CENTRO CABALISTA
ENERGÍA CÓSMICA TECNO/MENTE

ZOHAR Noaj

ZOHAR Noaj.
 

“Estas son las generaciones de Noé”

R. Jiyá comenzó con el texto: “Y tu pueblo todo es de justos, ellos heredarán el país por siempre; la rama de mi planta, la obra de mis manos con la que me glorifico” (Yeshayahu, Isaías 60:21). Dijo: Felices los del pueblo de Israel, pueblo que se ocupa con la Torá cuyas sendas le son familiares y que al seguirlas merecerán el mundo por venir. Pues todos los israelitas tienen una porción el mundo por venir, por la razón de que ellos observan el pacto sobre el cual se estableció el mundo, y del cual está dicho: “Si mi pacto no fuera observado día y noche, sería como si yo no hubiera designado ordenanzas del cielo y la tierra” (Yeremiyahu, Jeremías 33:25). De ahí que Israel, que ha aceptado el pacto y lo observa, tiene una porción en el mundo por venir. Además, por eso se lo llama justo. Esto lo aprendemos de José, el cual, en razón de haber observado el pacto es conocido como “José el justo”. R. Eleazar dijo: El término: “Estos son”, como hemos advertido, implica siempre que algo de lo cual se habló antes en el texto no se tomó en cuenta ahora. Y bien, antes está escrito, en el relato de la Creación, que : “Un río salió de Edén para irrigar el camino y de allí se dividió...” (Bereishís, Génesis 2:10).  Esa corriente que fluye perennemente entró en el Jardín para irrigarlo con las aguas superiores, y le trajo alegría, haciéndole producir fruto y simiente para contento universal; y así la corriente alegró al Jardín, como está escrito: “Y El descansó en el séptimo día” (Bereishís, Génesis 2:3). Así las palabras: “Estas son las generaciones” implican que esto, y no otro, trajo productos. De igual modo ocurrió con Noé en el mundo inferior. Noé fue el pacto sagrado abajo que corresponde al de arriba, y de ahí que se lo llame: “Hombre de la tierra”. El sentido interno que esto nos enseña es que Noé necesitaba un arca con la cual unirse y con la cual preservar la simiente de todas las especie, como está escrito: “Para preservar simiente”. Este arca es el Arca del Pacto, y Noé con el arca de abajo correspondía a una unión similar de arriba. La palabra “pacto” se usa en conexión con Noé, como está escrito: “Y Yo estableceré mi pacto contigo”, y antes de haberse establecido el pacto con él no pudo entrar en el arca, como está escrito: “Y Yo estableceré mi pacto contigo y tú entrarás en el arca”. Así, su arca representa el Arca del Pacto, y Noé y el arca juntos fueron un símbolo de la pauta superior. Y como ese pacto de arriba trajo productos, así Noé abajo también trajo generaciones. Por eso se dice: “Estas son las generaciones de Noé”. “Noé fue un hombre justo”. Seguramente era así según la pauta suprema: Está escrito: “El Justo es el cimiento del mundo” (Mishlei, Proverbios 10:25), y la tierra se estableció sobre él, pues es el pilar que sostiene al mundo. Así Noé fue llamado Tzadik (“Justo”) abajo. Todo esto está implicado en las palabras: Noé caminó con el Eterno, que significan que nunca se separó de El, y actuó de modo de ser verdadera copia del ideal supremo un “Tzadik, el cimiento del mundo”, una corporización del pacto del mundo de paz. Y es así que: Noé encontró favor a los ojos del Eterno. Perfecto fue en sus generaciones; y esto se refiere a sus descendientes; las perfeccionó a todas y fue más virtuoso que todas ellas. Luego, las palabras: “Él fue perfecto” indican que nació circunciso (ver respecto de Abraham): “Camina delante de mí y sé perfecto, es decir, circunciso” (Bereishís, Génesis 17:1). En sus generaciones: Y no en las de sus contemporáneos, solamente para todas las generaciones futuras que salieran de él. Has de considerar esto: Desde el día en que se creó el mundo, Noé fue el primer hombre adecuado para juntarse en unión con el arca y entrar en ella, y hasta se juntaron el mundo aún no había alcanzado una condición estable. Pero, una vez que ello ocurrió, leemos: “A partir de esto toda la tierra fue desparramada” (Bereishís, Génesis 10:32). Estas palabras son análogas a la expresión: “Y desde allí el río se dividió” (Bereishís, Génesis 2:10). del Jardín de Edén, que indican que desde este punto hubo una división y difusión de la progenie en todos los rincones del mundo. Los dos casos son en todo sentido análogos. De ahí que dice: “Estas son las generaciones”: Seguramente “estas”, pues fue él quien era el cimiento del mundo y que produjo generaciones para morar sobre la tierra. R. Abba se acercó entonces, lo besó, diciendo: El león en su potencia horadó a través de la roca y la rompió. Tu exposición es ciertamente la justa, como también cabe deducirlo de las medidas del área. “Estas son las generaciones de Noé” R. Judá discurrió sobre el texto: “El hombre bueno es gracioso y generoso, ordena sus asuntos de acuerdo a la justicia”. (Tehilím, Salmos 112:5). “El hombre bueno” se refiere al Santo, Bendito Sea, pues El es llamado “bueno”, lo mismo que “hombre”, como está escrito: “El Eterno es bueno para todos” (Tehilím, Salmos 145:9). lo mismo que: “El Eterno es un hombre de guerra” (Shemót, Éxodo 15:3). Así, el Eterno es gracioso y es generoso con el lugar que no tiene posesión propia y que deriva de El su sostén. Esta idea se desarrolla luego en la sentencia: “Él ordena sus asuntos de acuerdo con la justicia”, que indica que a ese lugar se le otorga sostén solamente de acuerdo a la justicia como está escrito: “Justicia y rectitud son el fundamento de tu trono” (Tehilím, Salmos 139:15). Según otra explicación. El “hombre bueno” se refiere al Justo (Tzadik), como está escrito: “Decid del justo que es bueno” (Yeshayahu, Isaías 3:10).  R. Yose dijo que se refiere a Noé, como está escrito: “Noé fue un hombre justo”. R. Yitzjak dijo que se refiere al Sábado, pues el Salmo de alabanza al Sábado comienza con las palabras: “Es cosa buena agradecer al Eterno” (Tehilím, Salmos 92:2). R. Jiyá dijo: Es el Tzadik quien produce retoño en el mundo. ¿Quién constituye este retoño? Las almas de los justos que son el fruto de la obra de la mano del Santo, Bendito Sea. R. Simeón dijo: Cuando el Santo, Bendito Sea, se pone sus coronas, las recibe de arriba y de abajo: De arriba, de la región de la lejanía absoluta; abajo lo coronan las almas de los justos. El resultado es un incremento de la energía vital de arriba y abajo, que abarca el lugar del santuario en todos los lados y hace que las cisternas se llenen y el mar esté repleto, y se provea abastecimiento para todos.  Está escrito: “Bebe agua de tu propia cisterna, y agua corriente de tu fuente propia” (Mishlei,  Proverbios 5:15) ¿Por qué hablar primero de una cisterna, (bor), que naturalmente es sin agua, y luego de una fuente (Beer), que es fuente que borbotea agua?

