CENTRO CABALISTA
ENERGÍA CÓSMICA TECNO/MENTE

ZOHAR Vaera Jaye Sara

 

VAERA 

 
“Y el Eterno se le apareció”. R. Jiyá comenzó a discurrir sobre el versículo: “Las flores asoman sobre la tierra, ha venido el tiempo del canto y en nuestro país se oye la voz de la tórtola”. (Shir hashirím, Cantar de Cantares 2:12. Dijo: Cuando el Eterno creó el mundo, dotó a la tierra con toda la energía que ella requería, pero la tierra no produjo hasta que apareció el hombre. Mas, cuando el hombre fue creado, todos los productos que se hallaban latentes en la tierra aparecieron sobre el suelo. De manera similar, el cielo no impartió fuerza a la tierra hasta que vino el hombre. Así, está escrito: “Las plantas todas de la tierra aún no habían brotado, pues el Eterno no hizo llover sobre la tierra, y no había hombre para cultivar el suelo” (Bereishís, Génesis 2:5), es decir, todavía se hallaban escondidos en el seno de la tierra todos los productos de ella que aún no se habían mostrado, y los cielos se abstenían de mandar lluvia sobre la tierra, porque aún no estaba creado el hombre. Pero, cuando el hombre apareció, enseguida “aparecieron las flores sobre la tierra”, se revelaron todas sus fuentes latentes; “vino el tiempo del canto”; la tierra estaba madura para ofrecer alabanzas al Todopoderoso, lo que no habría podido hacer antes de que el hombre fue creado. “Y la voz de la tórtola se oye en nuestro país”: Ésta es la voz de el Eterno, que no estuvo en el mundo hasta que el hombre fue creado. Así, cuando era el hombre, era todo. Cuando el hombre pecó, la tierra fue maldecida, y la abandonaron todas las cosas buenas, como está escrito: “Maldita está la tierra a causa de ti” (Bereishís, génesis 3:17). Y, Luego: “Cuando cultives el suelo, no te dará su vigor” (Bereishís, génesis 4:12). Y, luego: “Espinos y abrojos producirá para ti” (Bereishís, génesis 3:18). Cuando vino Noé, inventó hoces y azadas, pero después pecó por la ebriedad, y también el resto del mundo pecó ante el Eterno, y el vigor de la tierra despertó de ella. Así continuaron las cosas hasta que vino Abraham. Entonces una vez más: “Los capullos aparecieron sobre la tierra”, y

todas las energías de la tierra fueron restauradas y se desplegaron. “Vino el tiempo de la poda (Zamir)”, es decir, el Eterno le dijo a Abraham que se circuncidara. Cuando el pacto existía en Abraham por la circuncisión, todo ese versículo se completó en él, el mundo fue firmemente establecido, y la palabra del Eterno le llegó abiertamente: De ahí que está escrito: “Y el Eterno se le apareció”. R. Eleazar dijo: Hasta que Abraham se circuncidó, el Eterno sólo habló con él desde un peldaño inferior, y los grados más altos no se hallaban estabilizados aún. Pero cuando él se circuncidó, inmediatamente los: “Capullos aparecieron sobre la tierra”, es decir, los grados inferiores que la tierra produjo, estableciendo con ello ese grado inferior que hemos mencionado; luego: “Llegó el tiempo de la poda”, la poda de las ramas de orlá; y para coronar todo. “La voz de la tórtola se oyó en el país”, es decir, la voz que sale del nicho más interior. Ahora se oía esta voz que

modelaba las palabras habladas y les daba forma perfecta. Esto se implica en la palabras aquí empleadas: “Y el Eterno se le apareció”. Ya antes de que Abraham se hubiera circuncidado, así se nos dice: “El Eterno se le apareció a Abraham” (Bereishís, Génesis 17:1). y si la palabra le en esta sentencia se refiere a Abraham, podemos preguntar: ¿Qué adelanto había hecho en profecía con ser circuncidado? La respuesta es que la palabra le tiene aquí un significado interno: Se refiere al grado que ahora hablaba. Ahora por primera vez “el Eterno se le apareció” a ese grado. Es decir, la Voz se

reveló y se asoció con el Lenguaje hablado (dibur) platicando con él. De manera similar en las palabras: “Cuando él estuvo sentado a la puerta de la tienda en el calor del día”, la palabra “él” tiene un sentido interno, que indica que todos los grados descansaron sobre este grado inferior después de que Abraham estuviera circuncidado. Así, las palabras: “Y el Eterno se le apareció” contienen una alusión mística a la Voz audible que se halla unida al Habla y se manifiesta en ella. “Cuando estuvo sentado a la puerta de su tienda” se refiere al mundo superior que estaba a mano para iluminarlo. “En el calor del día”. Es decir, fue el lado derecho, el lado al cual Abraham adhería, el que iluminaba. Según otra exposición: “En el calor del día” indica el tiempo en que los grados se acercan uno a otro, impelidos por deseo mutuo. “Y allí apareció a él”. R. Abba dijo: Antes de que Abraham fuera circunciso, estaba cubierto, pero tan pronto como se circuncidó se tornó completamente expuesto a la influencia de la Schejiná, que, así, se posó sobre él en medida plena y perfecta. Las palabras: “Cuando estuvo sentado a la puerta de la tienda” diseñan el mundo superior que revolotea sobre este mundo inferior. ¿Cuándo es eso? “En el calor del día”, es decir, en un período en que cierto Tzadik, justo, siente el deseo de descansar adentro. Inmediatamente: “Levanta sus ojos y mira, y he aquí que tres hombres estaban en frente”. ¿Quiénes son estos tres hombres? Son Abraham, Yitzjak y Yaakov quienes se hallaban sobre este peldaño más bajo y del cual fluye sostén y alimento. Por eso: “Ve y corre para encontrarlos”, pues es el deseo de este grado inferior de ligarse a ellos, y su alegría es de seguirlos. “Y se inclina al suelo”, para preparar un trono cerca de ellos. Observad que el Todopoderoso hizo al rey David uno de los pilares de sostén del trono supremo, siendo los patriarcas los otros tres. Pues él fue de los pilares que sostienen el trono supremo; y por eso reinó en Hebrón siete años, es decir, para que pudiese ligarse a ellos estrechamente, como se explica en otra parte. R. Abba inició su disertación con el versículo: “¿Quién ascenderá al Monte del Eterno? ¿Y quién permanecerá en su lugar sagrado? (Tehilím,Salmos 24:3). Dijo: La humanidad comprende poco sobre qué se halla en este mundo. Pues los días al pasar ascienden y se ubican ante el Todopoderoso, es decir, todos los días de la existencia del hombre en este mundo. Pues todos estos fueron creados, y todos se presentan en lo alto. Que fueron creados lo sabemos de las palabras de la Escritura: “Los días fueron formados” (Tehilím, Salmos 139:16). Y cuando llega el tiempo en que los días han de partir de este mundo, todos ellos se acercan al Rey Altísimo, como está escrito: “Y los días de Israel se acercaron cuando hubo de morir” (Bereishís,génesis 47:29),  Pero, el hombre, mientras se halla en este mundo no considera ni reflexiona sobre qué se erige, y mira cada día que pasa como si se desvaneciera en la nada. Cuando el alma parte de este mundo no sabe por cuál senda hará la travesía. Pues no es otorgado a todas las almas el ascender por el camino que conduce al reino de esplendor donde las almas elegidas siguen brillando. Porque es la senda que el hombre toma en este mundo la que determina la senda del alma a su partida. Así, si un hombre es atraído hacia el Santo, Bendito Sea, y está pleno de anhelo de El en este mundo, su alma al partir de él es conducida hacia arriba a los reinos más elevados por el impulso dada a ella cada día en este mundo. R. Abba continuó: Una vez me encontré en una ciudad habitada por descendientes de los “hijos del Oriente”, y ellos me impartieron algo de la Sabiduría de la antigüedad que conocían. También poseían algunos de los libros de la Sabiduría de ellos, y me mostraron uno en el que estaba escrito que, según la meta que un hombre se propone en este mundo, así atrae hacia él un espíritu de lo alto. Si se afana por obtener algún objeto santo y encumbrado, atrae ese objeto desde lo alto hacia sí abajo. Pero si su deseo es abrirse camino al otro lado, y hace de eso todo su intento, entonces atrae hacia sí, aquí abajo, desde lo alto, la otra influencia. Dijeron, además, que todo depende de la especie de lenguaje, acción e intención a que un hombre se habitúa, porque atrae hacia sí, aquí abajo, desde lo alto ese lado hacia el cual propende habitualmente. En el mismo libro también encontré los ritos y ceremonias pertenecientes al culto de los astros, con las fórmulas requeridas y las orientaciones para la concentración del pensamiento sobre ellas, de modo de acercarlos al devoto. El mismo principio se aplica a quien busca ligarse al espíritu sagrado en lo alto. Pues es por sus actos, por sus palabras y por su fervor y devoción que puede atraer hacia sí ese espíritu desde lo alto. Luego dijeron que si un hombre sigue cierta dirección cuando parte de este mundo; esto es, en el otro mundo estará ligado a aquello a lo cual se liga en este mundo; si santo, santo, si impuro, impuro. Si procura la santidad, en lo alto será atraído hacia ese lado y será hecho un servidor para asistir al Santo entre los ángeles, y se encontrará entre los seres santos a que se refieren las palabras: “Entonces Yo te daré libre acceso entre los que ayudan” (Zajariyahu,Zacarías, 7).  De manera similar, si tiende a lo impuro, será atraído allí hacia ese lado y será incorporado a la compañía impura y ligado a ella. A éstas se las llama: “Nocivos de la humanidad”, y cuando un hombre abandona este mundo lo toman y lo arrojan en el guehinóm, en la región en que se aplica juicio a aquellos que se han manchado y mancharon sus espíritus. Después de esto, es hecho compañero de los espíritus impuros y se vuelve un “nocivo de la humanidad” como uno de ellos. Entonces les dije: Hijos míos, todo esto es semejante a lo que aprendemos en nuestra Torá, pero, sin embargo, debierais apartaros de esos servicios idolátricos y tras de esos “lados” mencionados aquí. Manteneos en guardia para que –libre El Eterno no seáis apartados del culto del Santo, pues todos esos libros descarrían la humanidad. Pues los antiguos hijos del Oriente poseían más sabiduría que habían heredado de Abraham, que lo transmitió a los hijos de las concubinas, como está escrito: “Pero los hijos de las concubinas que Abraham tuvo, Abraham les dio obsequios, y mientras aún vivía, los envió lejos de su hijo Yitzjak, al Este, al país de los hijos del Oriente” (Bereishís, génesis 25:6). En el correr del tiempo ellos siguieron la vía de esa sabiduría en muchas erradas direcciones. No ocurrió lo mismo con la simiente de Yitzjak, con la parte de Yaakov. Pues está escrito: “Y Abraham dio todo lo que tenía a

Yitzjak(Bereishís, génesis 25:5), y esta es la santa herencia de la fe que Abraham propugnaba, y de la esfera de que salió Yaakov, del cual está escrito: “Y, he ahí que el Eterno estuvo al lado de él” (Bereishís, génesis 28:13). , y, también: “Y, tú, Israel, mi servidor...” (Yeshayahu, Isaías 41:8).. De ahí que incumbe a un hombre seguir al Santo y tender hacia El continuamente, como está escrito: “Y hacia El te orientarás” (Devarím, Deuteronómio 10:20). Está escrito: “Quién ascenderá al monte del Eterno?”, y la respuesta es: “Aquel que tiene manos limpias y un corazón Puro” (Tehilím, Salmos 24:3-4). , es decir, quien no ha hecho con su manos figuras vanas y no tomó con ellas objetos inicuos, ni se ha manchado por ellos como quienes manchan sus cuerpos deliberadamente. “Y puro de corazón”; es decir, aquel que aparta su corazón y su espíritu del “otro lado” y los dirige hacia el servicio del Santo. Y luego dice: “El que no llevó su corazón a falsedad...recibirá una bendición del Eterno” (Tehilím, Salmos 24:4-5), o sea, cuando abandona este mundo su alma asciende provista de buenas obras que lo habilitarán para obtener entrada entre los seres celestiales santos, de acuerdo con el versículo: “Marcharé delante del Eterno en los países de los vivientes”  (Tehilím, Salmos 116:9), porque “no llevó su alma a falsedad recibirá una bendición del Eterno”. Cuando Abraham aún sufría los efectos de la circuncisión, el Santo le envió tres ángeles en figura visible, para indagar su estado. Acaso puedas asombrarte de cómo ángeles pueden alguna vez ser visibles, porque está escrito: “El que hace sus ángeles espíritus” (Tehilím, Salmos 104:4). Pero Abraham seguramente los vio cuando descendieron a la tierra en forma de hombres. Y, efectivamente, toda vez que los espíritus celestiales descienden a la tierra, se visten de elementos corporales y aparecen a los hombres en figura humana. Y bien, aunque Abraham tenía gran dolor de su herida, se adelantó presto a encontrarlos para no ser remiso en su deseada hospitalidad. R. Simeón dijo: De seguro los vio en sus formas angelicales, pues está escrito: “Y dijo Adonái”, mi D-os, lo que prueba que la Schejiná, uno de cuyos apelativos es Adonái, había venido con ellos, y que los ángeles la acompañaron como trono y pilares de ella, porque son los tres colores debajo de ella, y Abraham ya circunciso, vio lo que no hubiera podido ver antes. Primero los tomó por hombres, pero luego advirtió que eran ángeles santos que fueran enviados en misión a él. Esto ocurrió cuando le preguntaron: “¿Dónde está Sara, tu mujer?” Y le anunciaron el futuro nacimiento de Yitzjak. Y le dijeron: En la palabra elav –“a él”- hay un punto sobre las letra Alef, Yod, y Vav, que deletrean la palabra ayó, “¿dónde está él?”. Esto es una alusión a Santo que es en lo alto. Luego, a la palabra así formada ayó sigue la palabra ayeh, “¿dónde?”, que es forma femenina de la misma, para acentuar el vínculo de unión entre el varón y la hembra, que es el secreto de la fe verdadera. ¿Dónde se completa este vínculo? La respuesta es: “Mira en la tienda”: Allí se encuentra, y allí está la unión de todo en- todo. ¿Dónde está Sara, tu mujer? ¿Los ángeles celestiales no sabían que ella estaba en la tienda? El hecho es que los ángeles conocen de los sucesos de este mundo sólo aquello que es necesario para su misión. Esto aparece en el texto: “Pues yo pasaré a través del país de Egipto... Yo soy el Eterno” (Shemót, Éxodo 12:12). que indica que aunque el Santo tuvo muchos ángeles y mensajeros para efectuar Su Obra, no habrían sido capaces de distinguir entre el germen del primogénito y el germen del nacido después; esto sólo lo puede el propio Altísimo. Otro ejemplo lo constituye el versículo: “Y poner un signo en las frentes de los hombres, etc.” (Yejezkel, Ezequiel 9:4). que prueba que los ángeles necesitan un signo, porque de otro modo sólo conocen lo que les es especialmente comunicado, por ejemplo, los sufrimientos que el Altísimo piensa traer al mundo como conjunto y que El proclama por los siete cielos. Así, cuando el Ángel destructor está a sus anchas en el mundo, todo hombre ha de guarecerse en su casa, permanecer oculto y no mostrarse en lo abierto para que no lo ataque ningún daño, como los israelitas estuvieron escondidos en Egipto: “Y que ninguno de vosotros salga de la puerta de su casa hasta la mañana” (Shemót, Éxodo 12:22). Uno puede esconderse de los ángeles, pero no de el Eterno, de quién está escrito: “¿Puede alguno esconderse en lugares secretos para que Yo no lo vea?, dijo el Eterno” (Yeremiyahu, Jeremías 23:24). El ángel preguntó: “¿Dónde está Sara, tu mujer?” por la razón de que no quiso librar su mensaje en presencia de ella. Pero tan pronto como Abraham dijo: “Mira, ella está en la tienda”, dijo el ángel: Ciertamente volveré a ti cuando la estación retorne y hete aquí, Sara tu mujer tendrá un hijo. Observad la delicadeza de los ángeles al no anunciar nada a Abraham antes de que los invitara a comer para que no pareciera que la invitación fuese una retribución por sus buenas noticias. Así, primero leemos: “Y ellos comieron” y luego: “Y ellos le dijeron”. Y ellos comieron: ¿Cómo es eso? ¿Los ángeles celestiales comen? La verdad es que sólo simularon comer en honor de Abraham. R. Eleazar dijo: Ellos ciertamente comieron, en el sentido de fuego que consume fuego, invisiblemente; en verdad comían lo que Abraham les ofrecía, pues es del lado de Abraham que ellos obtienen sustento en lo alto. Observad que Abraham mantenía todos sus alimentos en un estado de pureza ritual, y por eso él personalmente les servía cuando estuvieron comiendo. Cuidaba

las leyes referentes a puro e impuro tan estrictamente que a nadie en estado de impureza ritual le era permitido servir en su casa hasta que se hubiera limpiado bañándose antes de la caída de la noche o absteniéndose durante siete días, según el grado de su impureza. Y del mismo modo que Abraham preparaba los meel Eterno de purificación para hombres en tal estado, hacía Sara para mujeres. La razón por la cual lo hizo es que él mismo era puro y se lo llama “puro”, como está escrito: “¿Quién puede sacar un puro de uno impuro?” (Yov, Job, 19:4). que es una referencia a Abraham, que nació de Terah. R. Simeón dijo que era para confirmar a Abraham en su grado especial, que el agua simboliza que él salió para mantener puro el mundo mediante el agua. El mismo significado simbólico yace en las palabras que él expresó cuando invitó a los ángeles a compartir la comida, o sea: “Hay que buscar un poco de agua”, queriendo con esto confirmarse a si mismo en el grado que el agua simboliza. Por eso procuró purificar al pueblo en todos los sentidos, limpiarlo de la idolatría y limpiarlo de la impureza ritual. De la misma manera purificaba Sara a las mujeres. El resultado fue que toda la casa de ellos se hallaba en un estado de pureza ritual. En cualquier lugar que Abraham ponía su residencia, acostumbraba plantar cierto árbol, pero en ningún lugar floreció propiamente, salvo en el país de Canaán. Por medio de este árbol era capaz de distinguir entre el hombre que adhería al Todopoderoso y el hombre que adoraba ídolos. El árbol extendía sus ramas para el hombre que adoraba al verdadero El Eterno y formaba una sombra agradable sobre su cabeza, mientras que en presencia de uno que se apegaba al lado de la idolatría el árbol se encogía y sus ramas permanecían verticales. De esta manera Abraham reconocía al hombre descarriado, le dirigía admoniciones, y no desistía hasta que hubiese logrado hacerle abrazar la fe verdadera. De manera análoga, el árbol recibía bajo su sombra a los que eran puros, y no a los que eran impuros; y cuando

