CENTRO CABALISTA
ENERGÍA CÓSMICA TECNO/MENTE

ZOHAR Lej leja



LEJ LEJO  
 

 

R. Abba empezó esta sección con un discurso sobre el texto: “Oídme a Mí, obstinados de corazón,  que estáis lejos de la justicia” (Yeshayahu, Isaías 46:12). Dijo: Cuán obstinado es el corazón de pecadores que ven las sendas y los caminos de la Torá y no les prestan atención, sino que endurecen sus corazones y no retornan en arrepentimiento a su Amo, por lo cual son llamados “obstinados de corazón”. También “lejos de la justicia”, porque se mantienen lejos del Eterno; se rehusan a acercarse al Eterno y por eso están lejos de la justicia. Y porque están lejos de la justicia, están lejos de la paz, como está escrito: “No hay paz, dice el Eterno, para los inicuos” (Yeshayahu, Isaías 48:22). La razón de ello es que están lejos de la justicia. Ved ahora, Abraham procuró acercarse al Eterno, y lo logró. Así, está escrito: “Amas la justicia y aborreces la maldad” (Tehilím, Salmos 45:8), y además está escrito: “Abraham, mi amigo” (Yeshayahu, Isaías 41:8). Se dice de Abraham al Eterno en el que él superaba a todos sus contemporáneos, que eran obstinados de corazón y lejos de la justicia, como se ha dicho. R. Yose comenzó con el texto: “Cuán amables son Tus moradas, oh Soberano de los Ejércitos” (Tehilìm, Salmos 84:2). Dijo: Corresponde a los hombres considerar bien la importancia del servicio del Santo, Bendito Sea. Pues, la masa de la humanidad no conoce ni reflexiona sobre qué es lo que sostiene en existencia al mundo o a ellos mismos. Cuando creó el mundo, hizo los cielos de fuego y agua, mezclados juntos, pero no comprimidos, y luego un espíritu divino los ha hecho compactos y firmes. De ahí que el Eterno estableció el mundo de modo que descansara sobre pilares, los cuales, a su vez, sólo son sostenidos por ese espíritu. Cuando ese espíritu parte, todos ellos se sacuden y se estremecen y el mundo tiembla, como está escrito: “Que remueve la tierra de su lugar, de manera que sus pilares se estremecen” (Yov, Job 9:6). El conjunto se basa sobre la Torá. Así, cuando los hijos de Israel se consagran a la Torá, el mundo está firmemente establecido y ellos están seguros y los pilares están firmemente fijados en sus lugares. Ved ahora, en el momento en que llega la medianoche y el Santo, Bendito Sea, entra en el Jardín de Edén para entretenerse con los justos, todos los árboles en el Jardín cantan alabanzas ante El, como está escrito: “Entonces cantan los árboles de la selva por alegría ante el Eterno” (Divre hayamim 1, 1º Crónicas 16, 33). Un heraldo proclama vigorosamente: “A vosotros hablamos, santos exaltados; ¿entre vosotros quién hay cuyos oídos estén prontos para oír y cuyos ojos estén abiertos para ver y cuyo corazón esté alerta para percibir cuando el espíritu de todos los espíritus mana el dulce efluvio del alma interior y una voz sale de ahí diciendo: Dispersaos, ejércitos, a los cuatro rincones del mundo?” Entonces: Uno asciende y se dirige a un lado. Uno desciende a ese lado. Uno se introduce entre los dos. Dos se coronan con un tercero. Tres entran en uno. Uno produce varios colores. Seis de ellos descienden a un lado y seis de ellos al otro. Seis entran en doce. Doce producen veintidós. Seis están comprendidos en diez. Diez están fijados en uno. Pobres de aquellos que duermen con ojos estrechamente cerrados y no conocen o no quieren conocer lo que les ocurrirá en el Día del Juicio cuando se les pedirá cuenta de sus actos; cuando el cuerpo está manchado, y el alma planea sobre la faz del éter transparente, ya hacia arriba y ya hacia abajo, y si las puertas celestiales no están abiertas es sacudida como una piedra de la honda. ¡Pobres de ellos! ¿Quién intercederá por ellos? Pues no serán admitidos para este gozo; entre las deliciosas habitaciones de los justos faltarán sus lugares, serán librados a las manos del Ángel Duma, descenderán y no ascenderán. Sobre ellos está escrito: “Como la nube desaparece y pasa, así el que desciende al sepulcro no subirá” (Yov, Job 7:9). En ese momento una llama brota del lado del Septentrión y se expande por las cuatro direcciones del mundo, y baja y penetra entre las alas del gallo, que con esto es despertado y comienza a cantar. Pero ninguno es agitado, salvo los piadosos que se levantan y permanecen despiertos y estudian la Torá; y entonces el Santo, Bendito Sea, y todos los justos en el Jardín de Edén escuchan sus voces, como está escrito: “¡Oh, tú, que habitas en los huertos, los compañeros escuchan tu voz; házmela oír a mí!” (Shir hashirìm, Cantar de Cantares 8:13). “Y el Eterno dijo a Abraham.” Exactamente antes de esto está escrito: “Y Harán murió en presencia de Terah su Padre” (Bereishís, Génesis 11:28).  La relación aquí es la siguiente. Hasta entonces nadie nunca había muerto cuando aún vivía su padre. Pero Harán fue matado cuando Abram fue arrojado en la hornalla. Entonces se dice: “Y Terah tomó a Abram su hijo y a Lot el hijo de Harán,... y Sarai, su bella hija, mujer de Abraham, y salieron con ellos de Ur de los Caldeos”. Esperaríamos que dijera “y fueron con él”, refiriéndose a Terah; ¿por qué, entonces, dice “con ellos”? La razón es que Terah y Lot fueron con Abram y Sara, que guiaron el camino saliendo de ese distrito pecaminoso; pues cuando Terah vio que Abram fue salvado del fuego, comenzó a ser guiado por Abraham y por eso leemos: “Y fueron con ellos”, es decir, Terah y Lot con Abram y Sara. Y fue también que era al “país de Canaán” adonde ellos quisieron ir. Luego aprendemos del texto que quienquiera que hace un esfuerzo para purificarse recibe ayuda desde arriba. Pues está escrito: “Para ir al país de Canaán” y seguidamente leemos: “Y el Eterno dijo a Abram, sal de tu país”; este mensaje no le fue trasmitido hasta que él mismo dio el primer paso. Pues el mundo superior no se mueve a actuar hasta que le es dado un impulso desde el mundo más bajo. La razón de este fenómeno es que la luz negra no es unida con la luz blanca hasta que comience primero a elevarse pero, cuando así lo hace, la luz blanca aparece encima de ella. Por eso está escrito: “Oh, Elohim, no te calles. Oh, Eterno, no retengas más los efectos de tu poda” (Tehilìm, Salmos 83:2) , para que la luz blanca nunca sea apartada del mundo. Así, se dice también: “No callarán nunca ni de día ni de noche. Todos los que os acordáis del Eterno, no os calléis, no guardéis silencio ante El, hasta que afirma a Jerusalem” (Yeshayahu, Isaías 62:6), a fin de dar el impulso desde abajo para que descienda la acción desde el mundo superior. De manera similar, el espíritu profético descansa sobre el hombre sólo cuando él mismo se ha empeñado antes por recibirlo. Así, también, aquí sólo cuando Abraham y su familia hubieron dejado Ur de los Caldeos, el Eterno le dijo: “Continúa tú”. Aquí –dice R. Eleazar- se quiere expresar: “Por tu propia ventaja, para prepararte, para mejorar tu situación”; esto significa: No es adecuado para ti permanecer aquí, entre estos pecadores. La verdad real del asunto es que el Eterno inspiró a Abram con un espíritu de sabiduría de modo que fuese capaz de descubrir mediante ciertas pruebas los caracteres de todos los países habitados del mundo. Los examinaba y los pesaba en la balanza, y descubría los poderes celestiales a que cada uno se confiaba. Cuando llegó al punto central del mundo habitado, trató de pesarlo pero no obtuvo respuesta. Trató de encontrar el poder a que estaba confiado, pero no pudo captarlo, aunque pesó una y otra vez. Notó que desde este punto fue establecido todo el mundo, y una vez más probó y pesó y encontró que el poder superior a cargo del cual estaba, era uno que no podía ser captado, que era recóndito y oculto, y no como los poderes encargados de los puntos que le eran exteriores en el mundo habitado. Reflexionó una vez más, y llegó a la conclusión de que así como el conjunto del mundo fue establecido en todas las direcciones desde ese punto en el centro; así el poder a cargo de él era uno del cual salieron todos los poderes a cargo de las otras direcciones en el mundo y al que todos estaban ligados; de ahí que: “Salieron con ellos de Ur de los Caldeos para ir al país de Canaán”. Entonces, reflexionó una vez más y pesó en la balanza y probó encontrar la verdad real acerca del lugar, pero no pudo llegar a su raíz. Se sintió desconcertado por la oscuridad que lo rodeaba, y por eso: “Vinieron a Harán y moraron allí”. La razón, como hemos visto, es que Abraham fue capaz de probar todos los poderes superiores que gobiernan el mundo en todas las direcciones de la sección habitada, y efectivamente los probó y verificó cuál de los poderes guías de entre las estrellas y las constelaciones tenía imperio sobre cuál, y pesó exitosamente todas las partes habitadas del globo. Pero, cuando llegó a este lugar se encontró con una oscuridad desconcertante que no podía penetrar. Sin embargo, cuando el Eterno percibió sus esfuerzos y su deseo, directamente El se le reveló y dijo: Sal, para conocerte a ti mismo y para prepararte; de tu país: De ese lado del mundo habitado al que estuviste ligado hasta ahora, y de tu parentela: De esa sabiduría con la que has logrado tu horóscopo, señalando la hora y el segundo de tu nacimiento y la estrella que entonces estaba en el ascendente; y de la casa de tu padre, para que no prestes atención a la casa de tu padre, aunque pudieron esperar en mérito de la casa de tu padre alguna prosperidad en este mundo; por eso, sal por ti de esta sabiduría y de esta consideración. Que esta explicación es justa puede probarse así. Abandonaron Ur de los Caldeos y estuvieron en Harán. ¿Por qué, entonces, diría el Eterno a Abram: “Sal por ti de tu país y de tu parentela”? Por eso debe ser como hemos explicado. Al país que Yo te mostraré: Es decir, te mostraré lo que tú no eras capaz de descubrir, el poder tan recóndito y oscuro de ese país. “Y yo te haré una gran nación...” “Yo te haré”, en compensación por “de tu país”; “y Yo haré grande tu nombre”, en compensación por “y de tu parentela”; Y sé una bendición, en compensación por “y de la casa de tu padre”. R. Simeón dijo: “Yo te haré una gran nación”; del lado de la Derecha; “y Yo haré grande tu nombre”, del reino del Centro; “y seas una bendición”, del lado de la tierra de Israel. Aquí tenemos una referencia al trono que descansa sobre cuatro pilares, a los cuales todos contenía Abraham. Desde este punto se transmiten bendiciones a otros también, que son sostenidos desde aquí, como está escrito: Yo bendeciré a los que bendicen y maldeciré a los que te maldicen, y todas las familias de la tierra serán bendecidas en ti. R. Eleazar estaba sentado un día ante su padre, R. Simeón, y con él se hallaban R. Judá y R. Yitzjak y R. Jizquiá. Dijo R. Eleazar a R. Simeón: Con referencia al versículo: “Sal de tu país y de tu parentela”, si todos ellos salieron, ¿por qué no le fue dicho a Abram que ellos habían de ir? Pues, aunque Terah fue un idólatra, tuvo el buen impulso de ir con Abram y si, como sabemos, el Eterno se deleita con el arrepentimiento de los pecadores, y Terah efectivamente comenzó el viaje, ¿por qué no está escrito “salid”? ¿Por qué fue dicho a Abraham solamente “sal”? R. Simeón respondió: Si piensas que Terah abandonó Ur de los Caldeos para arrepentirse de su vida pasada, estás en error. La verdad es que huía de su vida, porque coterráneos querían matarlo. Pues, cuando vieron que Abram fue liberado de la hornalla encendida dijeron a Terah: “Eres tú quien nos has descarriado con tus ídolos”, y fue por miedo a ellos que Terah se marchó. Cuando llegó a Harán, no prosiguió,  como está escrito: “Y Abram fue como el Eterno le había dicho, y Lot fue con él”, pero a Terah no se le menciona. En relación con esto, R. Simeón expuso el texto: “Y de los malvados su luz es retirada y el brazo levantado queda quebrado” (Yov, Job 38:15). Las palabras: “Y de los malvados su luz es retirada”, dijo, pueden referirse a Nimrod y sus contemporáneos, de quienes Abram, que era la luz de ellos, partió. O podemos referirlas a Terah y su familia, cuya luz era Abram. No dice “luz” sino “la luz de ellos”, esto es, la luz que estaba con ellos. “El brazo levantado queda quebrado” se refiere a Nimrod, que descarrió a toda la humanidad. Por eso está escrito lej lejá (“anda tú”) para darte luz a ti y a todos los que te seguirán en adelante. R. Simeón discurrió luego sobre el texto: “He aquí que no ven la luz; resplandece en los cielos y pasa un viento y los limpia” (Yov, Job 37:21). “No ven la luz”, es decir, la familia de Abram no vio la luz cuando el Eterno dijo a Abram “Sal de tu país y de tu parentela y de la casa de tu padre”. “Resplandece en los cielos” significa que el Eterno quiso hacer a Abram llegar esa luz superior y brillar allí. “Y pasa un viento y los limpia”, porque subsiguientemente Terah y toda su familia se arrepintieron, como está dicho y las almas que habían salvado en Harán, con referencia a la familia de Terah, y, luego, “y vendrás a tus padres en Paz” (Bereishís, Génesis 15:15). que pone de manifiesto que Terah se unió a Abram. “Así, Abram fue como el Eterno le había hablado...” R. Eleazar dijo: No está escrito “y Abram salió”, sino, simplemente, “Abram fue”; el primer paso fue “saliendo”, como está escrito: “Y ellos salieron de Ur de los Caldeos” (Bereishís, Génesis 11:31). pero el segundo paso fue “yendo”, correspondiente a la orden del Eterno “anda” (lej) (Bereishís, Génesis 11:31), Como el Eterno le había hablado, es decir, porque había recibido todas esas promesas. Y Lot fue con él, es decir, se unió a él para aprender sus caminos, y a pesar de ello, no los aprendió bastante bien. R. Eleazar dijo: Felices son los justos que aprenden los caminos del Santo, Bendito Sea, para marchar por ellos y andar en temor el Día del Juicio cuando el hombre será llamado para dar cuenta ante el Eterno. Para ilustrar esto, R. Eleazar expuso el texto: “Con su mano cada hombre estampa, para que todos los hombres puedan conocer sus obras” (Yov, Job, 37:7). Dijo: En el día cuando le llega al hombre el tiempo de partir del mundo, cuando el cuerpo está quebrado y el alma busca dejarlo, en ese día tiene el hombre el privilegio de ver cosas que no le fue permitido ver antes, cuando el cuerpo estaba en pleno vigor. Tres mensajeros están junto a él y hacen una cuenta de su vida y de todo lo que hizo en este mundo, y él admite todo con su boca y firma la cuenta con su mano, como está escrito: “Cada hombre estampa con su mano”: la cuenta toda es firmada de su mano de modo que pueda ser juzgado en el mundo por venir por todas sus acciones, de antes y de después, viejas y nuevas, y ninguna de ellas es olvidada, como está escrito: Que cada hombre “conozca sus obras”; y antes de dejar este mundo da cuenta con su cuerpo y su espíritu de todos los actos que realizó con su cuerpo y su espíritu. Pues, así como los pecadores son obstinados en este mundo, así son obstinados en el momento de partir del mundo. Por eso es feliz el hombre que aprende en este mundo los caminos del Eterno para