En verdad, ambas son una; la primera se refiere a cierta región sumida en pobreza, y así se llama “cisterna”, y que no posee nada propio fuera de lo que se dé. Esa región se llama Dalet, (“pobreza”) y, también, la cuarta letra del alfabeto. Con el tiempo, sin embargo, se vuelve una fuente, llena en todos lados con agua borboteante; entonces tipifica la letra , siendo llenada desde arriba y borboteando agua desde abajo. Se llena desde arriba en la manera ya explicada, mientras su borboteo de abajo es el de las almas de los justos. Según otra interpretación: “Bebe agua de tu propia cisterna” se refiere al Rey David, el cual dijo: “Oh, que alguien me dé agua de beber de la cisterna de Betlejem (Shmuel 2, 2° Samuel 23:15). y “aguas corrientes” se refiere a Abraham; “de en medio” se refiere a Yaakov, que representa el centro; “tu fuente propia” se refiere a Yitzjak al que se llama “fuente de aguas vivas”. Así, en este versículo hay una referencia al equipo sagrado y honrado de los tres patriarcas con el Rey David asociado con ellos. Como el deseo de la hembra hacia el varón sólo despierta cuando cierto espíritu entra en ella y la corriente asciende para encontrar la del varón, así la congregación de Israel solamente consigue un anhelo del Santo, Bendito Sea, cuando está impregnada con el espíritu del justo. Entonces su energía se eleva de abajo para encontrar la energía de arriba, de modo de formar una unión perfecta. De esto fluye un contento universal, y entonces el Santo, Bendito Sea, camina familiarmente entre las almas de los justos. Y bien, todo el retoño del Jardín de Edén no surgió del Justo sino hasta que entró en el arca de que hemos hablado y se unificó con ella, con el arca que contenía todo en embrión. De modo similar, Noé, el hombre justo, no engendró retoño para poblar el mundo hasta que entró en el arca que se reunió toda vida y se depositó aseguradamente y de la cual luego salió para multiplicarse en el mundo y tener una existencia estable sobre la tierra. Si estas creaturas no hubiesen pasado por el arca no habrían perdurado en el mundo. Todo esto se planeó según la pauta suprema. Así emergieron del Arca allí en la altura, así emergieron del arca aquí abajo. Y de este modo el mundo tuvo carácter de permanencia que no había poseído antes. De ahí la expresión: “Y las aguas corrientes de en medio de tu fuente”, de lo cual es un eco el versículo: “Y Noé tuvo tres hijos”. “Y la tierra estaba corrompida ante el Eterno” R. Judá dijo: ¿Qué significa la expresión: “Ante el Eterno”? Significa que ellos perpetraban sus crímenes abiertamente a los ojos de todos. R. Yose dijo: Yo lo interpreto en sentido opuesto, es decir, que al comienzo: “La tierra fue corrompida ante el Eterno”; es decir, que cometieron sus pecados secretamente, de modo que solamente los conociera el Eterno, y no hombres, sin embargo concluyeron por actuar abiertamente, como está escrito: “Y la tierra se llenó de violencia”, lo que indica que no había en toda la tierra un lugar que no conociera sus pecados. R. Abba dijo: Desde el tiempo en que Adán transgredió el mandamiento de su Amo, todas las generaciones sucesivas se llamaron “hijos de Adán” en un sentido peyorativo, como si dijera: “Los hijos del hombre que transgredió los mandamientos de su Amo”. Pero cuando apareció Noé la humanidad se llamó por su nombre: “Las generaciones de Noé”, en un sentido honorable. Pues él aseguró para la humanidad existencia permanente en el mundo, él y no “las generaciones de Adán”, pues Adán había dado lugar a que fuesen arrojados del mundo y muertos. R. Yosi le dijo: Pero en un pasaje posterior, en (Bereishís, Génesis 11:5), está escrito: “Y el Eterno bajó para ver la ciudad y la torre que habían construido los hijos de Adán”, de Adán y no de Noé. R. Abba contestó: Fue porque él había sido el primer pecador. Mejor fuera para él que no hubiese sido creado para no ser mencionado en este versículo. Atiende ahora; está escrito: “Un hombre sabio es causa del regocijo de su padre” (Mishlei, Proverbios 10:1). Cuando un hijo es bueno, la gente menciona el nombre de su padre con elogio, pero cuando es malo, menciona a su padre con reproche. Así ocurrió con Adán. El transgredió la orden de su Amo y por eso cuando luego aparecieron hombres que se rebelaron contra su Amo, la Escritura los designó “los hijos de Adán” es decir, los hijos del primer hombre que se rebeló contra su amo y transgredió sus órdenes. Por consiguiente: “Estas son las generaciones de Noé”, estas y no las anteriores. Estas que entraron y salieron del arca y produjeron generaciones para poblar el mundo; pero no son las generaciones de Adán, que salieron del Jardín de Edén sin traer desde entonces ninguna progenie. Pues, en realidad, si Adán hubiese traído descendencia con él fuera del Jardín del Edén, éste nunca se hubiera destruido, la luz de la Luna nunca se hubiera oscurecido y todos habrían vivido por siempre. Ni siquiera los ángeles se les hubieran igualado en iluminación y sabiduría, como está dicho: “En la imagen de el Eterno los creó” (Bereishís, Génesis 1:27). Pero, como por su pecado, abandonó el Jardín y tuvo descendencia fuera del Jardín los descendientes no duraron en el mundo y no se realizó este ideal. R. Jizquiá dijo: ¿Cómo hubieran podido engendrar hijos allí, dado que si la mala inclinación no lo hubiera tentado para pecar, Adán habría morado por siempre en el mundo él solo y no habría engendrado hijos? De la misma manera si Israel no hubiera pecado haciendo el becerro de oro, no habría tenido hijos y ninguna generación nueva habría venido al mundo. R. Abba replicó: Si Adán no hubiera pecado, no habría tenido hijos del lado de la mala inclinación, pero habría producido descendencia del lado del espíritu santo. Pero, ahora, dado que todos los hijos de los hombres han nacido del lado de la inclinación mala, no tienen permanencia y sólo son de vida breve, porque hay en ellos un elemento del “otro lado”. Pero si Adán no hubiera pecado y no hubiera sido arrojado del Jardín de Edén, habría engendrado progenie del lado del espíritu santo, una progenie santa como los ángeles celestiales, que habría durado hasta la eternidad, según la pauta suprema. Pero, como pecó y tuvo hijos fuera del Jardín de Edén, éstos no arraigaron, ni en este mundo, hasta que apareció Noé, que era un hombre justo y que entró en el arca, de modo que del arca salieron todas las generaciones futuras de la humanidad, que desde entonces se desparramaron por los cuatro rincones de la tierra. “Y el Eterno miró la tierra y vio que estaba corrompida”. Estaba corrompida porque: “toda carne ha corrompido su camino”, en el sentido que hemos explicado. R. Jiyá invocó el texto siguiente: “Y el Eterno vio sus obras que ellos apartaron de su mal camino”. (Yonah, Jonás 3:10). Mira ahora –dijo- cuando los hijos de los hombres son justos y observan los mandamientos de la Torá, la tierra se vigoriza y una plenitud de alegría predomina en ella, porque entonces la Schejiná se posa sobre la tierra, y de este modo hay alegría arriba y abajo. Pero cuando la humanidad corrompe su camino y no observa los mandamientos de la Torá y peca ante su Amo, entonces empuja a la Schejiná fuera del mundo y la tierra queda en un estado corrompido. Pues habiendo sido expulsada la Schejiná, otro espíritu viene y revolotea sobre el mundo, trayendo consigo corrupción. Es en este sentido que decimos que Israel “da fuerza a Elohim”, es decir, a la Schejiná, y con esto da mayor seguridad al mundo. Pero – el Eterno no lo quiera-, si Israel se muestra pecaminoso, entonces, según las palabras de la Escritura: “el Eterno se retira encima de los cielos” (Tehilím, Salmos 57:6).  ¿Por qué? Porque:“Han preparado una red para mis pasos, mi alma está atada hacia abajo”, por su violencia y sus oel Eterno sin causa, “han cavado un foso delante de mío” (Tehilím, Salmos 57:7). Lo misma cosa ocurrió con la generación del Diluvio, cuyos actos violentos condujeron al odio mutuo y al conflicto. Podemos pensar que lo mismo se aplica a la Tierra de Israel. Sin embargo, nuestros maestros han asentado que ningún otro espíritu mora en la Tierra de Israel, ni tiene ángel guardián alguno fuera de el Eterno. Hubo, sin embargo, una ocasión en que otro espíritu se posó allí para destruir al pueblo. Eso fue en el tiempo de David, cuando, según está escrito: “David vio al ángel del Eterno... teniendo una espada en movimiento en su mano extendida sobre Jerusalém” (Divrei hayamim1, 1° Crónicas 21:16), y así vino destrucción sobre el país. R. Eleazar dijo: Aun entonces fue el Santo, Bendito Sea. El mismo, teniendo aquí el término “ángel” el mismo sentido que en los pasajes “el ángel que me redimió”  (Bereishís, Génesis 48:16), y “el ángel del Eterno apartó” (Shemót, Éxodo 14:19).  Que sea para bien o para mal, el Santo, Bendito Sea, siempre tiene sobre ello dominio personalmente. Para bien, de modo que no sea librado a las manos de los “capitanes superiores”, y de modo que todos los habitantes del mundo pudiesen avergonzarse a sus malas acciones; para mal, de modo que las naciones no tuvieran la gratificación de ejercer sobre ella el poder. Es verdad que la Escritura dice en un lugar: “Pues ella había visto que los paganos han entrado en su santuario” (Eijá, Lamentaciones 1:19). y han destruido la Casa, de lo cual se puede inferir que si esos jefes extraños no hubieran tenido dominio, no habría sido destruido el Templo. Sin embargo, no se ha de acentuar esto, pues la Escritura dice también: “Pues tú lo has hecho”  (Shemót, Éxodo 1:21). y “El Eterno ha hecho lo que proyectó”  (Shemót, Éxodo 2:17). R. Jiyá continuó: Aquí está escrito, en conexión con Noé: “Y el Eterno vio la tierra y miró que estaba corrompida”. Esto contrasta con el versículo: “Y el Eterno vio sus actos, y ellos se habían arrepentido de sus malos caminos” (Yonáh, Jonás 3:10). Allí la tierra llamó al Eterno, alcanzando hacia el cielo, y embelleciendo su rostro, como una mujer que trata de agradar a su marido. Así trató la tierra de agradar al Eterno criando para El hijos justos. Pero aquí, cuando la generación del Diluvio no se arrepintió de sus pecados, está escrito: “Y el Eterno miró la tierra, y vio que estaba corrompida”, como una esposa infiel que esconde su rostro de ante su marido. Pero cuando la humanidad cometió pecado sobre pecado abiertamente y flagrantemente, la tierra se tornó descarada como una mujer abandonada sin ningún sentido de vergüenza, como se dice en otra ocasión: “Y la tierra se contaminó bajo sus habitantes” (Yeshayahu, Isaías 24:5). Entonces esta es la conexión, aquí: “el Eterno vio que la tierra estaba corrompida”. ¿Por qué? “Porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra”. R. Eleazar fue a ver a R. Yose, el hijo de R. Simeón, hijo de Lakunia, su suegro. Este último, tan pronto como lo vio tendió para él, bajo un palio, una alfombra, en la que se sentaron. Preguntó a su yerno: ¿Has oído de tu madre la interpretación del versículo: El Eterno hizo lo que proyectó, efectuó su palabra que había ordenado en los días de antaño?, (Eijá, Lamentaciones 2:17). Él contestó: Nuestros colegas lo han interpretado así: Consideraron las palabras bitza imrato –(“El efectuó su palabra”)- como significando: “El alquiló su manto purpúreo”, ese manto que “El ordeno desde los días de antaño”, es decir, que El había señalado desde el comienzo de las cosas. En el día que el Templo fue destruido, El alquiló esa capa purpúrea que era Su gloria y ornamento. R. Yose dijo: ¿Qué hay de las palabras: “El Eterno hizo lo que había proyectado”? ¿Acaso un rey proyecta mal contra sus hijos antes de pecar? R. Eleazar respondió: Imagina un rey que poseía un vaso precioso, y que, temeroso siempre de que pudiese romperse, siempre lo tuvo bajo su vista y no dejó de verlo un momento. Un día vino su hijo y provocó su ira, de modo que en su enojo tomó el vaso y lo rompió en pedazos. De esta manera el Eterno “hizo lo que había proyectado”. Desde el día en que el Templo fue construido, el Santo, Bendito Sea, acostumbraba llevar la capa purpúrea que mencionamos. Pero cuando Israel pecó provocó a su Rey, el Templo fue destruido y el manto alquilado. Sólo en esa ocasión el Eterno lamentó la destrucción de los malvados, pero en toda otra vez el Santo, Bendito Sea, de nada se alegró tanto como de la destrucción de los pecadores del mundo y de los que han provocado su ira, como está escrito: “Y cuando los malvados perecen hay alegría” (Mishlei, Proverbios 11:10). Así, a través de las generaciones, toda vez que se ejecuta justicia sobre los pecadores, hay alegría y gratitud ante el Santo, Bendito Sea. Pero, puedes decir, te pregunto, ¿no hay un dicho de los Rabíes que el Santo, Bendito Sea, no se regocija cuando ejecuta justicia sobre los pecadores? La verdad es que El se alegra en la destrucción de los malvados, pero solamente cuando El ha estado sufriendo largamente de ellos y ellos persistieron sin arrepentirse. Pero si El ejecuta castigo antes de ese tiempo, antes de que se haya completado la medida de los pecados, como está dicho: “Pues la iniquidad de los Amorreos aún no está llena” (Bereishís, Génesis 15:16), entonces no hay ante El alegría, sino que, al contrario, El deplora la destrucción de ellos. Otra dificultad surge aquí: Si su tiempo aún no ha llegado, ¿por qué se les ha de infligir castigo? Pero, efectivamente, ellos mismos han de ser reprochados por esto. Pues el Santo, Bendito Sea, nunca inflige castigo a los malvados antes del tiempo pleno, excepto cuando interfieren con Israel para causarle daño. Entonces El los castiga antes del tiempo pleno, y entonces la destrucción de ellos lo aflige a El. Por esta razón, El ahogó a los egipcios en el Mar Rojo y destruyó a los enemigos de Israel en los días de Josafat, e infligió castigo a otros. En consideración a Israel fueron todos destruidos antes del tiempo pleno. Pero cuando el tiempo de tregua expira sin que ellos muestren signo alguno de arrepentimiento, entonces su destrucción es causa de alegría y gloria ante El. Sin embargo, no ocurrió así con la destrucción del Templo, pues en esa ocasión, aunque Israel había llenado la copa de la provocación no hubo para El alegría, y desde entonces no hubo alegría, ni arriba ni abajo. “Siete días más, y haré que llueva sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches”. R. Judá dijo: ¿ Cuál es el  motivo de mencionar el período exacto? La respuesta es que cuarenta es el número apropiado para el castigo de los pecadores de acuerdo con la ordenanza: “Cuarenta bandas puede darle, y que no exceda”  (Devarím, Deuteronómio 25:3). Además, este número corresponde a los cuatro rincones del mundo, de modo que haya diez para cada rincón. Pues desde que el hombre fue creado de los cuatro rincones del mundo, y el decreto continúa: “Y yo borraré de la faz de la tierra toda sustancia viviente que hice”, para este propósito se requerían cuarenta. R. Yitzjak estudiaba regularmente con R. Simeón. Un día le preguntó: Con referencia al pasaje: “Y la tierra estaba corrompida”, si los hombres pecaron, ¿por qué ha de llamarse corrompida a la tierra? R. Simeón contestó: Encontramos un paralelo en el pasaje: “Y el país fue manchado, por eso Yo inspeccioné la iniquidad sobre ella” (Vayikrá, Levítico 18:25). donde surge el mismo problema. La explicación es que la humanidad constituye la comida de la tierra, de modo que ella infecta la tierra con su propia corrupción. Esto lo aclaró el lenguaje de la Escritura en el pasaje: “Y el Eterno miró la Tierra, y vio que estaba corrompida, porque toda carne ha corrompido su camino sobre la Tierra. Pues efectivamente todos los otros pecados del hombre, que sólo implican su propia corrupción, admiten arrepentimiento. Pero el pecado del onanismo es uno por el cual el hombre se corrompe a sí mismo y corrompe a la tierra; y de uno así está dicho: “La mancha de tu iniquidad yace delante de mí” (Yeremiyahu, Jeremías 2:22). y también: “Pues tú no eres el Eterno que se complazca en la maldad, el mal no permanecerá contigo” (Tehilím, Salmos 5:5). y además está escrito: “Y Er, primogénito de Judá, fue malvado a la vista del Eterno y el Eterno lo mató” (Bereishís, Génesis 38: 7), como se explica en otra parte. R. Yehudá también preguntó: “¿Por qué el Santo, Bendito Sea, castiga al mundo con agua y no con fuego o algún otro elemento? R. Simeón respondió: Hay para ellos una razón mística, basada en el hecho de que ellos “corrompieron sus caminos”. Como su pecado consistió en no permitir el encuentro de las aguas superiores y las inferiores en conjunción, como bebieron, y así se los castigó con agua. Además, las aguas del Diluvio son aguas que queman como fuego y dieron lugar a que sus pieles se descascaran, siendo esto un castigo por el pecado que cometieron al derrochar el fluido caliente. Todo fue medida por medida. Las palabras en el texto: “Todas las fuentes de la gran profundidad se abrieron” se refieren a las aguas inferiores, y las palabras: “Y las ventanas del Cielo se abrieron” se refieren a las aguas superiores. Así se combinaron las dos aguas como adecuado castigo por sus pecados. R. Jiyá y R. Judá, mientras marchaban una vez en sus viajes, llegaron a algunas montañas enormes en cuyas barrancas encontraron huesos humanos que quedaron de la generación del Diluvio. Midieron un hueso y para su asombro encontraron que era de trescientos pasos de longitud. Dijeron: Esto muestra lo que nuestros colegas han dicho, que los hombres del tiempo del Diluvio no temieron la venganza del Santo, Bendito Sea, como está escrito: “Ellos dijeron a el Eterno: Sal de nosotros, pues no deseamos conocer tus caminos” (Yov, Job 21:14), y que una de las cosas que hicieron fue parar con sus pies las fuentes profundas, hasta que las aguas que brotaban se hicieron demasiado calientes para que ellos las soportaran, de modo que finalmente sucumbieron y cayeron al suelo y murieron. “Y Noé engendró tres hijos”. R. Jiyá dijo a R. Judá: Déjame contarte lo que he oído acerca de este texto. Un hombre entró una vez en los huecos de una caverna, y salieron de allí dos o tres niños juntos, que diferían entre sí en el carácter y la conducta: Uno era virtuoso, el segundo vicioso y el tercero al modo corriente. De manera similar encontramos tres hilos de espíritu que revolotean y son tomados para tres mundos diferentes. La neschamá –(“alma espiritual”)- emerge y penetra entre las gargantas de las montañas, donde se le junta el rúaj, (“espíritu intelectual”). Entonces desciende hacia abajo donde el nefesch, (“espíritu vital”), se junta al rúaj, y los tres forman una unidad. R. Judá dijo: El nefesch y el rúaj se hallan enroscados mientras que la neschamá reside en el carácter del hombre, morada que no puede ser descubierta o localizada  Si un hombre tiende hacia la pureza de la vida, le ayuda en ello una neschamá santa, con la que es purificado y santificado y adhiere el título de “santo”. Pero si no tiende a la justicia y a la pureza de la vida, solamente está animado por los dos grados nefesch y rúaj, y está desprovisto de una neschamá santa. Más aún, quien comienza a contaminarse es conducido a avanzar en la impureza, y está desprovisto de ayuda celestial. Así cada uno es conducido por la senda que elige. “Y el Eterno dijo a Noé, el fin de toda carne es venir ante Mí”. R. Judá ilustró este pasaje con el versículo: “Oh, Eterno, hazme conocer de cuán corta vida soy” (Tehilím, Salmos 39:5). Dijo: David ha dicho ante el Santo, Bendito Sea, ”hay dos fines, uno a la derecha y uno a la izquierda y son los dos las sendas por las que los hombres avanzan hacia el otro mundo”. Al fin a la derecha se refieren las palabras “en el fin de la Derecha” (Daniel 12:13). y al fin de la izquierda se refieren las palabras: “El puso fin a la oscuridad, y busca la terminación de todas las cosas” (Yov, Job 28:3). “Fin” es aquí el ángel de destrucción, que también es la serpiente, y al que se llama: “Fin de toda carne”. Cuando la condena de destrucción pende sobre el mundo, este ángel “busca” y explora toda avenida por la que puede traer acusaciones contra el mundo de modo de reducir a los hombres a la desesperación. El término “fin de la derecha”, como ya se dijo, se basa en la frase “en el fin de la derecha” en el libro de Daniel. El Santo, Bendito Sea, dijo a Daniel: “Andarás hasta el fin, y descansarás” (Daniel 12:13).  Daniel preguntó: “¿Descansar en este mundo o en el otro mundo?. “Descansar en el otro mundo”, fue la respuesta. En efecto está dicho: “Ellos descansarán en sus camas” (Yeshayahu, Isaías 57:2).  “Y te levantarás para tu suerte en el fin de los días postreros”. Daniel preguntó: “¿Estaré yo entre los resurrectos, o no?” el Eterno respondió: “Y tú te levantarás” Daniel dijo entonces: “Sé muy bien que los muertos se levantarán en varias clases, algunos justos y algunos malvados, pero no sé entre cuáles yo meencontraré”el Eterno respondió: “Para tu suerte”. Daniel dijo entonces: “Como hay un fin derecho y un fin izquierdo, no sé si iré al fin de la derecha o a los días postreros”. La respuesta fue: “Al fin de la derecha”. De manera similar, David dijo al Santo, Bendito Sea: “Hazme conocer mi fin”, es decir, quería saber a que fin estaba destinado, y su mente no descansó hasta que hubo buenas noticias: “Sentado a mi derecha” (Tehilím, Salmos 110:1). También a Noé le dijo el Santo, Bendito Sea: “El fin de toda carne es venir delante mío”. El término “fin”, como vimos se refiere al ángel de la muerte que reduce a los hombres a la desesperación, y que es efectivamente el fin de toda carne. “Es venir delante de mí”: De esto aprendemos que aunque los malvados van mitad de camino para encontrarlo y lo llevan hacia ellos, sin embargo sólo después de que ha recibido autorización toma el alma de un hombre: No puede tomarla antes. De ahí que leemos: “Es venir delante de mí”, es decir, obtener permiso para oscurecer los rostros de la humanidad, y así: “Yo los destruiré con la tierra”. De ahí la orden dada a Noé,: “Hazte un arca de madera amarilla”, para salvarte en ella y, así, él no podrá tener poder sobre ti. También hubo otra razón. Tenemos un dicho según el cual cuando la muerte ronda en una ciudad o en el mundo todo, nadie ha de mostrarse en lo abierto, pues entonces el ángel destructor está autorizado a matar indiscriminadamente. De ahí que el Santo, Bendito Sea, dijo a Noé: “Has de cuidarte y no mostrarte ante el destructor, de modo que él no pueda tener poder sobre ti”. Quizás puedas decir que no hubo aquí ningún ángel destructor, sino solamente la embestida de las aguas derramadas. No es así. Ninguna condena se ejecuta en el mundo, ya sea de aniquilamiento o algún otro castigo, sin que el ángel destructor esté en medio de la visitación. Así, aquí realmente hubo un diluvio, pero éste sólo fue la corporización del destructor que asumió su nombre. De ahí la orden dada a Noé de esconderse y no mostrarse afuera. Pero puedes objetar, todavía, que el arca estuvo expuesta a plena vista en medio del mundo a través del cual estaba rondando el destructor. La respuesta es que esto no influye, no hace diferencia, pues mientras el rostro de un hombre no está al alcance de la vista del destructor, éste no tiene poder sobre él. Así lo aprendemos del precepto que se dio en el tiempo del Éxodo: “Y nadie de vosotros saldrá de la puerta de su casa hasta la mañana” (Exodo 12:22). y la razón para ello fue que el destructor se encontraba entonces afuera, con poder para destruir a cualquiera que se mostrara ante él. Por la misma razón se retiró Noé, y junto con él todos a su cargo, al arca, de modo que el destructor no tuviese sobre él poder.R. Jiyá y R. Yose llegaron, en sus viajes, a las montañas de Kurdistán, y observaron allí algunas profundas hondonadas que habían sido dejadas del Diluvio. R. Jiyá dijo: Estas hondonadas son vestigios de los días del Diluvio, y el Santo, Bendito Sea, las dejó a través de las generaciones para que los pecados de los malvados no fuesen borrados de delante de El. Pues así como el Eterno hace que perdure la memoria de los que cumplen Su Voluntad, es decir, que perduran en lo alto y aquí debajo de generación en generación, así El ordena que el mal recuerdo de los pecados de los malvados que no obedecieron Su Voluntad no pase, sino que quede para todas las generaciones, como está escrito: “La mácula de tu iniquidad permanece delante de mío” (Yeremiyahu, Jeremías 2:22). R. Yose discurrió sobre el texto: “¡Llora tú con voz estridente, oh hija de Galim! ¡Escucha oh Laish! ¡Oh tú, pobre Anatot!” (Yeshayahu, Isaías 10:30). Dijo: Nuestros compañeros ya interpretaron este versículo a su manera, pero es verdad se refiere a la Comunidad de Israel, a la que se llama: “La hija de las fuentes”(Galim), por analogía con la expresión: “Una fuente (Gal) brotó” (Shir hashirím, Cantar de Cantares 4:12). El término “fuente” se refiere especialmente a las corrientes que convergen y fluyen al Jardín, como está escrito: “Tus plantas son un jardín (pardes) de granadas” (Shir hashirím, Cantar de Cantares 4:12). El término laísha es afín al término laísh en: “El león (laísh) perece por falta de Presa” (Yov, Job 4:11).  ¿Por qué se llama “león” a la Comunidad de Israel? Puede ser una alusión a: “El león que es poderoso entre las bestias” (Mishlei, Proverbios 30:30).  Pero, en verdad, los dos aspectos se combinan en ella. En una vez es laísh (el “león”), lleno con la energía del mundo inferior que emana de la energía del mundo superior, y luego es reducida al estado de: “Un león que perece por falta de

presa”, cuando los ríos se secan y no la llenan, y entonces se la llama más bien laísha, (“leona”). El nombre laísha se explica luego por las palabras que siguen inmediatamente, Aniá Anatot, que propiamente significan: “El más pobre de los pobres”. La palabra Anatot se encuentra con un sentido similar en el pasaje: “De los sacerdotes que se hallaban en Anatot” (Melajím, 1, 1º Reyes 2:26. Otro ejemplo de la palabra empleada en este sentido se halla en el versículo: “Anatot, anda a sus propios campos” (Melajím 1, 1º Reyes 2:26). El sentido de este versículo es el siguiente: Mientras el rey David vivía, Abiatar era rico y próspero, pero después de la muerte de David, Salomón le ordenó que fuese a sus propios preel Eterno, llamándolo “Anatot”. ¿Por qué le dio este nombre? No puede ser porque éste era el nombre de la ciudad de donde venía, pues está escrito: “Y uno de los hijos de Ajimélej, el hijo de Ajitub, llamado Abiatar, escapó” (Shmuel 1, 1º Samuel 22:20). Esto prueba que él pertenecía a Nob, la ciudad de los sacerdotes. Efectivamente, algunos opinan que Anatot y Nob son dos nombres del mismo lugar, siendo el nombre Anatot dado a causa de la pobreza y abandono a que la redujo Saúl mediante la matanza de todos sus habitantes sacerdotales. Pero esto no es correcto: Anatot era distinto de Nob. La verdadera razón por la que Salomón llamó a Abiatar “Anatot” se encuentra en las palabras: “Y a causa de que fuiste afligido con todo lo que mi padre estuvo afligido” (Melajím 1,  1º Reyes 2:26.) Así, el nombre “Anatot” se refiere a la pobreza y aflicción que pasó en la época de David. R. Jiyá dijo: El mundo se hallaba en una situación de pobreza y miseria desde el tiempo en que Adán transgredió el mandamiento del Todopoderoso hasta que vino Noé y ofrendó un sacrificio, cuando retomó su prosperidad. R. Yose dijo: El mundo no se hallaba propiamente establecido, ordenado, ni la tierra se había limpiado de la mancha de la serpiente, hasta que Israel permaneció ante el Monte Sinaí, donde fue firmemente puesto el Árbol de Vida, y así el mundo se estableció firmemente. Si Israel no hubiese caído en redapso (sic.) y no hubiese pecado ante el Santo, Bendito Sea, nunca habría muerto, pues la escoria de la serpiente había sido purgada por ellos. Pero tan pronto como pecaron, fueron quebradas las primeras Tablas de la Ley, esas Tablas que decían completa libertad, libertad de la serpiente que es el “fin de toda carne”. Cuando los Levitas se levantaron para matar a los culpables, la mala serpiente marchó al frente de ellos, pero no tuvo poder sobre Israel porque los de Israel estaban rodeados por cierta protección contra sus ataques. Sin embargo, cuando el Eterno dijo a Moishé: “Por eso ahora saca de ti tus ornamentos” (Shemót, Exodo 33:5). ellos fue la señal de que se hallaban colocados en poder de la serpiente, lo que se halla indicado en la forma  de la expresión que indica que fueron despojados por mano de otro. Los ornamentos a que la expresión se refiere son los que recibieron en el Monte Orbe cuando se dio la Toráh a Israel. R. Jiyá dijo: ¿Por qué Noé, siendo un hombre justo, no hizo desaparecer la muerte del mundo? La razón es que la escoria de la serpiente aún no había sido apartada del mundo, y, además, su generación no creyó en el Santo, Bendito Sea, y todos ellos se inclinaban a las “hojas inferiores del árbol”, y se vestían con un espíritu impuro. Además, persistieron en sus pecados y seguían su mala inclinación como antes, y aún no había sido traída a la tierra la Santa Torá, que es el Árbol de Vida. Más aún, Noé mismo trajo muerte al mundo, por su propio pecado, acerca del cual está escrito: “Y él bebió del vino y estuvo ebrio, y estaba sin cubrirse dentro de su tienda” (Bereishís, Génesis 9:21), como se explicó parte. Mientras iban haciendo camino vieron a un hombre venir hacia ellos. R. Yose dijo: Este hombre es de Judá. Cuando llegó hasta ellos, le preguntaron quién era. Él dijo: Estoy en un encargo religioso de la aldea de Ramín, donde vivo. Como está próxima la festividad de los Tabernáculos, necesitamos una rama de palmera con sus accesorios. Por eso estoy en camino de conseguirlos. Entonces caminaron todos juntos. El de Judá les dijo: Con respecto a las cuatro plantas que tomamos para propiciar al Todopoderoso, ¿Habéis oído por qué las necesitamos precisamente en la fiesta de los Tabernáculos? R. Yose le dijo: Nuestro colegas ya comentaron esta cuestión. Pero si tú tienes alguna explicación propia, te pedimos nos la digas. Él respondió: El lugar donde nosotros vivimos es efectivamente un pequeño villorrio, pero todos sus habitantes estudian diligentemente la Torá bajo la guía de un maestro versado, R. Yitzjak, el hijo de Yose; es un hombre de Mehoza, el cual