Abraham reconocía a estos últimos, los purificaba por medio del agua. Más aún, bajo ese mismo árbol había una fuente, y cuando llegaba un hombre que necesitaba inmersión inmediata, las aguas manaban y también se levantaban las ramas del árbol; y esto era para Abraham un signo de que el hombre necesitaba enseguida inmersión. En otras ocasiones el agua se secaba, y esto era para Abraham un signo de que el hombre no podría purificarse antes del lapso de siete días. Observa que Abraham, al hacer la invitación a los ángeles, dijo: “Y reclinaos bajo el árbol”. Esto tenía el propósito de probarlos, de la misma manera que probaba bajo el mismo árbol a todo viandante que llegaba. Con la palabra “árbol” se refería también al Santo, Bendito Sea, que es el árbol de vida para todos, como si dijera: “Reclinaos bajo Su sombra, y no bajo el refugio de el Eternoes extraños”. Observad que Adán cometió transgresión con comer del árbol del conocimiento del bien y el mal, y esto trajo muerte al mundo. Entonces dijo el Eterno: “Y ahora que extienda su mano, y tome también del árbol de vida” (Bereshís, Génesis 3:22). Pero cuando vino Abraham remedió el mal con ese otro árbol, que es el árbol de vida mediante el cual hizo conocer la fe verdadera al mundo entero. “Y dijo: Ciertamente yo volveré a ti cuando la estación retorne...” R. Yitzjak dijo: En vez de “yo volveré” hubiéramos esperado aquí “él volverá”, pues la visitación de mujeres estériles está en manos del Mismo Altísimo, y no en manos de algún mensajero, según el aforismo: “Hay tres llaves que no fueron confiadas a mensajero alguno: Del alumbramiento de niños, de la resurrección y  de la lluvia”. Pero la verdad es que las palabras: “Yo volveré” fueron dichas por el Santo, Bendito Sea, que estuvo presente allí. Esto lo corrobora el empleo aquí del término vayomer, “Y él dijo”. Pues se ha de observar que toda vez que aparece el verbo vayomer –y él dijo- o vayikrá –y el llamó- sin un sujeto, el sujeto implícito es el Ángel del Pacto, y no otro. Ejemplos de ello son: “Y dijo: si escucharás diligentemente” (Shemót, éxodo 15:26),  también: “Y llamó a Moishé (Vayikrá, Levítico 1:1). también: “Y dijo a Moishé” (Shemót, Éxodo 24). En todos estos pasajes, como en nuestro presente pasaje, el no especificado sujeto de la sentencia es el Ángel del Pacto. “Y, he aquí, Sara tu mujer tendrá un hijo” ¿Por qué no: Y tú tendrás un hijo”? Para que Abraham no pensara que posiblemente fuese de Hagar, como el anterior. R. Simeón discurrió aquí sobre el texto: “Un hijo honra a su padre y un servidor a su amo” (Malají, Malaquías 1:6). Dijo: Un ejemplo conspicuo de un hijo que honra a su padre lo constituye Yitzjak en el momento en que Abraham lo ató en el altar con la intención de ofrecerlo como un sacrificio. Tenía entonces treinta y siete años, mientras que su padre era un anciano; y aunque habría podido fácilmente, con un solo puntapié, liberarse, se dejó atar como un cordero para hacer la voluntad de su padre. En la conducta de Eliézer, cuando Abraham lo envió a Harán, tenemos un ejemplo de un servidor que honra a su amo. Siguió allí todos los deseos de su amo y le rindió gran respeto, como está escrito: “Y dijo: Yo soy servidor de Abraham, y el Eterno bendijo a mi amo Abraham” (Bereishís, Génesis 24:34-35). Estaba aquí un hombre que tenía consigo plata y oro y piedras preciosas y camellos y él mismo era de buena presencia, y, sin embargo, no se presentó como amigo o pariente de Abraham, sino que declaró abiertamente: “Yo soy el servidor de Abraham”, para enaltecer a su amo y honrarlo ante sus oyentes. De ahí que el profeta proclama: “Un hijo honra a su padre y un servidor a su amo”, que es como decir: “Pero, vosotros, Israel, mis hijos, os avergonzáis de declarar que Yo soy vuestro padre o que sois mis servidores”. De ahí que versículo continúa: “Si soy un padre, “Dónde está el honor para mí” (Malají, Malaquías 1:6). Así, cuando dice de Yitzjak: “Y, he aquí, un hijo” significa “verdaderamente un hijo, un hijo propiamente, no un Ismael, sino un hijo que guardará debido respeto y honra a su padre”. Además se dice: “Y Sara tu mujer tendrá un hijo”, porque Yitzjak fue realmente un hijo de Sara, pues fue debido a él que ella murió, por él ella sufrió angustia del alma hasta que su vida partió y, luego, por él es ella exaltada a tiempo que el Santo, Bendito Sea, está sentado juzgando sobre el mundo, pues en ese día los israelitas leen la parte: “Y el Eterno recordó a Sara como había dicho” (Bereishís,Génesis 21:1). mencionando a Sara por consideración a Yitzjak. El fue verdaderamente: Un hijo de Sara” “Y Sara oyó en la puerta de la tienda, y se hallaba detrás de él” Hubiéramos esperado: “Y ella estaba detrás de él”. Pero, el sentido interno de todo el versículo es que Sara oyó la “Puerta de la Tienda”, que es idéntico con el Santo, Bendito Sea, en el grado más bajo, haciendo la declaración, y que El, es decir, el Santo, Bendito Sea, en el grado supremo: “Estaba detrás de él” –la puerta-, confirmando la declaración. Durante toda su vida Sara nunca oyó una expresión del Santo, Bendito Sea, salvo en esa ocasión. Según otra interpretación, la locución: “Y estaba detrás de él” se refiere a Abraham, que estaba detrás de la Schejiná” “Ahora Abraham y Sara eran viejos, ellos habían llegado en cuanto a días”. La expresión: “Ellos habían llegado –“bau”- en cuanto a días” equivale a: “Los días de ellos se habían acercado a su término otorgado”, teniendo Abraham cien años y Sara noventa. Podemos comparar la expresión: “Pues llegó el día” –ba-, es decir, el día declinado hacia la noche. Había dejado de ocurrir con Sara según la manera de las mujeres; pero en ese momento ella experimentó un rejuvenecimiento. De ahí la observación de ella: “Y mi Eterno es viejo”, que es como decir que él era inepto para engendrar hijos a causa de la edad. R. Judá comenzó aquí un discurso con el versículo: “El marido de ella es conocido en las puertas, cuando se sienta entre los ancianos del país” (Mishlei, Proverbios 21:23). Dijo: El Santo, Bendito Sea, es transcendente en Su gloria, El es oculto y apartado muy lejos de todo alcance; no hay ni hubo en el mundo ninguno a quien no eludiera Su sabiduría y esencia, pues El es recóndito y oculto y más allá de todo alcance, de modo que ni los seres superiores ni los inferiores son capaces de comulgar con El hasta que pronuncian las palabras: “Bendita sea la gloria del Eterno desde su lugar”  (Yejezkel, Ezequiel 2:12). Las creaturas de la tierra piensan de El como siendo en lo alto, declarando: “Su gloria es encima de los cielos” (Tehilím, Salmos 113:4). mientras que los seres celestiales piensan de El como siendo abajo, declarando: “Su gloria es sobre toda la tierra” (Tehilím, Salmos 57:12). hasta que unos y otros, en el cielo y en la tierra, concuerdan: “Bendita sea la gloria del Eterno desde su lugar”, porque El es incognoscible y nadie puede verdaderamente comprenderlo a El. Siendo así, ¿cómo puedes decir: “El marido de ella es conocido en las puertas”? Pero, en verdad el Santo, Bendito Sea, se hace conocer a cada uno según la medida de su entendimiento y su capacidad de ligarse al espíritu de la Sabiduría Divina; y así: “El marido de ella es conocido”, no “en las puertas”, sino, como también podemos traducir, “en medida”, aunque un pleno conocimiento está más allá del alcance de cualquier ser. R. Simeón dijo: Las “puertas” mencionadas en este pasaje son las mismas que las puertas en el pasaje: “Levantad vuestras cabezas, Oh vuestras puertas” (Tehilím, Salmos 24:7). y se refieren a los grados superiores a través de los cuales únicamente es posible al hombre un conocimiento del Todopoderoso, y a no ser por los cuales el hombre no puede comunicarse con el Eterno. De manera análoga el alma del hombre no puede ser conocida directamente salvo a través de los miembros del cuerpo, que son los grados que forman los instrumentos del alma. Así, el alma es conocida y desconocida. Lo mismo ocurre con el Santo, Bendito Sea, pues El es el alma de las almas, el Espíritu de los espíritus, cubierta y velada de cada cual. Sin embargo, a través de esas puertas, que son puertas para el alma, el Santo, Bendito Sea, Se hace conocer. Pues hay puerta dentro de puerta, grado tras grado, a través de los cuales es conocida a gloria del Santo, Bendito Sea. De ahí que aquí: “La puerta de la tienda” es la puerta de la justicia a que se refieren las palabras: “Abre para mí las puertas de la justicia” (Tehilím, Salmos 113:19). , y esta es la primera puerta de entrada: A través de esta puerta se abre una vista a todas las otras puertas superiores. Quien logra entrar en esta puerta tiene el privilegio de conocerla y de conocer todas las otras puertas, pues todas reposan sobre ella. En el tiempo presente esta puerta permanece desconocida porque los hijos de Israel están en el exilio; y por eso todas las otras puertas están alejadas de ellos de modo que ellos no pueden conocer o comunicarse; pero cuando Israel retorne del exilio, todos los grados superiores están destinados a reposar armoniosamente sobre ella. Entonces, los hombres adquirirán un conocimiento de la preciosa sabiduría superior de la que hasta ahora no tienen noticia, como está escrito: “Y el espíritu del Eterno descansará sobre él, el espíritu de sabiduría y entendimiento, el espíritu de consejo y poder, el espíritu de conocimiento y temor del Eterno” (Yeshayahu, Isaías 11:2). Todos están destinados a reposar sobre la puerta inferior que es la “puerta de la tienda”; todos también descansarán sobre el Mesías a fin de que él pueda juzgar al mundo, como está escrito: “Pero con justicia juzgará al pobre” (Yeshayahu, Isaías 11:4). Así cuando a Abraham le fueron traídas las buenas noticias, fue ese grado quien se las trajo, como hemos deducido del hecho de que la palabra vayomer –“y dijo”- se emplea sin un sujeto específico en el pasaje: “Y dijo: Ciertamente yo volveré a ti cuando la estación retorne”. Observa como el gran amor del Todopoderoso a Abraham se manifestó en el hecho de que Yitzjak no le nació hasta que se hubiera circuncidado. De esta manera se hizo cierto que su simiente sería santa, de acuerdo a las palabras de la Escritura: “En que la simiente es según su especie” (Bereishís, Génesis 1:12). Si Abraham hubiera engendrado antes de ser circuncidado, su simiente no habría sido santa, porque habría salido del estado de orlah, y, así, habría adherido a este estado aquí abajo; en cambio, después de la circuncisión de Abraham, la simiente salió del estado de santidad y se hizo a su grado en la manera adecuada. Un día R. Eleazar preguntó a su padre R. Simeón: respecto del nombre Yitzjak, ¿por qué el Santo le dio este nombre antes de que llegara al mundo, ordenando: “Y tú llamarás su nombre Yitzjak(Bereishís, Génesis 18:19).  R. Simeón respondió: En otra parte dejamos sentado que por Yitzjak el fuego suplantó al agua. Pues el agua viene del lado de Gueburá (Fuerza), y después es requerido de los Levitas entretengar ese lado con himnos y cantos en diversos instrumentos. De ahí que Yitzjak estaba gozoso porque salió de ese lado y se ligó a él. Observad que la palabra Yitzjac significa “risa”, es decir, se regocijó porque el agua se cambió en fuego y el fuego en agua. De ahí que se llamó Yitzjak y el Santo lo llamó así antes de que viniera al mundo, y El anunció este nombre a Abraham. Veréis que en otros casos el Santo permitió a los padres, aun a las madres, dar nombres a sus hijos. Pero aquí el Santo, Bendito Sea, no dio a la madre permiso de nombrar al niño, sino solamente a Abraham, como está escrito: “Y tú llamarás su nombre Yitzjak”, tú, y no otro, de modo de entremezclar agua con fuego y fuego con agua y ubicarlo del lado de él. Después de haber relatado cómo Abraham fue informado del futuro nacimiento de Yitzjak, la Escritura continúa: “Y los varones se levantaron de allí y tendieron la vista hacia Sodoma”. R. Eleazar dijo: Observa cuán misericorel Eternoo el Santo, Bendito Sea, se muestra hacia todos los seres y, especialmente, hacia los que siguen por Sus sendas. Pues cuando El está por ejecutar juicio sobre el mundo, antes de hacerlo pone en el camino de Su amado la ocasión de efectuar una buena acción. Así, hemos aprendido que cuando el Santo ama a un hombre, le envía un presente en la forma de un pobre, de modo que pueda hacer para con él alguna buena acción, por cuyo mérito él tenderá hacia sí una cuerda de gracia del lado derecho que enrollará alrededor de su cabeza e imprimirá sobre él una marca, de modo que cuando cae castigo sobre el mundo, el destructor, al levantar sus ojos y advertir la marca, pondrá cuidado en evitarlo y dejarlo solo. Así, cuando el Santo estuvo por ejecutar juicio sobre Sodoma, primero condujo a Abraham a hacer una acción meritoria por el presente que le envió y, por ello, salvar de destrucción a Lot, hijo de su hermano. Por eso está escrito: “Y el Eterno se acordó de Abraham y envió a Lot de en medio de la destrucción” (Bereishís, Génesis 19:29). No dice que el Eterno se acordó de Lot , sino que fue salvado por el mérito de Abraham. Lo que el Eterno recordaba era la bondad que Abraham había mostrado a esos tres ángeles. De manera similar, los actos buenos que un hombre efectúa son recordados por el Santo cuando el castigo pende sobre el mundo, pues en lo alto se recuerda toda acción meritoria; y cuando pende castigo sobre ese hombre, el Santo recuerda la bondad que hizo para con otros hombres, como leemos: “Pero la caridad libera de la muerte” (Mishlei, Proverbios 11:4). Así, el santo adelantó a Abraham la ocasión de una acción buena, de modo que por su mérito pudiese liberar a Lot de destrucción. “Y tendieron la vista hacia Sodoma” Esto fue inmediatamente después de que “los varones se levantaron de allí”, es decir, del festín que Abraham había preparado para ellos, efectuado, así, una acción meritoria. Pues aunque eran ángeles, su hospitalidad para con ellos fue una buena acción, dado que nada dejaron para que Abraham con esto adquiriera mérito, y deliberadamente nada dejaron para que Abraham con esto adquiriera mérito, como está escrito: “Y ellos comieron”, habiendo su fuego consumido el alimento. Se puede objetar que los tres ángeles eran, uno de fuego, uno de agua y el tercero de aire. La respuesta a esto es que cada uno participaba de las esencias de los otros, y de ahí que “ellos comieron”. Análogo a esto es el pasaje: “Miraron al Eterno y comieron y bebieron” (Shemòt, Éxodo 24:11).  Allí verdaderamente comieron, porque festejaron la Schejiná. Y aquí: “Y ellos comieron” implica que festejaron el lado al que Abraham estaba ligado, y por esta razón quedó de lo que Abraham les sirvió. Pues así como un hombre que después de una comida participa de la copa de bendición, merece la bendición de lo alto, así los ángeles también comieron de lo que Abraham preparó para ellos para que pudieran tener el privilegio de celebrar lo que procede del lado de Abraham. Pues, es de ese lado que sale el sostén para todos los ángeles celestiales. “Y miraron”. Con un impulso de misericordia por la liberación de Lot. La palabra que significa “y miraron” es aquí análoga a la palabra afín en: “Mira desde tu santa Habitación” (Devarím, Deuteronómio 26:15). y aquí como allí se implica un ejercicio de misericordia. “Y Abraham fue con ellos para traerlos al camino”. R. Yesa dijo: Esto muestra que Abraham no sabía que eran ángeles. Pues si hubiera sabido, ¿qué necesidad tenía de ir a despedirlos? R. Eleazar contestó: No, aunque sabía, se atuvo con ellos a su costumbre habitual, y los despidió. Pues es de elevada incumbencia para un hombre acompañar a un visitante que parte, porque ello corona la buena acción. Así mientras Abraham caminaba con ellos, se le apareció el Santo, como está escrito: “Y el Eterno dijo: ¿Esconderé de Abraham lo que estoy haciendo? El término V-YHVH (“y el Eterno”) implica el Eterno con la asistencia de la corte celestial. Vemos así que cuando un hombre acompaña a un amigo que parte, atrae la Schejiná para que se le una y lo acompañe en el camino como una protección. “Y el Eterno dijo: ¿Esconderé de Abraham lo que estoy haciendo? R. Jiyá citó aquí el versículo: “Seguramente el Eterno El Eterno no hará nada sin que revele Su secreto a Sus siervos, los profetas”. (Amós 3:7). Felices –dijo- son esos piadosos del mundo en quienes el Santo encuentra delicia, y a quienes emplea como Sus gentes para todo lo que hace en el cielo o se propone hacer ene este mundo, sin esconder de ellos nada. Pues el Santo desea asociar a Sí los justos de modo que puedan dirigir a la gente reprimendas y llamarla al arrepentimiento para que evite el castigo decretado por la sede judicial de lo alto, y, en todo caso, para que la gente no quede con alguna excusa para quejarse de que el Santo impone castigo sin justicia. R. Eleazar dijo: Desdichados los culpables que permanecen en ignorancia y no se abstienen de pecar. Y bien, el Santo, cuyos actos son verdad y cuyos caminos son justicia, no ejecuta Sus designios en el mundo antes de revelar Su intención a los justos, para así no dar a la humanidad ocasión de censurar Sus actos. Entonces cuanto más deben los hijos de los hombres estar en guardia y actuar de modo de no dejar lugar a otros para difundir contra ellos malos rumores. Así está escrito: “Y seréis limpios ante el Eterno y ante Israel” (Bamidbar, Números 32:22). Por lo tanto, incumbe a los justos actuar de modo que los hombres no puedan quejarse del Eterno, y si son culpables, advertirles pronto que no den lugar a que descienda sobre ellos la severa justicia del Eterno. ¿Y cómo han de cuidarse? Por el arrepentimiento y las buenas acciones. R. Judá comentó de la manera siguiente: El Santo, Bendito Sea, dio todo el país a Abraham como una heredad perpetua, como está escrito: “Pues todo el país que ves, a ti te lo doy” (Bereishís, Génesis 13:15). Que vio el país entero lo indican las palabras previas: “Ahora mira desde el lugar donde estás, hacia el Norte” (Bereishís, Génesis 13:14). . Y ahora el Santo consideró necesario descuajar esos lugares. Por eso se dijo a Sí mismo: “Yo ya he entregado el país a Abraham, y así, él es el padre de todos sus habitantes”. Así está escrito: “Te he hecho padre de una multitud de naciones” (Bereishís, Génesis 17:5). . “Por lo tanto no me cuadra infligir castigo a los hijos sin antes advertir a su padre, a Abraham mi amigo” (Yeshayahu, Isaías 41:8). . De ahí: “Y el Eterno dijo: ¿Esconderé Yo de Abraham...?”. R. Abba dijo: Observa la falta de egoísmo de Abraham. Pues aunque el Todopoderoso le notificó la futura calamidad, anunciando: “Verdaderamente, el clamor de Sodoma y Gomorra es grande”, y así, sucesivamente, dándole de este modo un lapso de respiro antes de la catástrofe final, y sin embargo Abraham no alegó a favor de Lot para que se lo librara del castigo. ¿Por qué no? Para que no apareciera que estaba pidiendo una retribución por sus buenas acciones. Y precisamente por esta razón el Santo mandó salir a Lot y lo liberó: Fue en mérito a Abraham, como está escrito: “Y el Eterno recordó a Abraham, e hizo salir a Lot de en medio de la destrucción” (Bereishís, Génesis 19:29). En el mismo pasaje se mencionan: “Las ciudades en que Lot moró” para indicar que todas eran culpables, sin ningunos rasgos redentores, salvo Lot. De esto también aprendemos que todo lugar habitado por malvados está condenado a destrucción. Lot sólo residió en una de esas ciudades, no en todas ellas, pero únicamente debido a su presencia en ellas no fueron destruidas. Y tampoco esto se debió a los méritos propios de Lot, sino a los de Abraham. En este punto, R. Simeón dijo: Observa que todo servicio hecho a un justo procura protección a quien lo hace. Más aún, si él mismo es pecador, al hacer servicio a un hombre justo está sujeto a aprender algunos de sus caminos y practicarlos. Así ves que Lot, por haber acompañado a Abraham, aunque no había adoptado todos sus caminos, aprendió, en imitación a Abraham, a mostrar bondad a la gente, y esto capacitó a esas ciudades a existir tantos años después de que Lot viviera en ellas. “Yo bajaré y veré: Si es de acuerdo a su clamor, entonces haced un exterminio”. ¿A quién se dirigió esta orden? No puede ser que a los ángeles, pues ello significaría que el Eterno estaba hablando a una de las partes, Abraham, y dando orden a la otra, los ángeles, lo que no es usual. La explicación es que realmente estuvo dirigida a Abraham, en cuya jurisdicción se encontraban las ciudades. Pero, entonces, ¿por qué el plural “haced”, en vez del singular “haz”? La respuesta es que fue dirigida, a la vez, a Abraham y la Schejiná, que permanecía con él todo el tiempo. Según otra interpretación más la lectura adecuada es asu, “ellos hicieron”, y esto de acuerdo con la traducción de Onkelos. Dice: “Yo bajaré y veré”. ¿No están reveladas todas las cosas ante el Todopoderoso para que el necesite bajar y ver? Pero, la expresión: “Yo bajaré” implica descender del grado de la misericordia al del rigor, y la expresión “y veré” significa la consideración de la especie de castigo a aplicarles. En las Escrituras, puede “ver” significar ambos, para bien y para mal. El ejemplo del primer empleo es: “Y el Eterno vio a los hijos de Israel, y el Eterno tomó conocimiento de ellos” (Shemót, Éxodo 2:25). El ejemplo del segundo empleo es: “Yo bajaré y veré”, es decir, para determinar el modo de castigo. Con relación a todo esto el Eterno dijo: “Esconderé Yo de Abraham...”. “Dado que Abraham seguramente se volverá una nación grande y fuerte”. ¿Cómo es que esta bendición se inserta aquí? Es para enseñarnos que el Santo, aun cuando El se halla juzgando al mundo, no cambia Su índole, pues mientras juzga a uno, despliega misericordia para otros, y todo esto en el mismo momento. R. Judá objetó que está escrito: “Pero en cuanto a mí, que mi plegaria sea para Ti, oh Padre, en tiempo aceptable” (Tehilím, Salmos 69:14), que parecería mostrar que hay en el Eterno momentos aceptables e inaceptables, que en un momento El acuerda audiencia, y en otro no, que el Todopoderoso es en un momento accesible, y en otro momento inaccesible. Y esto lo corrobora el versículo: “Buscad al Eterno cuando puede ser encontrado, llamad a él cuando está cerca” (Yeshayahu, Isaías 55:6). Replicando a esto, R. Eleazar dijo que los versículos citados se aplican a las plegarias de un individuo, mientras que la lección de nuestro texto se aplica a la plegaria colectiva; los primeros a una localidad singular, el último al mundo como un todo. De ahí que aquí el Eterno bendijo a Abraham porque equivalía al mundo todo, como está escrito: “Estas son las generaciones del cielo y la tierra cuando fueron creadas” (Bereishís, Génesis 2:4), donde el término behibaream, “cuando fueron creadas”, aparece, por una transposición, como beabreham, “en Abraham”. El valor numérico de las letras yihyah –“será”- es treinta, que apunta al dicho tradicional de que el Santo provee al mundo con treinta justos en cada generación de la misma manera que hizo para la generación de Abraham. R. Eleazar apoyó esto con el versículo: “El fue más honorable que los treinta pero no alcanzó a los tres” (Shmuel 2, 2º Samuel 23:23). Los treinta –dijo- se refiere a los treinta justos con que el Santo proveyó al mundo sin intermitencia. Uno de ellos fue Benaiah, el hijo de Yehoiada, de quien está escrito: “El fue el más honorable de los treinta”, “pero no alcanzó a los tres”. Es decir, no fue igual a esos tres, a los patriarcas, sobre quienes subsiste el mundo, ni se cuenta entre ellos ni es considerado digno de asociarse con ellos y tener una participación igual a la de ellos. Y bien, como en tiempo de Abraham hubo treinta justos como lo indica el término Yihyah, por eso el Eterno lo bendijo en compañía de ellos. el Eterno dijo a Abraham: “Verdaderamente, el clamor de Sodoma y Gomorra es grande”, que es como decir: Yo he tomado nota de la conducta de ellos hacia sus prójimos, lo que es causa de que todos los hombres eviten poner pie en Sodoma y Gomorra. Así, está escrito: “El torrente hizo un abismo para extranjeros, de modo que son olvidados del río que pasa; son los más pobres entre los hombres, se marcharon” (Yov, Job 28:4). El torrente se dividió para devorar a todo extranjero que se aventuraba a entrar en Sodoma; pues si alguien fuera sorprendido dando de comer o de beber a un extranjero, la gente de la ciudad lo arrojaría a lo más profundo del río junto con el recipiente. De ahí: “Son olvidados del pie”, es decir, los hombres la evitaban y nunca ponían el pie en ella; y de quienes entraban se dice: “Son los más pobres entre los hombres, se fueron”. Es decir, como no se les da alimento ni bebida, sus cuerpos a tal punto adelgazaron que casi no parecían seres humanos, y de ahí: “Se fueron”, es decir, la gente la pasó de largo. Hasta la evitaron los pájaros del cielo, como está escrito: “Ningún pájaro de presa conoció esa senda” (Yov, Job 28:7). Un universal rechazo se produjo contra Sodoma y Gomorra y todas las otras ciudades que se conducían como ellas. Aquí esta escrito: “Según su llanto”. ¿Por qué no de ellas, si se mencionan dos ciudades? Esto se explica de la manera siguiente. Del lado de debajo de la Piedra de Granizo ascienden vapores al respaldo (del Trono Divino), donde se juntan en una gota, y luego descienden a lo hondo del gran abismo. Allí cinco se fusionan en uno. Cuando las voces de todos son claras, se unifican en una. Entonces asciende una voz desde abajo y se mezcla con ellas, y el lamento combinado asciende clamando justicia, hasta que por último aparece el Santo para investigar la acusación. De ahí dice R. Simeón que la palabra –su- se refiere aquí a la sentencia de justicia, que día a día reclama ejecución. Esto concuerda con la tradición de que durante muchos años la sentencia de justicia continuó reclamando reparación por la venta de José por sus hermanos. De ahí también aquí el grito de ella por justicia ascendió, y por eso está escrito: “De acuerdo con el llanto de ella”. La palabra siguiente, -habá- (“que viene”), realmente significa: “Que está viniendo”, es decir, viniendo continuamente. “Y Abraham se acercó, y dijo: ¿Quieres Tú realmente arrasar los justos con los malvados? R. Judá dijo: Observa que respecto de Noé está escrito: “Y el Eterno dijo a Noé: El fin de toda carne llega ante mí... Hazte un arca de madera de conífera” (Bereishís, Génesis 6:13-14), pero Noé permaneció silencioso: Nada dijo ni suplicó por misericordia para sus prójimos. En cambio, Abraham, tan pronto como el Santo le anunció: “Verdaderamente el clamor de Sodoma y Gomorra es grande... Yo bajaré y veré...”, inmediatamente: “Se acercó y dijo: ¿Quieres Tú realmente arrasar a los justos con los malvados?”. R. Eleazar dijo: Aun la acción de Abraham no está más allá de toda cavilación. Fue, efectivamente, mejor que Noé, el cual nada hizo, mientras que él alegó seriamente por los justos, para que no perecieran con los culpables comenzando su alegato con el número de cincuenta justos y bajando a diez. Pero, entonces, se detuvo, sin completar su pedido de misericordia para todos, diciendo: “No deseo estirar la recompensa debida a mí por mis buenas acciones”. El ejemplo perfecto lo da Moishé, el cual, tan pronto como el Santo le dijo: “Ellos se han salido prestamente del camino... se han hecho un becerro de fundición y lo han adorado” (Shemót, Éxodo 32:8), inmediatamente “suplicó al Eterno su El Eterno, etc.” (Shemót, Éxodo 32:11. concluyendo con las palabras: “Y si no, bórrame, te ruego, de tu libro que has escrito” (Shemót, Éxodo 32:32). Y aunque todo el pueblo había pecado, no se movió de su lugar hasta que el Eterno dijo: “Yo he perdonado de acuerdo a tu palabra”. En este aspecto Abraham fue inferior, pues pidió misericordia en caso de que hubiera hombres justos, y no de otra manera. Por lo tanto, nunca hubo un hombre que fuese para su generación un baluarte tan seguro como lo fue Moishé, el “pastor fiel”. “Y Abraham se acercó, es decir, se aprestó a interceder, y dijo: Por ventura hay cincuenta justos en la ciudad”. Abraham comenzó con el número cincuenta, que es la entrada al entendimiento, y terminó con diez, cuyo número es el último de todos los grados. R. Yitzjak dijo: Abraham se detuvo en diez como el número simbólico de los diez días de Penitencia entre Año Nuevo y el Día de la Expiación. Al llegar a ese número Abraham dijo: “Después de esto no hay más lugar para penitencia” y por eso no descendió más. “Y los dos ángeles vinieron a Sodoma a la tarde...” R. Yose señaló que el versículo precedente: “Y el Eterno siguió su camino tan pronto como dejó de hablarle a Abraham”, indica que solamente cuando la Schejiná partió de Abraham, y Abraham retornó a su lugar: “Los dos ángeles llegaron justamente a Sodoma”. Dice dos, porque uno de los ángeles había partido con la Schejiná, dejando solamente dos. Tan pronto como Lot lo vio corrió por ellos. ¿Por qué? ¿Acaso Lot recibía en su casa a todos los que pasaban y les ofrecía de comer y beber? ¿La gente de la ciudad no lo habría matado, dándole el mismo tratamiento que a su hija? En efecto, la hija de Lot ofreció una vez un pedazo de pan a un hombre pobre y cuando eso se descubrió, la gente de la ciudad le untó su cuerpo con miel, y la dejó así expuesta sobre una azotea hasta que la consumieron las avispas. Ahora bien, los ángeles de quienes estábamos hablando vinieron en la noche, y Lot pensó que la gente de la ciudad no se daría cuenta de ello. Sin embargo, tan pronto como los visitantes entraron en la casa, todo el pueblo se reunió y rodeó la casa. R. Yitzjak planteó la pregunta: ¿Por qué corrió Lot por ellos? R. Jizquiá y R. Yesa dieron, cada uno, una respuesta. Uno dijo que fue porque observó en ellos una semejanza con Abraham; y el otro, porque notó que la Schejiná revoloteaba sobre ellos. Esta opinión se apoya en el hecho de que también de Abraham está escrito: “Y desde la puerta de la tienda corrió para encontrarlos”, y aquí las palabras se toman con el significado de que Abraham vio la Schejiná. “Y Lot vio y corrió para encontrarlos... y dijo: Mirad ahora, mis Eternoes, desviaos, os ruego”. La expresión “desviaos”, en vez de “acercaos”, significa que los llevó por un camino indirecto, de modo que la gente de la ciudad no los viera. R. Jizquiá disertó aquí sobre el versículo: “Y miró a los confines de la tierra, y vio bajo el cielo todo” (Yov, Job 28:24). Cuánto incumbe –dijo- a los hijos de los hombres contemplar las obras del Todopoderoso y ocuparse con el estudio de la Torá día y noche, pues por quien de esto se ocupa el Todopoderoso es glorificado en lo alto y abajo. La Torá es, realmente, un árbol de vida para todos los que se ocupan con ella, ofreciéndoles vida en este mundo y en el mundo por venir. “Y él miró al confín del país”, para darles alimento y satisfacer todas sus necesidades; pues El continuamente lo tiene bajo Su vista como está escrito: “Los ojos del Eterno tu El Eterno siempre están sobre eso, desde el comienzo del año exactamente hasta el fin del año” (Devarím, Deuteronómio 11:12). Este es, además, el país del cual está escrito: “Ella trajo su alimento de lejos” (Mishlei, Proverbios 31:14), y entonces proveyó alimento y sostén para todas las “bestias del campo”, pues así está escrito: “Ella también se levanta cuando aún es noche, y da alimento a los de su casa y también a sus doncellas” (Mishlei, Proverbios 31:15). Además, está escrito: “Tú abres tu mano, y con favor satisfaces a toda cosa viviente” (Tehilím, Salmos 145:16). Según otra interpretación: “El miró a los confines de la tierra”, de modo de inspeccionar las obras de cada hombre y examinar las acciones de la humanidad en el mundo: “Y vio, bajo el cielo, todo”, es decir, considera y escudriña a cada individuo. Así, cuando el Santo vio las obras de Sodoma y Gomorra, envió a ellas esos ángeles para destruirlos. Acerca de esto, está escrito: “Lot vio”, es decir, a la Schejiná. No es que alguien pueda realmente ver la Schejiná, pero vio un halo esplendoroso alrededor de sus cabezas, y por eso leemos: “Y él dijo: -Mirad ahora, mis señores –, como ya se explicó, y fue respecto del halo, el reflejo de la Schejiná que dijo: “Desviaos, os ruego, a la casa de vuestro servidor, y quedaos toda la noche, y lavad vuestros pies”. Abraham no actuó de esta manera. Primero dijo: “Lavad vuestros pies”, y luego: “Y yo traeré un trozo de pan”. Lot, en cambio, dijo primero: “Desviaos, os ruego, a la casa de vuestro servidor, y quedaos toda la noche”, y luego dijo: “Y lavad vuestros pies y os levantaréis temprano y seguiréis vuestro camino”. Su propósito era que la gente no llegara a saber de la presencia de ellos. “Y ellos dijeron: No, de ningún modo, sino que pasaremos toda la noche en la plaza ancha”, pues esta era la costumbre de los visitantes que llegaban a esas ciudades, porque nadie quería recibirlos en su casa. El versículo continúa: “Y él los instó mucho”. Cuando el Santo, Bendito Sea, está por ejecutar juicio en el mundo, El envía con este propósito un mensajero. ¿Por qué, entonces, tenemos aquí dos mensajeros, si hubiera bastado con uno? La verdad es que uno de los dos ángeles vino para salvar a Lot, y por consiguiente, quedó uno solo para derribar la ciudad y destruir la región. “Entonces el Eterno hizo llover sobre Sodoma y Gomorra, etc.” R. Jiyá comenzó aquí su discurso con este versículo: “Mirad, el día del Eterno viene, cruel” (Yeshayahu, Isaías 13:9). Dijo: Las palabras “Mirad, el día del Eterno viene” se refieren a la Corte inferior. El término: “viene” tiene, así, la misma fuerza que en el pasaje: “Según el clamor de ella que viene a mí”. Ambas implican que el poder inferior no puede ejecutar juicio hasta que viene y aparece en lo alto y recibe autorización. Así, también, en el versículo: “El fin de toda carne es venir ante mí”. De acuerdo con otra interpretación: “Mira, el día del Eterno viene” se refiere al Ángel destructor aquí abajo cuando viene el alma del hombre. Por consiguiente: “Cruel y lleno de ira y fiero enojo, para desolar la tierra” se refiere a Sodoma y Gomorra; “y para destruir a los pecadores de sobre ella, etc.”, se refiere a los habitantes de esas ciudades. Inmediatamente después leemos: “Y las estrellas del cielo y las constelaciones en él, etc.”, porque El hizo llover sobre ellos fuego del cielo y los exterminó. Además, está escrito sobre eso: “Haré al hombre más raro que el oro fino” (Yeshayahu, Isaías 13:12), refiriéndose a Abraham, a quien el Santo exaltó sobre todos los pueblos del mundo. R. Judá interpretó estos versículos como refiriéndose al día en que el Templo fue destruido, como que en ese día, ambos, los hombres y los ángeles, se hundieron en tinieblas y los reinos superior e inferior y el cielo y las estrellas se oscurecieron. R. Eleazar, a su vez, interpretó estos versículos como refiriéndose al día en que el Santo levantará la Comunidad de Israel del polvo. Ese será un día notable, arriba y abajo, como está escrito: “Y habrá un día que será conocido como el del Eterno” (Zajariyahu, Zacarías 14:7). . Ese día será el día de venganza, el día que el Santo, Bendito Sea, ha

