y aun anduvieron en holgura y comodidad. Cuando recibieron la Ley habían pasado cincuenta días, cada uno consistente del día y la noche y siendo cada uno la mitad de un todo. Así, después de haber andado cincuenta días completos, brilló sobre ellos la luz de los cincuenta días del Jubileo. Y se le dijo al rey de Egipto... ¿Quién le dijo? Según R. Yitzjak, los magos, que eran los ministros de Faraón, descubrieron con sus artes oscuras que los israelitas caminaban de día y de noche y concluyeron que estaban huyendo, tanto más que también observaron que los israelitas no tomaban una ruta directa, sino que seguían un camino desviado, como está dicho: “Y volvieron y acamparon ante Pi- Hajirot”. Y él tomó seiscientos carros elegidos. R. Yose dijo que este número correspondía al número de los israelitas que iban a pie, seiscientos mil caminantes (Shemót, Éxodo 13:37).  Los “carros elegidos” significaban una contraparte de los hombres combatientes, que formaban la flor de Israel, mientras que “todos los carros de Egipto” correspondían a los “pequeños” de entre los israelitas. Faraón actuó enteramente por consejo de sus hechiceros y magos. La palabra “guerreros” (Shalishim, de shelishí, tercero) significa que en cada carro había tres guerreros, y esto se planeó con un propósito profundo, para que ellos pudieran corresponder a los grados Superiores (Sefirot), que también van de a tres, es decir, derecha, izquierda e intermediaria. Pero, según R. Yitzjak, Shalishim significa simplemente “supervisores”, como en la traducción, Tárgum, aramea. R. Jiyá ilustró esto con el versículo “Y acontecerá en aquel día que el Eterno castigará al ejército de lo alto en el alto y a los reyes de la tierra sobre la tierra” (Yeshayahu, Isaías 24:21). .Dijo: Cuando el Santo muestra favor a los representantes celestiales de una nación, otorgándoles dominio y poder, El trata de manera similar a la nación terrenal que ellos representan; y cuando El disminuye Su favor y amengua el dominio de ellos arriba, hace lo mismo abajo. Y Faraón se acercó. R, Yose dijo: Se ha señalado que la palabra hikriv (se acercó, literalmente, trajo cerca) está en forma causativa, significando que condujo a los israelitas cerca de El Eterno por el arrepentimiento. Así la Escritura dice en otra parte “Oh Eterno, en la angustia acudieron a Ti, derramaron la oración cuando vino sobre ellos Tu castigo” (Yeshayahu, Isaías 26:16). es decir, los hijos de Israel no se dirigen al Todopoderoso cuando están en comodidad, sino solamente cuando están “en tribulación”; cuando El los castiga, “ellos derraman la oración”. Son como la paloma del cuento que se refugió de un halcón en el hueco de una roca y encontró allí una serpiente. Ellos se acercaron al mar, pero cuando vieron cómo era de tormentoso y cómo bramaban y se rompían sus olas, los dominó el miedo. Entonces miraron hacia atrás y he ahí que estaba el Faraón con todos sus ejército? y sus múltiples implementos. El temor de ellos se acrecentó al verlo y su terror fue sin límites. Entonces “ellos clamaron”. Así, vinieron cerca de su Padre celestial, cuya ayuda invocaron, y de esto fue Faraón indirectamente la causa.  Y Moisés dijo al pueblo, no temáis, estad tranquilos y ved la salvación del Eterno. R. Simeón dijo: Benditos fueron los israelitas por haber tenido un pastor como Moisés. Está escrito: “Acordóse el pueblo entonces de los tiempos antiguos, de Moisés”(Yeshayahu, Isaías 63:11). Esto indica que Moisés fue considerado como de importancia igual ante el Eterno por todo el pueblo, y que el pastor del pueblo no representa meramente a éste, sino que efectivamente él mismo es el pueblo. Si él es digno, lo es igualmente el pueblo. Si él no es digno, todo el pueblo es castigado por su culpa, como hemos señalado en otra ocasión. “Permaneced tranquilos y ved”, es decir, “no tenéis ocasión para luchar, el Eterno luchará por vosotros y vosotros mantendréis vuestra paz”. En esa noche el Santo se reunió con toda Su Familia celestial, para juzgar a Israel y si no hubiera sido por el mérito y la intercesión de sus antepasados, no habría quedado incólume. R. Judá dijo: El mérito de Yaakov los protegió del castigo, como está dicho, “Si no fuera por el Eterno que estaba de nuestro lado, puede Israel decir” (Tehilím, Salmos 124:2). donde la referencia es al patriarca Israel. El Eterno luchará por vosotros y vosotros mantendréis vuestra paz. R. Abba discurrió sobre el versículo: Si apartares tu pie del Sábado, de hacer tus placeres en mi día santo, y llamaras al Sábado delicia” (Yeshayahu, Isaías 58:13). Dijo: Benditos son los israelitas a quienes el Santo distinguió de entre todas las naciones para la camaradería con El y, de amor, les dio la Torá y el Shabos (Sábado). ¡El Shabos, el más santo de los días., el más reposado, el más gozoso! El Shabos que iguala en significación a toda la Torá, de modo que quien guarda el Shabos es como si guardara a toda la Torá. “Y llamarás al sábado delicia”(Yeshayahu, Isaías 58:13). Una delicia para el alma y una delicia para el cuerpo; una delicia para los que están arriba y una delicia para los que están abajo. “Y llamarás a sábado”. Llamarlo, invitarlo, como uno invita a un visitante honrado y prepara todo adecuadamente y se concentra en él, “no haciendo los quehaceres propios, ni encontrando el placer propio, ni hablando palabras profanas” (Yeshayahu, Isaías 58:13). Pues cada palabra que el hombre habla, ya sea buena o mala, produce una vibración en las esferas más altas y quien perturba la alegría del sábado profiriendo palabras profanas, trae una mancha al día santo. Cuando uno ha sido invitado al banquete del rey, cometería una gran ofensa contra el rey si prescindiera de él para conversar con alguna otra persona. El Shabos es un banquete así. Los días de semana han de dedicarse a todas las ocupaciones necesarias, con sus correspondientes vibraciones arriba. Pero en Shabos la vibración ha de producirse enteramente por actos religiosos y palabras religiosas, por la santificación del día. Pero aquí, cuando el Faraón estaba a punto de comenzar la batalla contra Israel, el Santo no deseaba que Su pueblo iniciara ningún movimiento desde abajo, porque el despertar hubo de venir desde arriba, es decir, de sus antepasados, los Patriarcas, cuyas interceSiónes meritorias se hallaban ante el Santo. De ahí que Moisés dijo: “El Eterno luchará por vosotros y vosotros mantendréis vuestra paz”, lo que significa “vosotros no necesitáis pronunciar una palabra para causar una vibración arriba; la iniciativa ya vino de allí”. Se debe señalar que las iniciales de las palabras en hebreo que significan “el Eterno luchará por vosotros” forman parte del Nombre Santo de las setenta y dos letras, como lo han señalado los miembros de la Compañía. R. Yose y R. Judá estaban un día caminando juntos. R. Yose dijo: Se nos ha enseñado que el Nombre IHVH en toda conexión significa misericordia. Aun cuando se relaciona con la guerra y el juicio, el juicio se ejecuta en misericordia. Pero cuando leemos “IHVH luchará por vosotros”, y el atributo de la misericordia no se manifestó del todo en la derrota de los egipcios, porque “no quedó ni uno de ellos”. R. Judá respondió citando una observación de R. Simeón sobre este tema, mostrando que aquí se han manifestado, en la ejecución del juicio, también la misericordia y la bondad. Porque cuando los egipcios fueron hundidos, el mar los lanzó fuera, mientras que la tierra se rehusaba a recibir sus cuerpos, hasta que el Santo, a fin de no privarlos del último honor, tendió hacia la tierra Su mano derecha y le ordenó recibirlos como está indicado en las palabras “extendiste Tu diestra, los tragó la tierra” (Shemót, Éxodo 15:12). Por eso los israelitas hubieron de permanecer silenciosos, pues si hubiesen ocaSiónado un despertar desde abajo, no habrían despertado al atributo de la Misericordia y, así, se habría ejecutado sobre los egipcios el juicio sin misericordia y se habría frustrado el designio celestial. R. Yose dijo: ¿Qué hay del versículo: “Y IHVH saldrá y luchará contra esas naciones”?(Zajariyahu, Zacarías 14:3). R. Judá respondió: También allí se mostrará la misericordia en el hecho de que El Eterno les permitirá morir sin sufrimiento. En realidad, este Nombre siempre significa juicio en misericordia, excepto en una relación, la de la guerra del futuro, de la cual está dicho: “El Eterno avanzará como un gigante... como un guerrero” (Yeshayahu, Isaías 42:13). Pero aun aquí todo lo que significa es que el juicio será excepcionalmente severo, y la misericordia aún se fuSiónará con él; la partícula que en hebreo significa como tiene un efecto calificativo, que muestra que el Eterno sólo es comparado a un “gigante” y a un “guerrero”. Y aunque El ejercerá juicio, El tendrá misericordia de aquellos a quienes El creó. Y el Eterno dijo a Moisés, ¿Por qué clamas hacia mí? La significación de esta pregunta ya se trató en el Libro del Misterio Oculto y su interpretación cabalístiica corresponde a ese libro. R. Judá vinculó este versículo con la historia de Jonás. Dijo: Leemos allí que “el Eterno ha preparado un gran pez para tragar a Jonás” (Yona, Jonás 3:1). Y bien, la palabra minah (preparó) significa estrictamente “adjudicar como una porción”, como, por ejemplo, cuando está dicho “el rey les adjudicó su ración diaria” (Daniel 1:5). Por eso en el caso habría parecido más apropiado que dijera “y el Eterno adjudicó a Jonás al pez”, y no que el pez fue preparado para Jonás, Sin embargo, el hecho es que el pez fue un gran presente para Jonás, pues una vez que estuvo dentro de él, fue cuidado de todos los otros peces. Además, vio allí cosas maravillosas. Vio en el vientre del pez un espacio abierto como en los salones de un palacio y los dos ojos del pez brillando como el sol a mediodía. Adentro había una piedra preciosa que iluminaba todo alrededor y le hacía visibles todas las maravillas de la profundidad. Si fue así, cabe preguntar, ¿por qué dice que “clamaba de su aflicción” (Yona, Jonás 2:2). dado que estaba tan bien situado? Como nos ha dicho R. Eleazar, la respuesta es que cuando El Eterno vio a Jonás gozando con esta vista, El dijo “fue para eso que yo te traje aquí”, e inmediatamente mató al pez. Entonces, vinieron todos los otros peces en torno y lo mordieron por todos los lados de modo que Jonás se encontró en aprietos horribles, y fue entonces que oró “desde el vientre del sheot”, es decir, desde el pez muerto. Y el Santo escuchó su plegaria y dio de nuevo vida al pez y he aquí  que se levantó desde el mar y vino hacia la tierra ante los ojos de todos y vomitó a Jonás, y todos vieron el poder del Todopoderoso. Y bien, está escrito “Y Jonás

oró al Eterno su el Eterno desde el vientre del pez”, es decir, oró al grado de la Deidad al cual  estaba ligado. De manera similar aquí: “Y el Eterno dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mi?” Lo cual es como decir: es tiempo de dirigirse a un grado más elevado, o sea al Anciano de Días. Y esta es la significación de las palabras “Habla a los hijos de Israel que sigan adelante”, es decir, desde el grado donde están al presente se dirijan a uno más elevado. Y levanta tú la vara tuya y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo. Esto significa: “Levanta tu vara, en la que está grabado el Nombre Santo; extiende tu mano con el lado que lleva este Nombre Santo, de modo que las aguas, al verlo, puedan retirarse ante el poder que hay en sus letras. El otro lado de la vara se empleará para otros fines”. R. Eleazar dijo: ¿Cómo es que la vara es llamada unas veces “la vara de El Eterno” y a veces “la vara de Moisés”? R. Simeón respondió: En el libro de R. Jamnuna el Antiguo está justamente señalado que los dos nombres son equivalentes, siendo la finalidad de la vara en cada caso poner en movimiento los poderes de la Guevara (Poder o Juicio). “Tu mano” indica la Mano Izquierda que es la conectada con Guevara. R. Simeón continuó: desdichados aquellos que son sordos a las lecciones de la Torá que ella les proclama cada día. El agua se origina del lado de Guevara y sale de allí. Y bien, por eso, si El Eterno deseó secar el agua, ¿por qué ordenó a Moisés que usara su mano izquierda? La respuesta es que

a Moisés se le pidió que “levantara su báculo para secar las aguas” y “extender su mano” para traerlas de vuelta sobre los egipcios, a través de Guevara, siendo distintas las dos operaciones Lo que aquí se llama “mar” es llamado después “profundidades” (Shemót, Éxodo 15:8). Esto muestra que El Eterno efectuó un milagro en otro: haciendo que las profundidades se congelaran en el corazón del mar, de modo que “los hijos de Israel anduvieron sobre tierra seca en medio del mar” (Shemót, Éxodo 15:8, 19) Y quitó las ruedas de los carros de ellos, de manera que avanzaron con dificultad. R. Simeón discurrió sobre el versículo: y en tanto que yo contemplaba