andar por ellos. Pero, los pecadores, aunque observen a los justos, son demasiado obstinados para  prender de ellos. Por eso cuadra que los justos los insten y aunque el pecador sea obstinado, no se canse de sostenerlo, pues si lo deja puede partir y destruir el mundo. Esto lo vemos del caso de Guehazi, cuando fue expulsado por Eliseo. Así también ocurrió con Lot: Mientras Abram estuvo con él, no se asoció con los malvados, pero, ¿qué vemos tan pronto como lo dejó? “Así, también, Lot prefirió toda la llanura del Jordán”; y luego: “Y mudó su tienda lejos hasta Sodoma”, cuyos habitantes “eran en extremo inicuos y pecadores contra el Eterno”. R. Abba dijo a R. Eleazar: Respecto de tu observación de que el texto dice: “Abram fue” y no “salió”, ¿qué haces con el final del versículo que dice: “Cuando él salió de Harán”? R. Eleazar dijo, a su vez: Las palabras “de Harán” son importantes; la travesía fue en primera instancia un “salir” del país de su parentela. “Y Abraham tomó a Sarai su mujer”. La palabra “tomó” significa que alegó ante ella y la persuadió. No le está permitido a un hombre “tomar” consigo a su mujer a otro país sin el consentimiento de ella. La palabra “tomar” se emplea con un sentido similar en los textos: “Toma a Aarón” (Bamidbar, Números 20:25). y “Toma los Levitas” (Bamidbar, Números 3:45). Así, Abram habló persuasivamente a Sarai, señalándole cuán malvados eran los caminos de su contemporáneos. Luego, Abram tomó a Lot hijo de su hermano. La razón de Abram para tomar consigo a Lot fue que previó a través del Espíritu Santo que David estaba destinado a salir de él. “Y las almas que ellos han adquirido en Harán”; éstas fueron los prosélitos masculinos y femeninos cuyas almas habían salvado. Abram convirtió los hombres y Sarai las mujeres, y por eso se habla de ellos como si los hubieran hecho. R. Abba le dijo: Entonces, han de haber sido una gran multitud si dices que todos fueron con él. Dijo R. Eleazar: Así es; y por eso todo el grupo fue llamado “el pueblo del el Eterno de Abram”, y recorrió el país sin temor, como está escrito: “Y Abram pasó a través del país”. R. Abba le dijo: Yo interpreto de manera diferente, es decir, que aquí la partícula et significa el aumento de su mérito por el de las almas que fueron con él, pues quien pone a otro en la senda de la justicia siempre cosecha beneficio de su mérito también. Así fue que el mérito de esas almas que fueron “hechas” en Harán acompañó a Abram. “Sal tú”. R. Simeón dijo: ¿Cuál es la razón de que la primera comunión que el Eterno tuvo con Abraham haya comenzado con las palabras: “Sal tú” (lej lejá)? Es que el valor numérico de las palabras lej lejá es cien, y por eso contienen para él una alusión a que tendría un hijo a la edad de cien años. Ahora ves que todo lo que el Eterno hace sobre la tierra tiene algún propósito intrínseco y recóndito. Abram no se dirigía al Eterno tan estrechamente como habría debido hacerlo y por eso el Eterno le dijo: “Sal tú”. Abram no podría alcanzar este grado hasta que hubiese entrado en la tierra prometida; y estuvo destinado a lograrlo aquí. Algo similar ocurrió con David, del cual está escrito: “Y David inquirió del Eterno, diciendo: ¿Subiré a alguna de las ciudades de Judá? Y el Eterno le respondió: Sube. Y David dijo: ¿Adónde subiré? Y El dijo: A Hebrón” (Shmuel 2, 2º Samuel 2:1). Si Saúl estaba muerto y el reinado correspondía por derecho a David, ¿por qué no fue inmediatamente declarado rey de todo Israel? También aquí hubo un propósito interno: David no estaba calificado para llegar a ser rey hasta que se hubiera ligado a los Patriarcas que se hallaban sepultados en Hebrón, y por eso permaneció allí siete años para capacitarse completamente para el reinado. Por tanto, todo fue hecho con un propósito interno y a fin de que no hubiera defecto en su reinado. De manera similar, Abram no ingresó en la alianza de el Eterno hasta que hubiera entrado en el país. Has de observar que el texto dice: “Y Abram pasó a través del país”, donde hubiéramos esperado que dijese “marchó a través”. Aquí tenemos una alusión al sagrado nombre de setenta y dos letras con el cual está sellado el mundo, todas las cuales están en este nombre. Aquí leemos: “Y el pasó” y en otro lugar encontramos: “Y el Eterno pasó ante él y proclamo”(Shemót, Éxodo 34:6). En el libro del venerable R. Yesa encontramos: Está escrito aquí: “Y Abram pasó a través del país”, y en otro dice: “Haré pasar toda mi bondad delante de tuyo” (Shemót, Éxodo 33:19), y esto se refiere a la santidad del país que emana de una fuente celestial. “Al lugar de Siquem, al roble de Moret”, es decir, de una esfera a la otra, como corresponde. “Y el cananeo estaba entonces en el país”. Esto confirma lo que se dijo antes, que hasta ese tiempo la serpiente malvada que fue maldita y trajo maldiciones al mundo, tenía descarriado el país, como está escrito: “Maldito es Canaán, siervo de siervos será de sus hermanos”(Bereishís, Génesis 9:25). Fue en ese país que Abram se acercó al Eterno. Pues aquí está escrito: Y el Eterno apareció a Abram; aquí le fue revelado lo que no pude descubrir antes, la fuerza oculta que gobernaba sobre la tierra santa, y, así: Construyó un altar al Eterno que se le apareció. Las palabras “que se le apareció”, que parecen superfluas, indican que aquí se reveló el grado que gobierna sobre el país, y que él entró en ese grado y fue confirmado en el mismo. “Y él se alejó de allí a la montaña”. La palabra ha-harah -(“a la montaña”)- puede traducirse “a la montaña de Hé”, que implica que ahora él lo conoció y con todos los grados aquí establecidos. “Y estableció su tienda”: Nuevamente aquí la letra Hé en la palabra aholoh –(“su tienda”)- indica que se purificó y conoció el reinado del cielo en todos los grados ligados a él. Adquirió la certeza de que el Eterno gobierna sobre todo, y así, construyó un altar. En realidad, había dos altares, porque aquí se le reveló que el Eterno es gobernante sobre todo, y conoció la sabiduría superior, que no conocía antes. Por eso construyó dos altares, uno para el grado de la deidad que ya conocía, y uno para el grado que aún le estaba oculto. Esto se puede ver del texto. Primero dice: “Y construyó aquí un altar al Eterno”, lo que se refiere a la sabiduría superior. De esta manera, Abram siguió de grado en grado hasta que alcanzó su propio grado justo, como está escrito: “Y Abram viajó, yendo aún hacia el sur”, siendo el sur, que es propio de la sabiduría, la porción asignada a Abram, y aquí se asentó finalmente. “Y hubo hambre en el país”. Porque hasta ahora el poder a cargo del país no había dotado al suelo con fuerza para producir alimento, y el país no había aún alcanzado su desarrollo completo. Así, veía que el poder a cargo del país no lo estaba dotando con su justa fuerza y energía. “Y Abram bajó a Egipto para permanecer allí”. ¿Cómo sabía Abram que el país era aún defectuoso?

Porque le fue dicho: A tu simiente daré este país. De esto supo Abram que el país sólo sería investido con su apropiada santidad a través de los grados de santidad que pondría de manifiesto su descendencia. “Y Abram bajó a Egipto para permanecer allí”. ¿Por qué a Egipto? Porque es comparado al Jardín del Eterno, como está escrito: “Como el Jardín del Eterno, como el país de Egipto”. Porque allí una cierta corriente del Jardín que está a la derecha desciende y fluye, como está escrito: “El nombre de uno era Pishon, que circunda todo el país de Havilá, donde hay oro” (Bereishís, Génesis 2:11). Cuando Abram conoció al Eterno y se volvió perfecto en fe, procuró conocer, él mismo, todos los grados de sabiduría ligados al mundo inferior y como Egipto derivaba de la derecha, bajó a Egipto. “Y aconteció que cuando se acercó a entrar a Egipto”. La palabra hebrea pava – (“se acercó”)- significa literalmente “trajo cerca”; que es como decir que se trajo a sí mismo adecuadamente cerca de el Eterno. “A entrar en Egipto”. Es decir, a examinar esos otros grados mundanales como para conocer de qué manera evitarlos y eludir los caminos de los egipcios.

R. Judá dijo: Considerad esto: Abram bajó al Egipto sin obtener previamente el consentimiento del Eterno, ya que en ninguna parte está escrito que el Eterno dijo a Abram que bajara a Egipto. Por eso, sus descendientes fueron esclavizados a los egipcios durante cuatrocientos años. Toda esa noche se sintió ansioso respecto de Sarai, y dijo a Sarai, su esposa: “He aquí que ahora sé que eres una mujer hermosa para mirar”. ¿No lo sabía antes? Esto confirma lo que hemos aprendido, que hasta entonces Abram nunca había mirado de cerca los rasgos de Sarai debido a la excesiva modestia que regía su relación, pero cuando se aproximaron a Egipto se descubrieron y él vio cuán hermosa era ella. Según otra explicación, él lo advirtió por el hecho de que contra la experiencia habitual, ella, después de la fatiga del viaje, se veía tan hermosa como siempre. Otra explicación es que Abram lo dijo porque vio con ella la Schejiná, la Presencia Divina. Fue por eso que Abram se atrevió a decir, a continuación: “Ella es mi hermana”, con dos sentidos: Uno literal, el otro figurado, como en las palabras: “Di a la Sabiduría, tú eres mi hermana” (Mishlei, Proverbios 7:4). “Di ahora que eres mi hermana”. R. Yesa dijo: Abram sabía que todos los egipcios eran lujuriosos. Por eso puede parecer sorprendente que no tuviera aprensión por su mujer y no haya regresado, sin entrar en el país. Pero la verdad es que vio en ella la Schejiná y por eso tuvo confianza. “Que puede ser bien para mí en consideración a ti” son palabras que dirigió a la Schejiná, como diciendo: “Que el Eterno sea conmigo solícito en consideración a ti”. Y que mi alma pueda vivir a merced de ti, pues merced a la Schejiná el hombre asciende y adquiere el privilegio de entrar por la senda de la vida. “Y aconteció que cuando Abram vino a Egipto, los egipcios contemplaron la mujer que era muy hermosa”. R. Judá dijo: La trajo en una caja, y la abrieron para gravoso impuesto de aduana. Cuando la hubieron abierto, brilló una luz como la del Sol, como se dice: “Que era muy hermosa”. La palabra “muy” indica que ellos vieron en la caja otra figura; pues cuando la sacaron, vieron en la caja una figura como antes. De ahí que la Escritura repite: “y los príncipes del Faraón la vieron, y de ahí la alabaron ante el Faraón”. R. Yitzjak dijo: Desdichados los pecadores del mundo que no conocen ni observan la obra del Santo, Bendito Sea, ni se hacen la reflexión de que todo lo que ocurre en el mundo es del Eterno, el cual desde el comienzo conoce lo que será en el fin, como está escrito: “Declarando el fin desde el comienzo” (Yeshayahu, Isaías 46:10).  El mira hacia delante e instaura ahora un orden para los desarrollos en el futuro distante. Así, si Sarai no hubiera sido llevada al Faraón, él no habría sido atormentado, y fue su castigo lo que causó el subsiguiente castigo de los egipcios. La palabra “grande” se aplica aquí a las plagas infligidas al Faraón y también a las “señales y maravillas que el Eterno mostró sobre Egipto” (Devarím, Deuteronomio 46:10). para indicar que aquí hubo diez plagas, y que así como el Eterno realizó maravillas para Israel de noche, así El realizó maravillas para Sarai de noche. R. Yose comentó el texto: “Tú, oh Eterno, eres un escudo para mí, mi gloria y el alzador de mi cabeza” (Tehilím, Salmos 3:4). Dijo: Lo que David quería significar era: “Aunque el mundo viniera a hacer guerra contra mí, Tú, oh Eterno, eres un escudo para mí”. Luego David dijo al Eterno: “Soberano del Universo, ¿por qué motivo los israelitas no concluyen una de sus bendiciones con mi nombre como lo hacen en el nombre de Abraham, de quien está escrito: Yo soy tu escudo? (Bereishís, Génesis 15:1). el Eterno respondió: “Yo ya he examinado y probado a Abraham y encontré que era totalmente constante”. David dijo: “Sí, es así, examíname, oh Eterno, y pruébame, y observa mis riñones y mi corazón” (Tehilím, Salmos 26:2). Cuando pecó en el asunto de Bat Scheva, David recordó lo que había dicho, y exclamó: “Has probado mi corazón, me has visitado en la noche, me has observado y no has encontrado que yo pensara lo que no debiese salir de mi boca” (Tehilím, Salmos 17:3). Dije: “Examíname, oh Eterno y pruébame, y has probado mi corazón; dije: “Observa mis riñones, y me observaste; pero no me has encontrado como yo debería ser; no pasaría por mis labios lo que había en mi alma”. Y a pesar de todo esto los israelitas no concluyen una oración con mi nombre. Por eso dijo David: “Tú, oh Eterno, eres un escudo para mí, mi gloria y el alzador de mi cabeza; este grado seguramente es mi gloria con la que estoy coronado”. “Y Faraón hizo que hombres se encargaran de él y ellos lo mandaron por su camino”. Seguramente el Eterno es para los justos un escudo para salvarlos de caer en poder de hombres, y así el Eterno protegió a Abram para que los egipcios no tuvieran poder de perjudicarlos a él y a su mujer. Pues la Schejiná no abandonó a Sarai en toda esa noche. Cuando Faraón trató de acercarse a ella, vino el ángel y lo golpeó. Cuando Sarai decía “golpea”, él golpeaba, y entre tanto Abram confiaba plenamente en que el Eterno no permitiría que se le causara daño a Sarai, como está escrito: “Los justos son osados como un león” (Mishlei, Proverbios 28:1).  Esta es una de las pruebas que pasó Abram sin quejarse contra el Eterno. R. Yitzjak dijo que el Eterno deliberadamente se abstuvo de decirle a Abram que bajara a Egipto y dejó que fuese su propia decisión, para que la gente no pudiese decir que después de haberlo hecho ir allí, El le trajo turbación por su mujer. R. Yitzjak expuso aquí el texto: “El justo florecerá como la palmera, crecerá como el cedro en el Líbano” (Tehilím, Salmos 92:13). ¿Por qué al hombre justo se lo compara con la palmera? Porque así como al cortarse una palmera, tarda mucho tiempo para que otra vuelva a crecer, así cuando el mundo pierde un justo, pasa mucho tiempo hasta que aparece otro en su lugar. Además, así como una palmera no crece mientras el femenino no es acompañado por el masculino, así el justo no puede florecer salvo cuando están juntos masculino y femenino, como Abram y Sarai. Luego “Crecerá como un cedro en el Líbano”: exactamente como el cedro es preeminente y todos pueden sentarse bajo él, así el hombre justo es preeminente y todos se sientan bajo él. El mundo se sostiene sobre un justo, como está escrito: “El justo es el cimiento del mundo” (Mishlei, Proverbios 10:25). R. Judá preguntó: ¿No es aforismo de los rabíes que el mundo  escansa sobre siete soportes, como está escrito: “La sabiduría ha tallado sus siete columnas” (Mishlei, Proverbios 9:1). R. Yose replicó: Pero esos otros dependen de uno que es el sostén real del mundo. Este es el Tzadik que irriga y refresca el mundo y alimenta todo, y del cual está escrito: “Decid que el Tzadik es bueno, porque merced a él ellos comen el fruto de sus obras” (Yeshayahu, Isaías 2:10).  y, luego: “El Eterno es bueno para con todos y sus piedades velan sobre todas Sus obras”(Tehilím, Salmos 145:9). R. Yitzjak dijo: En la Escritura leemos que: “Un río salía de Edén para regar el Jardín” (Bereishís, Génesis 2:10). Este río es el sostén sobre el cual descansa el mundo. Él riega el Jardín y hace que tenga frutos que brotan y florecen en el mundo, y sostienen al mundo y hace posible el estudio de la Torá. ¿Qué son esos frutos? Son las almas de los justos que son fruto de la obra de la mano del Eterno. Por eso, cada noche las almas de los justos ascienden y a la hora de medianoche el Santo, Bendito Sea, viene al Jardín de Edén para entretenerse con ellos. ¿Con cuáles de ellos? R. Yose dijo: Con todos; con aquellos cuya morada es en el otro mundo y con aquellos que aún se encuentran en sus moradas en este mundo; con todos ellos el Eterno se distrae a medianoche. Pues el mundo de arriba necesita ser instado por el impulso del mundo inferior, y, así, cuando las almas de los justos abandonan este mundo y ascienden a la Altura, todas se visten con una luz suprema, con una figura resplandeciente, y el Eterno se entretiene con ellas y se deleita en ellas, pues ellas son el fruto de la obra de Su mano. Por esta razón, los hijos de Israel, que son poseídos por almas santas, son llamados hijos del Santo, Bendito Sea, como está escrito: “Y sois hijos del Eterno vuestro El Eterno” (Devarím, Deuteronomio 14:1), es decir, el fruto de la obra de su mano. Dijo R. Yesa: Dices que el Eterno también se entretiene con las almas en este mundo. ¿Cómo es esto? Respondió: A medianoche todos los verdaderamente justos se levantan a leer la Torá y cantar salmos, y hemos aprendido que el Santo, Bendito Sea, y todos los justos en el Jardín de Edén, escuchan sus voces, y, en consecuencia, durante el día les es impartida cierta gracia; así está escrito: “De día mandará el Eterno Su misericordia y de noche Su canción estará conmigo” (Tehilím, Salmos 42:19). De ahí que las alabanzas cantadas de noche constituyen la plegaria más perfecta. Así, cuando el Eterno estuvo ultimando a los primogénitos en Egipto, los israelitas en sus casas le cantaban a El alabanzas y salmos. Y bien, el rey David también acostumbraba levantarse a medianoche, como está escrito: “A medianoche me levantaré para dar gracias a Ti” (Tehilím, Salmos 119:62). No permanecería sentado o acostado en la cama, sino que literalmente se levantaba y estaba de pie para componer salmos y alabanzas. Por eso el Rey David vive por siempre, y aun en los días del Rey Mesías será rey, de acuerdo con el aforismo: “Si el Rey Mesías será de los vivientes, David será su nombre, y si será de los muertos, su nombre será David”. El despertaba al alba, como está escrito: “Despierta, gloria mía. Despertad, nabla y cítara, que yo despertaré al alba” (Tehilím, Salmos 58:9). Por la noche, cuando Sarai estaba con Faraón, vinieron los ángeles a cantar alabanzas ante el Eterno, pero El les dijo: “Id todos vosotros y repartid pesados golpes sobre Egipto, en anticipación a lo que yo me propongo hacer subsiguientemente”; de ahí que está escrito: “Y el Eterno castigó al Faraón con grandes plagas”. Entonces “Faraón llamó a Abram...” ¿Qué le dio esta idea, dado que el Eterno no le dijo nada como El hizo después con Abimélej, cuando dijo: “Ahora, pues, devuelve la mujer del hombre, porque él es profeta”? (Bereishís, Génesis 20:7). R. Yitzjak dijo: La respuesta se halla contenida en las palabras Por causa de Sarai la mujer de Abram: los ángeles cuando lo golpeaban dijeron: “Este revés es a causa de Sarai la mujer de Abram”, y no más, y entonces conoció que ella era la mujer de Abram, e inmediatamente “Faraón llamó a Abram y dijo...”. “Y Faraón hizo que unos hombres se encargaran de él;” ¿por qué eso? Para que nadie  pudiese acercarse a ellos para dañarlos. “Y ellos lo mandaron por su camino;” es decir, lo condujeron a través del país de Egipto. el Eterno le dijo: Así está destinado a hacer a sus descendientes: los conducirás de tu país, como está escrito: “Y sucedió que cuando Faraón hubo enviado escoltado al pueblo” (Shemót, Éxodo 13:17). R. Abba dijo: Todo esto aconteció a Abram y él hubo de pasar por todo esto sólo para que él y Sarai pudiesen adquirir un gran nombre en el mundo. Pues aun en Egipto, un país de magos a los que nadie podía escapar, Abram se distinguió y se elevó a una eminencia más alta, como está escrito: “Y Abram ascendió saliendo de Egipto”. ¿Hacia adónde ascendió? “Al Sur”. R. Simeón dijo: Observa que estas palabras tienen un sentido interno y nos indican que Abram descendió los “peldaños más bajos” en Egipto y los experimentó hasta el fondo, pero no se inclinó a ellos y retornó a su Amo. No fue como Adán, el cual, cuando descendió a cierto peldaño fue seducido por la serpiente y trajo muerte al mundo; ni fue como Noé, el cual, cuando descendió a cierto peldaño, fue seducido y “bebió del vino y se embriagó, quedando