cada día nos da una nueva explicación de la Torá. Con referencia a esta festividad, explicó que era el período adecuado para que Israel obtuviera dominio sobre los jefes que tienen a su cargo las naciones de los Gentiles, y que se llaman: “Las aguas orgullosas” (Tehilím, Salmos 124:6). A fin de obtener dominio sobre ellos, venimos con una representación simbólica del nombre Divino por medio de cuatro plantas, que también tomamos con el propósito de aplacar al Todopoderoso, de modo de procurar para nosotros una plenitud de aguas sagradas con las que derramar una libación sobre el altar. Luego nos contó que en el Año Nuevo hay en el mundo una “primera agitación”. ¿Qué significa “una primera agitación”? Esto es el tribunal del mundo inferior que se dispone a traer el mundo a juicio, dado que el Eterno entonces juzga sobre el mundo. Este tribunal continúa sesionando hasta el Día de la Expiación, cuando brilla el rostro de la Luna y la serpiente perversa abandona el mundo, hallándose ocupada con el chivo que le fue ofrecido, ofrenda apropiada, pues el chivo es de la “región impura”. Estando ocupado con el chivo, no se acerca al Santuario. Este chivo desempeña la misma función que el chivo ofrendado a la Luna Nueva, con lo que también se ocupa la serpiente, dejando que la Luna crezca en brillo. Consiguientemente, todo Israel encuentra favor a los ojos del Todopoderoso y su culpa es apartada. Luego discurrió para nosotros sobre otro misterio que no está permitido descubrir sino a aquellos que se distinguen en sabiduría, santidad y piedad. ¿Qué es?, preguntó R. Yose. No puedo decir a menos que antes os ponga a prueba, replicó el de Judá. Entonces continuaron su camino, y después de un rato él dijo: Cuando la Luna se acerca al Sol, el Santo, Bendito sea, agita el lado septentrional, y capta la Luna amorosamente y la lleva hacia sí. Luego, el Sur despierta del otro lado, y la Luna se levanta y llega al Oriente. Así ella trae sostén de los dos lados, y sin ruido recibe bendiciones; y así la Luna es bendecida y adquiere su plenitud. Y bien, como hay una simbólica atribución de miembros al Adán superior, así hay para la Hembra superior, y así, también, hay el simbolismo de otro Adán bajo la Luna y también de otra Hembra. Como el brazo derecho arriba toma la hembra y amorosamente se la acerca, así, abajo, la serpiente, que es el brazo izquierdo del espíritu impuro y se le junta en cuanto cabalga sobre ella se acerca a la Luna y la lleva estrechamente a sí, de modo que se torna impura. Por eso Israel ofrece aquí abajo un chivo, del cual es apartada la serpiente. Entonces la Luna se purifica, asciende a lo alto y se une a la esfera superior para recibir bendiciones, y su rostro inferior, que se había oscurecido, se torna luminoso. Así, aquí en el Día de la Expiación, dado que la serpiente se halla ocupada con el chivo, la Luna se desprende de ella, y alega seriamente sobre la causa de Israel y se ocupa de Israel como una madre de sus hijos, de modo que el Santo, Bendito Sea, bendice a Israel desde Arriba y perdona sus pecados. Luego, cuando Israel celebra la Festividad de los Tabernáculos, “el lado derecho” despierta en lo alto, de manera que la Luna pueda ligársele y su rostro volverse completamente luminoso. Entonces ella dirige bendiciones a todos los jefes que presiden el mundo inferior, de modo que ellos se ocupen completamente con sus propios partes, y no intentes extraer sostén del lado del cual Israel obtiene su porción. Lo mismo ocurre aquí abajo. Cuando todas las otras naciones reciben sus bendiciones, ellas están completamente ocupadas con sus partes propias y, por lo tanto, no vienen a entrometerse con Israel o a pretender la parte de su heredad. Por eso Israel hace que fluyan bendiciones a todos esos jefes que mandan, a fin de que puedan hallarse absorbidos en sus propias partes y no se entrometan con la de Israel. Y cuando la Luna obtiene su debida plenitud de bendiciones, viene Israel y saca sostén de ella; y de esto está escrito: “En el octavo día habrá para vosotros una reunión solemne” (Bamidbar, Números 29:35). Esta reunión indica el encuentro de todas las bendiciones de arriba, de las que ninguna otra nación, salvo Israel, extrae sostén. De ahí que: “Habrá para vosotros una reunión”, para vosotros, y no para las otras naciones y los otros jefes. Y por esta razón Israel procura que el Cielo asegure una plenitud de lluvia, de modo de acordar a las naciones su participación de las bendiciones, para que puedan ocuparse plenamente con ellas, y no inmiscuirse en la festividad de Israel que recibe las bendiciones superiores. Acerca de este día está escrito: “Mi amado es mío y yo soy suya” (Shir hashirím, Cantar de Cantares 2: 16). y no hay un tercero con nosotros. Esto se hará más claro con la parábola siguiente. Una vez un rey invitó a su favorito a una fiesta especial en un día señalado, haciéndole saber así que gozaba de su alto favor. Pero el rey está preocupado por si en medio de la fiesta aparecerían todos los gobernadores de sus provincias, se sentaran a la mesa y participaran de la comida preparada para su amigo querido. ¿Qué hizo? Primero ofreció a sus gobernadores y ministros un banquete de carne y vegetales. Luego se sentó con su favorito a ese banquete especial en el que había ante ellos las golosinas más finas del mundo. Y estando solo con el rey, el favorito le expuso todos sus requerimientos y peticiones, que el rey aceptó. Así el rey gozó de la compañía de su amigo solo y ser molestado. Así ocurre con Israel en su relación con el Santo, Bendito Sea, y de ahí que esté escrito: “Al octavo día habrá para vosotros una reunión”. R. Jiyá y R. Yose dijeron: El Santo, Bendito Sea, ha conducido nuestros pasos por la senda recta. Felices aquellos que se ocupan con la Torá. Con estas palabras se acercaron a él y lo abrazaron. R. Yose le aplicó el versículo: “Y todos tus hijos serán enseñados del Eterno, y grande será la paz de tus hijos” (Yeshayahu, Isaías 54:13). Cuando llegaron a cierto predio, el extranjero discurrió de esta manera: Debido a la destrucción de Sodoma y Gomorra está escrito: “Y el Eterno (YHVH) hizo que lloviera...”(Bereishís, Génesis 19: 24),  mientras que en la narración del Diluvio se usa exclusivamente el término Elohim, el Eterno. ¿Cuál es la razón de esta diferencia? Se nos ha enseñado que el término v-YHVH (Y el Eterno), cualquiera que sea el lugar en que esté escrito, designa a la Divinidad que preside la Corte de Justicia, mientras que el término Elokim (Fuerzas del Eterno) se usa cuando la Divinidad juzga sola. Y bien, la destrucción de Sodoma se limitó a una localidad, y no abarcó el mundo entero. De ahí que se decretó en corte abierta, como se indica con el término v- YHVH (Y el Eterno); mientras que el Diluvio se desparramó por todo el mundo, y por eso lo hubo de decretar la Divinidad sola, en secreto, como ocurrió; de ahí el término Elohim. Noé y sus compañeros sólo se salvaron por estar cuidadosamente escondidos a la vista. Con este criterio explicamos el versículo: “El Eterno estuvo sentado durante el Diluvio” (Tehilím, Salmos 29:10). es decir, El estuvo sentado dado que todo fue por El, por analogía con la expresión: “El está sentado solo” (Vayikrá,  Levítico 13:46). Y bien, a causa de que Noé estuvo completamente escondido de la vista, después de que el mundo sufriera su condena y la ira de la Divinidad se apagó, leemos: “Y el Eterno , Elohim, recordó a Noé”, pues habiendo Noé estado tanto tiempo fuera de la vista hubo de ser especialmente recordado. De este pasajes extraemos la doctrina mística de que el Santo, Bendito Sea, a veces es develable y a veces indevelable. El es develable cuando preside la corte inferior. Permanece indevelable en el sitio en que fluyen todas las bendiciones. De ahí que las posesiones de un hombre que se hallan escondidas a al vista, son receptivas de las bendiciones celestiales; mientras que las cosas que está expuestas a la vista se hacen conocidas del acusador, y están sujetas a la influencia de él, a quien se llama “Mal de ojo”. Hay un misterio profundo que conecta todo esto con la pauta superior. R. Yose con lágrimas en los ojos, dijo: Feliz es la generación en la que florece R. Simeón, pues es merced a su mérito que hemos podido escuchar un discurso tan sublime como éste. Además R. Yose dijo: el Eterno ha de haber mandado a este hombre a este camino para enseñarnos estas ideas. Cuando vinieron a R. Simeón y le repitieron todo lo que habían oído, él dijo: En verdad habló bien. R. Eleazar, mientras estudiaba un día con su padre R. Simeón, le preguntó: ¿El “fin de toda carne” obtiene alimento de los sacrificios que Israel acostumbraba a ofrendar en el altar? Su padre respondió: Todos obtienen igualmente sostén de ellos, ambos, arriba y abajo. Has de considerar esto. Los sacerdotes, los Levitas, y los israelitas se llaman Adam (“Hombre”), por la unión de las liturgias santas que provienen de ellos. Cuando una oveja o un cordero, o cualquier animal, era traído como una ofrenda, se requería a los que lo traían, antes de que fuese ofrendado en el altar, que recitaran todos sus pecados y malos pensamientos e intenciones, y los confesaran, y es así que a la creatura se la designa behemá, (“animal”), pues lleva esos pecados y malos pensamientos. Así como en el caso de la ofrenda de Azazel está escrito: “Y él confesará todas las iniquidades de los hijos de Israel...” (Vayikrá, Levítico 16:21). Así es aquí también: La ofrenda traída al altar lleva una doble carga: consiguientemente cada parte va a su lugar adecuado, la una como “hombre” y la otra como “bestia”, según leemos: “Oh Eterno, has de salvar a hombre y bestia” (Tehilím, Salmos 31:7). Ofrendas de harina tostada u otras ofrendas de harina son los meel Eterno de invocar el Espíritu Santo en el servicio de los sacerdotes, el canto de los Levitas, y la plegaria de los israelitas. Y del humo que sale del aceite y de la harina se llenan todos los acusadores, de modo que están impotentes para proseguir la acusación que se puso en sus manos. Por lo tanto vemos que en el misterio de la fe las cosas han sido tan ordenadas que el adversario tenga su parte en las cosas santas y que la porción requerida ascendiera aun al Ilimitado. R. Simeón dijo: Al rezar, levanto mi mano hacia lo alto, de modo que cuando mi mente se concentra en lo más elevado hay aún algo de elevación mayor que nunca puede conocerse o captarse el punto de partida que es absolutamente oculto; que produjo lo que produjo mientras permanecía incognoscible, e irradiaba lo que irradiaba mientras permanecía indevelado. Es el deseo del pensamiento que tiende hacia arriba continuar después de esto y ser por él iluminado. En el proceso, se separa cierto fragmento y de ese fragmento y de ese fragmento, a través de la prosecución del pensamiento que tiende hacia arriba, que lo alcanza y no lo alcanza, hay una cierta iluminación. El pensamiento que tiende hacia arriba se ilumina así por una luz no descubierta e incognoscible aun para ese pensamiento. Esa luz incognoscible del pensamiento incide en la luz del fragmento separado que irradia de lo incognoscible y no develado. Es así que se fusionan en una sola luz, de la cual se forman nueve Palacios, Hejalot. Estos Palacios no son luces ni espíritus ni almas, ni hay ninguno que pueda captarlos. El anhelo de las nueve iluminaciones que se centran todas en el Pensamiento –la última se cuenta como una de ellas- es perseguir esos Palacios el tiempo en que se hallan estacionados en el pensamiento, aunque ni entonces se los capta o conoce, no se los alcanza por el más elevado esfuerzo de la mente o el pensamiento. En esos Palacios se hallan contenidos todos los misterios de la fe, y todas esas luces que provienen del supremo Pensamiento místico se llaman EN-SOF (“Ilimitado”). Hasta este punto llegan y no llegan las luces: esto está más allá del alcance de la mente y el pensamiento. Cuando el Pensamiento ilumina, aunque no se conoce desde cuál fuente, él está vestido y envuelto en Bind, (“entendimiento”), y entonces aparecen más luces y una se toma de la otra hasta que se hallan interconectadas. En esto consiste, pues, el simbolismo de los sacrificios. Cuando el todo asciende, una parte está atada a la otra y sus elementos brillan a través de otra, de modo que todo asciende y el pensamiento es abarcado en lo Ilimitado. La luz de la que está iluminado el pensamiento que pugna hacia arriba se llama En-Sof, y de todo ello proviene radiación y sobre ello se basa el conjunto de la existencia. Feliz la parte del justo en este mundo y en el mundo por venir. Por lo tanto, con respecto al “fin de toda carne”, exactamente como hay unísono arriba con alegría (en el tiempo del sacrificio), así también abajo hay alegrías y apaciguamiento. Así, hay satisfacción arriba y abajo, y la Madre de Israel mira amorosamente sobre sus hijos. Considerad lo siguiente: A cada Luna Nueva, al “Fin de toda carne” se le da una porción arriba y debajo de la ofrenda diaria, de modo de apartar su atención de Israel, que entonces queda enteramente en sí mismo en plena libertad para comulgar con su Rey. Esta poción extra proviene del chivo (Saír) que es la porción de Esaú, que también es llamado Saír, como está escrito: “Mira, Esaú mi hermano es un hombre velludo (Saír)” (Bereishís,  Génesis 27:11). Así también Esaú e Israel cada uno su parte. De ahí que está escrito: “Pues el Eterno ha elegido a Yaakov para Sí, y a Israel para su propio tesoro” (Tehilím,  Salmos 135:4). Presta atención a este punto. Todo el de este “Fin de toda carne” es de carne solamente, y la tendencia de la carne siempre es hacia ella; por esta razón se llama “Fin de toda carne”. Sin embargo, tal poder, que obtiene, lo es solamente sobre el cuerpo y no sobre el alma. El alma asciende a su lugar, y al cuerpo se le da su lugar, de la misma manera que, en una ofrenda, la devoción de quien la hace asciende a un lugar, y la carne a otro. De ahí que el hombre justo es, en verdad, una ofrenda de expiación. Pero quien no es justo está descalificado como ofrenda, por que sufre de un defecto, y por eso es como el animal defectuoso del que está escrito: “No serán aceptados para ti” (Vayikrá, Levítico 22:25)  De ahí que los justos son una expiación y un sacrificio por el mundo. “Y Noé era de 600 años de edad”. ¿Por qué especifica aquí la edad de Noé? La razón de ello es que si no hubiera alcanzado esta edad, aún no estaría calificado para entrar en el Arca y unirse con ella. Por eso, después de haberse completado la medida de los pecados del mundo, el Eterno los difirió hasta que Noé, habiendo vivido hasta la edad de 600 años, alcanzó su pleno desarrollo y logró la condición de: “Un hombre justo y perfecto”. Fue entonces que entró en el Arca y reprodujo la pauta suprema. “Y Yo, mira, Yo traigo el diluvio de aguas” Observa la repetición del término “mira, Yo” después de “Yo”. La explicación es la siguiente: Toda vez que se emplea el término Aní (“Yo”) de la Deidad, significa la relación de un cuerpo a un alma que lo inspira. Por eso se lo llama figuradamente: “El signo del pacto” en el pasaje: “Yo (Aní) observa (soy) mi pacto contigo” (Bereishís, Génesis 17:4), es decir, “Yo” que soy manifiesto y en vías de ser conocido; “Yo” el trono para la Esencia en lo alto; “Yo” que ejecuto venganza de generación a generación. La palabra veani (“Y Yo”) corporiza masculino y femenino en conjunto; luego el masculino es señalado separadamente, como estando listo para ejecutar juicio, y la palabra: “Que Yo” (Hineni). “Yo traigo el diluvio de aguas”. Si se dice “diluvio”, ¿por qué decir también “aguas”? En verdad el término “Diluvio” designa aquí al Ángel de la Muerte, que era el agente mayor de la destrucción, aunque empleó las aguas como su instrumento. En lo que concierne a la palabra Aní, nuestros maestros explicaron que la expresión: “Yo soy (Aní) el Eterno” equivale a “Yo soy fiel para recompensar al justo y castigar al malvado”. Por eso la Escritura emplea siempre el término Aní (“Yo”) al recordar la promesa del Eterno a los justos de recompensarlos y Su amenaza a los malvados de castigarlos en el mundo por venir. “Para destruir toda carne”. Es decir, por el Ángel Destructor del mundo, como ya se explicó. A eso mismo se refiere el versículo: “Y él no sufrirá del destructor que vendrá a vuestras casas para castigaros” (Shemót, Éxodo 12:23). Por lo tanto, “para destruir toda carne” significa del lado de “el fin de toda carne”. Pues en cuanto expiró el tiempo de gracia que el Eterno les otorgó hasta que Noé alcanzara la edad de 600 años, llegó el momento para “destruir toda carne”. R. Simeón comentó el texto: “Yo dije, Yo no veré al Eterno, con el Eterno en el país de los vivientes; Yo no veré más al hombre con los habitantes del mundo”. (Yeshayahu, Isaías 38:11). Cuán obtusos –dijo- son los hijos de los hombres que no conocen ni prestan atención a las palabras de la Torá, sino que solamente piensan en asuntos mundanales, de modo que olvidan el espíritu de la sabiduría. Pues cuando un hombre parte de este mundo, y va a dar cuenta a su Amo de todas sus acciones en este mundo mientras cuerpo y alma aún estaban unidos, ve en su camino muchas cosas extrañas, y a la larga encuentra a Adán, el primer hombre, sentado a la puerta del Jardín de Edén, pronto para recibir complacido a todos aquellos que observaron los mandamientos de su Amo. En torno de él hay muchos hombres justos, aquellos que en esta vida vieron claramente la senda, el guehinóm, la eludieron y siguieron la senda del Jardín de Edén. A esos se los llama “habitantes del mundo”. La palabra que se usa para “mundo” no es la usual jodel, sino jaled. La razón es que jodel es afín a julda (“mancha”), una creatura cuya característica es la de juntarse difícilmente provisión y que está abandonada sin que sepa a quién. El término jodel, por otra parte, deriva de una raíz que significa invalidación, y esta es una descripción del justo que evita y se mantiene lejos de los caminos del guehinóm y tiende a los que conduce al Jardín de Edén. Según otra interpretación, la expresión “habitantes de jodel” designa a penitentes que resueltamente se mantienen limpios de sus anteriores pecados, y cómo Adán fue el primer penitente, se le dio el cargo de todos los penitentes a los que se llama “hijos de jodel”, evitación, y por eso se halla sentado a la puerta del Jardín de Edén, dando la bienvenida con júbilo y alegría a los justos que toman la senda del Jardín de Edén. Por eso se dice luego en el mismo pasaje: “Yo no veré al Eterno”. Naturalmente, uno no puede ver al Eterno, pero la expresión se explica por las palabras finales,: “el Eterno en el país de los vivientes”. Cuando las almas ascienden al lugar del “paquete de vida” (Shmuel 1, 1º Samuel 25:29), ellas festejan con sus ojos los reflejos del “espejo refulgente” que irradia de la región más sublime. Y si el alma no estuviera vestida en el esplendor de otra vestidura, no de carne, no sería capaz de acercarse y captar ese fulgor. La doctrina esotérica es que de la misma manera en que el alma ha de estar vestida en una vestidura etérea superior que la capacita para mirar el fulgor de vida que irradia de ese “país de los vivientes”. De aquí que Moishé no fue capaz de acercarse al lugar del Eterno y fijar su mirada en lo que se puede ver allí hasta que primero se envolvió en otra vestidura, como leemos: “Y Moishé entró en medio de la nube, y subió al monte” (Shemót, Éxodo 24:18), es decir, se envolvió en la nube, como en una vestidura, y entonces: “se acercó a la espesa oscuridad donde se hallaba el Eterno” (Shemót,Éxodo 20:18).  y “estuvo en el monte cuarenta días y cuarenta noches” (Shemót, Éxodo 24:18), y fue capaz de ver lo que vio. De manera similar, las almas de los justos en el otro mundo se visten de vestiduras que pertenecen a ese mundo de manera que pueden seguir viendo la luzque se difunde en ese “país de los vivientes”. Esto es lo que Ezequías hizo decir con las palabras: “el Eterno, el Eterno en el país de los vivientes” (Yeshayahu, Isaías 38:11.) . Temió que no se lo encontrara digno de mirar esa luz porque había abandonado la corriente dadora de vida y que ella cesara con él, por no haber tenido hijos. En las siguientes palabras de él: “Yo no veré más a Adán” (Yeshayahu, Isaías 38:11), hay una referencia a Adán, el primer hombre, como ya se explicó. Habló de este modo porque el profeta le había dicho: “Pues tú morirás y no vivirás” (Yeshayahu, Isaías 38:1), “morir”, es decir, en este mundo, y “no vivir” en el otro mundo. Pues al que no tiene hijos en este mundo le son negadas todas las bendiciones que hemos mencionado y no tiene el privilegio de contemplar el fulgor glorioso. Este fue el caso de Ezequías, que procedía de antepasados piadosos y que era, él mismo, digno, justo y piadoso, y entonces, ¿cuánto más ha de ser así tratándose de uno que no tiene tal mérito ancestral que lo apoye y que ha pecado ante su Amo? Esa vestidura de que hablamos es la misma que los compañeros llaman “la túnica de los sabios”, con la que se visten en el otro mundo Feliz la porción del justo para quien el Santo, Bendito Sea, ha acumulado bendiciones y delicias en el otro mundo. De ellos está escrito: “La vista no ha visto fuera de ti, oh Eterno, lo que Tú hiciste para aquel que esperó en ti” (Yeshayahu, Isaías 64:3). “Y Yo, mira, Yo, traigo el diluvio de las aguas sobre la tierra”. R. Judá disertó sobre el texto: “Estas son las aguas de pugna, en las que los hijos de Israel pugnaron con el Eterno y El fue santificado en ellos” (Bamidbar,  Números 20:13). Dijo: Como ésta no fue la única ocasión en que los hijos de Israel pugnaron con el  terno, ¿por qué el epíteto de “pugna” está ligado en particular a esas aguas? La razón es que esas aguas dieron fuerza suplementaria y confianza a los acusadores. Pues hay aguas dulces y aguas amargas, aguas claras y aguas turbias, aguas de paz y aguas de lucha. Esas fueron aguas de lucha, porque a través de ellas Israel se dirigió hacia el visitante ingrato mediante el cual se manchó, y esto se indica con la palabra vayikadesh. R. Jizquiá dijo: Si es así, debiéramos tener el plural vayikadeshu (“y se contaminaron”). La verdad es que el singular se refiere, no a los israelitas, sino a la Luna, y la palabra vayikadeshu no se emplea en un buen sentido. R. Yose dijo: Desdichados los malvados que no se arrepentirán de sus pecados ante el Todopoderoso cuando aún están en este mundo. Pues cuando un hombre se arrepiente de sus pecados y siente remordimiento por ellos, el Santo, Bendito Sea, le perdona. Pero los que adhieren a sus pecados y se rehusan a arrepentirse de ellos, al final descenderán al guehinóm y nunca volverán a subir. Y esto es así porque la generación de Noé fue de corazones tercos que cometían sus pecados abiertamente y en desafío; el Santo, Bendito Sea, los castigó como está descrito. Cuando un hombre peca en secreto, si se arrepiente, el Santo, Bendito Sea, por ser misericorel Eternoo, lo perdona; pero si no, El hace público sus pecados ante el mundo. Esto lo aprendemos del tratamiento de la “mujer infiel” (Sotá). De manera similar, aquí, los malvados fueron exterminados a la vista de todos. Su muerte fue de la siguiente manera: Agua caliente brotaba del abismo, y cuando los alcanzaba primero quemaba la piel de la carne, y luego la carne de los huesos; entonces los huesos se desmembraron, no quedando dos juntos, y así fueron completamente borrados y eliminados. R. Yitzjak dijo: Las palabras: “Que sean borrados del libro de los vivientes” (Tehilím,  Salmos 69:29), que así indica que no participarán en la resurrección y no se levantarán en el Díadel Juicio. “Y Yo estableceré mi pacto contigo”. R. Eleazar dijo: De esto aprendemos que hay un establecimiento del pacto en lo alto, coordinado con el establecimiento del pacto aquí abajo. Esto lo deducimos de la expresión “contigo”. Luego R. Eleazar dijo: De aquí aprendemos también que cuando hay hombres justos en el mundo, el universo está más firmemente establecido tanto abajo como arriba. R. Simeón dijo: Aquí se guarda un principio recóndito. Como el deseo del varón hacia la mujer se intensifica por los celos, así es el deseo del Altísimo hacia la Schejiná. Así, cuando hay en el mundo un hombre justo, la Schejiná se liga a él y nunca lo abandona. Esto crea celos en las alturas, que provocan amor hacia la mujer. Esto se implica en la expresión: “Y yo estableceré mi pacto contigo”, que es como decir: “El deseo ha despertado a través tuyo”. La misma idea se contiene en las palabras: “Pero mi pacto estableceré con Yitzjak(Bereishís, Génesis 18:21). “Y yo estableceré mi pacto contigo”, en otras palabras: “Tú serás la corporización de mi pacto en el mundo”. Y luego: “Y tú entrarás en el Arca”. Pues, en caso contrario, Noé no hubiera sido justo, no habría entrado en el Arca, porque solamente el Justo, el Tzadik, puede unirse con el Arca, como se explicó. R. Eleazar dijo: Mientras los hombres permanecen ligados a ese arca y no dejan de atenerse a ella, no hay nación o lenguaje en el mundo que los pueda dañar. También Noé se atuvo firmemente al pacto y lo observó, y por eso el Santo, Bendito Sea, lo preservó. Pero todos sus contemporáneos que no se atuvieron al pacto fueron destruidos. Como ya se señaló, el modo de la destrucción de ellos correspondió a la índole de sus pecados. R. Judá estudiaba regularmente con R. Simeón. En una oportunidad hablaron sobre el versículo: “Y él reparó, curó, el altar del Eterno que fue derribado”. (Melajím 1, 1º Reyes 18:30). Preguntaron: ¿Qué significa el término Vayrapé (“y curó”)? Esta es la respuesta: En los días de Elías todo Israel abandonó al Santo, Bendito Sea, y descuidó el pacto sagrado. Cuando Elías supo que los hijos de Israel habían descuidado enteramente el pacto, se puso a rectificar el mal y a restaurar la boga anterior del pacto. De aquí la expresión: “Y él curó el altar del Eterno que había derribado”, es decir, el pacto establecido que había sido manifiestamente descuidado. Luego se dice: “Y Elías tomó doce piedras según el número de las tribus de los hijos de Yaakov”, “A quienes llegó la palabra del Eterno, diciendo, Israel será tu nombre” (Melajím 1, 1º Reyes 18:31). que implica que Israel ha de ser el nombre con el que ascendería a las alturas y restauraría el pacto en su lugar. Por esta razón Elías dijo expresamente: “Pues los hijos de Israel han abandonado tu pacto” (Shmuel 1, 1º Samuel 19:10), y, como consecuencia, “derribaron tus altares” (Shmuel 1, 1º Samuel 19:10). Observas que mientas Israel guarda el pacto sagrado, con eso mismo hace efectiva la estabilización del mundo arriba y abajo, como está escrito: “Si mi pacto no fuere observado día y noche, sería como si Yo no hubiera designado las ordenanzas del cielo y de la tierra” (Yeremiyahu,  Jeremías 33:25). Entonces, la reparación del altar destrozado fue verdaderamente una curación. Como si hubiera tenido el propósito de reintegrar el lugar al cual se la liga la fe. De manera similar ocurrió con Pinjas en el tiempo en que se llenó de celo para castigar el delito de Zimri; también él estableció el pacto en su lugar, y de ahí que el Eterno dijera: “Mira, Yo le doy mi pacto de paz” (Bamidbar, Números 25:12).  Esto no significa que el pacto fue por cuenta de Pinjas, o que él estuviera en conflicto con el pacto, sino que ahora el pacto estaba firmemente unido a su lugar. Esto se muestra por la combinación de las palabras “pacto” y “paz” que es como si dijera: “Mira, Yo le doy la confirmación pacífica del pacto en su lugar”, del cual había sido apartado por los transgresores. De aquí también: “Y será para él y para su simiente después de él el pacto de un perpetuo sacerdocio, porque fue celoso para su El Eterno” (Bamidbar, Números 25:13). R. Simeón dijo: No hay pecado en el mundo que tanto provoque la ira del Todopoderoso como el pecado de descuidar el pacto, según leemos: “Una espada que ejecutará la venganza del pacto” (Vayikrá, Levítico 26:25). La prueba está en que en la generación del Diluvio se colmó la medida del pecado hasta que la humanidad se tornó sexualmente pervertida y destruyó su simiente. Y aunque se defraudaban el uno al otro, como está escrito: “Y la tierra se llenó de violencia” y luego: “Pues la tierra está llena de violencia por ellos”, fue, sin embargo, porque “la tierra estaba corrompida ante el Eterno” que finalmente se pronunció la condena: “Pues Yo los destruiré”. Así sufrieron medida por medida: Fueron condenados a la corrupción por haber corrompido y pervertido sus caminos. Según otro punto de vista, fue el pecado de violencia el que finalmente completó la medida de su culpa, como acostumbraban sobrepasar uno a otro y así fueron malvados hacia el Cielo y hacia sus prójimos hombres. Pues muchos son los guardianes en lo alto encargados de prestar oído a los que gritando lloran por justicia contra sus opresores. De aquí las palabras: “Pues la tierra está llena de violencia por ellos”; son palabras a las que inmediatamente siguen estas otras: “Y mira, Yo los destruiré con la tierra”. “Y el Eterno dijo a Noé, ven tú y todo tu hogar” R. Simeón dijo: ¿Cómo es que en todo este pasaje el Eterno siempre es designado Elohim salvo en este lugar, donde encontramos el nombre YHVH, que significa el atributo de misericordia? Hay aquí un sentido interno que es al mismo tiempo una lección. La lección es que una mujer no puede admitir en su casa una visita sin el consentimiento de su marido. Así, aquí, cuando Noé deseó entrar en el Arca, y unirse con el arca, ésta no podía admitirlo antes que su Amo diera su permiso de entrar, y dijo: “Ven tú y todo tu hogar y entren en el Arca”. De ahí que el nombre Jehovah se emplea aquí para designar lo que llamamos el esposo del Arca. De manera similar, cuando aprendemos que el visitante no puede entrar en la casa si no es con el consentimiento del marido, que es el dueño de la casa, y por eso sólo entró Noé. Observad nuevamente las palabras: “Por ti Yo he visto al justo ante mí en esta generación”. De esto aprendemos la lección de que el hombre no ha de admitir en su casa ningún visitante del que sospeche mala acción, sino solamente a un visitante que a sus ojos esté por encima de sospecha. De acuerdo con este principio el Eterno dijo a Noé: “Vengan tú y todo tu hogar y entren en el Arca; por ti Yo he visto al justo ante mí en esta generación”. Luego aprendemos que se ha de obtener permiso especial para los del hogar del visitante, como está escrito: “Ven tú y tu hogar”. R. Judá habló sobre el versículo: “Salmo de David. La tierra es del Eterno y la plenitud de ella” (Tehilím, Salmos 24:1). Dijo: Nos enseñaron que el encabezamiento “Salmo de David” en el libro de los Salmos implica que David comenzó a componer un Salmo suyo y con esto indujo al Espíritu Santo a posarse sobre él; mientras que el encabezamiento: “Un salmo de David” implica lo opuesto, es decir, que el Espíritu Santo primero se posó sobre él, y bajo su inspiración él se puso a cantar. “La tierra” se refiere aquí a la Tierra Santa de Israel,  las palabras: “Y la plenitud sobre ella” significan la Schejiná, que se asocia a la plenitud en los versículos: “Pues la gloria del Eterno llenó la casa de D-os” (Melajím 1; 1º Reyes 8:2). y luego: “Y la gloria del Eterno llenó el tabernáculo” (Shemót, Éxodo 40:35).  Este último pasaje significa literalmente: “La gloria del Eterno estaba plena” (Malé), es decir, llena hasta la sobreabundancia, llena de todos los lados desde el Sol y desde la Luna como un depósito colmado con todas las especies de buenas cosas. Similar es el sentido de las palabras: “Y la plenitud sobre ella”. Aquí las palabras “El mundo y los que moran en él” se refieren al resto del mundo. Según otra opinión, las palabras: “La tierra y la plenitud sobre ella” se refieren a la Tierra Santa suprema en la que se halla la delicia del Santo, Bendito Sea. Las palabras: “La plenitud sobre ella” se refieren a las almas de los justos que llenan esta tierra. “Los justos que llenan la tierra” significa lo siguiente: Cuando los justos se multiplican en el mundo, la tierra es verdaderamente productiva y se llena con bondad. Pero cuando se multiplican los malvados en el mundo, se puede decir que: “Las aguas del mar cesan, y el río se drena a seco” (Yov, Job 14:11). siendo el “mar” la Tierra Santa que es irrigada por la corriente superior. R. Judá dijo luego: Cuando los pecadores fueron destruidos en tiempo de Noé, el Eterno estaba muy ansioso por la preservación del mundo, pero no vio a ninguno que pudiese salvarlo de Su ira. Pues se requirieron todos los esfuerzos de Noé para salvarlo y repoblar el mundo. Así está escrito: “Pues en ti Yo he visto un justo ante Mí en esta generación”, es decir, él solamente era justo por comparación con sus contemporáneos. R. Yose dijo: Las palabras: “En esta generación” son un tributo a Noé, como queriendo decir que aunque estaba rodeado por esa generación malvada, él, sin que no se encontraban en él diez justos –de manera similar, leemos de Sodoma, “acaso se encontraran aquí diez” (Bereishis, Génesis 18:32). - sino solamente Noé y sus tres hijos con sus mujeres. R. Eleazar preguntó a su padre R. Simeón: Se nos enseñado que cuando el mundo está lleno de pecado y está condenado a destrucción, desdichado es el justo que se encuentra en él, , pues es el primer responsable por los pecados del mundo. Entonces, ¿cómo pudo Noé escapar a la condena general? Su padre respondió: Ya se ha dicho que el Santo, Bendito Sea, deseaba poblar el mundo de nuevo mediante Noé, una vez que hubiese salido del arca. Y luego, la condena general no podía alcanzarlo porque estaba guardado aparte de modo seguro en el arca y escondido de la vista, cumpliendo así el versículo: “Busca justicia, busca humildad, es posible que se encuentren escondidos en el día de la ira del Eterno” (Tzefanyah, Sofonías 2:3).  Porque Noé buscó justicia, se le permitió entrar en el arca y así “estuvo escondido en el día de la ira del Eterno” y fue colocado más allá del alcance del adversario. La palabra vayimahu –(“y fueron borrados”)- contiene una alusión a los “santos del Altísimo” del poder secreto de las letras sagradas del alfabeto y su poder destructivo cuando se las emplea en el orden inverso. R. Yitzjak expuso aquí el versículo: “El que hizo que su brazo glorioso marchara a la mano derecha de Moishé, que dividió el agua ante él para hacerse un nombre perpetuo” (Yeshayahu,  Isaías 63:12). Dijo: En estas palabras hay una referencia al mérito de Abraham que fue la “mano derecha” y la “gloria” de Moishé y dividió el agua ante él, de modo que pudiese hacerse “un nombre perpetuo”. Observad la diferencia entre Moishé y otros hombres. Cuando dijo a Moishé: “Por eso ahora déjame solo... y Yo haré de ti una gran nación...” (Shemót, Éxodo 32:10). Moishé dijo inmediatamente: “¿Abandonaré yo a Israel para mi propia ventaja? El mundo dirá que yo maté a Israel y le hice como Noé hizo a su generación. Pues cuando el Eterno ofreció a Noé salvarlos en el arca, a él y a los suyos, de la destrucción universal en el tiempo del Diluvio, él no intercedió a favor de su generación, sino que la dejó morir. “Por esta razón las aguas del Diluvio llevan su nombre”; como está escrito: “Pues esto es como las aguas de Noé sobre mí” (Yeshayahu, Isaías 54:9). Moishé dijo así: “Cada uno pensará que yo los maté porque el Eterno prometió hacerme una gran nación. Por eso es mejor que yo muera y que Israel no sea destruido”. Por eso inmediatamente procuró misericordia para su pueblo y la misericordia efectivamente le fue otorgada. R. Yitzjak dijo luego: ¿Cómo viene Moishé a comenzar su intercesión con la pregunta: “¿Por qué, oh Eterno, tu ira no crece fogosa contra tu pueblo?“ (Shemót, Éxodo 32:11). Cómo podía Moishé hacer tal pregunta si sabía que ellos habían adorado a un el Eterno extraño, según leemos: “Hicieron para ellos un becerro fundido y lo adoraron...” (Shemót, Éxodo 32:8). En verdad aquí se nos enseña que cuando se procura apaciguar a un hombre airado con su vecino por una ofensa que cometió, no se debe magnificar la ofensa, sino que, al contrario, se debe tratar de reducirla; mientras