a los seres vivientes (Jayot). he aquí una rueda sobre la tierra, debajo de cada uno de los seres vivientes a sus cuatro caras (Yejezkel, Ezequiel 1:15). Dijo: Podemos explicar este versículo de la manera siguiente. El Santo revela Su dominio y poder en todas las cosas, un poder que nunca será sacudido. El manifestó Su poder en los Patriarcas, particularmente en Yaakov. Y Yaakov está unido al Árbol de Vida, sobre el cual la muerte no tiene dominio, porque en él se halla contenida toda vida, que emana de él a todos los que están en él en unión perfecta. Por eso Yaakov realmente no murió. Murió en un sentido físico cuando “recogió sus pies en la cama” (Bereishís, génesis 49:33). Cuya cama se llama misteriosamente “la cama de Salomón” (Shir hashirím, Cantar de cantares 3:7). la cama de la “Mujer extraña” cuyos “pies bajan a la muerte” (Mishlei, Proverbios 5:5). Pero de todos los Patriarcas el Santo eligió a Yaakov para que fuese el centro de la perfección y la plenitud, como está escrito: “Yaakov a quien Yo he elegido” (Yeshayahu, Isaías 41:8); Observad esto. Todas las huestes superiores con sus cohortes y carrozas luminosas de velocidad celestial están unidas una a otra, grado a grado, el más bajo al más alto, cada uno a su contraparte; y por encima de todos un santo “ser Viviente” (Jayá) (Yejezkel, Ezequiel 1:5) está colocado, y todas las miríadas de ejércitos se mueven y descansan de acuerdo a su voluntad y dirección. Es ésta esa Creatura Viviente a la que todas las Jayot están ligadas, como cada una a cada cual, todas moviéndose y nadando en el mar, y acerca de lo cual está escrito: “he allí el grande y anchuroso mar, en donde se mueven seres innumerables, animales así pequeños como grandes” (Tehilím, Salmos 104:25).  Cuando las olas del mar se levantan, todas las embarcaciones que viajan en él se agitan y sacuden y el aire y las aguas se renuevan fuertemente de modo que surge una gran tormenta. Y los peces que residen en las profundidades del mar son arrojados por la violencia de la tempestad y son lanzados hacia los cuatro rincones de la tierra. Algunos al este, algunos al oeste, algunos al norte y algunos al sur. Y allí son atrapados en las redes de los pescadores, cuando ellos alcanzan las profundidades del mar en la baja marea, donde las arenas de la orilla son alcanzadas por las olas del mar. Entonces las embarcaciones no pueden marchar, y solamente se levantan y agitan en un lugar. Por fin, una sutil corriente se levanta en medio del tumulto de las aguas tormentosas y gradualmente se aquietan y la paz desciende sobre las olas. Entonces las embarcaciones toman un curso directo y no se inclinan a ningún lado, acerca de lo cual está escrito: “Allí van los barcos; allí está Leviatán que hiciste que jugueteara con él” (Tehilím, Salmos 104:26). Y todos los peces del mar se dirigen a sus lugares y todas las creaturas se regocijan de ello y las Jayot de los campos superiores, como está escrito: “Y todas las bestias del campo juegan allí” (Yov, Job, 40:20). ¡Venid y ved! Y lo que ocurre abajo es semejante a lo de arriba, y lo que está abajo está también en el mar, y la semejanza de lo que está arriba es lo que hay en el mar superior, y lo que está abajo está también en el mar inferior. Así como el mar más elevado tiene longitud y ancho y cabeza y brazos y cabello y un cuerpo, así los tiene también el mar inferior. R. Simeón dijo: Cuántas carrozas hay cuyas ruedas giran rápidamente, llevando sobre ellas la armadura sin demora. Aunque aquí “El Eterno lo hizo conducir lentamente”. Interpretamos estas palabras de la carroza celestial, que era el ángel guardián de Egipto y que entonces se volvió imperfecto. Había muchos que dependían de ella, y cuando perdió su poder perdieron el suyo las carrozas inferiores, corno está escrito: “Ved, Yo castigaré la multitud de No y a Faraón y a Egipto, con sus dioses y sus reyes; aun a Faraón y a todos los que en él confían” (Yeremiyahu, Jeremías 46:25). En ese tiempo el Principado de Egipto era superior a los de todas las otras naciones, pero tan pronto su poder quebrantó, se quebrantó también el poder de todas las otras naciones, como está escrito: “Entonces los duques de Edom fueron confundidos, los hombres poderosos de Moab, temblando los sostuvieron” (Shemót, Éxodo 15:15). Porque todos ellos eran vasallos de Egipto y estaban ligados a Egipto, del cual dependían para su existencia, y por eso cuando oyeron de las potentes obras del Santo en Egipto, perdieron coraje y se apoderaron de ellos el temor y el temblor. En verdad tan pronto como se quebró el poder de Egipto arriba, el poder de todos los que le estaban ligados se quebró también.. Por eso está dicho: “y retiró la rueda de sus carrozas, y no “las ruedas”, lo que significa que cuando fue retirada esa rueda todas las carrozas dependientes de ella fueron incapaces de proseguir. Felices los israelitas que están ligados al Santo que los eligió para que fuesen Su parte: “Vosotros que tendéis al Eterno vuestro El Eterno, sois todos vivientes hoy” (Devarím, Deuteronomio 4:4). El los hizo salir de la simiente santa para que pudiesen ser Su parte y por eso El les dio Su Torá, la Santa, la superior, que estuvo oculta durante dos mil años antes de la creación del mundo. Por amor la dio a ellos, de modo que ellos se le adhirieran. Ahora, todos los ejércitos y carrozas superiores están unidos entre sí, grados con grados, los más bajos a los más altos, ruedas dentro de ruedas; y sobre todos ellos hay una Jayá y todas las numerosas huestes y los numerosos poderes están bajo la dirección y el control de ella. Cuando ella se mueve se mueven ellos, cuando descansa, descansan ellos. Por eso cuando el Santo, Bendito Sea, quiso hacer bajar a las profundidades los ejércitos de Faraón, primero apartó esa influencia superior que conducía y dirigía a todos los otros poderes y principados. Cuando ese guardián fue separado, los otros no pudieron continuar su marcha y tan pronto como el poder de ellos fue apartado, el guardián del Egipto perdió también su poder y hubo de pasar a través de la Corriente de Fuego, y así fue anulado el dominio del Egipto. Por eso los egipcios dijeron: “Huyamos de ante la presencia de Israel” (Devarím, Deuteronomio 7:25). R. Yitzjak dijo: En la hora cuando los israelitas se acercaron a! mar, el Santo convocó ante Sí al gran Ángel designado sobre el mar, y dijo: “Cuando Yo creé este mundo Mío te designé sobre el mar, haciendo al mismo tiempo un pacto con las aguas de modo que ellas se dividieran para Mis hijos en su tiempo y para su necesidad. Ahora ha llegado el momento de la prueba para ellos, y deben cruzar el mar”. De ahí que está dicho “y el mar retomó a su fuerza”, sugiriendo la palabra que significa “su fuerza” la palabra que significa “su pacto”. Y cuando los israelitas llegaron a la costa y vieron allí las olas del mar alzándose y agitándose, y al levantar sus ojos vieron tan cerca detrás de ellos al Faraón y todos sus ejércitos, a tal punto se estremecieron que clamaron al Eterno. “También el mar vio y huyó”(Tehilím, Salmos 104:6-7). ¿Qué vio y por qué huyó? Vio el ataúd de José, el hombre que “huyó y salió afuera”(Bereishís, génesis 39:12).       Análogamente leemos que los egipcios dijeron “Huyamos”. ¿Por qué lo dijeron? Porque de pronto advirtieron que el país de Egipto estaba como en fuego. R. Jiya y R. Yose estaban una vez caminando en el desierto. R. Jiyá le dijo a R. Yose: Déjame que te cuente algo. Cuando el Santo, Bendito Sea, desea apartar a cierta nación de su dominio sobre la tierra, primero aparta o derriba a su representante celestial; pero no antes de que otro tal sea designado en el puesto del anterior, de modo que no haya interrupción en su servicio en el cielo, como está escrito: “El da (el reino) a quien El quiere” (Daniel 4:14). ¡Así es!, agregó R. Yose Entonces retomó el hilo de su discurso de esta manera: ¡Oh Eterno, El Eterno nuestro, cuan glorioso es Tu Nombre en toda la tierra, Tú que has puesto tu gloria sobre los cielos! (Tehilím, Salmos 8:2). Las palabras que significan “que has puesto” en la segunda mitad de la sentencia son peculiares; hubiéramos esperado que dijera “que tú has puesto”, o simplemente “pusiste” sin el “que”. En realidad, sin embargo, este pasaje contiene el misterio del “río” más profundo que sale del Paraíso; y la palabra “que” es una referencia a “Seré el que seré”; “yo seré el que Yo seré”. Y respecto de este río rogó David que se manifestara encima de los cielos, a fin de que todos los mundos pudiesen unirse en una perfección y armonía de gozo, y que la Matrona —la Shejiná— fuese coronada por el Rey, y que fuese anulado todo el poder de las naciones paganas y que el dominio de ellas terminara y que fuese derribada la grandeza de ellos y que se desvaneciera su poder y gloria, de modo que cada uno que adhiere a la Shejiná pudiese levantar su cabeza, percibiendo la gloria del Eterno y residiendo en la paz de Su Reino. Mientras los dos estaban así conversando, vieron que se les acercaba un hombre que llevaba un atado sobre sus espaldas. Al verlo, R. Jiyá exclamó: “Apresurémonos, porque este hombre puede ser un payano o un ignorante y sería malo para nosotros viajar en su compañía. R. Yose, en cambio, dijo: No, más bien sentémonos aquí y esperemos hasta que llegue a nosotros, pues puede ser un hombre grande y sabio. Así esperaron al borde del camino. Después de algún tiempo el extraño se acercó; cuando llegó a ellos se detuvo y les habló diciendo: El camino por el cual estáis andando es peligroso, salvo para una compañía numerosa. Yo conozco un camino diferente que será mejor para vosotros y me siento en el deber de deciros que no debéis transgredir el mandamiento: “no pondrás una piedra de tropezar ante el ciego” (Vayikrá, Levítico 19:14). porque sois realmente como ciegos respecto de este camino y su peligro, y vuestras vidas pueden correr riesgo. R. Yose dijo: Bendito sea el Misericordioso por habernos hecho esperar aquí hasta que tú llegaras. Y así se unieron a él, y él les dijo que no hablaran hasta que hubieran abandonado el lugar. Entonces los condujo por un camino distinto. Cuando estuvieron a distancia segura del lugar donde se habían detenido, él dijo: En una ocasión dos sacerdotes, el uno estudioso y el otro un ignorante, pasaron junto a ese camino, y el segundo se levantó contra el primero y lo mató. Desde entonces cualquiera que pasa por el lugar donde se cometió el crimen pone en peligro su vida, porque todos los bandoleros y asaltantes que residen entre las montañas se congregan allí y acechan a la espera de los que puedan pasar y atacan a todos los que se aventuran por ese camino y los roban y matan: Y el Santo requiere la sangre de ese sacerdote cada día. El extraño comenzó entonces a exponer el versículo: Todavía hoy (Senaquerib) hace alto en Nov; levanta su mano con amenaza contra el monte de la hija de Sien, la colina de Yirushalayim (Yeshayahu, Isaías 10:32). Dijo: Este pasaje ya lo interpretaron los maestros de la academia, pero yo os daré una interpretación cabalística que he aprendido: “Ese día”. ¿Qué día? Y bien, está escrito: “Y Aarón tomó por mujer a Elisheva la hija de Aminadab” (Shemót, Éxodo 6:23). Esto, interpretado alegóricamente,se refiere a la Comunidad de Israel, en la que Aarón es el “amigo de la Novia”, para preparar la casa, para servir a ella, para conducirla al Rey, a fin de que pueda unirse con él. Desde entonces cada sacerdote que ayudaba en el Santuario tuvo el mismo oficio que Aarón, de unir a Israel con El Eterno. Ajimélej fue un gran sumo sacerdote y todos los sacerdotes que ayudaban bajo él fueron “amigos de la Matrona”, y cuando fueron matados por el rey Saúl, la Matrona quedó sola con el amigo de ella y no hubo ninguno para ayudarle, para preparar su “casa” y para conducirla a la unión con el Rey. De ahí que desde ese día ella pasó al “Lado Izquierdo”, y estuvo siempre esperando caer sobre el mundo. Mató a Saúl y sus hijos, y el reino salió de su estirpe y miles y decenas de miles de israelitas perecieron. Y la culpa de ese acto pendía sobre Israel hasta que vino Senaquerib y la dirigió sobre Nov, la ciudad de sacerdotes., La ciudad de Ajimélej. Este es “el día en Nov”, el día fatal, cuando la Comunidad de Israel perdió su “amigo” consorte, cuando ella quedó sin la “Mano Derecha” para unirse con la “Izquierda”, porque el sacerdote pertenece a la Mano Derecha. “Guibea de Saúl huyó”: a Saúl se lo menciona porque mató a los sacerdotes y fue la causa de que la Mano Derecha fuera desarraigada del mundo. Así también aquí: desde que fue matado ese sacerdote, nadie se atreve a pasar por este lugar, porque su vida corre peligro. R. Yose le dijo a R. Jiyá: ¿No he dicho que acaso sea un gran hombre? Entonces le aplicó las palabras: “Bendito es el hombre que encuentra sabiduría y el hombre que logra entendimiento” (Mishlei, Proverbios 3:13). Dijo: Tales somos nosotros que te hemos encontrado y adquirido de ti una palabra de sabiduría y fuimos inspirados con entendimiento para esperarte. Somos de aquellos para quienes el Santo prepara un presente cuando están de viaje, es decir, la manifestación de la Shejiná, como está dicho: “La senda del justo es como la brillante luz, que alumbra más y más hasta el día perfecto” (Mishlei, Proverbios 4:18). Así fueron caminando.  Entonces el hombre comenzó a dar una exposición sobre el versículo: “De David un salmo. Del Eterno es la tierra y cuanto ella contiene; el mundo y los que en él habitan”  (Tehilím, Salmos 24:1). Dijo: A veces el título es “de David un salmo” y a veces “un salmo de David”. ¿Cuál es la diferencia? “De David un salmo” significa, como aquí, que David cantó acerca de la Comunidad de Israel; y “un salmo de David” significa que cantó acerca de él mismo. “Del Eterno es la tierra y cuanto ella contiene” se refiere a la Comunidad de Israel y a todas las multitudes que le están ligadas y que aquí se llaman “que ella contiene”. “El mundo y los que en él habitan” se refiere al mundo inferior llamado tevel, que está bajo la égida del Juicio, como está escrito: “El juzgará al mundo (tevel) en justicia” (Mishlei, Proverbios 9:9).  Es que tanto individuos como naciones o el mundo entero están todos ligados a esta esfera del juicio. Observad, el Faraón se empapó de esa fuente, de modo que él y todo su pueblo perecieron. Tan pronto como este juicio fue despertado contra él, su guardián celestial fue apartado de su dominio, sacudido en su poder, y cayeron con él todos aquellos a quienes representaba. Este es el significado de las palabras “y sacó la rueda de sus carros”, es decir, anuló el poder de su guardián superior y el resultado fue que todos los egipcios murieron en el mar. ¿Por qué en el mar? Porque el “mar” superior fue levantado contra ellos y ellos librados en sus manos. R. Jiyá dijo: Exactamente. Y por eso está dicho: “Sus capitanes elegidos fueron también hundidos en el mar de Suf” (el Mar Rojo), porque “Suf” sugiere “sof”, fin, es decir: el fin de los grados de los poderes superiores. R. Jiyá dijo: la expresión “que ellos les infligieron pesadamente” (bikevédut), en este versículo, es una prueba de que el hombre recibe medida por medida. Faraón hizo “duro” (kaved) su corazón, y el Santo le infligió “duramente”. Y los egipcios (Mitzraim) dijeron, huyamos de ante el rostro de Israel. Mitzraim significa aquí el jefe celestial que estaba a cargo de Egipto. R. Yose dijo: Esto presenta una dificultad. Si ya estaba apartado de su dominio, ¿cómo pudo perseguir a los israelitas? Pero la verdad es que en esta frase Mitzraim significa los egipcios de este mundo, y en la segunda mitad del versículo, “porque el Eterno luchó por ellos contra los egipcios”, el término Mitzraim se refiere al capitán de ellos en lo alto. Así, el versículo llega a decir que como el poder de ellos fue quebrantado en lo alto, así fue quebrantado su poder abajo, y cuando los egipcios percibieron el derrocamiento de su celestial poder y fuerza, dijeron: “Huyamos de ante el rostro de Israel”. Observad que cuando la Comunidad de Israel se agita, hay una agitación entre todas las legiones ligadas a ella, en lo alto y abajo, e Israel se eleva sobre todas ellas. Porque Israel deriva su fuerza del cuerpo del Árbol de Vida y por esta razón Israel está ligado a este Árbol más estrechamente que las naciones idólatras. Y cuando Israel se mueve es sacudido el poder de quienes tienen sobre él dominio. El capitán celestial de Egipto oprimía a Israel con toda suerte de durezas, pero cuando él fue aplastado, fueron aplastados con él los reyes de abajo. De ahí las palabras de la Escritura “porque el Eterno los combatió en Egipto”, refiriéndose a los capitanes celestiales. R. Jiyá aplicó a la Comunidad de Israel el versículo: “Ella es como el barco del mercader; ella trae su alimento desde lejos” (Mishlei, Proverbios 31:14). Dijo: La Comunidad de Israel efectivamente trae su salvación de lejos, es decir desde cierto grado que descansa sobre ella, a través del cual se transmiten todas las corrientes que fluyen al mar. A este grado retornan para ser vaciados en el mar una vez más, de modo que haya un fluir perpetuo, como está dicho: “Al lugar de donde los ríos salen, allí vuelven a ir” (Koheles, Eclesiastés, 1:7). una vez más al mar. El nombre de esto grado es Tzadik R. Yitzjak dijo: Hay todavía una esfera más alta en la que se contiene y consuma la unión amorosa de los aspectos Divinos que ya no son separados nunca. R. Judá preguntó: ¿Quién es digno de conocerlo? R. Yitzjak respondió: el que tiene una parte en el mundo por venir. R. Abba dijo: cuántos miles, cuántas decenas de miles de cohortes celestiales rodean al Santo y siguen en Su comitiva. Príncipes de rostros superiores están allí, y seres Henos de ojos; dioses de armas filosas, Eternoes de grito penetrante, dioses de trompeta sonora, dioses de misericordia, dioses de juicio. Y por encima de ellos el Eterno ha designado a la Matrona para ayudarle a El en el Palacio. Ella tiene como su guardia personal ejércitos armados de sesenta grados diferentes. Sosteniendo sus espadas, ellos la rodean. Ellos van y vienen, entran y parten de nuevo por los andares de su Amo. Cada uno con sus seis alas tendidas, rodean el mundo en vuelo suave y silencioso. Delante de cada uno de ellos arden carbones de fuego. Sus vestiduras están tejidas de llamas de un fuego brillante y quemante. Una filosa espada flamígera está también a la espalda de cada uno para guardarla a Ella. Respecto de estas espadas está escrito: “La espada flamígera que giraba en toda dirección para guardar el camino del árbol de vida” (Bereishís, génesis 3:23). Y bien, ¿qué es “el camino del Árbol de Vida”? Es la gran Matrona el camino al grande y potente Árbol de Vida. Acerca de esto está escrito: “Ved la cama que es de Salomón; los sesenta hombres valerosos están alrededor de esta cama, del valeroso de Israel” (Shir hashirím, Cantar de cantares 3:7). es decir, el Israel Superior. “Todos ellos sostienen espadas” (Shir hashirím, Cantar de cantares 3:8). y cuando la Matrona se mueve, se mueven con ella, como está escrito: “Y el Ángel de El Eterno, que iba delante del ejército de Israel, se apartó y fue en pos de ellos” (Shemót, Éxodo 14:19). ¿Acaso a la Shejiná se la llama “el Ángel del Eterno”? ¡Seguramente! Por eso dijo R. Simeón: “E! Santo preparó para Sí un Palacio Santo, un Palacio superior, una Ciudad santa, una Ciudad superior, a la que se llama Yirushalayim, la ciudad santa, y quien desea ver al Rey debe entrar a través de su Ciudad santa y de allí tomar su camino al Rey: “Esta es la puerta del Eterno en la que entrarán los justos” (Tehilím, Salmos 118:20) Cada mensaje que el Rey desea enviar es mandado por la Matrona, y, a la inversa cada mensaje que de las esferas inferiores se manda al Rey debe primero llegar a la Matrona y desde ella va al Rey. De este modo la Matrona es el mensajero entre las regiones superiores y las inferiores. Por esta razón se la llama “el Ángel de El Eterno”. Cabe preguntar: ¿Concuerda con la dignidad del Rey que la Matrona declare por él la guerra y reciba peticiones para él? La parábola siguiente puede explicarlo. Un rey casó con una dama noble, cuyo valor estimaba tan altamente que en comparación con ella consideraba a todas las otras mujeres como un rebaño vulgar. Pensó: “¿Qué haré para honrarla?” “Le daré pleno control sobre el palacio y sobre toda mi casa”. Así fue como proclamó que todos los asuntos del rey pasarían por las manos de la rema. También le entregó todas las armas de guerra, todos sus consejeros y generales militares, todas sus regalías y todos sus tesoros de cualquier clase y dijo: “Desde ahora quien desee hablar conmigo debe primero hacer conocer su petición a la reina”. De manera similar, el Santo, Bendito Sea, por Su gran amor a la Comunidad de Israel —representada por la Shejiná— le confió todo a ella, es decir a la Shejiná, proclamando que todas las otras naciones no son de contarse en comparación con ella. “Hay sesenta reinas, y ochenta concubinas, y vírgenes sin número, pero mi paloma, mi incontaminada sólo es una” (Shir hashirím, Cantar de cantares 6:8). El resolvió que toda Su casa fuese entregada al cuidado de ella y librado a ella todo su armamento, todas las lanzas, todas las espadas, todos los arcos, todas las flechas, todas las catapultas, todas las ciudadelas y todos los implementos de guerra, los “sesenta hombres valerosos, los valerosos de Israel”. Dijo: “Desde ahora Mi guerra será confiada a Ti; Mis armas, Mis combatientes. Desde ahora debes Tú guardarlos. Desde ahora, quien desea hablar conmigo debe primero hacerte conocer a Ti sus preocupaciones”. De ahí, “el ángel del Eterno fue en pos de ellos”. ¿Por qué en pos de ellos? A fin de enfrentar a todos los grados de principados y poderes luchadores, a todos los ejércitos de representantes celestiales del enemigo que habían venido para luchar contra Israel. Porque, como hemos aprendido, a esa hora el mayor príncipe designado para representar a Egipto en las esferas superiores llegó y junto con él llegaron seiscientos carros, dirigidos por seiscientos adversarios angélicos de Israel. Ese príncipe era Samuel. ¿Cuándo lo restituyó el Santo? En la batalla de Sisera, cuando El aniquiló todos esos carros y los entregó a la Matrona, como está escrito en el Canto de Débora: “El río de Kishón se los arrastró, ese río antiguo, el río de Kishón”(Shofetím, Jueces 5:21). Y en el futuro todos ellos serán entregados, como está dicho: “¿Quién es ese que viene de Edom... ?” (Yeshayahu, Isaías 63:1).   Y esta es en realidad la significación de las palabras “Y fue en pos de ellos”, que la Shejiná extirpará a todos al fin de los días. Y la columna de nube se retiró de ante ellos y permaneció detrás de ellos. ¿Qué era esta columna de nube? R. Yose dijo que era la nube que se ve siempre con la Shejiná, la nube en la que entró Moisés.(Shemót, Éxodo 24:18). R. Abba dijo que era la que sostiene al Tzadik, que viene del lado de la Gracia (Jesed), que marcha de día, mientras hay otra nube que anduvo de noche y se llamaba “columna de fuego”. R. Simeón dijo que la columna de nube de día representaba a Abraham (Misericordia), y la columna de fuego de noche a Yitzjak (Severidad), estando amibos atributos unidos en la Shejiná, a través de la acción del grado que mencionó R. Abba. Dijo: La palabra “se retiró”, en esta sentencia, implica que hubo un movimiento desde la Gracia a la Severidad, porque había llegado el tiempo para que el Santo se vistiera de juicio. R. Simeón dijo a continuación que la “Luna”, la Shejiná, estaba entonces en su plenitud y perfección, manifestando ambos atributos y representando en ella misma setenta y dos hombres santos de acuerdo al orden triple de los tres versículos de Éxodo XIV, 19-21*, que contienen el misterioso Nombre Divino de 72 letras. En virtud del primer orden de letras, ella se vistió con la vestidura de la Gracia, brillando con el resplandor de la luz que el Padre Superior hizo brillar para ella. En virtud del segundo, ella se adornó con los implementos de guerra, que expresan Severidad, y sesenta “látigos” de fuego que emanan de la madre superior. El tercer orden de las letras la representa en vestiduras de púrpura, el adorno del Santo Padre Superior, que se llama “Belleza” (Tiféret), que se comunica al Hijo Santo, es decir la letra Vav en el Tetragrama, en setenta coronas del lado del Padre (Yod) y de la Madre (He). Se nos ha enseñado que hay setenta y dos testigos del lado de la Gracia; setenta y dos escribas del lado de la Severidad; setenta y dos colores de gloria del lado de la Belleza. En la esfera trascendente están todos unidos entre sí, formando el Nombre Santo el misterio de la Carroza Divina. Aquí, en los tres versículos de Éxodo XIV, 19-21, están inscriptos al unísono los patriarcas, formando el Nombre Santo de setenta y dos letras de los tres versículos. Y este es el orden de su combinación: el primero de esos versículos, el 19, ha de escribirse directamente, porque todas sus letras iniciales se encuentran en Jesed: el segundo versículo, el 20, ha de escribirse hacia atrás, porque todas sus segundas letras se encuentran en Guevará; de esta manera puede levantarse el juicio, con todos los poderes que emanan del lado izquierdo. Las letras del tercer versículo, cuando se las escribe, muestran los colores que coronan al Rey Santo. Y todas estas letras están unidas en El, y El es coronado con Sus diademas en la manera apropiada, como un rey plenamente coronado. Aquí está el Nombre Santo grabado en setenta y dos letras, que son coronadas con los Padres que son la superior Carroza Santa. Puede plantearse la cuestión de por qué el tercer grupo no se ha de escribir en parte hacia adelanta y en parte hacia atrás, de modo de estar en contacto con ambos lados (como Tiféret está en contacto con Jesed y Guevurá), debemos diseñar un rey que combina en sí el equilibrio y la armonía de todos los atributos, y por eso su rostro siempre brilla como el sol y es sereno por su integridad y perfección. Pero cuando juzga puede condenar tanto como absolver. Un necio al ver que el rostro del rey es brillante, piensa que nada ha de temerse de él. Pero un sabio se dice a sí mismo “aunque el rostro del rey brilla, ello es porque él es perfecto y combina la benevolencia con la justicia, y en ese brillo está oculto el juicio, y por eso debo ser precavido”. El Santo es un rey así. R. Judá encontró esta idea expresada en las palabras: “Yo, el Eterno, no he cambiado” (Malaki, Malaquías 3:6).  significando “en Mí todos los atributos están armoniosamente combinados, en Mí son uno los dos aspectos de misericordia y severidad”. R. Simeón dijo: Eleazar, hijo mío, observa esto. Cuando el Anciano Santo ilumina al Rey, lo corona con superiores coronas santas. Cuando éstas llegan a El son coronados los Padres, y hay completitud. Entonces la Matrona, participando en esta procesión celestial, es coronada por ellos todos y es dotada con el pode que sale de todos ellos. R. Yitzjak dijo: Cuando los Israelitas acamparon junto al mar, vieron muchas huestes, muchos ejércitos, muchos campamentos, arriba y abajo, unidos todos contra Israel y en su desdicha rogaron al Eterno. El mar estaba tormentoso, sus olas rugían, detrás de ellos estaban todos esos ejércitos de los egipcios y encima