descubierto en medio de su tienda” (Bereishís, Génesis 9:21). . A diferencia de ellos volvió a subir y retornó a su lugar, al peldaño superior al cual estuvo vinculado previamente. Todo este incidente es relatado para mostrar que estaba firme en su vinculación con la Sabiduría, y no fue seducido y retornó a su condición anterior. “Al Sur”: Este es el peldaño más alto al cual estuvo primero ligado, como está escrito: “yendo aún al Sur”. La significación interna de esta narración es que si Abram no hubiera bajado a Egipto y sido probado allí, su porción no habría sido en el Eterno. Similar fue lo que ocurrió con sus descendientes, de quienes el Eterno quiso hacer un pueblo único y perfecto y acercarlo a El: si antes no hubiera bajado a Egipto y fueran probados allí, no habrían sido el pueblo elegido del Eterno. De manera similar, también si la Tierra Santa no hubiera sido antes dada a Canaán para gobernarla, no habría llegado a ser el solar y la porción del Santo, Bendito Sea. En todos estos hechos se observa el mismo propósito místico. R. Simeón estaba una vez en camino en compañía de su hijo R. Eleazar y de R. Abba y R. Judá. Mientras marchaban, R. Simeón dijo: Me maravillo de cuán indiferentes son los hombres a las palabras de la Torá y al problema de su propia

existencia. Prosiguió su discurso, sobre el texto: “Con mi alma te he deseado en la noche y con mi  espíritu en medio de mí, madrugo para buscarte” (Yeshayahu, Isaías 26:9). Dijo: El sentido interno de este versículo es el siguiente. Cuando un hombre está acostado en la cama, su espíritu vital, su néfesh, lo abandona y comienza a ascender hacia arriba, dejando en el cuerpo solamente la impresión de un receptáculo que contiene el latido del corazón. Lo demás trata de remontar de peldaño en peldaño, y al hacerlo encuentra ciertas esencias esplendentes pero no limpias. Si es puro y no se ha manchado durante el día, asciende sobre ellas, pero si no, se mancha entre ellas, se inclina a ellas y no sube más. Allí le muestran ciertas cosas que han de ocurrir en el futuro próximo; y a veces la engañan y le muestran cosas falsas. Así el alma ronda toda la noche hasta que el hombre despierta cuando ella, el alma, vuelve a su lugar. Felices son los justos a quienes el Eterno revela Sus secretos en sueños, de modo que puedan estar en guardia contra el pecado. Desdichados los pecadores que manchan sus cuerpos y sus almas. Los que no se han manchado durante el día, cuando se duermen de noche, sus almas empiezan a ascender, y primero entran en los grados que hemos mencionado, pero no se unen a ellos y continúan ascendiendo más. El alma que tiene el privilegio de subir así, aparece finalmente ante la puerta del Palacio Celestial, y anhela con toda su fuerza contemplar la belleza del Rey y visitar Su santuario. Ese es el hombre que siempre tiene una porción en el mundo por venir, y esa es el alma cuyo anhelo, cuando asciende, lo es por el Santo, Bendito Sea, y que no adhiere a esas otras esencias luminosas, sino que selecciona la esencia santa en el lugar del cual ella surgió. Por eso está escrito: “Con mi alma te he deseado en la noche”, para seguirte y no ser seducido por falsos poderes. Luego, las palabras: “Con mi alma te he deseado en la noche” se refieren al alma, néfesh, que tiene dominio de noche, mientras que las palabras: “con mi espíritu en mi te buscaré temprano” se refieren al espíritu, rúaj, que tiene dominio de día. “Alma” (néfesh) y “espíritu” (rúaj) no son dos grados separados, sino un grado único con dos aspectos. Hay aún un tercer aspecto que ha de dominar a esos dos y ajustarse a ellos como ellos a él, y que se llama “espíritu superior”, neschamá. Todos estos grados se hallan dispuestos con sabiduría y la contemplación de ellos arroja luz sobre la Sabiduría superior. Este espíritu entra en ellos y ellos se le unen, y cuando domina en un hombre, un hombre así es llamado santo, perfecto, totalmente dedicado al Eterno. “Alma”, néfesh, es la incitación más baja, sostiene y alimenta al cuerpo y se halla estrechamente ligada a él. Cuando se califica suficientemente, llega a ser el trono sobre el cual descansa el espíritu inferior, rúaj, como está escrito: “Hasta que sea derramado sobre nosotros el espíritu desde lo alto” (Yeshayahu, Isaías 32:15). . Cuando ambos se han preparado suficientemente, están calificados para recibir el espíritu más elevado, neschamá, al cual el espíritu más bajo le sirve de trono, y que es indescubrible, supremo sobre todo. Así, hay un trono que descansa sobre un trono, y un trono para el más elevado. Con observar estos grados del alma, se obtiene una visión en la Sabiduría superior, y es totalmente a través de la Sabiduría que ciertos misterios se conectan entre sí. Pues, néfesh es la incitación más baja a la que el cuerpo se ajusta, como la luz oscura en la parte inferior de la llama de la vela que se pega a la mecha y sólo existe por ella. Cuando está plenamente encendida, la luz blanca se convierte en un trono para una luz que no puede ser plenamente discernida, un algo desconocido que descansa sobre esa luz blanca, y así se forma una luz completa. Así acontece con el hombre que alcanza la perfección y es llamado “santo”, como en el versículo: “Para los santos que hay en la tierra”. Y así también en el mundo superior. De ahí que cuando Abram entró en el país, el Eterno se le apareció y él recibió allí un néfesh y construyó un altar al grado correspondiente de la divinidad. Luego “él marchó al Sur”, y recibió un rúaj. Finalmente se levantó a la altura de la adhesión a el Eterno a través de la mediación de la neschamá, después de lo cual “construyó un altar al Eterno”, lo que indica el más recóndito grado correspondiente a la neschamá. Entonces comprobó que era para él requisito probarse y dotarse de grados, y, así, bajó a Egipto. Allí se cuidó de ser seducido por esencias brillantes, y después de probarse retornó a su lugar, “ascendió” de Egipto, fortalecido y confirmado en la fe y alcanzó el grado de fe más elevado. Desde entonces Abram conoció la Sabiduría más elevada y adhirió al Eterno, y llegó a ser la mano derecha del mundo.De ahí que esté escrito : “Y Abram fue muy rico en ganado, en plata y en oro”. “Muy rico”, del lado del Este; “en ganado”, del lado del Oeste; “en plata”, del lado del Sur; “en Oro”, del lado del Norte. R. Eleazar y R. Abba vinieron entonces y besaron su mano. R. Abba lloró y dijo: Desdichados de nosotros, cuando tú partas del mundo, ¿quién seguirá haciendo brillar la luz de la Torá? Feliz la suerte de los compañeros que oyen de tu boca estas palabras de la Torá. R. Simeón dijo: Continuemos. “Y él continuó en sus viajes”, es decir, para volver a visitar su lugar y sus grados, hasta que alcanzó el primer grado, donde había tenido lugar la primera revelación. “En sus viajes”, o sea, todos esos grados, grado tras grado, como se ha dicho, del Sur. Aun a Bethel: para preparar su lugar y combinar “el Sur” y “Bethel” en una unidad completa, pues desde el Sur a Bethel se comprendía toda la gama de la Sabiduría. “Hasta el lugar donde estuvo su tienda al comienzo,” decir, Bethel, la “piedra perfecta”. El paraje es luego definido como el lugar del altar que él había hecho allí primero, como se ha dicho: “al Eterno que se le apareció”, y por eso ahora Abram llamó el nombre del Eterno, en prueba de que había llegado a la fe perfecta. Observad esto. Al principio Abram fue de lo inferior a lo superior, como está escrito: “Y el Eterno se le apareció a Abram”, y otra vez, “al Eterno que se le apareció”, y luego “yendo por sus caminos al Sur”, grado tras grado hasta que fue dotado del Sur, que fue su porción justa. Desde allí comenzó a invertir el proceso y descendió de lo más alto a lo más bajo, de modo de fijar todo en su lugar propio. También en el viaje de retorno la mención de sus etapas es una referencia a la Sabiduría superior. Está escrito: “Y continuó sus viajes del Sur”, es decir, del lado de la Derecha, del comienzo mismo del mundo superior, misterioso y recóndito, alcanzando al Ilimitado (En Sof), y entonces descendió etapa por etapa “desde el Sur a Bethel”, donde “Abram llamó el nombre del Eterno”, es decir, él fijo la unidad a su lugar propio, o sea, “el lugar del altar que había hecho allí primero”; es decir, lo había tomado del grado más bajo al grado más alto, y ahora lo hizo descender por etapas del grado más alto al más bajo a fin de que no partiera de esos grados superiores ni que partieron éstos y que el todo constituyera una unidad indisoluble. Entonces Abram fue plenamente dotado, y se convirtió en la porción del Eterno en verdad real. Felices los justos que son coronados en el Eterno como El Eterno en ellos. Felices en este mundo y felices en el mundo por venir. De ellos está escrito: “Todo tu pueblo será de los justos, ellos heredará, la tierra para siempre” (Yeshayahu,  Isaías 60:21). y, también: “La senda de los justos es como la luz de la aurora, que va aumentando en resplandor hasta el día perfecto” (Mishlei, Proverbios 4:18). Los viajeros continuaron hasta que llegaron a un campo, donde se sentaron. Entonces R. Simeón discurrió sobre el texto: “Mira hacia mí y ten piedad de mí” (Tehilím, Salmos 86:16). Dijo: Este versículo requiere estudio cuidadoso, pues aunque ya lo hemos explicado más de una vez, tiene todavía un sentido intrínseco. ¿Cómo podría David decir al Eterno: “Mira hacia mí”? La verdad es que estaba refiriéndose al grado con que estaba dotado. Análogamente dijo: “Concede tu fortaleza a tu siervo” (Tehilím, Salmos 86:16).  La palabra “fortaleza” se refiere a la Fuerza superior Gueburá, como en el versículo: “Y él dio fortaleza a su rey” (Yeshayahu, Isaías 2:19). . La palabra “Rey”, empleada así sin calificación, se refiere al Mesías, como también lo hace la palabra “servidor”, en ese pasaje. “Y salva al hijo de tu asistenta. ¿Por qué se llama a sí mismo hijo de su madre, y no de su padre Yishai? Esto pone de manifiesto lo que hemos asentado, que cuando un hombre llega a preguntar algo del cielo, sólo ha de decir aquello de que está cierto; de aquí que mencionara a su madre y no a su padre. Y, luego, la tradición refiere este versículo al Mesías, como hemos dicho. R. Simeón prosiguió en la forma que veremos a continuación. “Y hubo una riña entre los pastores del ganado de Abram”.La omisión de la letra Yod de la palabra rib –(“refriega”)- indica que Lot deseaba volver a la idolatría de los habitantes del país. Esto se halla confirmado en el final del versículo: y los cananeos y los perizitas moraban entonces en el país. Que Lot efectivamente volvió a la idolatría lo sabemos de las palabras: Y Lot viajó del Oriente. La palabra mi-kedem –(“del Oriente”)- es equivalente a mi-kadmonó “desde el Anciano” del mundo. De manera similar dice de los hombres que construyeron la Torre de Babel, que ellos viajaron “del Oriente” (Bereishís, Génesis 11:1). Tan pronto como Abram vio que esa era la intención de Lot, inmediatamente le dijo a Lot ...Sepárate, te pido, de mí; es como si le hubieran dicho: No eres digno de asociarte conmigo. Así Abram se separó de él y se rehusó a acompañarlo o reunirse con él, pues quien se asocia con un pecador eventualmente sigue sus pasos y, así, trae sobre sí castigo. Esto lo sabemos de Jehoshafat, el cual por juntarse con Ajab habría traído sobre sí castigo si no se hubiera salvado por el mérito de sus antepasados. Por eso se rehusó Abram a acompañar a Lot. Por todo eso Lot no se apartó de su mal camino, sino que eligió toda la llanura del Jordán y viajó mi-kedem, es decir, partió del Anciano del mundo, y no procuró perfeccionarse en la fe como Abraham. Así Abram moró en el país de Canaán, para adaptarse al lugar donde la fe podía ser fortalecida y para aprender la sabiduría a fin de unirse a su Amo, mientras que Lot moró en las ciudades de la llanura y trasladó su tienda hasta Sodoma, con esos pecadores incrédulos que abandonaron la fe, como está escrito: y los hombres de Sodoma eran inicuos y en extremo pecadores contra el Eterno. Así, cada uno fue por su propio camino. Felices son los camaradas que se dedican a la Torá día y noche y procuran platicar con el Eterno. Sobre ellos está escrito: “Mas vosotros que adheristeis al Eterno, vuestro El Eterno, estáis todos vivos hoy” (Devarím, Deuteronomio 4:4). “Y el Eterno dijo a Abram después de que Lot se hubo separado de él”. En conexión con este versículo, R. Abba discurrió sobre el texto siguiente: “Levantóse Jonás para huir a Tershish, de la presencia del Eterno” (Yonah, Jonás 1:3). Dijo: Desdichado el hombre que procura esconderse del Eterno, del cual está escrito: “¿No lleno yo los cielos y la tierra, dice el Eterno?” (Yeremiyahu, Jeremías 23:24). ¿Por qué, entonces, Jonás procuró huir de El? La razón se encuentra en el versículo: “Paloma mía, tú que anidas en las grietas de la peña, en los escondrijos del precipicio” (Shir hashirím, Cantar de Cantares 2:14). “Paloma mía” se refiere a la Comunidad de Israel; “las grietas de la peña” se refiere a Jerusalem, que es firme y eminente como una peña; “los escondrijos del precipicio” se refiere al lugar que es llamado “Santo de los Santuarios”, el corazón del mundo. Se lo llama “escondrijos” porque allí la Schejiná está escondida como una mujer que sólo conversa con su marido, y nunca sale. La Comunidad de Israel no mora fuera de su lugar propio, salvo en tiempo de exilio, y porque está en exilio otras naciones gozan de gran prosperidad. Cuando Israel se hallaba en su propio país todo era como debía ser, el trono celestial estaba plenamente extendido sobre él, y la liturgia que efectuaba horadaba a través del éter y ascendía en lo alto a su lugar. Pues sólo Israel estaba calificado para servir al Eterno en ese país, y por eso los Gentiles se mantuvieron apartados, pues ellos no lo gobernaban, como ahora, sino que sólo se nutrían de “residuos”. Pues decir: ¿Cómo concilias esto con el hecho de que un número de reyes extraños gobernaron sobre él en tiempo en que aún existía el Templo? La respuesta es que en el tiempo del primer Templo, antes de que Israel hubiera manchado el país, los Gentiles no lo gobernaban, sino que se nutrían del “residuo”. Pero, cuando Israel pecó y manchó el país, arrojó a la Schejiná de su lugar y ella partió a otro lugar, y por eso otras naciones fueron autorizadas a gobernar sobre el país. Pues sobre el país de Israel no tiene control ningún ángel, sino solamente el Eterno. Cuando Israel pecó y quemó incienso a otros el Eternoes en Tierra Santa, la Schejiná fue arrojada de su lugar, y, así, otros el Eternoes se asociaron a él, y otras naciones obtuvieron dominio y los profetas perecieron, y todos los grados elevados dejaron de gobernar, y el dominio no fue retirado de las otras naciones, porque lanzaron la Schejiná hacia ellas mismas. De ahí que en la época del segundo Templo el gobierno de las otras naciones no haya cesado, y así ocurrió más aún durante el tiempo del Exilio. Entonces la Schejiná se encontró entre las otras naciones, donde ejercían dominio otros capitanes, que derivaban su sustento de la Schejiná, que se había asociado con ellos. Vemos así que cuando Israel residió en su propio país y mantuvo el servicio del Templo, la Schejiná permaneció en medio de él exclusivamente, y no salía de su casa abiertamente. Por eso todos los profetas que vivieron en esos tiempos sólo extraían su inspiración del lugar de ella, como hemos dicho. Esta fue la razón por la que Jonás huyó de Tierra Santa: Que no podría llegarle la inspiración profética y él no podría recibir el mensaje del Eterno. Pero, podríais decir: ¿La Schejiná no se reveló a Ezequiel, en Babilonia, que está fuera de Tierra Santa? La respuesta es que según una tradición auténtica, las palabras: “Vino expresamente”, que se emplean al comienzo de la profecía de Ezequiel indican que era algo sin precedente desde el día en que el Templo fue construido, y esta

profecía lo era para una emergencia especial. Además, el incidente tuvo lugar junto al río Khebar –Khebar significa “de antiguo”-, llamado así porque fue calificado para ello desde el comienzo del mundo, y la Schejiná siempre se reveló junto a él, como está escrito: “Y un río salía de Edén para regar el Jardín, y de ahí se dividía...” (Bereishís, Génesis II, 10). Fue este uno de los cuatro ríos, y aquí la Schejiná se reveló excepcionalmente para ayudar a Israel en su emergencia; pero no apareció allí en otros tiempos. Por eso Jonás abandonó Tierra Santa para que la Schejiná no pudiera posarse sobre él o aparecérsele y de ahí que dijera: “De la presencia del Eterno”, y, también: “Pues los hombres sabían que huyó de la presencia del Eterno” (Yonah, Jonás 1:10). ¿Cuál es el sentido de todo esto? Es que, así como, en el caso de Jonás, la Schejiná sólo se reveló en el lugar apropiado, así en el caso de Abram ella sólo se reveló cuando él se encontraba en compañía adecuada. Pues desde el día en que Lot se hizo a la idea de volverse un renegado, el Espíritu Santo partió de Abram; pero cuando Lot lo abandonó, inmediatamente el Espíritu Santo se posó sobre él; así está escrito: Y el Eterno dijo a Abram después de que Lot se separó de él. Además, cuando Abram vio que Lot había vuelto a sus caminos pecaminosos, se aterró y se dijo a sí mismo: “Acaso por haberme yo asociado con este hombre, he perdido la santa heredad con que el Eterno me ha dotado”; de ahí que cuando Lot lo hubo abandonado, el Eterno le dijo: “Levanta ahora tus ojos y mira desde el lugar donde te encuentras”. “El lugar donde te encuentras” significa el lugar al que te adaptabas antes, y en el cual fuiste dotado con fe perfecta. Hacia el Norte y hacia el Sur y hacia el Oriente y hacia el Occidente. Son esos los mismos que los “viajes referidos en el versículo 3, que, como ellos, indica “grados más elevados”. Abram recibió ahora noticias de que esa fe perfecta que había adquirido en su primera travesía por el país no se apartaría nunca de él y sus descendientes. De ahí que está escrito: “Y el país que ves, a ti te lo daré Yo y a tu simiente para siempre”. Las palabras “que ves” indican el primer grado que él había adquirido originalmente, y que ahora incluía y exhibía todos los otros grados. R. Eleazar estuvo una vez en un mesón en Lud, donde también se encontraba R. Jizquiá. En la noche se levantó para estudiar la Torá, como también lo hizo R. Jizquiá. Al verlo dijo: Un mesón como este es siempre un lugar de reunión para los camaradas. Entonces comenzó a discurrir sobre el texto: “Como el manzano entre los árboles silvestres, así es mi amado entre los mancebos” (Shir hashirím,  Cantar de Cantares 2:3). “El manzano” –dijo- indica al Santo, Bendito Sea, que es más deleitoso que todos los otros árboles y se distingue entre ellos por sus colores. Así nada puede compararse con El; por eso “me deleité en su sombra”, en su sombra y no en la de los otros ángeles guardianes, aun del tiempo en que estuvo en el mundo Abram, el cual se hallaba ligado al Eterno en amor, como está escrito: “Abraham mi amigo” (Yeshayahu, Isaías 40:8).

 “Su fruto fue dulce a mi gusto” se refiere a Yitzjak, que era un fruto santo. Las palabras: “En su sombra me deleité y me senté” también pueden referirse a Yaakov. Y las palabras: “Su fruto fue dulce a mi gusto”, a José, que produjo fruto santo en el mundo. También es posible entender las palabras: “Como un manzano entre los árboles silvestres” como para Abraham, el cual olía dulcemente como un manzano, que se distinguía en fe de todos sus contemporáneos y que estaba marcado como único, arriba y abajo, como está escrito: “Abraham era uno (Yejezkel, Ezequiel 33:24). Se lo llamaba así porque ninguno de sus contemporáneos alcanzó la virtud de la fe en el Eterno. R. Jizquiá le dijo: ¿Y las palabras: “Y las almas que ellos hicieron en Harán”? Contestó: Estas no alcanzaron los grados más altos que Abraham adquirió. Después le dijo: Otra cosa que se me ha dicho es que Abraham se lo llamó “uno” hasta que asoció consigo a Yitzjak y Yaakov. Cuando hubo hecho esto y los tres fueron patriarcas, Abraham fue llamado “uno”, y, entonces, se convirtió en el manzano que se distingue por encima del resto del mundo. Dijo: Tu explicación es buena. Según otra explicación, las palabras “el manzano”, “amado mío” y “en su sombra” indican igualmente al Santo, Bendito Sea. “Me deleité y me senté”: O sea, en el día en que el Eterno se reveló en el Monte Sinaí e Israel recibió la Torá y dijo: “Haremos y escucharemos” (Shemót, Éxodo 24:7). “Su fruto es dulce a mi gusto” se refiere a las palabras de la Torá que son llamadas “más dulces que la miel y el panal de miel” (Tehilím, Salmos 19:11). Otra explicación refiere el fruto a las almas de los justos, que son el fruto de la obra de la mano del Todopoderoso y moran con El arriba. Escucha esto. Las almas en el mundo que son el fruto de la obra de la mano del Todopoderoso son, todas, místicamente una, pero cuando descienden a este mundo son separadas en

masculino y femenino, aunque éstos aún se hallan unidos. Cuando salen primero, salen como masculino y femenino juntos. Subsiguientemente, cuando descienden a este mundo se separan, uno a un lado y el otro, a otro, y, luego, el Eterno hace su apareamiento, el Eterno, y no otro, pues sólo El conoce el cónyuge propio para cada cual. Feliz es el hombre que es recto en sus obras y sigue el camino de la verdad, de modo que su alma pueda encontrar su pareja original, pues entonces se hace efectivamente perfecto, y por su perfección es bendecido todo el mundo. R. Jizquiá dijo: He oído la siguiente explicación del versículo: “De mí procede tu Fruto” (Hoshea, Oséas 24:7). El Santo, Bendito Sea, dijo a la Comunidad de Israel: “De mí seguramente procede tu fruto”, no mi fruto, sino tu fruto: El deseo de la hembra produce un espíritu vital y es abrazado en la vehemencia del varón, de modo que se juntan alma con alma y se hacen una, cada cual ceñida en la otra. Luego se vuelven dos en este mundo, y así mediante la fuerza del varón es producido el fruto de la hembra.

Según otra explicación, el fruto del varón se produce mediante el deseo de la hembra, pues si no fuese por el deseo de la hembra hacia el varón no se produciría fruto alguno. En ese tiempo de Amrafel, rey de Shinar. R. Yose comenzó exponiendo el versículo: “¿Quién ha suscitado desde el Oriente a aquel al cual llamó en justicia para que la siguiera? (Yeshayahu, Isaías 41:2). Dijo: Este versículo ya fue explicado de varias maneras, pero también contiene una referencia esotérica. Sabemos que el Eterno ha hecho siete firmamentos en lo alto, a fin de ser allí glorificado; pues todos estos firmamentos tienen por objeto hacernos conocer el misterio de la fe verdadera. Encima de estos siete hay un firmamento oculto que los guía e ilumina. De éste no podemos descubrir su verdadera esencia, y por eso se le designa con la partícula interrogativa MI (“¿Quién?”), como ya se ha señalado. De ahí que la Escritura dice: “Del seno de quien (MI) ha surgido el cielo” (Yov, Job 38:29), que se ha explicado como refiriéndose al firmamento más alto, por encima de los otros siete. Luego, en el fondo hay un firmamento, el más bajo de todos, que no tiene luz; a causa de ello, el firmamento más alto se une con él de manera de insertar en él dos letras de su propio nombre, de modo que se llama Yam (“Mar”), siendo el mar de ese firmamento más alto, porque todos los otros firmamentos sirven como corrientes para conducir su luz y fluyen hacia dentro de este más bajo como hacia un mar. Y, por lo tanto, produce frutos y peces según su especie, y con referencia a esto David dijo: “En este mar tan grande y ancho se encuentra un número infinito de animales grandes y pequeños” (Tehilím, Salmos 104:25). Ahora vemos qué significan las palabras: “Quien ha surgido del Oriente”. Uno surgido fue Abraham. Las palabras: “La justicia lo llamó ordenándole seguir” se refieren al firmamento más bajo, procura venganza y derrota al enemigo. “Pasó naciones ante él”; estos son los pueblos de la tierra. “Y lo hizo gobernar sobre reyes”; estos son los ángeles guardianes de las naciones arriba, pues cuando el Eterno ejecuta justicia sobre un pueblo, El lo hace, a la vez, abajo y arriba. “El los persigue y pasa adelante con seguridad” (Yeshayahu, Isaías 41:3). este es Abraham que les persiguió mientras el Eterno pasaba delante de él y los mató, como está dicho: “La

paz pasó” (Yeshayahu, Isaías 41:3). refiriéndose “Paz” a el Eterno. “Aun por un camino que no fue con sus pies”: Si no con sus pies, ¿cómo, entonces, anduvo Abraham, por la nubes o con caballos y carros? No; lo que se quiere decir es que no fue un ángel, o un mensajero, sino el Eterno mismo, quien fue delante de Abraham, refiriéndose aquí la palabra “pies” a los ángeles, que están sometidos al Eterno, como en el versículo: “Y sus pies pararán en ese día” (Zajariyahu, Zacarías 14:4). Otra explicación del versículo es la siguiente. Cuando el Eterno “despertó” al mundo para traer a Abraham y para acercarlo a Sí, ello fue porque Yaakov estuvo destinado a salir de él y establecer doce tribus que serían todas justas a la vista del Eterno. “A quien llamó en justicia”: porque el Eterno estuvo llamándolo constantemente desde el día en que el mundo fue creado, como está escrito “Llamando las generaciones desde el comienzo” (Yeshayahu, Isaías 41:4). “A su pie”: es decir, para ligarlo a Su servicio y acercarlo a Sí mismo. R. Judá dijo: “Quien surgió del Oriente” se refiere a Abraham, el cuál recibió del Oriente su primer impulso a buscar al Eterno. Pues, cuando vio al Sol saliendo por la mañana del Oriente, primero se inclinó a pensar que era el Eterno, y dijo: “Este es el rey que me creó”, y lo adoró todo el día. A la noche, cuando el Sol bajó y la Luna comenzó a brillar, dijo: “Verdaderamente esta gobierna sobre el orbe que yo he adorado todo el día, pues la última se oscurece delante suyo y no brilla más.” Así sirvió a la Luna toda esa noche. A la mañana, cuando vio partir la oscuridad y crecer la luz en el Oriente, dijo: “Seguramente hay un rey sobre todos estos orbes y los ordena”. Así, cuando el Eterno vio a Abraham anheloso de encontrarlo a El, se le reveló y habló con él como está escrito: “La justicia lo llamó para que la siguiera”. En relación con Abraham, explicó R. Yitzjak el versículo: “Yo soy el Eterno que habla justicia, que declara lo que es justo” (Yeshayahu, Isaías 45:19). Dijo: Todas las palabras del Eterno son verdad y Sus actos son justicia. Pues cuando el Eterno creó primero el mundo, éste era inestable y oscilaba de un lugar a otro. el Eterno preguntó al mundo: ¿Por qué oscilas? Contestó: Soberano del Universo, no puedo estar firme, porque no tengo fundamento sobre el cual descansar. Entonces el Eterno dijo: Verás, me propongo levantar un hombre justo, Abraham, el cual Me amará. Al oír esto, el mundo inmediatamente se volvió establecido en firme. Por eso está escrito: “Estas son las generaciones de los cielos y la tierra behibaream (“cuando fueron creados”), que por una transposición de letras se vuelve beabraham (“por causa de Abraham”). R. Jiyá se explayó sobre las palabras: “Que declara lo que es justo”. Dijo: El mundo continuó objetando al Eterno, diciendo: “De este Abraham saldrán descendientes, los pueblos de Ismael y Esaú, que destruirán el templo y quemarán la Ley”. el Eterno respondió: “También tendrá un descendiente, Yaakov, que será el padre de doce tribus que serán todas justas”. Así el mundo fue establecido por mérito de él, y por eso se dice que el Eterno “declara el advenimiento de cosas que son justas”. R. Eleazar dijo: Se ha señalado que en las respectivas palabras hebreas hay una diferencia entre “que habla” y “que declara”. “Que habla” es de una fuente revelada, un grado de exterior, no del más alto; por eso se aplica aquí a “justicia”. Pero “que declara” indica el grado interior que controla aquello que pertenece a “que habla”; de ahí que dice aquí “que declara cosas que son justas”, que se refiere al grado más alto que es el de Yaakov. R. Yitzjak le dijo: ¿No hay un texto: “El os declara su pacto”? (Devarím, Deuteronomio 4:13) Respondió: También el “pacto” es un grado superior a ese al que se refiere la expresión “que habla justicia”. Por eso también se debe observar cuidadosamente que si bien “que habla” es más bajo que “que declara”, en realidad designa un grado elevado y está lleno de significación. R. Eleazar estaba una vez en camino para visitar a su suegro junto con R. Jiyá y R. Yose y R. Jizquiá. R. Eleazar dijo: Se me ocurre que hay agitación arriba solamente en respuesta a un impulso de abajo, y depende del anhelo de abajo. Lo ilustró con el texto: Oh, Eterno, no permanezcas en silencio, no mantengas tu paz y no estés callado (Tehilím, Salmos 83:2), que expuso de esta manera. David dijo: “Oh, Eterno, no permanezcas en silencio”. Estas palabras representan un impulso a Elohim a ejercer su imperio. En efecto, David dijo: “Elohim, no ceses de elevar al más alto y asociarte con el justo”. Y fue así porque “tus enemigos hacen un tumulto, etc.”, se han consultado para ser contra Ti un pacto. “Por eso, oh Eterno, no estás silencioso”, como se explicó. Pues cuando Elohim se junta con la Derecha, los enemigos son aplastados, como está escrito: “Tu mano derecha, oh Eterno, es gloriosa en poder, Tu mano derecha, oh Eterno, destroza en fragmentos al enemigo”. Observad que cuando todos los reyes se unieron para hacer guerra a Abram, quisieron eliminarlo. Pero tan pronto como se apoderaron de Lot, el hijo de su hermano, se fueron, como está escrito: Y tomaron a Lot, hijo del hermano de Abram, y sus bienes y partieron. La razón de ello fue que Lot se parecía estrechamente a Abram, y como pensaron que tenían a Abram, se fueron. La razón de su enemistad a Abram fue que éste apartaba a los hombres de la idolatría y les enseñaba adorar al Eterno. También el Eterno los incitó a hacer su invasión para atraerlo a Abram a su servicio. Hablando esotéricamente, cuando Abram partió a perseguirlos, el Eterno “no permaneció silencioso” hasta que todo estuvo ligado a Abram, y sólo entonces todos esos reyes, como lo dijimos, fueron aplastados ante él. "Y Melkizédek rey de Salem trajo pan y vino". R. Simeón citó aquí el texto: “En Salem también está el tabernáculo” (Tehilím, Salmos 76:3). Dijo: Cuando el Eterno decidió crear el mundo, primero produjo una llama de unalámpara centelleante. Sopló de un lado a otro, produciendo oscuridad y fuego y desde las reconditeces del abismo produjo cierta gota que juntó con la llama y de los dos creó el mundo. La llama ascendió y se enroscó con la Izquierda, y la gota ascendió y se enroscó con la Derecha. Luego cruzaron y cambiaron los lugares, subiendo y bajando alternadamente y se entremezclaron y de entre ellos surgió un viento pleno. Entonces esos dos lados fueron hechos uno y el viento fue puesto entre ellos y se entretejieron y hubo armonía arriba y armonía abajo; el grado fue firmemente establecido, la letra Hé fue coronada con Vav y la Vav con la Hé, y así la Hé ascendió y se unió en un vínculo perfecto. A esto se refieren las palabras “Melkizédek –literalmente, rey de justicia- rey de Salem”- literalmente, completitud -,es decir, el rey que gobierna con soberanía completa. ¿Cuándo es él completamente rey? En el Día de la Expiación, cuando todos los rostros están iluminados. Según otra explicación, Melkizédek se refiere al mundo inferior y “rey de Salem” al mundo superior; y el versículo indica que ambos están inseparablemente intrincados, dos mundos como uno, de modo que el mundo inferior también es el todo, y el todo es uno. “Produjo pan y vino”: que significa que hay en él ambos. “Y fue sacerdote del Eterno Altísimo”, es decir un mundo administra a otro. “Sacerdote” se refiere a la Derecha, y “ Eterno Altísimo” al mundo superior; y de aquí que se requiere un sacerdote para bendecir al mundo. Pues este mundo inferior recibe bendiciones cuando está asociado con un Sumo Sacerdote. Hay, pues, una fuerza especial en las palabras: “Y lo bendijo, diciendo, Bendito es Abram para el Eterno Altísimo”. Según este modelo se conduce el sacerdote en la tierra para unir sus dedos cuando bendice en la sinagoga a fin de que pueda ser unido con la Derecha y los dos mundos estén ligados entre sí. “Bendito es Abram”. Las palabras del texto son un prototipo de la fórmula de bendición empleada por los israelitas. “Bendito es Abram” en el sentido que acaba de indicarse, corresponde a “bendito eres Tú”. “Al Eterno Altísimo” corresponde a “oh Eterno, nuestro El Eterno”. “Poseedor del Cielo y la Tierra” corresponde a “Rey del Universo”. Además, y lo bendijo indica el curso de la bendición de arriba abajo. Y le dio un diezmo de todo, de modo que pudiese dirigirse al lugar donde estaba formado el vínculo con el mundo inferior. Mientras iban caminando se cruzaron con R. Yesa y un cierto judaíta con el cual estaba explicando el texto: “A David: a ti, oh Eterno, elevo mi alma” (Tehilím, Salmos 25:1). Dijo: ¿Por qué la dedicatoria de este salmo es simplemente: “A David” y no “un salmo a David”? Es porque el sentido real es: “Por consideración a David”, es decir, a su grado. “A ti, oh Eterno”, es decir, anhelo hacia arriba; “mi alma”, es decir, David mismo, su grado original; “asciendo”, es decir, yo hago ascender, pues David siempre aspiró a un grado más alto para unirse a él firmemente. De manera similar, fue por causa de su grado que David pronunció las palabras: “A David: Bendice al Eterno, oh alma mía”, donde la palabra et indica su deseo de ser ligado arriba; “y todo lo que hay dentro de mí bendice su santo Nombre” (Tehilím, Salmos 103:1). que se refiere a las “bestias del campo” que se llaman dentro. R. Eleazar le dio a R. Yesa: “Veo que viniste en compañía de la Schejiná”. Y él dijo: “Seguramente es así. Estuve caminando con él tres parasangas y me dijo tantas cosas excelentes y yo lo quise emplear como mi asistente sin saber que era la luz brillante que descubrí que era”. Entonces, R. Eleazar le preguntó al hombre: “¿Cuál es tu nombre?”, y contestó: Yoezer. A lo que dijo: Que Yoezer y Eleazar se sienten juntos. Se sentaron así en una roca en el campo. El de Judá comenzó su discurso sobre el texto: “Yo, yo soy aquel que borró tus transgresiones en consideración a Mí mismo y no recordaré tus pecados.” (Yeshayahu, Isaías 43:25), Dijo: La palabra “Yo” aparece aquí dos veces: una con referencia al Sinaí en Shemót, (Shemót,  Éxodo 20:2); y la otra con referencia a la Creación del mundo, en Yeshayahu, (Yeshayahu, Isaías 45:12), para mostrar que no hay división entre el mundo superior y el inferior. “Que borró tus transgresiones”: No solo eliminándolas, sino de modo que nunca más volvieran a verse. “En consideración a Mí mismo”: es decir, en consideración a la misericordia que Yo dispenso, como está escrito: “Pues el Eterno tu El Eterno es un El Eterno Misericorel Eternoo” (Devarím, Deuteronomio 4:3). Otra explicación de las palabras: “Que borró tus transgresiones en consideración a Mí mismo” es la siguiente: Los pecadores en este mundo perjudican la influencia del mundo superior, porque cuando pecan, se apartan la misericordia y la luz superior, y la corriente de la bendición no desciende a este mundo, y este grado, de misericordia, no toma las bendiciones de arriba para llevarlas al mundo inferior. De ahí que el Eterno actúe “en consideración a Mí mismo”, para que la corriente de la bendición no sea retenida. De manera similar está escrito: “Ve ahora que Yo, Yo soy El” (Devarím, Deuteronomio 32:39). para demostrar que no hay división entre el mundo superior y el inferior. Por lo tanto, cuando hay hombres justos en este mundo, son enviadas bendiciones a todos los mundos Cuando vino Abram, fueron enviadas bendiciones al mundo, como está escrito: “Y yo te bendeciré, y serás una bendición”, es decir, que en consideración a él habrá bendición arriba y abajo. Cuando vino Yitzjak enseñó al mundo que hay un Juez que ejecuta juicio arriba para castigar a los inicuos, e invocó la justicia sobre el mundo para que sus habitantes temieran al Eterno. Cuando vino Yaakov, él obtuvo misericordia para el mundo y perfeccionó la fe de los hombres en el Eterno. De ahí que en los días de Abram, Melkizédek rey de Salem –Salem significa completitud -, es decir, el Eterno, cuyo trono fue entonces establecido en su lugar y cuya soberanía se hizo por eso completa, produjo pan y vino, es decir, produjo el alimento apropiado para todo el mundo y no retrajo la bendición de todos los mundos; de los grados superiores produjo El alimento y bendición para todos los mundos. Y él fue sacerdote para el Eterno Altísimo, hallándose así todo en el orden más perfecto; para mostrar que así como los inicuos dañaron al mundo e hicieron que se retrajera la bendición, así los justos traen la bendición al mundo y en consideración a ellos todos sus habitantes son bendecidos. Y le dio un diezmo de todo, es decir, de las bendiciones que salen de “todo”, la fuente de todas las bendiciones que descienden sobre el mundo. Según otra explicación, el Eterno dio a Abram un décimo, es decir, el grado en el cual se hallan establecidas todas las fuentes de fe y bendición, y que es el décimo, uno de diez y diez de cien; y desde entonces en adelante Abram estuvo plenamente confirmado desde arriba. R. Eleazar le dijo: Lo que dices es exacto. Luego R. Eleazar le preguntó cuál es su ocupación, y contestó: Yo fui en mi ciudad maestro de niños hasta que vino R. Yose y me abandonaron y fueron a él. Sin embargo, la gente de la ciudad acostumbraba pagarme mi salario como antes. Y no quería yo tomar dinero que fuese gratuito y entré al servicio de este Sabio. R. Eleazar dijo: Este es un caso en el que se requieren las bendiciones de mi padre. Fueron a R. Simeón y el de Judá acostumbraba estudiar ante él todo el día. Un día estaba estudiando el asunto de la ablución de las manos y dijo: Quien no se lava las manos como es menester, aunque es castigado en el mundo futuro también es castigado en este mundo, porque pone en peligro su salud. Y de manera similar, quien lava sus manos como es requerido, procura para él mismo bendiciones arriba que permanecen sobre sus manos, y también es bendecido con riqueza. Luego R. Simeón lo vio lavándose las manos con gran cantidad de agua y exclamó: Llena sus manos con tus bendiciones. Y así aconteció pues encontró un tesoro y llegó a ser rico y acostumbraba estudiar la Torá y dar sostén a los pobres cada día y sonreírles benignamente de modo que R. Simeón le aplicó el versículo: “Y te regocijarás en el Eterno y te glorificarás en el Santo de Israel”. “Después de estas cosas”. R. Judá comentó el texto: “Yo soy de mi amado y su deseo es hacia mi” (Shir hashirím, Cantar de cantares 7:11). Dijo: El significado íntimo de este versículo es que la agitación abajo se acompaña de una agitación arriba, porque no hay agitación arriba mientras no hay agitación abajo. Además, las bendiciones de arriba solo descienden cuando hay alguna sustancia y no mero vacío. Esto lo aprendemos de la mujer de Obadía, a quien Eliseo dijo: “Dime qué tienes en tu casa” (Melajím 2, 2º Reyes IV, 2). , para significar que las bendiciones de arriba no descenderán sobre una mesa vacía o un lugar vacío. Cuando ella dijo: “Tu sierva nada tiene en la casa, salvo un frasco de aceite”, - sólo suficiente para untar su dedo pequeñoél le dijo: “Me has ayudado, pero yo no veo cómo las bendiciones descenderían de arriba sobre un lugar vacío, pero como tienes algo de aceite, esto proveerá lugar suficiente para el propósito”. La conexión de “aceite” con “bendición” se encuentra en el salmo (Tehilím, Salmos 133) donde se dice: “Como el buen aceite”, y, luego, “pues allí el Eterno ordenó la

bendición, la vida por siempre”. En verdad, la comparación inmediata en el pasaje es con rocío, no con aceite, pero ambos significan la misma cosa, pues ese rocío fue destilado por el Eterno del aceite superior. El vino y el aceite pertenecen, respectivamente, a los lados Izquierdo y Derecho, y del lado derecho las bendiciones descienden sobre el mundo, y de allí es ungido el reino santo. Esto porque fue fijado abajo y el aceite fue primero preparado arriba como la fuente de las bendiciones. De la agitación de este aceite superior fue derramado el aceite inferior sobre David y Salomón para traer bendiciones a sus descendientes. Esto se deriva de una comparación del texto (Melajím 2, 2º Reyes 4:6) y el texto de Yeshayahu (Yeshayahu, Isaías 11:10). La misma lección extraemos del hecho de que la mesa del pan de exposición, de la que salieron las bendiciones, no ha de quedar vacía un solo momento; y por eso no agradecemos por una mesa vacía, pues las bendiciones arriba no se posan sobre una mesa vacía. En resumen, entonces, el versículo: “Yo soy de mi amado y hacia mí es su deseo” indica que “ante todo yo soy de mi amado”, y, luego, en consecuencia, “su deseo es hacia mí”. El versículo también puede explicarse con referencia al dicho de que la Schejiná

no se encuentra en compañía de pecadores, sino cuando el hombre se empeña en purificarse y  acercarse al Eterno; entonces la Schejiná se posa sobre él. Así: “Yo soy de mi amado”, para comenzar, y, luego, “su deseo es hacia mí”. “Después de estas cosas,” es decir, después de que Abram persiguió a los reyes y El Eterno los mató, Abram sintió algunos escrúpulos pensando que hubiera perdido algo de su retribución por convertir hombres al servicio del Eterno, viendo que ahora algunos de sus semejantes habían sido matados por él. Por eso el Eterno le dijo: “No temas, Abram, Yo soy tu escudo, tu retribución es en extremo grande”: has recibido retribución por ellos, pues ninguno de ellos nunca será tomado por inocente. “La palabra del Eterno vino a Abram en una visión que decía...” “Visión” es el grado en el cual son vistas todas las figuras. R. Simeón dijo: Hasta el momento en que Abram fue circuncidado, un solo grado Habló con él, o sea, la Visión, que también se menciona en el versículo: “Quien vio la visión de Shadai” (Bamidbar, Números 24:4). Después de su circuncisión, todos los grados se combinaron con este grado, y de esta manera el Eterno habló con él. Se puede objetar que de acuerdo a nuestra interpretación los versículos: “Y el Eterno se apareció a Abram, y “Abram viajó al Sur” y “Él construyó allí un altar” indican que había alcanzado a los grados más elevados. Entonces, ¿cómo puedes decir que antes de ser circuncidado esos grados no se combinaron con este uno para hablar con él? La respuesta es que previamente el Eterno dio sabiduría a Abram para que se apegara a él y conocer el verdadero sentido de la fe, pero solamente habló efectivamente con él ese grado inferior; mas cuando fue circuncidado, todos los grados más altos se unieron a este grado inferior para hablar con él, y de este modo Abram alcanzó la cúspide de la perfección. Mira, ahora, y verás que antes de que un hombre esté circuncidado, no se halla ligado al nombre del Eterno, pero cuando está circuncidado entra en el nombre y se liga a El. Es verdad que Abram estuvo ligado al nombre antes de circuncidarse, pero no de manera apropiada, sino solamente a través del extremo amor del Eterno a él. Subsiguientemente el Eterno ordenó que se circuncidara, y entonces se le otorgó el pacto que une todos los grados superiores, un pacto de unión que vincula al todo, de modo que cada parte está entretejida. De ahí que hasta que Abram fue circuncidado la palabra de el Eterno con él solamente fue una visión, como se ha dicho. Considera esto. Cuando el Eterno creó el mundo, éste fue creado solamente mediante un pacto, como está escrito: “Bereshit  berit esh, (“pacto de fuego”)- el Eterno creó”; y más adelante está escrito: “Si no ha de subsistir mi pacto con el día y con la noche, y si Yo no he establecido las leyes de los cielos y de la tierra” (Yeremiyahu, Jeremías 33:35). Pues hay un pacto de unión según el cual día y noche no han de separarse. R. Eleazar dijo: Cuando creó el mundo, fue con la condición de que al llegar Israel al mundo aceptaría la Torá y entonces todo estaría bien, pero si no la aceptaba el mundo retornaría al caos. Y el mundo no estuvo firmemente establecido hasta que Israel estuvo ante el Monte Sinaí y aceptó la Torá. Desde ese día el Eterno fue creando mundos nuevos, es decir, los matrimonios de seres humanos, pues desde ese momento el Eterno fue haciendo parejas y proclamando “la hija de fulano de tal para mengano”; estos son los mundos que El crea. “Yo soy un escudo para ti:” “Yo” es el primer grado al cual fue ligado desde la partida. “Y Abram dijo, oh Eterno” Los dos nombres indican la unión del mundo superior y el mundo inferior. “¿Qué me darás, viendo que estoy sin hijos?,” es decir, no teniendo un hijo, y hemos aprendido que quien no tiene hijos es llamado “sin hijos”. Las palabras: “Que me darás” parecerían indicar algunas necesidades de fe de parte de Abram, pero no es así. el Eterno le dijo: “Yo soy tu escudo”, es decir, en este mundo, “tu retribución es en extremo grande”, es decir, en el mundo futuro. Pero Abram sabía de la sabiduría que había adquirido que un hombre que no ha engendrado un hijo no es retribuido con el mundo futuro, y por eso dijo: “¿Cómo puedes darme tal retribución, viendo que no la he merecido?”. Esto nos enseña que un hombre sin hijos en este mundo no tiene en el mundo futuro el privilegio de entrar en la cortina. Abram vio en su horóscopo que estaba destinado a no tener hijos; y por eso el Eterno le dijo que prescindiera de ella, pues a través del nombre del Eterno tendría un hijo. De ahí que esté dicho: “Así (Koh) será tu simiente”. La palabra Koh indica el Nombre Santo, que ahora estuvo ligado a él desde ese lado. Es el pórtico de la plegaria por la que un hombre obtiene lo que pide. Es el lado que viene del lado de Gueburá (“Fuerza”), del cual también vino Yitzjak. El lado de Gueburá se llama Koh, porque de él viene fruto y producto para el mundo y no del lado de las estrellas y constelaciones. “Y él creyó en el Eterno:” Él adhirió al más elevado y no al más bajo; creyó en el Eterno y no en las estrellas y constelaciones: en el Eterno que le había prometido darle gran recompensa en el mundo futuro. “Y él creyó en el Eterno”; es decir, en el grado que le fue otorgado, ese del cual le vendría simiente para traer hijos en el mundo. “Y el lo consideró para sí mismo como bondad:” es decir, aunque este Koh era pura justicia, Abram lo estimó como misericordia. Otra explicación es que ligó lo superior con lo inferior para de esta manera juntarlos. Según la tradición, el Eterno dijo a Abram que no engendraría hasta que su nombre se hubiera cambiado en Abraham. Se ha planteado la pregunta de si acaso no había engendrado a Ismael cuando aún era Abram. La respuesta es que no había engendrado al hijo que le fuera prometido cuando todavía era Abram. Entonces él sólo engendró para el mundo inferior, pero cuando tuvo el nombre Abraham y entró en el pacto, engendró para el mundo superior. De ahí que Abram no engendró para la unión superior, pero sí lo hizo Abraham, como hemos dicho, y fue ligado en la altura por mediación de Yitzjak. “Y cuando Abram era de noventa y nueve años de edad...” En relación con este versículo R. Abba discurrió sobre el texto: ¿Pues quién es El Eterno fuera del Eterno, y quién es una roca fuera de nuestro El Eterno? (Shmuel 2,  2º Samuel 22:32). Dijo: Estas palabras del Rey David pueden parafrasearse así: ¿Qué gobernante celestial o capitán hay que pueda hacer algo sin el Eterno, algo con excepción de aquello que el Santo, Bendito Sea, le ha ordenado, pues todos están sujetos a El y nada pueden hacer por sí mismos? ¿Y qué poder fuerte hay que tenga en sí alguna potencia que no derive de nuestro el Eterno? Otra explicación es que una visión que muestran las estrellas no es como una visión que muestra el Eterno, pues ellas muestran una cosa y el Eterno la cambia. Y luego: “¿Quién es una roca –tsur-, salvo nuestro El Eterno?”, es decir, no hay modelador que modele desde sí mismo forma y la concluya en todos sus detalles y la inserte en ella el alma celestial que lleva semejanza a la divinidad. Mira ahora, cuando el deseo junta hombre y mujer sale de su unión un hijo en el que se combinan las formas de ambos, porque el Eterno lo ha modelado en un molde que pertenece a ambos. Por eso el hombre debe santificarse en tal tiempo, para que la forma sea todo lo perfecta posible. R. Jiyá dijo que son grandes las obras del Santo, Bendito Sea, pues el hombre es modelado como un microcosmos del mundo, y cada día el Eterno crea un mundo juntando las parejas apropiadas y El modela las formas de las descendencia antes de que nazcan. Ved, ahora lo que R. Simeón nos ha dicho, explicando el versículo: “Este es el libro de las generaciones de Adán”, que el Eterno mostró a Adán cada generación y sus estuel Eternoos... Esto no significa que vio a través del espíritu de la profecía que estaban destinados a venir al mundo, como uno que en sabiduría prevé el futuro, sino que significa que literalmente vio con sus ojos la forma en que estaban destinados a existir en el mundo. Fue capaz de hacerlo porque desde el día en que el mundo fue creado todas las almas que estaban destinadas a llegar a vivir en la humanidad existían ante el Eterno en la misma forma que estaban destinadas a asumir sobre la tierra. De la misma manera que los justos después de la muerte están vestidos en una forma similar a aquella que usaban en este mundo; y así Adán las vio con sus ojos. No cabe pensar que después de que las vio desaparecieron, pues todas las creaciones del Eterno existen ante El permanentemente hasta que descienden hacia abajo. De manera análoga, cuando Moishé dijo: “Con el que estuvo aquí en este día con Nosotros” (Devarím, Deuteronomio 29:14). entendemos que indica que se hallaban allí todos los que estaban por nacer. Este punto requiere un poco más de atención. Las palabras del texto son “el que estuvo aquí... y el que no está aquí con nosotros este día”. La palabra “estuvo” se halla omitida en la segunda mitad de la cláusula para mostrar que las generaciones futuras en realidad estaban allí, pero no eran visibles. Cabría preguntar por qué no eran aquí visibles del mismo modo que fueron visibles para Adán, pues había aquí más razón para ello. La razón es que cuando se dio la Torá a Israel, ellos miraron y vieron a otros lados y otros lados y quisieron contemplar la gloria del Amo de ellos, y por esto no tuvieron ojos sino para eso. La misma idea se expresa en las palabras del salmista: “Tus ojos vieron mi embrión” (Tehilím, Salmos 139:12). es decir, la otra forma celestial que se parece a la de sobre la tierra. Así comprendemos las palabras: “Quién es una tsur como nuestro El Eterno”, es decir, quién es un formador (tsayar) como el Eterno que modeló todo. También es posible explicar las palabras: “Pues, quién es El Eterno el Eterno,...” en una forma más completa. La palabra para “El Eterno” es aquí El, que significa la unión de todos los grados. Y hay un texto: “El está indignado todos los días” (Tehilím,  Salmos 7:12). que puede llevarnos a suponer que designa un grado separado. De ahí que dice aquí: “Quién es El sin su Nombre?”, que indica que El nunca está solo, desligado del Nombre YHVH; y de manera análoga no hay “Roca”, que significa el atributo de justicia, “sin nuestro El Eterno”. Hasta que Abram fue circuncidado, el Eterno solamente le habló en una visión, como ya se dijo: “La palabra el Eterno llegó a Abram en una visión” (Bereishís,Génesis 15:1). Por “visión” entendemos el grado en el cual son aparentes todas las figuras, y que simboliza el pacto. Esto parece contradecir lo que se dijo antes, que hasta que Abram fue circuncidado sólo se dirigió a él el grado al cual los otros grados no se hallan ligados. La verdad es que ese grado es efectivamente el reflejo de los grados superiores, y se volvió posible mediante ese reflejo; el cual refleja todos los colores. Estos simbolizan los atributos divinos; blanco a la derecha, rojo a la izquierda, y luego un color compuesto de todos los colores. En ese reflejo el Eterno se hallaba por encima de Abram y habló con él, aunque no estaba circuncidado. De