que subsiguientemente, al hablar a la persona que cometió la ofensa se debe acentuar la enormidad de ella, tal como hizo Moishé cuando dijo a Israel: “Habéis pecado un gran pecado” (Shemót, Éxodo 32:30). En su intercesión Moishé fue tan lejos como para ofrecer su propia vida, según está escrito: “Y si no, bórrame a mí, te pido, de tu libro que has escrito” (Shemót, Éxodo 32:32). Con el resultado que el Santo, Bendito Sea, le perdonó, como está escrito: “Y D-os se arrepintió del mal” (Shemót, Éxodo 32:14). Pero Noé no obró así, sino que intentó salvarse él solo, dejando el mundo abandonado a su suerte. Así, toda vez que el mundo es llamado a estricta rendición de cuentas, el Santo, Bendito Sea, dice: “He aquí que no se encuentra ninguno como Moishé, como está escrito, y su pueblo recuerda... los días de Moishé: ¿Dónde está el que nos sacó del mar...? “ (Yeshayahu, Isaías 63:11). A Moishé se lo llama: “El que nos sacó del mar”, porque la liberación de ellos en ese tiempo se debió a la plegaria de él, como leemos: “Y el Eterno dijo a Moishé: ¿Por qué lloras ante mí?” (Shemót, Éxodo 14:15).  Así, también las palabras que siguen: “¿Quién es el que puso su Espíritu Santo en medio de ellos? Se refieren a Moishé, el cual puso la Schejiná en medio de Israel. Así, también las palabras: “Quién los condujo a través de las profundidades?”, cuando las aguas fueron hendidas, y ellos pasaron a través de las profundidades sobre tierra seca. Todo el logro se adjudica a Moishé porque él arriesgó su vida por Israel. R. Judá dijo: Aunque Noé fue un hombre justo, no fue tan piadoso como para que D el Eterno ios pensara salvar en homenaje suyo al mundo. Observad que Moishé no alegó su propio mérito sino el de los patriarcas antiguos. En cambio, Noé no tuvo este recurso. Sin embargo, después de que el Eterno le hubiera dicho: “Y Yo estableceré mi pacto contigo”, él pudo haber suplicado misericordia para sus semejantes, los hombres, y pudo haber ofrecido entonces el sacrificio que trajo después para apaciguar la ira del Eterno contra el mundo. R. Judá dijo: ¿Qué podía hacer? Temía por su propia vida, es decir, temía perecer junto con los malvados, cuyas iniquidades y provocaciones había observado largo tiempo. R. Yitzjak dijo: Cuando los malvados se esparcen, es el hombre justo en medio de ellos, quien primero sufre de sus pecados, como está escrito: “Y de mi santuario habéis de comenzar” (Shemót,  Éxodo 9:6). , donde la palabra mimikdashi (mi santuario) puede leerse, según nos cuenta la tradición, como mimkudashai (“mis santos”). ¿Cómo es, entonces, que el Eterno salvó a Noé de en medio de los pecadores? Fue para, por él, poblar de nuevo el mundo, pues él era un hombre justo, adecuado para este propósito, y luego, él sin embargo advertía diariamente a la gente que, no obstante, descuidaba su advertencia, de modo que se le pueden aplicar las palabras: “Y si adviertes al malvado; pero tú has librado mi alma” (Yejezkel, Ezequiel 3:19). De esto aprendemos que quien advierte a los malvados, aun cuando su advertencia es desatendida, se salva y no está envuelto en el castigo que cae sobre ellos. Si se pregunta cuánto tiempo debe uno estar advirtiendo, la respuesta es hasta que sea perentoriamente prohibido. Este es el punto de vista fijado por los colegas. Cuando R. Yose estudiaba regularmente con R. Simeón, le dijo un día: ¿Cuál fue el motivo para que el Todopoderoso extirpara todos los animales del campo y los pájaros del aire junto con los malvados de entre los hombres? Si los hombres han pecado, ¿qué mal han cometido los animales y los pájaros y otras creaturas? R. Simeón contestó: La razón está dada en las palabras: “Pues toda carne ha corrompido su camino sobre la tierra”. Esto indica que el todo del mundo animal se ha vuelto corrompido y ha confundido sus especies. Observad que fueron los malvados de la humanidad los que trajeron la no natural relación en el mundo animal y quienes con esto buscaron deshacer la obra de la creación: Hicieron pervertir al resto de la creación sus caminos en imitación de ellos mismos. el Eterno les dijo: “Buscáis deshacer la obra de mis manos; vuestro deseo será plenamente otorgado, pues cada cosa viviente que yo he hecho la borraré de la faz de la tierra. Reduciré el mundo a agua, a su estado primitivo, y entonces formaré otras creaturas más dignas de perdurar”. “Y Noé entró y sus hijos y su mujer y los hijos de sus mujeres con él” R. Jiyá citó en relación a esto el versículo: “¿Puede alguien esconderse en lugares secretos de modo que Yo no lo vea?, dijo el Eterno” (Yeremiyahu, Jeremías 23:24). Cuán ciegos y obtusos son los hijos de los hombres que no miran y no conocen el honor de su Amo de quien está escrito: “¿No lleno Yo cielo tierra?” (Yeremiyahu, Jeremías 23:24). Y sin embargo los hombres imaginan que pueden esconder sus pecados, y dicen: “¿Quién nos ve? ¿Y quién nos conoce?” (Yeshayahu,  Isaías 29:15).  ¿Dónde, en efecto, pueden esconderse? Hubo una vez un rey que construyó un palacio y, debajo, cámaras subterráneas secretas. Un día los cortesanos se rebelaron contra el rey, el cual frente a esto puso sitio al palacio con su ejército. Los rebeldes buscaron resguardo escondiéndose en los pasajes y cámaras subterráneas. El rey dijo: “Soy yo quien construye estos lugares secretos, ¡y pensáis escapar de Mí escondiéndoos allí? “ Así dice el Eterno a los malvados: “¿Puede alguien esconderse en lugares secretos de modo que yo no lo vea?” Que es como decir: “Yo he creado todos los abismos y cavernas, he hecho la oscuridad y luz, y, entonces, ¿podéis pensar en esconderos de Mí?” Observad esto: Cuando un hombre peca ante su Amo y emplea todos los recursos para esconderse, el Santo, Bendito Sea, lo castiga abiertamente. Pero el hombre puede purificarse de sus pecados, y entonces el Eterno lo protegerá de modo que no sea visible en el día de la ira tremenda del Eterno. Pues seguramente el hombre puede poner cuidado para no hacerse visible al Ángel Destructor cuando desciende sobre el mundo y no dar noticia de sí, pues ese Ángel está autorizado a destruir a cualquiera que le es visible. Esto concuerda con una observación de R. Simeón de que un hombre poseído de un ojo malo lleva consigo el ojo del Ángel Destructor; de aquí que se le llame “destructor del mundo”. La gente debe estar en guardia contra él y no hallarse cerca de él, de modo que él no la dañe; realmente está prohibido hallarse abiertamente cerca de él. Por eso, si es necesario cuidarse de un hombre con un mal ojo ¿cuánto más ha de cuidarse uno del Ángel de la Muerte? Un ejemplo de hombre con un mal de ojo fue Balaam, de quien está escrito: “Así dijo el hombre cuyo ojo está cerrado” (Bamidbar, Números 24:3). Esto significa que lo poseía un mal de ojo, y cualquier cosa en la que fijaba su mirada traía sobre ella el espíritu destructor. Al conocer esto, buscó fijar la mirada sobre Israel, a fin de que pudiera destruir toda cosa sobre la que cayera su mirada. Así está escrito: “Y Balaam levantó su ojo” (Bamidbar, Números 24:2), que indica que levantó un ojo y bajó el otro, de modo que su ojo malo cayera sobre Israel. Pero Israel estaba inmune, pues está escrito: “Y él vio a Israel morando tribu junto a tribu” (Bamidbar, Números 24:2), es decir, vio la Schejiná revoloteando sobre Israel y guardando posición para las doce tribus abajo, y su ojo no tuvo más poder sobre Israel. “¿Cómo –dijo- puedo yo prevalecer contra ellos, si veo que el Espíritu Santo de lo alto posa sobre ellos y los protege con sus alas?” Esto lo indican las palabras: “Él se acostó como un león, y, entonces, ¿quién puede levantarlo?” (Bamidbar, Números 24:9). Es decir, ¿quién lo levantará de encima de ellos de modo que se encuentren expuestos a la acción del mal ojo? De misma manera, el Santo, Bendito Sea, procuró proteger a Noé y esconderlo del mal ojo, de modo que el espíritu impuro no tuviese sobre él poder ni lo dañara. “Y entró”, como ya se dijo, para esconderse de todos los ojos, a causa de las aguas del Diluvio”, que ya lo presionaban duramente. R. Yose dijo: Vio llegar al Ángel de la Muerte, y, por lo tanto, entró para esconderse por un largo tiempo. ¿Por qué por doce meses? En este punto diferían entre sí R. Yitzjak y R. Judá. Uno dijo que fue a causa de que un año es plazo fijado para el castigo del culpable en el guehinóm El otro dijo que era para que el justo Noé pudiese completar sus doce grados y los otros grados que cuadraba que él extrajera consigo del arca. R. Judá preguntó: Dado que durante seis meses los malvados son castigados en el Guehinóm y otros seis meses con fuego, ¿por qué prevalecieron las aguas durante doce meses? R. Yose contestó: Los castigos del guehinóm, agua y fuego, fueron aquí soltados juntos. La lluvia descendió sobre ellos desde arriba y, al mismo tiempo, aguas calientes como un fuego fluían desde abajo. Así el castigo de ellos fue el mismo que en el Guehinóm, que consiste de fuego y agua, y continuó hasta que fueran completamente destruidos. Mientras tanto Noé permanecía escondido en el Arca, oculto de la vista, de modo que el destructor no pudiera acercársele, mientras el Arca flotaba sobre la superficie de las aguas, como leemos: “Y ellos sostuvieron el arca, y fue levantada encima de la tierra”. Durante cuarenta días sufrieron castigo, como está escrito: “Y el diluvio estuvo cuarenta días sobre la tierra”, y durante el resto del tiempo fueron gradualmente exterminados, como está escrito: “Y fueron borrados de la tierra”. Desdichados los pecadores esos, pues no se levantarán de entre los muertos en el día del Juicio Final. Esto lo indica la expresión: “Y fueron borrados”, que contiene la misma idea que el versículo: “Tu has borrado el nombre de ellos por siempre jamás” (Tehilím, Salmos 19:6). “Y ellos sostuvieron el arca, y fue levantada por encima de la tierra”. R. Abba vinculó este texto con el versículo: “Elevado seas por encima de los cielos, Oh Elohim, tu gloria sea por encima de la tierra” (Tehilím, Salmos 57:6). “Desdichados los pecadores que diariamente provocan a su Amo, y por sus pecados rechazan la Schejiná y hacen que desaparezca del mundo, acerca de lo cual la Escritura dice: Aquí se llama Elohim la Schejiná”. Las palabras. “Y ellos sostuvieron el arca” indican aquí que confiaron en ella, y las palabras: “Fue levantada encima de la tierra” significan que ella ya no encontró reposo en el mundo y partió de él enseguida. Y en ausencia de la Schejiná no hay quien piense en el mundo, de modo que la justicia divina se ejerce sobre él con rigor. Pero cuando los malvados son borrados y eliminados del mundo, la Schejiná nuevamente toma en él su morada. R. Yose planteó a R. Abba la pregunta: ¿Por qué, después de que los pecadores en la Tierra de Israel fueron eliminados, la Schejiná no volvió a su anterior morada? R. Abba respondió: Es a causa de que los justos que quedaban no permanecieron allí, pues adonde iban la Schejiná descendía y hacía su residencia con ellos. Vemos así que en país extraño no se separa de ellos y ¿cuánto más habría adherido a ellos si hubieran permanecido en la Tierra Santa? Todos los pecados de la humanidad rechazan la Schejiná, particularmente el pecado de aquel que corrompe su camino sobre la tierra. Por eso uno así no verá el rostro de la Schejiná, y no logrará entrada al Palacio celestial. Pues cuando llegue el día en que el Santo, Bendito Sea, levantará a los muertos para la vida, El a crear físicamente a todos aquellos muertos que fueron sepultados en países extraños. Pues si sólo uno de ellos fuera dejado en la tierra, sería como el grano de levadura que hace levantarse la masa, y sobre ella el Santo, Bendito Sea, construirá todo el cuerpo. Pero el Eterno no restaurará sus almas para ellos salvo en la Tierra de Israel, como está escrito: “Ved, que Yo abriré vuestras tumbas. Y Yo haré que salgáis de esas tumbas, oh pueblo mío, y os traeré al país de Israel”, para lo cual rodarán por pasajes subterráneos; y entonces: “Yo pondré mi espíritu en vosotros y vosotros viviréis” (Yejezkel, Ezequiel 37:12, 14). Vemos, pues, que sólo en la Tierra de Israel serán provistas las almas para los resurrectos. Pero serán excluidos aquellos que se manchan y manchan la tierra, y de ellos está escrito: “Y ellos fueron borrados de la tierra”. La palabra “tierra” a nuestro juicio significa aquí: “El país de los vivientes”, aunque algunos sabios antiguos cuestionan esto, y toda la expresión es análoga al versículo: “Que sean borrados del libro de los vivientes” (Tehilím, Salmos 69:29). R. Simeón le dijo: Sin duda ellos no tendrán parte en el mundo por venir, pues la expresión: “Y ellos fueron borrados de la tierra” es exactamente lo opuesto a la expresión: “Ellos heredarán el país por siempre” (Yeshayahu,  Isaías 60:21).  Pero serán llamados a juicio, como con respecto a ellos dice la Escritura: “Y muchos de aquellos que duermen en el polvo de la tierra despertarán, algunos para vida sempiterna, y algunos para reproches y perpetuo rechazo  (Daniel 12:2). “Y El borró toda sustancia viviente que había sobre la superficie de la tierra” R. Abba dijo: La partícula et kol en la locución hebrea que significa “todo”, designa la inclusión de todos aquellos capitanes superiores que controlan y manejan la tierra: Esos son “la sustancia que había sobre la superficie de la tierra”  pues cuando el Santo, Bendito Sea, ejecuta juicio sobre la tierra, esos capitanes superiores son los primeros en ser traídos a juicio, y solamente en el siguiente lugar vienen aquellos que moran bajo sus alas. Esto se ilustra en el pasaje: “El Eterno castigará la hueste de los altos cielos en lo alto”, y luego: “Y los reyes de la tierra sobre la tierra” (Yeshayahu, Isaías 24:21). El castigo a esos capitanes ha de cumplirse mediante fuego quemante, como está escrito: “Pues el Eterno tu El Eterno es un fuego devorador, un El Eterno celoso” (Devarím, Deuteronómio 4:24). Es decir, fuego que consume fuego. La “sustancia viviente” de las regiones superiores pasó así por el fuego, y aquellos que están bajo su control por el agua. Y así, primero: “El borró toda sustancia viviente que había sobre la superficie del suelo”, y luego: “Ambos, hombre y ganado, y aves y reptiles del cielo, y fueron borrados de la tierra”, es decir, todos los de abajo. “Y sólo Noé fue dejado”; la partícula que en hebreo significa solamente muestra que nada absolutamente se dejó, salvo lo que estaba en el arca. R. Yose dijo: Esto indica que aun Noé, no fue dejado intacto, pues fue dañado por la opresión del león, como se explica en otra parte. “Y el Eterno recordó a Noé y a toda cosa viviente y a todo el ganado que había con él en el Arca”. R. Jiyá citó, en relación a esto, el versículo: “Un hombre prudente ve el mal y se Oculta” (Mishlei, Proverbios 22:3). Dijo: Este versículo se refiere a Noé que entró en el arca y se escondió allí, no antes, sin embargo, de que las aguas lo obligaran a entrar. Ya se dijo que antes de que entrara en el arca vio al Ángel de la Muerte marchando entre la gente y cercándola. Tan pronto como lo atisbó, entró en el arca y se escondió allí. Así: “El hombre prudente vio el mal y se escondió”, es decir, Noé vio al Ángel de la Muerte y se escondió de él, entrando en el Arca, como dice la Escritura: “A causa de las aguas del Diluvio”. R. Yose dijo que el versículo se refiere a lo que se dijo más arriba, esto es, que cuando la muerte devasta en el mundo, el hombre prudente se esconde y no se aventura hacia fuera, para no ser visto por el Ángel Destructor, el cual, una vez que ha obtenido autorización, destruirá a cualquiera que encuentre y a quien pase por delante de él en lo abierto, como lo expresa la última parte del versículo: “Pero los insensatos pasan y son castigados”. Según otra interpretación la palabra hebrea que significa pasan significa aquí que transgreden el precepto de la autopreservación y por eso son castigados. Según todavía, otra interpretación, mientras la primera parte del versículo se refiere a Noé, su segunda mitad se refiere a los contemporáneos de él. Cuando hubo permanecido tiempo suficiente bajo cubierta, la Escritura dice que: “el Eterno recordó a Noé”. R. Simeón dijo: Observad que todo el tiempo que el juicio se ejecutaba no hubo recuerdo, pero solamente después de que se hubiera completado el castigo y los malvados fueran exterminados, encontramos la mención del recuerdo. Pues, mientras el castigo pende sobre el mundo, no hay comunión del hombre con el Eterno y el Ángel destructor está desenfrenado. Pero tan pronto como el juicio ha hecho su curso y la ira se calmó, vuelve todo a su estado anterior. De ahí que leemos: “Y el Eterno recordó a Noé”, recuerdo que se centra en torno de él por que él recibió el título de “justo”. Está escrito: “Tú gobiernas la orgullosa hinchazón del mar; cuando se levantan las olas, tú las aquietas” (Tehilím, Salmos 89:10). Cuando las olas tormentosas del mar se levantan, y debajo de ellas bostezan los abismos profundos, el Santo, Bendito Sea, envía hacia abajo una hebra del “lado derecho” que de alguna manera misteriosa restringe las olas ascendentes y calma la furia del mar. ¿Cómo es que cuando Jonás estaba arrojado en el mar, y fue tragado por un pez, su alma no abandonó al mismo tiempo su cuerpo? La razón es que el Santo, Bendito Sea, tiene dominio sobre la hinchazón del mar, que es una cierta hebra de la “izquierda” que hace que el mar se levante. Y si no fuera por el hilo del “lado derecho” nunca sería apartado, pues tan pronto como este hilo desciende en el mar y es captado por él, las olas del mar tienden hacia arriba y empiezan a rogar, hasta que el Santo, Bendito Sea, las devuelve a su propio lugar, como está dicho: “Cuando las olas se levantan, Tú las aquietas”. Digamos de paso que según otra interpretación el término hebreo que significa: “Tú las aquietas” se relaciona con la palabra alabanza, y aquí expresa “tú las alabas”, porque ascienden a lo más alto en su afán de ver el mundo exterior. De lo que hemos venido diciendo se aprende la lección que quien manifiesta un anhelo de examinar cosas y adquirir nuevo conocimiento, aunque le falte talento merece alabanza y es alabado por todos los que lo rodean. R. Judá dijo: Mientras Noé estaba en el arca, tenía la aprensión de que el Eterno nunca más lo recordaría. Sin embargo, estuvo equivocado. En efecto, después de haberse ejecutado el juicio y de haber perecido los malvados del mundo, según la Escritura nos dice: “el Eterno recordó a Noé”. R. Eleazar dijo: Cuando el mundo es llamado a rendir cuentas, no es recomendable que el hombre tenga su nombre mencionado en lo alto, porque la mención de su nombre evocará sus pecados y hará que se lo examine. Esto lo aprendemos de las palabras de la Schulamita. Fue en el día de Año Nuevo, cuando el Eterno junta al mundo, que Eliseo le preguntó a ella: “¿Quieres que hablen por ti al rey?” (Melajim, 2, 2° Reyes 4:13).  es decir, al Santo, Bendito Sea, pues en ese día El es, en un sentido especial, Rey, Rey Santo, Rey del Juicio. Ella contestó: “Yo moro entre mi propio pueblo” (Melajim 2, 2° Reyes 4:13). , que es como decir: “Yo no deseo ser recordada ni llamar la atención, salvo entre mi propia gente”. El que se mantiene en medio de su