de ellos todos esos enemigos celestiales, y comenzaron a clamar a El Eterno. Entonces “el Eterno dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a Mí?”. El Anciano Santísimo apareció y en todos los mundos superiores se manifestó la Misericordia y se encendieron todas las luces. R. Yitzjak dijo: Cuando las luces se encendieron el Mar comenzó a ejercer juicios supremos y los seres y los poderes superiores e inferiores fueron librados a sus manos; de ahí la expresión “tan difícil como la división del Mar Rojo”, porque ésta dependía del Anciano Santo. R. Simeón dijo: “Hay una cierta cierva sobre la turra para la cual el Santo, Bendito Sea, hace muchas cosas: Cuando ella grita, El escucha sus aflicciones y la Ibera. Cuando el mundo necesita misericordia, agua, ella grita alto y el Santo responde a su plegaria. Esto es lo que significa el versículo: “Como la cierva anhela las corrientes de las aguas, así anhela a Ti el alma mía, Oh El Eterno” (Tehilím, Salmos 42:2). Cuando ella está por dar a luz y se halla en dificultad, pon? su cabeza entre sus rodillas y grita amargamente, y el Santo envía una serpiente que aguijonea el lugar, e inmediatamente le llega a ella la liberación. Pero R. Simeón agregó: “En esta materia no debes preguntar ni solicitar al Eterno”. Así el Eterno salvó a Israel... e Israel vio al (a los) egipcio(s) muerto (s). El Eterno les mostró al capitán celestial de- Egipto pasando por la corriente de fuego, que estaba a la orilla del Océano. “Muerto” significa que fue despojado de su poder. E Israel vio la mano grande... R. Jiyá dijo: Aquí estaba la Mano Superior completada con todos sus dedos, y la mano Izquierda estaba incluida, pues en su manifestación perfecta debe estar siempre así, en los cinco dedos da la Mano Derecha. Pues se nos ha enseñado que todo está incluido en esta Mano Derecha y todo depende de ella, como está escrito, “Tu diestra, Oh Eterno, se ha hecho gloriosa en poder: tu diestra, Oh Eterno, ha destrozado al enemigo” (Shemót, Éxodo 15:6). R. Yitzjak dijo: Nunca nadie ha endurecido su corazón contra el Eterno al mismo grado que Faraón. R. Yose dijo: ¿Y qué decir de Sijón y Og? ¿No se endurecieron igualmente? R. Yitzjak contestó que mientras ellos endurecieron sus corazones contra Israel, Faraón se dirigió contra el Eterno Mismo, aunque cada día era testigo de Sus obras maravillosas. R. Judá dijo en nombre de R. Yitzjak que Faraón era mucho más sabio que todos sus hechiceros, pero con toda la destreza de su magia no pudo adivinar que allí había una posibilidad de redención para Israel. Conocía todas las fuentes superiores enemigas de los israelitas, pero no sabía que había aún otro lado, el lazo de la Fe, que domina todo, y por eso endureció su corazón. Según R. Abba, fue el Nombre Santo quien endureció el corazón de Faraón, porque cuando Moisés le dijo: “Así dijo YHVH”, este solo Nombre endureció su corazón: “Y YHVH endureció el corazón de Faraón”, porque con toda su sabiduría no estaba enterado de que este Nombre tiene poder sobre la tierra, y dijo: “¿Quién es YHVH?” R. Yose observó que después dijo: “He pecado ante YHVH, y YHVH es el justo” (Shemót, Éxodo 9:27).

. R. Jiyá dijo: “Job estuvo pensando en Faraón cuando dije “Todo es una sola cosa, por eso dije: El destruye al perfecto y al inicuo”(Yov, Job 9:22). Las palabras “todo es una sola cosa” tienen un sentido oculto. Se refieren a cierta corona a la que también se refiere el versículo “pero una sola es mi paloma, mi pura” (Shir hashirím, Cantar de cantares 6:9). )  y cuando El Eterno juzga por medio de esta Corona, “El destruye al perfecto y al inicuo” porque entonces los justos son castigados por la culpa de los inicuos, como está escrito: “El dijo al ángel que destruía al pueblo, es suficiente”(Shmuel 2, 2° Samuel 24:16). Cuando Job dijo esas palabras, estaba pensando en su propia suerte al hacérsele sufrir con los egipcios, pero no terminó su observación. R. Jiyá dijo: Cuando Job vio cuánto sufría, dijo: “Si es así, entonces El Eterno no distingue entre el malvado y el justo. Faraón endureció su corazón y dijo, ¿quién es YHVH, cuya voz he de oír?, y mereció castigo. Pero yo nada hice de esta clase, ¿por qué he de tener esta suerte?” Porque fue de él de quien se ha escrito “El que temía la palabra del Eterno entre los servidores de Faraón”  (Shemót, Éxodo 9:22). E Israel vio la mano grande... y el pueblo temió al Eterno y creyó en el Eterno y en Moisés su servidor. Primero se los llama “Israel” y luego “pueblo”. ¿Por qué? R. Judá dijo: Aquí Israel se refiere al patriarca Yaakov, el cual, habiendo venido con sus hijos a Egipto y habiendo sufrido la amargura del exilio junto con ellos, efectivamente vio ahora, aunque estaba muerto, la venganza forjada por el Santo Bendito Sea. El Eterno le dijo: “Levántate y mira lo que estoy haciendo en mérito a tus hijos, cómo los saco de las garras de un pueblo poderoso”. Esto concuerda con lo que dijo R. Yese, que cuando los israelitas fueron al exilio a Egipto, a Yaakov lo invadieron temor y temblor, de modo que El Eterno hubo de decirle: “No temas de bajar a Egipto” (Bereishís, génesis 46:3). Aun entonces estaba aterrado por si podía ser exterminado allí, de modo que El Eterno volvió a asegurarle, diciéndole que El Mismo bajaría con él a Egipto. Entonces expresó su temor de que no fuera sepultado con sus padres, ni viera la redención de sus hijos y las potentes obras del Eterno. Fue entonces que el Santo le prometió “yo de seguro también te sacaré alzándote de nuevo”; la expresión enfática indica que primero sería alzado para ser sepultado con sus padres y luego para ser testigo de la redención de Israel. R. Yitzjak encontró una indicación suplementaria para eso, en las palabras: “Porque él amó a tus padres... te sacó de Egipto con Su presencia, con Su gran poder” (Devarím, Deuteronomio 4:37).  “Con su presencia” se refiere a Yaakov. Pero, según R. Ezequías “con su presencia” se refiere a Abraham, de quien está dicho que cayó “sobre su rostro” cuando el Eterno le anunció el nacimiento de un hijo (Bereishís, génesis 17:17). porque le era difícil creer que un hombre de su edad pudiese ser padre de un hijo recién nacido, y el Santo hubo de asegurárselo, revelándole que estaba destinado a ser el padre de una gran nación, y, por eso, cuando los hijos de Israel salieron de Egipto a decenas de miles, El hizo que Abraham viese su progreso. R. Abba dijo que todos los Patriarcas fueron testigos de la redención. R. Eleazar encuentra indicado esto en el versículo citado antes: “con su vista” se refiere a Yaakov; “con su poder”, a Yitzjak, y “grande” indica a Abraham. R. Simeón agregó que siempre es en mérito a los patriarcas que el Eterno revive a Israel, como está escrito: “Y yo recordaré mi pacto con Yaakov, también mi pacto con Yitzjak, y también mi pacto con Abraham, y recordaré el país” (Vayikrá, Levítico 26:42). El “país” representa al Rey David, que completa una Carroza con los Patriarcas. E Israel vio la mano grande que el Eterno puso sobre los egipcios. Ellos vieron cómo El Eterno había golpeado a los egipcios aún antes de eso. Pero solamente ahora vieron la Mano con todos los cinco dedos,, mano que se llama “grande” porque

incluye otros “cinco dedos”, es decir, los de la Mano Izquierda, como ya lo aclaramos; y cada “dedo” simboliza muchos poderes y signos divinos por medio de los cuales fueron anulados todos los grados de poderes celestiales enemigos. Y es por eso que los israelitas tuvieron en ese momento una revelación junto a la orilla del mar. Y ellos creyeron en el Eterno. ¿Por qué creyeron solamente entonces? ¿No leemos que “el pueblo creyó” tan pronto como les fue proclamado que el Eterno se proponía sacarlo de Egipto? (Shemót, Éxodo 4:31). ¿No había visto antes muchas obras potentes del Santo en Egipto mismo? Sí, pero esta afirmación concerniente a su fe se refiere particularmente a lo que le dijo Moisés: “No temas, permanece quieto y ve la salvación del Eterno” (Shemót, Éxodo 14:13). R. Yese preguntó: ¿Cómo es que después de haber Moisés dicho al pueblo “Porque a los egipcios a quienes habéis visto hoy, nunca más los volveréis a ver” (Shemót, Éxodo 14:13). se nos dice ahora que “Israel vio a los egipcios muertos sobre la orilla del mar”? [90]. [90] É (Shemót, Éxodo 14:30).  En su respuesta, R. Yose señal que después de todo no los vieron vivientes. Esta respuesta no satisfizo a R. Yese ni a R. Abba, quienes explicaron el versículo así: De acuerdo a nuestra enseñanza, hay un mundo (Olam) arriba —Biná— y un mundo abajo, Maljús. Y bien desde el mundo de arriba comienza el encendido de luces que después se completa en el mundo de abajo, en el cual se subsumen todas las emanaciones. Desde este mundo de abajo salen castigos a la humanidad y a través de él hizo El Eterno maravillas y milagros para Israel. Y cuando este mundo se levantó para realizar maravillas, él arrojó a los egipcios al mar al mismo tiempo que se forjaba la liberación de Israel. De ahí las palabras “no volveréis a verlos nunca” (ad olam, literalmente, hasta un mundo), que significa “no los veréis hasta que ese mundo (olam) sea levantado y ellos sean entregados a juicio”. Y tan ¡pronto como esto ocurrió “Israel vio a los egipcios muertos sobre la orilla del mar... Y creyó en el Eterno y en Moisés Su servidor”. Entonces cantó Moisés... R. Judá aplicó a Moisés las palabras: “antes de que te formé en el vientre, te conocí y antes de que salieras de: la entraña te santifiqué y te ordené profeta para las naciones” (Yeremiyahu, Jeremías 1:5). Dijo: Feliz es la suerte de Israel, a quien el Santo, Bendito Sea, amó más que a cualquier otra nación y a quien, por la abundancia de Su amor, le designó un profeta de verdad y un pastor fiel, en el cual El despertó el espíritu santo más que en cualquier otro profeta fiel, comunicándole una parte de Su propio yo. Yaakov dedicó la tribu de Leví al Santo, Bendito Sea, y como Leví era Suyo en un sentido especial, El lo tomó y lo coronó con muchas coronas y lo ungió con el óleo del espíritu santo desde arriba, de modo que el espíritu santo pudiese avanzar al mundo a través de él como del representante de la fe santa. Cuando llegó la hora en que debió descender a este mundo Moisés el pastor y profeta fiel. El Eterno produjo un espíritu santo desde las profundidades de una piedra de zafiro en la que estaba oculto y lo coronó con coronas y lo iluminó con doscientas y cuarenta y ocho luces y lo puso delante de sí y puso a su cargo el conjunto de Su propia Casa, con las ciento y setenta y tres llaves. Luego lo volvió a coronar con cinco diademas, cada una de las cuales ascendía e iluminaba mil mundos de luces y lámparas acumuladas en los tesoros secretos del santo y más alto Rey. Entonces el Santo lo condujo a través de todo el esplendor luminoso del Jardín del Edén y lo trajo a Su Palacio a través de todas las filas de legiones celestiales. Estas estaban muy confundidas y gritaban fuertemente:  ¡Apartaos! Pues el Santo ha levantado un Espíritu para gobernar y sacudir los mundos”. Una voz murmuró: “¿Quién es este extranjero en cuyas manos están todas las llaves?” Pero otro replicó al primero y proclamó: “¡Recibidlo en medio de vosotros! porque en un día, y no más, él descenderá para morar entre los hombres, y la Torá, el tesoro más escondido, será entregada a las manos de él para sacudir mundos arriba y mundos abajo”. Entonces todos temblaron y siguieron a Moisés, diciendo: “Tú has hecho que un hombre cabalgue sobre nuestras cabezas; marchamos a través de fuego y a través de agua”(Tehilím, Salmos 66:12.   La letra Mem del nombre de Moisés en hebreo se acercó y se coronó con su corona y luego se coronó a Moisés con trescientas veinticinco coronas, poniendo también sus llaves en su mano. La letra Shin de los tres Patriarcas lo coronó con tres coronas santas y puso bajo su guarda todas las llaves del Rey y lo designó mayordomo de la Casa. La letra He se acercó y lo coronó con corona. Entonces el espíritu descendió en uno de !os barcos que navegan en el gran Mar, y lo recibió para prepararlo para la soberanía y le dio, a Moisés, instrumentos con los cuales vencer y castigar a Faraón y a todo su país. Y cuando bajó a la tierra en la simiente de Leví, cuatrocientas veinticinco luces brillaron ante el rostro del Rey, y cuatrocientas veinticinco formaciones esotéricas de letras, que expresan misterios Divinos, acompañaron al espíritu a su lugar. Cuando él avanzó al mundo, la letra He del Nombre Santo brilló desde su rostro y la casa en que moraba se llenó de resplandor. A esa hora el Santo proclamó: “Antes de que te formé en el vientre te conocí; y antes de que salieras de la entraña, te santifiqué y te hice un profeta para las naciones”. R. Yitzjak dijo: En el momento cuando el Santo ultimó al gran capitán de los egipcios, y Moisés y los hijos de Israel lo vieron, comenzaron a cantar. Entonces cantaron Moisés y los hijos de Israel este canto al Eterno. R. Abba dijo: He examinado todos los cánticos que Israel cantó al Santo y encuentro que todos ellos comienzan con (Az)“entonces”.  La razón de ello es que todas las maravillas y todos los actos potentes que fueron hechos para Israel cuando la luz del Anciano Santo brilló en Sus coronas, están grabados en las letras Alef y Zain, de las cuales la primera simboliza la primera Sefirá y la Zain la séptima, a partir de las primeras tres. Entonces hay canto, el canto de todos los lados. “Yashir” (literalmente, cantará). La expresión sugiere que este canto cuadraba a la ocasión y también cuadrará a la redención futura, cuando de nuevo Israel lo cantará. La expresión “Moisés e Israel” prueba que los justos de edades pretéritas, aunque entraron en las regiones más elevadas y están unidos con el “Atado de vida”, de nuevo se levantarán en forma corpórea y verán los signos y las obras potentes que el Santo mostrará a Israel, y cantarán este himno. R. Simeón estableció este hecho mediante el versículo siguiente: “Y acontecerá en ese día que el Eterno pondrá su mano por segunda vez para recuperar el resto de su pueblo” (Yeshayahu, Isaías 11:11). Dijo: “el resto” son “el remanente”, los justos, como Eldad y Medad, que “quedaron” en el campamento, (Bamidbar, Números 11:26). los justos de quienes se ha dicho que sostienen el mundo, que ellos mismos se hacen meros “restantes”. Son ellos los que serán traídos de nuevo á vida en la Redención futura. ¿Y por qué? ¿No están ya unidos al “Atado de vida”? ¿Por qué hacerlos bajar de nuevo a la tierra? Que la experiencia del pasado dé la respuesta. En tiempo anterior ha complacido al Santo mandar a la tierra a los espíritus y almas que pertenecían al más elevado superior. Entonces, ¿no dejará que los espíritus de los hombres justos vuelvan a bajar en el futuro cuando El redima el mundo? Porque en verdad, “no hay un hombre justo sobre la tierra que haga bien y no peque” (Koheles, Eclesiastés 7:20). Y aun los sin pecado que sólo murieron por el “consejo de la Serpiente” se levantarán y serán los consejeros del Mesías. “Moisés y los hijos de Israel cantarán este cántico”. Lo mismo se implica en las palabras: “Como en los días de tu salida del país de Egipto le mostraré cosas maravillosas”(Mijá, Miqueas 7:15). donde él “le” se refiere a Moisés. También: “Yo le mostraré la salvación de El Eterno” (Tehilím, Salmos 50:24). “Yo le mostraré mi salvación” (Tehilím, Salmos 91:16). Entonces Moisés y los hijos de Israel cantarán “este canto al Eterno”: el canto de la Matrona al Santo, Bendito Sea. Se nos ha enseñado que cada uno que canta este himno  diariamente con devoción verdadera será digno de cantarlo en la Redención que será, porque se refiere a la vez al mundo pasado y al mundo futuro; contiene confirmaciones de fe y misterios que se relacionan a los días de  . La Shejiná cantará este cántico al Eterno, porque el Rey la recibirá a Ella con rostro radiante. R. Yose dijo que la Shejiná alabará al Eterno por toda la concentración de luz y santidad que el Rey Santo dirigirá a ella. R. Judá dijo: Si este es el cántico de la Shejiná, ¿por qué dice que Moisés y los hijos de Israel lo cantaron? Felices fueron los que sabían cómo alabarlo a El por todo el poder y la fuerza que la Shejiná recibe y recibirá de El, el Santo Rey. Según R. Abba, el canto ha de dirigirse no a alguna de las emanaciones de la Deidad, sino al Rey Santo en su misma esencia, como está dicho, respecto del canto de Moisés y los hijos de Israel, que ellos cantaron “al Eterno”. R. Yose dijo que las palabras “este canto al Eterno” se refieren al “río que sale del Edén” (Bereishís, génesis 2:10). del cual sale toda la abundancia de óleo para encender las luces; mientras que las palabras “yo cantaré al Eterno” se refieren al Rey Santo Superior. Y habló, diciendo: Esta repetición señala que se ha de cantar en todas las generaciones, para que nunca se lo olvide, porque quien es digno de cantar este canto en este mundo será digno de cantarlo en el mundo por venir, y para declarar alabanzas con él en los días del , cuando la Comunidad de Israel se regocijará en el Santo; “Diciendo” significa diciendo en el tiempo del Éxodo, diciendo cuando Israel estaba en Tierra Santa, diciendo en el exilio, diciendo cuando Israel será redimido, diciendo en el mundo por venir. Yo cantaré al Eterno. Como ya se indicó antes, ellos hablaron en el nombre de la Shejiná y de ahí el singular. “Al Eterno”, al Rey Santo. Porque altamente exaltado es Él: El asciende para ser coronado con Sus coronas para dispensar bendiciones y efectuar obras maravillosas y para ser exaltado en y por todo; exaltado en este mundo e igualmente exaltado en el mundo por venir; exaltado para que El pueda coronarse con Sus coronas y ser glorificado en júbilo perfecto. El arrojó al mar al caballo y su jinete. El dominio abajo y el dominio arriba, que están ligados entre sí, fueron librados a ese gran “Mar” y a esa gran soberanía para el castigo., pues se nos ha enseñado que el Santo no ejercita juicio abajo hasta que El lo ha hecho arriba sobre los representantes celestiales de la nación particular, como está dicho: “El Eterno castigará al ejército de los altos en el octavo cielo y a los reyes de la tierra sobre la tierra” (Yeshayahu, Isaías 24:21). R. Judá dijo: En esa noche se erigió extrema severidad, porque la Matrona requirió que todos los ejércitos abajo y todos los poderes de arriba fuesen librados a ella. Y lo fueron. R. Jiyá discurrió sobre el versículo: Me has cercado por detrás y por delante, y has puesto sobre mí Tu mano. (Tehilím, Salmos 139:5). Dijo: ¡Cuánto es menester que los hijos de los hombres glorifiquen al Santo, Bendito Sea! Porque cuando El creó el mundo, miró al hombre y tuvo el designio de hacerlo gobernante sobre todas las cosas terrenas. El fue de forma dual y se asemejaba a la vez a los seres celestiales y a los seres terrenales. El Eterno lo mandó abajo en esplendor, de modo que cuando las creaturas inferiores miraran la gloria de su estado se inclinaran ante él en reverencia, como está dicho: “y sea el temor de vosotros y el pavor de vosotros sobre todo animal de la tierra y sobre toda ave del aire”(Bereishís, génesis 9:2). El Santo lo trajo al jardín de Su propia plantación, de modo que lo guardara y tuviera en él goce sin fin y delicia sin fin. El Santo también le dio un blasón de piedras preciosas y lo modeló para envolver al hombre con gloria: y los ángeles superiores se regocijaron en su presencia. Entonces el Eterno le dio el mandamiento respecto de un árbol: y, ¡desdicha!. el hombre falló en su obediencia y no fue firme en el mandamiento de su Amo. En el libro de Enoj encontramos que el Santo, Bendito Sea, después de haber transportado a Enoj a las regiones superiores y de haberle mostrado todos los tesoros del Rey, a la vez los celestiales y los terrenales, El le permitió ver el Árbol de Vida y el Árbol acerca del cual Adán fue advertido y le mostró el lugar donde Adán había morado en el Jardín del Edén, y Enoj percibió que si Adán hubiese sido obediente habría residido allí por siempre, teniendo vida eterna y gozo perpetuo en la gloria del Jardín. Pero porque violó el mandamiento de su Eterno, fue castigado. R. Yitzjak dijo: Adán fue creado como una doble personalidad (varón y hembra), como se explicó antes. “Y tomó una de sus costillas”  (Bereishís, génesis 2:21). lo partió en dos y así se formaron dos personas, una del este y una del oeste, como está dicho: “tú me cercaste atrás y adelante”, es decir del oeste y del este. R. Jiyá dijo: ¿Qué hizo el Santo? Formó la mujer, perfeccionó en exceso su belleza y la trajo a Adán. R. Judá dijo: El Santo dio a Adán un alma superior y lo dotó de sabiduría y entendimiento para que pudiese conocer todas las cosas. ¿De qué lugar tomó Él el alma? Del lugar de donde emanan las otras almas santas. Así dijo R. Yitzjak, y R. Judá dijo lo aprendemos del versículo: “Que la tierra produzca alma viviente según su especie”  (Bereishís, génesis 2:24).  “La tierra” significa el lugar donde se hallaba el Santuario y “alma viviente” se refiere al alma del primer hombre. R. Jiyá dijo: Adán conocía de la sabiduría superior más que los ángeles de arriba; era capaz de penetrar en todas las cosas y estar en unión estrecha con su Amo más que