Balaam se dice que él vio “la visión de Shadai” (Bamidbar, Números 24:4).  y de Abraham se dice que el Eterno simplemente le habló “en una visión”. La diferencia es que Balaam sólo vio esos ángeles debajo del Todopoderoso, mientras que Abraham vio la Hé en la que se reflejan todas las figuras celestiales. Hasta que Abram fue circuncidado, sólo fue dirigido por el grado que mencionamos. Después de circuncidado, El Eterno se apareció a Abram, es decir, todos los otros grados aparecieron sobre este grado, y este grado se le dirigió sin reserva. Así, cuando Abram fue circuncidado emergió del estado inmaduro y entró en el pacto sobre el cual se basa el mundo, y el mundo fue firmemente establecido en consideración a él. Pues está escrito, “para mi pacto. Yo no he puesto las ordenanzas del cielo y la tierra”, y también: “Estas son las generaciones del cielo y la tierra”, y también: “Estas son las generaciones del cielo y la tierra cuando fueron creadas”, y en realidad la palabra Behibaream –(“cuando fueron creadas”)- puede leerse en anagramas a la vez como beabraham, por consideración a Abram y behebraam –(“los creó con Hé”)-, y ambos llegan a lo mismo. Cuando el Eterno mostró a Adán todas las generaciones futuras, las vio a todas en el Jardín del Edén en la forma que estaban destinadas a asumir en este mundo. Se nos dice que cuando vio a David sin lapso de vida asignado a él, se afligió, y le dio setenta años de los suyos. Por eso Adán vivió setenta años menos de mil, habiendo dado el resto a David. El hecho de que David sólo tuvo setenta años de Adán, el primer hombre, simboliza algo en el mundo superior, como lo hace todo aquí abajo. Observad que todas las formas de almas que han de nacer se hallan ante el Eterno en pares, y luego, cuando llegan a este mundo, el Eterno las une. R. Yitzjak dijo: el Eterno anuncia: La hija de fulano de tal para mengano. R. Yose dijo: ¿Cómo puede ser esto si la Escritura nos dice: “Nada hay nuevo bajo el Sol”? R. Judá dijo: Es verdad que el Eterno nada nuevo crea bajo el Sol, pero esto se hace arriba. R. Yose preguntó luego: ¿Por qué hay una proclamación, dado que como nos dijo R. Jizquiá, en nombre de R. Jiyá, la mujer de un hombre le es asignada en el momento mismo en que nace? R. Abba dijo: Felices son los justos cuyas almas son beatificadas ante el Santo Rey antes de que lleguen a este mundo. Pues se nos ha enseñado que cuando el Eterno

envía almas al mundo, ellas están formadas en pares de masculino y femenino y así subsiguientemente bajadas en la humanidad, no siempre ambas al mismo tiempo. Cuando llega su tiempo de matrimonio, el Eterno, que conoce cada espíritu y alma las junta como antes y proclama su unión. Así cuando están juntas se vuelven un cuerpo y un alma, derecha e izquierda al unísono, y de esta manera “nada hay nuevo bajo el Sol”. Puedes objetar que hay un dicho según el cual: “Un hombre sólo obtiene la mujer que merece”. Esto es así, y significa que si lleva una vida virtuosa tiene el privilegio de casarse con su propia verdadera pareja, cuya alma emergió al mismo tiempo que la suya. R. Jiyá preguntó: ¿Dónde puede un hombre de buen carácter buscar su alma pareja? Él contestó: Hay un dicho según el cual el hombre ha de vender sus bienes para contraer matrimonio con un hija de un sabio, pues el tesoro especial del Eterno está depositado en el estuel Eternoo de la Torá. También hemos aprendido en la Mischná esotérica que uno cuya alma está por segunda vez sobre la tierra puede por la plegaria anticipar otra casando con la mujer que realmente le está destinada. Este es el sentido de la advertencia de los colegas “Es permitido dar palabra de casamiento a una mujer en la festividad, para que otro no se le anticipe con la plegaria”; y tienen razón. La palabra “otro” se emplea deliberadamente; por esta razón los matrimonios constituyen una tarea difícil para el Todopoderoso, pues en todos los casos: “Los caminos del Eterno son justicia” (Hoshea, Oséas 14:10). R. Judá planteó el interrogante a R. Eleazar. Dijo: Yo sé de matrimonios en el cielo, ¿pero, preguntaría, de dónde aquellos cuyas almas están por segunda vez en la tierra obtienen sus parejas? R. Eleazar le dio esta respuesta: Está escrito: “¿Qué hemos de hacer para conseguir mujeres para aquellos que han quedado?” (Shofetím, Jueces 21:7). , y, luego: “Cada hombre tomará su mujer, etc.” (Shofetím, Jueces 21:21). Ese relato de los benjaminitas nos muestra cómo puede hacerse, y de ahí el dicho “para que otro no se le anticipe por sus plegarias”. R. Judá dijo: No hay que extrañarse de que digamos que los matrimonios constituyen un problema difícil para el Todopoderoso. Feliz la suerte de los hijos de Israel que aprenden de la Torá los caminos del Eterno y todas las cosas ocultas y aun los más secretos de Sus misterios. “La Ley del Eterno es perfecta”, dice la Escritura. Feliz la suerte de aquel que sin interrupción se ocupa con la Torá, pues si un hombre abandona la Torá, por un momento, es como si abandonara la vida eterna, como se dice: “Pues El es tu vida y la longitud de tus días” (Devarím, Deuteronómio 30:20). y luego, “pues que concederán largura de días y años de vida y Paz” (Mishlei, Proverbios 3:2). “Ahora Abram era de noventa años de edad...” R. Yose discurrió sobre el texto: “Todo tu pueblo es de justos, ellos heredarán el país para siempre. (Yeshayahu, Isaías 60:21). Dijo: Felices son los hijos de Israel por encima de todos los pueblos, por que el Santo, Bendito Sea, los ha llamado justos. Hemos aprendido de la tradición que hay ciento veintiocho mil creaturas aladas que vuelan por el mundo prontas para cazar toda voz que oyen. Pues como la tradición nos cuenta, nada se hace en el mundo que no produzca cierto sonido y éste llega al firmamento y es tomado por esas creaturas aladas, para conducirlo a que sea juzgado, ya sea para bien o para mal, como está escrito: “Pues un pájaro del cielo llevará la voz y alguna avecilla llevará la noticia” (Kohelet, Eclesiastés 20:20). ¿Cuándo juzgan la voz? R. Jiyá dijo: Cuando un hombre duerme en su cama, cuando su alma lo abandona y atestigua contra él; es entonces que la voz es juzgada, pues dice así: “De la que duerme en tu seno guarda las confidencias de tu boca” (Mijá, Miqueas 7:5). , porque es ella quien atestigua contra el hombre. R. Judá dijo: Lo que un hombre hace en el día, su alma lo atestigua contra él de noche. Hemos aprendido lo siguiente: R. Eleazar dice: Al comienzo de la primera hora de la noche, cuando el día está terminando y el Sol se esconde, el que tiene las llaves del Sol concluye su proceso a través de las doce puertas que se hallaban abiertas durante el día, y todas están cerradas. Entonces un heraldo proclama a los guardianes de las puertas: “Cada uno a su lugar para poner cerrojo a las puertas”. Cuando el heraldo ha terminado, todos ellos se juntan y suben sin proferir un sonido. Entonces los ángeles acusadores abajo comienzan a agitarse y a volar por el mundo, y la Luna comienza a brillar y los trompeteros suenan un resoplido. Al segundo resoplido, los ángeles del canto empiezan y entonan ante el Eterno. También se levantan emisarios del castigo, y comienzan en el mundo el castigo. Entonces las almas de los hombres que están durmiendo dan su testimonio y son declarados culpables, pero el Santo, Bendito Sea, trata benévolamente a los hombres y deja que el alma retorne a su lugar. A medianoche, cuando el gallo canta sopla un viento del Norte, pero al mismo tiempo sale una corriente del Sur y golpea en contra, y la aquieta. Entonces el Santo, Bendito Sea, aparece para tratar con los justos en el Jardín del Edén. Feliz la suerte del hombre que a esa hora se levanta para estudiar la Torá, pues el Santo, Bendito Sea, y todos los justos escuchan su voz; pues así está escrito: “Oh Tú que habitas en los huertos, los compañeros escuchan tu voz; házmela oír a Mí” (Shir hashirím, Cantar de Cantares 8:13). el Eterno tiende en torno de él un cierto hilo de gracia que le asegura la protección de los ángeles superiores y de los inferiores, como está escrito: “De día el Eterno mandará su gracia, y de noche yo entonaré su canto” (Tehilím, Salmos 42:9). R. Jizquiá dijo: Todo aquel que estudia la Torá a esa hora tiene constantemente una parte en el mundo futuro. R. Yose le dijo, preguntándole: ¿Qué quieres decir con “constantemente”? Respondió: He aprendido que a medianoche, cuando el Santo, Bendito Sea, entra en el Jardín de Edén, todas las plantas del jardín son más plenamente irrigadas por la corriente que se llama “la corriente antigua” y “la corriente de la delicia”, cuyas aguas nunca dejan de fluir. Cuando un hombre se levanta y estudia la Torá a esa hora, el agua de esta corriente es derramada sobre su cabeza y lo irriga junto con las otras plantas del Jardín de Edén. Más aún, porque todos los justos en el Jardín lo escuchan se le acuerda un derecho a ser irrigado por esa corriente. Y de esta manera tiene constantemente una porción en el mundo futuro. R. Abba iba de viaje desde Tiberíades para encontrarse con otros estuel Eternoo en la casa de su suegro. Lo acompañaba su hijo R. Yaakov. Cuando hubieron llegado a Kfar Parsha, decidieron pasar allí la noche. R. Abba dijo a su anfitrión: ¿Tienes aquí un gallo? Le preguntó el anfitrión: ¿Por qué? Porque, dijo, quiero levantarme precisamente a medianoche. Le contestó que no necesitaba para ello un gallo. Yo tengo –agregó- un reloj de agua junto a mi cama y del cual el agua sale gota a gota hasta exactamente a medianoche. Cuando toda el agua se ha vaciado y la rueda gira para atrás, produce un fuerte ruido que despierta a toda la casa. Lo hice en consideración a cierto anciano que acostumbraba siempre levantarse a medianoche para estudiar la Torá. R. Abba dijo: Bendito sea el Eterno por haberme mandado aquí. A medianoche la rueda del reloj de agua osciló para atrás, y R. Abba y R. Yaakov se levantaron. Oyeron la voz de su anfitrión, que estaba sentado en la parte inferior de la casa con sus dos hijos y decía: Está escrito: “Medianoche me levantaré para agradecerte por tus juicios rectos” (Tehilím, Salmos 119:62). Como está omitida la palabra “a” podemos tomar “Medianoche” como una invocación del Santo, Bendito Sea, que, así dirige David porque El se encuentra con su comitiva a medianoche, por ser esa la hora en que El entra en el Jardín de Edén para conversar con los justos. R. Abba dijo a R. Yaakov: Verdaderamente tenemos ahora una oportunidad para asociarnos con la Schejiná. Así fueron y se sentaron a su lado y le dijeron: Repite lo que acabas de decir, porque es excelente. ¿De dónde lo tomaste? Respondió: Lo aprendí de mi abuelo. Él me dijo que durante las primeras tres horas de la noche los ángeles acusadores abajo andan activamente por el mundo, pero exactamente a medianoche el Eterno entra en el Jardín de Edén y abajo cesan las acusaciones. Estas ceremonias nocturnas arriba tienen lugar sólo exactamente a medianoche; esto lo sabemos de lo que se dice de Abram, que: “La noche fue dividida para ellos” (Bereishís, Génesis 14:15).  también de las palabras: “Y aconteció en la mitad de la noche” en el relato de Shemót (Shemót, Éxodo 12:29). , y de muchos otros pasajes en la Escritura. David lo sabía, porque - así como dijo el anciano- de esto dependía su reinado. Por eso acostumbraba levantarse a esa hora y cantar alabanzas, y por eso se dirigía al Eterno como “Medianoche”. También dijo: “Yo me levanto para dar gracias a Ti por Tus juicios rectos”, porque esta es la fuente de la justicia, y de aquí derivan los juicios de los reyes terrenales. Por eso David nunca omitía levantarse y cantar alabanzas a esa hora. R. Abba vino y lo besó diciendo: Seguramente es así. Bendito sea el Eterno que me ha mandado aquí. Pues la noche es el tiempo del juicio en todo lugar, como lo hemos establecido plenamente y como se ha comentado en presencia de R. Simeón. El joven hijo del anfitrión preguntó entonces: Si es así, ¿por qué dice “medianoche”? Contestó: Está establecido que la Majestad celestial se levanta a Medianoche. El muchacho dijo: Yo puedo dar otra explicación. R. Abba dijo: Habla, hijo mío, pues a través de tu boca hablará la voz de la Lámpara (R. Simeón) A esto dijo: Lo que yo he oído es lo siguiente: La noche es en verdad el tiempo del juicio real, y ese juicio se extiende por igual a todas partes. Pero, la Medianoche se nutre de dos lados, de la justicia y de la clemencia; solamente la primera mitad de la noche es el tiempo del juicio, pero la segunda mitad se halla iluminada del lado de la clemencia, de Jésed. Por eso David dijo “Medianoche”. R. Abba se levantó y puso sus manos sobre su cabeza y lo bendijo, diciendo: Efectivamente, pensé que la sabiduría sólo se encuentra en unos pocos piadosos favorecidos. Ahora veo que en la generación de R. Simeón hasta los niños están dotados de sabiduría celestial. Feliz eres tú, R. Simeón. Desdichada será la generación cuando tú partas de ella. Así estaban sentados hasta la mañana estudiando la Torá. R. Abba habló entonces sobre el texto: Tu pueblo todo es de justos, por siempre