designado para tomar venganza en las naciones idólatras. El “hará a un hombre más precioso que el oro”, es decir, al Mesías, que será exaltado y glorificado por encima de toda la humanidad, ya quien toda la humanidad rendirá homenaje y ante quien se inclinará, como está escrito: “Ante él se inclinarán los que moran en el desierto... Los reyes de Tarsbish y de las islas le rendirán tributo” (Tehilím,Salmos 72:9-10). Observa que aunque esta profecía, en el libro de Isaías, primordialmente se refería a Babilonia, ella tiene vigencia general, pues esta sección comienza con las palabras: “Cuando el Eterno tendrá misericordia hacia los hijos de Yaakov”, y también está escrito: “Y pueblos los tornarán y traerán a su lugar”. “Y el Eterno hizo llover sobre Sodoma”. El término V-YHVH, “y el Eterno”, significa el grado de la Corte más baja que requiere autorización de lo alto. R. Yitzjak dijo que el Eterno fue misericorel Eternoo en medio del castigo, como está escrito: “De YHVH, el Eterno, desde el cielo”. El ejercicio de misericordia se recuerda en las palabras: “Y aconteció, cuando El Eterno destruyó las ciudades de la llanura, que El Eterno recordó a Abraham, y lo hizo salir a Lot,...”, del cual, con el correr del tiempo, surgieron dos naciones enteras y el cual estuvo destinado a tener entre sus descendientes al Rey David y al Rey Salomón. “Y aconteció, cuando los sacaron afuera, que él dijo”.  Esta es otra prueba de que cuando sobre el mundo se abate el castigo, el hombre no debe, como ya se dijo, encontrarse afuera, pues el ejecutor no distingue entre el inocente y el culpable. Por esta razón, como ya se explicó, Noé se encerró en el arca como para no mirar al mundo cuando se ejecutó el juicio. Así también está escrito: “Y ninguno de vosotros saldrá de la puerta de su casa hasta la mañana” (Shemót, Éxodo 12:22). De ahí que el ángel dijo a Lot: “Escapa por tu vida, no mires detrás de ti”. R. Yitzjak y R. Judá andaban un día juntos por el camino. El segundo observó: Ambos, el castigo del diluvio y el castigo de Sodoma, fueron de las especies que se aplican en el guehinóm, sonde los pecadores son castigados por agua y fuego. Los dos son castigos de el guehinóm que se infligen allí a los pecadores. R. Judá le dijo: El castigo a los pecadores en el guehinóm dura doce meses, y después el Santo los saca de el guehinóm, donde han pasado la purificación. Entonces, quedan sentados a la puerta del guehinóm, y cuando ven que entran allí pecadores para ser castigados, piden misericordia para ellos. Entre tanto, el santo

se apiada de ellos y los hace traer a cierto lugar que les está reservado. Desde ese día el cuerpo descansa en el polvo y al alma se le acuerda su lugar propio. Observa que, como ya se asentó, aun la generación del diluvio fue castigada con fuego y agua, y ninguna otra cosa: Agua fría caía desde arriba, mientras agua hirviente brotaba desde abajo mezclada con fuego. Así pasaron por los dos castigos que regularmente se aplican desde lo alto. Así también fue castigada Sodoma, es decir, con azufre y fuego. R. Yitzjak le preguntó: ¿La generación del diluvio se levantará el Día del Juicio? R. Judá dijo: Esta cuestión ya se discutió en alguna parte antes; en cuanto a la gente de Sodoma y Gomorra, podemos decir que no se levantará. Esto lo prueban las palabras de la Escritura: “Y todo el país es allí azufre y sal, y una quemazón que no hay siembra, y ni árbol fructífero ni pasto alguno crece allí, como la destrucción de Sodoma y Gomorra... que el Eterno destruyó en su enojo y en su ira” (Devarím, Deuteronomio 29:22). donde las palabras: “Que el Eterno destruyó” se refieren a este mundo, y las palabras: “en su enojo”, al mundo por venir, mientras las palabras: “y en su ira” se refieren al tiempo cuando el Santo traerá vida a los muertos. Entonces R. Yitzjak le dijo: Observa que exactamente como el suelo de su país fue destruido por toda eternidad, así fueron destruidos por toda eternidad los habitantes. Además, observa cómo la justicia del Santo se hace medida por medida: Así como ellos no vivificaban el alma de los pobres con alimento y bebida, así el Santo no restaurará sus almas en el mundo por venir. Y, además, así como ellos omitieron hacer la caridad que se llama vida, así el Santo sustrajo de ellos la vida en este mundo y en el mundo por venir. Y así como ellos cerraron sus caminos y sendas a sus prójimos, así el Santo cerró para ellos los caminos y

sendas de la misericordia en este mundo y en el mundo por venir. R. Abba dijo: Todos los hombres se levantaran de la muerte y aparecerán al juicio. Sobre éstos está escrito: “Y algunos parta reproche y aborrecimiento perpetuo” (Daniel 12:2). Pero, el Eterno es la fuente de la misericordia y como los castigó en este mundo y ellos sufrieron por sus pecados, ya no han de sufrir todo el castigo del mundo futuro. R. Jiyá dijo: Está escrito: “Y envió a Lot de en medio de la destrucción, cuando destruyó las ciudades en que residió Lot”. La expresión: “Las ciudades en las que residió Lot” indica que trató de ajustar cuentas con cada una de las ciudades por turno, pero ninguna quiso quedarse con él, salvo Sodoma, cuyo rey le autorizó residencia en consideración a Abraham. Esto fluye del pasaje: “Y Lot moró en las ciudades de la llanura, y trasladó su tienda lejos hasta Sodoma” (Bereishís, Génesis 13:12). “Pero su mujer miró hacia atrás de detrás de él”. Hubiéramos esperado: “de detrás de ella”. Sin embargo, significa: “de detrás de la Schejiná”. R. Yose dijo que significa “de detrás de Lot”, dado que el Ángel destructor lo seguía. ¿Cómo –cabe preguntar- podía seguirlo si lo había despedido? El hecho es que el ángel siguió a Lot, destruyendo en el camino, pero no tocó

lugar alguno mientras Lot no hubiera pasado por él. De ahí que dijo: “No mires detrás tuyo”, que significa: “Pues detrás de ti estoy haciendo mi obra de destrucción” Pero su mujer miró hacia atrás de él, volviendo así su rostro al Ángel destructor, y se convirtió en una columna de sal, pues mientras el ángel destructor no ve el rostro de un ser humano no lo daña. Mas, tan pronto como la mujer de Lot giró su rostro para mirarlo, ella se convirtió en una columna de sal. R. Eleazar y R. Yose estudiaban un día el versículo: “Un país en el que comerás pan in escasez, en el cual nada te faltará” (Devarím, Deuteronomio 8:9). R. Eleazar dijo: La repetición del término bah (“en él”) merece atención. La razón es que, como ya se dejó sentado, el Santo asignó a todas las naciones y a todos los países capitanes y enviados celestiales, con la excepción de la tierra de Israel, que se halla bajo el gobierno, no de un ángel o capitán sino del Eterno Mismo. Por esta razón El trajo al pueblo que no tiene gobernante al país que no tiene gobernante, salvo El mismo. Pues el Santo provee sostén primero allí y después al resto del mundo. Todas las naciones idólatras sufren de escasez , pero no sufre de ella la Tierra de Israel; el País de Israel recibe la primera provisión, y lo remanente es para el resto del mundo. De ahí: “Un país en el que comerás pan sin escasez” y en rica abundancia: “En él”, pero no en otro lugar; en él se halla el hogar de la fe verdadera y sobre él posa la bendición celestial. De ahí que está dicho que Sodoma y Gomorra eran: “Como el Jardín del Eterno, como la tierra de Egipto” (Bereishís, Génesis 13:10). es decir, que posee colmada abundancia. Así fue también Egipto; como el Jardín del Eterno no necesita ser irrigado por el hombre, tampoco lo necesitó Egipto, ampliamente provisto por el río Nilo, que periódicamente sube e irriga todo el país. La Escritura dice en un pasaje: “Y acontecerá que aquellas de las familias de la tierra que no van a Jerusalem... sobre ellas no habrá lluvia” (Zajariyahu, Zacarías 14:17). esto es, como un castigo; pero el pasaje continúa: “Y la familia de Egipto no asciende y viene... habrá la plaga con la que el Eterno golpeará a todas las naciones”. De manera similar está escrito de Sodoma: “Estaba bien irrigada en todas sus partes” (Bereishís, Génesis 13:10). poseía todas las abundancias del mundo, y sus habitantes no querían que otra gente las compartiera. R. Jiyá dijo: Ellos merecían castigo por su inmoralidad y su falta de caridad. Pues quien rehusa ayuda a los pobres no merece existir en este mundo, y también pierde el derecho a la vida en el mundo por venir. Por el contrario, quien es generoso con los pobres merece existir en el mundo y es por consideración a él que el mundo existe, y le está reservada la plenitud de la vida en el mundo por venir. “Y Lot salió de Zoar, y moró en la montaña, y sus dos hijos con él” ¿Por qué razón? Porque Zoar estaba demasiado cerca de Sodoma y de ahí que se alejó. R. Yitzjak discurrió sobre el versículo: “Y ellos son volteados merced a las pautas de él, según la obra de ellos” (Yov, Job 37:12). Esto –dijo- significa que el Santo, Bendito Sea, gira constantemente la rueda de los sucesos trayendo hacia arriba cosas ocultas, y, luego, dando otra vuelta y modelando las cosas diferentemente; y, así, “por sus pautas”, El siempre traza esquemas y planifica cómo efectuar el cambio, y hace una nueva pauta. Todo es “según la obra de ellos”, es decir, la variación ocurre de acuerdo con las obras y actos del hombre. El versículo continúa: “Según les ordenó sobre la superficie del mundo habitable”, es decir, es de acuerdo a las obras del hombre que el Eterno modela el curso de los acontecimientos, en todo lo que El ordena en la superficie de la tierra. R. Eleazar interpretó las palabras: “Y ellos son volteados merced a las pautas de el”, de la manera siguiente: El Santo guía el curso de los sucesos de modo que haya aparentemente un estable estado de cosas. Pero cuando los hijos de los hombres imaginan que todo ante ellos es fijo y se halla firmemente establecido, el Santo hace girar sus obras en algo completamente distinto de su estado anterior. Además –dijo– podemos traducir, no “pautas”, sino “pauta”, es decir, “instrumento” y comparar a el Eterno con un alfarero que, al hacer girar su rueda, modela constantemente implementos nuevos según su fantasía. Así el Santo modela constantemente Sus obras, el instrumento que constituye, por así decirlo, Su rueda de alfarero, siendo el mundo inferior Corte de Justicia. Y todo se hace de acuerdo a las obras de los hombres. Si son buenas, la rueda gira a la derecha, haciendo el curso de los sucesos altamente favorable a ellos; y por más que la rueda dé vueltas nunca se abate castigo sobre este lado. En cambio, si los hombres toman por malos caminos, el Santo imparte a Su instrumento un giro a la izquierda, y la rueda da a los acontecimientos un curso desfavorable para los hijos de los hombres. Así ocurre hasta que ellos se torna penitentes y desandan sus malos caminos. Pero el poder motor de la rueda se centra en las obras de los hombres. De ahí la frase: “Merced a Su pauta, según la obra de ellos”, no habiendo aquí permanencia. También en este caso el Eterno manejó los sucesos de modo de alcanzar cierto fin, y todo lo que aconteció tuvo sus raíces en la esfera superior. el Eterno acercó a Sí a Abraham y salió de él Ismael. Ismael nació antes de que Abraham fuera circuncidado, es decir, antes de que se hubiera hecho perfecto mediante el signo del pacto sagrado. Entonces, el Santo, Bendito Sea, recomendó que Abram se circuncidara y entrara en el pacto y adquiriera su nombre completo de Abraham, y fue coronado por la Hé superior, con la simbólica salida de agua del viento. Tan pronto como el simbolismo se completó y Abram se circuncidó, salió de él Yitzjak, que fue la sagrada simiente y que fue ligado a las esferas superiores como simbolizando el fuego del agua, y que de ningún modo se vinculó al “otro lado”. De Lot, a su vez, y de sus hijas salieron dos naciones distintas, que se ligaron al lado adecuado a ellas. Aquí volvemos a ver como el Todopoderoso imprime el curso de las cosas haciéndolas girar de manera que todo encuadre en el esquema general y caiga en su lugar apropiado. Pues se ha de observar que hubiera sido más adecuado para Lot que el Santo hubiese producido esas dos naciones de su unión con su mujer. Pero, fue necesario que esas dos naciones se ligaran a su lugar predestinado, y para eso este vino hubo de desempeñar su papel; y, efectivamente,

en esa caverna se encontraba listo vino a mano. El papel místico desempeñado aquí por el vino es similar al que a su respecto leemos: “Y bebió del vino, y estaba ebrio” (Bereishís, Génesis 9:21). como ya se explicó en otra parte. Acerca De los nombres Moab y Ammon, hizo R. Yose el comentario siguiente: La hija primogénita fue bastante descarada como para llamar a su hijo “Moab”, proclamando con esto que él era meab, es decir, salido del padre de ella; mientras que la más joven también tuvo un hijo, y llamó su nombre Ben-Ammí; la madre por delicadeza le dio ese nombre que se ha de interpretar como significando simplemente “un hijo de mi pueblo”, sin poner de manifiesto que fue de su padre. Luego, las palabras: “Y él no sabía cuando ella se acostó, ni cuándo se levantó” aparecen dos veces en este pasaje, primero con referencia a la hija más joven y después con referencia a la mayor. En el primer caso, la palabra bekumah -“cuando ella se levantó”- aparece escrita con la letra Vav, provista, además, con un puntito, y esto es para significar que el cielo era cómplice de un acto que en última instancia había de traer el nacimiento del Mesías. En cambio, la palabra similar con referencia a la más joven está escrita defectuosamente, sin la letra Vav, por la razón de que nadie de su descendencia tuvo parte alguna en el Santo, Bendito Sea. R. Simeón dijo: El sentido subyacente en las palabras: “Y él no supo” es que él no sabía que el Santo tenía la intención de hacer salir de ella al Rey David y a Salomón y a todos los otros reyes y, finalmente, al Mesías. R. Simeón dijo luego: La expresión “Cuando ella se levantó” tiene su contraparte en las palabras que empleó Ruth: “Y ella se levantó antes de que se pudiera discernir a alguien de otro” (Ruth 3:14). Pues fue en ese día que se podía decir que la hija de Lot se elevó a la altura de su destino al haberse ligado Boaz a uno del linaje de ella para “alzar el nombre de los muertos sobre su heredad”, por lo cual fueron levantados de ella todos los reyes y los elegidos de Israel. Además: “Y él no supo cuándo ella se acostó”, tiene su contraparte en el versículo: “Y ella yació a sus pies hasta la mañana” (Ruth 3:14) Observa la restricción de Abraham al no suplicar gracia para Lot, aunque el santo le anunció primero Su determinación de ejecutar castigo sobre Sodoma; ni siquiera después de que: “Vio, y he aquí que el humo del país subió como el humo de un horno” intercedió a favor de Lot o dirigió al Santo una palabra a su respecto. Ni el Santo mencionó este asunto a Abraham, para que éste no pudiera pensar que el Eterno había empleado alguno de sus méritos para salvar a Lot: No se puede decir que Lot no contaba a ojos de Abraham, pues Abraham arriesgó su vida por él librando guerra contra cinco reyes poderosos. Pero, a causa de su amor al Todopoderoso y, además, porque vio que la conducta de Lot era muy deficiente desde el punto de vista de la norma adecuada, Abraham no pidió que hubiera en consideración a él, ninguna indulgencia. Por esta razón Abraham no intercedió a favor de Lot ni al comienzo ni al fin. “Y Abraham viajó desde allí hacia el país del Sur” Todos sus viajes fueron hacia el lado del Sur que él prefería a los otros lados, porque es el lado de la Sabiduría. “Y Abraham dijo a Sara, su mujer, ella es mi hermana”. De nuestros maestros es el aforismo que un hombre ni ha de confiar en milagros, y

aunque el Santo, Bendito Sea, haya hecho para él una vez un milagro, no ha de contar con él otra vez porque los milagros no ocurren cada día. Y quien corre peligro manifiesto puede con eso agotar todo su mérito previamente acumulado. Esto se puso en claro en la explicación del versículo: “No merezco todas las mercedes y toda la verdad” (Bereishís, Génesis 32:11). Y bien, como Abraham ya había tenido una salvación milagrosa cuando viajó a Egipto, ¿por qué se colocó ahora de nuevo en una dificultad similar diciendo: “Ella es mi hermana”? La respuesta es que Abraham de ninguna manera confió en sí mismo, pero vio a la Schejiná constantemente en la morada de Sara, y esto lo envalentonó a declarar: “Ella es mi hermana” (Mishlei, Proverbios 7:4). “Y el Eterno vino a Abimélej...” ¿Es esto posible? ¿Acaso el Santo, Bendito Sea, viene a los malvados? La misma cuestión se plantea por las palabras: “Y el Eterno vino a Balaam” (Bamidbar, Números 22:9). y también: “Y el Eterno vino a Labán” (Bereishís, Génesis 31:24).  Pero en todos estos casos fueron, en realidad, solamente unos mensajeros divinos enviados a ellos y que, al efectuar sus mensajes, tomaron el nombre divino, Elohim, pues eran emisarios de justicia. De ahí que: “Y el Eterno vino a Abimélej en un sueño de la noche, y le dijo, mira, morirás a causa de la mujer que has tomado”. R. Simeón disertó aquí sobre el versículo: “El labio de la verdad será establecido para siempre; pero una lengua mentirosa sólo es por un momento” (Mishlei, Proverbios 12:19). La primera parte del versículo –dijo- se refiere a Abraham, cuyas palabras en cada ocasión fueron verdad; y la otra parte del versículo es una referencia a Abimélej. Abraham dijo a Sara dos veces: “Ella es mi hermana”. En la primera ocasión se refirió a la Schejiná, que continuamente estaba con Sara, y como Abraham era del lado derecho podía decir de la Schejiná: “Ella es mi hermana”, empleando el término en el mismo sentido místico que en el versículo: “Hermana mía, mi amor, mi paloma, mi incontaminada” (Shir hashirím, Cantar de Cantares 5:2). Abraham la llamaba siempre “hermana” porque estaba ligado a ella inseparablemente. Luego dijo: “Y por otra parte, ella es mi hermana, hija de mi padre, pero no hija de mi madre”. ¿Era realmente así? En realidad se refería todo el tiempo a la Schejiná. Primero dijo: “Ella es mi hermana” en conformidad con la admonición: “Di a la sabiduría, Tú eres mi hermana”. Entonces lo amplió diciendo: “Por otra parte, ella es mi hermana, hija de mi padre”, es decir, hija de la Sabiduría Suprema, por cuya razón es llamada “mi hermana” y también Sabiduría, “pero no hija de mi madre”, es decir, del lugar donde se halla el origen de todo, más oculto y recóndito. “Y así se tornó mi mujer”, es decir, por el camino del cariño y el afecto en el mismo sentido que el versículo: “Y su mano derecha me abraza” (Shir hashirím, Cantar de cantares 2:6). Así, todas sus palabras contenían alusiones místicas. Observa que en la primera ocasión, cuando bajaban a Egipto, la llamó “mi hermana” para ajustarse lo más firmemente a la fe verdadera, y para no ser desviado a grados exteriores; de manera similar ahora continuó diciendo: “Ella es mi hermana” porque no se desvió de la fe verdadera. Pues Abimélej y todos los habitantes del país practicaban culto extraño y, por eso, al entrar allí, Abraham osó decir: “Mi hermana”, señalando con ello el mismo parentesco indisoluble que entre hermano y hermana. Pues el vínculo marital puede disolverse, pero no el vínculo entre hermano y hermana. Así, mientras que todas las gentes del país eran adictas al culto de las estrellas y las constelaciones, Abraham el creyente verdadero, confesaba: “Ella es mi hermana”, como diciendo: “Nosotros dos nunca nos separaremos”. Podemos aplicar aquí las palabras: “Y para su hermana que es una virgen” (Vayikrá, Levítico 21:3) , que se dijo para el sacerdote, pero que esotéricamente significan la morada donde siempre descansa Abraham. Está escrito: “Al Eterno tu El Eterno temerás; a El servirás; y a El te adherirás y por Su nombre jurarás” (Devarím,  Deuteronómio 10:20). La partícula et apunta al primer grado, la región del temor al Eterno, y de ahí “temerás”, porque allí, por ser la Corte de Justicia, el hombre debe temer a su amo. Las palabras: “A El servirás” señalan un grado más elevado que descansa sobre el más bajo, siendo los dos inseparables. Ese es el lugar del pacto sagrado, el objeto del servicio. “Y a El adherirás” se refiere a la región de unión completa, es decir, al cuerpo que descansa en el centro; “y por su nombre jurarás” se refiere al séptimo de los grados. Por eso Abraham adhirió a la fe verdadera cuando bajó a Egipto y también cuando fue al país de los Filisteos. Era como un hombre que quería bajar a un foso profundo pero temía no poder salir de él de nuevo. Por eso afirmó un cordel encima del foso, y habiendo así asegurado su subida, bajó. De la misma manera, Abraham, cuando estuvo por descender a Egipto, primero aseguró firmemente su fe, y teniendo por tal modo algo en que sostenerse bajó allí. Hizo lo mismo cuando fue al país de los Filisteos. “El labio de la verdad” es, entonces, “establecido para siempre, pero una lengua mentirosa sólo es por un momento” refiriéndose la “lengua mentirosa” a Abimélej, el cual dijo: “He hecho esto en la simplicidad de mi corazón y la inocencia de mis manos”. ¿Cuál fue la respuesta que recibió? “Ciertamente sé que lo has hecho en la simplicidad de tu corazón, pero no se menciona la inocencia de las manos. Por eso ahora restituye la esposa del hombre, porque él es un profeta”. R. Judá discurrió sobre el versículo: “El custodió los pies de su piadoso” (Shmuel 1, 1º Samuel 2:19). “Su piadoso”, dijo, es Abraham, a quien el Eterno siempre tuvo bajo atento cuidado, mientras que la palabra “pies” alude a su esposa, con la cual el Eterno envió la Schejiná para que la cuidara. Según otra interpretación, el Santo acompañaba continuamente a Abraham, de modo que nadie pudiera causarle daño. “Pero los malvados serán silenciados por la oscuridad” (Shmuel 1,  1º Samuel 2:19). Esos son los reyes a quienes el Santo mató en la noche en que Abraham los persiguió; la noche se unió con la oscuridad para matarlos, y, así, mientras Abraham era quien persiguió, fue la oscuridad quien mató. Así está escrito: “Y él se dividió contra ellos en la noche, él y sus servidores, y él los golpeó” (Bereshís, Génesis 14:15). Por “dividirse” se quiere decir aquí que el Santo separó su atributo de misericordia del de justicia, para vengar a Abraham. En vez de: “Y él los golpeó” hubiéramos esperado : “Y ellos los golpearon”. Pero esto es nuevamente una referencia al Santo, “pues el hombre no prevalece por la fuerza”, dado que solamente Abraham y Eliézer estaban allí. R. Yitzjak planteó la pregunta: ¿No se nos enseñó que un hombre no ha exponerse a peligro confiando en un milagro? ¿Y Abraham no se colocaba en situación de extremo peligro al perseguir a los cinco reyes y comprometerse en lucha contra ellos” R. Judá respondió: Abraham no salió con la intención de librar batalla, ni contó con un milagro. Lo que le empujó a abandonar su casa fue la desgracia de Lot, a quien resolvió rescatar, llevando consigo dinero con este propósito, y hallándose preparado, para el caso de no tener éxito, a morir con él en cautiverio. Pero tan pronto como salió, vio la Schejiná iluminando el camino delante de él y escoltándolo ejércitos de ángeles. Fue entonces que comenzó a perseguirlos, mientras que el Santo los mataba. De ahí el versículo: “Y los malvados son