cualesquiera otros seres del universo. Pero cuando pecó, se cerraron para él todas las fuentes de sabiduría: “Y el Eterno El Eterno lo arrojó del Jardín de Edén para labrar la tierra”  (Bereishís, génesis 3:23). R. Abba dijo: el primer hombre consistió de varón y mujer, porque está dicho: “Hagamos un hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza” (Bereishís, génesis 1:26). lo que indica que originalmente varón y mujer fueron creados como uno, y después separados. Cuando el versículo dice después “tierra”, ésta representa el principio femenino, y el Santo se asoció con él para crear al hombre. Mi fuerza y canto es Yah. R. Yose dijo: la Yod y la He en el Nombre Divino están mezcladas, y una está contenida en la otra y nunca están separadas, hallándose por siempre unidas en amor y siendo la fuente de donde emanan todas las corrientes y manantiales de bendición y satisfacción para el universo. Las aguas de esta fuente nunca “faltan” (Yeshayahu, Isaías 58:11). De ahí: “Y El se hizo mi salvación”, pues con este propósito y para este fin el Rey Santo revela Su poder abajo y la Mano Derecha se mueve para efectuar actos maravillosos. Este es mi El Eterno y yo le haré una habitación; el El Eterno de mi padre, y yo lo exaltaré. “Este es mi El Eterno” se refiere al Tzadik, de quien emanan bendiciones para el

estado pasado; “y yo le haré una habitación” en el lugar donde se encuentra el amor, es decir, en el Santuario. “El El Eterno de mi padre, y yo lo exaltaré” lo dijo Moisés (el Levita) respecto de la esfera superior de donde derivan los Levitas, de modo que hubiera en ese lugar simetría y perfección. R. Yitzjak dijo que “y él se hizo mi salvación” se refiere al Rey Santo, como en Isaías (12) R. Ezequías interpretó el versículo: “El amigo ama en todo tiempo, y el hermano nace para la adversidad”(Mishlei, Proverbios 17:17). de la manera siguiente. “El amigo” es el Santo, de quien está escrito “no abandones a tu propio amigo, ni al amigo de tu padre”  (Mishlei, Proverbios  27:10). Los israelitas son “hermanos y amigos” del Santo y por eso sus enemigos los dañan, dice El Eterno, “por el mérito de mis hermanos y amigos yo diré que haya en ti Paz” (Tehilím, Salmos 122:9)    El es un hermano para enfrentar la “adversidad que ha nacido”. Rabí Judá refiere la palabra “nacido” al Santo, porque cuando uno de Sus amigos sufre tribulación debido a sus enemigos, el Rey Santo se levanta en Su fuerza para vengarlos su poder ha “nacido”, es decir, se ha manifestado. R. Yose dijo: ¡Cuan grande ha de ser el amor del hombre al Santo! Verdaderamente, el amor es el único punto verdadero, y aquel que rinde culto a El Eterno en amor, El lo llama “amado”. Hay una aparente contradicción en los dos versículos: “A tu propio amigo y al amigo de tu padre no abandones”, y “retira tu pie de la casa de tu amigo” (Mishlei, Proverbios 25:17). Los miembros de la Compañía lo explicaron, sin embargo, aplicando los versículos a especies diferentes de sacrificio. Uno ha de ser diligente al ofrendar sacrificios quemados y ofrendas de paz, pero en cuanto a ofrendas de pecado es mejor no pecar, y por lo tanto “retira tu pie de la casa de tu amigo”, del Templo. En verdad, “no debes abandonar a Tu amigo”, debes rendirle culto, tender á El, guardar Sus mandamientos, pero “retira tu pie de tu mal impulso para que no se adueñe de ti, retíralo de tu casa, es decir, del alma santa que tu Amigo ha puesto en ti”. El verdadero culto del Santo Bendito Sea, consiste en amarlo por encima de todo y en todo, como está escrito: “Tú amarás al Eterno tu El Eterno” (Devarím, Deuteronomio 6:5). Todos los israelitas vieron en el mar lo que ni siquiera el profeta Ezequiel tuvo el privilegio de ver, y aun los embriones en las matrices de sus madres vieron las obras maravillosas del Santo y cantaron alabanzas a El, diciendo: “Este es mi D-os y yo lo exalto; el Dios de mi padre y yo lo exalto”, es decir el Dios del padre Abraham. R. Yose dijo: ¿El Dios de Abraham necesita nuestra exaltación? ¿No está ya exaltado alto por encima de nuestra comprensión? R. Yose contestó: Pero el hombre puede y debe exaltarlo a El en el sentido de unir en su mente todos los atributos del Nombre Santo porque ésta es la más suprema expresión del culto. R. Judá estaba un día sentado a los pies de R. Simeón, y comenzó a exponer el versículo siguiente: ¡La voz de tus vigías! Alzan la voz, cantan juntos; porque ojo a ojo ven cómo él Eterno se vuelve a Sión (Yeshayahu, Isaías 52:8). Dijo: Estos “vigías” son los que “cuidan” para el tiempo cuando el Santo construirá Su Casa de nuevo. Si aparece la forma “alzaron”, donde más bien esperaríamos el futuro “alzarán”, la lección informa que quien ha alzado su voz en llanto y lamentación por la destrucción del Templo será digno de ser incluido en el número de aquellos de quienes está dicho “ellos cantarán juntos” y de gozar del privilegio de ver al Santo cuando El habite Su Casa de nuevo. Las palabras “cuando el Eterno vuelve a Sión” han de entenderse como significando “cuando el Eterno trae a Sión de regreso”. Porque cuando la Yirushalayim terrestre fue destruida y la Comunidad de Israel fue dispersada sobre la faz de la tierra, el Rey Santo acercó a sí a Sión y la extendió ante El, porque la Comunidad de Israel fue expulsada. En cambio, cuando la Comunidad de Israel sea restaurada, el Rey Santo restaurará a Sión a su lugar, para unirse con ella en bendición perfecta. Y los hijos de Israel cantarán “El es mi Dios y yo he preparado para El una habitación”. Respecto de esto está escrito: “he aquí este es nuestro Dios, en Quien hemos esperado, que nos salvase” (Yeshayahu, Isaías 25:9). Que significa literalmente, “en Su propia salvación”. El Eterno es un guerrero, el Eterno es Su Nombre. En relación con este versículo, R. Abba se refirió a las palabras: “por eso se dice en el Libro de las guerras del Eterno: el torrente de Vahev en Sufa, y los torrentes del Arnon”  (Bamidbar, Números 21:14). Dijo: Cuan asiduamente debe uno ponderar cada palabra de la Torá, por que no hay en ella una sola palabra que no contenga alusiones al Nombre Santo Superior, muchos aspectos, muchas raíces, muchas ramas. ¿Dónde está ahora ese “libro de las guerras del Eterno”? Lo que se quiere significar seguramente es la Toráh, porque como lo han señalado los miembros de la Compañía, quien está comprometido en la batalla de la Toráh, luchando para penetrar los misterios de ella, cosechará de sus luchas una abundancia de paz. Todas las otras guerras envuelven ruina y destrucción, pero la guerra de la Torá lo es de paz y amor. “Vahev en Sufa” puede leerse de manera que sus palabras hebreas signifiquen “el amor está en el fin de ella”, porque no hay amor ni paz como ésta. La palabra “libro” es la empleada, y no “Torá”, como hubiéramos podido esperar, por una razón cabalística, la razón de que hay una esfera divina que se llama “Libro”, como está dicho: “Buscad en el libro del Eterno y leed” (Yeshayahu, Isaías 34:16). de la que dependen y de la que emanan todas las obras potentes del Eterno. Con este libro El Eterno guerreó contra cierta esfera al fin de los grados que se llaman Vahev. El Eterno también luchó contra los “arroyos”, los principados subsidiarios que le están ligados. Emprendió guerra de la región que se llama “Arnon” que es la esfera de la superior unión marital, de Jojmá y Biná, que nunca se disuelve. Allí arraiga y extiende sus ramas para ser guerra a cada lado y para poner de manifiesto poder grande y glorioso. Cuando se levantan la potentes obras del Eterno y comienzan a librarse Sus batallas. ¡Cuántos guerreros celestiales se mueven para efectuar actos marciales a cada lado! Entonces espadas y lanzas actúan y comienzan actos potentes. El mar crece tormentoso y fuertes se levantan sus olas y las embarcaciones se agitan sobre las aguas tumultuosas; entonces comienza el fragor con catapultas, lanzas, espadas y arcos y el Eterno toma el mando de Sus ejércitos para conducir la batalla. ¡Pobres de aquellos contra quienes el Santo declara la guerra! “El Eterno es un guerrero”. De las letras de esta frase se forman líneas de batalla contra los inicuos, los enemigos del Eterno. Estas letras las conocen los iniciados, coma ya se explicó en otra parte. En el tiempo por venir el Santo, Bendito Sea, conducirá una guerra estupenda contra las naciones paganas, para gloria de Su Nombre: “Entonces el Eterno saldrá y luchará contra esas naciones” (Zajariyahu, Zacarías 14:3).  “así yo me magnificaré y seré conocido a los ojos de muchas naciones” (Yejezkel, Ezequiel 28:23). El arrojó al mar los carros de Faraón y su poder y los elegidos de entre sus caballeros fueron hundidos en el Mar Rojo. R. Judá dijo: Cuando los israelitas estaban por cruzar el mar, el Santo dijo al Ángel designado sobre el mar: “¡Divida tus aguas!” “¿Por qué?”, dijo el Ángel. “Para que Mis hijos puedan atravesarlo”. “¿Realmente merecen esta redención?”, preguntó el Ángel. “¿En qué consiste la diferencia entre ellos y los egipcios?”. El Santo dijo: “Yo establecí esta condición con el mar cuando creé el mundo”. A esto El ejerció Su poder y las aguas fueron retiradas, sobre lo cual está escrito: “Las aguas te vieron, Oh El Eterno, las aguas te vieron, estaban aterradas; también las profundidades estuvieron turbadas”(Tehilím, Salmos 77:17).  Entonces El le dijo al Ángel: “Extermina a todos estos ejércitos”, y entonces los cubrió, como está dicho: “Arrojó al mar los carros de Faraón y su ejército”. R. Eleazar dijo: Ved, cuántos carros, cuántos ejércitos el Santo ha formado arriba. Cuántos campamentos, cuántas diviSiónes. Y todos de los están ligados entre sí, todos son carros el uno para el otro, grados múltiples, diversos y, sin embargo, unidos. Del lado de la izquierda se levantan los carros de los principados no santos. También ellos están unidos el uno al otro, grado a grado, siendo el mayor de ellos, como ya lo hemos señalado, “el primogénito de Faraón”, a quien el Santo dio muerte. Todos estos poderes no santos son entregados al juicio del Reino, al que se llama “el gran mar”, para que puedan ser desarraigados cada uno en su propio grado y ser manifiestamente arrojado, y cuando están quebrados arriba, todas sus contrapartes abajo también están quebradas y abandonadas en el “mar inferior”. En cuanto a los “capitanes” que fueron arrojados y hundidos en el Mar Rojo, ya se aclaró que todos estos grados consisten cada uno de tres atributos, dos y uno, la triada, que corresponde a la santa tríada arriba. Todos fueron entregados a Ella, a la mano de la Shejiná, para que el poder de ellos pudiese ser quebrantado. Todos los diez castigos que el Santo trajo sobre Egipto fueron realizados por el poder de una “mano”, porque la “mano izquierda” está incluida en la derecha, formando los diez dedos una entidad en correspondencia con las Diez expreSiónes por las que se designa al Santo. Luego vino un castigo que era igual a todos los restantes, el del mar: “el último fue el más duro” (Yeshayahu, Isaías 8:23). Y en el futuro el Santo tratará de manera similar a los ejércitos, príncipes y capitanes de Edom (Roma), como está escrito: “¿Quién es el que viene de Edom, con vestiduras teñidas de bozra? Yo el que hablo en justicia, potente para salvar” (Yeshayahu, Isaías 68:1). El arrojó en el mar los carros y el poder de Faraón. R. Yitzjak se refirió al versículo: “Cuando él pronuncia su voz, hay una multitud de aguas en los cielos” (Yeremiyahu, Jeremías 10:13). Dijo: Según la tradición, el Santo creó siete cielos y en cada cielo están fijos estrellas y planetas. Arabot está por encima de todos ellos. El largo de cada cielo es tal que se tardaría doscientos años para atravesarlo, y la distancia entre cada cielo y el siguiente requeriría una travesía de quinientos años. En cuanto a Arabot, se necesitaría mil quinientos años para cubrir toda su longitud y el mismo número para atravesar su ancho. Todos los cielos están iluminados desde la radiación de Arabot. Encima de Arabot está el cielo de las Jayot y encima de esta última esfera hay otro cielo, más brillante que todos, como está escrito: “Y la semejanza del firmamento sobre las cabezas de las Jayot” (Yejezkel, Ezequiel 10:22). Y debajo hay muchas carrozas a la mano derecha y a la izquierda, de muchos grados, cada uno con su nombre propio. Y debajo de ellos hay otros, más pequeños y aun más variados, que son los rangos más pequeños de este orden celestial, pero no santo; como está escrito: “El mar es grande... hay allí animales pequeños y grandes”  (Tehilím, Salmos 104:25). Como lo hemos afirmado, que al lado izquierdo abajo hay un gobernante, el “otro lado”, ligado a los de arriba, pero ellos están aplastados por el gran poder santo, según nuestra interpretación de las palabras “El arrojó al mar los carros y el poder de Faraón”. Tu diestra, Oh Eterno, glorificada en poder. R. Simeón dijo: A la hora cuando la mañana irrumpe, la Cierva (Shejiná) se levanta y sale de su sitio para entrar en