heredarán la Tierra, una rama de mi plantío..” (Yeshayahu, Isaías 60:21).  Dijo: Nuestros colegas  han señalado que estas palabras no pueden tomarse literalmente, dada la cantidad de pecadores en Israel que violan los preceptos de la Ley. El sentido, como lo hemos aprendido en la enseñanza esotérica de nuestra Mishná, es: “Feliz Israel que trae una ofrenda aceptable al Todopoderoso al circuncidar a sus hijos en el octavo día. Por eso se torna porción del Tzadik,(“del Justo”), que es el fundamento del mundo y se lo llama justo; y por eso heredarán por siempre la tierra. Son “la rama de mi plantío”: es decir, una rama de esos vástagos que el Eterno plantó en el Jardín de Edén y de los cuales la tierra aquí mencionada es una. De ahí que Israel tiene una porción benigna en el mundo futuro, como está escrito: “Los justos heredarán la Tierra” (Tehilím, Salmos 37:29). También hemos aprendido: “La razón por la que el nombre de Abraham aparece por primera vez en conexión con la circuncisión. Es que cuando fue circuncidado se asoció con la letra Hé y la Schejiná “se posó sobre él”. R. Abba dijo: Feliz es Israel porque el Eterno lo que ha elegido de todos los pueblos y le dio este signo del pacto. Pues todo aquel que tiene este signo del pacto no descenderá al guehinóm si lo cuida adecuadamente, no sometiéndose a otro poder u obrando falsamente con el nombre del Rey. Traicionar a este signo es traicionar al nombre del Eterno, como está escrito: “Han obrado traidoramente contra el Eterno porque han alumbrado niños extraños” (Hoshea, Oséas 5:7). R. Abba dijo luego : Cuando un hombre toma a su hijo para iniciarlo en este pacto, el Eterno llama a los ángeles ayudantes y dice: “Ved qué criatura Yo he hecho en el mundo”. En ese momento Elías atraviesa el mundo en cuatro saltos y se presenta allí; y por esta razón se nos enseñó que el padre ha de preparar una silla especial en su honor, y decir: “Esta es la silla de Elías”. Si omite hacerlo, Elías no lo visita ni tampoco asciende y testifica ante el Todopoderoso que la circuncisión se ha efectuado. ¿Por qué Elías debe testificar? Por la razón siguiente. Cuando el Eterno le dijo: “¿Qué haces aquí, Elías?”(Melajím 1, 1º Reyes 19:9).  Él respondió: “He sido muy celoso para el Eterno, el Soberano de los Ejércitos, pues los hijos de Israel han abandonado tu pacto”. el Eterno le dijo: “Como tú vives, toda vez que mis hijos impriman esta señal en su carne, tú estarás allí, y la boca que objetó a Israel por abandonar el pacto, atestiguará que ellos lo observan”. Nuestros maestros también enseñaron que la razón por la que Elías fue castigado era porque trajo falsas acusaciones contra los hijos del Eterno. En ese momento era pleno día y se levantaron para marchar, pero el anfitrión vino a ellos y dijo: ¿No queréis terminar el asunto que estuvisteis tratando anoche? Le dijeron: ¿Qué quieres decir? El dijo: Mañana tenéis una posibilidad de ver al responsable por el pacto a Elías, pues mañana se celebra la circuncisión de mi hijo, y mi mujer os pide que estéis. R. Abba dijo: Estamos invitados a un acto piadoso y si nos quedamos será para ver la presencia divina. Consiguientemente permanecieron todo ese día. Cuando vino la noche el anfitrión reunió a todos sus amigos y estudiaron la Torá toda esa noche y ninguno de ellos durmió. El anfitrión les dijo: Que os plazca que cada uno haga una exposición de la Torá. Entonces uno comenzó a discurrir sobre el texto: Pues que hubo un desnudamiento de carne en Israel, porque el pueblo se ofrendó voluntariamente, bendecid al Eterno (Shofetím, Jueces 5:2). La razón por la que Débora y Barak comenzaron su canto con estas palabras fue la siguiente. Como se nos enseñó, el mundo descansa solamente sobre el pacto de la circuncisión de acuerdo con el versículo  “Si no fuera por mi pacto del día y la noche yo no hubiera establecido las ordenanzas del cielo y la tierra” (Yeremiyahu,  Jeremías 33:25):  De ahí que mientras Israel observa este pacto, el cielo y la tierra siguen en su ruta señalada. Pero si Israel descuida este pacto, el cielo y la tierra son perturbados y el mundo no recibe bendición. Ahora bien, en el tiempo de los Jueces, los Gentiles tuvieron poder sobre Israel sólo porque Israel descuidó este pacto, a tal punto que los hijos de Israel no descubrían la carne después de la circuncisión: esto lo indican las palabras: “Y los hijos de Israel abandonaron al Eterno”. De ahí que El los libró a la mano de Sisera, hasta que Débora vino e hizo que Israel se circuncidara adecuadamente; entonces sus enemigos cayeron ante ellos. De manera similar, como lo hemos aprendido, el Eterno dijo a Josué: “¿No conoces que los israelitas no están adecuadamente circuncidados, que la carne no fue descubierta, y entonces cómo esperas conducirlos al país y someter a sus enemigos?” De ahí que el Eterno le dijo: “Circuncidad de nuevo a los hijos de Israel” (Yehoshúa, Josué 5:2). Y hasta que se efectuó el descubrimiento, no entraron en el país y us enemigos no fueron sometidos. Así, aquí, cuando Israel se dedicó a observar sta señal, sus enemigos fueron sometidos y la bendición retorno al país. entonces, otro discurrió sobre el texto:”Y aconteció en el camino a la posada que el Eterno lo encontró y procuró matarlo”. Dijo: “A él” significa aquí Moishé. el Eterno le dijo: “¿Cómo puedes pensar en sacar a Israel de Egipto y humillar a un gran rey, si has olvidado mi pacto, pues tu hijo no está circuncidado?”. Entre tanto “procuró matarlo”: es decir, como lo hemos aprendido, Gabriel bajó en una llama de fuego para destruirlo, teniendo la apariencia de una serpiente quemante que quería eliminarlo. La forma de una serpiente fue elegida como emblema del rey de Egipto que se compara a una  Ziporah, serpiente (Yejezkel, Ezequiel 29:3).  sin embargo, advirtió a tiempo y circuncidó a su hijo, de modo que Moishé fue liberado. Está escrito: “Y Ziporah tomó un pedernal y cortó el prepucio de su hijo”, guiada por una inspiración repentina. Entonces otro discurrió sobre el texto: Y José dijo a sus hermanos, acercaos a mí, os ruego, y ellos se acercaron (Bereishís, Génesis 45:4). Dijo: Al ver que ellos estaban ya parados al lado de él, ¿por qué les dijo que se acercaran? La razón es que cuando les dijo: “Yo soy José vuestro hermano”, ellos se desconcertaron en silencio, al ver su estado real, y él les mostró la señal de pacto y les dijo: “Es a través de esto que yo alcancé el presente estado, al mantener eso intacto”. De esto aprendemos que quien guarda intacta esta señal del pacto está destinado a la reyecía. Otro ejemplo es Boaz, el cual dijo a Ruth: “Vive el Eterno, estate acostada hasta la Mañana” (Ruth 3:13).

Con esta conjuración él exorcizó su pasión, y porque guardó el pacto se convirtió en el progenitor  del más grande linaje de reyes, y del Mesías, cuyo nombre está ligado al del Eterno. Otro comentó entonces el texto: “Aunque un ejército acampe contra mí... en esto yo confiaré”. (Tehilím, Salmos 27:3) Dijo: Hemos aprendido que la palabra “esto” (zot) alude a la señal del pacto, que siempre está en la persona de un hombre y también tiene su contraparte arriba. Si es así, ¿por qué solamente David confiará en ello y ningún otro? La respuesta es que ese zot fue ligado a él en un grado peculiar, siendo la corona del reino. Fue a causa de que David no la guardó adecuadamente que el reinado le fue retirado por tiempo tan largo. Pues Zot también simboliza el reino superior de Jerusalem, la ciudad santa, y cuando David pecó salió una voz y dijo: “David, ahora serás separado de aquello con lo cual estuviste unido; eres expulsad de Jerusalem y el reino te es arrebatado”; de esta manera fue castigado en aquello en que había pecado. Y si David pudo ser castigado así, ¿cuánto más otros hombres? Otro discurrió entonces sobre el texto: “A menos que el Eterno haya sido mi ayuda, mi alma pronto estaría en silencio (Duma). (Tehilím, Salmos 94:17). Dijo: Hemos aprendido que este mismo pacto es lo que salva a Israel de descender al guehinóm y ser entregado a manos de Duma como otras naciones. Pues hemos aprendido que cuando un hombre abandona este mundo, numerosos ángeles descienden merodeando para tomarlo, pero cuando ellos ven esta señal del pacto santo lo dejan y no es librado a las manos de Duma, de modo de ser bajado al guehinóm. Ángeles de arriba y ángeles de abajo temen igualmente esa señal, y no se inflige tortura al hombre que fue capaz de guardar esta señal, porque mediante ellas es ligado al nombre del Santo, Bendito Sea. Así ocurrió con David, cuando fue destronado y arrojado de Jerusalem, temió que sería entregado a las manos de Duma y morir en el mundo futuro, hasta que le llegó el mensaje: “El Eterno también apartó tu pecado, para que tú no mueras” (Shmuel 2, 2º Samuel 12: 13). Entonces fue que exclamó: “A menos que el Eterno haya sido mi ayuda...”, etc. Otro discurrió entonces de la manera siguiente: ¿Qué quería significar David al decir, cuando huía de delante de Absalom: “Y él me mostrará a ambos, a él mismo (otó) y su habitación” (Shmuel 2, 2º Samuel 15:25). Dijo: ¿Quién puede ver al Eterno? En verdad la palabra otó significa aquí, no “a él”, sino “su señal”, y es como hemos aprendido, que cuando fue decretado el castigo a David, y él supo se debía a que no había guardado adecuadamente esa señal, que es la suma y sustancia de todo, y sin la debida observancia de la cual nadie puede llamarse justo, oró para que el Eterno le mostrara esa señal, temiendo que hubiese partido de él, porque de ella dependían, a la vez, su trono y Jerusalem. De ahí que uniera la señal y la habitación, significando que el reino conferido por esa señal sería restaurado a su lugar. Otro discurrió entonces sobre el texto: “Yo sólo veo en mi carne al Eterno” (Yov, Job 19:26). Dijo: Las palabras “mi carne” han de tomarse literalmente como el lugar donde está impreso el pacto, como hemos aprendido: “Cuando un hombre es marcado con esta santa impronta, a través de ella ve al Eterno”, porque el alma (neshamá) está ligada a este lugar. Por tanto, si no lo guarda, está escrito de él, “pierden el alma (neshamá) dada por el Eterno” (Yov, Job 4:9). Pero, si lo guarda, la Schejiná no se separa de él. No puede estar seguro de ello hasta que se casa, cuando por fin la señal entra en su lugar. Cuando el hombre y la mujer están juntos unidos y son llamados por un nombre, entonces el favor celestial descansa sobre ellos, el favor, Jésed, que sale de la sabiduría superior y está abarcada en el varón, de modo que la mujer también está firmemente establecida. Además, se ha señalado que la palabra para “el Eterno” en este pasaje, o sea, Eloah, se puede dividir en El, que significa la radiación de la Sabiduría; la letra Vav, significa el varón, y la letra Hé significa la mujer; cuando están juntos, se emplea el nombre Eloah, y la santa neshamá se une a este lugar. Y como todo depende de esta señal, está escrito: “Y en mi carne veré a Eloah”. Felices son los hijos de Israel, los únicos que están ligados al Santo, Bendito Sea, felices en este mundo y felices en el futuro; de ellos está escrito: “Pues los que adhieren al Eterno vuestro El Eterno, sois vivientes cada uno en este día” (Devarím, Deuteronómio 4:4). R. Abba dijo: Me asombra de que con tanto saber aún sigáis viviendo en esta aldea. Ellos le dijeron: Si los pájaros arrojados de sus hogares, no saben a dónde volar, como está escrito: “Como un pájaro que vaga desde su nido, así es un hombre que vaga desde su lugar” (Mishlei, Proverbios 27:8). Es en este lugar que hemos estudiado la Torá, porque es hábito nuestro dormir la mitad de la noche y estudiar durante la otra mitad. Y cuando nos levantamos por la mañana, el aroma de los campos y el murmullo de los ríos parecen instilar la Torá en nosotros, y así se fija en nuestras mentes. Una vez este lugar recibió castigo por descuido de la Torá y un número de denodados estuel Eternoos fue sacado: por eso estudiamos día y noche, y el lugar mismo nos ayuda; quien deja este lugar es como se dejara la vida eterna. Entonces R. Abba levantó sus manos y lo bendijo. Así estuvieron sentados durante la noche, hasta que al fin dijeron a algunos muchachos que estaban con ellos: Salid y ved si es de día, y cuando volváis que cada uno de vosotros diga algún trozo de la Torá a nuestro distinguido visitante. Salieron y vieron que era de día. Uno de ellos dijo: En este día habrá un fuego desde arriba. Otro dijo: Y en esta casa. Un tercero dijo: Hay un anciano que en este día será quemado con fuego. Guarde el Eterno, dijo R. Abba, que estaba muy perturbado y no sabía que decir. Exclamó: Un cordel de la voluntad divina fue agarrado sobre la tierra. Y así fue efectivamente, porque en ese día los compañeros vieron el rostro de la Schejiná y estuvieron rodeados de fuego. En cuanto a R. Abba, su rostro estaba enardecido con la ebriedad de la Torá. Se ha registrado que en ese día no abandonaron la casa, que estaba envuelta en