propio pueblo no llama la atención sobre sí, y de este modo escapa a la crítica. De la misma manera, mientras la ira celestial se desataba en el mundo, Noé no fue recordado; pero tan pronto como el juicio se hubo ejecutado, según leemos: “el Eterno recordó a Noé”. R. Jizquiá estaba caminando de Capadocia a Lud, cuando la encontró R. Yesa. Este último le dijo: Estoy sorprendido de que camines solo, sabiendo que se nos ha enseñado que nadie ha de emprender un viaje sin compañía. R. Jizquiá respondió: Un joven me acompaña y me sigue. R. Yesa dijo: Más sorprendido todavía estoy de que tengas como compañero a uno con el cual no puedes tratar puntos de la Torá, pues se nos enseñó que quien hace un viaje sin la compañía de discusiones sobre la Torá, se expone a peligro. R. Jizquiá le respondió: Ciertamente es así. Entretanto llegó el joven. R. Yesa le dijo: Hijo mío, ¿de dónde vienes? Él contestó: De la ciudad de Lud, y cuando oí que este hombre versado seguía por acá, le ofrecí mi servicio y mi compañía. Le preguntó R. Yesa si conoce alguna exposición de la Torá. Respondió que sí, que su padre acostumbraba enseñarle la sección de los sacrificios y que él acostumbraba a escucharlo atentamente, cuando daba una lección a su hermano mayor. Entonces, por invitación de R. Yesa, comenzó a discurrir de la manera siguiente. “Y Noé edificó un altar al Eterno y tomó de cada bestia pura y de cada ave pura, y ofrendó ofrendas de holocausto en el altar”. El altar que Noé hizo era el mismo en el cual Adán, el primer hombre ofrendó sacrificio. ¿Por qué Noé trajo ofrendas de holocausto, dado que tales ofrendas sólo se traen para contrarrestar malos pensamientos? ¿Acaso Noé era culpable de ello? En verdad, Noé no albergaba malos pensamientos, pues se dijo a sí mismo: “Ten presente que el Santo, Bendito Sea, ha decretado la destrucción del mundo y ¿quién sabe que sólo a través de mi salvación he usado todo el mérito que acumulé?” Por eso se apresuró a construir el altar al Eterno. El altar era el mismo en el cual Adán, el primer hombre, ofrendó sacrificio, pero como los malvados lo habían apartado del lugar, Noé hubo de reconstruirlo. “Y ofrendó ofrendas de holocausto”. Está escrito “olet”, (“ofrenda de holocausto”), de manera defectuosa, lo que indicaría que fue una sola. Esto se explica por referencia al versículo: “Es una ofrenda de holocausto, una ofrenda de fuego de sabor dulce al Eterno” (Vayikrá, Levítico 1:17). . Una ofrenda de holocausto ha de ser de macho, no de hembra, como dice: “Ofrendará macho, sin tacha” (Vayikrá, Levítico 1:3). . La palabra “ofrenda de holocausto”, (ische), es superflua, pues sabemos que había fuego sobre el altar. Por eso debemos leer “ischá”, que literalmente significa “mujer”, y de esto aprendemos que el elemento femenino no debe ser apartado del masculino, que a través de aquel es ofrendado, de modo que ambos se hallan unidos. Era justo que Noé trajera una ofrenda de holocausto, pues el Eterno lo había colocado en el lugar de un macho en relación al arca. La ofrenda de holocausto es “ische”, es decir, esch hé, (“fuego de hé”), que indica que la Izquierda está unida con lo femenino (pues lo femenino es de la izquierda y el masculino de la derecha) a través de la inclinación de uno al otro. De ahí que la hembra se llama “ische”. Que indica el lazo de amor en el cual la Izquierda se le une, de modo de ascender con ella a lo alto y unirse allí con ella. De aquí las palabras: “Una ofrenda de holocausto, una ofrenda de fuego” indican el lazo de lo masculino y lo femenino. “Y el Eterno olió el aroma de apaciguamiento”. También está escrito: “Una ofrenda de holocausto, un aroma de Apaciguamiento” (Vayikrá, Levítico 1:13).  Respecto del término “ofrenda de holocausto” hemos oído lo siguiente. Fuego y humo se hallan juntos, no habiendo humo sin fuego, como está escrito: “Y el Monte Sinaí estaba en humo, porque el Eterno descendió sobre él en fuego” (Shemót, Éxodo 19:18). Así es. Siendo el fuego muy tenue, sale de una parte interna, y luego se sostiene con alguna sustancia de afuera que es menos tenue, y de la unión de las dos se engendra el humo. La razón de ello es que el fuego se sostiene de algo cautivante. El ejemplo lo da el cálido aliento que sale de las narices. De ahí que esté escrito: “Ellos pondrán incienso en tu nariz” (Devarím, Deuteronómio 33:10). es decir, actuarán de modo que el fuego retorne a su lugar, pues a través del olor del incienso la nariz se contrae hacia a dentro, hasta que el olor todo es llevado hacia adentro y traído cerca del pensamiento, produciendo una sensación placentera. De aquí resulta “un aroma de apaciguamiento”, cuando la ira se apacigua y se restablece la calma, pues el humo fue reunido y condensado en el fuego, y el fuego ha tomado el humo. Ambos fueron empujados más y más hacia atrás, hasta que la ira se apaciguó y se formó una reunión que se llama “apaciguamiento”; un apaciguamiento del espíritu, un regocijo universal, una radiación de lámparas, un brillar de rostros, y así: “Y el Eterno olió el aroma de apaciguamiento” como uno que huele y lleva el perfume hacia el lugar más interior. R. Yesa se acercó entonces al muchacho y lo besó, diciendo: Y pensar que todas estas cosas preciosas estaban en tu posesión y yo no lo sabía. Luego dijo: Saldré de mi camino para continuar en tu compañía. Mientras siguieron. R. Jizquiá dijo: En esta marcha nos acompaña la Schejiná. Entonces prosigamos con confianza, pues ningún daño puede atacarnos en el camino. Tomó de la mano al muchacho y siguieron. Le dijeron entonces: Repítenos una de esas exposiciones de la Escritura que has oído de tu padre. Entonces el muchacho comenzó a disertar sobre el texto: “Que me bese con los besos de su boca” (Shir hasdhirím, Cantar de Cantares 1:2). Esto –dijo- es un deseo más candente, en el cual la afección sale de la boca con un fuego distinto del que sale de las narices. Pues, cuando boca con boca se juntan para besar, sale fuego del vigor de la afección, al que acompaña la irradiación del rostro, por regocijo de ambos lados y por unión alegre. “Pues tu amor es mejor que el vino” (Shir hashirím, Cantar de Cantares 1:2), es decir, mejor que ese vino que brilla sobre el rostro y que hace que de los ojos mane buen sentimiento; no el vino que intoxica y suscita ira, nubla el rostro e inflama los ojos, el vino de la ira. Porque ese vino es cordial e induce al amor y la afección, cada día se ofrece de él una libación en el altar, exactamente de la misma cantidad que inducirá a quien lo bebe a un estado de ánimo cordial y a un espíritu de satisfacción, como está escrito: “Y la ofrenda de bebida será una cuarta parte de un codo” (Bamidbar, Numeros 28:7). Así, “pues tu amor es mejor que el vino”, se refiere al vino que induce amor y deseo. Y así como aquí abajo, así el amor despierta en lo alto. Pues hay allí dos lámparas, y cuando la luz de una en lo alto se extingue, por el humo que sale de una de abajo, ella es encendida de nuevo. R. Jizquiá dijo: Seguramente es así, el mundo de abajo y el mundo de arriba son interdependientes, y desde la destrucción del Templo no hay bendiciones, ni en lo alto ni abajo, y esto prueba su interdependencia. R. Yose dijo: No sólo no hay bendiciones, sino que en todas partes hay maldiciones, pues ahora el suministro de sostén viene del “lado siniestro”. ¿Por qué es así? Porque Israel no mora actualmente en el país, y por lo tanto los israelitas no efectúan el sagrado servicio que se requiere para encender las lámparas (celestiales) y obtener bendiciones. De ahí que no se encuentren ni en lo alto ni aquí abajo, y el mundo está desencajado. “No volveré a maldecir el suelo, en consideración al hombre”. R. Jizquiá preguntó qué significa este versículo, y R. Yesa respondió: He oído de R. Simeón lo siguiente: Mientras el fuego superior reúne fuerza, el humo, que es la ejecución del juicio aquí abajo, se agita más y más violentamente y es más y más destructivo. Pues una vez que el fuego comienza, él no se contiene hasta que el juicio se ejecuta plenamente. Pero, cuando el castigo abajo no se intensifica por el castigo de arriba, se quema sin llevar al mundo a la ruina. De aquí que está escrito: “No agregaré”, como si dijera: “Yo no agregaré ningún volumen ni fuerza adicional al castigo de abajo”. El joven muchacho dijo que había oído que la expresión: “En consideración al hombre” alude a la expresión: “Maldecido es el suelo a causa de ti” (Bereishis, Génesis 3:17). Pues, cuando la tierra estuvo maldecida por el pecado de Adán se le otorgó pleno domino sobre ella a esa mala serpiente, la destructora y exterminadora del mundo y sus habitantes. Pero, desde el día en que Noé ofrendó sacrificios, y el Santo, Bendito Sea, olió el dulce aroma de ellos, la tierra se liberó del dominio de la serpiente y arrojó su impureza. Por la misma razón Israel trae ofrendas, de modo de mantener brillante el rostro de la tierra. R. Jizquiá dijo: Esto es correcto, pero, sin embargo, esa liberación se hallaba en suspenso hasta que Israel estuvo en el Monte Sinaí. R. Yesa dijo: El Santo, Bendito Sea, ya había disminuido la Luna y permitió que la serpiente obtuviera dominio, pero por causa del pecado de Adán ella fue efectivamente maldecida a fin de que el mundo entero pudiese sufrir maldición. Pero en ese día la tierra fue liberada de la maldición, mientras la Luna permaneció en su estado disminuido, salvo durante el tiempo en que se traen las ofrendas e Israel mora en su propio país. R. Yesa preguntó al muchacho cuál era su nombre. Contestó : “Abba”. Le dijo: Abba, que equivale a padre, jefe, serás en todo en sabiduría y en años. Luego le aplicó el versículo: “Tu padre y tu madre serán alegres, y la que te concibió se regocijará” (Mishlei, Proverbios 23:25). R. Jizquiá dijo: El Santo, Bendito Sea, arrojará un día el espíritu impuro, como está escrito: “Y yo haré pasar hacia a fuera del país el espíritu impuro” (Zajariyahu, Zacarías 13:2), y luego: “El eliminará la muerte por siempre, y el el Eterno apartará las lágrimas de todo los rostros, y de toda la tierra eliminando el reproche a su pueblo, pues el Eterno lo habló y lo dijo” (Yeshayahu, Isaías 25:8). El Santo, Bendito Sea, también restaurará un día la Luna a su plena luz, y disipará la oscuridad que a ella le trajo la mala serpiente, como está escrito: “Y la luz de la Luna será como la luz del Sol, y la luz del Sol será siete veces mayor, como la luz de los siete días” (Yeshayahu, Isaías 30;26). Y aquí la referencia es a la luz primordial que el Santo, Bendito Sea, acumuló aparte durante el período de la Creación. “Y el Eterno (Elohim) bendijo a Noé y sus hijos, y les dijo: Sed fecundos y multiplicaos,...” R. Abba comenzó su discurso con el texto: “La bendición del Eterno, hace rico y no se le agregará dolor” (Mishlei, Proverbios 10:22). “La bendición del Eterno” está liada con la Schejiná, la cual está encargada de las bendiciones del mundo, y de ella fluyen bendiciones para todos. Observa que primero  fue escrito: “Y YHVH dijo a Noé, entra tú y todo tu hogar en el Arca”, (Bereishis, Génesis 7:1). que concuerda con lo que se dijo antes, que el dueño de la casa le dio permiso de entrar; mientras que después fue su mujer la que lo apresuró a salir del arca, como está escrito: “Y Elohim, igual a Schejiná, habló a Noé, diciendo: Sal del Arca”. De aquí aprendemos que es el dueño de casa quien recibe al visitante y es la mujer quien apresura su salida, pero que ella no le ofrece la posibilidad de entrar. Además aprendemos de aquí que es adecuado que el visitante al partir deje obsequios para la dueña de casa, pues ella siempre está en la casa y la supervisa. Es adecuado darle esos obsequios, no directamente en su mano, sino por medio de su marido, para de este modo exaltar su mutua afección. Esto lo deducimos del texto: “Y él tomó de cada bestia pura y ofrendó ofrendas de holocausto en e altar”. Estos fueron los obsequios que él dio para ella en las manos de su marido para exaltar su amor por su consorte. Entonces recibió Noé una bendición, como está escrito: “Y el Eterno bendijo a Noé y sus hijos, y les dijo: Sed fecundos y multiplicaos...”. Todo esto se ilustra con el texto: “La bendición del Eterno, hace rico”. Como para las palabras: “Y a esto no se agregará dolor”. Estas palabras se refieren a dolor que se menciona en el pasaje: “En dolor comerás de ello” (Bereishis, Génesis 3:17), es decir, en dolor y perturbación, con miradas tristes y deprimidas, pues la Luna fue oscurecida, y no hubo más bendiciones. Luego: “en dolor” se refiere al lado del espíritu impuro que suprimió las bendiciones del mundo. Pero ahora “a esto no se agregará dolor”; la palabra “agregar” muestra aquí el sentido interno de las palabras: “Yo no volveré a maldecir más la tierra”. La palabra hebrea que designa “volveré” significa literalmente “agregaré”. “Y el temor de vosotros y el terror de vosotros será sobre toda bestia de la tierra;” que es como decir: “En adelante asumiréis toda la impresión facial del hombre”, porque hasta entonces su impresión facial no era de seres humanos. Pues primero : “A imagen del Eterno lo creó” (Bereishis, Génesis 1:27), también: “A semejanza del Eterno, lo hizo” (Bereishis, Génesis 5:1).  Pero cuando pecaron, su impresión facial se cambió del prototipo superior y a través de esta transformación se atemorizaron ante las bestias del campo. Mientras primeramente todas las creatruras del mundo, al levantar la mirada al hombre se encontraban con la superior impresión sagrada y se llenaban de temor y temblor, ahora, después de que pecaron, sus apariencias se transformaron y fueron los hombres quienes temieron y temblaron antes el resto del mundo animal. Así, todos aquellos que tienen presente a su Amo, que evitan el pecado y no violan los preceptos de la Torá, conservan su inalterado rostro del prototipo superior, y de ahí que todas las creaturas del mundo temen y tiemblan ante ellos. Pero cuando los hombres violan los preceptos de la Torá, cambian sus rostros y temen a las otras creaturas y tiemblan ante ellas. Las bestias del campo adquieren dominio sobre los hombres porque ya no ven sobre ellos verdadera imagen superior. De ahí que ahora el mundo fue restituido en su posición anterior, El les dio su bendición y les otorgó el dominio sobre todas las creaturas, como leemos: “Y sobre todos los peces del mar; están librados de tu mano”. Es decir, todo, aun los peces del mar. R. Jiyá dijo: Está escrito: “En tu mano fueron librados”, es decir, originalmente, pues cuando el Santo, Bendito Sea, creó el mundo, libró todo en la mano del hombre, como está escrito: “Y ten dominio sobre el pez del mar y sobre el pájaro del aire” (Bereishís, Génesis 1:28). Con referencia a las palabras: “Y el Eterno bendijo a Noé”, R. Jizquiá discurrió sobre el texto: “De David, Maskil. Feliz aquel cuya transgresión es perdonada, cuyo pecado es cubierto” (Tehilím, Salmos 32:1). Dijo: este versículo contiene profundos misterios de sabiduría. Pues se nos enseñó que David, al ofrendar alabanza al Santo, Bendito Sea, empleó diez variedades de alabanza de las que una fue Maskil, que es uno de los diez grados de iluminación, y la palabra aquí implica que David se calificó para alcanzar ese grado. El versículo continúa: “Feliz aquel cuya transgresión es perdonada, cuyo pecado es cubierto”. Las palabras (en hebreo) significan literalmente: “Cuya transgresión es levantada”. Es decir, cuando el Santo, Bendito Sea, pesa los pecados y los méritos de los hombres en la balanza, es feliz aquel cuyos pecados se levantan y suben en una escala mientras sus méritos se hunden hacia abajo en la otra. “Cuyo pecado es cubierto”, es decir, cuando el mundo es castigado ese hombre será ocultado de modo que el destructor no tendrá poder sobre él, del mismo modo que Noé fue escondido por el Santo, Bendito Sea, de modo que escapó de las consecuencias que el pecado de Adán trajo sobre el mundo. Pues ese pecado transfirió el dominio del hombre a las otras creaturas, haciéndolo temerlas, e invirtiendo de esta manera el orden verdadero de las cosas. Por eso, cuando Noé salió del arca, el Santo, Bendito Sea, lo bendijo, como está escrito: “Y el Eterno bendijo a Noé y sus hijos,...”. “Y vosotros, sed fecundos y multiplicaos”. Parece que las mujeres no hubieran sido incluidas en esta bendición, pues sólo se dirigía a Noé y sus hijos. Sin embargo, R. Simeón dijo que el término ve-atem (“y vosotros”) incluye a ambos, varón y mujer, y luego la partícula et que precede a “sus hijos” significa la inclusión de sus esposas. Porque fueron incluidas las mujeres, el Eterno dijo: “Sed fecundos y multiplicaos”, para propagar vuestra especie. En esta ocasión el Santo, Bendito Sea, le dio siete preceptos de la Torá, a ellos y a sus sucesores hasta que los hijos de Israel estuvieran en el Monte Sinaí, cuando recibieron todos los preceptos de la Torá en un código. “Y el Eterno dijo a Noé... Esta es la señal del pacto que yo hago en Mí y tú... Yo he puesto mi arco en la nube”. La expresión en pasado “yo he puesto” muestra que el arco ya estaba allí. En relación a este pasaje, R. Simeón habló sobre el versículo: “Y encima del firmamento que estaba sobre sus cabezas había la semejanza de un trono como el aspecto de un zafiro” (Yejezkel, Ezequiel 1:25). Dijo: Antes de este versículo encontramos las palabras: “Y cuando se fueron oí el ruido de sus alas como el ruido de abundantes aguas, como la voz del  Todopoderoso” (Yejezkel, Ezequiel 1:24). . Estos son los cuatro seres sagrados y potentes que se llaman Jayot (“animales”), por los que se sostiene el firmamento y cuyas alas habitualmente se juntan para cubrir sus cuerpos. Pero, cuando extienden sus alas sale un sonido voluminoso e irrumpen en los cantos de alabanza: “Como la voz del Todopoderoso”, que nunca se torna silenciosa, como está escrito: “De modo que mi gloria pueda cantar alabanza a ti, y no estar silenciosa” (Tehilím, Salmos 30:13). El tenor de sus alabanzas es: “El Eterno ha hecho conocer su salvación, ha revelado su justicia a la vista de las naciones” (Tehilím, Salmos 98:2). Luego dice: “Un ruido de tumulto como el ruido de un ejército” (Yejezkel, Ezequiel 1:24), es decir, como el sonido de los santos campamentos cuando todos los ejércitos superiores se reúnen en lo alto. ¿Qué es lo que declaman? “Santo, Santo, Santo es el Soberano de los ejércitos, toda la tierra está llena de su gloria” (Yeshayahu, Isaías 6:3). Ellos se dirigen al Sur y dicen “Santo”, ellos se dirigen al Norte y dicen “Santo”, ellos se dirigen al Este y dicen “Santo”, ellos se dirigen al Oeste y dicen “Bendito”. Y ese firmamento descansa sobre sus cabezas, y cualquiera que sea la dirección en que giren, sus rostros giran también. Ellos giran sus rostros a los cuatro puntos cardinales, y todo se mueve en un círculo. En los cuatro rincones de un cuadrado, el firmamento tiene la impronta de cuatro figuras, de un león, un águila, un buey y un hombre; y el rostro de un hombre se halla trazado en todos ellos, de modo que el rostro del León es de Hombre, el rostro de Águila es de Hombre, y el rostro de Buey es de Hombre, y todos se hallan comprendidos en él. De ahí que está escrito: “En cuanto a la semejanza de sus rostros, ellos tenían el rostro de un hombre” (Yejezkel, Ezequiel 1:10). Además, el firmamento con su cuadrado incluido contiene la gama de todos los colores. Sobresalientes con cuatro colores, grabado cada uno con cuatro signos traslúcidos, arriba y abajo. Y cuando ellos se descomponen se vuelven doce. Son verde, rojo, blanco y zafiro, que está compuesto de todos esos colores. De ahí que está escrito: “Como el aspecto del arco que está en la nube en día de lluvia, así era el aspecto del brillo en torno. Era éste el aspecto de la semejanza de la gloria del Eterno” (Yejezkel, Ezequiel 1:23), es decir, que contiene todos los matices de todos los colores. A lo mismo se refiere el texto: “Yo he puesto mi arco en la nube”. Aquí el “arco” tiene un paralelo en el texto: “Pero su arco permaneció firme” (Bereishis, Génesis 49:24). es decir, el pacto de José, porque fue un hombre justo, tuvo como símbolo el arco, pues el arco está ligado al pacto, y el pacto y el justo se integran el uno en el otro. Y porque Noé fue justo, el signo de su parte fue el arco. La palabra vayofozu, que se menciona en relación a José, es afín al término paz (oro fino) en el pasaje: “Más deseables son que el oro, que el mucho oro fino” (Tehilím, Salmos 19:11). y esto significa que sus brazos brillaban con el lustre de la sustancia más deseable, brillaban con la luz superior, pues él había observado el pacto. Por eso se lo llamó “José el justo”. Y por eso el arco iris se lo llama “pacto” porque se abarcan el uno al otro. Como el firmamento, es una gloria esplendente, una visión de todas las visiones, que se asemeja a la oculta, la Schejiná, que contiene colores no descubiertos y no revelables. De ahí que no está permitido mirar el arco de lluvia cuando aparece en los cielos, como si ellos fuese irrespetuoso para con la Schejiná; aquí abajo los tintes del arco de lluvia son una réplica de la visión del esplendor superior, que no es para la vista del hombre. Por eso, cuando la tierra vio el arco de lluvia como un pacto sagrado, ella fue una vez más firmemente establecida, y por eso el Eterno dijo: “Y será una señal de un pacto entre el Eterno,...” Los tres colores primarios y el que se compone de ellos, que hemos mencionado antes, son todos un símbolo único y todos se muestran en la nube. “Y encima del firmamento que estaba sobre sus cabezas se hallaba la semejanza de un trono, como el aspecto de una piedra de zafiro” (Yejezkel, Ezequiel 1:26). Esto se refiere a la “piedra fundamental” que es el punto central del universo sobre el cual se apoya el Santuario de los Santuarios. “La semejanza de un trono”, es decir, el santo trono superior, que posee cuatro sostenes y que es simbólico de la Ley Oral. “Y sobre la semejanza del trono estaba la semejanza como de aspecto de un hombre encima de él” (Yejezkel, Ezequiel 1:26). Esto simboliza la Ley Escrita. De esto aprendemos que las copias de la Ley Escrita deben ser puestas por encima de la Ley Oral, y no a la inversa, porque esta última es el trono de la primera. “Como la apariencia de un hombre” se refiere a la imagen de Yaakov. Una noche, R. Judá, mientras paraba en un mesón en Matha-Mejasía, se levantó a medianoche para estudiar la Torá. Entonces se hallaba allí un viajero de Judea que llevaba consigo dos bolsas con ropas. R. Judá comenzó a exponer el versículo: “Y esta piedra que he puesto como un pilar será la casa del Eterno” (Bereishis, Génesis 28:22). Dijo: Esa piedra fue la piedra fundamental de la cual se desarrolló el mundo y sobre la cual se construyó el Templo. El de Judá levantó su cabeza y dijo: ¿Cómo fue esto posible? La piedra fundamental fue creada antes del mundo, para ser el punto desde el cual el mundo se desarrolló. Sin embargo, dices que a ella se refiere el versículo: “Y esta piedra que he puesto como un pilar, que indica que Yaakov la puso allí, siendo la misma piedra de la cual está dicho: “Y él tomó la piedra que había puesto bajo su cabeza” (Bereishis, Génesis 28:18). Otra dificultad es que Yaakov estuvo en Betel, mientras que la piedra fundamental está en Jerusalem. R. Judá, sin girar la cabeza, dijo el versículo: “Prepárate para encontrar tu El Eterno, oh Israel” (Amós 4:12), y también: “Sé atento y escucha, oh Israel” (Devarím, Deuteronomio 27:9). De aquí aprendemos –dijo- que el estudio de la Torá debe emprenderse con preparación adecuada, no sólo de la mente. Sino también del cuerpo. Entonces el de Judá se levantó, se puso sus vestiduras y sentándose al lado de Rabí Judá, dijo: Felices sois los justos que os entregáis al estudio de la Torá día y noche. R. Judá le dijo: Ahora que te has ataviado adecuadamente, di lo que tienes que decir, de modo que podamos juntarnos, como lo requiere el estudio de la Torá que necesita de un garbo semejante y una mente atenta. Pues de otro modo yo podría estar acostado en mi cama y meditar. Pero se nos ha enseñado que aun una persona singular que está sentada y estudia la Torá tiene como acompañante a la Schejiná. ¿Y cómo podría la Schejiná encontrarse aquí mientras yo esté en la cama? Además las palabras de la Torá deben articularse claramente. Y todavía, cuando un hombre se levanta a medianoche para estudiar, cuando el Santo, Bendito Sea, viene para distraerse con los justos en el Jardín de Edén. El y todos los justos en el Jardín escuchan las palabras que salen de su boca. Y siendo así, que el Santo, Bendito Sea, y todos los justos sienten delicia en escuchar las palabras de la Torá en ese tiempo, ¿podría yo permanecer acostado en la cama? Entonces le dijo: Ahora di lo que has de decir. El judaíta dijo entonces: En cuanto a tu observación que la piedra de Yaakov fue la piedra fundamental, te pregunté, primero, cómo puede ser, dado que la piedra fundamental precedió a la creación del mundo y fue ésa de la cual el mundo se desarrolló, mientras que la piedra de Yaakov fue colocada por él en su lugar, como está escrito: “Y la piedra que yo he puesto”, y también: “Y tomó la piedra que había puesto bajo su cabeza”. Y en segundo lugar, ¿cómo se puede identificarlas, dado que Yaakov estaba en Betel y la piedra estaba en Jerusalem? R. Judá contestó: Todo el país de Israel estaba extendido debajo de él, de modo que esa piedra estaba bajo él. El judaíta repitió su pregunta citando de nuevo las expresiones: “Que yo he puesto, “la piedra que he puesto”. R. Judá le dijo: Si conoces una respuesta mejor, dila. El judaíta discurrió entonces en la siguiente forma: Está escrito: “En cuanto a mí, miraré tu rostro en justicia; estaré satisfecho cuando despertaré con tu semejanza” (Tehilím, Salmos 17:15). . El rey David sentía gran afección y vinculación para con esta piedra. Dijo de ella: “La piedra que los constructores rechazaron se ha convertido en la piedra angular” (Tehilím, Salmos 118:22).  Y toda vez que deseaba mirar el reflejo de la gloria de su Amo, primero tomaba en su mano esa piedra y luego entraba, como si alguien que quiere aparecer ante su Amo solamente puede hacerlo mediante esa piedra, como está escrito: “Con ella entrará Aarón en el lugar santo” (Vayikrá, Levítico 16:3). Fue audacia de David el que: “En cuanto a mí, miraré tu rostro en justicia”, y procuró de todas maneras aparecer ante El en lo alto de la manera propia de por medio de esa piedra. Y bien, Abraham instituyó la plegaria matinal y enseñó al mundo el carácter de su amo, e hizo propicia esa hora para la plegaria. Yitzjak instituyó la plegaria de después del mediodía, (minjá), y enseñó al mundo que hay un Juez Supremo que puede perdonar o condenar al mundo. Yaakov instituyó la plegaria de la noche. Y fue con referencia a esta plegaria que instituyó por primera vez como método adecuado de la propiciación, que dijo en su propia alabanza: “Y esta piedra que he puesto como pilar”, como si hasta ese tiempo nadie haya erigido una igual. Esto se halla implicado en la expresión: “Y la puso como una matzebá, (“un sostén”), que implica que hubo de nuevo puesto algo que había sido derribado. También: “Derramó aceite sobre su cabeza”, haciendo con esto más que cualquier otro para restaurarla. Entonces R. Judá abrazó al judaíta, diciendo: Tú tienes todo este conocimiento y, sin embargo, te ocupas con el comercio y descuidas lo que da vida eterna. Él contestó: Los tiempos presionan y tengo dos hijos en la escuela, y he de trabajar para proveerles de alimento y pagar la enseñanza, de modo que puedan continuar diligentemente estudiando la Torá. Entonces resumió su discurso, tomando este texto: “Y Salomón se sentó sobre el trono de David, su padre, y su reino se estableció firmemente”. (Melajim 1, 1° Reyes 2:12). Dijo: ¿Qué gran logro, cabe preguntar, se atribuye aquí a Salomón? La verdad es que él preparó la piedra fundamental y asentó sobre ella el Santo santuario, y por eso se estableció firmemente su reino. El judaíta dijo luego: Está escrito: “Y yo lo miraré, al arco iris para que pueda recordar el pacto sempiterno”. Esto significa que es constante el deseo del Eterno por el arco. El significado interno de las palabras “Y yo lo miraré” se encuentra en las palabras “y poned una señal sobre las frentes” (Yejezkel, Ezequiel 9:4).  como para ser claramente visible. Según otros, la señal fue simbólica de la santa señal en la carne. R. Judá dijo: Seguramente esto es así, pero el arco de lluvia que aparece en el cielo tiene una profunda significación mística, y cuando Israel saldrá del exilio ese arco será descubierto en toda la magnificencia de sus colores, como una novia que se adorna para su esposo. El judaíta le dijo: Esto es lo que mi padre me dijo cuando estuvo a punto de partir de este mundo: “No esperes la llegada del Mesías hasta que el arco de lluvia aparecerá descubriendo colores espléndidos que iluminarán el mundo. Solamente entonces espera al Mesías”. Esto lo aprendemos de las palabras: “Y yo lo miraré,