los doscientos palacios del Rey. Cuando un hombre estudia la Toráh en la soledad a medianoche, a la hora cuando se levanta el viento norte y la Cierva desea moverse, él es tomado con ella a los reinos superiores para aparecer ante el Rey. Cuando brilla el amanecer y él recita sus plegarias y unifica el Nombre Santo en debida manera, está rodeado con un hilo de gracia. Mira al firmamento y se posa sobre él una luz de santo conocimiento. Cuando el hombre es así adornado e iluminado, todas las cosas tiemblan ante él, porque él es llamado el hijo del Santo, el hijo del Palacio, del Rey. Acerca de él está escrito: “el Eterno está cerca de todos aquellos que lo llaman, de todos aquellos que lo llaman en verdad” (Tehilím, Salmos 145:18). Las palabras “en verdad” tienen la misma significación que en el versículo “tú darás verdad a Yaakov”(Mijá, Miqueas 7:20). “verdad” significa aquí el pleno conocimiento que capacite a quien rinde culto perfectamente a unir las letras del Nombre Santo en la plegaria, que es efectivamente el verdadero servicio del Nombre Santo. Quien sabe cómo unificar así el Nombre Santo establece el Uno, el pueblo peculiar en el mundo, como está escrito: “¿Y quién es como tu pueblo Israel, un pueblo sobre la tierra?” (Shmuel 2, 2° Samuel 8:23). Por eso se ha enseñado que un sacerdote que no sabe cómo unificar así el Nombre Santo no puede efectuar apropiadamente el servicio, pues del logro de esta unidad dependen a la vez el culto celestial y el terrenal. Por eso el sacerdote debe tratar de concentrar corazón y mente en alcanzar esta unificación, de manera que sean bendecidos los de arriba y los de abajo. Y si un hombre llega a unificar el Nombre Santo, pero sin apropiada concentración de la mente y apropiada devoción del corazón, a fin de que losejércitos superiores y los terrenales sean bendecidos con ello, su plegaria es rechazada y todos los seres lo denuncian y es incluido entre aquellos de quienes el Santo dijo “Cuando venís a ver mi rostro (panim, literalmente, rostros), ¿quién ha requerido de vuestra mano, que pisoteéis mis atrios?” Todos los “rostros” del Rey están ocultos en las profundidades de la oscuridad, pero todos los muros de la oscuridad caen para aquellos que saben cómo unir perfectamente el Nombre Santo, y los diversos “rostros” del Rey se ponen de manifiesto y brillan sobre todos .trayendo bendición para los seres celestiales y los terrenales. Quien llega a unificar el Nombre Santo debe hacerlo desde el lado zot (literalmente, esto o este, un nombre para la Shejiná), como está escrito, “con este (bezot) entrará Aarón en el santuario” (Vayikrá, Levítico 16:3). para que el Tzadik y la justicia se puedan unir perfectamente y por esta unión sean bendecidas todas las cosas. Pero, si intenta unificar el Nombre Santo sin colocarse en el adecuado marco mental, si no viene con temor y amor, El Eterno le dice: “¿Quién ha requerido esto de tu mano, que pisotees mis atrios?” Vayikrá, Levítico 16:3). Ninguna bendición pertenece a semejante plegaria, ni tampoco quien ora de tal manera invocando meramente para sí y para todas las cosas el atributo del Juicio. Y bien, toda luz, toda bendición, todo gozo, emana de la Mano Derecha del Santo, Bendito Sea. Pero al mismo tiempo la “Mano Izquierda” participa en las actividades de la Derecha, como en un ser humano, porque a pesar de ser la derecha la conductora, cuando está activa la izquierda también se vuelve activa. Cuando un hombre levanta su mano en plegaria, su propósito es bendecir a El Eterno. Pero tratándose de El Eterno, es a la inversa: cuando El levanta Su Mano derecha, entonces desdichados los de abajo, desdicha y tribulación para ellos, pues entonces se apartan de ellos todo sostén y bendición. Esto lo aprendemos del versículo: “Extendiste tu diestra, los tragó la tierra” (Shemót, Éxodo 15:12).   significando que tan pronto como El Eterno alzó Su diestra, ellos perecieron. Cuando la Mano Derecha está en su lugar, la Mano Izquierda está bajo su dominio, y por eso la justicia severa no puede tener fuerza entre los hombres. Pero si es alzada la Mano Derecha, la Izquierda permanece sola y mueve juicio potente en el mundo. Cada vez que R. Simeón llegaba a las palabras “El ha retirado su mano derecha” (Eijah, Lamentaciones 2:3).  acostumbraba llorar, interpretándolas como significando que el Eterno permitió a la Mano Izquierda que fuese poderosa y tuviera, sola, dominio sobre los mundos, mientras que la Mano Derecha permanecía en otro lugar, lejos. R. Simeón interpretó las palabras que literalmente significan “el justo llega a aflicción”, como significando está perdido, perece  (Yeshayahu, Isaías 57:1). en el sentido de que cuando el Templo fue destruido, de todos los aspectos del Rey fue el único conocido como “Justo” (Tzadik) que “fue perdido”, en un doble sentido. Perdió porque las bendiciones no moraban con El como antes; y El también perdió porque Su Esposa, la Comunidad de Israel, partió de El. Así, el Justo “perdió” más que todos. Más aún, respecto del tiempo que será, que es el tiempo d, está escrito: “Regocíjate en gran manera, Oh hija de Sión, da voces de alegría, hija de Yirushalayim, he aquí que viene a ti tu rey justo y salvo” (Zajariyahu, Zacarías 9:9). Y el vocablo que se utiliza en hebreo no significa “el que salva” o “un salvador”, sino literalmente, “el que es salvado”, o salvo. Tu diestra, Oh Eterno, glorificada en poder, tu diestra quiebra en pedazos al, enemigo. La forma de la palabra hebrea para expresar “glorificada” sugiere un plural, que se refiere a la unión de la Mano Izquierda con la Derecha. R. Simeón dijo: es como lo hemos explicado. Así como un hombre fue dividido físicamente, de modo que pudiese recibir una mujer y ambos formar juntos un cuerpo, así la Mano Derecha fue dividida para que pudiese tomar en sí la Izquierda y amibas llegar a ser una y por eso es que El Eterno golpea y cura con una y misma Mano. Observad que todo este cántico tiene una referencia doble, al tiempo de su composición y al futuro. Por eso no dice “ha quebrado”, sino “quiebra” o, literalmente, quebrará, es decir, cuando aparecerá . Lo mismo se aplica al versículo siguiente: “En la plenitud de tu majestad derrotarás a tus adversarios; enviarás tu ira; ella los devorará como rastrojo”. Así las palabras “Tu diestra, oh Eterno, glorificada en fuerza”, se refieren a este tiempo, a este mundo; las palabras “Tu diestra quebrará al enemigo”, al tiempo d; “En la plenitud de tu majestad vencerás a tus adversarios” al tiempo de Gog y Magog; “Enviarás tu ira, ella los devorará como a rastrojo”, al tiempo de la resurrección, de la cual está dicho: “También una multitud de dormidos en el polvo de la tierra despertará; los unos para vida eterna, y los otros para deshonra y aborrecimiento eterno” (Daniel 12:2). Benditos aquellos que serán dejados en el mundo a ese tiempo. ¿Y quiénes serán? No quedará ninguno fuera de los circuncisos que han aceptado sobre si el signo del pacto santo y han entrado en este pacto santo en sus dos partes, como lo hemos señalado, y han guardado la alianza contra el contacto con una esfera extraña. Estos quedarán y sus nombres serán inscriptos “para vida eterna”, como está dicho: “Y acontecerá que el que es dejado en Sión y el que permanece en Yirushalayim serán llamados santos, aun todo aquel que está inscripto para la vida en Yirushalayim” (Yeshayahu, Isaías 4:3). “Sión” y “Yirushalayim” simbolizan los dos grados (Fundamento y Reino) en los que entrará el que será circunciso. Los tales quedarán en ese tiempo, y el Santo, Bendito Sea, renovará el mundo con ellos y se regocijará con ellos. Respecto de ese tiempo está escrito: “Que la gloria del Eterno permanezca por siempre; que el Eterno se regocije en sus obras”  (Tehilím, Salmos 104:31). R. Jiyá fue una vez a visitar a R. Eleazar, y lo encontró con R. Yose, el hijo de R. Simeón ben Lekunia, su suegro. Al levantar R. Eleazar su cabeza vio a R. Jiyá. Este último dije: ¿Cuál es el sentido de las palabras “Sus caminos son caminos de dulzura” (Mishlei, Proverbios 3:17). El contestó: Cuan necios son los hombres que ni conocen ni prestan atención a !as palabras de la Toráh. Estas palabras son los “caminos” por los cuales uno merece “la dulzura del Eterno” de la cual habla el Rey David (Tehilím, Salmos  27:5). Como lo hemos señalado en otra ocasión, la Toráh y sus caminos emanan de esa “dulzura”. R. Jiyá dijo: Tenemos una tradición de que cuando el Santo, Bendito Sea, dio la Toráh a Israel salió una luz de la esfera que se llama “Dulzura”,, una luz con la cual el Santo se coronó a Sí mismo, y desde la cual fueron irradiados todos los mundos, todos los firmamentos y todas las coronas, y acerca de la cual está escrito: “¡Salid, Oh hijas de Sión y ved al rey Salomón, con la diadema con que lo coronó su madre en el día de sus desposorios y en el día de la alegría de su corazón!” (Shir hashirím, Cantar de cantares 3:1). Cuando estuvo completado el edificio del Templo, el Santo, Bendito Sea, se coronó a Sí Mismo con esta corona y Se sentó a Su Trono. Pero desde la destrucción del Templo, El no vistió esta corona, y la “Dulzura” está oculta y escondida. R. Eleazar dijo: Cuando Moisés entró en la nube (Shemót, Éxodo 24:18). Como un hombre que atraviesa la región del Espíritu, cierto ángel grande, cuyo nombre, según la tradición es Kemuel, y que está designado guardián y jefe sobre doce mil mensajeros, trató de atacarlo. A esto Moisés abrió la boca y pronunció las doce letras del Nombre Santo que el Santo le enseñó en el matorral y el ángel partió de él a una distancia de doce mil parasangas. Y Moisés caminó en medio de la nube, y sus ojos llameaban como carbones de fuego. Entonces lo encontró otro ángel, más grande y más eminente que el primero. Su nombre, según la tradición, es Hadraniel, y está colocado encima de los otros ángeles y de las cohortes celestiales y aun está separado de ellas por una distancia de mil y sesenta miríadas de parasangas, y su voz, cuando él proclama la voluntad del Eterno, penetra a través de doscientos mil firmamentos que están rodeados de un fuego blanco. Al verlo, Moisés enmudeció de temor y se habría arrojado desde la nube, pero el Santo, Bendito Sea, le advirtió, diciéndole: Moisés, hablaste mucho conmigo en el matorral y querías que Yo te revelara el Nombre Santo, y no temiste, y ahora estás aterrado ante uno de Mis servidores”. Cuando Moisés oyó estas palabras de la voz de su Amo, se sintió alentado. Abrió su boca y pronunció el Nombre Supremo de setenta y dos letras. Ante esto, Hadraniel tembló y se acercó a Moisés y exclamó: “Feliz ciertamente es tu suerte, Oh Moisés, porque se te ha otorgado conocimiento en una medida que es negada hasta a los ángeles superiores”. Entonces fue caminando con Moisés hasta que llegaron a un potente fuego perteneciente a un ángel cuyo nombre es Sandalfón y el cual, según cuenta la tradición, está apartado de sus colegas ángeles por la magnitud de su esplendor a una distancia de quinientos años y el cual se encuentra detrás de la “cortina” de su Amo y el cual teje de las plegarias de Israel coronas para su Eterno, y cuando una corona así es colocada sobre la cabeza del Rey Santo, El recibe las súplicas de Israel y todos los ejércitos celestiales empiezan a temblar de temor y a exclamar: “Bendita sea la gloria del Eterno desde Su lugar” (Yejezkel, Ezequiel 3:12). Hadraniel le dijo a Moisés: “Moisés, no puedo seguir estando contigo, pues puede quemarme el potente fuego de Sandalfón”. En ese momento Moisés empezó a temblar con gran pavor, pero el Santo lo sostuvo y lo hizo sentar ante El y le enseñó la Torá y tendió sobre él la radiación de esa “dulzura”, de modo que su rostro brilló en todos esos firmamentos. Todos los ejércitos del cielo temblaron ante él cuando descendió con la Toráh. Cuando los israelitas cometieron el pecado del Becerro de Oro abajo, el Santo retiró de Moisés mil partes de ese esplendor y los ángeles superiores y todos esos ejércitos vinieron a quemarlo. Cuando el Santo le dijo: “Baja, porque se ha corrompido tu pueblo que sacaste de la tierra de Egipto” (Shemós, Éxodo 32:7).  Moisés tembló y no pudo pronunciar palabra. Entonces comenzó a orar y a interceder por Israel. El Santo le dijo: “Agárrate de Mi Trono y saca coraje de él”. Y el Santo rechazó todos esos ejércitos y Moisés tomó las dos tablas de piedra y las llevó abajo. Acerca de este suceso está escrito: “Un sabio escala la ciudad de valientes, y abate la fortaleza que fue la confianza de ella” (Mishlei, Proverbios 21:22). Y de los restos de ese esplendor brilló el rostro de Moisés. Y bien, si meramente a causa de este resto de esplendor los hijos de Israel no podían mirar firmemente el rostro de Moisés, ¡cuan glorioso debió haber sido el esplendor en su estado original! R. Jiyá dijo: Las palabras “Tu diestra, Oh Eterno, glorificada en poder” se refieren a la Torá. Esta “mano Derecha” “rompe en pedazos al enemigo”. Pues sólo el poder de la Torá es capaz de quebrar el poder de las naciones paganas, Toráh en cuyo estudio está absorbido Israel. Porque en tanto los hijos de Israel son estudiosos fieles de la Toráh la “Mano Derecha” es poderosa y quiebra el dominio de los paganos. Y por eso a la Toráh se la llama “Fuerza”, como está dicho: “El Eterno dará fuerza a su pueblo” (Tehilím, Salmos 29:11). A la inversa, cuando Israel descuida la Toráh la “Mano Izquierda” predomina y con ella el poder del paganismo y las naciones gobiernan sobre Israel y dictan decretos tiránicos contra Israel y este se halla dispersado entre las naciones, como está escrito: “¿Por qué perece el país y está quemado como un desierto?.  Porque han olvidado mi Toráh”  (Yeremiyahu, Jeremías 9:12) R. Eleazar dijo: Efectivamente es así. Mientras las voces de los israelitas se oyen en las sinagogas y en las casas

de estudio, ellos son poderosos: “La voz es la voz de Yaakov”. Pero si no, “la tierra está en manos de Esaú” (Bereishís, génesis 27:22). como se explicó en otra ocasión. En la grandeza de tu excelencia tu vences a quienes se levantan contra ti. R. Ezequías encontró aquí la misma idea que en el versículo: “¿Por qué permaneces alejado, Oh Eterno? ¿Por qué te ocultas en tiempo de tribulación?” (Tehilím, Salmos 10:1). Dijo: A causa de los pecados de la humanidad, el Santo asciende cada vez más alto, y entonces los hombres claman amargamente pero sin provecho, porque el Santo ha partido del mundo y ellos no pueden retornar a El. Sin embargo, R. Yitzjak aplicó estas palabras al tiempo cuando el Santo se adornará con majestad frente a las naciones que se reunirán contra El, de las que está dicho: “Los reyes de la tierra se colocaron y los gobernantes conspiraron contra el Eterno y contra su ungido” (Tehilím, Salmos 2:2). Se nos ha dicho que setenta guardianes da las naciones se reunirán entonces desde todos los lados con los ejércitos de todo el mundo y emprenderán guerra contra Yirushalayim, la ciudad santa, y conspirarán contra el Santo. Dirán: “Levantémonos primero contra el Patrón y luego contra Su pueblo y contra Su santuario”. Entonces, “El que está sentado en los cielos reirá; el Eterno se burlará de ellos” (Tehilím, Salmos  5:4). Con Su majestad los quebrará en pedazos. R. Abba dijo, en nombre de R. Yose el Anciano —y R. Simeón hizo la misma observación— que el Santo traerá a la vida de nuevo a todos esos reyes que afligieron a Israel y a Yirushalayim: Adriano, Lupino. Nabucodonosor, Senaquerib y todos los otros reyes de las naciones que han destruido Su casa y los repondrá como gobernantes y ellos reunirán muchas naciones, y entonces El hará sobre ellas venganza y justicia cerca de Yirushalayim, como está escrito: “Y ésta será la plaga con la que el Eterno castigará a toda la gente que ha luchado contra Yirushalayim”(Zajariyahu, Zacarías 14:12). Por otra parte, se dice aquí: “En la grandeza de tu excelencia vencerás a tus adversarios”, que se refiera a los tiempos mesiánicos. Y así tiene este canto una significación eterna. El enemigo dijo, yo perseguiré, yo alcanzaré. “El enemigo” es el guardián celestial de los egipcios. Cuando se le dio poder sobre Israel, quiso exterminarlo, pero el Santo recordó los “montes del Mundo” (los patriarcas), y estos protegieron a los hijos de Israel. Y esto se aplica a todos los guardianes superiores de las naciones: todos ellos tienen el mismo deseo de eliminar a Israel, pero el Santo recuerda los méritos de los “Montes del Mundo” y protege a Israel. Cuando Moisés comprendió esto, cantó alabanzas al Santo, Bendito Sea, diciendo: ¿Quién es como Tú entre los dioses, Oh Eterno? R. Simeón dijo: Hay un árbol potente y maravilloso en la esfera celestial, que provee alimento a los seres de arriba y de abajo. Tiene doce fronteras y se extiende por los cuatro lados del mundo que lo encuadran. De él ascienden setenta ramas y empapan alimentos desde sus raíces. Cada rama, cuando llega el tiempo para que sea dominante, procura drenar toda la vida del árbol, que es la esencia de todas las ramas y sin la cual ellas no existirían. Israel adhiere al cuerpo principal del árbol y cuando llega su tiempo para ser dominante, procura proteger las ramas y darles paz a todas. Esto también se simboliza por los setenta toros ofrendados en la festividad de los Tabernáculos. Por eso dice: “¿Quién es como tú entre los dioses (elim), oh Eterno?”; elim en el sentido de “árboles”, como en el pasaje, “por que seréis avergonzados de los elim (terebintos) que deseasteis” (Yeshayahu, Isaías 1:29).  “¿Quién entre éstos es como Tú, que tienes piedad de todos?” ¿En medio de los que circundan al árbol hay alguno como Tú, anhelante de ser el guardián de todos, aunque los domina, no deseando destruirlos? “¿Quién es como Tú, glorificado en santidad?” Es decir, en ese supremo poder que se llama “Santidad”, “poder del Eterno”, “dulzura del Eterno”, como ya se asentó. ¿Quién es como Tú? R. Yose discurrió sobre el versículo: “Yo he visto todas las obras hechas bajo el sol y he aquí que todo es vanidad y correr tras el viento” (Koheles, Eclesiastés 1:14).    Dijo: ¿Cómo pudo Salomón, el más sabio de los hombres, decir que todas las acciones humanas son vanidad? ¿Puede decirse esto acerca de los actos de justicia y benevolencia, de los que está escrito, “y la obra de la justicia será paz”  (Yeshayahu, Isaías 32:17). Sin embargo, como se ha señalado, “Todo es vanidad” se refiere a las “obras que se hacen bajo el sol”, mientras que “la obra de la justicia” está encima del sol. Hasta aquí está bien, pero, ¿cuál es, entonces, el sentido de “todo es vanidad (hevel) y correr tras el viento” con respecto a las “obras hechas bajo el sol”? ¿No se nos ha enseñado que “hevel” es la base del mundo de arriba y del mundo de abajo? Se ha explicado de la manera siguiente, y que es verdadera. Cada acción que se hace aquí abajo, si se hace con la intención de servir al Rey Santo, produce un “viento” en el mundo de arriba, y no hay viento que no tenga voz. Y esta voz asciende y se corona en el mundo superior y se vuelve un intercesor ante el Santo, Bendito Sea. Por el contrario, cada acción que no se hace con este propósito se vuelve un “viento”, que flota por el mundo, y cuando el alma del hacedor abandona su cuerpo, este “viento” rueda como una piedra en una honda y “quiebra el espíritu”. Pero el acto que se hace y la palabra que se habla en el servicio del Santo asciende alto encima del sol y se vuelven un viento santo, que es la semilla sembrada por el hombre en este mundo y se llama tzedaká (justicia, benevolencia), como está escrito: “sembrad para vosotros de acuerdo a la justicia” (Hoshea, Oseas 10:12). Este “viento” guía al alma que ha partido y la lleva a la región de la gloria superior, de modo que está “unida en un mismo haz de vida con el Eterno” (Shmuel 1, 1° Samuel 25:29). Acerca de esto está escrito: “tu justicia irá delante de ti, y la gloria del Eterno será tu retaguardia” [156]. [156] I (Yeshayahu, Isaías 58:8).  Lo que se llama “la gloria del Eterno” recoge las almas de ese viento santo y esto es efectivamente para ellas holgura y comodidad; y el otro se llama “que quiebra el espíritu”. Felices son los justos cuyas obras están “encima del sol” y que siembran de justicia que los hace dignos de entrar en el mundo por venir, y acerca de quienes está escrito: “para vosotros que teméis Mi Nombre, se levantará el sol de justicia, (trayendo) salud en sus alas” (Malaki, Malaquías 3:20).  R. Simeón dijo: cuando se construyó el Templo abajo, fue construido bajo la égida de la severidad y la ira, como está escrito: “pues que esta ciudad ha sido para mí objeto de Mi ira y de Mi indignación, desde el día que la edificaron, hasta el día de hoy, para que Yo la quitara de Mi vista” (Yeremiyahu, Jeremías 32:31).  Pero en el tiempo por venir el Santo lo construirá y lo restaurará sobre otra base noble, llamada “Justicia”, como está escrito: “En justicia serás establecido” (Yeshayahu, Isaías 14:14). y por eso perdurará. Tú tendiste tu mano, la tierra los tragó. R. Yitzjak dijo: Los miembros de la Compañía han observado que cuando el Santo sacó a los egipcios muertos del mar, El pidió a la tierra “tómalos a tu interior”, pero ella se rehusó, hasta que El tendió Su diestra y la conminó; entonces ella los tragó. R. Eleazar dijo que el “tender” de la “mano derecha” era para separarla de la “izquierda” para que el juicio pudiera ejecutarse. Tú conduces a través de Tu misericordia al pueblo al cual redimiste; tú lo guías con tu poder a tu santa morada. Los atributos divinos se indican aquí de la misma manera que en el versículo: “tu mano derecha y tu brazo y la luz de tu rostro, porque los amaste” (Tehilím, Salmos 44:4).  “Tu diestra” corresponde a “tu misericordia” y simboliza Grandeza; “tu brazo”, que corresponde a “Tú los guías a través de Tu poder”, está para Guevurá (Poder); y “la luz de Tu rostro”, que corresponde a “Tu santa morada”, indica al Tzadik, al Justo. Temor y pavor se abatieron sobre ellos. R. Simeón interpretó la palabra hebrea utilizada aquí para pavor, en vez de la corriente, como significando “el temor de He”, es decir, la Shejiná, pues no hay en la Torá letra o palabra que no contenga alusiones profundas. Los traerás y plantarás en el Monte de tu heredad. La vav superflua en las palabras en hebreo que significan “tú los traerás y los plantarás” es una indicación que dio el espíritu Santo de que estas palabras se refieren a una generación posterior de israelitas a quienes circuncidó Josué y en quienes estaba impreso el signo santo del Nombre Divino. Ellos fueron calificados para heredar el país. Pues quien es circunciso y en quien se revela el signo santo y que lo guarda de profanación, se llama “justo”, y “los justos heredarán el país”  (Yeshayahu, Isaías 60:21). En verdad, no hay ni una palabra ni una letra pequeña en la Toráh que no contenga alusiones profundas e indicaciones santas. Feliz es la suerte de quienes las captan. R. Abba dijo: Felices son efectivamente los que son dignos de cantar el cántico en este mundo. Ellos serán considerados dignos de volver a cantarlo en el mundo por venir. Trátase de un himno construido de veintidós letras grabadas y de diez palabras de la Creación, es decir, las treinta y dos sendas de la sabiduría, y todas están inscriptas en el Nombre Santo y son la integración y la armonía de ese Nombre. Pero esto ya se explicó. R. Simeón dijo: Cuando los israelitas estaban junto al Mar Rojo y cantaron, el Santo, Bendito Sea, se reveló a ellos con todos Sus ejércitos y carrozas, a fin de que conocieran al Rey de ellos que había forjado todas esas señales y obras potentes para ellos y para que cada uno de ellos percibiera de lo Divino más de lo que fuera concedido a cualquier profeta. ¿Podría alguien decir que no conocían y no adherían a la Sabiduría Superior, si este canto que cantaron al unísono perfecto es una prueba de lo contrario? Pues, ¿cómo habrían podido, sin la inspiración del Espíritu Santo, cantar juntos como por una sola boca? Sí, aun los embriones en los vientres de sus madres lo cantaron al unísono y vieron cosas que el profeta Ezequiel no pudo ver. Todos ellos vieron la gloria Divina frente a frente, y cuando el cantar de ellos terminó, sus almas se llenaron tanto de júbilo y éxtasis que se negaron a continuar su viaje. Entonces Moisés le dijo al Santo: “Tus hijos son remisos de partir del mar, a causa de su anhelo de verte a Ti”. ¿Qué hizo el Santo? Ocultó su gloria y la transfirió desde allí al desierto, descubriéndosela allí a medias. Moisés les instó entonces varias veces a que continuaran, pero ellos se rehusaron, hasta que él los tomó y les mostró la luz de la gloria del Santo en el desierto. Acerca de esto está escrito: “Ellos salieron al desierto de Shur”, que si se lo interpreta, significa que fueron al desierto de “Mirar”. Y ellos fueron tres días en el desierto y no encontraron agua. En la Escritura “agua” está como un símbolo para la Torá: “Y bien, todo aquel que tenga sed, venid a las aguas”  (Yeshayahu, Isaías 55:1).  R. Yese observó: Pero el tiempo de otorgar la Toráh no había llegado aún, ¿y cómo podían ellos esperar encontrar allí esta “agua”? R. Eleazar dijo: Ellos salieron al desierto para ver la gloria del Santo, pero no pudieron verla por que El la retiró de allí. De esto aprendemos que “agua” es el símbolo de la Toráh y que el Santo y la Toráh son uno. R. Simeón dijo: allí en el desierto se les apareció un poder extraño, que representaba las naciones del mundo, el espíritu gobernante en el desierto, pero pronto descubrieron que no era la radiación de la Gloria de su Rey. De ahí que está dicho: Y cuando llegaron a Marah no pudieron beber de las aguas de Marah porque eran amargas, y no sintieron en sus almas la misma “dulzura” que antes. Más aún, este poder vino a actuar como un acusador contra ellos. Entonces él —Moisés— clamó al Eterno, y el Eterno le mostró un árbol, el cual, cuando lo arrojó en las aguas, las aguas se hicieron dulces. El “árbol” es un símbolo de la Toráh, la cual es “un árbol de vida para aquellos que se atienen a ella” (Mishlei, Proverbios 2:18). y la Toráh y el Santo, Bendito Sea, son uno. R. Abba dijo: El “árbol” es un símbolo directo del Santo, pues está dicho: “el árbol del campo es (el superior) Adán” (Devarím, Deuteronomio 20:19). El “campo” es el “Campo de las manzanas sagradas”. Así cuando se les manifestó la luz de la gloria de su Rey, “las aguas se hicieron dulces” y el acusador se volvió un intercesor. Allí hizo El para ellos un estatuto y ordenanza. R. Abba dijo: primero, cuando los israelitas entraron en la Alianza del Santo, algo les faltaba, es decir, el acto final de la circuncisión, de manera que el signo santo no les era manifiesto, pero tan pronto como llegaron a ese lugar entraron en ambos aspectos del signo santo, por hallarse desnuda su impronta. Los dos términos “estatuto” y “ordenanza” simbolizan estos dos aspectos. Y allí los puso a prueba, por este signo santo. En el libro de R. Yese el Anciano hay una interpretación recóndita de este árbol que El Eterno mostró a Moisés. Y dijo: Si escucharas diligentemente la voz del Eterno tu Dios. “Y dijo”; ¿quién dijo? Como no se indica directamente, se refiere al Santo, Bendito Sea. R. Ezequías señaló una expresión similar en el pasaje: “Y él dijo a Moisés: Sube al Eterno” (Shemót, Éxodo 24:1). R. Yose dijo que del contexto resulta claro a quién se refiere “él dijo”. Pero, ¿por qué el texto continúa, “si escucharás la voz del Eterno tu El Eterno” en vez de “Mi voz”? Para indicar esa voz a la comunión con la cual habían alcanzado. R. Abba dijo: Cuando se manifestó en ellos el signo santo, entraron en un dual estado santo, como ya se indicó antes. Y habiendo entrado en esas dos santas condiciones, a la vez entraron en comunión con otras dos condiciones santas, de modo que no fuesen privados de ninguna bendición de arriba, de las bendiciones que emanan del Rey Santo. Todo esto se indica en el versículo arriba citado: “Y él dijo”, es decir, el Rey Santo; “la voz del Eterno tu Dios” se refiere a la Shejiná como representando la Comunidad de Israel; “harás lo que es justo a Su vista” se refiere al Tzadik; “y prestará oído a Su mandamiento” se refiere a Nétzaj (victoria), mientras que hod (Majestad) se indica en las palabras: “Y guarda todos Sus estatutos”. Además, las palabras “Yo soy el Eterno que te cura” se refieren al Rey Santo. De esto aprendemos que quien guarda el signo del pacto alcanza eventualmente a la percepción del Rey Santo. R. Yitzjak dijo: El que es digno de la percepción del Tzadik también es digno de percibir Nétzaj y Hod, con cuya tríada es bendecida la Comunidad de Israel. Y el que es digno de esto alcanza la percepción del Rey Santo y, así, tiene comunión con todos los cuatro. En correspondencia con estos cuatro grados la santa impronta —de la circuncisión— ha de ser guardada de cuatro cosas (trato con una mujer en menstruación, con una esclava, con una mujer pagana y con una ramera). Si un hombre verdaderamente adhiere al Rey Santo, entonces “Yo no traeré ninguna de estas enfermedades que he traído contra los egipcios: porque Yo soy el Eterno que te cura”. Observad con qué ternura y amor habla el Santo de la cercanía de Israel a Su Toráh. Efectivamente fue como un padre que tiernamente conduce a su hijo a la escuela, prometiéndole cosas buenas. Y él Eterno dijo a Moisés, he aquí que Yo haré llover pan desde el cielo para vosotros. R. Judá citó aquí el versículo: Bienaventurado aquel que piensa en el pobre; en el día de tribulación el Eterno lo librará (Tehilím, Salmos 41:2). Dijo: Estas palabras se han aplicado a un hombre que yace peligrosamente enfermo. Uno así es prisionero del Rey, su nuca está enyugada y sus pies están encadenados. Desde cada lado guardianes lo cuidan. Sus miembros pelean entre sí y es incapaz de comer. Pero en su desamparo es designado un ángel guardián para cuidar por él e interceder en su favor ante el Rey, recordando todas sus virtudes y toda buena acción que hubiera efectuado. Feliz entonces es el consejero que enseña al afligido el camino de vida de modo que pueda ser liberado del juicio y ser devuelto a su Eterno; se vuelve un intercesor para él arriba. ¿Y cuál será su retribución? “El Eterno lo librará en el día de tribulación”. R. Jiyá dijo: A menudo me he sorprendido ante las palabras: “Porque el Eterno oye al pobre” (Tehilím, Salmos 66:34). ¿Acaso El oye solamente al pobre? R. Simeón respondió: Estas palabras significan que los pobres efectivamente están más cerca del Rey que todos los otros, pues está escrito “Oh El Eterno, no despreciarás un corazón quebrantado y contrito” (Tehilím, Salmos 51:18).  y nadie en el mundo tiene el corazón quebrantado como el pobre. Observad esto. La mayoría de los seres humanos aparecen ante el Santo en cuerpo y alma, pero el hombre pobre se presenta ante el Trono del Altísimo solamente en alma, y el Santo está más cerca del alma que del cuerpo. En un tiempo vivía en la vecindad de R. Yese un hombre pobre al que nadie prestaba atención. Y él se avergonzaba de pedir. Un día cayó enfermo, y R. Yese fue a visitarlo. Y cuando se sentó junto a la cama del enfermo, el Rabí oyó una voz que decía: “Rueda, rueda —es decir, la rueda del destino— un alma vuela hacia mí antes de que haya llegado su tiempo oportuno. Desdichados sus vecinos de ciudad porque ninguno se encontró entre ellos para sostenerlo y que pudiese vivir”. R. Yese, al oír estas palabras, se puso de pie y colocó en la boca del enfermo el líquido de cierta hierba y le dijo que bebiera. Y esto lo hizo transpirar tanto que la enfermedad se retiró de él, y se recuperó. Cuando R. Yese vino otra vez a la casa de ese hombre pobre, éste le dijo: “Por tu vida, Rabí. Mi alma efectivamente abandonó mi cuerpo y era conducida al Palacio del Rey y traída ante Su Trono. Y habría quedado allí por siempre, pero El Eterno quiso darte el mérito de devolverme a la vida. Yo los oí proclamar en los atrios más altos del Cielo: “El espíritu de R. Yese tendrá su morada en una cámara santa que los miembros de la Compañía ocuparán a su despertar”, y tres tronos fueron preparados para ti y para tus amigos. Así concluyó el hombre pobre. Desde ese tiempo sus vecinos miraban por él. Un relato similar se cuenta de R. Yitzjak. Estaba él un día caminando junto a la carretera cuando un pobre lo alcanzó. R. Yitzjak tenía en su mano una media mia (pequeña moneda) de plata; y también el hombre que lo alcanzó tenía en la mano una media mia. Y el hombre le dijo a R. Yitzjak: salva, te ruego, mi vida y la vida de mis hijos e hijas. R. Yitzjak dijo: ¿Cómo puedo hacerlo si no tengo más que media mia? Sin embargo —respondió el pobre— dos medias mias son mejor que una. Así, R. Yitzjak sacó su moneda y se la dio al hombre. Más tarde R. Yitzjak soñó que estaba caminando junto al mar en un lugar extraño y algunas personas querían arrojarlo en el mar y el pobre a quien había ayudado vino y lo sacó y lo trajo sano y salvo a R. Simeón. Cuando despertó vino automáticamente a sus labios el versículo: “Bienaventurado aquel que piensa en el pobre; el Eterno lo librará en el tiempo de tribulación”. Cada día caen gotas de rocío del Anciano Santo al “Rostro Menor” y todos los santos campos de manzanos son bendecidos. También desciende a los de abajo y provee alimento espiritual para los ángeles santos, a cada rango según su capacidad de percepción. Fue de este alimento que los israelitas participaron en el desierto: “cada uno de ellos comió el alimento de príncipes celestiales” (Tehilím, Salmos 58:26) R. Simeón dijo: Aun en este tiempo hay quienes participan de un alimento similar, y esto en medida doble. ¿Y quiénes son? Compañeros de la ciencia mística, que estudian la Torá día y noche. Ved ahora, cuando los israelitas salieron de Egipto y fueron al desierto, uniéndose con el Rey Santo, cuando el signo de la Alianza se manifestó en ellos en su plenitud, se les otorgó un alimento más espiritual, más elevado que el alimento del “pan sin levadura” que comieron inmediatamente después de abandonar Egipto. Porque del maná está dicho: “Yo haré llover pan del cielo para vosotros”. Fue efectivamente alimento celestial, que emanaba de la esfera que se llama “cielo”. Pero los hijos de la Sabiduría, es decir, los estudios de la Toráh, extraen su alimento de una región aún más elevada, de la esfera de la Sabiduría, como está escrito: “La sabiduría mantiene con vida a sus poseedores” (Koheles, Eclesiastés 7:12). R. Eleazar preguntó: Si es así, ¿por qué son más frágiles que los hombres comunes? R. Simeón contestó: Es una buena pregunta, y la respuesta es como sigue. El alimento ordinario con el cual se nutre la mayoría de la gente está constituido de los elementos del cielo y la tierra y por eso es de una gruesa calidad material. El pan sin levadura que los israelitas comieron cuando abandonaron Egipto emanaba de la esfera del “Juicio” y era algo más fine en calidad. El maná era un alimento aún más fino que emanaba de la esfera del “Cielo” y el alma lo asimilaba más que el cuerpo, era “pan de ángeles”. Pero el alimento de los “absortos en la Toráh solamente nutre al alma y al espíritu, pero no al cuerpo, pues viene de la esfera de la “Sabiduría”, de la región superior más elevada y más gloriosa. De ahí que no sea de asombrarse que los hijos de la Sabiduría sean más frágiles que otros hombres, pues ellos no comen del todo el alimento del cuerpo. En verdad, “la Sabiduría mantiene con vida a quienes la poseen”. Bendito es el cuerpo que puede sacar beneficio del alimento del alma. R. Eleazar observó entonces: Es efectivamente así, ¿pero dónde encontramos estos alimentos en nuestros días? R. Simeón contestó: Esta también es una buena pregunta y la respuesta real es así. Primero, está el alimento para toda la humanidad, el alimento natural para los hombres comunes. Luego está el alimento que emana de la esfera de la “justicia”, el alimento del pobre, que se vuelve “beneficencia”, tanto para el que da como para el que recibe: La “justicia” se vuelve “misericordia”, y “un hombre de misericordia hace bien a su propia alma”(Mishlei, Proverbios  11:17).  Un alimento superior es aquel con el cual se nutre la gente enferma, el alimento del Santo, como está dicho: “El Eterno lo sustentará sobre el lecho de dolor” (Tehilím, Salmos 41:4). como si fuera alimento de sacrificio, acerca del cual está dicho “para sacrificar para Mí sebo y sangre” (Yejezkel, Ezequiel 44:15). Luego está el alimento de los espíritus y las almas, un alimento superior, santo y precioso, que emana de la “Dulzura del Eterno”. Pero, como he dicho, el más fino y más precioso alimento es ese con el cual se sostienen los estudiosos dedicados a la Toráh, pues la Toráh emana de la esfera de la Sabiduría superior, y aquellos cuyas mentes están concentradas en ella entran en la esencia misma de la Sabiduría y su alimento deriva de esa fuente santa. Vino entonces R. Eleazar y besó la mano de R. Simeón y dijo: Verdaderamente estoy dichoso de oír tales palabras. Benditos los justos que meditan sobre la Torá día y noche, benditos son en este mundo y benditos son en el mundo por venir. En verdad, “El es tu vida y la largura de tus días” (Devarím, Deuteronomio 30:20). Ved, Yo haré llover pan del cielo para vosotros. R. Yose meditó aquí sobre el versículo: “Tú abres tu mano y satisfaces a toda cosa viviente de acuerdo a tu voluntad” (Tehilím, Salmos 145:16). Dijo: En el versículo precedente está escrito: “Los ojos de todos esperan de ti y tú les das su comida en la debida estación”. Todos los seres vivientes esperan y levantan sus ojos al Santo por alimento, pero los “hijos de la Fe” no solamente deben esperar, sino que también deben orar por su pan diario. Tal plegaria tiene el poder de traer bendición cada día sobre el Árbol del cual emana todo alimento para el cuerpo y el alma. Así, aunque tenga bastante alimento, un hombre de fe debe rogar por el “pan diario” a fin de que por él pueda cada día ser un incremento de bendición en el cielo, y este es el sentido de las palabras “Bendito sea el Eterno de día”. Por esta razón no es justo cocinar un día alimento para el  siguiente, para que no interfiera un día con el otro respecto de las bendiciones arriba. Por eso se dice respecto del Maná: “El pueblo saldrá y recogerá una porción diaria cada día” (Shemót, Éxodo 16:4).con excepción del sexto día, cuando preparaban para el Shabbos (Shemót, Éxodo 16:5). La plegaria por el pan diario asegura el favor del Anciano Santo, de modo que el alimento se distribuye a todos y el que ora así es efectivamente un “hijo fiel”, un hijo por cuya cooperación hay bendiciones en el cielo. R. Abba se detuvo en el versículo: “El Eterno se complace de aquellos que lo temen, de aquellos que esperan su misericordia” (Tehilím, Salmos 147:11).