silenciados en la oscuridad” (Shmuel 1, 1º Samuel 2:9).  R. Simeón dijo: La interpretación mística del versículo es como sigue: “El custodiaba los pies de sus piadosos”; esto se refiere a Abraham. Pero cuando Abraham salió se le unió Yitzjak, y así los enemigos cayeron ante él. Pero si Yitzjak no se hubiera asociado con Abraham, ellos no habrían sido exterminados. Así está escrito: “Pero los inicuos serán silenciados en la oscuridad, pues el hombre no prevalece por la fuerza”. Esto indica que, aunque la fuerza reside siempre en el lado derecho, si no mediara la ayuda del lado izquierdo, de la oscuridad, los adversarios no serían abatidos. Según otra interpretación: “El custodiaba los pies de sus piadosos” significa que cuando un hombre ama verdaderamente al Eterno, Este le retribuye su amor en todos sus actos y lo custodia en todos sus caminos, como está escrito: “El Eterno custodiará tu salida y tu regreso desde ahora y por siempre” (Tehilím, Salmos 121:8). Observa cuán asiduo fue Abraham en su amor al Santo. Pues a cualquier parte adonde iba no se preocupaba por sí y solamente procuraba adherir al Todopoderoso. De ahí que el Eterno custodiaba los pies de “sus piadosos”, refiriéndose el término “pies” a la esposa de Abraham, con respecto a la cual está escrito: “Y Abimélej no se acercó a ella”. También en el caso de Faraón encontramos escrito: “Y el Eterno castigó al Faraón y su casa con grandes plagas conforme a la palabra de Sarai” (Bereishís, Génesis 12:17). lo que implica que ella dio la orden y el Santo administró los golpes. Así: “El custodiaba los pies de sus piadosos”. “Pero los malvados serán silenciados en la oscuridad”: Éstos son Faraón y Abimélej, a quienes el Santo administró castigo de noche, mientras que las palabras: “Pues no por la fuerza prevalecerá el hombre” se refiere a Abraham, por quien el Eterno dijo: “Y ahora, por eso, restituye la esposa del hombre”. “Y el Eterno recordaba a Sara, como había dicho”. R. Jiyá discurrió sobre el versículo: “Y él me mostró a Yoschúa el Sumo sacerdote de pie ante el ángel del Eterno, y a Satán de pie a su lado derecho para acusarlo”. (Zajariyahu, Zacarías 3:1). Dijo: este versículo debe ser considerado cuidadosamente. “Yoschúa el Sumo sacerdote” es Yoschúa el hijo de Yeotzédek; “el ángel del Eterno” ante el cual se hallaba de pie en la región del “paquete de las almas” de los justos, que se conoce como “el ángel del Eterno”, “Satán parado a su derecha para acusarlo” es el tentador malo que ronda de un lado a otro por el mundo para arrebatar almas y seducir seres a la perdición, ángeles lo mismo que seres humanos. Nabuconodosor arrojó al fuego a Yoschúa junto con los falsos profetas; y ése fue el momento aprovechado por Satán para traer contra él acusaciones en lo alto para que fuese quemado junto con ellos. Pues esta es la modalidad de Satán: Reservar su acusación para la hora de peligro, o para un tiempo en que el mundo está en desgracia. En un tiempo así tiene autoridad a la vez para acusar y para castigar aun sin justicia, como se dice: “Pero hay quien es barrido sin causa justa” (Mishlei, Proverbios 13:23). Satán se hallaba entonces parado “para acusarlo” es decir, para alegar que, o todos fueran liberados o bien todos quemados en el fuego. Pues, cuando el ángel de destrucción obtiene autorización para destruir, no discrimina entre inocente y culpable. Por esta razón cuando el castigo se abate sobre una ciudad, no puede el hombre abandonarla antes de ser alcanzado. Aquí fue todo más fácil para Satán, porque los tres ya se habían unido en uno en el horno de fuego, y pudo aquí requerir un tratamiento único para todos ellos, ya sea para ser quemados o para ser salvados. Pues un milagro no se produce a medias, liberando una mitad y dejando otra mitad para ser destruida, sino que el todo es, o milagrosamente salvado, o abandonado a su condena. R. Yose le dijo: ¿Es realmente así? ¿No dividió el Eterno el Mar Rojo para los israelitas de modo que pudieran pasar sobre tierra seca, mientras que las mismas aguas rodearon a los egipcios y los ahogaron, de modo que tienes aquí en un mismo punto una liberación milagrosa y un castigo divino? R. Jiyá respondió: Fue por eso mismo que el milagro del Mar Rojo presentó tales dificultades al Todopoderoso. Pues cuando el Eterno castiga y milagrosamente libera al mismo tiempo es habitual que ello no ocurra en el mismo lugar o en la misma casa. Cuando ello ocurre, constituye para el una tarea pesada. Por el mismo principio el Santo no castiga a los culpables hasta que se haya colmado la medida de su culpa, como está escrito: “Pues la iniquidad de los Amorreos aún no está colmada” (Bereishís, Génesis 15:16).  y otra vez: “En plena medida, cuando la despediste, disputaste con ella” (Yeshayahu, Isaías 27:8).  Por eso Satán requirió que Yoschúa fuese quemado junto con los otros, hasta que él le dijo: “El Eterno te reprocha, oh Satán” (Zajariyahu, Zacarías 3:2). ¿Quién dijo esto?

Fue le ángel del Eterno. Pero, observa con respecto de Moishé junto a la zarza también está escrito: “Y el ángel del Eterno se le apareció en una llama de fuego” (Shemót, Éxodo 3:2), mientras que un poco más adelante está escrito: “Y cuando el Eterno vio que él se volvió a un lado para ver”[107]. [107] Éxodo III, 4.  La verdad es que la Escritura dice a veces “el ángel del Eterno”, a veces simplemente “el ángel”, y a veces, también, “el Eterno”. De ahí que también aquí está escrito: “El Eterno te reprocha, oh Satán”, y no: “Mira, yo te reprocho”. Así, toda vez que el Santo se halla sentado en el Trono del Juicio para juzgar al mundo, Satán, el seductor de hombres y ángeles, está listo parta hacer daño y para arrebatar almas. R. Simeón, un día, mientras se dedicaba a sus estuel Eterno se hallaba examinando el versículo: “Y los ancianos de esa ciudad tomarán una vaquilla del rebaño... y quebrarán la nuca de la vaquilla allí en el valle”. [108] [108] ¿Pone el numero, pero no la nota? Dijo: Según la ley nunca debe ser quebrada con un hacha pequeña. R. Eleazar le preguntó: ¿Qué necesidad hay de todo esto? Entonces R. Simeón lloró y dijo: Desdichado el mundo que fue seducido. Pues desde el día en que la malvada serpiente habiendo engañado a Adán, obtuvo dominio sobre el hombre y sobre el mundo, siempre ha estado apartando gente de la senda recta, y el mundo no dejará de sufrir sus maquinaciones hasta que vendrá el Mesías, cuando el Santo levantará a la vida a los que duermen en el polvo, de acuerdo con el versículo: “El devorará la muerte para siempre” (Yeshayahu, Isaías 25:8). y el versículo: “Y Yo haré que el espíritu impuro salga del país” (Zajariyahu, Zacarías 13:2). Mientras tanto Satán domina este mundo y arrebata las almas de los hijos de los hombres. Observa ahora el pasaje: “Si será encontrado uno asesinado en el país” (Devarím, Deuteronomio 21:1-9). Ordinariamente es por obra del Ángel de la Muerte que las almas salen de sus cuerpos, pero con ese hombre no ocurrió así. Sino que quien lo asesinó hizo que su alma partiera de él antes de que viniera el tiempo para que el Ángel de la Muerte se la tomara. De ahí que está escrito: “Y no puede hacerse expiación para el país por la sangre en él derramada, sino con la sangre de quien la derramó” (Bamidbar, Números 35:33).  ¿No basta al mundo que Satán esté alerta para desviar a los hombres y formular contra ellos acusaciones, para que se incremente su furia despojándolo de lo que es su función? Pero, el Santo es misericorel Eternoo para con Sus hijos, y así previó la ofrenda de un cordero como reparación por el alma de que Satán fue despojado, como un medio de pacificar al acusador del mundo. En esto se halla envuelto un misterio profundo. Las ofrendas del buey, de la vaca, del cordero, de la vaquilla tienen todas una honda significación mística y por eso hacemos reparación de la manera mencionada en el texto. De ahí la declaración: “Nuestras manos no han derramado esta sangre” (Devarím, Deuteronomio 21:7). ellos no han derramado esa sangre y nosotros no hemos causado esa su muerte. Y de esta manera el acusador es mantenido a distancia. Todo esto es un buen consejo que el Santo da al mundo. Observa que lo mismo se aplica al Día del Año Nuevo y al Día de la Expiación. Ese es el tiempo en que el mundo es sometido a proceso y Satán trae sus acusaciones. Por eso necesita Israel hacer sonar la trompeta y emitir un sonido que es un compuesto de fuego, agua y aire; ese sonido asciende al lugar del Trono del Juicio, donde se sienta la Corte de Justicia, y choca en él, y sigue ascendiendo. Tan pronto como el sonido llega de abajo, es reforzada la voz de Yaakov en lo alto, y el Santo, Bendito Sea, es incitado a la misericordia, correspondiendo al sonido que une fuego, agua y aire que Israel emite aquí abajo, sale un soplido de lo alto. Por los dos soplidos, el uno de lo alto y el otro de lo bajo, el mundo es fortalecido y la misericordia prevalece. Entonces, se halla confundido el Acusador que pensaba prevalecer en el juicio y obtener sentencia contra el mundo. Su fuerza desfallece, y no puede hacer nada. Entonces, el Santo, sentado para juzgar, une la misericordia y no rigurosamente. Observa el versículo: “Sopla el cuerno en el Novilunio, en nuestro día de fiesta” (Tehilím, Salmos 81:4). La palabra ba-kesch significa el tiempo en que la Luna es invisible. Pues en ese tiempo la serpiente malvada está con fuerza y es capaz de dañar al mundo. Pero cuando ha surgido la misericordia, la Luna asciende y se aparta de ese lugar, y así se confunde la mala serpiente, pierde su fuerza y es incapaz de acercarse allí. De ahí que en el Día del Año Nuevo es necesario confundirla, de manera que sea como quien despierta del sueño y está semiconsciente. Igualmente, en el día de la expiación es requisito para pacificarlo y hacerlo propicio por medio del chivo expiatorio que se le trae con lo que se lo induce a tomar la defensa de Israel. Pero en el Día de Año Nuevo se torna confundido y es incapaz de hacer nada. Ve la incitación de la misericordia ascendiendo de abajo, el despertar de la misericordia en lo alto, y entre ellos la Luna; y esto lo confunde, lo desorienta, queda sin poder, y así el Santo dispensa Su juicio sobre Israel en un espíritu de misericordia, y le acuerda, como un tiempo de gracia, esos días entre el del año Nuevo y el de la expiación, para la aceptación de todos aquellos que se arrepienten de sus pecados, y para el perdón de sus iniquidades, dándoles un respiro hasta el Día de la expiación. De esta manera, el Santo ha dado a Israel todos esos mandamientos para salvarlo de caer en las manos malas y de ser juzgado con rigor de modo que puedan todos sus hijos salir inocentes sobre la tierra, mediante Su misericordia que es como la misericordia de un padre hacia sus hijos. Como lo hemos explicado todo depende de las acciones y las palabras. “Y el Eterno visitó a Sara como había dicho” cumpliendo, así, las palabras: “Ciertamente Yo volveré a ti cuando retorne la estación; y, he aquí, Sara tu mujer tendrá un hijo” (Bereishís, génesis 18:10). Una tradición nos enseña que el término pakad –“visitó”- está escrito en conexión con mujeres, y el término zajar –“recordó”- en conexión con hombres. De ahí que aquí está escrito: “Y el Eterno visitó a Sara como había dicho”. La expresión: “Como había dicho” en el pasaje de Bereishís, (Bereishís, génesis 18:10), se refiere al Eterno Mismo, y no a un mensajero. “Y el Eterno hizo a Sara como había hablado” Como el texto ya contenía “y el Eterno visitó a Sara”, ¿qué necesidad hay de agregar “y el hizo a Sara”? La razón es ésta: Una de nuestras doctrinas es que “el fruto de la obra de la mano” del Todopoderoso brota del río que sale de Edén. Este “fruto de la obra de la mano del Eterno” es las almas de los justos y también es la suerte –“mazal”- de la que fluyen toda buena fortuna y lluvias de bendición, como está escrito: “Para irrigar el Jardín” (Bereishís, génesis 2:10), es decir, para hacer que la corriente fluya desde lo alto e irrigue y fertilice el mundo de abajo. Pues la humanidad depende de esta suerte, y no de otra fuente. Por eso, además de “visitar” a Sara, el Eterno también hizo algo en la región de lo alto, pues todo depende de eso. De ahí que las dos etapas de “visitar” y “hacer”, con el nombre del Eterno, mencionado en cada una, forman en conjunto un proceso único. R. Eleazar disertó sobre el versículo: “He aquí, los hijos son una herencia de parte del Eterno, y premio suyo es el fruto del seno” (Tehilím, Salmos 127:3). El sentido –dijo- es que los hijos le confieren a un hombre la herencia del Eterno, por la que se liga al Eterno para todo tiempo. Pues, el hombre que posee el privilegio de tener hijos en este mundo será, por ellos, merecedor de entrar “detrás del reparto” en el mundo por venir, y al dejar un hijo en este mundo, los méritos de un hombre son realizados en el mundo por venir, y merced a él entra en la “herencia del Eterno”. ¿Qué es la “herencia del Eterno”? Es el “país de los vivientes”, un nombre con el cual se llama a la Tierra de Israel, como lo prueban las palabras del Rey David: “Pues en este día me han arrojado, para que yo no pueda acercarme a la herencia del Eterno, diciendo: Anda a servir a otros el Eternoes” (Shmuel 1,  1º Samuel 26:19).  Por lo tanto, “he aquí, que los hijos son una herencia del Eterno”. “El fruto del Eterno de la matriz es un premio” se refiere a la retribución en el mundo por venir. Igualmente, “una herencia del Eterno son los hijos” es decir, la herencia del fruto de las obras del Santo es de abajo, del árbol de vida, porque es de ahí que un hombre es bendecido con hijos, como leemos: “Procedente de Mí será hallado tu fruto” (Hoshea, Oseas 14:9), y “Feliz es el hombre que tiene su carcaj lleno de ellos,  ellos no serán avergonzados” (Tehilím, Salmos 127:5). feliz en este mundo y feliz en el mundo por venir. “No serán avergonzados cuando hablen con sus enemigos en la puerta” ¿Quiénes son los “enemigos en la puerta”? Son los ángeles acusadores. Pues, cuando un hombre parte de este mundo hay numerosos de esos ángeles que tratan de obstruir su camino e impedirle alcanzar su lugar. Pero él pasa a través de “la puerta” porque ha dejado rehenes en este mundo en virtud de los cuales es considerado digno de un lugar en el mundo futuro. Así, “ellos no serán avergonzados cuando hablen con sus enemigos en la puerta”. Cierta vez R. Judá y R. Yose andaban por el camino. R. Judá dijo a R. Yose: Abre tus labios y di algo de exposición de la Torá, pues la Schejiná te acompaña. Pues, toda vez que se estudia seriamente la Torá, la Schejiná viene y se agrega, y más aún en el camino, donde la Schejiná va con anticipación, precediendo a los que adhieren a la fe en el Santo. Entonces, R. Yose comenzó a discurrir sobre el versículo: “Tu mujer será como parra fructífera en las partes más internas de tu casa; tus hijos, como plantas de olivo, en torno de tu mesa” (Tehilím, Salmos 128:3). Dijo: En tanto una mujer reside en las partes más internas de la casa, ella permanece virtuosa y es apropiada para tener hijos dignos. Es como una parra, pues así como a una parra nunca se le injerta con otra especie sino con la suya propia, así la mujer digna no sobrelleva prole de un hombre extraño, sino solamente de su marido. Su retribución es tener “hijos como plantas de olivo en torno a la mesa”. Así como las hojas de olivares no caen , sino que se mantienen firmemente unidas a las ramas el año entero, así serán “tus hijos como plantas de olivo, en torno de tu mesa”. El texto continúa: “He aquí que así será bendecido el hombre que teme al Eterno” (Tehilím, Salmos 128:4). El término “seguramente” parece ser superfluo. Pero indica una lección más, esto es, que en tanto la Schejiná permanece modestamente en su lugar propio, si cabe la expresión, se puede decir de ella: “Tus hijas serán como plantas de olivo, en torno de tu mesa”, con referencia a Israel durante el tiempo en que residió en la Tierra de Israel; se hallaban “en torno de tu mesa”, comiendo y bebiendo y trayendo ofrendas y festejando ante el Santo, Bendito Sea. Merced a ellos eran bendecidos ambos, todos los de lo alto y todos lo de abajo. Pero cuando la Schejiná partió, Israel fue apartado de la mesa de su padre y dispersado entre las naciones, y lloraba continuamente sin que nadie le prestara atención, con excepción del Santo, como está escrito: “Y sin embargo, por todo ello, cuando están en el país de sus enemigos” (Vayikrá, Levítico 26:44). Hemos visto cuántos hombres como santos han perecido por decretos tiránicos, todo como parte del castigo a Israel por no atenerse a la Ley cuando se hallaba en la Tierra Santa. Está escrito: “Porque no serviste al Eterno tu El Eterno con júbilo y con alegría del corazón, a causa de la abundancia de todas las cosas” (Devarím, Deuteronómio 28:47). Las palabras: “Porque no serviste con júbilo” se refieren a los Sacerdotes que ofrendaban sacrificios y holocaustos “con júbilo” “y con alegría del corazón” se refiere a los Levitas, “a causa de la abundancia de todas las cosas” es una referencia a los israelitas laicos cuya posición estaba en el medio y que recibían bendiciones de todos lados. Igualmente está escrito: “Has multiplicado la nación, has hecho grande su júbilo” (Yeshayahu, Isaías 9:2), con referencia a los sacerdotes, “ellos se regocijan ante ti según el regocijo de la cosecha” (Yeshayahu, Isaías 9:2). indica los israelitas laicos a quienes el Santo bendice con una buena cosecha del campo, de toda la cual dan un diezmo, “como los hombres se regocijan cuando dividen el despojo” (Yeshayahu, Isaías 9:2). se refiere a los

Levitas que toman un décimo del piso de trillar. Según otra explicación: “Has multiplicado la nación” designa a Israel que tiene fe en el Santo, “Hiciste grande su júbilo” alude al grado primero y supremo, al que se ligó Abraham, que es lleno de júbilo, “ellos se regocijan delante de ti” cuando suben para ligarse a Ti, “según el regocijo en la cosecha”, es una referencia a la Comunidad de Israel, a quien propiamente pertenece el júbilo en la cosecha, “como los hombres se regocijan cuando dividen el botín”, referencia al júbilo que manifiesta el resto de los poderes inferiores y conductores de carros cuando dividen el botín y caen sobre su presa en primera fila. R. Judá disertó sobre el versículo: “Tiempo es de hacer algo para el Eterno, porque destruyen Tu Ley” (Tehilím, Salmos 119:126). Se ha sostenido que el término eth, “tiempo”, es una designación de la Comunidad de Israel. ¿Por qué se llama “tiempo” eth, a la Comunidad de Israel? Porque en ella todas las cosas están reguladas por tiempos y períodos, cuándo acercarse a la Divinidad, cuándo recibir luz desde arriba, y cuándo comulgar, como leemos: “Pero, en cuanto a mí, que mi plegaria sea contigo, Oh Eterno, en tiempo aceptable” (Tehilím, Salmos 69:14). Así, “la Comunidad debe ser hecha hacia el Eterno”, es decir, debe ser preparada y adecuada para comulgar con el Eterno. Así, la palabra “hizo” se emplea en el versículo: “Y David se hizo un nombre” (Shmuel 2,  2º Samuel 8: 13). y esto por medio de quienes trabajan en el estudio de la Torá. ¿Y por qué todo esto? Porque “han destruido Tu Ley”, pues si “no hubieran destruido Tu Ley” nunca habría habido un extrañamiento entre el Santo e Israel. R. Yose dijo: El versículo: “Yo el Eterno lo apresuraré en su tiempo” (Yeshayahu, Isaías 60:22). Se explica de esta manera. La palabra beítah, “en su tiempo”, puede resolverse en be teth hé, “en el tiempo de la letra Hé”, es decir, “cuando llegue para la Hé el tiempo de levantarse del polvo Yo lo apresuraré”. R. Yose dijo luego: Pero Comunidad de Israel ha de permanecer en el polvo un solo día, y no más. R. Judá dijo: La tradición concuerda con lo que dijiste. Pero, has de observar lo que acerca de esto hemos aprendido, y es que cuando la Comunidad de Israel fue exiliada de su hogar, las letras del Nombre Divino se volvieron, si así se puede decir, separadas, y la Hé se apartó de la Vav. Así, podemos entender la sentencia: “Yo enmudecí en silencio” (Tehilím, Salmos 39:3), como que debido a la separación de la Vav de la Hé no hubo Voz, y de este modo la Expresión se silenció. Por eso ella yace en el polvo todo el día de la Hé, es decir, todo el quinto milenio, aunque ya había estado en el exilio antes del comienzo del quinto milenio, que simboliza la Hé. Y cuando comience el sexto milenio que la Vav simboliza, ésta, la Vav, resucitará a la Hé seis veces diez –alusión a las sesenta almas-, lo que significa la Vav repetida diez

veces. La Vav ascenderá a la Yod y redescenderá a la Hé. La Vav será multiplicada diez veces en la Hé, formando sesenta, cuando levantará a los exiliados desde el polvo. A cada sesenta años del sexto milenio la Hé ascenderá a una etapa máselevada, adquiriendo mayor fuerza. Y puertas de la sabiduría arriba y las fuentes de la sabiduría abajo, y el mundo se preparará para entrar en el séptimo milenio como un hombre se prepara en el sexto día de la semana, cuando el Sol está a punto de ponerse. Como mnemónico de todo esto tomamos el versículo: “En el sexto ciento de años

de la vida de Noé... todas las fuentes de gran profundidad se levantaron” (Tehilím, Génesis 7:11). R. Yose le dijo: Tus cálculos postulan un período mucho más largo que el que asentaban los camaradas, según los cuales el exilio de la Comunidad de Israel sólo ha de durar un día, es decir, mil años, como está dicho: “Me ha hecho desconsolar y languidecer todo el día” (Eijá, Lamentaciones 1:13). R. Judá dijo en respuesta: Esto es lo que aprendí de mi padre acerca de los misterios de las letras del Nombre Divino y de la duración del mundo, como acerca de los días de la creación, todo lo cual pertenece a la misma doctrina mística. En ese tiempo el arco de la lluvia, el arco iris, aparecerá en la nube con colores radiantes, como una mujer que se adorna para su marido, en cumplimiento del versículo: “Y lo miraré, para poder recordar el pacto sempiterno” (Bereishís, génesis 9:16), pasaje ya explicado en otra parte. “Yo lo veré” con todos sus colores esplendentes, y, así, “recordaré el pacto eterno”. ¿Quién es el pacto eterno? Es la Comunidad de Israel. La Vav se unirá con la Hé, y la resucitará del polvo. Cuando la Vav se desplazará para unirse con la Hé, aparecerán en el mundo signos celestiales y los Rubenitas librarán guerra contra todo el mundo; y así la Comunidad de Israel será alzada del polvo, porque el Santo la recordará. De esta manera el Santo habrá morado con ella n el exilio durante un número de años de Vav veces Yod, es decir, seis veces diez, después del cual será alzada, y se ejecutará venganza sobre el mundo, y los de abajo serán exaltados. R. Yose le dijo: Todo lo que dices es exacto, pues lo indican místicamente las letras, y no necesitamos entrar en ningún otro cálculo sobre el fin, “Ketz”. Pues en el libro del venerable R. Yeba encontramos el mismo cálculo. El versículo: “Entonces la tierra completará , satisfacerá sus Sábados” (Vayikrá, Levítico 26:34). es una alusión a la implicación de la Vav, como se indica en un versículo subsiguiente: “Y Yo recordaré mi pacto con Yaakov” (Vayikrá, Levítico 26:42), y luego, en el mismo versículo, dice: “Y recordaré el país”, con lo que indica la Comunidad de Israel. La palabra “satisfacerá”, Tirtzeh, significa que el Santo le será favorable. En cuanto al “un día” del cual hablaron los compañeros, seguramente todo se halla oculto con el Santo y se encuentra todo en el misterio de las letras del Nombre Divino. Pues R. Yose ha revelado aquí el fin del exilio por medio de esas letras. R. Judá dijo: Observa que también cuando Sara fue visitada, quien la visitó fue el grado de la esencia divina simbolizada por la Vav, como está escrito: “Y (Va) el Eterno visitó a Sara”, porque todo se halla contenido en el misterio de la Vav y por ella se nos revelarán todas las cosas. R. Yose dijo: Todavía hemos de permanecer en el exilio largo tiempo hasta que llegue el día, pero todo depende de si el pueblo se arrepentirá de sus pecados, como resulta del pasaje: “Yo el Eterno lo apresuraré en su tiempo” (Yeshayahu, Isaias 60:22). es decir, si lo merecerán: “Yo lo apresuraré”, y, si no, “en su tiempo”. Entonces los dos continuaron su camino. De pronto, R. Yose dijo: Me viene a la memoria que en este lugar estuve una vez sentado con mi padre y él me dijo: “Cuando llegues a la edad de sesenta años estás destinado a encontrar en este lugar un tesoro de sabiduría sublime”. Yo he vivido para alcanzar esta edad, y no he encontrado el tesoro, pero quisiera saber si las palabras que acabamos de hablar no son la sabiduría a que él se refería. Luego me dijo: “Cuando la llama celestial alcance el espacio entre tus dedos, yo escaparé de ti”. Le pregunté: “¿Cómo conoces esto?”. Él contestó: “Lo sé por los dos pájaros que pasaron sobre tu cabeza”. En este punto R. Yose lo dejó y entró en una caverna, y en su extremo más alejado encontró un libro escondido en la grieta de una roca. Lo sacó, dio una mirada a los setenta y dos trazos de las letras que fueron dadas a Adán, el primer hombre, y mediante las cuales conoció toda la sabiduría de los seres celestiales supremos y todos esos seres que moran detrás del molino con giros detrás del velo entre las supremas esencias etéreas, lo mismo que todo lo destinado a ocurrir en el mundo, hasta el día en que aparecerá una nube en el lado de Occidente y oscurecerá el mundo.