humo, y propusieron ideas nuevas como si en ese día hubieran recibido la Torá en el Monte Sinaí. Cuando se levantaron no sabían si era de día o de noche. R. Abba dijo: Mientras estamos aquí que cada uno diga alguna palabra nueva de sabiduría para ofrecer una adecuada retribución al dueño de la casa que hace la celebración. Entonces uno comenzó con el texto: “Bendito es el hombre a quien elegiste e hiciste que se acercara a Ti para que pueda morar en tus patios atrios; nosotros estaremos satisfechos con la bondad de tu casa, el santo lugar de tu Templo” (Tehilím, Salmos 65:5). Dijo que este versículo primero habla de atrios, luego de casa, luego de templo. Estos son tres grados, uno dentro del otro y uno encima del otro. Primero un hombre “mora en tus patios”, y de él se puede decir “el que queda en Sión y el que permanece en Jerusalem se llamará Santo” (Yeshayahu, Isaías 4:3). Como paso siguiente: “Estamos satisfechos con la bondad de tu casa”, que se explica por el texto: “Una casa ha de construirse con sabiduría”. Se ha de señalar que no dice “la sabiduría será construida como una casa”, lo que implicaría que la sabiduría misma se llama “casa”, sino “con sabiduría”, que alude al versículo “un río salió de Edén para irrigar el Jardín”. Por último, “el santo lugar de tu Templo” (Hejal) es la culminación de todo, como se nos ha enseñado: La palabra Hejal (“Templo”) se puede dividir en Hé y kol (“todo”), que implica que ambos están en él en unión completa. Las palabras iniciales del versículo: “Bendito es el hombre a quien elegiste e hiciste acercar a Ti”, indican que quien trae a su hijo como una ofrenda ante el Eterno complace con ello al Eterno, de modo que El lo acerca y coloca su morada en dos patios, que El une de modo de formar uno solo, y de ahí el plural “patios”. Por eso, cuando los hombres piadosos que vivieron en este lugar en tiempos pasados hicieron esta ofrenda de sus hijos, acostumbraban empezar exclamando: “Bendito aquel a quien elegiste y acercaste, él morará en tus patios”, mientras que los acompañantes presentes respondían: “Nosotros seremos satisfechos con la bondad de tu casa, el santo lugar de tu templo”. Luego el oficiante dijo la bendición: “Que nos santificó con sus mandamientos y nos ordenó iniciar al niño en el pacto d nuestro padre Abraham”, mientras los presentes respondían: “Como tú lo has iniciado...”. este ritual está de acuerdo con el dicho: “Un hombre primero ha de rogar por sí mismo y luego por su vecino”, como está escrito: “Y el sumo sacerdote hará expiación por él y, luego, por toda la congregación de Israel”, primero por él y, luego, por la congregación. A esta costumbre adherimos, pues si consideramos adecuado. R. Abba dijo: Seguramente es así, y quien no recita estas palabras se excluye de los diez pabellones que el Eterno se propone erigir para los justos en el mundo futuro, y que dependen de esto totalmente. Por eso hay en este versículo diez palabras, cada una de las cuales, si se las recita con fe apropiada, es para hacer un pabellón. Feliz vuestra suerte en este mundo y en el mundo por venir, pues la Torá se halla establecida en vuestros corazones como si hubierais estado personalmente en el Monte Sinaí cuando la Ley le fue dada a Israel. Otro comentó el texto: “Harás para mí un altar de tierra, y sacrificarás sobre él tus ofrendas de holocausto y tus ofrendas de paz” (Shemót, Éxodo 20:24). Dijo: Hemos aprendido que quien hace la ofrenda de su hijo es estimado no menos digno que si hubiera ofrendado al Eterno todos los sacrificios en el mundo y hubiese construido un altar ante El. Por eso es adecuado que haga una especie de altar en la forma de un recipiente lleno de tierra sobre el cual pueda efectuarse la circuncisión, de modo que el Eterno se lo reconozca como si hubiese sacrificado sobre él ofrendas de holocausto y ofrendas de paz, ovejas y bueyes, y estar aún mejor complacido con ello. Pues así está escrito en la segunda mitad del texto: “En cada lugar donde yo registro mi nombre vendré a ti y te bendeciré”, donde las palabras: “Yo registraré mi nombre” se refieren a la circuncisión, de la cual está escrito: “El secreto del Eterno está con aquellos que lo temen, y él les mostrará su Pacto” (Tehilím, Salmos 25:14). Lo mismo en cuanto al altar de tierra. En el versículo siguiente leemos: “Y si tú me haces un altar de piedra”. Estos se refiere al prosélito que viene de un pueblo terco y de corazón petrificado. El texto continúa: “No construirás de piedras picadas”. Esto significa que el prosélito debe entrar en el servicio del Eterno y no debe ser circuncidado hasta que elimina de su mente el culto extraño que practicó hasta entonces y aparta de su corazón la petrificación. Pues si es circuncidado antes de hacerlo, es como una estatua que aunque tiene figura, sigue siendo piedra. De ahí que “no construirás de piedras picadas”, pues si aún es obstinado, “has alzado tu herramienta y la has manchado”. Es decir, el acto de la circuncisión no le es aplicable. De ahí que es feliz la suerte de aquel que trae esta ofrenda con alegría y con esto es grato a el Eterno; y es adecuado que se regocije en esta merced el día entero, como está escrito: “Pues todos aquellos que ponen su confianza en Ti se regocijarán, siempre estallarán en júbilo, y los que aman Tu Nombre se exaltarán en Ti” (Tehilím, Salmos 5:12). Otro discurrió entonces sobre el texto: “Y cuando Abraham era de noventa año (literalmente año) y nueve años de edad, el Eterno apareció...y le dijo, Yo soy el Eterno Todopoderoso, camina delante de mí” (Bereishís, Génesis 17:1). Este versículo presenta varias dificultades. En primer lugar, parece implicar que el Eterno se apareció a Abraham ahora cuando había alcanzado esa edad, mientras que el Eterno ya había hablado a Abraham en varias ocasiones (Bereishís, Génesis 12, 1; 13:14; 15:13). Luego, la palabra “años” se menciona dos veces, primero en singular (shaná) y luego en plural (shanim). Como nuestros maestros lo han afirmado, la respuesta es que mientras Abram estaba cerrado en cuerpo, y por eso, de corazón, el Eterno no se le reveló plenamente, y de ahí que no se dice hasta entonces que el Eterno apareció a Abraham. Pero ahora, el Eterno apareció a él porque ahora el Eterno estaba por exponer a él esa señal y santa corona, y, además, porque el Eterno deseaba extraer de él santa simiente, y esto no era posible mientras su carne estaba cerrada; pero ahora, cuando tenía noventa y nueve años y se acercaba el tiempo para que saliera de él santa simiente, era adecuado que primero él mismo fuese santo. De ahí que en esta ocasión su edad mencionada, y no en todas las otras cuando el Eterno le habló. Además la expresión “noventa año” en vez de “noventa años”, indica que todos sus años previos se contaban como un año único y que su vida no había sido vida. Pero ahora que había llegado a este punto sus años eran realmente sus años. Además podemos preguntar porque el término “El Eterno Todopoderoso” (El Shadai) se emplea aquí por primera vez. La razón, como lo hemos aprendido, es que el Eterno ha hecho coronas inferiores que no son santas y que, de hecho, manchan, y ellas marcan a todos los que no son circuncidados. La marca consiste de las letras Shin y Dalet, que forman la palabra Shed, que significa demonio, y por eso están manchados con los demonios y adhieren a ellos. Pero, en cambio, después de la circuncisión, escapan de ellos y entran bajo las alas de la Schejiná, al desplegar la letra Yod, la marca santa y la señal del pacto perfecto y se halla estampado sobre ellos el nombre Shadai (“Todopoderoso”), completo en todas sus letras. De ahí que en conexión con esto encontramos: “Yo soy El Shadai”. Dice luego: “Camina delante mío y sé perfecto”, que es como decir: “Hasta aquí fuiste defectuoso, estando marcado sólo con Shin y Dalet; por eso circuncídate y tórnate completo por el signo de Yod”. Y quien está así marcado hállase pronto para ser bendecido por este nombre, como está escrito: “Y El Eterno Todopoderoso (El Shadai) te bendecirá” (Bereishis, Génesis 28:3). es decir, la fuente de las bendiciones, que domina las “coronas inferiores” e inspira en todas ellas temor y temblor. De ahí que todas las que no son santas se mantienen apartadas de uno que es circunciso, y no tienen poder sobre él. Además, nunca es mandado abajo al guehinóm, como está escrito: “Tu pueblo todo es de justos, ellos heredarán para siempre la Tierra” (Yeshayahu, Isaías 60:21). R. Abba dijo: Felices son en este mundo y en el mundo por venir. Yo soy feliz porque he venido a oír estas palabras de vuestras bocas. Sed todos santos, sois todos hijos del Santo Eterno, de vosotros está escrito: “Uno dirá yo soy del Eterno, y otro lo llamará por el nombre de Yaakov, y otro suscribirá con su mano al Eterno y se llamará con el nombre de Israel” (Yeshayahu, Isaías 44:5), Cada uno de vosotros se halla estrechamente ligado al Santo Rey en lo alto: son los poderosos capitanes de ese país que se llama “el país de los vivientes”, cuyos principios se alimentan del maná del santo rocío. Otro discurrió entonces sobre el texto: “Feliz eres, Oh país, cuando tu rey es un hijo de la libertad y tus príncipes comen en estación debida” (Kohelet,  Eclesiastés 10:17). Justo antes de esto está escrito: “Desdichado tú, oh país, cuando tu rey es un niño y tus príncipes comen por la mañana”. Hay una contradicción aparente pero no real entre estos versículos. La referencia en el versículo: “Feliz eres tú, Oh país”, es el reino superior que tiene control sobre toda la vida de arriba y por eso se llama “país de los vivientes”. Sobre éste está escrito: “Un país que el Eterno tu el Eterno cuida continuamente” (Devarím, Deuteronomio, 11:12).  y luego “un país donde comerás pan sin escasez, en él nada te faltará” (Devarím, Deuteronomio 8:9). ¿Por qué es así?, porque “tu rey es un hijo de la libertad”. Con esto se quiere designar al Santo, Bendito Sea, al que se llama “hijo de la libertad” por causa del Jubileo, que es la fuente de la libertad. Es verdad que de acuerda a esta explicación podríamos esperar tener en nuestro texto la palabra Jerut (“Libertad”) y no como está escrito, jorín (“libres”). La razón es, como lo hemos aprendido en nuestra Mishná secreta, que cuando la Yod se une con la Hé producen “el río que sale de Edén para irrigar el Jardín” (Bereishís, Génesis 2:10). En realidad puede tener confusión el decir “cuando se unen”, porque están efectivamente unidos, y por eso está escrito ben jorín. De ahí que: “Feliz eres tú, Oh país, cuando tu rey es un ben jorín y tus príncipes comen en estación debida, con alegría, con santidad y con la bendición del Eterno”. Por otro lado: “Desdicha a ti, Oh país, cuando tu príncipe es un niño”. Este es el país del mundo inferior, pues así hemos aprendido: “Todos los países de los Gentiles han sido entregados a grandes capitanes que son nombrados sobre ellos, y encima de todo está ése del cual está escrito: “Yo fui un muchacho y ahora soy viejo” (Tehilím, Salmos 37:25), palabras que, según la tradición, pronunció el “Príncipe del globo”. De ahí que “Desdicha para ti, Oh país, cuando tu rey es un muchacho”; es decir, desdichado el mundo que extrae sostén de ese lado. Pues cuando Israel está en cautividad, deriva su sostén de un poder extraño. Además, “Cuando tus príncipes comen por la mañana”, es decir, por la mañana solamente y no todo el día o en cualquier otro momento del día. Pues hemos aprendido que a la aurora cuando los hombres salen y se inclinan ante el Sol, se suspende la ira de sobre el mundo, y en el tiempo de la plegaria de la tarde también se suspende la ira sobre el mundo. ¿Por qué es eso? Porque “tu rey es un muchacho”, es decir, el que es llamado “muchacho”. Pero vosotros, verdaderos piadosos, santificados para los de arriba no deriváis sostén de ese lado, sino de ese santo lugar de arriba. De vosotros está escrito: “Los que adherís al Eterno sois todos vivientes en este día” (Devarím, Deuteronomio 4:4). R. Abba comentó entonces el texto: “Cantaré del amado mío el canto de mi amigo respecto de su viña...” (Yeshayahu, Isaías 5:1). Dijo: Este pasaje presenta muchas dificultades. En primer lugar mas debiera llamarse una “reprobación” que un “canto”. Luego, ¿por qué primero “amado” y luego “amigo”? También encontramos que en ninguna otra parte aparece la mención de un lugar llamado “Keren Ben Shemen”, (“Cuerno del hijo del óleo”). Nuestros colegas han expuesto estos versículos de muchas maneras, y todas están bien, pero yo los explico de la manera siguiente: La palabra “amado” contiene una referencia a Yitzjak, que fue llamado así antes de haber nacido. Pues hemos aprendido que el Eterno le mostró gran amor al no dejar que naciera hasta que su padre Abraham se hubiese circuncidado y fuese llamado perfecto y se hubiese completado por la adición de la letra Hé a su nombre. También a Sarah le fue dada una Hé. Aquí surge una cuestión. Comprendemos la Hé para Sarah. Pero para Abraham la letra agregada debió ser no Hé, sino Yod. La razón es en verdad profunda y recóndita. Abraham se elevó a la etapa más alta y tomó como su letra adicional la Hé más elevada, que simboliza la esfera del varón. Pues hay dos Hé simbólicas, una más elevada y otra más baja, una asociada con el varón y la otra con la mujer. De ahí que Abraham ascendió con la Hé de la esfera más elevada, y Sarai descendió con la Hé de la esfera más baja. Además está escrito: “Así (koh) será tu simiente”, como lo hemos aprendido, ha de tomarse exactamente, de Yitzjak. Pues fue él quien entró en este pacto desde su nacimiento, y todo aquel que entra desde su nacimiento entra realmente. Por esta razón un prosélito que es circuncidado se lo llama “un prosélito de justicia”, porque no proviene de la santa estirpe que ha sido circuncidada. Por eso, a uno que entra de esta manera se lo llama con el nombre del primer pionero, “Abraham”. Así también le fue dada la letra Hé; y si ella no hubiera sido dada también a Sarah, Abraham necesariamente habría engendrado en un nivel más bajo. Pero cuando le fue dada he a Sarah, las dos Hé fueron juntadas y produjeron en un nivel más elevado, y el que salió de ellos es Yod. De ahí que Yod es la primera letra del nombre de Yitzjak, que simboliza al varón. Desde este punto el principio masculino comenzó a extenderse, y por eso está escrito: “Tú diste verdad a Yaakov” (Mijá, Miqueas 7:20).  que pone de manifiesto que Yaakov completó el edificio. Cabe preguntar: “¿Abraham estaba solamente ligado a este grado y a ninguno más?” Si es así ¿por qué se dice “bondad (Jésed) a Abraham”?  (Mijá, Miqueas 7:20). La respuesta es que Jésed fue su porción porque él trató bondadosamente con la humanidad pero para tener hijos fue aquí que se ligó y aquí comenzó. De ahí que Abraham no se circuncidó hasta la edad de noventa y nueve años. La razón íntima para ello es bien conocida y nuestra Mishná la explicó. Por esta razón Yitzjak tipifica la justicia severa, que fue su porción, pero por engendrar fue llamado “bondad” (Jésed). De ahí que Yaakov coronó el edificio en uno y otro lado. Con respecto a los afanes de Abraham e Yitzjak por porciones de arriba, él fue la culminación. Con respecto al privilegio que se les otorgó de engendrar hijos mejores que ellos, también fue él la culminación. De ahí que la Escritura dice de él: “Israel en quien Yo me glorifico” (Yeshayahu, Isaías 49:3). En él se hallaban unidos atributos de los de arriba y de los de abajo. Por eso se emplea la palabra “canto” en este pasaje. Según algunos la locución “amado mío” aquí se refiere a Abraham, que transmitió esa herencia; pero es más correcto referirse aquí a Yitzjak, como lo hago yo. Continuando: “El canto de amigo a su viña” se refiere al Santo, Bendito Sea, que comúnmente es llamado “amigo”, (dod), como en el versículo: “Mi amigo es blanco y rubicundo” (Shir hashirím, Cantar de Cantares 5:10).  Así, mi amado se une con mi amigo, que es masculino, y de él brota una viña, como está escrito: “Mi amado tenía una viña”. La Escritura dice luego que esta viña creció en “Keren-Ben-Shemen”. Este “Keren” es el mismo que el “cuerno” (keren) del Jubileo y está unido con el masculino que se llama Ben Shemen, (“hijo del óleo”), que es el mismo que ben jorín (“hijo de la libertad”). “Shemen” se menciona porque es la fuente del óleo para encender las lámparas del entendimiento. Este óleo hace brillar los rostros y tiene encendidas lámparas hasta que es reunido en un cuerno, que entonces se llama “el cuerno del Jubileo”. Por esta razón la realeza siempre es ungida de un cuerno; y la razón por la cual duró el reinado de David fue porque había sido ungido de un cuerno y le fue leal. Las palabras siguientes son: “Puso una cerca alrededor y quitó piedras”, es decir, alejó de sí y de su parte a todos los capitanes celestiales y campeones celestiales y todas las “coronas de abajo”, y eligió como su parte a esa viña como está escrito: “Pues la parte del Eterno es su pueblo, Yaakov es el lugar de su herencia” (Devarím, Deuteronómio 32:9). Además: “La plantó con la vid noble, simiente en todo recta” (Yeremiyahu, Jeremías 2:21). Nuestro texto cierra con las palabras: “Él construyó una torre en el medio”; la “torre” en la que se menciona en el versículo: “El nombre del Eterno es una torre fuerte...” (Mishlei, Proverbios 18:10). “Y también puso en ella una prensa de vino”: esta es la “puerta de la justicia” que se menciona en el versículo: “Abre para mí las puertas de la justicia” (Tehilím, Salmos 118:19). De esto aprendemos que cada israelita circuncidado tiene la entrada a la vez en la torre y en la puerta. El que hace esta ofrenda de su hijo lo pone bajo la égida del Nombre Santo. En esta señal también se basan el cielo y la tierra, como está escrito: “Si no ha de subsistir mi pacto con el día y la noche, y si yo no he establecido las leyes del cielo y de la tierra” (Yeremiyahu, Jeremías 33:25). Nuestro anfitrión de hoy tuvo el privilegio de ver al Santo, Bendito Sea, cara a cara en este día. Felices nosotros que hemos vivido para ver este día, y feliz tu suerte con nosotros. Al hijo que te ha nacido le aplico las palabras de la Escritura: “Cada uno que es llamado por mi nombre... Yo lo he formado, yo lo he Hecho” (Yeshayahu, Isaías 43:7). también el versículo: “Y todos tus hijos serán enseñados del Eterno” (Yeshayahu, Isaías 54:13). Entonces se levantaron y escoltaron a R. Abba en su camino tres millas. Le dijeron: Tu anfitrión que hizo la ceremonia merece todo honor que ha recibido, porque su acto fue doblemente piadoso. El preguntó qué querían decir con eso y ellos le contestaron: La mujer de este hombre había sido primero la mujer de su hermano, que murió sin hijos, y así él casó con ella, y siendo este el primer hijo, lo llama por el nombre de su hermano muerto, como se dice en (Devarím, Deuteronomio 25:5-10). R. Abba dijo: Desde hoy en adelante su nombre será Iddi; y de hecho creció para ser el bien conocido Iddi bar Yaakov. Entonces R. Abba les dio su bendición y continuó su viaje. Cuando llegó a su hogar, informó a R. Eleazar de todo lo que había ocurrido, pero temía de contárselo a R. Simeón. Un día en que estaba estudiando con R. Simeón, éste último dijo: Está escrito: “Y Abraham cayó sobre su rostro y el Eterno habló con él diciéndole: En cuanto a Mí, has de tener presente que mi pacto es contigo”. Esto muestra que hasta que fue circuncidado, acostumbraba a caer sobre su rostro cuando el Eterno hablaba con él, pero después de ser circuncidado permanecía derecho de pie sin temor. Luego las palabras “pues, mi pacto es contigo” muestra que lo que encontraba circuncidado. R. Abba le dijo: Quizás tu honor me permitiría relatar algunas ideas excelentes que he oído sobre este tema. - Habla, dijo - Pero tengo miedo, continuó R. Abba, que la gente que me ha contado pueda sufrir por causa de lo que yo cuente. - Guarde el Eterno, dijo R. Simeón. Recuerda el versículo: “No temerá por causa de malas noticias, su corazón está firme confiando en el Eterno”. Entonces le contó lo que había ocurrido, y le relató todo lo que había oído. R. Simeón dijo: ¿Piensas decir que conociste todo esto y no me dijiste una sola palabra? Te ordeno que en los próximos treinta días hagas todo por olvidarlo. ¿La Escritura no dice, acaso: “No retengas bien de aquellos a quienes es debido, cuando está en tu poder hacerlo”? Y así aconteció. R. Simeón dijo luego: Ordeno que estas explicaciones sean lanzadas a Babilonia, es decir, entre nuestros colegas en Babilonia. R. Abba estaba muy afligido de ello. Un día, R. Simeón, al verlo, dijo: Tus miradas ponen de manifiesto alguna tristeza interior. Él respondió: No estoy triste por mí mismo, sino por ellos. Él contestó: Que el Eterno evite que sean castigados por cualquier cosa, excepto por hablar demasiado abiertamente. Pues van al exilio entre los colegas y han de aprender cómo guardar las cosas para ellos. Estos asuntos no son para divulgarse, salvo entre nosotros, pues el Santo, Bendito Sea, ha confirmado nuestras ideas y nos ha hecho instrumentos para descubrirlas R. Yose dijo: Está escrito: “Entonces tu luz se abrirá como la mañana” (Yeshayahu, Isaías 68:8), Esto significa que el Santo, Bendito Sea, un día proclamará con respecto a sus hijos: “Entonces tu luz estallará como la mañana y tu curación saltará veloz y tu justicia irá delante de ti y la gloria del Eterno será tu recompensa”.


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