Cuanto más debe uno tratar de andar por el camino del Rey Santo y por las sendas de la Toráh, a fin de convertirse en medio de bendición para todos, para los de arriba y los de abajo. Porque el Eterno dispensa favor a los que lo temen, y quienes lo temen a El son los que “esperan Su misericordia”, esto es, que dependen enteramente de El para su pan diario. R. Yese el Anciano nunca acostumbraba preparar su comida antes de rezar por ella. Acostumbraba decir: pidamos primero al Rey. Luego esperaba algún tiempo y decía: ha llegado el momento para que el Rey nos dé alimento; preparad la comida. Esta es la manera de los que temen al Eterno y a quienes aterra el pecado. En cuanto a los infieles, con ellos no ocurre así porque sus caminos son torcidos: “¡Ay de los que madrugan y corren tras la bebida embriagante” (Yeshayahu, Isaías 5:11).   Pero “el Eterno se complace... en los que esperan de Su misericordia”. Y en esto los hijos de la fe difieren de los otros. De ahí que está escrito: “el pueblo recogerá cierta ración cada día en su día, para que Yo pueda probarlos si andarán o no en mi Toráh”. La expresión peculiar “en su día” indica que los hijos de la fe son conocidos por su “diario” andar por el camino recto de la Toráh. R. Yitzjak encontró la misma verdad en el versículo siguiente: “El justo come para la satisfacción de su alma” (Mishlei, Proverbios 13:25). que él interpretaba como significando: “El justo toma su comida solamente después de que ha satisfecho su alma con la plegaria y el estudio”. R. Simeón dijo: Observad que antes de que el Santo diera a Israel la Torá. El trató de ver quién sería un hijo de la fe y quién no lo sería. ¿Cómo los puso a prueba? Por el Maná. Todos los que eran hijos de la fe estaban señalados con el signo de la corona de la Gracia por el Santo Mismo; y a los que no eran así, esta corona superior les era retenida. Se ha dicho a esa hora que Israel fue perfeccionada abajo de acuerdo a su prototipo de arriba, porque está escrito, “y ellos vinieron a Elim, donde había doce pozos de agua y setenta árboles de palmera” (Shemót, Éxodo 15:27). Y bien, el Árbol Santo —Tiféret— se extiende a doce confines en los cuatro rincones de la tierra y a setenta ramas estrechamente entretejidas, de modo que lo que era arriba tuviera aquí abajo su contraparte. A esa hora santa caía rocío del Ancianísimo Oculto y llenaba la cabeza del Rostro Menor, el lugar que se llama “Cielo”. De este rocío de la superior luz santa descendía el maná, y al hacerlo se dispersaba en copos y  se solidificaba “tan menudo como la escarcha helada en el suelo” (Shemót, Éxodo 16:14). Y todos los hijos de la Fe salieron, lo recogieron y alabaron por ello al Nombre Santo. El maná difundía los perfumes de todas las especias del Jardín del Edén, por el cual pasaba al descender. Cada uno encontraba en el maná el gusto que más deseaba. Y cuando comía bendecía al Superior Rey Santo por Su bondad y era, a la vez, bendecido con entendimiento de la Sabiduría Superior. Por eso a esa generación se la llamó “la generación del conocimiento”. Fueron éstos los hijos de la Fe y se les dio el privilegio de contemplar y comprender la santa Torá. Pero de aquellos que no fueron verdaderamente fieles está escrito “y la gente merodeaba y juntaba el maná” (Bamidbar, Números 11:8). La palabra hebrea que significa merodeaba indica que esa gente permitía que la “estupidez” —la palabra hebrea está emparentada con la que significa merodeaban— entrara en ella, porque no se trataba de hijos de la Fe. ¿Y de ellos qué leemos? “Y lo pulverizaban en molinos o lo machacaban en un mortero” (Bamidbar, Números 11:8). ¿Por qué se avenían a toda esta turbación? Meramente porque no eran hijos de la Fe. Son los prototipos de aquellos que no tienen fe en el Santo, Bendito Sea, y no desean meditar sobre Sus caminos; ellos igualmente Trabajan día y noche por el alimento, temerosos de que les escasee el pan, y todo esto porque no son de los fieles. Así, “el pueblo merodeaba y recogía” y “lo molía”, haciendo diversos esfuerzos tontos y gran trabajo. ¿Y de qué les valió toda su turbación? Solamente esto: “y su sabor era el sabor de aceite fresco” (Bamidbar, Números 11:8). Ninguna otra retribución tenían. ¿Por qué? Porque no eran hijos de la Fe. En cuanto al gusto real del maná, algunos dicen que era el de engrudo mezclado con aceite, y algunos dicen que era solamente como engrudo en cuanto se lo podía moldear y machacar variadamente. R. Judá dijo que efectivamente sólo era el sabor de aceite fresco. R. Yitzjak dijo: Recoged de ello cada hombre de acuerdo a su comer (ojló). ¿Acaso el que comía poco recogía poco y el que comía mucho recogía mucho? ¿No está escrito “el que recogía mucho nada tenía en exceso, y al que recogía poco no le escaseaba” (Shemót, Éxodo 16:1). El término “ojló” significa que recogían de acuerdo al número de los consumidores. Fue de esta manera. Dos hombres podían disputar respecto de un servidor, diciendo cada uno que ella o él era suyo, y podían llevar su controversia ante Moisés para que él decidiera. El diría a cada uno: “¿Cuántas personas tienes en tu familia?” Y habiendo determinado esto, él ordenaba: “Que mañana cada uno recoja el maná de acuerdo al número de su gente y me lo traiga a mí todo”. A la mañana siguiente vendrían a Moisés y él contaba para cada persona de cada casa un omer. Al hacerlo encontraba que uno de los disputantes tenía sin embargo otro omer de más, por encima de la porción del número de las personas de su casa, lo que probaba que el servidor era suyo. De ahí que dice: “Un omer para cada hombre, de acuerdo al número de las personas”. Y aun entonces conoceréis... R. Yose dijo: ¿Cómo habían de conocer? Podemos explicarlo de la manera siguiente. Se ha enseñado que cada día se manifestarán los juicios del Santo, Bendito Sea, y por la mañana predomina en el mundo la Gracia, pero en el tiempo que se llama “anochecer” gobierna en el mundo la Justicia, y por esta razón, como lo hemos aprendido, Yitzjak instituyó la oración vespertina. Por eso se dice: “en el anochecer conoceréis”, es decir: cuando el Juicio es despertado en el mundo conoceréis que por el poder de ese juicio os ha sacado El Eterno del país, de Egipto. En cambio, “en la mañana percibiréis la gloria del Eterno” porque en todo ese tiempo la Gracia es despertada en el mundo y efectivamente traerá abajo alimento para vosotros y “se os dará alimento para comer”. R. Jiyá dijo: ¡No es así! El verdadero sentido de] pasaje es el opuesto, es decir que cuando los hijos de Israel dijeron “cuando estábamos sentados junto a la olla de carne”(Shemót, Éxodo 16:3). Entonces despertó el atributo de la Justicia, que el “atardecer” simboliza. Pero, sin embargo, la Gracia también despertó con ella, como se dice “conoceréis que el Eterno os sacó del país de Egipto”, es decir, conoceréis la Gracia que El os mostró en la hora del juicio al sacaros del Egipto. “En la mañana veréis la gloria del Eterno”, y sabemos lo que “Gloria” significa. ¿Y por qué todo esto? Porque El oyó vuestras murmuraciones contra el Eterno. R. Yose dijo: El Santo no altera sus juicios; es el malvado en el mundo quien hace de la Misericordia el Juicio, como ya lo aclaramos. R. Eleazar enseñó que en la edad venidera los justos comerán del maná, pero de una calidad mucho más elevada, una calidad que nunca se dio en este mundo, como está escrito: “Para ver la belleza del Eterno y para visitar su Templo” (Tehilím, Salmos 64:4). R. Ezequías discurrió sobre el versículo: “Canción de las subidas. Desde profundos abismos clamo a ti” (Tehilím, Salmos 130:1).  Dijo: Este Salmo es anónimo porque todos los hombres pueden aplicarlo a sí mismos en todas las generaciones. Quien ora ante el Rey Santo debe hacer así desde las profundidades de su alma de modo que su corazón pueda dirigirse plenamente a El Eterno y toda su alma pueda concentrarse en su plegaria. David ya había dicho antes “con todo mi corazón te busco” (Tehilím, Salmos 119:10). ¿Por qué, entonces, ahora ha de proseguir y decir “desde las profundidades”? La razón es que cuando un hombre ora ante el Rey debe concentrar su mente y corazón en la fuente de todas las fuentes, a fin de extraer bendiciones de la profundidad de la “cisterna”, de la fuente de toda vida, de la “corriente que viene de Edén” (Bereishís, génesis 2:19). que “alegra la ciudad de El Eterno” (Tehilím, Salmos 46:5).La plegaria es la extracción de esta bendición desde arriba hacia abajo. Pues cuando el Anciano, el Omnioculto, desea bendecir el universo, deja que Sus dones de Gracia se congreguen en esa profundidad superior, de donde han de ser sacados, mediante la plegaria humana, a la “cisterna”, de modo que todas las corrientes y arroyos puedan llenarse de ella. Y Moisés les dijo que nadie lo abandone hasta la mañana. R. Judá dijo: Cada día el mundo es bendecido por ese día superior, el Séptimo. Pues los seis Días reciben bendición del Séptimo, y cada uno dispensa la bendición así recibida sobre su propio día, pero no sobre el siguiente. De ahí que a los israelitas se les ordenó no abandonar el maná hasta la mañana. El sexto día tiene más bendiciones que los restantes, porque en ese día, como dijo R. Eleazar, la Shejiná prepara la mesa para el Rey. De ahí que el sexto día tiene dos porciones, una por sí mismo y una en preparación para el gozo de la unión del Rey con la Shejiná, que tiene lugar en la noche del Shabbos y de la cual todos los seis días de la semana derivan su bendición. Por esta razón la mesa ha de prepararse en la noche de Shabos, de modo que cuando las bendiciones desciendan de arriba puedan encontrar algo en lo cual descansar, pues “ninguna bendición se posa en una mesa vacía”. Quienes conocen este misterio de la unión del Santo con la Shejiná en la noche de Shabbos consideran, por eso, este tiempo como el más adecuado para su propia unión marital. Ved para qué el Eterno os ha dado el Shabbos. ¿Cuál es el sentido de la palabra “Shabbos”? El día en el cual todos los otros días descansan, el día que comprende los otros días y del cual derivan bendición. R. Yose dijo: También la Comunidad de Israel se llama “Shabbos”, porque ella es la esposa de El Eterno. Es por eso que al Shabbos se lo llama “Novia”, y está escrito, “Guardaréis el Shabos, porque es santo para vosotros” (Shemót, Éxodo 31:13). o sea, es santo para vosotros, pero no para otras naciones. “Es una señal entre Mí y los hijos de Israel” (Shemót, Éxodo 31:17).  Es la eterna herencia de Israel. Permaneced cada hombre en su lugar, que ningún hombre salga de su lugar en el séptimo día. Este “lugar” es el “Lugar” donde es correcto el caminar. El significado intrínseco de ]a palabra es como en el versículo: “Quítate tus calzados de tus pies, porque el lugar donde te hallas parado es suelo santo” (Shemót, Éxodo 3:5). el Lugar señalado, es decir, la etapa de la contemplación, donde uno sabe de la Gloria Superior. Por eso cuando el hombre se adorna con la superior Corona Santa, es decir, cuando celebra el Shabos, debe poner gran cuidado en no pronunciar ninguna palabra que pueda profanar al Shabos, y de manera similar ha de cuidar también sus manos y sus pies, de manera de no caminar más allá del límite permitido de dos mil cubitos. Además, el “lugar” aquí se refiere al glorioso Lugar de la Santidad, fuera del cual hay “el Eternoes extraños”. “Bendita sea la gloria del Eterno” es la Gloria Superior; “desde Su lugar” es la Gloria terrena. Este es el secreto de la Corona Sabática. Por eso, “que ningún hombre salga de su lugar en el séptimo día”. Bendita es la suerte de quien es digno de la gloria del Shabos. Bienaventurado en este mundo y bienaventurado en el mundo por venir. Y el Eterno dijo a Moisés, anda delante del pueblo y toma contigo. R. Jiyá comenzó su interpretación citando el versículo siguiente: “El ángel del Eterno asienta campamento en derredor de los que Lo temen, y los salva” (Tehilím, Salmos 34:8) Dijo: Benditos son los justos por el honor de los cuáles el Santo se preocupa más que por el Suyo propio. ¡Ved cómo El ignora a los que escarnecen y blasfeman lo Superior! Senaquerib, por ejemplo, dijo: “¿Quiénes entre todos los el Eternoes de los países son los que han librado sus tierras de mi mano, para que pueda el Eterno librar a Yirushalayim de mi mano?” (Melajím 2, 2°  Reyes 18:35). y sin embargo el Santo no reclamó de él compensación. Pero tan pronto como extendió su mano contra Ezequías “el Ángel

del Eterno golpeó en el campamento de los asirios” (Melajím, 2, 2° Reyes 19:15).  Jeroboam el hijo de Nebat, adoraba a dioses paganos, les trajo incienso y les hizo sacrificios, y, sin embargo, El Eterno no lo castigó por su pecado. Pero cuando el profeta vino para advertirle, y Jeroboam extendió su mano contra él, entonces “se le secó su mano que había extendido, de modo que no pudo hacerla volver en sí” (Melajím 1, 1° Reyes 13:4).Faraón escarneció y blasfemó y dijo: “¿Quién es el Eterno?” (Shemót, Éxodo 5:2). pero el Santo no lo castigó hasta que se rehusó a dejar salir a los hijos de Israel, como está escrito: “Como aún te exaltas contra mi pueblo... pues he aquí que el día de mañana, como a esta hora, haré llover granizo” (Shemót, Éxodo 9:17-81). Y así es el caso siempre que el Santo venga el insulto hecho a los justos más que uno dirigido contra El. Pero, aquí, cuando Moisés dijo “un poco más y me apedrearán” (Shemót, Éxodo 17:4).  El Eterno le dijo:“Moisés, ahora no es el tiempo para reclamar reparación por el insulto que te infirieron. Pero, anda delante del pueblo, y yo veré quién extenderá su mano contra ti. ¿Estás en poder de ellos o en mi poder?” Y la vara con la que golpeaste el río tómala en tu mano. La vara debió ser tomada porque tenía inscriptos milagros y el Nombre Santo estaba impreso en ella. Y he aquí que yo estaré delante tuyo allí sobre la roca. Esta “roca” es la misma que se menciona en el versículo: “La roca, perfecta es su obra” (Devarím, Deuteronomio 32:4). Y así como la vara había sido antes una serpiente, Moisés aquí conoció “el camino de una serpiente sobre una roca” (Mishlei, Proverbios 30:19). R. Judá dijo: Si es así, ¿qué hemos de hacer con las palabras siguientes: “y tú golpearás la roca y saldrá de ella agua”? R. Jiyá respondió: Ciertamente es así. De todos los nombres del Santo, Bendito Sea, no hay ninguno que no efectúe señales y maravillas produciendo todo lo que el mundo necesita. R. Judá objetó: ¿Pero no dice acaso “he aquí que él golpeó la roca y las aguas se derramaron”? (Tehilím, Salmos 105:41).  R. Jiyá respondió: un martillo fuerte se conoce por las chispas que produce, es decir, una mente aguda se reconoce por los problemas que plantea, ¿y tú haces tal pregunta? Escuchad. En todas partes “roca” simboliza “Guevurá” (Fuerza), y cuando el Santo quiere herir y golpear, es despertada esta Guevurá y es ella la que ejecuta el acto. De ahí que leemos: “La roca golpeó y las aguas se derramaron”. Sin esto las aguas no se habrían derramado. R. Judá dijo: ¿Pero no está escrito “has descuidado la roca que te ha engendrado”, o, como nosotros interpretamos, “debilitado”? (Devarím, Deuteronomio 32:18). R. Jiyá contestó: ¡Seguramente! Porque si los pecadores conocieran que esta roca iba a ser despertada para castigarlos, no pecarían. Pero es débil en su estimación porque ellos no la contemplan ni observan sus caminos.