para que yo pueda recordar el pacto sempiterno” (Bereishis, Génesis 9:16). Es decir, ahora el arco aparece en colores apagados, pues sólo está destinado a recordar que no retornará el Diluvio. Pero entonces aparecerá en su plenitud de colores como una novia para su esposo, y esto será “para recordar el pacto sempiterno”. El Santo, Bendito Sea, recordará el pacto que está en exilio. Lo levantará desde el polvo, como está escrito: “Y ellos buscarán a su El Eterno, y a David su rey” (Hoshea, Oséas 3:4). también: “Pero ello servirá a su El Eterno y a David su rey, que levantaré sobre ellos” (Yeremiyahu, Jeremías 30:9).  El “pacto sempiterno” será, así, recordado para ser levantado del polvo. También dijo mi padre que por esa razón en la Escritura se mencionan juntos la redención de Israel y el recuerdo del arco de lluvia, como está escrito: “Pues como Yo he jurado que las aguas de Noé no pasarán más sobre la tierra, así he jurado que no tendré ira contra ti, ni te increparé” (Yeshayahu, Isaías 54:9). “Y los hijos de Noé que salieron del arca fueron Sem y Jam y Jafet” R. Eleazar preguntó por qué la Escritura inserta las palabras: “Que salieron del arca”. ¿Acaso Noé tuvo otros hijos, que no salieron del Arca? R. Abba dijo: Sí, los hijos de sus hijos que tuvieron después, y la Escritura señala que éstos no salieron del arca. R. Simeón dijo: Si yo hubiera vivido cuando el Santo, Bendito Sea, dio a la humanidad el libro de Enoj y el libro de Adán, habría procurado evitar su difusión, pues no todos los sabios los leen con atención adecuada, y así extraen de ellos ideas pervertidas, como las que desviaron a los hombres del culto del Altísimo al culto de poderes extraños. Pero ahora, los sabios que entienden estas cosas las mantienen secretas y con esto se fortalecen en el servicio a su Amo. De los tres hijos de Noé que salieron del arca, Sem, Jam y Jafet, Sem simboliza el lado derecho, Jam el izquierdo, mientras Jafet representa la “púrpura”, que es una