R. Yose llamó entonces a R. Judá y los dos empezaron a examinar el libro. En cuanto estudiaron dos o tres de las letras que se encontraron contemplando esa sabiduría suprema. Pero al comenzar a internarse en el libro más profundamente y a comentarlo, una llama de fuego movida por un viento tempestuoso pegó en sus manos, y el libro desapareció de ante ellos. R. Yose lloró diciendo: ¿Es posible, guarde El Eterno, que estemos manchados por algún pecado? ¿O somos indignos de poseer el conocimiento allí contenido? Cuando vieron a R. Simeón le contaron lo que había ocurrido. Él les dijo: ¿Acaso estuvisteis escudriñando las letras que tratan de la venida del Mesías? Ellos contestaron: No podemos decir, pues hemos olvidado todo. R. Simeón continuó: El Santo, Bendito Sea, no desea que al mundo se revele tanto, pero cuando se hallen próximos los días del Mesías hasta los niños descubrirán los secretos de la sabiduría y con esto serán capaces de calcular el milenio; en ese tiempo será revelado a todos, como está escrito: “Pues entonces, Yo dirigiré a los pueblos un lenguaje puro” (Tzefanyah, Sofonías 3:9). refiriéndose el término az, “entonces”, al tiempo cuando la Comunidad de Israel será alzada del polvo y el Santo hará que su posición sea enhiesta; entonces: “Yo dirigiré a los pueblos un lenguaje puro, para que todos puedan llamar al Eterno, para servirlo con una sola anuencia” (Tzefanya, Sofonías 3:9). Observa que aunque se dice que Abraham “viajó todavía hacia el Sur” (Bereishís, génesis 12:9).  Él no alcanzó su grado justo hasta que nació Yitzjak. Pero tan pronto como Yitzjak, hubiera nacido, alcanzó ese grado, por la estrecha asociación y unión de los dos. Por esta razón, él y no otro, la llamó Yitzjak, a fin de que agua y fuego se fusionaran. De ahí que: Y Abraham llamó el nombre de su hijo que le nació, que Sara tuvo para él, Yitzjak; es decir, el hijo que le nació como fuego nacido del agua. “Y Sara vio al hijo que Hagar, la egipcia, tuvo para Abraham, haciendo entretenimiento”. R. Jiyá dijo: Después de registrar el nacimiento de Yitzjak, la Escritura nunca menciona a Ismael por el nombre mientras estaba aún en la casa de Abraham. No se puede mencionar la escoria en presencia del oro. Por eso aquí la referencia a Ismael es como “el hijo de Hagar la egipcia”, porque no cuadraba que su nombre se mencionara en presencia de Yitzjak. R. Yitzjak dijo: Las palabras: “Y Sara vio” implican que ella lo miraba desdeñosamente, como siendo hijo, no de Abraham, sino de Hagar la egipcia y más aún, solamente Sara lo miraba así, pero no Abraham, pues leemos que: La cosa era muy penosa a ojos de Abraham por causa de su hijo, no el hijo de Hagar, sino el hijo de él. R. Simeón dijo: La Escritura realmente habla en elogio de Sara. Pues lo que ella vio fue que él se entregaba en prácticas idólatras. De ahí que ella dijo: Seguramente este no es el hijo de Abraham, que siga los pasos de Abraham, sino el hijo de Hagar la egipcia, que retrocede al tipo de su madre. De ahí que: Y ella dijo a Abraham: Arroja a esta mujer y su hijo; para que el hijo de esta mujer no sea heredero con mi hijo, igualado con Yitzjak. No cabe suponer que a Sara la movían celos de ella o de su hijo. Pues de lo contrario, el Santo no la habría apoyado diciendo: En todo lo que Sara te dice, escucha su voz. Por eso, la verdad es que ella lo observó adorando ídolos y efectuando las prácticas que su madre le había enseñado. De ahí las palabras de Sara: “El hijo de esta mujer no sea

heredero”, que es como decir: “Yo sé que él nunca entrará en el redil de la fe verdadera y que no tendrá parte con mi hijo ni en este mundo ni en el mundo por venir”. Por eso el Eterno la apoyó, porque El quería mantener la simiente sagrada cuidadosamente separada, porque este fue el fin para el cual El creó el mundo, pues Israel trabaja en Su pensamiento antes de la creación del mundo. Por eso apareció en el mundo Abraham, para que el mundo fuese mantenido en consideración a él. Abraham e Yitzjak juntos mantuvieron el mundo, pero no estaban firmemente establecidos hasta que vino al mundo Yaakov. Cuando Yaakov apareció, ambos, Abraham e Yitzjak, llegaron a establecerse firmemente y con ellos el mundo todo. De Yaakov emergió gradualmente en el mundo el pueblo santo, y así, toda la existencia se tornó debidamente establecida de acuerdo a la pauta sagrada. De ahí que el Eterno dijo: “En todo lo que Sara te dice, escucha su voz; porque en Yitzjak será llamada simiente para ti”, es decir, en Yitzjak, y no en Ismael. El texto continúa: “Y ella partió y se extravió en el desierto de Beersheba”. El término hebreo que significa “y se extravió” indica idolatría, como el término afín en el versículo: “Ellos son vanidad, obra del error, andanzas extraviadas” (Yeremiyahu, Jeremías 10:15). Fue por causa de Abraham que el Santo no la abandonó a ella ni a su hijo. Observa que en la ocasión anterior cuando ella se fue de Sara, se le dijo: “El Eterno ha oído tu aflicción” (Bereishís, génesis 16:11). Pero, ahora, como ella se extravió tras de ídolos, aunque levantó su voz, y lloró, se dice: Pues El Eterno oyó la voz del mozalbete donde él está. La expresión: “Donde él está” la interpretamos como implicando que él era aún un menor a ojos de la corte celestial. Pues, mientras aquí abajo, en la corte humana, la edad de la responsabilidad se alcanza a los trece años, en la corte celestial sólo se alcanza a los veinte años. Antes de esta edad, aun si uno es culpable, no es punible. De ahí la frase “Donde él está”. R. Eleazar dijo: Si es así, ¿por qué sería alguien castigado con morir antes de veinte? Antes de trece, es verdad, puede morir por los pecados de su padre, pero ¿por qué después de trece? R. Jiyá respondió: El santo tiene misericordia de uno así de modo que, si muere cuando es inocente, obtenga una recompensa en el otro mundo, en vez de morir en culpa y recibir castigo en ese mundo. R. Eleazar agregó: Pero si ya es culpable antes de alcanzar la edad de veinte años, ¿qué diremos? Si ha muerto antes de llegar a la edad de castigo, ¿cómo será castigado? R. Simeón respondió: De uno así está escrito: “Pero el vientre de los inicuos padecerá necesidad” (Mishlei, Proverbios 13:25). Pues cuando sobre el mundo desciende el castigo uno así es derribado por el Ángel destructor sin sentencia expresa pronunciada por el tribunal celestial o el terrenal, mientras que la Providencia no cuida de él. De uno así también está escrito: “Al hombre malo lo prenderán sus iniquidades, y será tenido en los lazos de sus pecados” (Mishlei, Proverbios 5:22). La partícula acusativa et amplía el término “al malvado” de modo de incluir a uno que todavía no llegó a la edad legal; de él se dice, entonces: “Al hombre malo lo prenderán sus iniquidades”, pero no el tribunal celestial “y será tenido en los lazos de sus pecados”, pero no por el tribunal. De ahí que se dice aquí: “Pues el Eterno ha oído la voz del mozalbete donde él está”. R. Simeón diserto sobre el versículo: “Y Yo recordaré mi pacto con Yaakov” (Vayikrá, Levítico 26:42). Dijo: El nombre de Yaakov está aquí escrito completo, con la letra Vav. ¿Por qué razón? En primer lugar como alusión al grado de Sabiduría, el reino donde Yaakov reside. Pero la principal razón es porque el pasaje habla del exilio de Israel, insinuando que la redención de Israel vendrá por el poder místico de la letra Vav, es decir, en el sexto milenio, y, más precisamente, después de seis segundos y media vez. Cuando el sexagésimo año habrá pasado por el umbral del sexto milenio, el El Eterno del cielo visitará la hija de Yaakov con una recordación preliminar (pekidá). Entonces transcurrirán otros seis años y medio, y habrá para ella una recordación plena; luego otros seis años, formando en conjunto setenta y dos años y medio. En el años sesenta y seis aparecerá el Mesías en el país de Galilea. Una estrella en el Oriente deglutirá siete estrellas en el Norte, y una llama de fuego negro prenderá en el cielo durante sesenta días, y habrá guerras hacia el Norte en las que perecerán dos reyes. Entonces todas las naciones se combinarán contra la hija de Yaakov para arrojarla del mundo. De ese tiempo está escrito: “Y es un tiempo de turbación para Yaakov, pero será salvado de él” (Yeremiyahu, Jeremías 20:7). En ese tiempo todas las almas en Guf habrán de sido desgastadas, y necesitarán ser recreadas. Como mnemónico de esto se puede emplear el versículo: “Todas las almas de la casa de Yaakov que vinieron a Egipto... todas las almas fueron tres veintenas y seis” (Bereishís, génesis 46:26). En el año setenta y tres todos los reyes del mundo se reunirán en la gran ciudad de Roma, y el Santo arrojará sobre ellos fuego y granizo y piedras meteóricas hasta que serán destruidos todos, con excepción de aquellos que aún no hubieran llegado allí. Estos comenzarán de nuevo a hacer otras guerras. Desde ese tiempo el Mesías comenzará a declararse, y en torno de él se juntarán muchas naciones y muchos ejércitos desde los más extremos confines de la tierra. Y todos los hijos de Israel se reunirán en sus varios lugares hasta que se complete el siglo. Entonces la Vav se juntará con la Hé, y entonces: “Traerán a todos vuestros hermanos desde todas las naciones para una ofrenda al Eterno” (Yeshayahu, Isaías 66:20). Al mismo tiempo los hijos de Ismael levantarán a todos los pueblos del mundo para marchar en guerra contra Jerusalem, como está escrito: “Pues yo reuniré todas las naciones contra Jerusalem para combate” (Zajariyahu, Zacarías 14:2). también: “Los reyes de la tierra se levantan y los gobernantes se aconsejan reunidos, contra el Eterno y contra su ungido” (Tehilím, Salmos 2:2). y, además: “El, que está en el cielo, reía, el Eterno los escarnece” (Tehilím, Salmos 2:4). Entonces la Vav menor se levanta para unirse con la Hé y renovar las almas que han envejecido, como para renovar el mundo, según está escrito: “Que la gloria del Eterno perdure por siempre, que el Eterno se regocije en sus obras” (Tehilím, Salmos 104:31). La primera parte de este versículo significa que la gloria del Eterno se ligará al mundo, y la última que El hará que desciendan al mundo almas y sean seres nuevos, de modo de juntar el mundo en unidad. Felices los que estarán con vida al final del sexto milenio para ingresar en el Sábado. Pues ese es día puesto aparte por el Santo para efectuar en él la unión de las almas y escoger almas nuevas para juntarse con las que aún se hallan sobre la tierra, como está escrito: “Y acontecerá que quien es dejado en Sión y el que quedó en Jerusalem serán llamados santos, aun todo aquel que está inscrito a vida en Jerusalem” (Yeshayahu, Isaías 4:3). “Y aconteció después de esas cosas, que el Eterno probó a Abraham, y le dijo: Abraham, y él dijo: Aquí estoy yo”. R. Judá disertó sobre el versículo: “Tú eres mi Rey, oh Eterno” (Tehilím, Salmos 44:5). La locución “él dijo” significa la completa unión de todos los grados. “Ordena la salvación de Yaakov” (Tehilím, Salmos 44:5).  es decir, los emisarios que ejecutan los mandatos del Eterno en el mundo, para que te los pudieran ser del lado de la misericordia y no del lado de la justicia severa. Los pertenecientes al lado de la misericordia nunca ejecutan una misión de castigo en el mundo. Cabe preguntar cómo se concilia esto con el caso del ángel que se apareció a Balaam, y del cual se nos enseñó que fue el primer mensajero de misericordia y entonces cambió en uno de severidad. En realidad no se cambió el carácter de su misión, pues fue totalmente un mensajero de misericordia para Israel, para protegerlo e interceder a favor de él, pero esto significó castigo para Balaam. Pues este es el camino del Santo, cuando confiere bondad a uno, la misma bondad puede resultar un castigo para otro. De manera similar aquí, el mismo mensajero que lo fue de misericordia para Israel se tornó en uno de castigo para Balaam. De ahí que David rogó: “Ordena la salvación de Yaakov”, que es como decir: “Cuando son enviados mensajeros al mundo, ordena que sean del lado de la misericordia”. R. Abba dijo: Las palabras: “Ordena la salvación de Yaakov” aluden a los exiliados, por la redención de los cuales oraba David. Además, Yaakov fue la corona de los patriarcas, pero si no hubiera sido por Yitzjak no habría aparecido en el mundo; de ahí que la súplica: “Ordena la Salvación de Yaakov” se refiere principalmente a Yitzjak, pues la salvación de la vida de él fue la salvación de Yaakov. “Y aconteció” R. Simeón dijo: Se nos enseñó que la expresión: “Y aconteció en los días” indica que está por narrarse alguna turbación, mientras que la expresión: “Y aconteció”, sin el agregado “en los días”, presagia cierto matiz de desgracia. “Después de estas palabras” Esto significa: “Después del más bajo de los grados superiores”, que es llamado “palabras” (debarim), como en el pasaje: “Yo no soy un hombre de palabras” (Shemót, Éxodo 4:10). “Que Elohim probó a Abraham” Es decir, el mal tentador vino a acusarlo ante el Santo, Bendito Sea. El texto aquí es más bien sorprendente, porque en vez de Abraham habríamos esperado leer: “el Eterno probó a Yitzjak”, pues éste ya tenía treinta y siete años y no se hallaba más bajo jurisdicción de su padre. Así habría podido fácilmente recusar sin exponer a su padre al castigo. Pero, la verdad es que para que Abraham pudiese alcanzar la perfección fue requisito que estuviese investido con el atributo del rigor que no había exhibido hasta ese momento. Ahora bien, como el agua estaba unida al fuego y el fuego al agua, le fue posible administrar justicia rigurosa y hacerla parte de su carácter. Así, el mal tentador acusó a Abraham sobre la base de que no se podía decir que se hubiese perfeccionado hasta que hubiera ejercido rigor contra Yitzjak. Pero observa que aunque sólo se menciona explícitamente a Abraham como habiendo sido probado, sin embargo se incluyó también a Yitzjak en el proceso, como resulta de la partícula amplificadora et antes de “Abraham”, partícula que indica a Yitzjak. Pues Yitzjak se hallaba en ese tiempo en el grado más bajo de la Gueburá –fuerza, rigor-; pero después de que se lo atara y de que se estuviese listo para pasar por el riguroso proceso a manos de Abraham, fue pertrechado en su propio lugar junto con Abraham, y así se juntaron fuego y agua y ascendieron a un grado más elevado, y se apaciguó la discordia. Pues, ¿quién vio alguna vez virar el corazón de un padre de la compasión a la crueldad? Pero aquí el objeto fue calmar la discordia entre el fuego y el agua de modo que permanecieran en sus sitios hasta que apareció Yaakov, cuando todo se puso en orden y se completó el proceso de los patriarcas y se establecieron firmemente las creaciones más elevadas y las de más abajo. “Y El dijo: Toma ahora a tu hijo”. La palabra “toma” no significa tomar “por la fuerza”, pues Abraham era demasiado viejo para ello, sino que tiene el mismo sentido que en “toma a Aarón y a Eleazar su hijo” Números 20:25). significando que habría de emplear la persuasión y conducirlo suavemente a hacer la voluntad del Eterno. “Tu hijo, tu hijo único, al cual amas”. Esto se explicó en otro lugar. “Y entra en el país de Moriahs” El sentido es similar al del pasaje: “Yo iré a la montaña de mirra” (Shir hashirím, Cantar de cantares 4:6), es decir, para ser vigorizado en el lugar apropiado. “En el tercer día Abraham levantó sus ojos y vio el lugar muy distante”. Como ya se nos dijo que Abraham fue al lugar, todo esto parece superfluo. Pero la verdad es que “el tercer día” significa la tercera generación, es decir, Yaakov; y las palabras: “Vio el lugar de muy lejos” son paralelas a la expresión: “De muy lejos se me apareció el Eterno” (Yeremiyahu,  Jeremías 31:3). O, de nuevo, “el lugar” se refiere a Yaakov, de quien está escrito: “Y tomó una de las piedras del lugar” (Bereishí, génesis 28:11). Pues Abraham escudriñó el “tercer día”, que es el tercer grado, y miró por Yaakov, que estaba destinado a descender de él. “Muy lejos”, es decir, en un tiempo distante, y no pronto. R. Eleazar dijo a R. Judá: ¿Qué mérito se adjudica aquí a Abraham, si cuando estaba por atar a Yitzjak vio que Yaakov estaba destinado a descender de él? R. Judá replicó: Abraham efectivamente vio a Yaakov, pues aun antes de eso Abraham había sido dotado con la sabiduría más elevada; y ahora escudriñó el tercer día, que es el tercer grado, para cerciorarse. Y efectivamente lo vio, pero ahora solamente “de muy lejos”, por la razón de que estaba yendo a atar a Yitzjak, y no deseaba inquirir los caminos del Santo. “Muy lejos”, esto es, lo vio solamente a través de un vidrio oscuro, y por eso parcialmente; pues si el “vidrio claro” hubiera permanecido sobre el “vidrio oscuro”, Abraham lo habría visto apropiadamente. El “vidrio claro” no funcionó en esta ocasión, porque este es el grado de Yaakov, el cual, no habiendo aún nacido, no hubo alcanzado ese grado; y también para que el premio de Abraham fuese lo más grande. “Y ellos vinieron al lugar que el Eterno le había dicho”. Aquí se insinúa que aunque Abraham tuvo alguna visión de Yaakov, se dijo a sí mismo: Seguramente el Santo conoce otro camino que servirá”. Por eso inmediatamente Abraham construyó allí el altar. Antes de esto se halla escrito: Y habló Yitzjak a su padre Abraham, y dijo: Padre mío. Como ya se explicó en otro lugar, la razón por la que Abraham no le contestó inmediatamente fue porque lo había abandonado la compasión normal de un padre a un hijo, y de ahí que simplemente dijo: “Aquí estoy, mi hijo”, lo que implica que en él la cualidad de la misericordia se transmutó en rigor. Y Abraham dijo: No está escrito “y su padre dijo”, lo que de nuevo muestra que lo miraba no como padre, sino como su adversario. “el Eterno mismo proveerá por sí mismo el cordero para una ofrenda de holocausto, mi hijo”. Pudo haber dicho: “Nos proveerá”, pero su intención fue “el Eterno proveerá por sí mismo cuando sea necesario, pero por el presenta está siéndolo mi hijo, y ninguna otra cosa”. Inmediatamente: “Y ellos caminaron los dos juntos”. R. Simeón disertó aquí sobre el versículo: “Mira, ángeles lloran fuera de su morada, los ángeles de la paz sollozan amargamente” (Yeshayahu, Isaías 33:7). Dijo: Esos ángeles son ángeles superiores que “lloraban fuera de su morada”, porque no sabían qué hacer de la promesa del Eterno a Abraham cuando “él lo trajo afuera” (Bereishís, génesis 15:5). Los “ángeles de paz” son esos otros ángeles que fueron destinados a salir para encontrar a Yaakov, en consideración al cual el santo les prometió paz, como está escrito: “Y Yaakov siguió por su camino y los ángeles del Eterno lo encontraron” (Bereishís, génesis 32:2)  y a esos se los llama “ángeles de paz”. Todos ellos lloraron cuando vieron a Abraham atando a Yitzjak, los seres de arriba y los de abajo temblaron y se estremecieron, y todo por causa de Yitzjak. “Y el ángel del Eterno lo llamó... Abraham, Abraham” hay en texto un signo disyuntivo entre los dos Abrahames, para mostrar que el segundo no era como el primero; el segundo era el Abraham perfeccionado, mientras que el primero era aun incompleto. Análogamente, el pasaje en que el nombre Samuel se repite con una intermedia raya disyuntiva (Shmuel 1,  1º Samuel 3:10).  el segundo es el perfeccionado mientras que el primero no lo es tanto aún. El segundo Samuel fue un profeta, pero no lo fue el primero. Pero cuando llegamos a “Moishé, Moishé” (Shemót, Éxodo 3:4). no encontramos ningún signo de pausa intermedio, por la razón de que desde el día del nacimiento de Moishé la Schejiná no se apartó de él. R. Jiyá dijo que el ángel repitió el nombre de Abraham para animarlo con un espíritu nuevo y lo impulsó a una nueva actividad con un corazón nuevo. R. Judá dijo: Yitzjak se purificó y en la intención se ofrendó al Eterno; en ese momento se espiritualizó y ascendió al trono del Eterno como el perfume de incienso de especias que dos veces al día le ofrendaban a El los sacerdotes; y así el sacrificio fue completo. Pues Abraham se sintió desdichado cuando el ángel le dijo: “No pongas tu mano sobre el mozo”, pensando que su ofrenda no era completa y que su trabajo, sus preparativos y la construcción del altar habían sido en vano. Pero, inmediatamente Abraham levantó sus ojos y miró y vio detrás de él un carnero, se nos enseñó que ese carnero fue creado en la hora del crepúsculo, en el sexto día de la Creación y era de un año, como está escrito: “Un cordero de un año” (Bamidbar, Números 7:63). en conformidad con lo requerido. Si es así, ¿cómo pudo ser creado a la hora del crepúsculo? La verdad es que desde ese tiempo fue preordenado que ese carnero estuviera a mano en el momento en que Abraham lo necesitara. Lo mismo se aplica a todas las cosas de las que se dice que llegaron a ser “en el crepúsculo”, lo que en realidad significa que entonces fueron predestinadas a aparecer en el momento requerido. R. Judá disertó sobre el versículo: “En toda la aflicción de ellos se afligió, y el ángel de su presencia los salvó” (Yeshayahu, Isaías 63:9. Dijo: Esta es la traducción de la Kri (como se lee), pero según la Ktiv (como se escribe) habría que traducir: “El no estuvo afligido”. La lección que se deriva de esta variante es que la aflicción de Israel llega al Santo aun en el lugar de arriba que está más allá de la aflicción o perturbación. “Y el ángel de su presencia los salvó”. Si está junto con ellos en su aflicción, ¿cómo se puede decir que el los salva? Pero, has de observar que no está escrito: “El los salva” sino “El los salvó”, es decir, El determinó anticipadamente participar en los sufrimientos de ellos. Pues, toda vez que los hijos de Israel se hallan en exilio la Schejiná los acompaña, como está escrito: “Entonces el Eterno tu El Eterno retornará con tu cautiverio” (Devarím, Deuteronomio 30:3). Según otra explicación, “El ángel de su presencia” significa la Schejiná, que los acompaña en el exilio. De ahí que en la Escritura a las palabras: “Y Yo he recordado mi pacto” (Shemót, Éxodo 6:5). sigue inmediatamente: “Y ahora, mira, el llanto de los hijos de Israel viene a mí; más aún, Yo he visto” (Shemót, Éxodo 3:9). También está escrito: “Y el Eterno recordó su pacto” (Shemót, Éxodo 2:24) con referencia a la Schejiná; “con Abraham” (Shemót, Éxodo 2:24).  simbólico del Sudoeste; “con Yitzjak”, simbólico del Noroeste; “y con Yaakov” que simboliza la unión perfecta. El Santo, Bendito Sea, emitirá un día una voz para proclamar al mundo las palabras: “Pues, dijo: Seguramente son mi pueblo, hijos que no se portarán falsamente; así, fue el salvador de ellos” (Yeshayahu, Isaías 63:8),

 

Bendito sea el Eterno por siempre jamás.

Amén y Amén.

 


 

JAYE SARA 

 

 

Y la vida de Sara fue ciento veintisiete años. R. Yose discurrió sobre el versículo: Y tomaron a Jonás y lo arrojaron en el mar; y el mar cesó en su furia (Yona, Jonás 1:15). . Dijo: Es posible plantear la pregunta de por qué fue ,el mar, y no la tierra, quien se enfureció contra él, dado que huyó para evitar que la Shejiná descansara sobre él. Pero de hecho era apropiado que fuese así. Nuestros maestros dicen que el mar se parece al cielo y el cielo se parece al Trono de Gloria; de ahí que el mar lo tomó y lo tuvo firmemente. Pues, en efecto, en cuanto huyó del mar, el mar fue el agente adecuado para llenarlo de temor y temblor. "Y ellos tomaron a Jonás y lo arrojaron en el mar". La tradición dice que en cuanto lo tomaron y lo sumergieron en el agua hasta sus muslos, el mar se aplacó, y cuando lo sacaban, de nuevo el mar reanudaba su violencia. Esto ocurrió repetidas veces, hasta que, finalmente, Jonás dijo: "Tomadme y arrojadme en el mar “ (Yona, Jonás 1:12).  Y así lo hicieron. En cuanto fue arrojado en el mar, su alma voló de él y ascendió al Trono del Rey, ante quien fué sometida a juicio. Entonces fue restituida a Jonás, y el pez lo tragó. El pez murió, pero luego revivió. Esta es la explicación aceptada. De la misma manera, cada noche cuando un hombre va a su cama, su alma lo abandona y asciende para ser juzgada ante el tribunal del Rey. Si se encuentra que merece continuar en su estado presente se le permite volver a este mundo. En el juicio no son pesadas de la misma manera las acciones buenas y las malas. No se toman en cuenta los actos malos que un hombre pueda efectuar en el futuro, pues está escrito "porque el Eterno ha oído la voz del mozo donde él está” (Bereishís, génesis 21:17). Pero en cuanto a las buenas acciones, no sólo son tomadas en cuenta las ya cumplidas en el pasado, sino también las que el hombre efectuará en el futuro. De manera que aun si el cómputo presente mostrara que un hombre es culpable. el Santo en Su generosidad hacia sus criaturas pone en su crédito todas sus futuras buenas acciones, y de este modo el hombre es salvado. Observa que cuando Jonás fue arrojado en el mar, "el mar —como leemos— cesó en su furia". Esto significa el mar superior del que se dice que permanece tranquilo cuando su ira está aplacada. Pues el tribunal celestial, en un tiempo en que el mundo está bajo juicio, es como una mujer embarazada que sufre los dolores del alumbramiento, los cuales, sin embargo, cesan tan pronto como ella es librada del niño. De manera similar el tribunal celestial en tiempo de juicio se halla agitado y convulsionado, pero una vez que el juicio es ejecutado se pacifica y retorna con alegría a su calma acostumbrada, como está escrito, "Y cuando los malvados perecen hay alegría” (Mishlei, Proverbios 11:10).  Ciertamente hay un pasaje que diría lo contrario: "¿Tengo yo acaso algún placer en que los malvados mueran?” (Yejezkel, Ezequiel 18:23). Pero este pasaje habla de los pecadores que aún no han llegado al límite de la provocación, mientras que el pasaje anterior habla de los pecadores que han colmado la medida. Y la vida de Sara fue... ¿Cómo es que de entre todas las mujeres mencionadas en la Biblia, la de Sara es la única muerte registrada? R. Jiyá dijo: ¿Es eso así? ¿Acaso no encontramos escrito "Y Raquel murió y fue sepultada en el camino a Efra”(Bereishís, génesis, 35:19), y luego, "Y Miriam murió allí” (Bamidbar, Números 20:1), también "y Débora la niñera de Rebeca murió” (Bereishís, génesis 35: , y, finalmente, "y la hija de Schuah, la mujer de Judá, murió” (Bereishís, génesis 38:12). R. Yose dijo: El problema es: ¿Por qué la indicación de los años de Sara se da con tanto detalle, como no encontramos en el caso de ninguna otra mujer? Más aún: ¿por qué de todas las mujeres de la Escritura solamente a Sara se le dedica una sección entera de la Torá? Hay una razón esotérica, y es que Sara alcanzó ese grado del cual dependen todos los años y los días de todo hijo de hombre. R. Yose discurrió sobre el versículo: Y la abundancia de la tierra está en todo (ba-kol), y un rey para un campo labrado (Koheles, Eclesiastés 5:8).La abundancia de la tierra --dijo— ciertamente está en kol (en el Todo), pues ésta es la fuente de la cual salen espíritus y almas y de la cual se otorga beneficencia al mundo. Por "Rey" hemos de entender al Santo, Bendito Sea, el Rey Altísimo, el cual, si el campo está labrado y cultivado adecuadamente se le liga. ¿Qué es este campo? Es .el campo mencionado en las palabras "como el aroma de un campo que el Eterno ha bendecido (Bereishís, génesis 27:27). R. Eleazar dijo: Aquí se incluyen varias ideas esotéricas profundas. Aquí el término "Rey" es una referencia a la Shejiná que no mora en una casa a menos que el dueño de la casa esté casado y unido a su mujer para producir descendencia. Entonces la Shejiná trae almas para establecer en esa casa. De ahí que el Rey, o Shejiná, se liga únicamente a un predio cultivado, y no a otro. Según otra explicación traducimos "un rey está sujeto a un campo". En este caso "Rey" es una referencia a la mujer temerosa del Eterno de quien está escrito, "pero una mujer que teme al Eterno, será alabada” (Mishlei, Proverbios 31:30). mientras que "campo" se refiere a la mujer extraña, de la que dice "que te aparten de la mujer extraña” (Mishlei, Proverbios 7:5). Pues hay campos y campos. Está el campo en el que se encuentran todas las bendiciones y santidades y del cual está dicho "come el aroma de un campo que el Eterno ha bendecido”(Bereishís, génesis 27:27).

Y hay otra especie de campo que alberga desolación, impureza, guerra y matanza. Y ese rey a veces está esclavizado a tal campo, como está dicho: "Por tres cosas la tierra tiembla... y la cuarta no la puede sufrir: por un esclavo cuando se hace rey, por el vil cuando se harta de alimento, por una  mujer oel Eternoa cuando se casa, y por una criada cuando hereda de su ama” (Mishlei, Proverbios 30: 21-23). Tal rey está sumergido en la oscuridad hasta que se purifica y recupera la esfera superior. Por esta razón se ofrece un macho cabrío en los días de Luna Nueva, es decir, porque ese campo fue sustraído al Rey Divino, de modo que no puede recaer sobre él bendición alguna de ese rey; así cuando el otro rey es esclavizado al campo podemos aplicar las palabras "pues en el campo la encontró” (Devarím, Deuteronomio 22:27). Así cuando Eva llegó al mundo se ligó a la serpiente que inyectó en ella su impureza, de modo que trajo muerte al mundo y a su marido. Entonces vino Sara, la cual, aunque descendió, ascendió de nuevo, y nunca se ligó a la serpiente, conforme leemos: "Y Abraham subió del Egipto, él y su mujer y todo lo que tenía” (Bereishís, génesis 13:1). Y porque Abraham y Sara se mantuvieron apartados de la serpiente, Sara obtuvo para ella misma vida eterna y también para su marido y todos sus descendientes después de ella, a los cuales se les ordenó "mirar la roca en la que hubo destrozo y a la cima donde hubo excavación” (Yeshayahu, Isaías 51:1). De ahí que la Escritura dice "y la vida de Sara fue", una fórmula que no se emplea en el caso de Eva ni en el de ninguna otra mujer. Pues Sara se ligó totalmente a la vida, y la vida se volvió suya. Y la vida de Sara fue ciento veintisiete años. Cada uno de estos períodos estuvo marcado por su peculiar grado de virtud. R. Simeón dijo: hay una significación interna en el hecho de que para los otros números la palabra para "años" está en singular, mientras que el número siete está en plural. El ciento forma una unidad porque el Santo se halla unido a lo más elevado y más misterioso por el secreto de las cien bendiciones que se pronuncian cada día. De manera similar el número veinte simboliza La unidad del Pensamiento con el Jubileo. De ahí que se encuentre en singular la palabra hebrea que significa años. Mientras que los siete años corresponden a los siete reinos inferiores que salen separadamente de la misteriosa esencia superior y que, aunque también forman, en un sentido, una unidad, divergen con relación a las categorías de justicia y misericordia por distintos lados y sendas. Ello no ocurre así en la región superior. Por consiguiente, tenemos allí "año" mientras que aquí tenemos "años". Pero a todas se los llama "vida". Así "la vida de Sara fue' significa "fue realmente", habiendo sido creada y establecida en las regiones superiores. R. Jiyá dijo: Se ha establecido que cuando Yitzjak fue atado sobre el altar tenía la edad de treinta y siete años, e inmediatamente después murió Sara, como está escrito, "Y Abraham estuvo de duelo por Sara y lloró por ella". ¿De dónde vino? Vino del Monte Moriah, después de haber atado a Yitzjak. Los treinta y siete años desde el nacimiento de Yitzjak hasta el momento .en que fuera atado eran así la vida real de Sara conforme se indica en la expresión "y la vida de Sara fue (vayihyu) ", teniendo la palabra VYHYV el valor numérico de treinta y siete. R. Yose discurrió sobre el versículo: Un Salmo. Cantad al Eterno un canto nuevo, porque ha hecho cosas maravillosas. Su mano derecha y su brazo santo han formado salvación para él (Tehilím,Salmos 98:1). Dijo R. Yose: Según los compañeros, este versículo fue enunciado por las vacas, de las que. se dice "y las vacas cantaron en el camino” (Shmuel 1, 1º Samuel 6:12). Lo que cantaron fue el Salmo que comienza: "cantad al Eterno un canto nuevo, porque ha hecho cosas maravillosas". Aquí se ha de observar que

mientras todo lo que el Santo creó canta untos de alabanza ante El, en lo alto y aquí abajo, el canto de esas vacas no era de la especie que cae dentro de la categoría mística, sino que se debió al hecho de que conducían el arca sagrada Es que tan pronto el arca fue separada de ellas, volvieron a su bestialidad y comenzaron a mugir a la manera de otras vacas. Seguramente fue el sentir el arca sobre sus lomos quien actuó sobre ellas y las hizo cantar. La diferencia entre "Salmo de David" y "Para David un Salmo" ya se explicó en otro lugar. Pero aquí tenemos simplemente "Salmo". La razón es que este Salmo está destinado a cantarse por el Espírtu Santo en el tiempo en que el Todopoderoso levante a Israel del polvo. De ahí el epíteto "canto nuevo", pues semejante canto nunca fue cantado desde la Creación del mundo. R. Jiyá dijo: Está escrito "nada hay nuevo bajo el sol” (Koheles, Eclesiastés 1:9). mientras que este canto ha de ser algo nuevo y ha de ocurrir bajo el sol. ¿Cómo puede ser eso? La. verdad es que es la luna, y la luna es ambos, "nuevo" y "bajo el sol". ¿Por qué habrá un canto nuevo? Porque "El ha hecho cosas maravillosas. Su mano derecha y su santo brazo han formado salvación para él". ¿Para quién? Para ese grado que entona el canto, pues en ese grado El se sostiene a Sí mismo, por Su mano derecha y por Su mano izquierda. ¿Cuándo se cantará ese Salmo? Cuando los muertos vuelvan a la vida y se levanten del polvo. Entonces habrá  algo nuevo que nunca hubo antes en el mundo. R. Yose dijo: Cuando el Santo vindique a Israel sobre las naciones, entonces será cantado este Salmo. Porque después de la resurrección de los muertos el mundo será perfectamente renovado y no será como antes, cuando la muerte prevaleció en el mundo por la influencia de la serpiente que contaminó e hizo desdichado al mundo. Observa lo siguiente. Está escrito "Y yo ponlo' enemistad entre ti y la mujer" (Bereishís, génesis 3:15). El término ebah (enemistad) es similar a una palabra análoga en el versículo "han pasado como los barcos de Hebe” (Yov, Job 9:26). porque en el gran mar flotan numerosos barcos y botes de muchas especies, y aquellos en que navega la serpiente se llaman "barcos de ebeh" (enemistad). La "mujer" referida aquí es la mujer temerosa del Eterno; "tu simiente" se refiere a las naciones idólatras; la simiente de ella" se refiere a Israel; "él golpeará tu cabeza", esto es, el Santo que un día la destruirá, como está escrito "El eliminará la muerte por siempre” (Yeshayahu, Isaias 25:8). Y también "y yo haré que el espíritu impuro desaparezca del país” (Zajariyahu, Zacarias 13:2). "En la cabeza" significa en el tiempo por venir, cuando los muertos revivan, pues entonces el mundo será la "cabeza", porque será establecido por la "cabeza", es decir, el mundo superior. "En el talón" significa ahora en este mundo, que es meramente "talón" si no está dotado de permanencia; y así la serpiente muerde y la humanidad está en desgracia. Ve, ahora, que los días de un hombre fueron creados y están localizados en los grados superiores, pero cuando se acercan a su fin, cuando alcanzan el límite de setenta fijado por las Escrituras (Tehilím, Salmos 90:10). no queda ya gradó alguno para elfos donde alojarse. y asi "el orgullo de ellos sólo es trabajo y vanidad (Tehilím, Salmos 90:10). y son como nada. No ocurre lo mismo con los días de los justos. Ellos son una morada permanente. Así leemos "y los días de Sara fueron"  De manera similar, "Y estos son los días de los años de la vida de Abraham” (Bereishís, génesis 25:7). Podéis objetar que de manera similar está escrito en el caso de Isrnael, "Y estos son los años de la vida de Ismael” (Bereishís, génesis 25:17). Pero Ismael de hecho se había arrepentido de sus malos pasos, y los días de su vida lograron, así, permanencia. Y Sara murió en Kiriat-Arba... R. Abba dijo: Solamente acerca de Sara, entre todas las mujeres, encontramos registrado el número do sus días y años y la longitud de su vida y el lugar donde fue sepultada. Todo esto fue para mostrar que entre todas las mujeres del mundo no se encuentra una igual a Sara. Podéis objetar que encontramos un registro algo similar con relación a Miriam, de quien está escrito: "Y Miriam murió allí, y allí fue sepultada” (Bamidbar, Números 20:1). Pero allá el objeto era mostrar la indignidad de Israel, para quien se hizo correr agua solamente en mérito a la virtud de Miriam. Por eso la muerte de Miriam no fue registrada tan detalladamente corno la de Sara. R. Judá discurrió sobre el versículo: Feliz eres tú, Oh país, cuando tu rey es un hombre libre (Koheles Eclesiastés 10:17). Dijo: Los compañeros ya han explicado este versículo, pero cabe extraer de él más enseñanzas. Felices son los hijos de Israel, a quienes el Santo, Bendito Sea, dio la Torá, por cuyo estudio pueden hacérseles conocer todas las sendas escondidas y se les pueden revelar los misterios sublimes. El "Irás" es aquí "el país (la tierra) de vida", y es "feliz" porque el Rey le prodiga todas las bendiciones que para ella pronunciaron los patriarcas. Esto ocurre por la influencia mística de la letra veo, que siempre está dispuesta a derramar sobre ella bendición, y que cs el "hijo de la libertad" e "hijo del Jubileo", el cual obtiene la libertad para los esclavos. El os el vástago del mundo superior y el autor de toda vida, de todas las iluminaciones y estados de exaltación. Todo eso lo lleva a ese país el primogénito. De ahí que "Feliz eres tú, Oh país". Por otro lado, las palabras "Desdichado tú, Oh país, cuando tu rey es un muchacho” (Koheles,  Eclesiastés 10:1) se refieren a la tierra inferior y al mundo inferior que extraen su sostén solamente del dominio del no circuncidado y de ese rey que se llama "muchacho" (Metatrón). ¡Desdichado el país que ha de obtener su sostén de esta manera! Pues este "muchacho" nada posee de sí mismo, sino únicamente las bendiciones que recibe y según las recibe en ciertos períodos. Pero cuando estas bendiciones le son sustraídas, no le llegan, cuando la luna está menguada y prevalece la oscuridad, entonces desdichado el mundo que necesita extraer sostén en ese tiempo. ¡Y cuánto más el mundo ha de sufrir hasta que obtiene sostén de él! Y bien, observad que en las palabras "y Sara murió en Kiriat-Arba" hay un significado interno, o sea, que la muerte de Sara no fue traída por la tortuosa serpiente, que no tenía sobre ella poder como lo tenía sobre el resto de la humanidad. Pues por la serpiente la gente del mundo había muerto desde el pecado de Adán, con excepción de Moishé, Aarón y Miriam que, como está escrito, murieron "por la boca del Eterno ", si bien esta expresión no se emplea con relación a Miriam, debido al respeto a la Shejiná. Pero la Escritura indica aquí que

Sara murió no meramente en, sine a manos de hiriat-Arba, que significa literalmente ciudad de cuatro, así llamada pesque es la misma que Hebrón, donde David se reunió con los patriarcas. Así la muerte de ella fue producida por manos de nadie, salvo Kiriat-Arba. Observad que cuando los días de un hombre se hallan firme-mente establecidos en los grados superiores, ese hombre tiene una disidencia permanente en el mundo; pero si no, esos días descienden gradualmente hasta que se acercan al grado en que reside la muerte. Entonces el Ángel de la Muerte recibe autorización para retirar de ese hombre el alma, atraviesa el mundo con paso rápido, saca el alma del hombre y contamina su cuerpo que queda permanente-mente impuro. Felices los justos que no se han contaminado y en quienes no quedó contaminación. En el centro del cielo hay una senda iluminada que es el dragón celestial, y allí hay fijadas multitudes de pequeñas estrellas, encargadas de vigilar sobre las acciones secretas de los seres humanos. De la misma manera miríadas de emisarios salen de la primigenia serpiente celestial, que sedujo a Adán, para espiar los actos secretos de la humanidad. Por eso, cualquiera que se afana por vivir una vida de pureza recibe apoyo de lo alto y está rodeado por la mano protectora de su Amo, y es llamado santamente. Por otra parte, cuando un hombre busca contaminarse, multitudes de demonios lo acechan y lo aguardan; revolotean sobre él y lo envuelven y contaminan, de moda que se lo llama impuro. Todos ellos caminan ante él y proclaman "impuro, impuro" como la Escritura dice, "y él gritará impuro, impuro” (Vayikrá, Levítico 13:45). R. Yitzjak y R. Yose caminaban una vez de Tiberías a Lud. R. Yitzjak dijo: Me maravilla el malvado Balaam, dado que todas sus acciones provenían del lado de la impureza. Aquí aprendemos la lección mística de que todas las especies de hechicería están ligadas entre sí y provienen de la serpiente primigenia que es el “espíritu sucio e impuro”. De ahí que todas las taumaturgias se llaman con la palabra hebrea nejaschim, que literalmente significa serpientes. Y quien se vuelve adicto a ellas se contamina tanto más si primero se contaminó para atraer a sí el lado del espíritu impuro. Pues nuestros maestros han dicho que correspondiendo a los impulsos de un hombre aquí, están las influencias que él atrae hacia sí desde arriba. Si este impulso lo es hacia la santidad, atrae hacia sí mismo santidad de lo alto y de este modo se torna santo; pero si su tendencia es hacia el lado de la impureza, hace bajar hacia sí el espíritu impuro y de este modo se vuelve contaminado. Por esta razón, el malvado Balaam, para atraerse el espíritu impuro de esa serpiente superior, se ensució de noche por el trato bestial con su asno, y entonces se dirigió a sus adivinaciones y hechicerías. Comienza tomando una de las serpientes familiares, la ata, quiebra su cabeza y extrae su lengua. Luego toma ciertas hierbas y las quema como incienso. Luego toma la cabeza de la serpiente; la parte en cuatro y la ofrenda corno una segunda ofrenda. Finalmente, traza un círculo alrededor suyo, murmura algunas palabras y hace algunos gestos hasta que llega a estar poseído por los espíritus impuros, que le dicen todo lo que conocen del lado del dragón celestial. Y así continuaría sus prácticas mágicas hasta hallarse poseído por el espíritu de la serpiente primigenia. Es esto lo que entendemos del pasaje "él no fue, como las otras veces, a encontrarse con

nejaschim", (serpientes") (Bamidbar, Números 24:1). R. Yose preguntó: ¿Por qué muchas especies de magia y adivinación se encuentran solamente en las mujeres? R. Yitzjak respondió: Así he aprendido que cuando la serpiente tuvo relación con Eva inyectó impureza en ella, pero no en su esposo. R. Yose se dirigió entonces a R. Yitzjak y lo besó, diciendo: Mucho tiempo he preguntado eso mismo, pero hasta ahora no había recibido una respuesta real. Luego R. Yose le preguntó: ¿En qué lugar y de quién derivó Balaam todas sus prácticas y sus conocimientos mágicos? R. Yitzjak respondió: Lo aprendió primero de su padre, pera fue en las "montañas del Oriente", que se encuentran en un país del Este, donde obtuvo un dominio de todas las artes de magia y adivinación. Pues esas montañas son la morada de los ángeles Uza y Azael a quienes el Santo arrojó del cielo y que estaban encadenados allí en cadenas de hierro. Ellos son quienes imparten a los hijos de los hombres un conocimiento de magia. De ahí que la Escritura dice: "De Haram me trajo Balak, el rey de Moab, de las montañas del Este” (Bamidbar, Números 23:7).  R. Yose dijo: ¿Pero no está escrita "y no fue, como las otras veces, para encontrarse con encantamientos, sino que dirigió su rostro hacia el desierto"? (Bamidbar, Números 24:1). R. Yitzjak le dijo: el lado inferior que viene del espíritu impuro de arriba, fue el espíritu impuro que prevaleció en el desierto cuando Israel hizo el becerro para contaminarse con él; y Balaam probó todo recurso de magia para desarraigar a Israel, pero lo hizo sin éxito. R. Yose declaró: con razón dijiste que cuando la serpiente tuvo relación camal con Eva inyectó en ella impureza. Pero se nos ha enseñado que cuando Israel estuvo sobre el Monte Sinaí esa impureza se apartó de él. Pero solamente Israel, que había recibido la Torá, se liberó de esa impureza. R. Yitzjak dijo: Lo que expresas es justo. Pero observa que la Torá solamente fue dada a varones, como está escrito: "Y esta es la Ley que Moishé puso ante los hijos de Israel” (Devarím, Deuteronomio 4:44). de modo que las mujeres están eximidas de los preceptos de la Torá. Más aún, cuando ellas pecaron volvieron a su anterior estado de contaminación, del cual le es más difícil a la mujer que al hombre el lograr la liberación. De ahí que son más numerosas las mujeres que los hombres adictos a la magia y a la lujuria, pues provienen del lado izquierdo y así están bajo la égida del rigor divino, y ese lado les llega a ellas más que a los hombres. He aquí una prueba de lo que acabo de decir: Balaam se contaminó primero para traer hacia sí el espíritu impuro. Durante el período de la menstruación de una mujer el hombre debe mantenerse apartado de ella, pues entonces ella se encuentra en contacto con el espíritu impuro; por eso en tal período ella será más exitosa en el empleo de artes mágicas que en cualquier otro tiempo. Toda cosa que ella toca se vuelve impura, y tanto más ocurre eso con todo hombre que se le acerca. Feliz es Israel, a quien el Santo dio la Torá que contiene el precepto: "Y no te acercarás a una mujer para descubrir su desnudez mientras ella es impura por su impureza” (Vayikrá, Levítico 18:19). R. Yose preguntó: ¿Por qué quien intenta interpretar la piada de pájaros es llamado najash (mago y también "serpiente")? R. Yitzjak respondió: Porque ciertamente uno así viene del lado izquierdo; como el espíritu impuro revolotea sobre semejante pájaro y le imparte conocimiento de sucesos futuros; y todos los espíritus impuros están ligados a la serpiente, de quien ninguno puede escapar, pues ella continuará permaneciendo con cada cual hasta que el Santo la retire del mundo, como ya se dijo y está escrito: "El eliminará la muerte para siempre, y el el Eterno enjugará las lágrimas de todos los rostros” (Yeshayahu, Isaías 25:8), y también "y el espíritu impuro por obra mía saldrá del país” (Zajariyahu, Zacarías 13:2). R. Judá dijo: Abraham reconoció la cueva de Majpelah por cierto signo y con su mente y su corazón le prestó atención largo tiempo. Pues una vez había entrado y visto a Adán y Eva enterrados allí. Se dio cuenta de que eran Adán y Eva porque vio la forma de un hombre, y mientras estaba mirando se abrió una puerta al jardín de Edén y percibió la misma forma de pie cerca de ella. Y bien, quien mira la forma de Adán no puede escapar a la muerte. Pues cuando un hombre está por salir del mundo aleanza a ver a Adán y en ese momento muere. Pero Abraham lo miró y vio su forma y sin embargo sobrevivió. Más aún, vio una luz que iluminaba la cueva y una lámpara encendida. Entonces Abraham anheló esa cueva para lugar de su sepultura y su mente y su corazón se preocuparon por ello. Observa ahora con qué tacto hizo Abraham su pedido de un lugar de sepultura para Sara. No pidió de entrada la cueva, ni indicó ningún deseo de separarse del pueblo del país, sino que dijo simplemente: Dadme una posesión de un lugar de sepultura con vosotros, para que yo pueda enterrar mi muerta fuera de la vista. Aunque se dirigió a los hijos de Het, no podemos suponer que Efrón no estuviera presente entonces, pues está dicho: 1' Efrón moraba en medio de los hilos de Het. Pero Abraham primero no le dijo nada, sino que habló solamente a ellos, como está dicho: Y habló a los hijos de Het... Y bien, no cabe imaginar que Abraham hubiera querido ser enterrado entre ellos, entre los impuros, o que hubiese deseado mezclarse con ellos, pero obró con tacto, dando una lección al mundo. Aunque todo su deseo se centraba en esa cueva, no la pidió directamente, sino que pidió algo distinto de que no tenía necesidad y dirigió su pedido a los otros, y no a Efrón mismo. Sólo después de que ellos le hubieran

dicho en presencia de Efrón: "escúchanos, mi Eterno; eres un príncipe poderoso entre nosotros,  etc."; él, a su vez, expresó, "escuchadme y rogad para mí a Efrén el hijo de Zoar, que puede darme la cueva de Majpelah, que él tiene..." Abraham dijo aún: No penséis que deseo separarme de vosotros como siendo superior a vosotros. No, en medio de vosotros deseo ser sepultado, pues como me tratáis bien, no quiero apartarme de vosotros. R. Eleazar dijo: Abraham entró en la cueva de esta manera: Estaba corriendo detrás de ese becerro del cual leemos "Y Abraham corrió al rebaño y sacó un becerro” (Bereishís, génesis 18:7). y el becerro corrió hasta que entró en una cueva, y entonces Abraham entró tras el becerro y vio lo que hemos descrito. A continuación Abraham acostumbraba ofrendar su oración diaria, y al hacerlo caminaba hasta ese campo, que emitía aromas celestiales. Estando allí vio una luz que salía de la cueva, de modo que oró en ese lugar y en ese lugar el Santo comulgó con él. Merced a ello Abraham ahora pidió el lugar, habiendo siempre anhelado desde entonces esa cueva. ¿Por qué no la pidió antes? Porque la gente no le habría prestado atención, porque no tenía una necesidad manifiesta de ella. Ahora que la necesitaba, pensó que había llegado el momento para pedirla. Observad que si Efrón hubiese visto dentro de la cueva lo que Abraham vio, nunca se la habría vendido. Pero nunca vio nada allí, pues tales cosas jamás se revelan excepto para su justo dueño. Y así se reveló a Abraham, y no a Efrón. A Abraham que era su justo dueño, y no a Efrón, que no tenía parte o heredad en ella y que por eso sólo vio en ella oscuridad. Por esta razón la vendió. Y la vendió par más de lo que había mencionado en su pedido original. Pues Abraham solamente dijo "que me dé la cueva de Majpelah que él tiene... por el precio completo me la dé", mientras que Efrón dijo "te doy el campo y la cueva que está en él", pues él era indiferente ante todo el asunto porque no comprendía de qué se trataba. Observad que cuando Abraham entró en la cueva por primera vez vio allí una luz brillante, y cuando fue avanzando el suelo se levantó revelándole dos sepulcros. Entonces apareció Adán en su verdadera forma. Vio a Abraham y le sonrió, y Abraham supo, así, que estaba destinado a ser sepultado allí. Entonces Abraham le dijo a Adán: "¿Puedes decirme si hay para mí una tienda cerca de ti?" Adán respondió: "El Santo me enterró aquí y desde entonces hasta ahora yo yacía oculto como un grano sembrado en el suelo, hasta que tú viniste al mundo. Pero desde ahora, en consideración a ti, hay salvación para mí y para el mundo". De ahí que esté escrito, Y el campo y la cueva que está en él aparecieron, es decir, hubo literalmente una aparición ante la presencia de Abraham, pues hasta entonces nada había sido visible, pero ahora lo que estaba oculto aparecía, y de este modo todo el lugar fue dedicado su legítimo propósito. R. Sianeón dijo: Cuando Abraham trajo a Sara adentro de la cueva, para sepultarla, Adán y Eva aparecieron y se negaron a recibirla. Dijeron: "¿No es ya bastante nuestra vergüenza ante el Santo en el otro mundo por causa de nuestro pecado que trajo muerte al mundo, para que vosotros vengáis a avergonzamos más con vuestras buenas acciones?" Abraham contestó: "Yo ya estoy destinado a expiar por ti ante el Todopoderoso, de modo que nunca puedas ser avergonzado ante El". Consiguientemente, Abraham después de esto sepultó a Sara su mujer, o sea después de que Abraham hubo contraído esta obligación. Entonces Adán retornó a su lugar, pero Eva no, hasta que Abraham vino y la colocó al lado de Adán, el cual la recibió en consideración a él. De ahí que el texto diga: "y después de esto, Abraham sepultó a (et) Sara su mujer". La partícula aumentativa et indica que el entierro incluía a Eva. De modo que cada uno estuvo colocado en su lugar apropiado. Por eso la Escritura dice: "Estas son las generaciones del cielo y la tierra cuando fueron creados (behibaram)" (Génesis 11, 4), que según la tradición significa "merced a Abraham" (beAbraham). Y bien, "las generaciones del cielo y la tierra" sólo pueden ser Adán y Eva, siendo producto directo, como lo son, del cielo y la tierra, y no de padres humanos, y fueron ellos los que llegaron a ser establecidos merced a Abraham, pues antes de Abraham, Adán y Eva no se hallaban establecidos en sus lugares en el otro mundo. R. Eleazar preguntó a su padre R. Simeón cuál era la explicación del término Majpelah, que literalmente significa doble o doblado. Dijo: ¿Cómo es que primero está escrito "la cueva de Majpelah" y subsiguientemente, "la cueva del campo de Majpelah", que implica que Majpelah (doblado) era el campo y no la cueva? R. Simeón respondió: Hablando propiamente el término Majpelah no pertenece ni a la cueva ni al campo, sino a algo con lo cual los dos están conectados. La cueva pertenece al campo y el campo a algo más. Pues todo el país de Israel y de Jerusalem está doblado por debajo suyo, pues existe a la vez arriba y abajo, de la misma manera que hay una Jerusalem arriba y una Jerusalem abajo, ambas con la misma pauta. La Jerusalem de arriba tiene una doble vinculación, arriba y abajo; de manera similar la Jerusalem de abajo está ligada a dos lados, al más alto y al más bajo. De ahí que esté doblada. El mencionado campo tiene el mismo carácter, pues está situado allí. La misma referencia está contenida en el pasaje "como el aroma de un campo que el Eterno ha bendecido” (Bereishís, génesis 27:27), o sea, arriba y abajo. De ahí que su nombre sea "campo de dobla-dura", pero no "campo doblado". Además, la implicación esotérica del término Majpelah se relaciona al Nombre Divino en que la letra he está doblada, aunque las dos son una sola. Ciertamente es verdad que la cueva .era dable, una cueva dentro de una cueva, aunque el nombre "cueva del campo de Majpelah" tiene una con-notación diferente, como ya se explicó. Abraham, por su parte, que conocía el verdadero carácter de la cueva, al hablar a los hijos de Het la llamó simplemente "cueva de Majpelah"; como para implica

meramente "cueva doble", que también lo era efectivamente. Pero la Escritura la describe como "la cueva del campo de Majpelah", y ésta es su verdadera descripción. Pues el Santo ha dispuesto todas las cosas de manera que cada cosa en este mundo fuese una réplica de algo en el mundo superior y que ambas estuvieran unidas de manera que la gloria de El pudiese extenderse arriba y abajo. Feliz la suerte del justo en quien el Santo encuentra pacer en este mundo y en el mundo par venir. Y Abraham era viejo, había entrado en días; y el Eterno bendijo a Abraham en todas las cosas. R. Judá discurrió sobre el versículo: Feliz es el hombre a quien elegiste y acercaste, para que pudiese morar en tus palacios (Tehilím, Salmos 65:5). Dijo: Este versículo puede explicarse de la manera siguiente: Feliz es el hombre cuyos caminos son rectos ante el Santo y en quien El encuentra placer como para acercarlo a Sí mismo. Observad cómo Abraham procuró acercarse más y más a El, haciendo de El objeto de su anhelo durante el conjunto de sus días. No justamente un día, o justamente cada día, ahora y entonces, sino con sus obras que avanzaban día a día de grado a grado, hasta que, cuando fue viejo, se elevó al gradó más alto que le era adecuado. De ahí que leemos que cuando Abraham era viejo había "entrado en días", es decir, entró en esos días superiores, los días familiares en la doctrina de la fe verdadera. Además, "el Eterno bendijo a Abraham en todas las cosas"; la región llamada “todo” es la fuente de donde salen todas las mercedes y bendiciones. Felices son los penitentes que en el espacio de un día, de una hora y hasta de un segundo pueden acercarse al Santo, tan próximamente como aun el justo verdadero en el espacio de muchos años. Abraham, como ya se dijo, sólo alcanzó este grado cuando fue viejo. Así también aconteció con David, de quien está escrito, "y el Rey David era viejo, entrado en días” (Melajim 1,  1º Reyes 1:1). Pero el penitente encuentra inmediatamente entrada y es traído cerca del Santo, Bendito Sea. R. Yose dijo: Se nos ha enseñado que el lugar asignado a los penitentes en el mundo futuro es uno en el cual no está permitida la entrada aun a los totalmente justos, dado que aquellos son los más cercanos de todos al Rey; ellos son más devotos y se afanan más intensamente para acercarse al Rey. Pues muchas moradas preparó el Santo, Bendito Sea, para los justos en el mundo futuro, para cada uno de acuerdo a su grado. Está escrito: "Feliz es el hombre a quien elegiste y acercaste, de modo que pueda morar en tus palacios", es decir, aquellos a quienes el Santo acerca a El, aquellas almas que ascienden de abajo hacia arriba como para poseer la heredad preparada para ellas; "para que pueda morar en tus palacios'', es decir las salas y los grados exteriores a que se refieren las palabras "entonces te daré acceso libre entre quienes permanecen fieles” (Zajariyahu, Zacarías 3:7).

es decir un grado entre los ángeles santos superiores. Quienes alcanzan ese grado son mensajeros del Eterno, al igual que los ángeles, y constantemente son empleados en servicio de su Amo, porque en la vida ellos siempre se empeñaron por permanecer san-tos y mantenerse lejos de toda impureza. En cambio, quien se contamina en este mundo tiende al espíritu de impureza, y cuando su alma lo abandona los espíritus impuros lo contaminan, y su habitación está entre ellos. Pues la habitación de un hombre en eI mundo futuro está de acuerdo con sus afanes en este mundo; de ahí que un tal hombre se halla contaminado por los espíritus de impureza y arrojado en el guehinóm. Así, quien se santifica y está en guardia contra la contaminación en este mundo, encuentra su habitación en el mundo futuro entre los superiores ángeles santos, donde ellos llevan a cabo los mensajes del Eterno. Estos son los que residen en el Palacio, "en el Palacio del Tabernáculo” (Shemót, Éxodo 27:9). Pero hay otros que penetran más lejos y de los cuales David dijo "estaremos satisfechos con la belleza de tu casa” (Tehilím, Salmos 65:5).  Aquí se ha de señalar que el plural "nosotros" estaremos satisfechos, en vez de "él", en singular, como se habría esperado, se explica por el dicho de que en el Palacio del Templo sólo se permiten asientos para los reyes de la dinastía de David. Y aun más lejos adentro hay un compartimiento reservado para los piadosos de un grado más alto, a los cuales se refiere el versículo "y aquellos que debían instalarse ante el tabernáculo a la izquierda, ante la tienda de reunión hacia el amanecer, eran Moishé y Aarón y sus hijos” (Bamidbar, Números 3:38). Hay, pues, en el mundo futuro una gradación de moradas gloriosas y luces resplandecientes, cada una brillando sobre la otra. Como las obras de los justos difieren en este mundo, así difieren sus palacios y luces ,en el mundo futuro. Además, quedó establecido que aun en este mundo, cuando los hombres de noche duermen y sus almas los abandonan y vuelan por el mundo, no todos se levantan igualmente para contemplar la gloria del Anciano de Días, sino cada uno en proporción a la constancia de su vinculación a El Eterno y a sus buenas acciones. El alma del hombre que es ensuciado, cuando abandona el cuerpo dormido, se encuentra con catervas de espíritus impuros de los órdenes infernales que atraviesan el universo, y que la llevan hacia aquél por quien ella se inclina, le revelan sucesos por acontecer en el mundo; ocasionalmente la engañan con falsa información. Esto ya se dijo en otra parte. Pero el alma del hombre digno, cuando lo abandona estando él dormido, asciende y se abre camino a través de los espíritus impuros, que proclaman: "¡haced camino, abrid camino! ¡aquí hay una que no pertenece a nuestro lado!" Entonces el alma asciende entre los ángeles santos, quienes le comunican alguna información verdadera Cuando el alma se halla descendiendo de nuevo, todas esas bandas malignas se empeñan por encontrarla a fin de obtener de ella esa información, a cambio de lo cual le conceden muchas otras cosas. Pero la única cosa que el alma aprendió de los ángeles santos es con respecto a esas otras cosas como el grano con respecto a la paja. Es éste un raro privilegio de alguien cuya alma aún se encuentra en este mundo. Aventuras similares esperan a las almas cuando ellas abandonan el cuerpo para partir de este mundo. En su intento de remontarse hacia arriba han de pasar por muchas puertas junto a las cuales se encuentran estacionadas bandas de demonios. Estos toman las almas que son de su lado y las entregan en manos de Duma para que éste pueda llevarlos al guehinóm. Entonces las toman de nuevo y ascienden y proclaman a su respecto: "Estos son aquellos que transgredieron los mandamientos del Eterno ". Entonces ellos recorren el universo y traen de vuelta las almas al guehinóm. Este procedimiento dura el conjunto de los primeros doce meses. Entonces, después de esto a cada alma se le asigna su lugar apropiado. Por otra parte, las almas dignas se remontan hacia arriba, como ya se explicó, y se les asignan los lugares correspondientes a sus méritos. Por eso son felices los justos, a quienes les están reservadas muchas mercedes en el mundo futuro. Pero para ninguna hay reservada una morada más interior que para aquellas que penetran en las divinas doctrinas místicas y cada día entran en estrecha unión con su Divino Maestro. De tales está escrito: "Lo que ningún ojo ha visto, Oh Eterno, fuera de Ti, eso será para aquellos que lo esperan” (Yeshayahu,Isaías 64:3).

La palabra "esperar" empleada aquí tiene un paralelo en el versículo "ahora Elihu esperaba para hablar a Job” (Yov, Job 32:4). y se refiere a aquellos que insisten en cada palabra de la sabiduría esotérica, que la estudian minuciosa y pacientemente para descubrir su verdadera significación y de este modo adquirir conocimiento de su Eterno. Estos son aquellos en quienes su Amo se glorifica cada día, que entran en la compañía de los superiores ángeles santos y pasan a través de todas las puertas celestiales sin demora y obstáculos. Feliz la suerte de ellos en este mundo y en el futuro. De esta manera Abraham penetró en la Sabiduría Divina y se unió con su Divino Amo después de haberse debidamente preparado mediante una vida de actos piadosos. Así mereció esos días superiores y recibió bendiciones de la región de la cual todas las bendiciones fluyen, como está escrito "Y el Eterno bendijo a Abraham con todo", en todas las cosas, pues el término “todo” designa al río cuyas aguas nunca faltan. R. Jiyá dijo: Observad que Abraham se abstuvo de celebrar matrimonio con otras naciones y de ligarse a pueblos idólatras. Pues las mujeres de naciones  idólatras contaminan a sus maridos y a quienes entran con ellos en contacto estrecho. Y Abraham, habiendo penetrado en las doctrinas místicas de la Sabiduría, conoció la fuente de la cual emergen los espíritus impuros para atravesar el universo, y por esta razón conjuró a su servidor a que no tomara para su hijo mujer de otras naciones. R. Yitzjak discurrió sobre el versículo: Y el polvo retorna ala tierra como fue, y el espíritu retorna a El Eterno que lo dio, (Koheles, Eclesiastés 12:7). Dijo: Cuando el Santo, Bendito Sea, creó a Adán, El tomó su polvo del lugar del Templo y construyó su cuerpo desde los cuatro rincones del mundo, que todos contribuyeron a su formación. Luego derramó sobre él el espíritu de vida, como está dicho: "e insufló en sus narices el aliento de vida” (Bereishís, génesis 2:7). Entonces se levantó Adán y comprendió que era a la vez del cielo y de la tierra, y así se unió a lo Divino y fue dotado con sabiduría mística. Según el mismo modelo, cada hijo de hombre es un compuesto de lo celestial y lo terrenal, y todos aquellos que saben cómo santificarse en manera recta en este mundo, cuando tienen un hijo el Espíritu Santo fluye sobre él de la región de la cual emergen todas las santidades. Por eso son llamados los hijos del Santo; y cuando sus cuerpos son formados en santidad, les es dado un espíritu de la santa región superior. Observad que el día en que un hombre está por partir de este mundo es un día de ajuste de cuentas en el cual el cuerpo y el alma en combinación han de responder por sus obras. Después el alma lo abandona, y el cuerpo retorna a la tierra. De este modo ambos vuelven a su fuente original, donde permanecerán hasta que; el Santo devuelva de nuevo la vida a los muertos. Entonces el Eterno hará que retornen al mundo en su estado anterior, el cuerpo idéntico y el alma idéntica, como está escrito "Tus muertos vivirán, mis cuerpos muertos se levantarán” (Yeshayahu, Isaías 26:19). La misma alma, entre tanto guardada por el Santo, regresa, así, a su lugar original, como está escrito, "y el espíritu retorna al Eterno que lo dio” (Koheles, Elesiastés 12:7). . Y en el tiempo en que el Santo levante los muertos a la vida, El hará descender rocíe sobre ellos desde Su cabeza. Por medio de ese rocío todos se levantarán del polvo, según se dice, "pues tu rocío es el rocío de luces” (Yeshayahu, Isaías 26:19), siendo éstas las luces superiores a través de las cuales el Todopoderoso derramará en el futura.- rocío de vida sobre el mundo. Pues el árbol de vida exuda vida incesantemente en el universo. La vida en la presente dispensación es abreviada por la influencia de la mala serpiente, cuyo dominio se simboliza en la luna oscurecida. Bajo la misma influencia las aguas celestiales faltan, se acaban, y la vida no es dispensada en el mundo en medida apropiada. Pero en ese tiempo el mal tentador, que no es otro que la mala serpiente, será eliminado del mundo por el Todopoderoso y desaparecerá, como está escrito, "Y yo haré que el espíritu impuro desaparezca de la tierra” (Zajariyahu, Zacarías 13:2). Después de que desaparezca, la luna no será más oscurecida y las aguas del río celestial correrán perennemente. Entonces se cumplirá la profecía: "aun más: la luz de la luna será como la luz del sol y la luz del sol será siete veces mayor, como la Iuz de los siete días” (Yeshayahu, Isaías 30:26). R. Jizquiá dijo: Si todos los cuerpos muertos se levantaran del polvo, ¿qué acontecerá con un número de cuerpos que compartieron sucesivamente la misma alma? Contestó R. Yose: Los cuerpos que fueron indignos y no cumplieron su propósito, serán considerados como no habiendo existido; como si hubieran sido un árbol mar-chitado en este mundo, así serán considerados en el tiempo de la resurrección. Sólo el último, que estuvo firmemente establecido y arraigó y prosperó, llegará a vivir, como está dicho: "pues será como un árbol plantado junto a las aguas... pero su follaje será abundante” (Yeremiyahu, Jeremías 1:8).  Esto se refiere al cuerpo que echó raíz, produjo fruto y prosperó, pero en cuanto al cuerpo anterior que quedó sin fruto, que no arraigó, que fue indigno y no alcanzó su fin, está escrito: pues será como un tamarisco en el desierto, y no verá cuando venga el bien” (Yeremiyahu, Jeremías 17:6). es decir, no será incluido en la resurrección y no verá la luz acumulada sobre la Creación para deleite de los iustos, acerca de la cual s dice: "Y El Eterno vio la luz que era buena” (Bereishís, génesis 1:4). y también, "pero hasta vosotros que tenéis mi nombre se levantará el sol de justicia” (Malají, Malaquías 3:20). Así, el Santo levantará en el futuro a los muertos para vivir de nuevo y el buen principio prevalecerá en el mundo y el malo desaparecerá del mundo, como ya se dijo, y los cuerpos anteriores serán como si nunca hubieran sido. R. Yitzjak dijo: Para tales cuerpos el Santo proveerá otros espíritus y si se verificara que son dignos obtendrán una morada en el mundo, pero si no, serán cenizas bajo los pies de los justos, como está escrito, "y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra despertarán” (Daniel 12:2). Entonces todos se levantarán y serán colocados en fila ante el Santo, el cual los enumera, como está dicho: "el que saca su hueste por número” (Yeshayahu, Isaías 40:26). Obsérvese que se ha asentado que los muertos de la Tierra de Israel serán los primeros en levantarse. Y de ellos está escrito: "tus muertos vivirán” (Yeshayahu, Isaías 26:19). Por otra parte, las palabras "mis cuerpos se levantarán” (Yeshayahu, Isaías 26:19). se refieren a los muertos de otros países, pues en vez de decir "vivirán", se dice "se levantarán". Efectivamente, el espíritu viviente sólo se infundirá en los cuerpos del País de Israel. Entonces, "Tus muertos vivirán" Pero los otros cuerpos muertos se levantarán sin el espíritu de vida, y sólo después de haber rodado bajo el suelo y alcanzado la Tierra de Israel recibirán almas, solamente allí, y no en otro reino, de modo que realmente puedan renacer. R. Eleazar y R. Yose se hallaban una noche estudiando la Torá, R. Eleazar dijo: Observa que en el tiempo en que el Santo devolverá los muertos a la vida, todas las almas revistadas ante El llevarán cada una una forma idéntica a la que llevaban en este mundo. El Santo las hará bajar y las llamará por sus nombres, corno está dicho, "El lo llamó por el nombre” (Yeshayahu, Isaías IL, 26. Cada alma entonces entrará en su propio lugar y será completa la resurrección de los muertos y así el mundo alcanzará su consumación. De ese tiempo está escrito: "En toda la tierra será apartado el reproche de su pueblo” (Yeshayahu, Isaías 25:8). lo que es una referencia al mal tentador, que oscurece los rostros de los hombres y los descarría. R. Yose intervino, preguntando: ¿Cómo es que el hombre mientras el espíritu está en él no es una fuente de impureza, y, una vez que su alma lo abandona, se convierte en fuente de contaminación? Le respondió R. Yitzjak: Esta es seguramente la ley, y la explicación dada es que el mal tentador, en el acto de retirar el espíritu de un hombre, lo contamina y de este modo el cuerpo queda en un estado de impureza. Pero este no es el caso de las naciones idólatras. Pues como ellas llevan impureza durante la vida, como sus almas son derivadas del lado de la impureza, cuando esta impureza es retirada el cuerpo queda sin contaminación. Por esta razón todo aquel que se liga a una mujer de alguna de las naciones idólatras se vuelve impuro y la descendencia que nace de semejante unión recibe un espíritu contaminado. Cribe preguntar por qué, dado que el padre es un israelita, la descendencia habría de recibir un espíritu contaminado. La razón es que tan pronto como el padre se unió a esa mujer, entró en él la impureza. Y si el padre se volvió contaminado por la mujer impura, cuánto más debe ser contaminada en su mismo espíritu la descendencia nacida de ella. Más

aún, un hombre así viola el precepto de la Torá, expresado en las palabras, "Pues no te inclinarás a ningún otro El Eterno; porque el Eterno cuyo nombre es Celoso es un El Eterno celoso” (Shemót, Éxodo 34:14). es decir, El es celoso de la santidad del sagrado pacto. R. Eleazar dijo: Observad que, como ya se asentó en otra parte, nuestro padre Abraham, una vez que adquirió Sabiduría, decidió mantenerse separado de todas las otras naciones y no entrar en alianza matrimonial con ellas. De ahí que leemos: Y yo te haré jurar por el Eterno, el El Eterno del cielo y el El Eterno de la tierra. Que no tomarás para mi hijo mujer de entre las hijas de los canaaneos. Las palabras "hijas de los canaaneos" son paralelas a la expresión "hijas de un el Eterno Extraño” (Malají, Malaquías 2:11). Así también la palabra "Yo" (Anoji), que sigue, es una referencia a la Divinidad, corno en el versículo "Yo (Anoji) hice la tierra". La finalidad de esta orden era salvar a Yitzjak de la contaminación par ellas. Porque quien daña a la santidad del pacto sagrado por el contagio con una mujer de una alción idólatra trae la impureza de cierto otro lugar, a lo que se refiere el pasaje, "pues por tres cosas la tierra ha de temblar” (Mishlei, Proverbios 30:21). Y aunque Abraham conjuró a su sirviente por el pacte sagrado. no se sintió satisfecho hasta que suplicó por él al Santo, Bendito Sea, diciendo: El Eterno, el El Eterno del cielo ha de enviar su ángel delante de tí..., es decir, el ángel del pacto, de modo que éste pueda ser preservado en su santidad y no ser contaminado entre las naciones. Continuó: Cuídate para que no traigas a mi hijo de nueve allá. ¿Por qué es eso? Porque Abraham conocía que ninguna de entre las naciones tenía conocimiento del verdadero El Eterno como lo conocía él, y por eso deseaba que Yitzjak no se estableciera entre ellas, sino que morara con él, de modo que siempre pudiera aprender los caminos del Santo, y no virar ni a la derecha ni e la izquierda. R. Yose dijo: Ciertamente, los méritos de Abraham sostuvieron en buena situación a su servidor, pues el mismo dia en que salió llegó a la fuente, conforme está dicho: Y ese día llegué a la fuente. R. Eleazar discurrió sobre el versículo: Abre Tú mis ojos, para que yo pueda contemplar cosas maravillosas por obra de tu ley (Tehilím, Salmos 119:18). Cuán carentes son —dijo— de discernimiento esos hijos de hombres que permanecen en ignorancia de la Torá y no se dedican a su estudio. Pues es la Torá quien otorga vida, libertad y felicidad en este mundo y en el mundo por venir. Es vida en este mundo, devenga a sus devotos plenitud de días, como está dicho, "el número de tus días llenaré"' (Shemót, Éxodo 23:26), así tomo largura de días en el mundo por venir. Pues la Torá es la plenitud misma de vida, vida de bendición sin nada lóbrego. Es libertad en este mundo, libertad completa. Es que cuando un hombre se aplica al estudio de la Torá, ninguna nación del mundo puede prevalecer contra él. Uno así también obtiene liberación ante la muerte, la cual no tiene poder sobre él. Y si hubo mártires, como R. Akiba y sus colegas, que sufrieron en tiempos de persecución, ello fue por un decreto especial de lo alto para un propósito especial. Seguramente si Adán se hubiese atenido can firmeza al árbol de vida, que no es otra cosa que la Torá, no habría traído muerte para él y para el resto del mundo. De ahí que en conexión con el otorgamiento de la Ley está escrito, "Jerut, libertad, sobre las tablas" (Shemót Éxodo 32:16), corno está explicado en otra parte. Y si los hijos de Israel no hubieran pecado y abandonado el árbol de vida, no habrían de nuevo traído muerte al mundo. Por eso El Eterno les pudo decir, con palabras del Salmista: "Yo dije, vosotros sois seres divinos, y todos vosotros hijos del Altísimo" (Tehilím, Salmos 82:6), pero os habéis dañado, y, por eso, "como Adán moriréis, etc." (Tehilím, Salmos 82:6). Pero quien se aplica al estudio de la Torá no está sometido al poder de la mala serpiente, la oscurecedora del mundo. R. Yesa planteó la pregunta: ¿Si es así, por qué murió Moishé, si no había pecado? R. Elezar contestó: Moishé segura-mente murió, pero no por el poder de la serpiente, y por eso no fue contaminado. Además, desde otro punto de vista, no murió. sino que solamente fue alzado por la Shejiná y partió a una vida eterna, como ya se explicó en relación con el pasaje "Y Benaia el hijo de Yehoiada, el hijo de un hombre viviente, etc," (Shmuel 2, 2º Samuel 33:20). Así, quien se aplica al estudio de la Torá adquiere libertad perfecta, libertad en este mundo, de la servidumbre de las naciones idólatras y libertad en el mundo futuro, pues no se levantará allí acusación contra él. Pues la Torá contiene verdades sublimes y recónditas, como está dicho: "Ella es más preciosa que rubíes" (Mishlei, Proverbios 3:15). Ciertamente en ella están ocultos innumerables tesoros, de modo que David, al considerar la Torá en cl espíritu de la Sabiduría y al comprender cuántas verdades maravillosas se despliegan desde ella, hubo de exclamar: "Abre tú mis ojos, para que yo pueda contemplar cosas maravillosas de tu ley" (Tehilím, Salmos 119:18). Y aconteció que antes de que él hubiese hablado, he aquí que Rebeca urdió. Habríamos esperado que en vez de "salió" dijera "vi-no". La implicación es que El Eterno la apartó de las gentes de la ciudad y la convirtió en una excepción frente a ellas. Y ella bajó a la fuente. Esta fuente no era otra que el pozo de Miriam; de ahí la palabra "a" se expresara aquí con la letra he en el vocablo hebreo. Según otra explicación el término "salió", como el término similar en el pasaje "muchachas jóvenes que salen para extraer agua" (Shmuel 1, 1º Samuel 9:11), implica modestia, es decir, que permanecían en casa y solamente salían a cierta hora para sacar agua. Este fue el signo por el cual el servidor de Abraham la reconoció. Pues cuando él llegó a Harán y encontró a Rebeca "a la hora de la noche" fue el momento de la plegaria del atardecer (miaja), Así el momento en que Yitzjak comenzó la plegaria de la tarde coincidió con el momento en que el servidor encontró a Rebeca. Así, también, fue en el mismo momento de su plegaria de la tarde —la plegaria de Yitzjak — que Rebeca llegó a él. De esta manera todo estuvo adecuadamente dispuesto por la obra de la Sabiduría Divina. Como parte del mismo esquema fue que el servidor llegó al pozo de agua, cuya significación interna se encuentra en el pasaje "Tú eres una fuente de jardines, una cisterna de aguas vivas, y corrientes que fluyen del Líbano" (Shir hashirím, Cantar de cantares 4:15). R. Simeón caminaba un día a Tiberias en compañia de R. Abba. R. Simeón le dijo: Continuemos, pues preveo que llegará a nosotros un hombre que tiene algo nuevo que decirnos, algunas nuevas exposiciones de la Torá. R. Abba dijo: Verdaderamente sé que por donde tú andes el Santo te envía ángeles alados para entretenerte Cuando habían marchado un poco más, R. Simeón 1: vantó la vista y vio correr a un hombre. Entonces R. Simeón y R. Abba se sentaron. Cuando el hombre llegó a ellos, R. Simeón le preguntó "¿De dónde eres tú?" El dijo: soy de Judea y vengo de Capadocia y estoy en camino a la residencia del hijo de Yojai, a quien me enviaron los compañeros para informar de ciertas conclusiones a que han llegado. R. Simeón le dijo: Habla, hijo mío. El hombre preguntó: ¿Eres tú el hijo de Yojai? La respuesta fue: "Lo soy". Entonces el hombre dijo: Es regla establecida que un hombre mientras reza no ha de dejar que se interponga nada entre él y la pared, como está escrito, "Entonces Ezequías dirigió su rostro a la pared” (Yeshayahu, Isaías 38:2).  Y, además, está prohibido pasar dentro del ámbito de cuatro codos del hombre que reza, y ellos ahora han asentado que esto significa a cada lado, salvo directamente frente a él. Además, que un hombre no ha de rezar estando parado detrás de su maestro... Estas son las decisiones de los compañeros. A continuación el hombre discurrió sobre el versículo: Escucha mi plegaria, Oh Eterno, y escucha y presta atención a mi clamor; no permanezcas en silencio ante mis lágrimas (Tehilím, Salmos 39:13). Preguntó: ¿Por qué la palabra para escuchar en este lugar está escrita shmiah en vez de la habitual shmá? La verdad es que la forma shmá siempre se dirige al aspecto masculino de la Divinidad, mientras que la forma shmiah se dirige al aspecto femenino. De ahí que el término shmá se emplea porque está dirigido a ese grado que recibe todas las plegarias de la humanidad, y, de acuerdo a nuestra tradición, las entrelaza en una corona que coloca sobre la cabeza del Tzadik, la vida del universo, a la que se refieren las palabras "Bendiciones sobre la cabeza del Justo” (Mishlei, Proverbios 10:6). Además, las palabras, "escucha, Oh Eterno, mi plegaria" se refieren a la plegaria silenciosa, mientras que las palabras siguientes "y escucha mi clamor" se refieren a la plegaria en alta voz de hombre angustiado, como leemos, "y el clamor de ellos ascendió a El Eterno” (Shemót, Éxodo 2:23). El término que significa "el clamor de ellos" Indica la elevación de la voz y la elevación de los ojos, de la mirada, hacia el cielo. Es afín al término hebreo que significa "virando" en el pasaje "y virando hacia el monte”(Yeshayahu, Isaías 22:5). Semejante plegaria atraviesa todas las puertas y asciende al cielo. "No permanezcas en silencio ante mis lágrimas": lágrimas de oración ascienden ante el Rey, ninguna puerta puede oponérseles y nunca vuelven vacías. Además, hay en este pasaje tres grados de súplica: plegaria, clamor y lágrimas, que corresponden a los tres grados que se mencionan en el versículo "Porque yo soy un extraño junto a ti, un transeúnte, como lo fueron todos mis antepasados” (Tehilím, Salmos 39:13). Primero "un extraño", luego "un transeúnte" y, por último, "como todos mis antepasados", que fueron la base del mundo. Observad que hay dos categorías de plegarias, una que ha de decirse de pie, y la otra de sentado, aunque forman un solo todo. Hay también dos filacterias, una para el brazo y otra para la cabeza, correspondientes al día y a la noche, formando las dos, de nuevo, un todo. La plegaria de sentado corresponde a la filacteria del brazo, que la prepara y adorna como una novia antes de entrar bajo el palio nupcial. Así, hablando mística-mente, la plegaria es rodeada y escoltada por los carros y legiones que se mencionan en la oración: "Creador de espíritus asistentes... Y los Ofanim y las Jayot santas..." Por eso esta plegaria se recita de sentado, pero cuando la oración se acerca al Rey Supremo, El está por recibirla, y entonces nos ponemos de pie ante el Rey Altísimo, pues entonces lo masculino se une con lo femenino. De ahí que no debe haber interrupción entre la bendición de la redención al final de la plegaria de sentado y el comienzo de la plegaria de pie. También, dado que uno está de pie ante el Rey Supremo, al finalizar debe retroceder cuatro codos, que como se explicó es una medida divina. Así cualquier parte de la plegaria que es simbólica del principio masculino ha de recitarse de pie. De manera similar, el orante dobla su rodilla al decir baruj (Bendito sea) y se yergue a toda su altura al enunciar el Nombre Divino, para simbolizar la superioridad de lo masculino sobre lo femenino. Además, observa que, como lo hemos establecido, uno no debe, mientras reza, estar parado inmediatamente detrás de su maestro. La razón es la siguiente. Está escrito: "Temerás al (et) Eterno tu El Eterno” (Devarím, Deuteronomio 6:13). La partícula et indica aquí que el maestro está asociado con El Eterno como objeto de temor. Por eso durante la plegaria un hambre no debe enfrentarse con ese objeto de temor, de manera que se llene exclusivamente con el temor del Santo solo, sin nada agregado. Yitzjak instituyó la plegaria de la tarde de la misma manera en que Abraham instituyó la plegaria de la mañana. Cada uno de ellos instituyó la plegaria correspondiente al grado al cual estaba unido. Por eso el tiempo para la plegaria de la tarde comienza con la declinación del sol hacia el Oeste, dado que el período que precede a ese tiempo, a partir del amanecer, se llama día, como en el pasaje "la misericordia de El Eterno dura todo el día” (Tehilím, Salmos 52:3). No se puede decir que "todo el día" dura hasta que se asienta la oscuridad, pues est.í escrito, "Desdichados nosotros, pues el día ha partido, porque las sombras de la noche se han extendido” (Yeremiyahu, Jeremías 6:4). Esto muestra que el término "día" se limita al tiempo de recibir la plegaria matinal, de la cual está escrito: "La misericordia de El Eterno duró todo el día", pues en ese tiempo el sol aún

se encuentra en el lado oriental. Tan pronto como el sol declina en su paso hacia el Oeste, el tiempo de la plegaria de la tarde queda asentado. Entonces, como el día ya partió y ha dado lugar a las sombras de la noche, es cuando se afirma la cualidad del rigor. "El día ha partido". Es decir, el período en que prevalece la misericordia (Jésed) y "las sombras de la noche se hallan extendidas", cuando se encoleriza el grado del rigor, esa misma hora en que fue destruido el Santuario y quemado el Templo. Por esta razón la tradición nos enseña que el hombre no ha de descuidar el recitar la plegaria de la tarde, porque entonces es cuando el mundo se halla bajo la égida del rigor. Yaakov instituyó la plegaria de la noche (arvit), con lo que la letra vau (simbólica de Yaakov) viene a ser simplemente de la letra he (simbólica de Yitzjak) que se nutre de la vau, por no tener luz propia. Por esa razón la plegaria nocturna es optativa, dado que es una continuación de la plegaria del día, teniendo como su finalidad la de iluminar la oscuridad de la noche. Esta oscuridad prevalece hasta la medianoche, a cuya hora el Santo se entretiene con los justos en el Jardín del Edén. De ahí que sea tiempo oportuno para que un hombre se ocupe con el estudio de la Torá, corno ya se explicó en otra parte. Observad que David en sus Salmos se refiere a los tres períodos de oración, con las palabras: "Noche y mañana y a medio-día medito y gimo” (Tehilím, Salmos 55:18). Aquí tenemos una referencia a los tres períodos, aunque David mismo sólo observaba dos plegarias., a una de las cuales se refiere en "medito" y a la otra se refiere en "y gimo". La primera es la plegaria de la mañana, el período de misericordia, y por eso basta con "meditar". La segunda es la plegaria de la tarde, el período del rigor, y de ahí "y gimo". A medianoche David se levantaba para cantar cantos e himnos, como está escrito, "y en la noche su canto está conmigo” (Tehilím, Salmos 42:9). R. Simeón se levantó entonces y continuaron caminando, acompañándolos el extranjero hasta Tibsrias. En el camino dijo R. Si-meón: Observad que los miembros de la Gran Asamblea instituyeron las plegarias en correspondencia con las ofrendas diarias fijadas, de las que había dos, Domo está escrito, "un cordero ofrendarás en la mañana, y el otro cordero ofrendarás a la caída de la tarde” (Bamidbar, Números 28:4). es decir, en los dos períodos que coinciden con los períodos de la plegaria. El extranjero dijo: Dado que originalmente fueron los patriarcas quienes instituyeron las plegarias, ¿por qué las instituidas por Abraham e Yitzjak han de ser de primera importancia, mientras que la instituida por Yaakov, el cual era lo mejor de los patriarcas, solamente es voluntaria? R. Simeón respondió: La razón, como se ha afirmado, es la siguiente: Los dos períodos de las dos plegarias más tempranas tienen corno objeto solamente unir a Yaakov a su heredad, y una vez efectuado esto nada más necesitamos. Tan pronto como la Mujer es colocada entre los dos brazos y es unida al Cuerpo, no se necesita nada más. Así, las dos plegarias son los dos brazos entre los cuales Yaakov es unido al cuerpo, es decir, al cielo, en conformidad con el versículo: "Pero Tú, Oh Eterno, eres en lo alto por siempre” (Tehilím, Salmos 92:9). Todo esto contiene misterios profundos que unicamente los iniciados conocen. R. Abba y el de Judá se acercaron entonces a R. Simeón y besaron su mano, después de lo cual R. Abba observó: ¡Hasta hoy yo siempre encontré aquí una dificultad, pero ahora es feliz mi suerte porque tuve el privilegio de resolverla! E Yitzjak la trajo a la tienda de Sara, su madre. R. Yose observó: La letra he al final de la palabra haohelah (a la tienda) es una referencia a la Shejiná, que ahora regresó a la tienda. Pues durante toda la vida de Sara la Shejiná no partió de ella, y acostumbraba haber allí encendida una luz de la víspera de un Sábado a la del otro; una vez encendida, ella duraba todos los días de la semana. Después de su muerte la luz se extinguió, pero cuando vino Rebeca, la Shejiná regresó y la luz se encendió de nuevo. Así, el versículo dice literalmente: "Y él la trajo a la tienda, Sara su madre", implicando la última frase que Rebeca era en todos sus actas una réplica de Sara, la madre de él. R. Judá dijo: Exactamente como Yitzjak fue la total imagen de Abraham, y cualquiera que miraba a Yitzjak decía "allí está Abraham" y sabía a la vez que "Abraham engendró a Yitzjak ", así era Rebeca la plena imagen de Sara. Ella lo era a tal punto que en la frase de nuestro texto se dice "Sara, la madre de él". R. Eleazar dijo: Todo esto es verdad. Pero observad aquí un misterio más profundo. Pues, verdaderamente, aunque Sara murió, su imagen no partió de la casa. Pero por un tiempo no fue visible, y tan pronto como Rebeca vino se volvió visible de nuevo, como está escrito, "y él la trajo a la tienda de Sara, la madre de él", que es como decir "y entonces Sara su madre apareció". Sin embargo, nadie la vio salvo Yitzjak, y así entendemos las palabras "e Yitzjak fue confortado por su madre", es decir, después de que su madre se hizo visible y fue instalada de nuevo en la casa. R. Simeón dijo: ¿Por qué la Escritura nos cuenta con tanto detalle que Yitzjak tomó a Rebeca y ella fue su mujer y él la amó? La última afirmación parece innecesaria, pues, naturalmente, si ella fue su mujer él la amó, como es la manera de todos los hombres de amar a sus esposas. La explicación es que la atracción del varón a la mujer deriva de la izquierda, como leemos: "Que su mano izquierda esté bajo mi cabeza”(Shir hashirím, Cantar de Cantares 2:6). siendo la izquierda simbólica de la noche y la oscuridad. De ahí que, aunque Abraham amó a Sara, la afirmación "y él la amó" sólo se mencicna en el caso de Yitzjak, que era de la izquierda. También de Yaakov está escrito que "amó a Raquel" (Bereishís, génesis 29:18), pero aquí la explicación es que ello se debió al lado de Yitzjak que estaba contenido en ól. Observad que Abraham, al ver a Sara, solamente la abrazó, y nada más, mientras que Yitzjak tomó a Rebeca y puso su brazo bajo la cabeza de ella, como está escrito: "Que su mano izquierda esté bajo mi cabeza y su mano derecha me abrace" (Shir hashirím, Cantar de Cantares 2:6). Yaakov tuvo luego relación con sus mujeres y engendró doce tribus. Observad, también, que todos los patriarcas siguieron el mismo camino, en cuanto cada uno de ellos desposó cuatro mujeres. Abraham tuvo cuatro esposas, dos concubinas. Además de Sara y Agar, como se ve por el pasaje, "pero entre los hijos de las concubinas que Abraham tuvo" (Bereishís, génesis 25:6). Yitzjak tuvo cuatro esposas, pues Rebeca, hablando místicamente, combinaba en sí misma las virtudes de cuatro mujeres. Esto se indica en la Escritura de la manera siguiente: "Y tomó a Rebeca" se refiere a una; "y ella fue su esposa" indica una segunda; "y él la amó" indica una tercera; "e Yitzjak fue alentado por su madre" es la cuarta. En correspondencia, tuvo Yaakov cuatro esposas. Y un propósito místico guió a todos ellos. R. Jiyá dijo: Abraham e Yitzjak tuvieron cada uno una esposa para una unión de santidad, el uno a Sara, el otro a Rebeca, y Yaakov tuvo tantas como ambas en doble, es decir cuatro. R. Simeón dijo: Prácticamente viene a ser la misma cosa, pues todo se ordenó por una dispensación divina para un mismo propósito místico. Y Abraham tomó otra esposa, y el nombre de ella fue Keturá. Keturá no era otra que Agar. Pues sabemos por la tradición que Agar, cuando dejó a Abraham, se desvió tras de los ídolos de los antepasados de ella, aunque con el tiempo volvió a ligarse a una vida de virtud. De ahí su nombre Keturá, que literalmente significa ligada. Entonces Abraham mandó por ella y la tomó por mujer. De aquí aprendemos que un cambio de nombre obra como una expiación por el pecado, pues ésta fue la razón por la cual su nombre se cambió. El término vayosef, que literalmente significa y él agregó, indica aquí, no que Abraham tomó otra esposa, sino que tomó de nuevo a su esposa anterior a la que había expulsado antes por causa de Ismael y la cual había ahora abandonado sus malas prácticas, e hizo un cambio en su nombre que simbolizaba su cambio de vida. Observad que R. Eleazar, al comentar el pasaje "E Yitzjak la trajo a la tienda de Sara, la madre de él", dijo que la forma de Sara se reveló allí y eso lo confortó a Yitzjak que cada día miraba la imagen de ella. Aunque Abraham volvió a casarse, nunca entró en la tienda de Sara ni permitió que esa mujer entrara allí, pues una servidora no puede ser heredera de su señora. Efectivamente, ninguna otra mujer apareció nunca en la tienda de Sara, con excepción de Rebeca. Y aunque Abraham sabía que la imagen de Sara se había revelado allí, dejó la tienda enteramente a Yitzjak para que cada día contemplara la figura de su madre. Esto se indica en el versículo, y Abraham dio todo lo que tenía a Yitzjak, donde la expresión "todo lo que tenía" indica la forma de Sara que se instaló en esa morada. Según otra explicación, este versículo indica que Abraham transmitió a Yitzjak la exaltada doctrina de la fe verdadera, de modo que pudiese ligarse a su grado justo. Pero a los hijos de las concubinas que Abraham tuvo dio Abraham obsequios. ¿Qué clase de obsequios eran? Comprendían los lados de los grados bajos, es decir, los nombres de las facultades del espíritu impuro, de modo de completar toda la lista de grados. Yitzjak, a su vez, fue elevado por encima de esos grados merced al poder de la fe verdadera. "Los hijos de las concubinas" son los hijos de Keturá, que anteriormente había sido una concubina y ahora era de nuevo una concubina. R. Jiyá dijo que el término "concubinas" en plural debe tomarse aquí literalmente. Y él las mandó que dejaran a Yitzjak su hijo, de modo que no estuvieran en paridad eon Yitzjak. Mientras él aún vivía, es decir, mientras, Abraham aún estaba vivo y vigoroso, de modo que no se quejaran contra él después de su muerte y de modo que Yitzjak pudiese fortalecerse en el lado del rigor para prevalecer sobre ellas y someterlas. Hacia el Oriente, al país del Este: por la razón de que allí están las rondas de los practicantes impuros de la magia y la hechicería. Observad esto. Está escrito: "Y la sabiduría de Salomón superaba a la sabiduría de todos los hijos del Oriente (Melajím 1,  1º Reyes V, 10). Hay aquí una alusión a los descendientes de los hijos mismos de las concubinas de Abraham, que, como ya se dijo, habitaban en las montañas del Este, donde instruyen a los hombres en las artes de la magia y la adivinación. De ese mismo país del Este provenían Labán y Beor y su hijo Balaam, que eran todos magos. R. Jizquiá discurrió sobre el versículo: "¿Quién dio a Yaakov para que se lo dañara y a Israel a los salteadores? ¿No lo hizo el Eterno, contra el cual hemos pecado y por cuyos caminos ellos no quisieron andar?” (Yeshayahu, Isaías 42:24). Dijo: Observad que desde la destrucción del Templo las bendiciones fueron retiradas del mundo, si así puede decirse, tanto en lo alto copio aquí abajo, de modo que todos los grados inferiores se hallan reforzados y ejercen dominio sobre Israel a causa de sus pecados. Y bien, el versículo que acabamos de citar requiere una aclaración. Pues mientras comienza hablando de Yaakov e Israel cn tercera persona, pasa a la primera, al decir "contra quien nosotros hemos pecado", y entonces vuelve a la tercera persona, diciendo "y ellos no querían seguir". La verdad es que cuando el Santuario fue destruido y el Templo fue quemado y el pueblo arrojado al exilio, la Shejiná dejó su residencia para acompañarlo en el cautiverio. Pero antes de hacerlo dio una última mirada a su Casa y al Santo de los Santuarios y los lugares donde los sacerdotes y los levitas acostumbraban efectuar su culto. Cuando ella entró en cal país del exilio observó cómo el pueblo estaba oprimido y pisoteado por las naciones, y exclamó: "¿Quién dio a Yaakov para ser dañado...?" Y la respuesta del pueblo fue: "Aquel contra quien nosotros hemos pecado". Entonces la Shejiná replicó como en un eco: "Y en cuyos caminos no querían seguir." Así en los días por venir, cuando el Santo, Bendito Sea, recordará a Su pueblo, a la Comunidad de Israel, la Shejiná será la primera, en retornar del exilio y se dirigirá a su Casa, pues el santo Templo será primero edificado. El Santo, Bendito Sea, dirá entonces a la Comunidad de Israel: "Sacúdete del polvo, levántate y establécete, Oh Jerusalem” (Yeshayahu, Isaías 52:2). Ella preguntará: "¿Adónde iré, si mi Casa está destruida, mi Templo quemado con fuego?" Entonces el Santo, Bendito Sea, reconstruirá primero el Templo, restaurará el Santo de los Santuarios, construirá la ciudad de Jerusalem y la levantará del polvo; así la Escritura dice: "El Eterno reconstruye Jerusalem" primero, y, luego, "El reúne juntos a los dispersos de Israel", y después, "que cura el corazón quebrantado y venda sus heridas” (Tehilím, Salmos 147:2 y 3) Y esto es una referencia a la resurrección de los muertos. Entonces se cumplirá lo que está escrito: "Y yo pondré mi espíritu en vosotros y haré que sigáis en mis estatutos” (Yejezkel, Ezequiel 36:27).

 

Bendito sea ,el Eterno por siempre.

 


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