R. Abba dijo: Hay dos Rocas: de la Roca Superior emana una Roca inferior. Es decir, del lado de la “Madre” viene “Fuerza” (Guevurá), como ha dicho R. Eleazar que aunque la Madre Superior n Sí misma no significa Juicio, sin embargo el juicio sale del lado de Ella, pues de ella emana Guevurá. Por eso se la llama “Roca Superior”. Y en el mismo versículo las palabras “y has olvidado al El Eterno que te formó” se refieren al brillo del Padre, es decir, a la Gracia Superior. R. Abba dijo luego: Sabemos que “agua” simboliza en todas partes la bondad de El Eterno, la “Gracia”, y, sin embargo, el Santo, Bendito Sea, en esta ocasión hizo que el agua viniera de la “Roca”, del símbolo del Juicio, aunque debía conectarse con la “Grandeza” que es igual a Gracia. Pero en esto consistieron la “señal” y la maravilla del Santo: “el cual convirtió la Roca en un lago” (Tehilím, Salmos 114:8).  “Convirtió” sugiere que no es función usual de la Roca producir agua. Por eso El hizo que el agua viniera del lugar de abajo por medio de la Roca Superior. ¿Y cuál es el nombre del lugar de abajo? “Sela”, pues está escrito “y traerás para ello agua de la Roca (sela)” (Bamidbar, Números 20:8). ¿Y con qué produjo agua este sela? Por el poder de la Roca Superior. R. Simeón dijo: Moisés en su Canto dijo primero “la Roca, perfecta es su obra” (Devarím, Deuteronomio 32:4), refiriéndose a la ocasión cuando de la Roca salió agua, haciendo la obra de aquel a quien se llama “perfecto”, es decir Abraham (Bereishís, génesis 18:1). el cual simboliza la Gracia. Pero, en la segunda ocasión, cuando Moisés trató de producir agua de esa roca (Bamidbar, Números 20.11) no se dirigió a “perfección”, a causa de los pecados de Israel. Y con referencia a esto Moisés dijo: “Has debilitado la Roca que te engendró” (Devarím, Deuteronomio 32:15). significando: “la has debilitado de lo que era para antes; ahora no representa perfección, sino juicio; ahora no es lo que fue cuando fuiste engendrado como un pueblo”. R. Abba dijo: ¿Qué querían decir los israelitas cuando dijeron: el Eterno está entre nosotros o no? ¿Eran tan ciegos como para no saber que El estaba en medio de

ellos? ¿La Shejiná no los cercaba y las nubes de gloria no los rodeaban? ¿No vieron la radiación de la gloriosa majestad de su Rey junto al mar? Pero, según lo explicó R. Simeón, lo que hay es que ellos deseaban saber si la manifestación Divina que ellos habían experimentado era la del Anciano, el Omnioculto, el Trascendente, cuya designación es Eyin (Nada), porque él está por encima de la comprensión, o del “Rostro Pequeño”, él Inmanente llamado YHVH. De ahí la palabra “eyin” que se emplea en vez de la palabra “lo” (no). Si es así cabe preguntar: ¿Por qué fueron castigados? Porque diferenciaban entre estos dos aspectos de El Eterno y “tentaron al Eterno” porque se dijeron: “Si es el Uno, oraremos de una manera, y si es el Otro, oraremos de otra manera”. Entonces vino Amalek y luchó contra él en Refidim. R. Yose citó en relación con esto el versículo siguiente: Bienaventurados vosotros que sembráis junto a todas las aguas; que enviáis a tales labores los pies del buey y del asno (Yeshayahu, Isaías 32:20). Dijo: El agua tiene mucho significado simbólico; hay muchas clases de agua. Bienaventurados los israelitas que “siembran junto al agua”, el agua que está debajo de las ramas del Árbol del Santo, un Árbol grande y potente, que contiene alimento para todo el universo. Este Árbol está cercado por doce fronteras y se junta a los cuatro lados del mundo y tiene setenta ramas e Israel está en el “cuerpo” del Árbol y las setenta ramas lo rodean. Esto lo simbolizan los “doce pozos de agua y los setenta árboles de palmera” como lo hemos explicado a menudo. Pero, ¿qué significan las palabras “y ellos acamparon allí junto al agua”? Esto. En ese tiempo los israelitas tenían control sobre las aguas que están debajo de las ramas de ese Árbol, las que se llaman “las aguas bullentes” (Tehilím, Salmos 124:5). Y este es el sentido de las palabras “bienaventurados vosotros los que sembráis junto a las aguas y enviáis allí los pies del buey y del asno”. Los israelitas, cuando son meritorios, dejan de lado todos estos malos poderes y no tienen dominio sobre ellos. R. Abba dijo: Cuando los dos, es decir el buey y el asno, están unidos, los habitantes del mundo no pueden levantarse contra ellos. Por esto está prohibido “arar con un buey y un asno juntos” (Devarím, Deuteronomio 22:10).De ellos, cuando están unidos, emana el poder que se llama “perro”, que es más insolente que todos ellos. El Santo, Bendito Sea, dijo: “¿Decís, está el Eterno en medio de nosotros, o no? He aquí que yo os entregaré al perro”, e inmediatamente vino Amalek. R. Judá dijo: Está escrito: “Amalek es primero de las naciones; pero su fin último será que perecerá por siempre (Bamidbar, Números 24:20). ¿Acaso Amalek fue la primera de las naciones? ¿No hubo muchas tribus, naciones y pueblos en el mundo antes de que viniera Amalek? Pero el sentido es que Amalek fue la primera nación que no temió proclamar guerra contra Israel, como está dicho, “y no temió a El Eterno”(Devarím, Deuteronomio 24:18). Mientras las otras naciones estaban llenas de temor y temblor ante Israel en el tiempo del Éxodo, como está dicho: “Los pueblos oyeron y estaban intimidados; el temblor se abatió sobre los habitantes de Peleshet” (Shemót, Éxodo 15:14). En realidad, fuera de

Amalek no hubo nación que no tuviera pavor ante las patentes obras del Santo, Bendito Sea. Por eso “su fin último será que perecerá por siempre”, R. Eleazar dijo: Observad que aunque la “Roca”, es decir, la Guevurá, Severidad, los trató graciosamente al proveerles de agua, no dejó, sin embargo, de efectuar su función natural, de modo que “Amalek vino”.R. Abba discurrió sobre el versículo: Hay un mal grave que he visto debajo del sol: la riqueza guardada por su dueño para su desgracia (Koheles, Eclesiastés 5:12).  “Hay un mal grave”. ¿Acaso hay dos clases de mal, uno que es grave y otro que no es grave? Sí, efectivamente. Hay un mal particularmente grave, porque tenemos una tradición de que del Lado de la Izquierda emanan muchos emisarios de castigo que bajan al hueco del gran Mar, y entonces emergen en un cuerpo y, hendiendo el aire, avanzan sobre los hombres. Cada uno de ellos se llama “mal”, y es a esto que se refieren las palabras “ningún mal se abatirá sobre ti” (Tehilím, Salmos 90:10). Cuando uno de estos “males” ataca a un hombre, lo hace miserable con su dinero, de modo que cuando uno que colecta para caridad o un pobre vienen a él, extiende su mano diciendo “no os hagáis pobres”. Pero ni siquiera le dejará comprar aumento para sí mismo. En realidad, desde el momento en que ese “mal” viene sobre el hombre, él está “grave” como un enfermo que no puede comer ni beber. El rey Salomón proclamó en su sabiduría: “Hay un mal que he visto debajo del sol... Un hombre a quien El Eterno ha dado riqueza, fortuna y honor, de modo que nada le faltaba a su alma de todo lo que deseaba, pero El Eterno no le dio poder para comer de ello, sino que lo comió un extraño” (Koheles, Eclesiastés 6:1-2). Aparentemente el fin de este versículo estaría en contradicción con el comienzo: Si El Eterno le ha dado riqueza, etc., ¿cómo

podemos decir que no tiene poder sobre ello? Pero, el sentido es que no tiene poder sobre ese “mal” al cual tiende y se entrega, y por eso es como un enfermo que no come ni bebe, y guarda su dinero hasta que deja este mundo y viene otro hombre y toma posesión de él y se vuelve su dueño. También podemos explicar el versículo de la manera siguiente. Cuando un hombre joven que vive cómodamente en la casa de su padre comienza a quejarse de diversas maneras y a hacer reclamos, diciendo “Quiero esto y no quiero aquello”, él se liga a ese “triste mal” y será castigado en este mundo y en el mundo por venir. Respecto de un caso así, el Rey Salomón dijo: “hay un triste mal... la riqueza guardada para sus dueños en perjuicio de ellos”. Tal fue el caso de los israelitas: el Santo, Bendito Sea, los condujo en alas de águilas, los rodeó con las nubes de la gloria, hizo que la Shejiná anduviera delante de ellos, les dio maná para comer y agua dulce para beber, y, sin embargo, ellos se quejaron. De ahí, “y vino Amalek”. R. Simeón dijo: Hay una alusión profunda en el nombre Refidim. Esta guerra emanó del atributo del Juicio Severo y fue una guerra arriba, y abajo una guerra. El Santo dijo: Cuando Israel es meritorio abajo Mi poder prevalece en el universo. Pero cuando Israel resulta siendo no meritorio, debilita mi poder abajo, y el poder del juicio severo predomina en el mundo. Así, aquí, “Amalek vino y luchó contra él en Refidim”, porque los israelitas eran “débiles” en el estudio de la Torá, como lo explicamos en otra ocasión. Y Moisés dijo a Josué, elige hombres de nosotros y sal a luchar con Amalek. ¿Por qué se abstuvo Moisés de luchar la primera batalla que El Eterno Mismo ordenó? Porque fue capaz de adivinar el verdadero sentido de la orden de su Amo. De ahí que dijo: “Yo me prepararé para la guerra arriba y Tú, Josué, prepárate para la guerra abajo”. Este es el sentido de las palabras “Cuando Moisés levantó su mano, Israel prevaleció”, es decir, arriba. Por eso Moisés no participó en la lucha sobre la tierra, para que pudiese lanzarse con celo mayor a la guerra en el Cielo y así promover la victoria sobre la tierra. R. Simeón dijo: no pensemos con ligereza de esta guerra con Amalek. Verdaderamente, desde la creación del mundo hasta entonces y desde entonces hasta la venida de , no hubo ni habrá guerra como esa, ni aun la guerra de Gog y Magog puede compararse con ella. Y esto, no por causa de los fuertes ejércitos que en ella participaron, sino porque se libró contra todos los atributos del Santo, Bendito Sea. Y Moisés dijo a Josué. ¿Por qué a él, que era entonces sólo un “joven”? (Shemót, Éxodo 33:11). ¿No había en Israel guerreros mayores que Josué? La razón fue que Moisés con su sabiduría sabía que no iba a ser simplemente una batalla contra carne y sangre, sino contra Samael, que estaba bajando para apoyar a Amalek. Y bien, Josué, “el joven”, había alcanzado en ese momento un alto grado de percepción espiritual, no, ciertamente, tan alto como Moisés, el cual estaba unido a la Shejiná, pero su alma estaba, efectivamente, ligada a la región superior que se llama “Juventud” (que equivale á Metatrón). Y cuando Moisés advirtió que Samael estaba yendo a luchar por Amalek, pensó: “este joven, Josué, seguramente lo enfrentará y prevalecerá”,

y por eso le dijo: “anda y lucha contra Amalek. Es tu batalla, la batalla aquí abajo, y yo me prepararé para la batalla arriba. Elige hombres dignos, justos e hijos de justos, para acompañarte”. R. Simeón dijo: En el momento cuando Josué, “el joven”, partió para luchar con Amalek, el “Joven” arriba se movilizó y se equipó con armas preparadas por su “Madre” (la Shejiná) para la batalla, a fin de “vengar la alianza” con la “espada” (Shemót, Éxodo 17:13). Moisés se equipó para la guerra de arriba. “Sus manos estaban cansadas”(Shemót, Éxodo 17:12). es decir, “manos de peso, honorables, santas”, que nunca habían sido contaminadas, manos dignas de librar la guerra arriba. Y ellos tomaron una piedra y la colocaron debajo de él y él se sentó sobre ella: para participar en la desdicha de Israel. Y Aarón y Hur velaron por sus ruanos, el uno a un lado y el otro al otro lado; y sus manos estaban seguras. Esto no se puede tomar en el sentido literal. Lo que significa es que Aarón representaba a su “lado” (el atributo de la Gracia), Hur su “lado” (el atributo de la Fuerza), y las manos de Moisés entre los dos representaban la Fe. Y aconteció que cuando Moisés levantaba su mano, Israel prevalecía, y cuando bajaba su mano, prevalecía Amalek. Aquí “mano” se refiere a la mano derecha que tuvo levantada encima de la izquierda, y mientras hizo así, Israel, es decir el Israel Superior, prevalecía; pero cuando Israel abajo cesaba de orar, Moisés no podía mantener levantada su mano y “Amalek prevalecía”. De lo cual extraemos la lección de que aunque el sacerdote extiende sus manos en el sacrificio para que sea completa su mediación, Israel debe sin embargo cooperar con él en la plegaria. Y él Eterno dijo a Moisés, escribe esto para un memorial en el libro... Observad que en el versículo anterior se dice “Y Josué incapacitó a Amalek y su pueblo con el filo de la espada”, ¿Por qué se emplea aquí la palabra “incapacitó” en vez de “mató”? Porque la palabra que significa incapacitar tiene también otro significado, o sea, “tomar prisioneros” (Yeshayahu, Isaías 13:2). En realidad, Josué primero tomó prisioneros y luego la espada, ejecutando la venganza del pacto, los mató. Escribe esto para un memorial: “esto” en el primar lugar, y repítelo en los oídos de Josué, es decir, que él está destinado a matar otros reyes. Porque yo borraré. Es decir, los eliminaré; es decir, tanto sus fuerzas celestiales como su poder aquí abajo. De manera similar el recuerdo de ellos en lo alto tanto como abajo. R. Yitzjak dijo: Aquí está escrito: “Porque Yo los borraré”, mientras que en otro pasaje se dice “Tú borrarás el recuerdo de Amalek” (Devarím, Deuteronomio 25:19). El Santo, Bendito Sea, dijo en efecto: “Borraréis su recuerdo sobre la tierra y yo borraré su recuerdo en lo alto”. R. Yose dijo: Amalek trajo consigo otros pueblos, pero todos los demás temieron comenzar la guerra contra Israel. De ahí que Josué “tiró la suerte” sobre a quién de ellos matar. Y Moisés construyó un altar y lo llamó con el nombre YHVH NISSI (el Eterno es mi señal). Construyó un altar abajo para corresponder al Altar arriba. R. Yose dijo: El propósito del altar era traer expiación y perdón para ellos. “Llamó con el nombre”, es decir, el nombre del altar, “YHVH NISSI”, exactamente como Yaakov llamó al altar que él construyó El Elohé Yisrael, “el El Eterno, el El Eterno de Israel” (Bereishís, génesis 33:20). Quería indicar que el milagro se forjó para ellos porque habían sido apropiadamente circuncidados, de modo que la señal del Pacto estaba visiblemente impresa en ellos. De ahí aprendemos que cuando un padre efectúa el acto de circuncisión en su hijo, que revela la impresión de la señal del Pacto Santo, el acto sacrificial es un altar de propiciación. R. Yose dijo: ¿Cómo hemos de entender las palabras “Y ellos vieron al El Eterno de Israel”? (Shemót, Éxodo 24:10). ¿Quién puede ver al Santo? ¿No está escrito: “Ningún hombre puede verme a Mi y vivir”? Significa que sobre ellos apareció un arco iris en radiantes colores resplandecientes con la belleza de Su gracia. Por eso, el dicho de que quien mira un arco iris mira a la Shejiná. Por la misma razón no se debe mirar los dedos de los sacerdotes cuando ellos extienden sus manos para bendecir al pueblo (la Shejiná se muestra a través del enrejado, es decir, a través de los dedos de los sacerdotes). R. Yose dijo luego: Ellos vieron la luz de la Shejiná, es decir, a aquel a quien se llama “el Joven” (Metatrón Enoj) y que ayuda a la Shejiná en el Santuario celestial. En cuanto a “la obra pavimentada de un ladrillo de zafiro” que se menciona en el mismo versículo, era una impresión de uno de los ladrillos con los cuales los egipcios “amargaron” las vidas de los hijos de Israel (Shemót, Éxodo 1:14).  Hay un relato referente a una mujer hebrea en Egipto que, cuando le nació un hijo, temiendo el decreto de Faraón, lo escondió bajo un ladrillo. Entonces se tendió una mano y tomó el ladrillo y lo colocó bajo el “pie” de la Shejiná. Allí permaneció hasta que el Templo fue quemado. Es acerca de esto que está escrito en el libro de Lamentaciones (II, 1): “él no recuerda el escabel de sus pies en el día de su cólera”. R. Jiyá dijo: La radiación del Zafiro se extendió hacia setenta y dos lados, de acuerdo con los setenta y dos Nombres Divinos. El Eterno mantendrá guerra con Amalek de generación en generación. R. Judá dijo: Nunca hubo una generación de hombres ni nunca habrá tal en este mundo, sin esta mala simiente, y el Santo, Bendito Sea, libra Su guerra contra ella. A su respecto está escrito: “Que los pecadores sean consumidos de sobre la tierra y que no haya más inicuos. ¡Bendice al Eterno, Oh alma mía. Aleluya!” (Tehilím, Salmos 104:35).

 

 

FIN DE BESHALAJ

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