mezcla de los dos. “Y Jam fue el padre de Canaán”. Jam representa la basura y la escoria del oro, la pugna y el surgimiento del espíritu impuro de la vieja serpiente. Por eso se lo designa como el  padre de Canaán”, es decir, de Canaán que oscureció los rostros de la humanidad. Por eso, también se hace una mención especial de Jam en las palabras: “Jam, el padre de Canaán”, es decir, el notorio oscurecedor del mundo, mientras no se nos dice que Sem fue el padre de fulano de tal, o que Jafet fue el padre de fulano de tal. No se lo menciona inmediatamente a Jam, sino que se señala que fue el padre de Canaán. De ahí que cuando Abraham entró en escena, está escrito: “Y Abraham pasó a través del país” (Bereishis, Génesis 12:6). pues ello fue antes del establecimiento de los patriarcas y antes de que existiera en el mundo la simiente de Israel, de modo que el país no podía aún designarse por ese honrado y santo nombre. Observa que cuando Israel era virtuoso el país se llamó por su nombre, el País de Israel. Pero cuando Israel no fue digno, se lo llamó con otro nombre: el País de Canaán. De ahí que esté escrito: “Y él dijo maldito sea Canaán, será entre sus hermanos un servidor de servidores, por la razón de que trajo maldiciones al mundo. De la misma manera que la serpiente contra la cual se pronunció la condena: “Maldita eres entre los animales” (Bereishis, Génesis 3:14). “Estos tres fueron los hijos de Noé”. Por esos tres se estableció todo el mundo, y también el simbolismo superior. “Y de esos toda la tierra fue cubierta”. Hay aquí una referencia a los tres colores superiores. Pues cuando el río que perennemente irrigaba al Jardín, por la fuerza de esas influencias superiores esos colores terrenales se expandieron aquí abajo. Cada uno se combinó con los otros, lo que muestra que la gloria del Santo, Bendito Sea, se extiende a través de todas las alturas y profundidades, y El es uno arriba y abajo. R. Eleazar dijo: Estos tres colores se despliegan en todos aquellos que salen del lado de la santidad y su reflejo cae sobre todos aquellos que salen del lado del otro espíritu. Y si consideras el misterio de los grados, encontrarás cómo los colores irradian a todos los lados hasta que entran en la esfera inferior a través de esos 27 conductos místicos que son los lados de las puertas que obturan el abismo. Todo esto se conoce, lo saben los adeptos de la sabiduría mística. Feliz la suerte del justo a quien el Santo, Bendito Sea, se complace en honrar y a quien revela los misterios sublimes de la sabiduría. De ellos está escrito: “El Consejo del Eterno está con aquellos que lo temen a El(Tehilím, Salmos 25:14). Aquí citó R. Eleazar el versículo: “Oh Eterno, Tú eres mi El Eterno, yo te exaltaré, yo alabaré Tu nombre, pues has hecho cosas maravillosas, tus consejos desde lejanos tiempos son fieles y verdaderos” (Yeshayahu, Isaías 25:1). Cuánto –dijo- cuadra a los hombres reflexionar sobre la gloria del Santo, Bendito Sea, y ofrendar cantos de alabanza a la gloria de El. Cuando uno conoce cómo ofrendar alabanza a su Amo en la manera apropiada, el Santo, Bendito Sea, cumple su voluntad. Más aún, un hombre así hace que aumenten las bendiciones en lo alto y en lo bajo. Por eso, quien conoce cómo ofrendar alabanza a su Amo y proclamar la unidad de El, es objeto de afecto en lo alto y es querido abajo; el Santo, Bendito Sea, se enorgullece de él y de él está escrito: “Y me dijo: Tú eres mi servidor, Israel, en quien Yo me glorificaré” (Yeshayahu, Isaías 49:3). “Y Noé el agricultor comenzó y plantó un viñedo”. R. Judá y R. Yose discreparon en cuanto al origen de la vid. Uno dijo que procedió del Jardín de Edén y Noé ahora la plantaba aquí. El otro dijo que la había sobre la tierra antes del Diluvio y Noé de nuevo la plantó. En el mismo día floreció y maduró y trajo uvas. Entonces Noé exprimió de ellas el vino, bebió de él y se embriagó. R. Simeón dijo: Hay una referencia mística en este versículo. Cuando Noé empezó a incurrir en el pecado de Adán, no con el fin de practicarlo, sino para entenderlo y así, advertir contra ese pecado al mundo, exprimieron las uvas para hacer investigaciones en ese viñedo, pero cuando alcanzó este punto estuvo “ebrio y desnudo”, perdió su equilibrio mental y descubrió la brecha del mundo que hasta entonces estaba cerrada. “En su tienda”. Está escrito oholoh, que literalmente significa: “la tienda de ella”, que es una alusión a la idea que contiene el pasaje: “Y no te acerques a la puerta de la casa de ella” (Mishlei, Proverbios 49:3). implicando “la tienda de ella” la tienda de ese viñedo. La misma explicación se aplica al caso de los hijos de Aarón, los cuales, así se nos enseñó, estaban ebrios de vino cuando pecaron. Entonces, ¿quién les dio vino en ese lugar? ¿Y es concebible que llegaran a embriagarse en ese tiempo? Pero en realidad, el vino que los embriagó fue el mismo vino de Noé, como está escrito: “Y ofrendaron fuego extraño ante el Eterno” (Vayikrá, Levítico 10:1). término análogo al que se encuentra en el pasaje: “Que puedan mantenerte apartado de la mujer ajena” (Mishlei, Proverbios 7:5).  Todos estos términos se refieren a una y la misma cosa. Entonces, es el mismo sentido el que encierra el versículo: “Y él bebió del vino y estuvo ebrio, y estuvo desnudo en su tienda”. Esto, como se explicó, lo observó Jam, el padre de Canaán, y Canaán aprovechó la oportunidad de hacer su voluntad apartando de ese hombre justo el símbolo místico del pacto, que según la tradición es eso lo que hizo. Por eso Noé dijo: “Maldito sea Canaán”, pues por él la maldición volvió al mundo. “Un esclavo de esclavos será” Estas palabras corresponden a las dirigidas a la serpiente: “Maldita eres entre todos los animales” (Bereishis, Génesis 3:14). De ahí que mientras todos los otros se salvaran en el mundo por venir, él no se salvaría. Todos obtendrán su libertad, pero él no. Este misterio lo conocen los adeptos de los caminos y las sendas de la Torá. R. Simeón discurrió a continuación, comenzando con el versículo: “Pues yo conozco mis trangresiones, y mi pecado siempre está ante mí” (Tehilím, Salmos 51:5). Dijo: Cuánto más debe un hombre estar en guardia contra el pecado ante el Santo, Bendito Sea, pues cada pecado que el hombre comete se registra en lo alto, y sólo es borrado por mucho arrepentimiento, como está dicho: “Pues aunque te laves con ácido y con mucho jabón, tu iniquidad se halla marcada ante mí” (Yeremiyahu, Jeremías 2:2). Pues cuando un hombre comete una vez un pecado ante el Eterno, el pecado deja una marca, y cuando repite ese mismo pecado la marca se hace más profunda. Después se vuelve una mancha de un lado al otro, como se expresa en las palabras: “Tu iniquidad se ha vuelto una mancha ante mí” (Yeremiyahu, Jeremías 2:22). Cuando David cometió su gran pecado tomando a Bat-Sheba, pensó que dejaría su marca para siempre, pero le llegó el mensaje: “El Eterno también puso de lado tu pecado, para que no mueras” (Shmuel 2, 2° Samuel 12,13). es decir, la mancha fue eliminada. R. Abba formuló la siguiente pregunta a R. Simeón: Si se nos enseñó que Bat- Sheba estuvo destinada al rey David desde la creación, ¿cómo es que el Santo, Bendito Sea, primero la dio a Uríah el Hitita? R. Simeón contestó: Tal es el camino del Santo, Bendito Sea; aunque una mujer esté destinada a cierto hombre cierto hombre, El deja que ella primero sea la esposa de otro hombre, hasta que llega su tiempo. Tan pronto que este tiempo llega, el primero parte del mundo para dejar su camino al otro; el Santo, Bendito Sea, está poco dispuesto a apartarlo del mundo para hacer el camino para el otro antes de que su tiempo llega. Esta es la razón interna por la que Bat-Sheba fue primero dada a Uríah. Ahora reflexiona y encontrarás la razón por la cual la Tierra Santa fue dada primero a Canaán antes de que llegara allí Israel. Observa, luego, que David, aunque confesó su pecado y se arrepintió, no pudo eliminar de su corazón y su espíritu el recuerdo de los pecados que había cometido, especialmente del concerniente a Bat-Sheba, y siempre tuvo aprensión de que uno de ellos pudiese ser un obstáculo para él en la hora de peligro. De ahí que nunca los apartó de sus pensamientos. Según otra interpretación, las palabras: “Pues yo conozco mis transgresiones” indican su conocimiento de los diversos grados a que se han de referir los variados pecados de los hombres, mientras que las palabras: “Y mi pecado” se refieren al defecto de la Luna que no emergió de su impureza hasta el tiempo de Salomón, cuando la luz de ella se volvió plena una vez más, de modo que el mundo se tornase firmemente establecido e Israel moró seguro, como está escrito: “Y Judá e Israel moraron en seguridad, cada hombre bajo su vida y bajo su higuera” (Melajim 1, 1° Reyes 5:5). Sin embargo como David dijo “Mi deficiencia siempre está ante mí” y ella no sera eliminada del mundo hasta que llegue el Mesías, como está dicho: “Y haré que el espíritu impuro salga de la tierra” (Zajariyahu, Zacarías 13:2). “Fue un cazador potente ante el Eterno; por eso está dicho: Como Nimrod un potente cazador ante el Eterno”. Verdaderamente fue un hombre de poder, porque estaba cubierto con las vestiduras de Adán y, por eso, mediante ellas, fue capaz de poner trampas para la humanidad y engañarla. R. Eleazar dijo: Nimrod acostumbraba seducir a la gente hacia el culto idolátrico por medio de esas vestiduras que lo capacitaron para conquistar el mundo y

proclamarse su gobernante, y la humanidad le rindió culto. Se lo llamó “Nimrod por la razón de que se rebeló, marad, (“rebelar”), contra el altísimo Rey de arriba, contra los más elevados ángeles y contra los ángeles más bajos. R. Simeón dijo: Nuestros colegas conocen un misterio profundo concerniente a esas vestiduras. “Y toda la tierra era de una sola lengua y de un habla única”. R. Simeón comenzó su exposición con el versículo: “Y la casa al ser construida, fue edificada de piedra hecha pronta en la cantera; y no había no martillo ni hacha ni ningún implemento de hierro se oyó en la casa mientras se la edificaba” (Melajim 1, 1° Reyes 6:7). Dijo: La frase “En su construcción” implica autoedificación, como si fuese sin manos de artesanos. ¿Acaso Salomón y toda su gente de trabajo no estaban comprometidos en la obra de la construcción? Aquí fue como con el candelero respecto del cual leemos: “Y harás: y el candelero... será hecho de a golpes”  (Shemót, Éxodo 25:31). Si el candelero debía ser hecho por sí mismo, ¿por qué decir “lo harás”? En realidad fue hecho por sí mismo, por un milagro. Tan pronto como los artesanos pusieron sus manos a la obra, se les mostró cómo proseguir de una manera completamente nueva para ellos. La razón de que fuera así era que la bendición del Altísimo permaneció sobre sus manos; y de manera similar ocurre aquí, con la construcción del Santuario. Fue edificado de su propio acuerdo, aunque aparentemente por las manos de los trabajadores; mostró a los trabajadores un diseño que guió sus manos y del cual no apartaron sus ojos hasta que estuviera completa la construcción de la casa. Luego dice: “De piedra hecha pronta en la cantera” (Melajim 1, 1° Reyes 6:7). La palabra hebrea que significa “hecha pronta”, “completa”, está escrita defectuosamente, pues aunque  parezca decir “completa”, “lista”, es como si dijera “Salomón”, y verdaderamente era de Salomón; mientras que la palabra que literalmente significa transporte, en realidad implica que las manos de los obreros fueron movidas involuntariamente, de modo que ellos hacían sin saber lo que hacían. “Y no había ni martillo ni hacha ni se oía ningún implemento de hierro en su construcción” (Melajim 1, 1° Reyes 6:7). porque el shamir, (“insecto que corta piedras”), hizo todos los cortes sin que se oyera ningún sonido. Así no hicieron falta instrumentos de cortar, pues toda la obra se efectuó por un milagro. R. Simeón dijo: ¡Cuán preciosas son las palabras de la Torá! ¡Feliz es la suerte de quien se ocupa con ellas y conoce cómo seguir la senda de la verdad! La Escritura dice: “Y la casa en su construcción”. Cuando el Santo, Bendito Sea, quiere que Su gloria sea glorificada, sale de Su pensamiento una determinación de que ella ha de seguir expandiéndose; por lo cual se expande desde la indescubrible región del pensamiento hasta que descansa en la garganta, un lugar a través del cual perennemente fluye la fuerza mística del “espíritu de vida”. Cuando el pensamiento, después de su expansión, viene a descansar en ese lugar, se llama con las palabras que en arameo significan El Eterno viviente. Entonces procura extenderse y descubrirse aún más, y entonces salen de ese lugar, fuego, aire y agua, todos compuestos juntos. También emerge allí “Yaakov, el hombre perfecto”, simbólico de cierta voz que sale y se vuelve audible. Así el pensamiento, que hasta entonces no estaba descubierto y se hallaba retraído en sí mismo, ahora se revela a través del sonido. En la ulterior extensión y develación del pensamiento, la voz da contra los labios, y así sale el habla que es la culminación del todo y en la cual el pensamiento se halla completamente develado. Así, está claro que todo se compone de ese pensamiento no develado que se hallaba retraído en sí mismo, y que el todo es una única esencia. Cuando la expansión ha alcanzado esa etapa y el habla se generó por la fuerza de esa voz, entonces: “La casa en su construcción”, es decir, a través de todo el proceso de su construcción, “es de piedras completas”, como se explicó. La palabra “transportado” significa que el pensamiento sale de adentro y comienza a transportarse afuera; sale de arriba y comienza a transportarse abajo. “Y no había ni martillo ni hacha ni ningún implemento de hierro” se refiere a los grados inferiores, que dependen todos del pensamiento, que no se oyen ni son admitidos adentro cuando el Pensamiento asciende a lo alto para extraer sostén fresco. Cuando hace así, todos ellos se regocijan y extraen sostén y se llenan de bendiciones. En ese tiempo todos los mundos se hallan sostenidos como una unidad sin cualquier división. Después de que han tomado sus varias porciones se dispersan todos, cada uno a su lado y a su función asignada. De aquí que se dice: “Y toda la tierra era de un lenguaje” y, después: “Y ocurrió que viajaron mikedem”, es decir, de aquello que es el punto de partida del mundo: “Y que ellos encontraron un valle en el país de Shinar”, pues desde allí se extendieron en todas las direcciones, y ese lugar es el punto de partida de la diferenciación. Se puede objetar que la diferenciación comenzó más tarde, como leemos: “Un río salió de Edén para irrigar el Jardín y desde allí se dividió”. La verdad es que cuando salen del primer lugar hay separación y cuando se juntan para extraer sostén no hay separación, y cuando vuelven a desplazarse hay separación. De ahí que esté escrito: “Y aconteció que cuando viajaban desde el Oriente encontraron un valle”, como ya se explicó. “Y toda la tierra era de un único lenguaje y un habla única”, es decir, el mundo aún era una unidad con una fe única en el Santo, Bendito Sea. Pero después viajaron mikedem, que literalmente significa “desde antes”, es decir, desde el Uno que es anterior a todo, del pie del mundo que era el objeto de la fe universal. “Y encontraron una llanura”, es decir, hicieron un descubrimiento, por medio del cual sacudieron de sí la fe de ellos en el Altísimo. Así está escrito de Nimrod: “Y el comienzo de su reino fue Babel”, siendo éste el punto de partida del cual comenzó a ligarse a otros poderes. De manera similar aquí: “Encontramos una llanura en el país de Shinar”, un lugar en el cual concibieron la idea de abandonar el Poder Supremo por otro poder. “Y dijeron: Venid, construyamos para nosotros una ciudad y una torre con su cúspide en el cielo y hagamos para nosotros un nombre”. R. Jiyá comenzó su discurso con el texto: “Y los inicuos son como el mar Agitado” Yeshayahu, Isaías 57:20). ¿Cómo se puede decir del mar que está “agitado”? Cuando se torna violentamente agitado y es llevado de un lado a otro y es arrojado de su cauce; entonces es como un hombre ebrio que se tambalea y se inclina hacia arriba y hacia abajo. “Pues no puede descansar, y sus aguas se lanzan con barro y suciedad” (Yeshayahu, Isaías 57:20). es decir, tira hacia arriba toda la suciedad y sustancia putrefacta del mar hacia la orilla. Así ocurre con los inicuos que abandonan la senda recta y tambalean y se bambolean en los caminos que han tomado, como un hombre ebrio de vino. Y aún más, con cada palabra que dicen en su furia sale de su boca inmundicia y abominación de modo que se hallan exteriormente manchados. Ved ahora, dijeron: “Venid, construyamos una ciudad y una torre con una cúspide en el cielo” Bajo estas palabras había un plan de rebelión contra el Santo, Bendito Sea. Era un esquema torpe, nacido de la estupidez de su corazón. R. Abba dijo que ciertamente fueron torpes, pero al mismo tiempo tuvieron un astuto designio de apartarse del Poder Supremo y transferir Su gloria a otro. En todo esto hay una referencia a los misterios de la religión. Así, las palabras: “Venid, construyamos una ciudad y una torre” significan que cuando llegaron a esa llanura, que significa el “poder extraño”, y se les reveló allí el lugar de su dominio, que se extiende particularmente sobre “los peces del mar”, dijeron; “Aquí es un lugar donde los seres del mundo inferior pueden morar en comodidad”. A la vez dijeron: “Venid, construyamos una ciudad y una torre, y hagamos un nombre para nosotros”. Dijeron: El lugar será para nosotros un lugar de culto, y no lo será ningún otro lugar; de modo que “construyamos una ciudad y una torre”. ¿Qué necesidad tenemos de ascender a las regiones de lo alto donde no podemos obtener ningún goce? Mirad, es este un lugar totalmente preparado para nosotros. Luego dijeron: “Y hagamos un nombre, es decir, un objeto de culto, por si seremos diseminados hacia fuera, es decir, a otros grados y a diferentes rincones del mundo. “Y el Eterno bajó para ver la ciudad y la torre” Es esta una de las diez ocasiones en que la Schejiná descendió a la tierra. “Para ver” significa aquí: “Para considerar métodos de castigo”, como en el versículo: “Que el Eterno vea y juzgue” (Bereishis, Génesis 16:5). No está escrito: “Para ver la gente”, sino “para ver la ciudad y la torre”. ¿Por qué dice así? Porque cuando el Santo, Bendito Sea, sale para ejecutar juicio, primero examina los rangos superiores y luego los rangos más bajos, y como esa acción de la humanidad también afectó a las regiones superiores, la primera consideración se dirigió a los de lo alto. Esto está implicado en las palabras: “Para ver la ciudad y la torre que los hijos del hombre, de Adán, construyeron”. Aquí la humanidad se llama “hijos de Adán”, porque fue Adán, el primer hombre, quien se rebeló contra su Amo y trajo muerte al mundo. R. Simeón comenzó su discurso con el versículo: “Así dijo el Eterno: La puerta del patio interior que mira hacia el Este será clausurada en los seis días de trabajo; pero en Sábado será abierta y en el día de Novilunio será abierta” (Yejezkel, Ezequiel 46:1). Dijo: Si se examina atentamente este versículo, se comprueba que contiene una referencia a lo que nos es familiar. La razón por la cual la puerta ha de estar clausurada en los seis días de trabajo es que el profano no pueda usar de lo sagrado; “pero en Sábado será abierta y será abierta también en día de Novilunio”, dado que en este caso lo sagrado usa de lo sagrado, y así la Luna viene a formar una conjunción con el Sol. La razón por la que esa puerta no se abre en los seis días de trabajo es que de estos días este mundo inferior extrae sostén, y tienen control de todo el mundo con excepción del País de Israel: este país no puede ser tocado por ellos a causa de que la puerta está cerrada. Pero en día Sábado y en día de Luna Nueva son apartados del control porque la puerta está abierta y el mundo se halla en festividad y deriva de allí su sostén y no hay abajo ningún otro poder. Pero no penséis que los seis días tienen el dominio único, aun cuando están en control, porque se nos dice que la puerta “ira hacia el oriente”, es decir, al Eterno; pues el Eterno, aun antes de que ellos asumieron control, tenía el mundo bajo Su observación, pero la puerta no ha de ser abierta, para que el mundo no reciba sostén de la fuente sagrada salvo en Sábado y Novilunio. En realidad, todos los días está ligados al día sábado, del cual extraen su sostén y en el cual todas las puertas están abiertas, y se concede descanso a todos en lo alto y abajo. De manera similar aquí, el Eterno bajó para ver, es decir, El descendió de lo sagrado a lo profano, con el fin de revisar lo que habían construido y qué pasos habían dado para establecer un culto idolátrico. R. Yitzjak estaba una vez estudiando con R. Simeón y le planteó la siguiente pregunta: ¿Cómo pudo esa gente haber sido tan necia como para levantar una rebelión contra el Santo, Bendito Sea, y lo que es más, con tal unanimidad” R. Simeón contestó:  Esto ya se explicó y la respuesta la indican las palabras: “Y aconteció cuando ellos viajaban mikedem”, del Eterno, lo que significa que continuaron bajando desde arriba hacia abajo, desde el País de Israel a Babel. Dijeron que ese era justamente el lugar adecuado al cual ligarse, pues allí se podría resistir con éxito al castigo divino. Allí, también, el mundo entero obtendría alimento en abundancia, pues del reino superior el sostén sólo podría procurarse con dificultad. Y más aún, dijeron ascenderemos al cielo y le haremos guerra para evitar que traiga, como antes, un diluvio sobre el mundo. “Y el Eterno dijo: He aquí que ellos son un pueblo, y todos tienen lengua”, es decir, estando unidos pueden efectivamente tener éxito en su empresa. Por eso, que sean dispersados todos los grados, cada uno en su propia dirección, y de esta

manera la humanidad abajo también se dispersará. De ahí que esté escrito: “Y el Eterno los diseminó desde entonces”. ¿Por qué confundió su lengua? Porque todos hablaban la lengua santa, y esto era para ellos una ayuda. Pues en la exteriorización de la plegaria, son las palabras hebreas las que expresan plenamente el propósito del corazón, y así ayudan al logro del fin deseado. De ahí que fue confundida su lengua para que no pudieran expresar sus deseos en la lengua sagrada. Como los ángeles en lo alto sólo entienden la lengua sagrada y ninguna otra, tan pronto como fue confundido el lenguaje de los rebeldes, ellos perdieron la fuente de su poder. Pues lo que los hombres expresan abajo en la lengua sagrada, lo entienden y escuchan todos los ejércitos del cielo, pero ellos no entienden ninguna otra lengua. De ahí que tan pronto como la lengua de los constructores fue confundida, ellos dejaron de construir la ciudad, pues su fuerza estaba quebrada y no eran capaces de alcanzar su propósito. Leemos: “Bendito sea el nombre del Eterno desde lo eterno hasta lo eterno, pues la sabiduría y el poder son suyos” (Daniel 2:20). Verdaderamente Suyos: Pues toda vez que el Santo, Bendito Sea, autorizó a los misterios profundos de la sabiduría a ser traídos abajo, al mundo, la humanidad fue corrompida por ellos e intentó declarar la guerra al Eterno. El dio sabiduría superior a Adán, pero Adán utilizó la sabiduría descubierta para él para familiarizarse también con los grados inferiores, hasta que al fin se ligó a la tentación del mal, y las fuentes de la sabiduría se cerraron para él. Después de que se arrepintió ante su amo, partes de esa sabiduría se le revelaron de nuevo, en ese mismo libro, pero por ese mismo conocimiento la gente vino más tarde a

provocar al Eterno. El dio sabiduría a Noé, el cual, efectivamente, adoró mediante ella al Santo, Bendito Sea, pero más tarde “él bebió del vino y estuvo ebrio y desnudo”, como ya se explicó. El dio sabiduría a Abraham, el cual por medio de ella sirvió al Santo, Bendito Sea, pero entonces dio nacimiento a Ismael, el cual provocó al Santo, Bendito Sea. Lo mismo ocurrió con Yitzjak, del cual nació Esaú. En cuanto a Yaakov, él casó con dos hermanas. El dio sabiduría a Moishé, del cual está escrito: “El es creído en toda mi Casa” (Bamidbar, Números 12:7). No hubo ninguno como Moishé, un servidor fiel, que conocía todos los grandes, pero cuyo corazón no fue seducido por ninguno de ellos, de fe firme en lo más alto. El dio sabiduría profunda a Salomón, que lo llamaba “I-thi-e-l, I-thi-e-l veukkal(Mishlei, Proverbios 30:1). que es como decir: “el Eterno está conmigo, y cómo la sabiduría es Suya, veukka-l, soy capaz de hacer mi propia voluntad”. Pero después: “El Eterno levantó un adversario para Salomón” (Melajim 1,  1° Reyes 11:14). Vemos así que esa gente, en virtud de los fragmentos que retenía de la sabiduría de los antiguos, provocó al Santo, Bendito Sea, construyó una torre e hizo varias clases de malas acciones hasta que fue dispersada sobre la superficie de la tierra, y no se le dejó sabiduría para ningún propósito. Pero en el futuro el Santo, Bendito Sea, hará que la sabiduría se disemine por el mundo y los pueblos lo adorarán a El, como está escrito: “Y pondré mi espíritu en vosotros” (Yejezkel, Ezequiel 36:27). A diferencia  de las generaciones anteriores, que la usaron para ruina del mundo-, “Yo haré que caminéis en mis estatutos y mantengáis mis ordenanzas y las cumpláis” (Yejezkel,  Ezequiel 36:27). Cuando una vez R. Yose y R. Jiyá caminaban juntos, R. Yose dijo: Comencemos algún discurso sobre la Torá y desarrollemos alguna idea nueva. Entonces R. Yose empezó con el versículo: “Pues el Eterno tu El Eterno caminaba en medio de tu campamento, para liberarte y para suprimir a tus enemigos delante de ti; por eso tu campamento será santo, pues El no ve cosa indecente en ti, ni desvío alguno” (Devarím, Deuteronómio 23:15). Dijo: El término “camino” es aquí el mismo que en el pasaje: “Caminando en el jardín al fresco del día,” (Bereishis, Génesis 3:8), en conexión con el hecho de que Adán comiera del árbol prohibido. Ese término es para el femenino, y el término masculino es diferente. Es este el mismo poder que iba al frente de Israel cuando Israel iba por el desierto, como está escrito: “Y el Eterno camina ante ellos de día” (Shemót, Éxodo 13:21). Es el mismo poder que va al frente de un hombre cuando él está de viaje, como está escrito: “La justicia marchará delante de él y con sus pasos hará su camino” (Tehilím, Salmos 85:14). Camina al frente de un hombre cuando él es virtuoso, para “librarte y suprimir tus enemigos delante de ti”, es decir, para rescatar a un hombre cuando viaja del poder del “otro”. De ahí que cuadra a todo hombre cuidarse del pecado y purificarse. ¿Cómo purificarse? De la manera indicada en las palabras: “Por eso tu campamento será santo”. La palabra que significa santo está aquí en singular, lo cual muestra que la palabra “campamento” la podemos entender como significando los miembros que componen el cuerpo; estos son “tu campamento” que ha de ser “santo”. Con el término “cosa indecente” se indica la indecencia que es más oel Eternoa para el Santo, Bendito Sea. Luego, el término que significa cosa, literalmente palabra, alude a la palabra obscena por la cual los pecadores se manchan y empuercan. ¿Por qué todo esto? Porque: “El caminaba delante de ti”. Si tú eres remiso respecto de esto, El inmediatamente “Se apartará de ti”. Y bien, como estamos caminando delante de El en el camino, ocupémonos con palabras de la Torá. Porque cuando la Torá forma una corona sobre la cabeza de un hombre, la Schejiná no lo abandona. R. Jiyá discurrió entonces de la manera siguiente: Está escrito: “Y el Eterno dijo: He ahí que ellos son un pueblo, y todos tienen una lengua”. Luego leemos: “Y aconteció cuando viajaba mikedem”. El término mikedem significa: “Desde el Anciano del mundo”. “Y ellos encontraron eso”. Hubiéramos esperado “vieron”; pero la palabra “encontraron” se emplea para indicar que encontraron restos de la sabiduría secreta que había sido dejada allí por la generación del Diluvio, y con eso intentaron provocar al Santo, Bendito Sea. Así como dijeron, así hicieron. Observa lo que está escrito: “He aquí que ellos son un pueblo y todos tienen una lengua”. Siendo de un solo espíritu, de una voluntad y hablando una lengua, “nada de lo que se propongan hacer les será impedido”. Pero, dijo el Eterno: “Yo sé qué hacer; Yo confundiré para ellos los grados en lo alto y su lengua abajo, y así parará su obra” Y bien, viendo que, a causa de que todos eran de un mismo espíritu y una voluntad y hablaban la lengua santa, está escrito de ellos: “Nada de lo que se propongan a hacer les será impedido”, y el juicio supremo fue impotente frente a ellos, ¿cuánto más se aplica esto a nosotros o a cualquier otro grupo que se ocupa con el estudio de la Torá? R. Yose dijo: De aquí aprendemos que la gente querellosa pronto llega a la pesadumbre. Pues vemos aquí que mientras los pueblos del mundo vivieron en armonía, siendo de un solo espíritu y una voluntad, aunque se rebelaron contra el Santo, Bendito Sea, el juicio supremo no podía tocarlos. Pero tan pronto como se dividieron: “el Eterno los dispersó”. Del mundo por venir está, sin embargo, escrito: “Pues entonces Yo devolveré a los pueblos una lengua pura para que todos puedan invocar el nombre del Eterno, para servirlo con un solo acuerdo” (Tzefanyah, Sofonías 3:9).  y también: “Y el Eterno será Rey sobre toda la tierra; en ese día el Eterno será Rey sobre toda la tierra; en ese día el Eterno será uno, y su nombre Uno” (Zajariyahu, Zacarías 15:9).

 

Bendito sea el Eterno por siempre.

¡Amén y Amén!

 

 



REGRESAR                                                        adelante
Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis