CENTRO CABALISTA
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ZOHAR Mishpatim

MISHPATIM


 

Y estas son las leyes que les expondrás. R. Simeón introdujo aquí el tema de la   transmigración de las almas, diciendo: Onkelos traduce las palabras arriba citadas como sigue: “Estas son las leyes que ordenarás ante ellos”. En otras palabras, “Estos son los órdenes de la metempsicosis; los juicios de las almas por los que cada una recibe su castigo apropiado”. Asociados, ha llegado ahora el tiempo de revelar diversos misterios ocultos y secretos acerca de la trasmigración de las almas. Cuando comprares un siervo hebreo, seis años te servirá. Cuando un alma está condenada a pasar la transmigración, ha de ser una que ha emanado del lado del Servidor, Metatrón, que representa en sí seis aspectos, y entonces las sucesivas revoluciones de esa alma no serán más que seis años (es decir, veces) hasta que haya completado los seis estael Eterno que conducen de vuelta a la región de donde vino. Pero si el alma ha emanado de la esfera de la Shejiná Misma, que el número siete simboliza, ella “saldrá libre”, porque su dueño es justo, y no está sujeto al trabajo o la servidumbre. Y aconteció que cuando Rabí Simeón habló estas cosas, bajó a su lado cierto “anciano” y dijo: Si es así, Maestro, ¿dónde está el deleite adicional del alma que de ello emana y que indican las palabras “En él no hagas obra alguna tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo.. .?”(Shemot, Éxodo 20, 10.) Rabí Simeón contestó: Oh venerable anciano,

¿puede un hombre de tu versación preguntar esto? Este versículo seguramente habla del alma del Justo y nos enseña que aunque ella puede tener que pasar la trasmigración en alguna de éstas, aun en un siervo o una sierva, o en un animal, sin embargo “no harás ninguna clase de trabajo” o, lo que es la misma cosa, “no lo harás servir como un siervo”. Pero, hombre viejo, la dificultad es ésta. Dado que Shabos es una hija única y que ella es la pareja del Justo, ¿qué significan las palabras de nuestro texto “si le toma otra mujer”? El contestó: estas palabras se refieren a los días de semana. ¿Qué simbolizan éstos? preguntó. El dijo: Estos son la sierva que es el cuerpo de la única hija. Observad esto. Hay un alma que se llama sierva y hay también un  alma que se llama la hija del Rey. Y bien, en cuanto al alma que está condenada a sufrir  transmigración, si es la hija del Santo, Bendito Sea, no podemos suponer que sea vendida a un cuerpo extraño que está bajo el dominio del mal espíritu que emana del lado de Samael, pues está escrito: “Yo soy el Eterno; este es Mi nombre, y Mi gloria no la daré a otro, ni Mi alabanza a los ídolos”(Yeshayahu, Isaías 42, 8.) Ni cabe pensar que el cuerpo que hospeda a la hija del rey pueda ser vendido al poder de coronas terrenales de contaminación. Contra esto dice la Escritura: “Y la tierra no será vendida a perpetuidad” (Vayikra, Levítico 25, 23.) ¿Cuál es el cuerpo de la hija del Rey? Metatrón, y este mismo cuerpo es idéntico con la sierva de Shejiná. Sin embargo, el alma que es la hija del Rey es mantenida prisionera allí, debiendo experimentar la transmigración. Según otra interpretación, “hombre” significa aquí el Santo, Bendito Sea; “su hija” designa la Comunidad de Israel, que emana de la esfera de la “Hija Única”. Por eso el versículo indica que cuando El Eterno libera a Su pueblo de las naciones del mundo “él no saldrá” como los siervos varones, es decir, como hicieron los hijos de Israel cuando abandonaron Egipto apresuradamente. Porque en ese tiempo se encontraban en el grado de “sirvientes”, representado por Metatrón, que sólo es la portadora de la Shejiná. Pero en los días del Mesías “ellos no salen con prisa, ni huyen” (Yeshayahu, Isaías 52, 12.) de su cautiverio. Ved, ahora. Cuando ha nacido en el mundo un ser humano se le da un alma (néfesh) de la esfera “animal” primordial, m esfera de la pureza, la esfera de los que se llaman “Ruedas Santas”, es decir el orden superior de los ángeles. Si es más afortunado, será dotado con un espíritu (Rúaj) que pertenece a la esfera de las Jayot santas. Si tuviera un mérito potencial aún mayor, se le da un alma (neschamá) de la región del Trono. Estos tres grados de personalidad son la “sirvienta”, el “sirviente” y la “sierva” de la hija del Rey. Y si el ser recién creado merece aún más, el alma puesta en su forma corpórea se deriva, a través de un proceso de emanación (atzilut), de la esfera de la “Hija Única”, y se llama “la hija del Rey”. Si su mérito es mayor todavía, será dotado con un espíritu (rúaj) que deriva, a través de emanación, de la esfera de la  “Columna central”, y su poseedor se llama entonces “El hijo de! Santo”, como está escrito: “Hijos sois del Eterno, vuestro El Eterno” (Devarim, Deuteronomio 14, 1.) Si fuera de valor mayor aún, se le da un alma (neschamá) de la esfera del Padre y la Madre, acerca de lo cual está escrito: “Y El sopló en sus narices el aliento (nischmat) de vida”(Bereishis, génesis 2, 7.) ¿Qué significa “vida”? Significa el Nombre Divino YH; y por eso está escrito de tales almas: “que toda el alma (todas las almas) alaben a YaH”(Tehilim, Salmos 150, 6.) Pero si aún adquiriera un mérito todavía mayor, le es otorgado el Nombre Santo YHVH en su plenitud, representando las letras Yod, He, Vav, He al Hombre en la esfera de la Atzilut superior y se dice que es “a la semejanza de su Eterno”, y en él se cumplen apropiadamente las palabras “Tened dominio sobre los peces del mar y sobre las aves del cielo y sobre todo animal que se mueve sabré la tierra” (Bereishis, génesis 1, 28.) porque su dominio lo es efectivamente sobre todos los firmamentos y todas las Ruedas y Serafines y Seres Vivientes (Jayot) y sobre todas las huestes de arriba y de abajo. Por eso, acerca de uno que ha alcanzado a la esfera de la “'Hija Única” y ha derivado su alma de allí, se dice: “Ella no saldrá como los siervos”. R. Jiyá y R. Yose se encontraron una noche en la torre de Tiro y estaban cada uno contento de la compañía del otro. R. Yose dijo: ¡Cuan alegre estoy de ver el rostro de la Shejiná! Porque durante todo mi viaje aquí me molestó el rechinar de un viejo carretero que me cansaba con toda clase de preguntas tontas; por ejemplo: “¿Cuál es la serpiente que vuela en el aire mientras entre sus dientes yace, sin ser molestada, una abeja? ¿Qué es lo que empieza en unión y termina en separación? ¿Qué águila es esa cuyo nido está en un árbol que todavía no existe y cuyos polluelos son saqueados por creaturas que aún no han sido creadas, y en un lugar que no es? ¿Qué son esos que cuando ascienden descienden, y cuando descienden ascienden? ¿Y qué es dos que son uno y uno que es tres? ¿Y quién es la virgen hermosa que no tiene ojos y cuyo cuerpo está oculto y sin embargo revelado, revelado en la mañana y oculto durante el día, y que está adornado con ornamentos que no existen?”. Así estuvo mortificándome todo el camino. Pero ahora tendré paz y tranquilidad, y podemos dedicarnos a comentar la Toráh en vez de derrochar el tiempo en charla vacía. R. Jiyá dijo: ¿No sabes nada de ese anciano? R. Yose respondió: Sólo sé que nada hay en él; porque si hubiera algo, habría expuesto algún texto de la Escritura, y el tiempo invertido en el camino no habría sido sin provecho. ¿Está el hombre viejo en esta casa?, preguntó R. Jiyá. Porque a veces ocurre que en vasijas que parecen vacías se pueden descubrir granos de oro. Sí, respondió R. Yose, está aquí, preparando forraje para su burro. Llamaron, pues, al carretero, y él vino a ellos. La primera cosa que el hombre viejo dijo fue: ¡Ahora los dos se han vuelto tres y los tres uno! R. Yose dijo: ¿No te he dicho que sólo habla insensatez? El viejo hombre se sentó y dijo: señores, sólo recientemente me he vuelto un carretero, tengo un joven hijo a quien envío a la escuela y al cual quiero criar en el estudio de la Toráh. Así, toda vez que veo en mi camino a un estudio lo sigo con la esperanza de aprender alguna idea nueva en relación con la. Torá, pero hoy nada nuevo oí. R. Yose dijo: De todas las cosas que te he oído decir, me sorprendió especialmente una, porque ponía de manifiesto excepcional necedad en un hombre de tus años, o también era que no sabías lo que estabas diciendo. El anciano dijo: ¿A qué te refieres? R. Yose dijo: A eso sobre la bella virgen y así sucesivamente. Entonces el viejo hombre comenzó así: “El Eterno está de mi lado, no estoy aterrado. ¿Qué me pueden hacer los hombres?... Es mejor confiar en el Eterno que poner confianza en príncipes” (Tehilim, Salmos 118:6-9). Cuan buenas, cuan amables, cuan preciosas, cuan superiores son las palabras de la Torá. ¿Las diré en presencia de sabios de los cuales aún no he oído una sola palabra de ilustración? Sin embargo, me siento impedido de hablar, y seguramente no se necesita ser tímido en hablar de cosas espirituales a cualquiera, sean o no sabios. Entonces el hombre viejo se envolvió en su capa, abrió su boca y dijo: Está escrito: “Si la hija de un sacerdote se casa con un extranjero, ella no puede comer de una ofrenda de cosas santas” (Vayikra, Levítico 22:12). A este versículo sigue otro versículo: “Pero si la hija del sacerdote es una viuda o divorciada, y no tiene hijo, y ha vuelto a la casa de su padre, como en su juventud, ella comerá de la vianda de su padre, pero ningún extranjero comerá de ella” (Vayikra, Levítico 22:18). Estos versículos son suficientemente sencillos en el sentido literal, pero la? palabras de la Torá también tienen una significación esotérica y cada palabra en ella contiene gérmenes ocultos de sabiduría, comprensible solamente para los sabios que están familiarizados con los caminos de la Toráh. Porque, verdaderamente, las palabras de la Toráh no son meros sueños. Y aun los sueños han de ser interpretados de acuerdo a ciertas reglas. Cuanto más, entonces, es necesario que las palabras de la Toráh, la delicia del Rey Santo, se expliquen de acuerdo con el camino justo. Y “los caminos del Eterno son rectos” (Hoshea, Oseas 4:10). Y bien, “la hija del sacerdote” es el alma superior, la hija de nuestro padre Abraham, el primero de los prosélitos, que tomó su alma de una legión superior. Y “una hija de sacerdote casada con un extranjero” se refiere al alma santa que emana de una región superior y entra en la parte oculta del Árbol de Vida, y cuando el aliento del Sacerdote superior ha insuflado almas en ese Árbol, esas almas vuelan de aquí y entran en cierta cámara de tesoro. ¡Desdichado el mundo que no sabe cómo cuidarse! Los hombres rebajan el alma junto con su mala inclinación, que es “el extranjero” y esta “hija de sacerdote”, el alma, baja a la tierra y encuentra su edificio en un “extranjero”; y porque es la voluntad de su Amo, ella entra allí y lleva el yugo y no puede afirmarse o perfeccionarse en este mundo. Así, cuando deja este mundo, ella “puede comer de una ofrenda de cosas santas”, como las almas que se han perfeccionado en este mundo. Aun hay otra significación para este versículo: Es una gran humillación para el alma santa entrar en un “extranjero”, es decir, en un prosélito, porque entonces ha de volar del Paraíso a una habitación construida de una fuente no circuncisa e impura. Pero hay aquí un misterio aún más profundo. Cerca de la columna que sostiene las ruedas donde las almas son colocadas soplando, hay dos escalas de pesar, una a cada lado: son las “balanzas de la justicia” y “balanzas de la decepción” que nunca dejan de moverse, y sobre ellas se levantan y caen almas, y aparecen y desaparecen. Hay almas que son violentamente capturadas y oprimidas cuando “'un hombre rige a otro hombre causándole mal” (Koheles, Eclesiastés 8:9). Porque este mundo está enteramente dirigido por el “árbol del conocimiento del bien y el mal”, y cuando los seres humanos andan en el camino de la justicia, las balanzas son pesadas en el lado del bien, y cuando andan en el mal camino se inclinan hacia el lado malo. Y todas las almas que se encuentran entonces sobre las balanzas son violentamente capturadas por el lado malo. Pero esto es “para su propio daño”; porque estas almas bajan y destruyen todo lo que encuentran en el lado malo, exactamente como los Filisteos capturaron el Arca sagrada para su propio daño. ¿Y qué se hace de esas almas? En libros antiguos está escrito que algunas de ellas se vuelven almas de gentiles piadosos y de estudiosos bastardos de origen judío, que, por su estudio, tienen un mérito más elevado todavía que un Sumo Sacerdote que no tiene conocimiento divino, aunque en virtud de su oficio entre en el Santo de los Santuarios. El anciano se detuvo y lloró por un momento. Los dos compañeros se asombraron, pero no dijeron nada, y después de un momento él continuó hablando sobre el versículo siguiente: Si ella (la servidora) no agradare a su Eterno, después de que la hubiera destinado para sí, permitirá que sea redimida; pero no podrá venderla a gente extraña, después de haberla engañado (Shemot, Éxodo 21:8). Dijo: este pasaje continúa el significado interno de “el hombre que vende su hija como una servidora”. Está escrito: “¿Quién no Te temería, oh Rey de las naciones? Porque a Ti te corresponde (el temor), ya que entre todos los sabios de las naciones, y en todos los reinos, ninguno hay comparable a Ti”(Yeremiyahu, Jeremías 10:7). ¡Cuánta gente entendió mal este versículo! Repiten las palabras, pero el sentido se les escapa. ¿Es el Santo, Bendito Sea, el “Rey de las naciones”? ¿No es El más bien el Rey de Israel? ¿No está escrito: “Cuando el altísimo repartió herencia a las naciones, cuando hizo separarse a los hijos de Adán, fue lijando los límites de los pueblos conforme al número de los hijos de Israel. Porque la porción del Eterno es Su pueblo”(Devarim, Deuteronomio 32:8-9). por lo cual se lo llama, Rey de Israel”? Si el  profeta aquí hubiera llamado a El Eterno “Rey de las naciones”, las habría alabado más de lo que ellas mismas se alaban, pues ellas solamente pretenden estar a cargo de Sus ayudantes servidores. También la última parte del versículo contradice esta idea, porque dice: “'Pues entre todos los hombres sabios de las naciones... no hay ninguno como tú”. Dado que las otras naciones tienen tanto de qué jactarse, es sorprendente que con este versículo no asciendan al cielo mismo. Pero, en verdad el Santo, Bendito Sea, ha cegado sus ojos y “todas las naciones sor: ante él como nada, y ellas se cuentan para él menos que nada y vanidad” (Yeshayahu, Isaías 40:17). Esta es la real verdad acerca de ellas. R Jiyá dijo: Y, sin embargo, está escrito: “El Eterno reina sobre las naciones”. El viejo hombre respondió: Veo que estuviste tras del muro de ellas y has llegado a sostenerlas con este versículo. Yo debo ante todo ocuparme con mi propia dificultad; pues como te he encontrado en el camino, primero te apartaré, y luego me ocuparé de apartar todos los otros obstáculos. Ve, ahora. Todos los Nombres del Santo, Bendito Sea, y todos los Nombres subsidiarios se ramifican en diferentes direcciones y están incluidos uno en otro y, sin embargo, se ramifican en varias sendas. Sólo un único aspecto no está tan dispersado, y éste es el único Nombre definido y particular, que es la heredad del solo pueblo particular, o sea, el Nombre Y HVH; pues está escrito: “Porque la porción de Y HVH es Su pueblo”; “Y vosotros que adherís a Y HVH”(Devarim, Deuteronomio 32:9;   4:4). , que significa a aquellos que adhieren a este Nombre mismo. Así, se ve que este Nombre Y HVH pertenece solamente a Israel. Por encima de todos los otros nombres hay uno que se extiende y separa hacia numerosas sendas, hacia sendas y caminos diversos, es decir, Elohim. Este nombre se ha transmitido a los seres de este mundo inferior y ha sido compartido por los Capitanes y ángeles ayudantes que guían a otras naciones. De ahí que leemos: “Y Elohim vino a Balaam de noche” (Bamidbar Números 22:20). “Y Elohim vino a Abimélej en el sueño de la noche (Bereishis, génesis 20:3).  y lo mismo es verdad en cuanto a todos los principados y poderes asignados sobre las naciones, pues todos están incluidos en este Nombre y aun sus objetos de culto encuentran lugar en él. Y así es este nombre y aspecto de la Divinidad que reina sobre las naciones, pero no el Nombre peculiar, porque en éste ellas no tienen parte, dado que reina sobre Israel solamente la nación única, la nación santa. Pero esto no significa que las palabras “¡Quien no te temerá, oh Rey de las naciones!” hayan de interpretarse en este sentido, o sea, que El es el Rey de las naciones en Su atributo de Elohim, que representa la severidad y la justicia. Porque, como ya señalé, este Nombre significa aun los objetos del culto pagano. Dado que el muro en el cual os habéis recostado ha sido sacudido, emplead un poco de sutileza para alcanzar el sentido verdadero de las palabras. Es éste: “¿Quién es el rey de las naciones que no te temerán?” La inversión del orden es similar a la que se encuentra en el versículo: “Alabad al Eterno. Alabad vosotros servidores del Eterno”(Tehilim, Salmos 113:1). que no significa que han de ser alabados los servidores del Eterno, sino que ha de leerse como “Servidores del Eterno, alabad al Eterno”. Los dos compañeros se alegraron y lloraron, pero no dijeron nada. El viejo hombre también lloró, como lo había hecho antes. Entonces prosiguió: está escrito: “Y ella (Sara) dijo a Abraham, arroja a la sierva y su hijo”(Bereishis, génesis 21:10). que los sabios interpretaron como significando que Sara deseaba limpiar su casa de idolatría y por eso se le dijo a Abraham: “En todo lo que Sara te ha dicho, escucha su voz” (Bereishis, génesis 21:12). Ahora aquí leemos: “Y si un hombre vende su hija para que sea una servidora, ella no saldrá como los servidores salen”. Esto, si se lo interpreta, significa: Cuando el alma ha de sufrir transmigración por las malas obras de este mundo, cuando ella es “vendida” para ser una “servidora” —es decir, librada a las manos del principio impuro por la mala revolución de la rueda, de modo que es violentamente lanzada de la balanza de almas— cuando le llega su tiempo de “salir” ella no saldrá como los servidores. ¿Y qué clase de almas son esas que son tan violentamente despojadas y sacadas? Detrás de esto hay un misterio. Son las almas de infantes que aun toman el pecho. El Santo, al ver que si ellos continúan en este mundo perderán su sabor dulce, su aroma de pureza, y se volverán como vinagre, los recoge en su infancia cuando su sabor aún es dulce y deja que sean apartados, sacados, por esa “servidora”, es decir, Lilit. Esta, cuando han sido librados a su poder, gozosa los lleva a otras regiones. No imaginéis que si no hubiesen sido de tal modo sacados habrían hecho algo bueno en el mundo. Por eso está escrito, “Si ella (el alma) no place a su amo”, esto es, el hombre en quien está alojada hará que se vuelva avinagrada en el curso del tiempo. Uno así es arrancado, pero no otro. Sin embargo, por otra parte, no significa que el Santo ha ordenado previamente que un alma así esté bajo el dominio de la impureza desde el día mismo de su Creación. ¡No, en absoluto! Porque la revolución de la rueda, cuando el alma produce un buen sabor, “él ha de hacer que sea redimida”, es decir, el Santo, la redimirá de su triste servidumbre y la levantará a las alturas más altas para que esté con El. Y no cabe imaginar que porque ella fue una vez hurtada por el poder impuro, el Santo la condenará perpetuamente a entrar en los cuerpos de gentiles piadosos o de bastardos estudiosos. ¡No! “Para venderla a una nación extraña, él no tendrá poder”. Ella volverá a entrar en el cuerpo de un israelita y no en un extraño. Y cuando ella sea redimida de la servidumbre de la “rueda de la impureza”, “ella no saldrá como lo hacen los servidores varones”, sino que recibirá su corona con cabeza levantada. Ni cabe imaginar que el “lado de impureza” ha puesto el alma en el niño: porque el poder impuro sólo agarró esa alma y jugó con ella hasta que ella entró en el cuerpo de ese niño. Pero el poder impuro visita al niño ocasionalmente y desea poseer su cuerpo. Y después de algún tiempo el Santo toma bajo Su propia guardia el alma, y el poder malo adquiere dominio sobre el cuerpo. Pero eventualmente cuerpo y alma se vuelven la posesión del Santo “Ella no saldrá como los servidores varones salen”. ¿Qué significa esto? Cuando el alma emerge de las balanzas, y el lado de la justicia se regocija, el Santo, Bendito Sea, estampa sobre ella la impresión de un sello; y El igualmente tiende sobre ella Su valiosa vestidura, es decir, el Nombre Santo Elohah. Esto lo indican las palabras en el texto “be-bigdó batí' (cuando su vestidura está sobre ella), porque significan la valiosa vestidura (bégued) del Rey. Con esto ella es guardada y no puede ser librada a una “nación extraña”, sino solamente a Israel. Acerca de esto está escrito: “El me guarda como los días de Elohah” (Yiov Job 29:2). También es de este misterio que leemos aquí: El no tendrá poder para venderla a una nación extraña, dado que él ha puesto su vestidura sobre ella”. Mientras esta vestidura valiosa del Rey la adorna, ¿qué poder puede tener sobre ella el lado malo? Observa esto. Todos los hombres se hallan en el poder del Rey Santo y todos tienen su tiempo asignado en este mundo. Pero para éste no hay tiempo asignado, y por eso se burla de los malos espíritus y se regocija a costa de ellos. En estos versículos se contienen muchas admoniciones a la humanidad, y en verdad mucha buena y excelente advertencia se encuentra en todas las palabras de la Toráh, porque todas ellas son verdaderas y conducen a más verdad y las comprenden así los sabios que conocen la senda y caminan por ella. Cuando el Santo, Bendito Sea, creó el mundo, le plugo formar todas las almas que estaban destinadas a ser otorgadas a los hombres y cada una fue modelada ante él en el diseño mismo del cuerpo en el que había de residir después. El examinó cada una, y vio que algunas de ellas corromperían sus caminos en el mundo. Cuando llegó el tiempo de cada una, el Santo la convocó, diciendo: “Anda, desciende en tal y tal lugar, en tal y tal cuerpo”. Pero a veces ocurría que el alma respondiera: “Eterno del mundo, estoy satisfecha dé estar aquí en este mundo y no deseo abandonarlo por ningún otro lugar donde sería esclavizada y ensuciada”. Entonces el Santo habría respondido: “Desde el día mismo de tu creación no tuviste otro destino que el de ir a ese mundo”. Y esta alma, al ver que debía obedecer, descendería contra su voluntad y entraría en este mundo. La Toráh, que aconseja a todo el mundo en los caminos de la verdad, observó esto y proclamó a la humanidad: “Ved, ¡Cómo el Santo tiene piedad de vosotros! Él os ha vendido por nada Su perla valiosa, para que la uséis en este mundo, es decir, el alma santa”. “Si un hombre vende su hija para que sea una servidora”, esto es, cuando el Santo libra Su hija, el alma santa, para que sea una servidora, esclavizada en servidumbre a ti, yo te conjuro, cuando venga el tiempo de ella no la dejes “salir como los servidores varones lo hacen”, contaminada por pecados, sino libre, iluminada y pura, para que su Amo pueda encontrar gozo en ella y para darle bella retribución en los esplendores del Paraíso, como está escrito: “Y él satisfará tu alma, y en medio de tinieblas nacerá tu luz” (Yeshayahu, Isaías 58:10). es decir, cuando ella ascenderá de nuevo allí, brillante y pura, pero si ella “no placerá a su Amo”, estando contaminada de pecado, entonces desdichado el cuerpo que ha perdido su alma para siempre. Porque cuando las almas ascienden desde este mundo en una condición brillante y pura, entran en los archivos del Rey, cada una con su nombre. Y El dice: “Esta es el alma de fulano de tal; ella pertenece al cuerpo que ella abandonó”; como está escrito: “'Que se ha desposado a él”. Pero “si ella no place a su Amo”, es decir, si está contaminada de pecado y culpa, El no vuelve a asignarle ese mismo cuerpo, y así ella lo pierde para siempre, a menos que la persona se eleve al arrepentimiento, porque entonces “ella será redimida”, como está escrito: “El librará su alma de ir al hoyo” (Yiov, Job 33:28). lo que significa que al hombre se le aconseja que redima su propia alma. por el arrepentimiento y la enmienda. En realidad, las palabras “él la redimirá” tienen un doble significado: Ellas señalan la redención propia del alma del hombre por el arrepentimiento, seguida de la redención de el guehinóm efectuada por el Santo. “'No tendrá poder para venderla a una nación extraña”. ¿Quién es esta “nación extraña”?

Desventurada es el alma cuando ella abandona este mundo después de haber estado unida a un hombre que se ha apartado de la senda recta. Ella desea ascender a las alturas, en medio de las huestes santas; porque huestes santas están a lo largo del camino al Paraíso, y huestes “extrañas” se alinean junto al otro camino, al guehinóm. Entonces, si el alma es digna y lleva la preciosa vestidura protectora, multitudes de huestes santas se hallan prontas para unírsele y acompañarla al Paraíso. Pero si ella no tiene esa vestidura, las huestes “extrañas” la compelen a tomar la senda que conduce al guehinóm. Son ángeles de destrucción y confusión, que complacidos se vengarán en ella. Pero “El no tendrá poder de venderla a nación extraña”, si “Su vestidura está sobre ella”, con la que el Santo la guarda de “naciones extrañas”, de los ángeles de destrucción y despojo. Y se la hubiere destinado para su hijo, hará con ella conforme a lo usual con las hijas. ¡Cuan cuidadoso debe ser el hombre para no andar en un camino torcido en

este mundo! Porque si se habrá mostrado digno en este mundo, habiendo cuidado su alma con todo celo, entonces el Santo, Bendito Sea, estará con él muy complacido y lo alabará diariamente ante Su Familia Celestial, diciendo: “¡Ved el hijo santo que yo tengo en el mundo inferior! Ved qué actos ha realizado, cuan rectos son sus caminos”. Y cuando un alma así deja este mundo, pura, brillante y no ensuciada, el Santo la ilumina diariamente con innumerables esplendores y proclama a su respecto: “Esta es el alma de mi hijo fulano de tal; que sea guardada para el cuerpo que ella ha abandonado”. Esta es la significación de las palabras: “Y si la hubiere destinado para su hijo, hará con ella conforme a lo usual con las hijas”. ¿Cuál es el significado de las palabras “conforme a lo usual con las hijas”? Es este un secreto confiado solamente a la guarda de los sabios, y he aquí su sustancia. En el medio de una peña potente, un firmamento muy recóndito, esta colocado un Palacio que se llama el Palacio del Amor. Es ésta la región en la cual están acumulados los tesoros del Rey y todos Sus besos de amor están allí. Todas las almas queridas por el Santo entran en ese Palacio. Y cuando el Rey aparece, “Yaakov besa a Raquel”(Bereishis, génesis 29:11). esto es, el Eterno descubre cada alma santa, y toma a cada una por turno hacia Sí, mimándola y acariciándola, actuando “'hacia ella conforme a lo usual con las hijas”, como un padre trata a su hija querida, mimándola y acariciándola y dándole obsequios. “Porque nunca jamás oyeron ni con los oídos percibieron, ni ojo de nadie ha visto un El Eterno fuera de ti, que haga así por aquel que espera en Él”(Yeshayahu, Isaías 64:3). como esa “hija”, el alma ha hecho su obra en este mundo, así el Santo “hará” Su obra con ella en el mundo por venir. Entonces el viejo hombre se prosternó en actitud de orante, lloró de nuevo y continuó: Si tomare para sí otra mujer, no le disminuirá nada de su comida ni de su vestido, ni de su derecho matrimonial”. Estos son los tres Nombres supremos que “ningún ojo ha visto, fuera de ti, oh El Eterno”(Yeshayahu, Isaías 64:8). todos los cuales están en el mundo por venir y salen de allí. Uno se llama “Sheerah” (su alimento), es decir, la emanación de la irradiación, la fuente de lo que no se puede descubrir. Es el alimento que nutre todo y se llama Y HVH con los puntos vocales de Elohim. El segundo se llama “su vestido”: la vestidura del Rey que se extiende sobre el alma y la protege siempre, otra emanación de la luz. ¿Y qué representa el derecho matrimoniar? Esta es la abundancia de luz y vida del mundo por venir en el que todo es bendición. Es Y HVH Zebakot que brilla con todas las luces ocultas del Árbol de Vida y donde está escondido el misterio de las relaciones conyugales y de donde emana. Estas tres manifestaciones de la Gracia Divina “no serán disminuidas” al alma, si ella es digna. Pero si no es así, no será coronada con ninguna de ellas: “Mas si no quisiere hacer con ella estas tres cosas, entonces ella saldrá de balde, sin rescate”(Shemot, Éxodo 21:11). Es decir, el alma es entonces apartada sin anhelar la unión con la luz superior y sin el gozo de poseerla. Hemos estado tratando del buen consejo que la Torá da a los hombres: la Toráh, que abunda en buen consejo. Pero ahora volvamos a nuestro asunto anterior, o sea, a la vestidura superior que el Santo extiende sobre el alma como una armadura de protección, de modo que ella no sea entregada a una “nación extraña”. “Y si la hubiere destinado para su hijo, hará con ella conforme a lo usual con las hijas”. El hombre viejo dijo: Asociados, cuando os acerquéis a fía. roca sobre la cual se sostiene el mundo (R. Simeón), decidle que recuerde el día de nieve cuando fueron sembradas habas de cincuenta y dos especies y colores (esto alude a la discusión sobre la palabra hebrea que significa entendimiento y cuyo valor numérico es cincuenta y dos), y habiendo recordado ese día a su mente, recordad también el hecho que en él leemos el versículo antes mencionado, el cual, cuando hayáis despertado en él su memoria, él entonces lo aclarará. Pero los compañeros le objetaron, diciendo: Por favor: el que comienza debe continuar. El dijo: Entonces, que así sea. Porque yo sé que sois estudiosos, sabios y rectos, dignos de ser informados de todos los misterios que fueron confiados a la guarda de los fieles. Efectivamente interpretaré; pero cuando le recordéis con la señal y el signo que yo os he dado, él suplementará y completará debidamente mis palabras. Ahora debemos explicar quién es ese que se llama “hijo”' del Santo, Bendito Sea. Venid y ved. Un muchacho que ha llegado a la edad de trece años se convierte en hijo de la Comunidad de Israel y permanece así hasta que llega a veinte. Cuando tiene veinte, si es digno se convierte en hijo del Santo, uno de aquellos de quienes está escrito, “hijos sois para el Eterno vuestro El Eterno” (Devarim, Deuteronomio 14:1). Así, cuando David hubo llegado a sus trece años, se dijo de él: “El Eterno me dijo, Mi hijo eres tú, hoy te he engendrado” (Tehilim, Salmos 2:7).  ¿Qué significa esto? Significa que hasta ese tiempo él no se hallaba en el estado filial, y el alma superior no descansaba sobre él, porque estaba en los años de inmadurez (Orlah). Pero tan pronto como alcanzó la edad cuando, siendo digno de ello, se volvió un hijo de la Comunidad de Israel, fue engendrado de nuevo: “Hoy Yo te he engendrado”, Yo, y no el “otro lado” como hasta entonces: Yo sólo. ¿Y qué leemos acerca de Salomón cuando lavo veinte? “Yo fui un hijo del padre”(Mishlei, Proverbios 4:3). refiriéndose “padre” al Padre Celestial. Así, las palabras “y se la dio por esposa a su hijo”, en su sentido místico, se refieren al tiempo después de la edad de trece años cuando un hombre emerge de la esfera de la impureza a la cual estuvo asignado. Entonces 'actuará hacia ella en conformidad con los derechos de las hijas”. ¿Qué es esto? Se nos ha enseñado que cada día el Santo, Bendito Sea, miraba atentamente desde sus alturas celestiales, abajo, al joven muchacho que todavía está en poder del espíritu impuro (Orlah), notando cómo se libraba de él gradualmente: primero yendo a la escuela, donde empieza a debilitarlo, y luego yendo a la sinagoga, donde lo domina aún más. ¿Qué hace entonces el Santo al alma de uno así? La trae a Su Casa tesoro y le concede obsequios ricos, gloriosos y superiores y La adorna con ornamentos nobles hasta que liega el tiempo en que el muchacho tiene trece años y más, cuando El la lleva bajo el palio nupcial. “Y si le toma otra...” . ¿Qué significan estas palabras? Ellas efectivamente

contienen un misterio de misterios, como sólo se confía a los más sabios de los sabios. Ante todo se debe mencionar una cosa. En el día Sábado, cuando el día es santificado, emergen del Árbol de Vida miríadas de almas nuevas, y éstas son insufladas en los residentes de la tierra y entran en ellos y permanecen en ellos durante todo el Sábado, y a la terminación del Sábado todas estas almas ascienden una vez más a las regiones de la luz, para coronarse allí con coronas santas de brillo y esplendor superiores. Y así como al nacimiento del hombre el Santo lo provee de un alma, así también El lo provee con esta “otra” alma especialmente para el sábado. Y al mismo tiempo sin “disminuir” el alimento, el vestido, etc., de su alma de día de semana. Al llegar a este punto de su exposición, el viejo hombre lloró de nuevo y luego, dirigiéndose a sí mismo, exclamó: ¡Viejo, viejo! Cuán largamente y cuan diligentemente has trabajado según las palabras de la sabiduría, para poder captar estos misterios santos; y ahora los derramas en un momento. Y, sin embargo, ¡cómo fue posible que guardaras estas palabras y no las expresaras, pues la Escritura, nos dice “No retengas el bien de sus dueños, cuando está en tus manos el hacerlo”?(Mishlei, Proverbios 3:27). Verdaderamente, en todas partes donde las verdades de la Torá se exponen, están presentes el Santo y la Comunidad de Israel, la Shejiná, “dueños” del lado “bueno” del Árbol del Conocimiento del Bien y el Mal, que se corona con toda las palabras de bondad y bendición que oyen decir sobre la tierra. ¡Viejo, viejo! ¿No estás seguro, entonces, de que el Santo y la Shejiná están presentes aquí y de si aquellos a quienes hablaste son dignos de oír estos misterios? ¡No temas! ¿No te has lanzado sin temor en medio de fuertes batallas, y ahora estás atemorizado? No, no, no seas así: más bien di lo que tienes que decir hasta el final mismo, pues el Santo y la Comunidad de Israel están efectivamente aquí, pues si así no fuera, no te habrías encontrado con estos hombres, ni habrías comenzado tu presente discurso. ¡Entonces habla, viejo, habla y no tengas temor! El comenzó entonces con el texto: “Oh Eterno, El Eterno mío, Tú eres muy grande; Te has revestido de gloria y majestad. El que se cubre de luz como de una vestidura, que extiende los cielos como una cortina; que edifica Sus altas cámaras entre las aguas; que pone las nubes por Su carroza; que anda sobre las alas del viento; que hace los vientos Sus mensajeros, los flamígeros rayos Sus ministros”(Tehilim, Salmos 104:1-4). Dijo: Las palabras “'Oh Eterno mi Dios” significan la hipóstasis primaria (literalmente, comienzo de la fe, la emergencia del Pensamiento (Jojmá) y el mundo Futuro (Biná), una unidad absoluta sin división. '“Tú eres muy grande” se refiere al comienzo de la creación actual, el primero de los seis Días primordiales, el Lado Derecho. El “muy” simboliza el lado Izquierdo. “Te has revestido de gloria y majestad” significa las dos ramas de los sauces (Nétzaj y Hod). Cuando el salmista llegó al Árbol de Vida (Tiféret), éste se ocultó y no quiso entrar en la serie a causa de ese “muy”, es decir el “Lado Izquierdo” de todas las otras ramas inferiores, incluyendo una cierta rama amarga (Samael). Por causa de esta rama el Árbol de Vida se ocultó y estaba poco dispuesto a ser incluido en la suma de estas cosas hasta que el salmista retornó al tema y declaró la alabanza de El Eterno, de otra manera, diciendo: “El que se cubre de luz como de una vestidura”, es decir, con la luz del primer día, y luego, “que extiende los cielos como una cortina”, incluyendo, así, el Lado Izquierdo en el Derecho, de modo de brillar bajo la rúbrica del “cielo”, mientras que el “muy” era descartado. Entonces el versículo

continúa: “Que edifica Sus altas cámaras en las aguas”: aquí tenemos la emergencia en júbilo del Árbol de Vida, el “Río que sale de Edén”, con los dos brotes de sauce, a que se refieren las palabras “altas cámaras”, arraigadas en las aguas, de modo que se torna “como árbol plantado junto a las aguas, que “.extiende sus raíces hacia la corriente” (Yeremiyahu, Jeremías 17: . Esta alusión también está contenida en las palabras: “el río cuyas corrientes alegran la ciudad de El Eterno” (Tehilim, Salmos 46:8).  ¿Qué son estas corrientes? Son las raíces de los sauces que aquí se llaman “altas cámaras”. Estas y las raíces y las corrientes arraigan todas en las aguas de ese río misterioso. “Las nubes por Su carroza” en el versículo siguiente se refiere a Mijael y Gabriel, “que anda sobre las alas del viento”, a Rafael, que viene a traer curación al mundo. Desde ese punto, El “hace los vientos Sus mensajeros, los flamígeros rayos Sus ministros”. ¡Oh viejo, viejo! ¡Cómo conoces todas estas cosas! No temas, sino habla resueltamente, y que las palabras de tu boca desparramen luz. Los dos amigos se regocijaron y escucharon en éxtasis y deleite Las palabras santas. El viejo dijo: ¡Oh viejo, oh viejo, en qué tare?. te introdujiste! ¡Te has sumergido en el gran mar y ahora forzosamente debes nadar hasta que alcances la orilla más lejana! ¡Entonces prosigue! “Y si toma para él otra...” Cuántos viejos misterios, nunca revelados antes, acerca de la transmigración, se indican aquí. Todos los asuntos de los cuales estoy por hablar son verdad perfecta y no se apartan en lo más mínimo de la senda de la verdad. Y bien. en primer lugar debo señalar que las almas de prosélitos vuelan desde el Paraíso en una manera muy recóndita. Cuando las almas que los prosélitos han obtenido del Paraíso desaparecen de este mundo, ¿adonde retornan? Según la ley tradicional, quien primero toma las posesiones de un prosélito cuando éste muere, se convierte en su dueño legítimo. De la misma manera, todas las santas almas; superiores que el Santo ha asignado a los que están abajo salen en ciertos tiempos y estaciones de sus dueños corporales y ascienden h su primer hogar para gozar las delicias del Paraíso. Allí encuentran las almas de los prosélitos y cualquiera de ellas se toma de uno y pretende que es la suya. Entonces cada alma se viste con e! alma de prosélito que ha reclamado y permanece así en el Paraíso, porque allí todas las almas deben estar vestidas. No por eso pierden algunas de las bendiciones que han gozado antes, pues está dicho “si toma para sí otra, su alimento, etc.”. Aun cuando ascienden al Paraíso más alto apartan estas vestiduras y sólo se visten en su propio resplandor, porque allí no se usa vestimenta. Entonces el hombre viejo lloró de nuevo, como había hecho antes, y se dijo: Viejo, viejo, realmente tienes razón de llorar y derramar lágrimas por cada palabra; pero el Santo y Su Santa Shejiná sabrán bien que lo que digo dicho está con toda sinceridad y devoción. Pues son la fuente real de cada palabra que yo pronuncio, y son coronados por ella. Todas las almas santas que bajan a este mundo para toma; cada una su lugar apropiado en un cuerpo humano se adornan con Las almas de prosélitos de que se han apropiado, como lo explicamos; y entran en los cuerpos de la santa simiente de Israel llevando esta vestidura para servirse de ella en este mundo. Cuando esta vestidura atrae a sí las buenas cosas de este mundo, estas almas santas se regalan con el aroma que reúnen de las vestiduras. Y no hay obra del Santo tan recóndita, pero él la ha registrado en la Toráh; y la Toráh la revela por un instante e inmediatamente la viste con otro ropaje, de modo que está allí oculta y no se muestra. Pero los sabios, cuya sabiduría los llena de ojos, horadan, a través de la vestidura, hasta la esencia misma de la palabra por ella oculta. Y cuando la palabra es momentáneamente revelada en ese primer instante de que hemos hablado, pueden verla aquellos cuyos ojos son sabios, aunque muy pronto se vuelve a ocultar. En cuántos lugares insiste el Santo en que la santa simiente debe tratar con ternura al extranjero, al prosélito. En el curso de tales pasajes emerge un secreto de su envoltura, y tan pronto como se reveló retorna a ella y se esconde allí una vez más. Es decir, después de repetir muchas veces sus órdenes respecto del tratamiento de los prosélitos, la Escritura de pronto pone de manifiesto su sentido oculto, declarando: “Porque conocéis el alma del extranjero”, es decir, del prosélito  (Shemot, Éxodo 23:9). Pero después de esto la palabra vuelve a retirarse a su envoltura, se cubre con ella y vuelve a esconderse, agregando: “porque extranjeros fuisteis en el país de Egipto”, imaginando que porque se ha cubierto inmediatamente, nadie la advirtió a esta “alma” del prosélito. Entonces en conexión con el tema del alma y su vestidura, el hombre viejo expuso las palabras: “Y Moisés entró en medio de la nube, y subió al monte”(Shemot, Éxodo 24:13). ¿Y qué significa la nube? preguntó, y contestó a su propia pregunta diciendo: Hay una referencia aquí a las palabras: “Yo puse mi arco en la nube” es decir, el arco iris, con referencia al cual hemos aprendido que él se quitó su vestidura exterior y la dio a Moisés, el cual subió al Monte con ella

y vio a través de ella todas las vistas con que se lo festejó allí. Cuando el viejo alcanzó a este  punto hizo una pausa, y los dos rabíes se prosternaron ante él, lloraron y dijeron: si hubiéramos venido a este mundo sólo para oír éstas tus palabras de tu boca, habría sido suficiente. El dijo: asociados, yo no empecé a hablar a vosotros meramente para deciros lo que os he dicho hasta ahora, porque seguramente un viejo como yo no ha de limitarse a un dicho, haciendo un ruido como de una sola moneda en una botija. Cuántos seres humanos viven en confusión mental, no mirando el camino de la verdad que hay en la Toráh; la Toráh que los llama día a día hacia ella en amor, pero, desdichados, ellos ni siquiera dan vuelta las cabezas. Efectivamente!, como he dicho, deja salir una palabra que por un instante emerge de su envoltura, y luego se oculta de nuevo. Pero ella solamente hace esto para aquellos que la entienden y obedecen. Ella es como una hermosa y digna damisela que se talla oculta en una cámara apartada de un palacio y que tiene un amante del cual nadie, salvo ella, sabe. Por su amor por ella, él pasa constantemente por su puerta, dirigiendo sus ojos a todos los lados para encontrarla. ¿Qué hace ella, sabiendo que él siempre anda por el palacio? Abre un poco la puerta en su oculto palacio, descubre por un momento su rostro para su amante, y luego apresuradamente lo vuelve a esconder. Nadie, salvo él, lo advierte. Pero su corazón y alma y todo lo que hay en él tiende a ella, sabiendo como él sabe que ella se le reveló por un momento porque lo ama. Lo mismo ocurre con la Torá, que revela sus secretos ocultos solamente a quienes la aman. Ella sabe que quien es sabio de corazón diariamente anda tras las puertas de su casa. ¿Qué hace ella? Ella le muestra su rostro desde su palacio, haciéndole una señal de amor o inmediatamente retorna a su lugar de escondite. Únicamente él entiende el mensaje de ella, y él es atraído a ella con corazón y alma y todo su ser. Así, la Toráh se revela momentáneamente en amor a sus amantes para despertar en ellos amor fresco. Y este es el camino de la Toráh. Primero, cuando empieza a revelarse a un hombre, ella le hace señales. Si él entiende, bien está, pero si no, ella lo manda llamar y le dice “simplón” y dice a sus mensajeros: “decid a ese simplón que venga aquí y converse conmigo”, como está escrito: “quienquiera que sea simplón llegúese acá”(Mishlei, Proverbios 9:4). Cuando él viene a ella, ella empieza a hablarle, primero de detrás de la cortina que ella tiende para él sobre sus palabras accesibles al entendimiento de él, de modo que él pueda progresar poco a poco. Esta forma de casuística se llama “Deraschá”. Luego ella le habla de detrás de un delgado velo, discurriendo adivinanzas y parábolas que se llaman Hagadá. Cuando por último él se ha familiarizado, se le muestra cara a cara y conversa con él sobre todos sus misterios ocultos y todos los caminos misteriosos secretamente guardados en su corazón desde tiempo inmemorial. Entonces cada hombre es un verdadero adepto a la Toráh, un “dueño de la casa”, porque ella le ha revelado todos sus misterios, sin retener ni ocultar nada. Ella le dice: “¿Ves cuántos misterios contiene la señal, la insinuación que te di al comienzo”? El comprende entonces que no cabe agregar ni quitar nada de las palabras de la Toráh, ni un signo o letra. Por eso los hombres han de seguir la Toráh con poder y primacía de modo que ellos puedan volverse sus amantes, como se ha descrito. “Y si toma otra...” Cuántos y cuan maravillosos son los ciclos del alma como se indica en estas palabras. En verdad todas las almas deben pasar la transmigración. Pero, los hombres no perciben los caminos del Santo, cómo la moviente balanza

es puesta y los hombres son juzgados cada día en todos los tiempos y cómo son traídos ante el  tribunal, antes de entrar en este mundo y después de que lo abandonan. No perciben las muchas transmigraciones y las muchas obras misteriosas que el Santo lleva a cabo con muchas almas desnudas y cuántos espíritus desnudos merodean en el otro mundo sin ser capaces de entrar en el velo del Palacio del Rey. Muchos son los mundos a través de los cuales dan vueltas, y cada revolución es maravillosa en muchos caminos ocultos, pero los hombres no conocen ni perciben estas cosas. Tampoco saben cómo ruedan “cual una piedra en una honda”(Shmuel Samuel 25:29). Y como hemos empezado a descubrir estos misterios, es oportuno revelar que todas las almas (neschamá) emanan de un Árbol alto y potente, de ese “Río que sale de Edén”(Bereishis, génesis 2:10). y todos los espíritus (rúaj) de otro Árbol más pequeño —las almas de arriba y los espíritus de abajo— y se unen según la manera de varón y hembra. Y cuando ellos (alma y espíritu) te unen, brillan con una luz celestial y, en su unión, se los designa “Lámpara”, como está dicho. “La lámpara del Eterno es el alma del hombre”(Mishlei, Proverbios 20:27).  Siendo NeR (lámpara) la abreviación de Neschamá— Rúaj (alma—espíritu). Alma y espíritu, la unión del masculino y el femenino, producen luz, pero si están separados no dan luz. El alma se enrolla en el espíritu para ocupar su puesto en la región superior, en el Palacio oculto, como está escrito: “Porque el espíritu desfallecería (Yatof) delante de mí, y las almas que Yo he hecho” (Yeshayahu, Isaías 57:16).  Allí arriba, en el Jardín, en el Palacio, el alma se enrolla en el espíritu de manera debida. Y cuando el alma desciende al Paraíso inferior, ella se enrolla en otro espíritu inferior —el alma del prosélito—, acerca de la cual hemos hablado antes, un espíritu qué emana de ese Paraíso inferior y tiene su morada allí. Y el alma se viste en este mundo con todos estos varios espíritus, y así mora aquí. Y el espíritu que ha abandonado este mundo sin procreación, sin engendrar hijos, pasa por transmigración constante, sin encontrar descanso, y rodando “como una piedra en una honda” hasta que viene un “redentor”, el levir, o hermano del marido, según Deuteronomio 25, 8,9, para redimirla y devolverla al mismo “navío” que usó antes y al cual tiende con corazón y alma, como al asociado de su vida, en la unión de espíritu con espíritu. Este “redentor” vuelve a construir ese espíritu. Porque el espíritu que fue dejado por el fallecido aun tendiendo a ese “navío” no se ha perdido, pues nada se pierde en el mundo, sino que aún está allí y busca retornar a su base; y así el “redentor” lo trae y lo vuelve a construir en su lugar Y se toma una nueva creación, un espíritu nuevo en un cuerpo nuevo. Se puede decir “el espíritu vuelve a ser como fue”: es así, pero sólo ha sido construido por el mérito del otro espíritu que fue dejado en ese recipiente. Hay aquí un misterio profundo. Según el Libro de Enoj, este “edificio es efectivamente construido por el otro espíritu que fue dejado en el ‘navío “ y que arrastra tras de sí al espíritu que merodea en el aire desnudo y solitario; y estos dos espíritus están soldados juntos, y si la persona es digna de ser construida de nuevo, los dos espíritus se vuelven realmente uno, un órgano en el cual pueda alojarse un alma superior. Porque exactamente como otros hombres tienen un espíritu que es tomado por esa alma superior y otro espíritu más elevado, y esa alma superior está vestida con ambos, así hay aquí dos espíritus para que se aloje en ellos el alma superior, y para ellos otro cuerpo, que ahora es construido de nuevo, el niño que ha de dar a luz la viuda que se casó con el pariente cercano. Surge ahora la pregunta: ¿Qué ocurre con el cuerpo del hombre que murió sin prole? ¿Está perdido porque no tuvo el mérito de producir un descendiente? En este caso fue en vano que él procurara guardar los mandamientos de la Toráh: y aun si guardó solamente un mandamiento, sabemos que “aun los más vacíos en Israel están llenos de buenas acciones como una granada está llena de granos”. Este cuerpo, aunque no se lo encontró digno de producir descendencia, fue, sin embargo, capaz de cumplir otros mandamientos, ¿y todo habrá sido en vano? Amigos, amigos, abrid anchos vuestros ojos para que podáis ver más claramente, porque sé que ahora imagináis que tales cuerpos son meras figuras en el vacío, incapaces de existencia sostenida. Pero no es así, y debéis cuidaros de tales pensamientos. “¿Quién podrá decir las poderosas obras del Eterno? ¿Quién podrá contar todas sus alabanzas?” (Tehilim, Salmos 106:2). El cuerpo del primer marido no está perdido: al contrario, tendrá una existencia en el tiempo por venir, porque ya ha sufrido un castigo suficiente. El santo nunca escatima la retribución de toda creatura que El ha creado, excepto de las que han abandonado enteramente la fe y en Las que nada bueno hay y excepto aquellas que no se han inclinado en la plegaria Modim, palabra que inicia una de las Diez y ocho Bendiciones. A estas el Santo las convierte en otras creaturas, porque ese cuerpo nunca será de nuevo construido en la forma de un hombre y nunca se levantará. Pero ello no ocurre con estas de que estamos hablando. Entonces, ¿qué hace el Santo si ese espíritu tuvo mérito de ser perfeccionado en este mundo en el cuerpo del otro? Observad ahora. El “redentor” trae en su espíritu, que va se mezcla con el espíritu en el “navío”, con el resultado de que hay allí tres espíritus: uno que fue dejado allí por el marido muerto; uno que ahora está desnudo pero es devuelto allí como a su base (el espíritu del marido muerto); y uno que el “redentor” introduce allí ahora. Esto parecería imposible. Pero mirad las potentes obras del Eterno. El espíritu que el “redentor” introdujo se vuelve la vestidura del alma del muerto, tomando el lugar

del alma del prosélito, y el espíritu desnudo que ha vuelto allí, para ser construido, se vuelve la envoltura para el alma santa superior del fallecido. Y el espíritu que dejó el fallecido, tendiendo al “navío”, vuela de allí, y el Santo prepara para él un lugar en la región misteriosa de la abertura de la roca que está detrás de las paredes del Paraíso. Allí es guardada y entra eventualmente en el primer cuerpo, junto con el cual se levantará en la Resurrección. Esto es lo que quise decir cuando hablé de dos que son uno, o uno que es dos. Pero ese cuerpo experimenta gran castigo antes de la Resurrección, porque no fue digno de producir un descendiente. Es colocado en la tierra en la región de junto al Arka; allí permanece por un momento, luego es sacado a este mundo y luego regresa a él; no tiene descanso, excepto en Sábados, festividades y novilunios. Es acerca de tales cuerpos que está escrito: “y también una multitud de dormidos en el polvo de la tierra despertará; los unos para vida eterna, y los otros para deshonra y aborrecimiento eterno” (Daniel 12:2). los últimos son los que no han cumplido su deber engendrando hijos en este mundo. Ahí están las potentes obras del Rey Santo Superior, que no permite que nada perezca, ni siquiera el aliento de la boca. El tiene un lugar para cada cosa y hace de ella lo que El quiere. Aun una palabra humana, sí, aun la voz, no está vacía, sino que tiene su lugar y destino en el universo. Ese cuerpo que es de nuevo construido y emerge en el mundo como una creación nueva no tiene pareja, y por eso la proclamación usual, “la hija de

fulano de tal a mengano”, no se hace acerca de él desde arriba. Porque su pareja se le ha perdido, la única que tendría se ha convertido en su madre, y su hermano se ha vuelto su padre, es decir, es el padre del fallecido que murió sin retoño, y su mujer, a quien se debe su cuerpo, ha de ser “construida” de nuevo. El viejo vivió a hablar diciéndose: Viejo, viejo, ¿qué has hecho?

Oh si te hubieras mantenido silencioso. Verdaderamente te has lanzado al gran mar sin timón y sin vela. ¿Qué harás ahora? ¿Ascenderás? No puedes. ¿Descenderás? Es imposible: el abismo profundo te tragará. ¿Qué harás? Oh, viejo, viejo. No puedes retroceder. Pero que no te fallen tu espíritu o tu fuerza, porque sabes que ningún otro hombre en tu generación se ha aventurado a lanzarse en una pequeña embarcación en el ancho mar como tú lo estás haciendo. El hijo de Yojai sabe cómo guardar su camino y aun él cuando entra en las peligrosas aguas profundas de los mares altos, primero mira en torno suyo para ver si será capaz de cruzar. Pero tú, viejo, no hiciste así. Y bien, viejo, como has llegado a este paso, no amengües tus esfuerzos, no cedas. Navega a la derecha y a la izquierda, a lo largo y a lo ancho, abajo en la profundidad, y arriba a las alturas. No te amilanes, viejo, viejo, ten coraje. Con cuántos gigantes has luchado y cuántas batallas has ganado. El lloró, y luego comenzó de nuevo. Está escrito: “Salid, oh hijas de Sion, y ved al rey Salomón, con la diadema con que lo coronó su madre en el día de sus desposorios y en el día de la alegría de su corazón” (Shir hashirim, Cantar de los Cantares 3:11). Este versículo ya se explicó apropiadamente, pero aún podemos preguntar: ¿cómo se han de entender las palabras “salid, oh hijas de Sion y ved al rey Salomón”? Sabemos que este título se refiere al Rey de la Paz. ¿Y quién puede mirarlo a El que está alto por encima de los ejércitos celestiales en una región que “no ha visto ningún ojo fuera de Ti, oh El Eterno”(Yeshayahu, Isaías 64:3). ¿A él por cuya gloria los ángeles arriba preguntan: '“¿Dónde es el lugar de Su gloria?” Pero, observad que el texto no dice “y la corona”, sino “en la corona”, de lo cual aprendemos que quien ve la Corona también mira la benignidad del Rey de la Paz. Entonces, de nuevo la pregunta “con que lo coronó su madre”: ella (la Shejiná) es a veces llamada “Hija” y a veces “Hermana” y aquí se la llama “Madre”. Y ella, efectivamente es todas éstas. Quien penetra en este misterio ha captado sabiduría preciosa. ¿Y ahora qué haré? ¿Explicaré? Pero no se ha de descubrir un misterio tan velado. Mas, si yo no explicare, estos buenos hombres quedarán huérfanos de este misterio. El viejo cayó sobre su rostro y dijo: “A tu mano entrego mi espíritu. Tú me has redimido, oh Eterno, el Dios de la verdad”(Tehilim, Salmos 31:7). La vasija que estaba abajo, ¿cómo puede estar arriba? El marido que estaba en lo alto, ¿cómo puede estar abajo? ¡Su esposa, se vuelve su madre! Maravilla sobre maravilla. Su hermano se ha vuelto su padre. Si su padre real hubo de redimirlo, eso se entendería. Pero que su hermano ha de volverse su padre, ¿No es esto una maravilla? Esto realmente sería un trastorno: los que han de estar arriba están ahora abajo y los que han de estar abajo están ahora arriba. Sin embargo, “Sea el nombre de El Eterno bendito desde la eternidad y hasta la eternidad, porque Suya es la sabiduría y el poder. Y asimismo El cambia los tiempos y los plazos... él conoce lo que está en las tinieblas y la luz mora con El”  (Daniel 2:20-22). Quien está en la luz no puede ver la oscuridad. Pero esto no ocurre con el Santo, Bendito Sea; aunque la luz mora con El, El conoce lo que es en la oscuridad. Desde la luz, El ve la oscuridad y conoce todo lo que hay allí. El misterio del alma y sus revoluciones es análogo al misterio de la Hipóstasis Divina, debido a que la Shejiná puede a veces llamarse “Hija” y a veces “Madre”. Cuando un hombre llega a la edad de trece años, está, conforme lo dijimos, en el grado de filiación. Cuando tiene veinte, llega a un grado más alto, el grado de “José”: el reino de la Masculinidad, la esfera del Entendimiento. Primero el hombre cuando se ha casado con la mujer, fue Eterno sobre el mundo de la Femineidad, sobre el “árbol pequeño”, porque lo Femenino es la imagen del Árbol Pequeño. Pero si no ha tenido hijos con su mujer y murió sin dejar descendiente, fue excluido del mundo de la Masculinidad, y ella, al casarse con el hermano de él, se volvió su madre al producir un sucesor para su marido muerto; y su hermano, “el redentor”, se vuelve su padre y entra en el reino de la Masculinidad que fue suyo antes. Así el Árbol es dado vuelta. Lo que estaba arriba está ahora abajo, y lo que estaba abajo está ahora arriba. ¡Oh, si la gente sólo supiera del dolor que el cuerpo del hombre que murió sin hijos debe soportar! No hay dolor como ti dolor del cuerpo que se halla en un estado de frustración que fue desarraigado de la esfera de la Masculinidad y transferido a la de la femineidad. Acerca de esto está escrito: “Pero si la hija del sacerdote, (es decir, el alma), fuere viuda o repudiada, sin tener hijos, y hubiere vuelto a la casa de su padre, entonces, lo mismo que en su mocedad, podrá comer del pan de su padre- pero ningún extraño al sacerdocio

comerá de él” (Vayikra, Levítico 22:13). Ya hemos señalado lo que significa “la hija del sacerdote”. Si fuera una “viuda” del primer cuerpo, “divorciada” no siendo capaz de penetrar en

el atrio del Rey —porque quienes no están en la esfera del reino Masculino no tienen parte en él— “no teniendo hijo”, porque si tiene, no se hundiría en la esfera Femenina, “y ha vuelto a al casa de su padre”, es decir, al reino de la Femineidad, según se llama este reino, donde estuvo previamente, entonces si tiene mérito, “ella comerá de la comida de su padre”, es decir, participará en los gozos del reino Femenino, el alimento superior que baja desde arriba; pero ella es aún una “extraña”, no capaz de participar en el gozo contemplativo de los otros justos; ella no podrá comer de “las cosas santas” (Vayikra, Levítico 22:10). pero puede comer la Terumah, la vianda de la ofrenda pesada, porque ésta simboliza la esfera Femenina, y por eso ella sólo puede comer de noche. (Vayikra, Levítico 22:7).  Pues la comida santa que pertenece al

mundo de la Masculinidad sólo puede comerse durante el día. Por eso “Israel era entonces santidad al Eterno, la primicia de Sus frutos”(Yeremiyahu, Jeremías 2:3), el superior comienzo de toda la esfera de lo Masculino es santo, y su ulterior desarrollo en santidad es Israel. Cuando los espíritus vienen a visitar las tumbas, como lo hacen en ciertas estaciones, no visitan las tumbas de estos hombres, pues ellos no merecieron alcanzar a la región que se llama “santidad”, siendo solamente “extraños”'. Más aún, si ese espíritu no tuvo éxito en hacer su deber de engendrar hijos, en el período de la transmigración no puede comer ni la Terumah y se llama “extranjero” aun en el mundo inferior. Esto en cuanto a este misterio. ¡Viejo, viejo! Así como has partido a navegar por el gran mar, continúa atrevidamente en toda” las direcciones y enfrenta sus olas. Ahora he de revelar algo más. Dije que el “redentor”, cuando entra en el “navío”, deja que su espíritu adhiera a ese “navío”, de modo que nada se pierde, ni siquiera el aliento de la boca. Esto es completamente correcto. ¡Viejo, viejo! Si has de revelar misterios, habla sin temor. —Qué hay de otros hombres, personas normales, que han procreado y luego desaparecieron de este mundo? Hemos dicho que el espíritu de un hombre es dejado en la mujer

que fue su esposa. Bien, ¿qué se hace de este espíritu? Suponiendo que ella vuelve a casarse, ¿es posible que dos espíritus diferentes de dos hombres residan en un cuerpo? Porque en este caso  o es cuestión de un “redentor”, porque el primer marido ha tenido hijos. ¿Entonces este espíritu se pierde enteramente? No, esto no puede ser. El mismo problema surge también cuando la viuda no vuelve a casarse. ¿Qué se hace del espíritu de su marido que adhiere a ella? Todo esto se ha de explicar. ¡Viejo, viejo! Ve lo que has hecho y lo que has tomado sobre tí. Levántate, oh viejo, y prosigue tu travesía. Levántate, viejo, y humíllate ante tu Amo. El entonces, continuó: “Oh Eterno, no se ha ensoberbecido mi corazón, ni se han enaltecido mis ojos; y no ando en grandezas, ni en cosas demasiado maravillosas para mí” (Tehilim, Salmo 131:1). Esto lo dijo el Rey David; el fue un gran rey, supremo sobre todos los reyes y gobernantes del Oriente al Occidente y, sin embargo, a su mente nunca se le ocurrió apartarse de la senda recta, porque siempre fue humilde ante el Eterno. Guando estudiaba la Toráh juntaba toda su fuerza como león, y sus ojos al mismo tiempo miraban abajo, a la tierra, desde el pavor de su Eterno, y cuando andaba entre el pueblo no mostraba lactancia. Por eso dijo “no se ha ensoberbecido mi corazón, ni se han enaltecido mis ojos, aunque soy un rey poderoso, cuando estoy ante Ti estudiando la Toráh, no ando en grandeza ni jactancia cuando ando entre el pueblo”. Y bien, si David fue tan humilde, cuánto más ha de serlo la gente común. Y yo, como he de estar ante el Rey Santo en humildad y con ojos que miran hacia abajo, lejos de mi el hincharme cuando trato con palabras santas de la Toráh. Lloró y sus lágrimas rodaron hasta su barba. Dijo: Viejo, viejo, débil en fuerza, cuan bellas las lágrimas de tus mejillas, como “el buen ungüento” sobre la cabeza, que desciende sobre la barba, la barba de Aarón” (Tehilim, Salmos133:2). Di tus palabras, viejo, porque el Rey Santo está aquí. Entonces, ¿qué se hace del espíritu de un hombre común cuya viuda ha vuelto a casarse? ¡Venid y ved las obras maravillosas y potentes del Rey Santo! ¿Quién puede expresarlas? Cuando el espíritu del segundo marido entra en el cuerpo de

la mujer, el espíritu del primer marido lucha con él, y no pueden vivir juntos en paz, de modo  que la mujer nunca es feliz con el segundo marido porque el espíritu del primero la espolea siempre, el recuerdo de él siempre está con ella, haciéndola llorar y añorarlo. En realidad, d espíritu de él se retuerce en ella como una serpiente. Y así pasa un tiempo largo. Si el segundo espíritu prevalece sobre el primero, éste sale. Pero si, como ocurre a menudo, el primero conquista al segundo, ello significa la muerte del segundo marido. Por eso se nos enseña que después de haber una mujer enviudado dos veces nadie ha de casarse con ella de nuevo, porque el ángel de la muerte se apoderó de ella, aunque la mayoría de la gente no lo sabe. Amigos, me doy cuenta de que ahora me objetaréis que en este casa la muerte del segundo marido no estaba de acuerdo con el juicio Divino. Pero no es así. Todo está decidido en juicio correcto, ya sea que un espíritu ha de prevalecer sobre el otro o estar en paz con él; pero quien se casa con una viuda es como uno que se aventura en el océano durante una tormenta, sin timón y sin velas y no sabe si cruzará a salvo o si se hundirá en las profundidades. He dicho que cuando el segundo espíritu prevalece sobre el primero, éste abandona el cuerpo. Pero, ¿adonde va éste? ¿Que se hace de él? Viejo, viejo, ¿qué has hecho? Te propusiste hablar sólo un poco y has llegado tan lejos. Has entrado en un lugar en el cual ningún otro ser humano entró hasta ahora desde el tiempo de Doeg y Ajitófel, cuando se hicieron cuatrocientas preguntas acerca de una torre que estaba suspendida en el aire y que nadie pudo contestar hasta que vino Salomón y puso todo en claro. ¡Viejo, viejo! Has comenzado a revelar un secreto profundo. ¿Qué has hecho? Viejo, viejo, debías haber considerado antes y ser cuidadoso en tus pasos. Ahora ya no es tiempo de escondida. Viejo, anímate con nuevo coraje. ¿Adonde huyó el espíritu que abandonó al cuerpo de la mujer? Lloró de nuevo y dijo: Amigos, las lágrimas que he derramado no caen por cuenta

vuestra, sino por temor al Eterno del universo, por si casualmente he revelado misterios sin permiso. Pero, el Santo, Bendito Sea, conoce todo lo que estoy haciendo no por mi propio honor ni por el honor de mi padre, sino por el solo deseo de servirlo a El. Yo discierno la gloria y el honor de uno de vosotros en el otro mundo; y en cuanto al otro, sé que es igualmente meritorio. Al principio esto no se me había revelado, pero ahora lo veo claramente. ¿Y adonde va el primer espíritu si fue arrojado por el segundo? Merodea por el mundo algún tiempo y luego visita la tumba del hombre al cual pertenece y luego vuela de nuevo en el mundo y se revela a hombres en sus sueños, de modo que ellos ven en la fantasía el rostro del fallecido, el cual les dice varias cosas según la manera del espíritu original del cual este espíritu ha derivado. Porque así como el otro espíritu merodea por el otro mundo, así éste merodea por este mundo, haciendo comunicaciones a la gente y siempre visita esa tumba en el tiempo cuando los espíritu de los muertos visitan las tumbas de sus cuerpos. Entonces los dos espíritus se juntan. Uno (el esencial) emplea al otro como su vestidura, y vuelven á ascender. Cuando el espíritu esencial alcanza su lugar, se quita su “vestidura”, es decir, el secundo espíritu, al cual luego se le da un lugar adentro o afuera de los palacios del Paraíso, de acuerdo al mérito, quedando allí oculto. Y cundo los espíritus visitan este mirado y los muertos se ligan a los vivientes, lo hacen sólo a través de un acercamiento por el espíritu esencial, que entonces lleva al otro como una vestidura. Y si preguntarais: “¿En este caso el espíritu esencial del segundo marido se beneficia con ello y la mujer le ha hecho un favor al volver a casarse?”, yo diría que no es así, porque si ella no se hubiera vuelto a casar, y el espíritu del primer marido no hubiese sido arrojado por el del segundo, él hubiera aprovechado de otra manera: su espíritu no habría tenido que merodear en el mundo y visitar a los vivientes. Cabría la pregunta: “en este caso el nuevo casamiento de ella fue su propia decisión y no dependió de un decreto de arriba; ¿por qué, entonces, dices que fue providencial y que un hombre ha de ser expulsado por el otro y explicar que la mujer efectivamente fue la pareja previamente ordenada para el segundo marido y no para el primero?” A esto yo contestaría: “Efectivamente es como he dicho”. El espíritu del primer marido es expulsado por el del segundo, justamente porque es este último el que realmente figuró en la intención del comienzo para que fuera el consorte de ella, y no el primero. Y, a la inversa, si el espíritu del segundo marido es expulsado por el del primero, ello muestra que el primero estaba destinado a ser su única pareja. De ahí que quien se casa con una viuda “no sabe que es con peligro de su vida” (Mishlei, Proverbios 7:28). Porque no sabe si ella está predestinada a ser su esposa real. Pero, si la viuda no desea casarse de nuevo, aun cuando el hombre que quiere casarse con ella es considerado como que ha de ser su pareja ideal, el Santo no la condena por ello, y El prepara otra mujer para él hombre a quien ella ha rechazado, y ella no es traída ante el tribunal celestial por su rechazo, aun cuando no tuviera hijos, porque el mandamiento concerniente a la procreación no es obligatorio para las mujeres. ¿Y qué ocurre con el espíritu de un marido muerto cuya viuda no vuelve a casarse? Reside en ella durante los primeros doce meses, visitando el alma de él (néfesh) cada noche en la tumba, en depresión y tristeza, y después de los doce meses la abandona y aparece ante las puertas del Paraíso. Pero ocasionalmente visita este mundo, es decir, el “navío” de donde salió. Y cuando la mujer muere

ese espíritu sale para encontrarse con ella y se viste en el espíritu de ella, y, así, ella entra en contacto con su marido; y marido y mujer brillan juntos en la unión más estrecha. Como hemos llegado tan lejos, debemos ahora descubrir las sendas ocultas del Creador del universo, que los hombres no conocen, aunque todos ellos estén en el camino de la verdad. como está escrito: “porque los caminos del Eterno son rectos; los justos andarán en ellos, y los transgresores tropezarán en ellos” (Hoshea, Oseas séas 11:10). Los hombres no conocen ni perciben cuan exaltados son los actos del Santo y cuan extraños, aunque de acuerdo con la ley de la verdad no se apartan a la derecha ni a la izquierda. Los que experimentan transmigración y están sin parejas femeninas, arrojados del otro mundo porque se rehusaron a propagarse, ¿cómo pueden encontrar esposas en este mundo si para ellos no está predestinada pareja femenina, como para otros hombres? ¡Ved cuan maravillosos y exaltados son los potentes actos de El Eterno! Se nos ha enseñado que sobre quien se divorcia de su primera mujer arroja lágrimas el altar. ¿Por qué el altar? Porque, como lo dije en otra ocasión, tedas las mujeres tienen la imagen y la forma del altar (porque el altar simboliza a Maljut, la esfera de las almas femeninas) por cuya razón “heredan” las siete bendiciones, empleadas como el sacramento matrimonial, porque todas ellas tienen como su prototipo la “Comunidad de Israel”, la Shejiná. Así, cuando un hombre divorcia a su mujer produce un defecto en la piedra del altar celestial. Así es posible que los divorcios se unan entra sí, es decir, el divorcio del espíritu del hombre en el cielo y el de la mujer sobre la tierra. Sobre este misterio está dicho: “Y le escribiere carta de repudio, y poniéndola en mano de ella, la despidiere de su casa; y salida de su casa, ella podrá ir y ser de otro marido” (Devarim, Deuteronomio 24:1). ¿Cuál es el significado de “otro”? Apunta a las palabras “pero si se lo arranca de otro lugar” (Yiov, Job 8:18), es decir, de la región de la impureza. Así, los divorcios se unen como uno, el divorcio de este mundo y el divorcio del otro mundo. Porque la mujer que primero se hallaba en la semejanza de la forma superior, ahora se ha ligado a la forma de abajo. El es llamado “otro” (ajer) y es llamado “último” (afrón), como está dicho, “y si el último marido la odia”(Devarim, Deuteronomio 24:3). “si el último esposo  muere”. Y bien, ¿por qué al segundo esposo de la mujer divorciada se lo llama “último”, y no '“segundo”? Como lo hemos dicho es porque tiene una significación más elevada, siendo el “otro” y también el “último”. Y bien, la piedra rueda en el canasto, es decir, hay una dificultad. Primero, ¿por qué se lo llama “otro” cuando todo el edificio de la relación conyugal con el primer marido fue destruido y hecho polvo?, y luego, ¿por qué se lo llama “el último”? Si él es la persona justa, bien está, pero si no, habrá otro desarrollo, y él no será el último. Pero observad esto. Está escrito: “y vio El Eterno todo lo que haba hecho y he aquí que era muy bueno” (Bereishis, génesis 1:31). y “bueno” se ha interpretado como refiriéndose al ángel del bien, “muy” al ángel de la muerte. Y bien, el Santo ha preparado un remedio para todos los males. Está escrito: “y un río salía de Edén para irrigar el Jardín” (Bereishis, génesis 2:10). Este “río” nunca deja de procrear y de extenderse para producir fruto. Pero el “otro el Eterno”, el principio del mal, está mutilado y no desea procrear y no multiplica ni trae fruto, porque si fructificara, reduciría todo el mundo al caos. Por eso el hombre que hace que “el otro lado” multiplique, rechazando conscientemente el mandamiento de la procreación, se llama “un malo”, y nunca jamás verá al linaje de la Shejiná, porque está escrito: “el mal no mora en ti” (Tehilim, Salmos 5:5). Un hombre que experimenta la metamorfosis del alma, si peca y se une al “otro el Eterno” que no produce fruto y no engendra hijos, se llama por eso “otro”; el segundo marido que hace lo mismo es llamado “el último” por el Santo, y no meramente “el segundo”, a fin de advertir sobre un augurio que indica la destrucción del segundo edificio también. La Escritura nos enseña esta lección, pues llama al segundo Templo “último” (Jagueo, Haggeo 2:9). para evitar el presagio. Por eso el primer marido que la despidió no puede tomarla de nuevo para que sea su mujer, después de que ella fue contaminada” (Devarim, Deuteronomio 24:4). No dice “no debe” sino “no puede”, porque, como la mujer se unió con otro hombre y fue sujeta a un grado inferior, el Santo no quiere que el primer marido se rebaje uniéndose con un grado que no es el suyo. Y observad esto. Si esa mujer, habiendo sido divorciada, no volvió a casarse, aunque se hubiese conducido mal con muchos hombres, el marido, si lo desea, puede tomarla de nuevo, pero no cuando ella se ha casado legalmente con otro hombre. Una vez que se ha unido con un grado inferior, el primer marido, que pertenece al grado del “bien”, no puede asociarse más con ella ni tampoco extenderse a ese lado. Otros hombres pueden casarse con ella, pues es posible que ella encuentre de nuevo pareja adecuada. Un hombre que tiene hijos de su primera mujer, y trae a una mujer así a su casa, se une con una espada flamígera, de dos maneras: primero, porque dos ya han entrado y han sido violentamente expulsados, y ahora él es el tercero; y, segundo, ¿cómo puede dejar que su espíritu entre en un navío que ya fue usado por otros, asociarse con ella y apegarse a ella? No es que eso esté prohibido; es que al hacerlo elige para sí una mala compañía. R. Levitas, de Kfar Oni, solía burlarse de una persona que se casaba con una mujer de esta clase, aplicándole las palabras: “y ella se ríe de los días venideros”  (Mishlei, Proverbios 31:25). significando que el “último” que se une con una mujer así estará en ridículo.

Ahora hemos de dirigir nuestra atención al grande y noble paraje que una vez estaba sobre la  tierra, siendo raíz y cúmulo de verdad, es decir, Obed, el padre de Ishai, el abuelo de David. Se ha afirmado que él fue un “último” así; ¿cómo, entonces, pudo la raíz de la verdad (David) emanar de tal lugar? Pero el hecho es que Obed trabajó y laboró en la raíz del árbol, hasta que se regeneró y se completó. Por eso se lo llamó Obed —trabajador y, también, “adorador”—, un nombre que ningún otro hombre mereció llevar. Vino, cavó, trabajó con el azadón alrededor de la raíz del árbol, exprimió la amargura de las ramas e hizo saludable la corona. Luego vine Ishai, su hijo, el cual lo mejoró y vigorizó y lo injertó en las ramas de otro árbol imponente, juntando árbol con árbol de modo que estuvieran entrelazados. Y cuando David vino encontró las ramas entrelazadas y anudadas entre sí, y, así, fue capaz de alcanzar dominio sobre el mundo. Y todas estas cosas que acontecieron tuvieron su causa y comienzo en Obed. Habiendo hablado así, el hombre viejo lloró de nuevo y dijo: Viejo, viejo, ¿no dije que te has hundido en medio del gran mar? Ahora efectivamente estás en medio de las olas potentes. Viejo, viejo a nadie has de reprochar sino a tí mismo. Si hubieras permanecido silencioso al comienzo todo te habría ido bien, pero ahora no puedes y no hay nadie que sostenga tu mano. Estás solo. Pero levántate, viejo, y toma coraje. Obed se corrigió él mismo porque salió del campo malo en el cual había malas cisternas. Luego vino Ishaí, su hijo, el cual mejoró y cavó alrededor de ese árbol y eliminó lo que era malo y lo que era amargo. Es este un misterio de misterios, y no sé si revelarlo, o no. Continúa, viejo. He aquí que ciertamente hablaré aunque sólo fuese para que estos dos que me oirán, conozcan plenamente sobre las otras transmigraciones de las almas de los hombres. Y bien, Obed, como dije, trabajó en torno de la raíz del árbol y así lo mejoró algo. Y, sin embargo, cuando vino el Rey David, sólo fue dejado con el árbol inferior, femenino, y hubo de recibir vida de otro árbol. Entonces, si ese para quien el camino estaba tan bien preparado hubo de desenvolverse así, cuánto más ello ha de ocurrir a personas comunes que experimentan la transmigración. Así, entonces, ocurrió con Péretz, e igualmente con Boaz. También fue así Obed. Con respecto a todos estos, el árbol emergió del lado del mal y luego se unió al lado del bien, como leemos que “Er, el primogénito de Judá fue malvado a ojos del Eterno”; así fue Onán y así, también, Majlón aunque su mal no fue tan grande. Así, en todos estos hubo una mancha de mal de la eme, sin embargo, eventualmente emergió el bien. Como está escrito de David, descendiente de ellos: “hermoso de aspecto”, “y el Eterno está con él”  (Shmuel 1, 1| de Samuel 16:12-18). De este modo, el árbol de abajo fue purificado y así continuó, de manera que “El Eterno gobernó sobre las naciones” a través de la casa de David. Los grados de Israel arraigaron en el fundamento superior desde el comienzo: Rubén, Simón, Leví. Pero cuando se llega a Judá se afirma que Lea, su madre, dijo: “Esta vez alabaré al Eterno.. y ella dejó de parir” (Bereishis, génesis 29:35). acerca de lo cual está escrito: “canta, oh estéril, tú que no pares” (Yeshayahu, Isaías 54:1). porque cuando Judá nació el Femenino estaba unido con el Masculino... Todas las doce tribus representan sobre la tierra sus prototipos celestiales, y porque en realidad eran “hijos” en este mundo, la Shejiná se perfeccionó en ellos en los doce “linajes” (frontera) de Israel, que se llaman “Eleh” (éstas), como está dicho” “Estas (eleh) son todas las tribus de Israel” (Bereishis, génesis 49:28). pues esta palabra, en conjunción con Mi (¿Quién?) forman el nombre Elohim y así completan la construcción. Por causa de esto el representante celestial de Esaú dijo a Yaakov: “No serás llamado más Yaakov, sino Israel, porque has luchado con el ángel de El Eterno y con hombres y has prevalecido” (Bereishis, génesis 32:29). es decir, has prevalecido, por medio de la perfecta y original estructura, que también indican las palabras “todas estas”. Por eso Israel nunca puede dejar de existir, pues este divino Nombre terminaría igualmente, como está escrito: “cuando ellos (los cananeos) cortaran

nuestro nombre de sobre la tierra, ¿entonces Tú qué harás por tu gran nombre?”(Yehoshua, Josué 7:9). El “gran nombre” es el primer edificio, el primer Nombre, Elohim, Y ahora, cuando Israel está en exilio, todo el edificio ha caído. Pero en el tiempo por venir, cuando el Santo redimirá a Sus hijos del exilio, el “Mi” y la “Eleh”, que cuando estaban en exilio se hallaban separados, se unirán como uno y el Nombre Elohim será perfectamente establecido y el mundo será curado. Por eso está escrito: “¿Quiénes (mi) son estas (eleh) que vuelan como una nube y como las palomas a sus ventanas?”(Yeshayahu, Isaías 60:8).  El Nombre, sin ninguna! separación, es decir, Elohim. Porque a causa del exilio el Mi ascendió y dejó el edificio y, consiguientemente, el edificio cayó, y cayó el Nombre que era perfecto, es decir, el superior gran Nombre que era desde el comienzo. Por eso en las sinagogas oramos para que este Nombre sea restaurado como era: “que Su gran Nombre sea magnificado y santificado”: “que el gran Nombre sea bendecido”. ¿Qué es este “gran Nombre”? Es el nombre que estaba en el comienzo, el primero de todos, sin el cual no puede haber edificio. El “Mi” nunca será construido sin “Eleh”. Por eso, en ese tiempo, la edad Mesiánica, “Mi” y “Eleh” “Volarán como nube” y todo el mundo verá que el Nombre Superior fue restaurado a su perfección; y cuando el Nombre sea restaurado y reconstruido, Israel gobernará sobre todos y todos los otros Nombres serán restaurados; porque todos los Nombres dependen de ese gran Nombre, el primero de todos los edificios. Este misterio también puede explicarse de la manera siguiente. Cuando el Santo creó el mundo, antes que ninguna otra cosa fue-construido este Nombre, como está escrito: “Levantad hacia arriba vuestros ojos y ved: ¿Quién creó a éstos?” (Mi barah eleh) (Yeshayahu, Isaías 40:26). El creó Su Nombre en su perfección, y cuando creó “Eleh” lo creó con todas las huestes que le pertenecen, como está escrito: “¿Quién saca por cuenta su hueste?” (Yeshayahu, Isaías 40:26). ¿Cuál es el significado de “por cuenta” (be-mispar?) El Santo, Bendito Sea, tiene un hijo cuya gloria brilla de un confín del mundo al otro. Es un árbol grande y potente cuy?. copa llega al cielo y cuyas raíces están puestas en el santo suelo y su nombre es “Mispar” y su lugar es en el cielo más elevado, y debajo de ese cielo hay cinco firmamentos, y todos estos firmamentos toman este nombre por mérito de él, como está escrito: “Los cielos cuentan (mesaprim) la gloria de El Eterno” (Tehilim, Salmos 19:1). Si no fuera por este “Mis-par” no habría ni huestes ni descendencia en ninguno de los mundos. Acerca de esto está escrito: “¿Quién puede contar el polvo de Yaakov y el número (Mispar) de la progenie de Israel?” (Bamidbar Números 33:10).  En realidad hay dos que lo cuentan sin que el mal ojo tenga ningún efecto sobre ellos. El primero “contó el polvo de Yaakov”, las peñas fuertes, Las peñas santas, de donde salen aguas al mundo, acerca de lo cual está escrito: “y tu simiente será como el polvo de la tierra” (Bereishis, génesis 28:11-14). así como el mirado está bendecido en consideración al polvo, así “todas las naciones de la tierra serán bendecidas en tu simiente” (Bereishis, génesis 22:18)..   Y el segundo “contará la progenie de Yaakov”, las mujeres, las perlas del lecho donde Israel yace. En la futura edad mesiánica “los rebaños aún pasarán bajo uno que cuenta” (Yeremiyahu, Jeremías 33:18). No sabemos quién será. Pero como en ese tiempo todos estarán unidos sin separación, habrá une “que reconocerá”. Gritó: levántate, viejo, despierta, junta tus fuerzas y arrostra las olas. Y entonces continuó: “¿Quién puede contar el polvo de Yaakov y el número de la progenie de Israel?” Cuando el Santo se levantará para despertar a los muertos, ¿qué será de los que pasaron trasmigración varias veces y se han vuelto dos en un cuerpo, dos padres, dos madres, como hemos visto? Sin embargo, “¿quién (Mi) contará el polvo de Yaakov?” El Eterno hará rectamente todas las cosas y nada se perderá. Pues así lo ha expuesto el versículo: “también una multitud de dormidos en el polvo de la tierra despertará; los unos para vida eterna, y los otros para deshonra y aborrecimiento eterno”  (Daniel 12:2). “El polvo de la tierra” es una referencia similar a la explicada en el Libro de Enoj, que los asociados vieron las letras de que estas palabras están compuestas, y se oyó una voz que decía: “Despertad y cantad, vosotros que residís en el polvo” (Yeshayahu, Isaías 26:19). El primer edificio del mundo del período de la pre-resurrección será como desecho en comparación con el segundo edificio, del período de la post-resurrección, porque este último será perfeccionado de acuerdo al plan Divino. Los que son dignos despertarán a la vida en el mundo de abajo, dado que no han merecido el mundo de arriba; y los que no son dignos ni de éste, despertarán a vergüenza y aborrecimiento eterno. Como el “otro lado” desaparecerá del mundo —no habiendo más principio malo o pecado— el Santo dejará estos ejemplares del mundo pasado y malo, que pertenecieron a la corriente que salía de ese lado, a fin de que todos los hijos del mundo, al verlos, puedan asombrarse. Todo esto lo causarán aquellos cuya fuente no produjo fruto aquí, por no tener deseo de mantener la Alianza Sagrada. Son ellos quienes causan todo esto y todas las trasmigraciones de que he hablado. El viejo permaneció en silencio por un momento, y los compañeros se asombraron, no sabiendo si era día o noche, ni si estaban parados sobre sus cabezas o sobre sus pies. Entonces el viejo comenzó de nuevo con el versículo: “si compras un siervo hebreo, él servirá seis años y al séptimo saldrá libre por nada”. Dijo: Este versículo prueba lo que he dicho: Observad, ahora. Cada varón antes de nacer está en prototipo en el mundo de la Masculinidad y cada mujer en el mundo de la Femineidad. Y bien, mientras un hombre sirve al Santo, Bendito Sea, permanece ligado a los seis primeros años, es decir, a las seis emanaciones “masculinas”. Pero si se retira de Su servicio, descuidando el mandamiento de la procreación, el Eterno lo separa de los seis años del mundo de la Masculinidad y es librado a servidumbre a un hombre, Metatrón, que pertenece a los seis lados,

para que le pueda servir seis años como un castigo por los seis años superiores que rechazó. Después de esto desciende más bajo y se liga al mundo de la Femineidad: como se ha rehusado a tomar su lugar justo en el mundo Masculino, ahora pertenecerá al Femenino. La Mujer, el séptimo año. viene y lo recibe, y desde ahora su parte es en el mundo de la Femineidad. Si no procura fijarse allí, y rechaza la redención que le ofrece —de reparar su negligencia— desciende aún más bajo y se junta al “otro lado”. Desde ahora es finalmente separado del mundo

Masculino y del Femenino y está sujetado por los “servidores” del “otro lado”, y ha de ser  marcado con fuego y estigmatizado, pues todo estigma viene del “otro lado”. Pero, cuando llega el año del Jubileo, es liberado de ese poder y comienza a experimentar transmigración una ves más y retoma al mundo como fue antes y es ligado al mundo le la Femineidad, pero no a un grado más alto. Si entonces es digno, traerá a existencia hijos que pertenecerán, todos, al mundo de la Femineidad, simbólicamente expresado en las palabras: “Las vírgenes, las compañeras de ella serán traídas a ti” (Tehilim, Salmos 45:15). será un signo de mérito, porque ha corregido su defecto. Pero si no fuese encontrado digno de procrear aun después del Jubileo, será como si no existiera, tras habérselo restituido misericordiosamente a este mundo y haber rehusado, empero, la oportunidad de reparación que le fue ofrecida: “Y si vino solo, saldrá solo”, que significa: “Si

entra en este mundo solo, sin descendencia, no habiendo previamente deseada engendrar hijos, y aun ahora dejando este mundo solo, parte como una piedra arrojada de una honda, hasta que  llega al lugar que se llama “la peña potente”, en el cual entra. Tan pronto como está allí, el aliento de quien es el Solitario (Samael), que ha de ser separado de su pareja femenina (Lilit), y que anda a la manera de una serpiente, alienta sobre él, e inmediatamente deja esa potente peña y, vagando solo, comienza a merodear por el mundo hasta que encuentre un “redentor” mediante el cual pueda retornar a esta tierra. Este es el significado de las palabras: “si vino solo, saldrá solo”; la referencia es a un hombre que se rehusó a casarse y engendrar hijos. Pero “si se casó”, es decir, si tuvo mujer pero no fue bendecido con hijos, no es arrojado solo, porque el Santo no deja ninguna creatura sin retribución. “Su mujer saldrá con él”: marido y mujer experimentan la transmigración y vuelven a unirse como antes. Un hombre así no se casa con mujer divorciada, pero la mujer que previamente fue su esposa y no le dio entonces hijo? puede volver a ser su esposa para que ahora ambos puedan hacer mérito corrigiendo su deficiencia. El texto continúa: “Si su amo le dio una mujer, y ella le alumbró hijos o hijas, la mujer y sus hijos serán de su amo y él saldrá solo”. La Escritura vuelve ahora al tema anterior, o sea, al caso de un hombre que “salió” sin una mujer, es decir, que nunca se casó, lo que implica que el grado que se llama “el séptimo año” lo redimirá. Este “séptimo” se llama “su amo”; el Amo de toda la tierra. Y si este Amo tendía piedad de él y lo traerá de vuelta a este mundo solo como era y le da

una mujer de la clase por la cual el altar derrama lágrimas, es decir, una mujer divorciada de un hombre cuya primera esposa fue, se unen, ella le pare hijos e hijas, “la mujer y sus hijos serán de su amo”, como se explicó. Porque, dado que ha corregido su anterior omisión, es recibido por el Rey Santo, que lo restaura a la posición propuesta para él. Se lo llama “pecador arrepentido”, porque viene a entrar en la heredad de su lugar en el río celestial siempre fluyente que es la fuente de todas las almas. Ningún obstáculo puede haber en el camino del arrepentimiento, y la palabra hebrea que significa “solo” contiene una alusión a la frase: “sobre las cimas de las eminencias de la ciudad” (Mishlei, Proverbios 9:3). Es decir: así como la Sabiduría reside en lugares altos y elevados, así el hombre que se ha arrepentido de su pecado alcanza una posición eminente. Por eso los pecadores que se arrepienten pueden entrar aun allí donde no son admitidos los perfectamente justos. Con mayor seguridad el Santo acepta a cada pecador que se dirige a El. Uno así es puesto sobre el camino de la vida, y, a pesar de su anterior

mancha, todo es restablecido y restaurado a su posición anterior. Aun cuando el Santo ha decretado muy solemnemente contra una persona, El perdona enteramente donde hay un arrepentimiento perfecto. Así encontramos escrito respecto de YehoyaKim: “¡Vivo Yo!, dice el Eterno; aunque Konyahu, hijo de Yehoyakim, rey de Judá, fuera el anillo de sellar sobre Mi diestra, de allí te arrancaría.  escribid a este hombre como sin hijos...”(Yeremiyahu, Jeremías 22:22-30). sin embargo, cuando se arrepintió y volvió de nuevo a El Eterno, leemos: “Y los hijos de Yejonya- Assir, etc.” (Divrei hayamim, Crónicas 3:17). mostrando que después de todo no fue sin hijos, lo que prueba que el arrepentimiento anula todos los decretos y juicios y rompe más de una cadena de hierro y nada hay que se le pueda oponer. Esto lo indican también las palabras: “Y saldrán y mirarán los cadáveres de los hombres que se rebelaron contra Mi” (Yeshayahu, Isaías 66:24). No dice: “que han transgredido”, sino “que transgreden”: es decir los que cometen transgresión sin pensar en arrepentimiento. Pero tan pronto como son penitentes y se remuerden por sus pecados, el Santo vuelve a recibirlos. Lo mismo se aplica aquí: este hombre, que rehusó la procreación, aunque ha pecado y dañado una parte vital, cuando se arrepiente y se dirige a El, el Santo tiene piedad y lo recibe de nuevo; porque El está lleno de misericordia hacia todas Sus obras, como está escrito: “Sus tiernas misericordias están sobre todas sus obras” (Tehilim, Salmos 145:9). Sus misericordias se extienden a los animales y los pájaros, más aún, a seres humanos que saben cómo alabar a su Eterno. David lo expresó así: “muchas son Tus compasiones, Oh Eterno; vivifícame conforme a tus juicios”  (Tehilim, Salmos 119:156). Y si sus tiernas compasiones son otorgadas a pecadores, cuanto más a hombres justos. ¿Quién necesita curación? El que está enfermo. ¿Y quién está enfermo si no el pecador? Por eso cuando pecadores se dirigen al Eterno por curación y compasión, El extiende su diestra para recibirlos. Cuando El Eterno acerca a Sí un hombre, El lo acerca con su diestra, pero cuando El

rechaza a un hombre lo hace con Su mano izquierda. Y aun cuando la mano izquierda empuja alejando, la derecha acerca, porque el Santo, Bendito Sea, no retrae Su tierna compasión de los pecadores. Observad cómo la Escritura dice primero, “Y El avanzó en el camino de su corazón” e inmediatamente después dice: “Yo he visto sus caminos, y lo sanaré: lo conduciré también y le devolveré consuelos a él y a sus penitentes” (Yeshayahu, Isaías 57:17-18). Esto muestra que aun cuando los pecadores cometan pecados deliberadamente, obrando de acuerdo a los deseos de sus propios. corazones, y sin atender a las advertencias de otros, aun para tales está preparada

la curación cuando se arrepienten y comienzan a andar por el camino de la justicia. Y bien, este versículo retribuirá una consideración un poco más ceñida. La cuestión es: ¿Se refiere a los  vivientes o a los ¿muertos? Porque el comienzo y el fin parecen estar en conflicto entre sí, refiriéndose la primera parte a los vivientes y la segunda a los muertos. Pero podemos interpretar así. Mientras un hombre vive y anda “avanzando en el camino de su corazón, porque es fuerte en él la inclinación mala, haciéndole difícil arrepentirse y emprender una vida nueva, el Santo, al ver la vida malgastada del que anda por el mal camino, dice: “Yo debo darle fuerza. Veo sus caminos de oscuridad, y Yo debo abrir en su corazón un camino de arrepentimiento y traer curación a su alma”. Este es el sentido de “Yo te guiaré”, como uno que toma a alguien de la mano y lo guía afuera de la oscuridad. En cuanto a la segunda parte: “e imparto consuelos a él y a sus penitentes”, este lenguaje naturalmente se aplicaría a los muertos, y así lo hace, porque ¿un pecador no está muerto aunque esté con vida? El sentido de las palabras es, entonces, como sigue. Por la gracia de El Eterno, cuando un hombre tiene trece años, se designan para él dos ángeles, uno a su derecha y uno a su mano izquierda. Cuando anda en camino recto estos ángeles se regocijan con él y están alegres y gozosos adhieren a él proclamando ante él: “¡Honrad la imagen del Rey”. Pero cuando se aparta de la senda de rectitud y anda en caminos torcidos, sus ángeles se afligen por él y se apartan de él. Por eso, cuando el Santo otorga al pecador gracia para arrepentirse y efectuar su retorno a la justicia, “El imparte arrepentimiento a él y consuelos a sus penitentes”, en el doble sentido de arrepentimiento y consuelo. Y et hombre vive verdadera y perfectamente, estando unido al Árbol de Vida. Y, estando unido al Árbol de Vida, se lo llama “ un hombre de arrepentimiento”, porque se ha vuelto un miembro de la Comunidad de Israel, la que se designa con la palabra “teshuvah” (arrepentimiento, retorno), y los “pecadores arrepentidos pueden entrar aun donde no son admitidos los perfectamente justos”. El Rey David dijo: “Contra Ti, contra Ti sólo he pecado, y he hecho lo malo delante de Tus ojos” (Tehilim, Salmos 51:6). La significación de esto es !a siguiente. Es posible cometer pecados que son ofensas contra El Eterno y contra el hombre; uno también puede cometer pecados que son ofensas contra el hombre pero no contra el Santo; pero también hay pecados que se comieren solamente contra el Santo. El pecado de David fue de esta última especie. Pero, tal vez os inclinaréis a cuestionar esto diciendo: “¿Pero qué es de su pecado con Batsheva? ¿No pecó contra el marido de ella lo mismo que contra el Santo?” Para esta inquisición hay una respuesta, y es ésta. Según la tradición, Uriah, como era costumbre entre los guerreros de Israel, dio a su mujer una orden de divorcio antes de salir a la batalla, y así David no pecó contra Uriah en el sentido de despojarlo de su mujer. Y por eso leemos: “Y consoló David a Batsheva, su mujer”  (Shmuel 2, 2° Samuel 12:24). lo que es una prueba de que ella era considerada como la mujer legal de David, destinada para él desde el comienzo del tiempo, desde el día en que el mundo fue creado. Así fue su pecado una ofensa contra el Santo solamente. ¿Y en qué consistió la ofensa? No en que ordenó a Joab poner a Uriah en el frente de la batalla de modo que pudiese ser muerto —porque David tenía un derecho a hacerlo, pues Uriah llamó a Joab “mi Eterno Joab” en presencia del Rey, lo que era una expresión de lesa majestad— sino porque no lo mató entonces, dejando que lo matara la espada de los hijos de Ammon (Shmuel 2, 2° de Samuel 12:24). Pues en cada espada ammonita había grabada una serpiente torcida, la imagen de un dragón, que era el el Eterno de ellos. Dijo el Santo a David: “Has impartido fuerza a esta abominación”; porque cuando los hijos de Ammón mataron a Uriah y a muchos otros israelitas, y la espada de Ammón prevaleció, fue como si el el Eterno pagano hubiese prevalecido contra el El Eterno de Israel. Y el título “Hitita” no muestra que Uriah no fue virtuoso: solamente se lo llamó así según el lugar de donde había venido, como Jefté fue llamado “el Guileadita” (Shofetim, Jueces 11:1), porque era de Guilead. Así el poder de la abominación prevaleció contra el campamento de El Eterno, y, siendo las ejércitos de David en la imagen de los ejércitos superiores, cuando él trajo una mancha sobre los ejércitos de abajo hizo que tuvieran un estigma también los ejércitos de arriba. Este fue su pecado, y por eso dijo: “Contra Tí solamente he pecado, y hecho mal a tus ojos”; “a tus ojos” literalmente, que es como decir que David era consciente de que había pecado contra los omnipresentes y penetrantes ojos de El Eterno. “Para que tú puedas serjustificado en tus palabras, y ser claro en tus juicios”  (Shofetim, Jueces 11:1). y así no tenga yo ninguna causa para decir que tú estás equivocado y que yo estoy en lo justo. El sentido de estas palabras es el siguiente. Sabemos que cada hombre emplea naturalmente el lenguaje de su ocupación. Sabemos que David había sido bufón de rey, y, así, aun en triste desdicha y tribulación, cuando se encontraba ante el Rey, volvía directamente a sus mofas y bromas para entretenerlo. Dijo: “Eterno del mundo, he dicho, pruébame, oh Eterno, y sométeme a prueba” (Tehilim, Salmos 26:2), y Tú declaraste que yo no sería capaz de resistir la tentación. Por eso ahora ha pecado a fin de que puedas estar justificado en Tus palabras, porque de no haber hecho yo así, mi afirmación se habría mostrado como verdadera y Tu aserción, refutada. También se nos enseñó que David no fue descarriado por sus pasiones cuando cometió ese pecado con Batsheva; porque él dijo de sí: “mi corazón está herido dentro de mi” (Tehilim, Salmos 109:22). y con esto quiso decir: “En mi corazón hay dos cámaras. Una contiene sangre y la otra espíritu; la que está llena con sangre es la sede de la mala inclinación, pero mi corazón está vacío de esa inclinación, porque yo no le permito alojarse allí”. ¿Por qué, entonces, cometió David ese pecado? Para dar a los pecadores una escapatoria que les permitiera decir: “El Rey David pecó, pero cuando se arrepintió, el Santo lo perdonó; y si él fue perdonado, hay una esperanza todavía mayor de que gente común como nosotros reciba perdón”. Esto es lo que significó David, al decir: “Yo enseñaré a los transgresores Tus caminos, y los pecadores retornarán a Ti” (Tehilim, Salmos 2:14). También está escrito de David que él “subió la cuesta del monte de los Olivos, y subía llorando, cubierta la cabeza y andando descalzo” (Shmuel 2, 2° de Samuel 15:30)  . Lo hizo para mostrar que se consideraba excomulgado, para recibir su castigo, y el pueblo se apartó de él una distancia de cuatro codos. Bienaventurado es el servidor que así adora a su Amo, confesando su pecado y volviendo a El con perfecto arrepentimiento. Ved ahora. La insultante conducta de Schimi, hijo de Ghera (Shmuel 2, 2° de Samuel 16:5). hacia David era peor que cualquier cosa que experimentara hasta entonces, y, sin embargo, David no le contestó una palabra, aceptando la humillación como merecida, y por eso le fueron perdonados sus pecados. Es adecuado considerar aquí por qué Schimi, que era un estudioso y un sabio, se condujo con David como lo hizo. La verdad es que las palabras de insulto y maldición que expresó no eran suyas, sino que entraron en su corazón desde otra región del cielo, para beneficio de David, para que él pudiera arrepentirse con un arrepentimiento perfecto, con corazón quebrantado y con muchas lágrimas ante el Santo. Por eso David dijo: “El Eterno le dijo, Maldice a David” (Shmuel 2, 2° de Samuel 16:10). El sabía que la maldición y las palabras de insulto estaban inspiradas desde arriba. Entre las órdenes que David dio en su lecho de muerte a Salomón, dos eran de especial importancia: una concerniente a Joab y una concerniente a Schimi. De Joab dijo: “Más aún, también sabes lo que Joab el hijo de Zeruia me hizo” (Malajim 1, 1° de Reyes 2:5). Las palabras “tú sabes” indican que aunque Salomón realmente no debió saberlo, dado que otros lo sabían, David se lo dijo a él también. Respecto de Schimi dijo: “Y he aquí que tienes contigo a Schimi, el hijo de Ghera” (Malajim 1, 1° de Reyes 2:8). “Contigo” significa: “El siempre está contigo'1, pues él era el maestro de Salomón. Leemos “Y el Rey mandó y llamó por Sohimi y le dijo, Constrúyete una casa en Jerusalem” (Malajim 1, 1° de Reyes 2:36). Podemos preguntar: ¿Dónde estaba la gran sabiduría en esto? Efectivamente fue más sabio de lo que parece. Salomón hacía todas las cosas en sabiduría; conocía que Schimi era un sabio, y sé elijo a sí mismo: “Lo deseo para difundir conocimiento en el país, y por eso él no debe salir de Jerusalem, el centro”. Otra cosa vio Salomón en sus sabidurías, porque respecto de Schimi se dice que “él salió y maldijo” (Shmuel 2, 2° de Samuel 16:5).  y los vocablos hebreos sugieren que hubo dos “salidas”: una de la casa de estudio para encontrar a David e insultarlo y la segunda de Jerusalem a Gad para encontrar a sus senadores (Melajim 1, 1° de Reyes 2:40). una para encontrar un rey y otra para encontrar a sus propios servidores. Y Salomón vio por medio del Espíritu Santo La segunda “salida” de Schimi y acerca de esto le dijo: “porque en el día que salieres, y pasares el torrente Kidrón, sabe con seguridad que morirás sin remedio” (Melajim 1, 1° de Reyes 2:37). Schimi “arrojó polvo” a David”  (Shmuel 2, 2° de Samuel, 13). Y Salomón se refirió al agua cuando le prohibió cruzar el torrente Kidrón: polvo y agua fueron los medios de poner a prueba a la mujer que era sospechada de adulterio (Bamidbar Números úmeros 5:11-31). y estos dos símbolos estaban” en ]a mente de Salomón cuando él pensó de Schimi, el cual maltrató a su padre. En su encargo a Salomón concerniente a este Schimi, David dijo: “Y mira que tienes contigo a Schimi... que me maldijo con una fuerte maldición... y yo le juré por el Eterno, diciendo: No te mataré con la espada”. ¿Era, entonces, Schtoi un tonto para aceptar un juramento como éste, que solamente le prohibía

a David matarlo con una espada, pero no con una lanza o una flecha? Pero esta sentencia se  puede encarar de dos maneras. Una se basa en el dicho del hijo del gran pez cuyas escamas alcanzaban las nubes más altas, es decir, cuya sabiduría era grande, que cuando David juró su juramento por su espada sobre la cual estaba grabado el Nombre Inefable (Tetragrama); y así él juró a Schimi, como está escrito: “Yo le juré por el Eterno (Y HVH)... Yo no te mataré (jurando) por la espada”. Pero Salomón lo interpretó de manera diferente. Dijo: “Este hombre maldijo a mi padre con palabras; él morirá por medio de una Palabra (Tetragrama)”. Y, efectivamente no lo mató con la espada real, sino con el Nombre. Pero hay sin embargo una dificultad y es ésta: Si David le juró, no debió matarlo o bien que David dijo algo con sus labios y que no estaba en su corazón. Pero el hecho es que David no lo mató. Es bien sabido que los miembros del cuerpo humano pueden recibir en ellos partículas extrañas sin daño, excepto el corazón, que no puede recibir ni un pelo sin ser dañado. Y en cierto sentido David era el corazón de La humanidad y, por tanto, muy sensitivo, y recibió tales insultos como seguramente no debían quedar impunes. Por eso dijo: “porque tú eres un hombre sabio y conoces lo que le debes hacer” (Malajim 1, 1° de Reyes 2:8). En el mismo salmo David continúa: “Porque no deseas sacrificio, y no te lo daré; no te deleitas en holocaustos. Los sacrificios de El Eterno son un espíritu quebrantado; un corazón quebrantado y contrito, oh El Eterno, no desdeñarás” (versículos 17 y 18). “Tú no deseas sacrificio”. ¿Pero el Santo no ha ordenado sacrificios para el

perdón del pecado? Se ha de observar sin embargo qué David dijo resto en relación al Nombre Divino Elohim, es decir, el atributo del juicio severo; se debe traer sacrificios al Nombre YHVH, el atributo de la Misericordia, pues éste es el Nombre mencionado siempre en conexión con las diferentes especies de sacrificios (Vayikra, Levítico 1:2; 2:1; 3:6). pero el único sacrificio que puede serle ofrecido al Nombre Elohim es un espíritu quebrantado y un corazón dolorido, como está escrito, “los sacrificios de Elohim son un espíritu quebrantado”. Por esta razón una persona que 'ha tenido un mal sueño ha de adoptar un porte triste y dolorido, porque está bajo el atributo de Elohim, y el sacrificio del atributo de Justicia debe expresarse a través de tristeza y auto-humillación. Tal tristeza es en sí misma cumplimiento suficiente del sueño, y el juicio no ejercerá su dominio sobre uno así, pues ha traído el sacrificio correspondiente al atributo de Juicio. Cuando David dice “un corazón quebrantado y contrito, Oh El Eterno, no desdeñarás”, indica que el Santo, Bendito Sea, desdeña un corazón orgulloso y arrogante. “Haz el bien en tu buen placer a Sion; construye tú los muros de Jerusalem”. Se menciona aquí una doble bondad. Porque desde el día en que el Santo se ocupó con la construcción del Templo Superior, hasta este tiempo presente, esa “bondad de Su buen placer” no descansó sobre el edificio, y por eso no llegó a perfección completa; pero cuando este “buen placer” surgirá, el Eterno llenará el edificio con un arreglo de luces tal que aun los ángeles celestiales no serán capaces de mirarlas firmemente, y entonces el edificio y, en verdad, toda la obra del Santo, Bendito Sea, se habrá completado. El texto continúa: “Construye tú los muros de Jerusalem”. ¿Pero El no los ha construido ya? Efectivamente, ¿no comenzó a levantarlos en el tiempo cuando él primero comenzó a ocuparse con la construcción del Templo? Y si no ha construido los muros, ¿qué necesidad hay de decir que El no construyó el Templo? Pero, el Santo, Bendito Sea, no actúa como los hombres. Cuando seres humanos construyeron el santuario aquí abajo, ellos primero construyeran los muros de la ciudad para protección y, luego, el santuario; pero el Santo construirá primero el Santuario y luego, cuando lo traiga abajo desde el cielo, y lo coloque en su lugar justo, '“El construirá los muros de Jerusalem”, las murallas de la Ciudad Bendita. Por eso David dice primero: “Haz bien en tu buen placer a Sion” y luego: “Construye tú los muros dé Jerusalem”. Estas palabras contienen un. misterio grande y profundo. En todos sus otros actos y: hechos puede notarse que El Eterno hizo primero lo que es exterior y luego lo que está adentro. Pero con respecto al Santuario el caso es a la inversa. Aunque, por ejemplo,: El diseñó el cerebro primero en el pensamiento, sin embargo de hecho el cráneo viene primero. Porque la cáscara en todos los casos emana del “otro lado”, y lo que es del “otro lado” aparece siempre primero. La cáscara es para guardar el fruto y luego se la arroja, como está dicho, “El preparará y el justo se lo pondrá”(Yiov, Job 27:17). La cáscara es arrojada y se expresa una bendición al Justo. Pero con respecto al futuro edificio del Santuario, cuando él mal lado se extinga y desaparezca de la faz de la tierra, esto no será necesario, porque el “cerebro” y la “cáscara” serán manifiestamente Suyos. Primero el “cerebro”, significado por las palabras: “Haz

el bien en tu buen placer a Sion”; y luego La “cáscara”: “construye tú los muros de Jerusalem”,  lo que significa que en el tiempo del Reino del Mesías la exterior cobertura protectora no será más de los poderes del “'lado malo”, sino, en cambio, del Santo Mismo, como está escrito: “Yo seré para ello, un muro de fuego en torno”  (Zajariyahu, Zacarías 2:5).  Y bien, Israel es el supremo '“cerebro” del mundo. Estaban primero en la mente del Creador, y por eso las naciones

paganas que sólo son el “polvo”, se le adelantaron, como está escrito: “Y estos son los reyes que reinaron en el país de Edom, antes de que reinara rey alguno sobre los hijos de Israel”  (Bereishis, génesis 27:29).   Pero en el futuro el Santo formará primero el cerebro sin esperar el polvo, como está dicho: “Israel es santidad para el Eterno, la primicia de Su producto”; y por eso, “todos los que lo devoran serán considerados culpables, vendrá sobre ellos el mal”(Yeremiyahu, Jeremías 2:3).  “Entonces te agradarán los sacrificios de justicia”  (Tehilim, Salmos 2:20). Porque en ese tiempo todas las cosas estarán perfectamente unidas y el Nombre Santo también estará unido en su armoniosa totalidad y los sacrificios serán ofrendados a los Nombres unidos Y HVH Elohim, y no será como en días anteriores cuando Elohim no tuvo parte en el sacrificio, pues, si la hubiera tenido, todos los poderes del “otro lado” habrían estado alerta para participar. En ese tiempo, “Tú eres grande y haces cosas maravillosas: Tú sólo eres El Eterno” (Tehilim, Salmo 86:10). y no habrá otro El Eterno. Es acerca de ese tiempo que está escrito: “Ve ahora que yo, sí Yo, soy El, no hay El Eterno fuera de mi; Yo mato y Yo hago vivir” (Devarim, Deuteronomio 32:39). el doble “Yo, Yo”, indica lo absoluto de la Presencia Divina en el tiempo Mesiánico, cuando el “otro lado” sea eliminado y no se lo vuelva a ver. Y

aun la muerte, que hasta ese tiempo estaba conectada con el otro lado, será desde entonces de El directamente, para los que aun no han experimentado la muerte física, y El los alzará inmediatamente. Pues nada de esa inmundicia de pecado que es la causa de la muerte quedará en el mundo, y habrá un mundo nuevo, modelado y perfeccionado por las manos del Santo, Bendito Sea. Para volver a la palabra begapó; el Tárgum (arameo) traduce “por sí sólo”, lo que

es realmente correcto; Pero gapó también puede significar, en arameo, “ala”, y por eso podemos vincularlo con el dicho de que todo el mundo se sostiene sobre una sola “ala” del Leviatán. El significado interno es el siguiente. En el comienzo, el Santo, Bendito Sea, creó al Leviatán de acuerdo a los dos géneros varón y hembra. Pero cada vez que se movían, la tierra se sacudía y si el Santo no hubiera castrado al varón y aplacado los instintos sexuales de la hembra, habrían eventualmente llevado el mundo entero al caos y la destrucción. Por eso estos monstruos no engendran; por eso un hombre que obra igual, es decir, que no engendra, si “'viene begapó, con una única ala”, es puesto bajo la dominación de esa ala del Leviatán castrado, y él “saldrá begapó”. Es decir, será arrojado del otro mundo y nunca entrará en la cortina. Observad esto: Está escrito: “Ellos morirán como solitarios (aririm) sin descendencia” (Vayikra, Levítico 20:21). La palabra aririm es masculina y femenina e indica que un hombre que se rehúsa a generar deja el mundo en la esfera de la femineidad, aunque primero entró en la esfera de la masculinidad. El Santo, Bendito Sea, no soporta ningún hombre que se ha agostado en este mundo que aparezca antes El, exactamente como no se permitía el sacrificio de un animal castrado (Vayikra, Levítico 22:24). Se ha prohibido a través de todas las generaciones el castrar cualquier creatura que el Santo creó, porque la castración pertenece eternamente y en todos los casos al “otro lado”. Y cuando un hombre se casa con una mujer y él o ella se rehúsan a generar y, así, entran en el otro mundo sin haber engendrado hijos, entonces “su mujer saldrá con él”. Esto significa que él experimenta transmigración por sí solo, como varón, y ella por sí sola como mujer. El texto continúa: “Si su amo le ha dado una mujer, y ella le ha alumbrado hijos o

hijas, la mujer y sus hijos serán del amo de ella, y él saldrá solo”. “Su amo” es “el Dios de toda la tierra”; “le ha dado una mujer”: de esto aprendemos que no entra en la discreción del hombre el tomar una mujer, sino que todas las cosas han de ser 'puestas en la balanza”  (Tehilim, Salmos 62:10). ¿Y quién es la mujer que el Amo le da en este caso? Una que no estaba en realidad en la intención de que fuera su esposa, sino la mujer de otro a quien él se anticipó en la buena gracia de El Eterno, y su Amo le permitió tenerla porque El previo que ella le pariría hijos. Y cuando este hombre, que ha producido fruto en un jardín que no era justamente suyo, llegará al fin de su vida terrenal, “la mujer y sus hijos serán del .Amo de ella, y él saldrá solo”. ¡Pobre desdichado! Así, todo su trabajo fue en vano. El se empeñó por producir fruto en un jardín ajeno, para obedecer los dictados de su Amo, y debe forzosamente salir vacío. ¡Viejo, viejo! Confrontado con un problema como este, te pareces a un hombre tirado en el suelo, inerme, sin fuerzas, qué solamente puede patear la puerta con sus pies. Pero toma coraje, viejo, y no temas. Y bien, por qué esa pobre alma forzosamente tiene que salir de este mundo vacía y sola? ¿Es porque ha sembrado en un jardín que no era el suyo? Seguramente no, pues, ¿no fue el Santo Mismo quien le dio este jardín? Sin embargo, nada hace el Eterno que no tenga su razón y su justicia, y lo que ocurre en todos los otros casos, ocurre también en este. Aquel a quien el Santo ha dado una esposa y que ha generado con ella no es como los otros que experimentan trasmigración. Quien en este mundo verdadera y humildemente procura hacer fructificar el árbol, pero que no tiene éxito en su intento, no es puesto en la misma categoría que uno que consciente y deliberadamente omitió el deber de engendrar hijos, desarraigando así el árbol, desparramando su copa y malgastando su fruto. Aquel a quien el Amo dio una esposa para que pudiese generar hijos, hizo el empeño de enriquecer al árbol, aunque no tuvo éxito. Por eso, el Santo, conociendo su buena intención, se apiada de él. Después de recuperar, ante todo, lo que Le es debido, y tomando lo que primero no produjo, le permite salir de nuevo y obrar por sí mismo para corregir su deficiencia. Además, se ha de recordar que el hombre ha de experimentar trasmigración porque, en ningún caso, es de gran mérito. Pues si lo fuera no habría de pasar a otra forma y volver a vivir sobre la tierra, sino que tendría “un lugar mejor que hijos e hijas”. Esto en cuanto a les misterios que esté versículo contiene. Pero, viejo, viejo, has hablado de uno cuya obra fue en vano, y no observaste que tú mismo sólo dijiste vanidad en todo este discurso, pues cerca de tus talones hay un versículo que derrumba todo tu edificio, e imaginas que puedes nadar por el mar según tu placer. ¿Cuál es este versículo? “Si el servidor dijere, llanamente, yo quiero a mi Amo, etc.” Viejo, viejo, no tienes fuerza, tu poder se ha volado; ¿qué harás? Pensaste que no habría ninguno que te persiguiera y he aquí que este versículo salta de su matorral, brincando tras tí como una gacela en el campo con trece brincos, las trece palabras del versículo, hasta que se te impondrá. ¿Qué harás, viejo? No, no te deprimas. Debes ahora reunir tu fuerza, porque hasta hoy fuiste verdaderamente un potente guerrero. Viejo, viejo, recuerda ese día de nieve cuando las semillas de la sabiduría fueron sembradas y hombres poderosos lucharon contra ti y tú sólo te impusiste a trece hambres fuertes, cada uno de los cuales podía matar a un león antes del desayuno. Si tú pudiste prevalecer contra esos gigantes, seguramente

podrás ahora conquistar a estos trece, que son debiluchos, sólo palabras. Entonces, adelante, y sé audaz. La expresión “amor yomar” (si el servidor dijere) ha sido interpretada por ciertos sabios según su sentido literal, es decir, que indica dos dichos, uno al comienzo y uno al final de

los seis años, antes de que entrara el séptimo año. Pues si lo dijera aunque fuese un día después del comienzo del séptimo año sus palabras no tendrían validez, pues dice “el servidor”, es decir, mientras es aún un servidor, es decir, en el sexto año. Y si habló sus palabras al comienzo de los seis años, y no al final, sus palabras no tienen validez. Nuestra interpretación es que si mientras aún está con su mujer, reza diariamente al Rey Santo, entonces él comienza y termina con ruego; y si comienza con plegaria será recibido con misericordia. ¿Qué dice? “Yo quiero a mi Amo...”. Entonces el Santo, Bendito Sea, lo recibe a causa de su arrepentimiento y sus plegarias. Entonces, ¿que hace El para uno así? En vez de mandarlo de vuelta a este mundo para soportar castigo por los pecados de su vida anterior, el Santo, en cambio, lo entrega a las manos del tribunal Celestial, que lo juzga y lo entrega a la casa de castigo. Y el Santo registra cómo fue entregado al Tribunal y pone sobre él un estigma al colocarlo bajo la dominación de La Orlah —espíritus impuros— por cierto período de tiempo, después de lo cual su amo lo redime. Pero si el Jubileo apareciera durante el período de su estigmatización, sería instantáneamente puesto en libertad, y esto aun si hubiera estado en cautiverio solamente un día cuando apareció el Jubileo, y se le permite entrar dentro de la cortina. Entonces el viejo cerró sus ojos por un momento... Continuó: Salomón dijo: “Así yo regresé y consideré todas las opresiones (los “oprimidos”) que se efectúan bajo el sol y miré las lágrimas de los que eran oprimidos y no tenían quién los conforte” (Koheles, Eclesiastés 4:1). Este versículo ya se interpretó. Pero aun tenemos que explicar las palabras “así regresé y vi”. ¿De dónde regresó? Y bien, tenemos una tradición de que Salomón acostumbraba levantarse cada día al amanecer y dirigir su rostro hacia el Este, donde veía ciertas cosas, y luego hacia el sur, donde también veía ciertas cosas, y, finalmente, al lado del norte. Permanecería así con su cabeza levantada y sus ojos semi-cerrados hasta que llegaran a él dos columnas, una de fuego y una de nube, y esta última llevando encima un águila, potente en estatura y fuerza, con su ala derecha descansando sobre el fuego, y su cuerpo y su ala izquierda, sobe la nube. El águila llevaba en su boca dos hojas. La columna de  nube con las dos hojas y la columna de fuego y el águila sobre ellas vendrían y se inclinarían ante Salomón. Entonces el águila inclinaría un poco su cabeza y daría las hojas a Salomón. Y Salomón las tomaría y olería, y por su olor podría discernir de dónde venían, y reconocer una hoja como perteneciente a aquel “que tiene sus ojos cerrados”, y la otra a aquel “que tiene sus ojos abiertos” (Bamidbar Números 25:4). Pero había un número de cosas que el Rey Salomón deseaba que estos dos seres le hicieran conocer. ¿Qué hizo? Selló su trono con una argolla en la que estaba grabado ti Nombre Santo, acercó de un lugar oculto otra argolla en la que también estaba grabado el Nombre Santo, subió a la techumbre de su palacio, se sentó sobre el lomo del águila y partió, ayudado por el fuego y la nube. El águila ascendió a los cielos y por todas partes donde pasaba, la tierra abajo se oscurecía. La clase más sabia en esa parte de la tierra de donde fue tan repentinamente apartada la luz, conocería la causa y diría: “Seguramente el Rey Salomón está pasando”, pero no sabían adonde iba. La clase vulgar en cambio diría “allí arriba

las nubes se mueven y por eso ha oscurecido tan repentinamente”. El águila ascendería hasta la altura de cuatrocientas parasangas hasta llegar, a la larga, a la montaña oscura, donde está Talmud en el desierto, y allí por fin descendería. Salomón entonces levantaría su cabeza y vería la montaña oscura y aprendería de ella todo lo que podría enseñarle y percibiría también todo lo que era necesario para penetrar más. Después de lo cual subiría una vez más al lomo del águila y volaría como antes, hasta que entraran en las profundidades de las montañas, en medio de las cuales crecía un árbol de olivo. Cuando llegara a ese lugar Salomón exclamaría con toda su fuerza: “Eterno, Tu mano está alzada, ellos no ven” (Yeshayahu, Isaías 26:11).    Entonces él entraría en ese lugar hasta llegar a los que moran allí, y les mostraría su anillo y allí obtendría todo su conocimiento de ciencias extrañas, es decir, hechicería. Cuando ellos, le dijeran todo lo que él requería, volaría de regreso a su palacio por el mismo camino de la ida. Entonces, una vez sentado nuevamente en su trono, reflexionaría sobre todo lo que había atravesada y concebiría ideas de profunda sabiduría. Y es con referencia a tal ocasión que dijo: “Así yo regresé y consideré todas las opresiones que se hacen bajo el sol...”. ¿Habría podido ver en su viaje a todos los que eran oprimidos? Difícilmente, pero él se refería a los pequeños, a los lactantes separados de los pechos de sus madres. Tales son efectivamente “oprimidos” de todos los lados: oprimidos arriba en las regiones celestiales y oprimidos abajo sobre la tierra. No hay ningún oprimido como aquellos cuya opresión se trasmite por herencia, acerca de los cuales está escrito: “El visita los pecados de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generaciones” (Shemot, Éxodo 20: 5. ¿Cómo es eso? El Rey Salomón da en alta voz la respuesta cuando dice: “el hombre cargado de la sangre de alguno, huirá al hoyo, sin que nadie lo sostenga” (Mishlei, Proverbios 28:17). Dado que es oprimido “con la sangre de un alma”, es decir, ha cometido algún pecado grave, o su hijo o el hijo de su hijo serán “oprimidos”, es decir, dañados, en la “balanza”; huirá al hoyo del lugar de justicia y ninguno lo ayudará; porque ha oprimido la sangre del alma, será él mismo oprimido por el otro lado, o su simiente llevará esta opresión de retribución por él y a su cuenta. De ahí que dice “todos los oprimidos”, que es como decir: “yo he considerado a todos los que son oprimidos y todas las maneras de su opresión y la razón por la que son oprimidos”. Y bien, esta clase de oprimidos es esa de la que se dice '“hechos bajo el sol”, porque sus cuerpos realmente fueron hechos antes de que friesen

violentamente sacados, habiendo otros que nunca son tan modelados sobre esta tierra, aunque los esperan espíritus. Otros, a su vez, son “hechos” en desafío del Todopoderoso. Así, cuando un hombre roba la mujer de su vecino, abiertamente o secretamente y nace un niño de tal unión adúltera, y el Santo forzosamente ha de modelar su cuerpo y darle forma, entonces ese niño es efectivamente “un oprimido que es hecho tal”, literalmente, a pesar del Todopoderoso. Salomón reflexionó sobre esto y dijo: “Yo considero la triste suerte de estos oprimidos desventurados que han sido hechos que derraman lágrimas ante el Santo. Ellos se quejan ante El y con lamentos, diciendo: cuando una persona comete un pecado seguramente debe morir. Pero, Soberano del Universo, cuando tiene sólo un día, ¿ha de ser juzgado? estas son “las lágrimas de los oprimidos, que no tienen quién los conforte”. Hay muchas clases diferentes entre ellos, pero todos ellos derraman lágrimas. He aquí, por ejemplo, un niño nacido en incesto, tan pronto emerge en el mundo es separado de la comunidad del pueblo santo, y el infortunado bastardo se queja y derrama lágrimas ante el Santo, y se lamenta: “¡Eterno del mundo! Si mis padres han pecado, ¿dónde está mi culpa? Yo siempre me he empeñado en hacer solamente buenas obras ante Ti”. Pero la mayor aflicción de todas emana de los “oprimidos” que sólo son pequeños lactantes que fueron separados de los pechos de sus madres. Estos pueden hacer llorar al mundo entero y no hay lágrimas como las de ellos, porque lágrimas que brotan de los huecos más interiores y profundos del corazón, causando el asombro del mundo y diciendo: “Los juicios del Santo son por siempre justos y todas Sus sendas son caminos de verdad”. Pero, ¿por qué es necesario que estos pobre”, pequeños, que son sin mancha y sin pecado, mueran? ¿Dónde está ahora el juicio verdadero y recto del Eterno del mundo? Si deben morir a causa de los pecados de sus padres, entonces ciertamente no tienen quién los conforte”. Pero, el hecho real es que las lágrimas de estos “oprimidos” interceden por los vivientes y los protegen, y por causa de su inocencia y el poder de su intercesión se prepara eventualmente para ellos un lugar que ni siquiera los justos perfectos puedan alcanzar u ocupar; porque el Santo lo hace por ellos con un amor particular y especial; El se une con ellos y les prepara un lugar superior, muy cercano a El Mismo. Es acerca de tales quo está escrito; “De la boca de criaturitas y lactantes has encontrado fuerza”. ¿Qué es lo que hacen allí y por qué se van? “A pesar de Tus adversarios, para hacer callar al enemigo y al hombre vengativo” (Tehilim, Salmos 8:3). Y también hay otro lugar preparado para pecadores que se arrepienten. Se nos ha enseñado (Pirke Avot, capítulo V) que diez cosas fueron creadas en la víspera del Sábado, en el crepúsculo, cuando la obra de la Creación estaba terminada y el Shabat aún no había comenzado; entre las cuales están la forma de los caracteres escritos, la escritura y las tablas de piedra; porque está escrito: “y las tablas eran obra de El Eterno, y la escritura era escritura de El Eterno, grabada sobre las tablas” (Shemot, Éxodo 32:16). Y bien, cabe preguntar, ¿qué prueba hay en este versículo de que esas cosas fueron efectivamente creadas en la víspera del Shabat, y no acaso mil años después, o, tal vez, cuando los israelitas se hallaban junto al Monte Sinaí? Pero, no cabe duda de que fueron creadas en la víspera de ese Shabat, por la siguiente razón. En todo el relato de la Creación (Génesis I) siempre se emplea el nombre Elohim para designar a El Eterno. Pero después de completada toda la obra, El Eterno es llamado con el nombre pleno, YHVH Elohim  (Bereishis, génesis 2:4). Porque, aunque todas las cosas fueron creadas en el poder del Nombre Elohim, lo que fue creado no fue realmente hecho hasta la víspera del Shabat, cuando El Eterno terminó la obra que había hecho” (Bereishis, génesis 2:2). es decir, la Creación solamente recibió su permanencia con su acabamiento por el hacer. En el mismo sentido se dice respecto de las tablas

de piedra, que ellas fueron “la obra (Maasé, literalmente, hacer) de El Eterno”, que indica que fueron producidas cuando tuvo lugar la consumación de toda la Creación por el acto del “hacer” de El Eterno, y no en el período posterior acerca del cual el Nombre se menciona en su plenitud —”Y HVH Elohim” (Bereishis, génesis 2:4). — y sólo con lo cual el mundo fue colocado sobre una base firme y permanentemente establecido. Cuando Moisés rompió las tablas (Shemot, Éxodo 32:19). el Océano desbordó sus límites y estaba a punto de inundar todo el mundo. Cuando Moisés vio cómo las olas se levantaban y amenazaban cubrir el universo, inmediatamente “tomó el becerro que ellos habían hecho, y lo quemó en fuego y lo redujo a polvo, el cual esparció sobre la superficie de las aguas” (Shemot, Éxodo 32:20). Entonces se paró ante las aguas del Océano y dijo: “Aguas, aguas, ¿qué queréis?” Y ellas contestaron: “¿No estaba el mundo establecido por y sobre el mérito de las Palabras Santas grabadas sobre las tablas? Y ahora, porque los israelitas han negado la Torá haciendo el becerro de oro, deseamos inundar el mundo”. Entonces Moisés les contestó y dijo: “Ved, todo lo que han hecho en relación con el pecado del becerro de oro es entregado a vosotras. ¿No es suficiente que tantos miles de ellos hayan perecido por su pecado?” Inmediatamente él “desparramó el polvo del becerro sobre el agua”. Pero aun entonces las olas no se apaciguaron. Y así él tomó de esos mares encolerizados una porción de agua y la derramó sobre el lugar donde había quemado el becerro, y entonces finalmente el Océano se aquietó y retornó a su cauce. Porque en ese desierto no había agua, como está escrito: “No es lugar para siembra... ni hay agua alguna para beber” (Bamidbar Números 20:5). Ni puede el lugar sobre el cual Moisés desparramó el polvo haber sido el pozo de Miriam, porque seguramente Moisés no habría permitido nunca que malos recuerdos ensuciaran el lugar cuyas aguas los israelitas hubieran de beber después. Además, los israelitas sólo recibieron su cisterna cuando vinieron al lugar Mataná, como está escrito: “Sube, oh pozo... Los príncipes cavaron el pozo... Y de allí a Mataná” (Bamidbar Números 21:17-18).

En cuanto a las palabras “grabada sobre las tablas” (jarut al halujot), ya se ha destacado que esta frase contiene una alusión a jerut, esto es, libertad. ¿Libertad de qué? Del ángel de la muerte, de sujeción a los reinos de este mundo, de todas las cosas terrenales, y de todas las malas cosas. ¿Y qué es libertad? Es el sello del mundo por venir, en el que hay toda suerte de libertad. Si las tablas no hubieran sido rotas, el mundo no habría sufrido, como sufrió posteriormente, y los israelitas hubieran sido semejantes a los ángeles superiores de arriba. Por eso la Escritura proclama: “Las tablas fueron la obra de El Eterno” (Elohim), desde el tiempo en que el mundo estaba aún bajo la égida del nombre Elohim, antes de haber entrado el Shabat. La escritura, también, fue la “escritura de El Eterno”, fuego negro sobre fuego blanco, y fue jarut (grabada) porque el Jubileo proclama libertad (Jerut) a todos los mundos. Habiendo hablado estas cosas, el viejo hizo una pausa de un momento y luego dijo: hasta aquí, mis amigos, y no más. Desde ahora sabréis que el lado malo no tiene poder sobre vosotros, y que yo. Yebba el Anciano, he estado ante vosotros para decir estas palabras. Los dos Rabíes se pararon ante él, mudos, como hombres que despiertan de su sueño. Entonces se prosternaron ante él y así permanecieron, sin hablar y aterrados. Después de un momento lloraron. finalmente, R. Jiyá recuperó su voz, y habló, diciendo: “Ponme como sello sobre tu corazón, como sello sobre tu brazo, porque fuerte como la muerte es el amor, duro como el sepulcro es el celo: sus ascuas arden como ascuas de fuego, llama de Yah” (Shir hashirim, Cantar de los Cantares 8:6).   Cuando la Comunidad de Israel adhiere a su Esposo, ella dice: “Ponme corno un sello sobre! tu corazón”. Es propiedad de un sello el dejar su impresión sobre la superficie con la cual ha estado en contacto, y esta impresión naturalmente permanece aún después de que el sello fue retirado. Así la Comunidad de Israel clama alto a su Esposo, diciendo “dado que he adherido a

Ti, que mi imagen permanezca grabada sobre Tu corazón, de modo que aun cuando yo deba  forzosamente ir de un lado a otro en el exilio puedas Tú encontrar mi imagen allí y recordarme. Pueda yo adherir a Tí por siempre y no ser olvidada de ti”. “Porque el amor es fuerte como la muerte”, y así la fuerza de la región donde mora la muerte es el lugar que se llama “amor eterno”. “Sus ascuas son ascuas de fuego”. ¿Qué son estas ascuas? Los diamantes y las gemas

preciosas que nacen de ese fuego. “Una llama de Yah”, la llama que sale del Mundo Superior para unirse con la Comunidad de Israel y así colocar* el abismo entre Cielo y tierra y unirlos. De esta misma cualidad de amor participamos respecto de ti, y las ascuas de ese fuego están puestas en nuestros corazones caldeándolos hacia ti. Pueda así ser la voluntad del Santo, Bendito Sea, que nuestra imagen esté grabada sobre tu corazón por siempre, como la tuya está

impresa sobre los nuestros. Entonces el viejo los besó y bendijo, y ellos partieron. Cuando llegaron a la residencia de R. Simeón le relataron todo lo que les había ocurrido. R. Simeón estaba deleitado y confundido. Dijo: Benditos sois realmente porque fuisteis dignos de todo esto. Pensar que estuvisteis en presencia de este supremo león de sabiduría con el cual no pueden compararse los sabios mayores, y no lo reconocisteis. Estoy sorprendido de que hayáis escapado del castigo por vuestra falta de respeto hacia él; es evidente que el Santo deseaba perdonaros y salvaros. Entonces, les aplicó los versículos: “Y la senda de los justos es como la luz brillante, que brilla más y más hasta el día perfecto”; '“cuando caminares, no se estrecharán tus pasos y cuando corrieres no tropezarás” (Mishlei, Proverbios 4:12-18). “Y tu pueblo, todos ellos serán justos; heredarán para siempre la tierra; renuevo plantado por Mi mismo, obra de Mis manos, para glorificarme” (Yeshayahu, Isaías 60: 21). Así termina el incidente relacionado con R. Yebba el Anciano. Y habéis de serme hombres santos; por lo mismo no comeréis la carne destrozada por las fieras en él campo; a los perros la echaréis (Shemot, Éxodo 22:30). R. Judá citó aquí el versículo: “Y la sabiduría, ¿dónde se encuentra? ¿Y cuál es el lugar del entendimiento?” (Yiov, Job 28:12). Dijo: “Bienaventurados los israelitas porque el Santo desea honrarlos más que a todo el resto de la humanidad. Primero El les dijo: “Y seréis para mi un reino de sacerdotes” (Shemot, Éxodo 19:6). Pero su gran amor a ellos no estuvo satisfecho hasta que hubo agregado: “Y una nación santa” (Shemot, Éxodo 19:6). que significa un grado más alto; Su amor aún no estaba satisfecho hasta que los llamó “un pueblo santo” (Devarim, Deuteronomio 14:2). que es un grado todavía más alto; y ahora él les muestra Su amor sin límites llamándolos a que sean “hombres de santidad”, que es el grado y el destino más elevado

que todos. Porque la Torá misma emana de la Sabiduría, del reino que se llama “santidad”, y la Sabiduría emana de la región que se llama “santo (literalmente, santidad) de todos los santos”. R. Yitzjak dijo: El jubileo también se llama “'santidad”, como está escrito: “porque es el jubileo; se llamará santidad (Kodesch) para vosotros” (Vayikra, Levítico 14:12). Los israelitas que están destinados a ser “hombres de santidad” tienen una parte en ambos, en la Toráh y en el Jubileo. ¿Cuál es la diferencia en grado entre “santo” y “'santidad”? R. Yose dijo: El último es el más extremo, el grado mayor, pero no así el primero, porque está escrito: “Y será que los que fueren dejados en Sion y los que quedaren en Jerusalem serán llamados santos” (Yeshayahu, Isaías 4:3). ,. lo que significa que el grado de “santo” está conectado con ese lugar, es decir, con la terrenal Sion y Jerusalem, mientras que “santidad” está ligado con un lugar más alto. R. Abba estaba un día caminando en compañía de R. Yose y R. Jiyá. Dijo R. Jiyá: ¿Come sabemos que la expresión “y Me seréis hombres de santidad” significa el grado más alto? R. Yose dijo: Todos los compañeros lo interpretaron bien; es verdaderamente así porque está escrito: “Israel es santidad al Eterno, el comienzo (reschit) de su fruto; todos los-que lo devoran serán culpables” (Jeremías 11,3). Aquí Israel es designado “reschit”, y la Sabiduría también es llamada “reschit”, como está dicho, “El comienzo (reschit) de la sabiduría es el temor del Eterno” (Tehilim, Salmos 111:10). Y porque Israel es llamado “santidad”, el acabamiento y la armonía de todos los grados, los hijos de Israel no deben “comer carne que es destrozada por bestias en el campo”: no deben derivar su alimento del lado del juicio severo, sino “echarla a los perros”, es decir, al impúdico e impuro poder sobre el cual descansa el juicio. Así el pueblo destinado a ser “hombres de santidad” no ha de mancharse con la impureza del principio del mal dejado en la carne del animal destrozado. Una vez cuando R. Yitzjak estaba estudiando con R. Simeón, le preguntó: ¿cuál es el sentido del versículo citado? (Yeremiyahu, Jeremías 2:3). “Israel es santidad al Eterno, todos los que lo devoran son culpables” (yeshamu), llevarán su culpa, es decir, serán castigados”. R. Simeón se refirió a los pasajes (Levítico XXII, 10, 14-16) donde los extraños que comen de las cosas santas “se cargan con la culpa (ashma) de comer”. Porque Israel es llamado “santo”, “santidad”, todo el que lo “come”, es decir, todas las naciones extrañas que tratan dé devorarlo y ponerle fin son culpables de consumir algo sagrado. Entonces se le acercó R. Yitzjak, le besó las manos y dijo: Valía la pena venir aquí para oír esto. Pero, Maestro, si, como se nos ha enseñado, “santidad” es un grado más alto que “ser santo”, ¿coma explicar “santo, santo, santo (kadosch) es el Eterno Zebaot”? R. Simeón respondió: Cuando la tríada —santo, santo, santo— se uno en una unidad, forma una 'casa”, y esa casa se llama “santidad'; es la esencia y el núcleo de “santo”. Y cuando Israel alcanza el acabamiento y la perfección de la fe, se lo llama “santidad” '“Santidad es Israel para el Eterno”; “Me seréis hombres de santidad”. Cierto legionario preguntó una vez a R. Abba: ¿no está escrito en vuestra Ley: “Carne que es terefá (destrozada por bestias) no comeréis; la echaréis al perro”. Entonces, ¿por qué está dicho: “El ha dado teref (alimento) a los que lo temen”? (Tehilim, Salmos 111:5).

Seguramente más bien debió haber dicho: “El da teref al perro”. R. Abba respondió: Tonto (Reka), ¿Piensas que teref es lo mismo que terefá? Y aun si admitimos que es lo mismo, digo que El Eterno impuso esta prohibición solamente a los que temen Su nombre, y por eso no os la dio a vosotros, porque El sabe que no Lo teméis y no guardaréis Sus mandamientos. Y así pasa con todas las restricciones de la Toráh. R. Eleazar enseñaba que la peculiar expresión “hombres

de santidad” contiene una referencia al Jubileo, porque hay una tradición de que los israelitas salieron de Egipto a la libertad por medio del Jubileo, que es !a fuente de toda libertad, de la temprana y de la perpetua. Cuando salieron a la libertad, el Jubileo extendió sus alas y se los llamo sus hombres, sus hijos. Y del Jubileo está dicho: “Es Jubileo santidad es para vosotros”. He aquí, verdaderamente, “para vosotros”. Por eso dice aquí: “Me seréis hombres de santidad”, esto es Sus hombres, y son estas palabras que habló el propio Santo, Bendito Sea. Y por eso se hicieron dignos de ser conocidos como “hermanos del Santo”, como está escrito: “En mérito a mis hermanos y compañeros, diré ahora, Paz sea contigo”(Tehilim, Salmos 122:9).  Luego fueron llamados “santidad”(Yeremiyahu, Jeremías 2:3). y no meramente “hombres de santidad”. Se nos ha ensenado que porque Israel es llamado “santidad” a nadie le está permitido aplicar a su vecino un epíteto insultante o ponerle un apodo degradante. El castigo por tal ofensa es efectivamente grande. Está escrito: “Guarda tu lengua del mal”(Tehilim, Salmos 31:15). “Del mal”: porque el agravio y el lenguaje malicioso hacen que la enfermedad entre en el mundo. R. Yose dijo: Quien ofende a su vecino poniéndole un apodo insultante o dirigiéndole, términos abusivos., sufrirá eventualmente por ofensas que no ha cometido. En relación con esto R. Jiyá dijo también en nombre de R. Ézequías: El que llama a su vecino “inicuo” será arrojado en los abismos del guehinóm. La única gente a la cual se puede legítimamente llamar “inicuos” son los que hablan sin pudor y con blasfemia contra la Torá. Una vez, estando de viaje, R. Yese pasó cerca de un hombre que estaba maldiciendo y denigrando a su vecino. El Rabí le dijo: “Te estás conduciendo como un malvado”. Los que estaban con R. Yese. Al oír sus palabras, se sintieron chocados, pensando que seguramente había cometido un gran pecado. Y' lo condujeron ante R. Judá para ser juzgado. En su defensa él alegó que no había llamado al hombre “malvado”, sino que solamente le dijo que se había conducido “como un malvado”. R. Judá se desconcertó y planteó el caso ante R. Eleazar, el cual dijo: El Rabí tiene de su lado la Escritura, pues ¿no leemos: “el Eterno fue como un enemigo”?(Eijá, Lamentaciones 2:5). Obviamente no significa que él realmente se volvió un enemigo, porque si éste hubiera sido el caso, Israel habría sido totalmente aniquilado. De manera similar, leemos: “De qué manera ella (Jerusalem) se ha vuelto como una viuda”(Eijá, Lamentaciones 1:1). que significa que ella es realmente parecida a una mujer cuyo marido se ha ido a un país lejano, pero al cual ella todavía espera. R. Jiyá dijo: ¿No hay una prueba mejor que todas estas, en realidad, en el ejemplo típico, es decir: “Y sobre la semejanza del trono estaba la semejanza como la apariencia de un hombre”?(Yejezkel, Ezequiel 1:26). R. Yitzjak dijo: También está escrito: “Como el manzano entre los árboles del bosque, así es mi amado entre los hijos” (Shir ha shirm, Cantar de los Cantares 2:3). como un manzano que tiene variados colores, rojo, blanco y verde combinados en una unidad. R. Judá dijo: Ah, si yo hubiera venido solamente para oír estas revelaciones místicas, habría sido suficiente. También está escrito: “Y el que tropiece entre ellos en ese día será como David” (Zajariyahu, Zacarías 52:8).  “Como David”, que dijo: “En mi pobreza he preparado para el Eterno cien mil talentos de oro...”; “Como David”, que se dijo: “Porque yo soy pobre y necesitado”(Tehilim, Salmos 86:1). He aquí que él mismo se llamó así, y era Rey sobre todos los otros reyes de la tierra. R. Abba dijo: “Y cuan bienaventurados son los israelitas porque el Santo no los llama “como santidad”, sino realmente “santidad” propiamente, como está escrito: “Santidad es Israel al Eterno”, y por eso “todos los que lo devoran cargarán pesado castigo por culpa de ellos”. R. Yose dijo: ¿Por qué razón El Eterno dio a Israel reglas de juicio después de haberle dado las Diez Palabras? (el Decálogo). Porque, como se nos ha enseñado, la Toráh fue dada del lado de Poder (Guevurá), y por eso El deseó dar paz a los hijos de Israel entre ellos para que la Toráh pudiese ser observada bajo sus dos aspectos. Porque, según R. Abba ha dicho en nombre de R. Yitzjak, el mundo es sostenido por la Justicia, como que fue creado por y para el principio de Justicia. R. Abba dijo que las palabras: “Ejecutar juicio en la mañana”(Yeremiyahu, Jeremías 21:12). significa que los jueces han de estar sentados juzgando “en la mañana”, es decir, antes de que tuvieran nada de comer o beber, dado que quien ejecuta juicio después de comer y beber no es un verdadero juez, como está escrito: “No comeréis con la sangre”(Vayikra, Levítico 19:26). que significa que un juez que come antes de sentarse a juzgar es culpable como si derramara la sangre de su vecino, porque, en realidad, da la “sangre” de su vecino a algún otro. Y bien, esto es meramente con referencia a asuntos de dinero Cuánto más, entonces, en casos criminales, cuando es cuestión de vida y muerte, los jueces han de abstenerse de comer y beber antes de hacer juicio. R. Judá dijo: Quien traiciona al juicio traiciona a los sostenes del Rey. ¿Y quiénes son éstos? Los mencionados en e! versículo, “Porque Yo el Eterno ejerzo bondad, juicio y rectitud” (Yeremiyahu, Jeremías 9:25). Todas Las cosas dependen de estas tres. R. Yose dijo; “Estos son los sostenes del Trono, porque está escrito: “Rectitud y juicio son el establecimiento de tu trono” (Tehilim, Salmos 89:15), y también: “Y en bondad será establecido el trono” (Yeshayahu, Isaías 16:5). Y a todas las cosas que Yo os he dicho prestad atención. Observad La forma pasiva tíschamrú (prestad atención, literalmente, seréis guardados). Podemos traducir: “Seréis guardados de las penalidades con que he amenazado por una ruptura de Mi Servicio, de modo que no os sobrevenga ningún daño”, y por eso, no mencionéis el nombre de otros dioses. Estas palabras también se pueden exponer así: no lo efectuaréis a fin de que podáis caer entre las naciones en un país extraño de modo que se cumplieran respecto de vosotros las palabras de la Escritura: “Y allí serviréis a otros dioses… (Devarim, Deuteronomio 28:36). R. Judá vinculó este texto con el versículo: “Oye pueblo Mío, y te amonestaré... no habrá en ti el Eterno extraño... Yo soy el Eterno, El Eterno tuyo, el que te hice subir de la tierra de Egipto...” (Tehilim, Salmos 81:91 9-11). Dijo: David pronunció estos versículos bajo la inspiración del Espíritu Santo, y ellos han de ser debidamente considerados. “Oye,. Oh pueblo Mío”, es un recordatorio de las repetidas admoniciones de la Toráh y del Santo, Bendito Sea, al hombre, y todo en beneficio del hombre, que él observe los mandamientos de la Toráh, porque cuando uno observa las ordenanzas de la Toráh y la estudia diligentemente, es como si diligentemente estudiara el Nombre Divino. Porque toda la Toráh es un despliegue del Nombre Divino, el Nombre más exaltado, el Nombre que abarca todos los otros nombres. De ahí que cuando uno lo disminuye, aunque sea en una sola letra, es cómo si hiciera una brecha en el Nombre Divino. De ahí que. según nuestra enseñanza, las palabras “y no mencionéis el nombre de otros dioses” significa “no agregarás a la Toráh ni disminuirás de ella”. R. Jiyá dijo: “El nombre de otros dioses” significa libros profanos que no salen del lado de la Toráh, y de ahí que se nos prohíba estudiarlos: ni habrá de oírse de tu boca, es decir, no podemos ni mencionarlos ni recibir de ellos enseñanza, especialmente respecto de la Torá. R. Judá expuso el pasaje de la manera siguiente: ¿Por qué razón al precepto concerniente a otros dioses sigue el precepto Guardarás la festividad del pan sin levadura? Porque la no observancia de esta festividad señala falta de fe en el Santo, Bendito Sea, pues esta festividad está estrechamente asociada con El. R. Yitzjak dijo: Lo mismo ocurre con las otras fiestas y festividades, que están todas estrechamente ligadas con el más exaltado Nombre Divino. De ahí el dicho de que la fe religiosa está estrechamente unida a las tres festividades. Todos tus varones. R. Eleazar dice: Enfáticamente, “todos tus varones”, como que entonces reciben bendiciones de la fuente eterna. De ahí el dicho de que cada israelita circuncidado está llamado a aparecer ante el Rey Santo de modo de recibir una bendición de la fuente eterna. Así, la Escritura dice: “De acuerdo a la bendición del Eterno tu Dios que te ha dado”(Devarim, Deuteronomio 16:17). y aquí está escrito: “Ante el Eterno Dios”, esto es, de donde las bendiciones salen y las bendiciones son recibidas. Feliz es la parte de Israel encima de la de todas las otras naciones. En una ocasión, cuando los israelitas iban subiendo para celebrar la festividad, se mezclaron con ellos un número de idólatras. Ese año no hubo bendición en el mundo. Y vinieron a Rab Jamnuna el Anciano para consultarle sobre el asunto. El les preguntó: ¿Habéis visto algún portento de esto anticipadamente? Ellos respondieron: Notamos a nuestro regreso que en todas partes las aguas se habían secada y había, continuamente: nubes y oscuridad, de modo que los peregrinos no podían avanzar en su camino. Además, cuando nosotros entramos para mostrarnos, el rostro del cielo se oscureció. R. Jamnuna tembló y dijo: No hay duda de que ó hay entre vosotros algunos que no son circuncisos o hay idólatras mezclados en vuestra compañía. Porque en ese! tiempo las bendiciones vienen al mundo solamente a través de israelitas circuncisos. El Santo, Bendito Sea, mira al símbolo sagrado y envía la bendición. Al año siguiente nuevamente un número de idólatras se introdujeron entre los peregrinos que subían a Jerusalem, entonces cuando las ofrendas festivas eran jubilosamente comidas, los israelitas notaron que esa gente se cubría el rostro con sus mantos, y mirándolos más descubrieron que no pronunciaban una bendición por la comida, como todos los otros. Esto fue comunicado a la Corte de Jueces que examinó a los extraños y les preguntó qué clase de ofrenda era esa de la cual habían comido una parte. Como ellos no podían dar una respuesta satisfactoria, se hicieron más averiguaciones, y se descubrió que eran idólatras, y, así, fueron condenados a muerte. El pueblo dijo: “Bendito es el Misericordioso que liberó a Su pueblo, porque seguramente la bendición solamente descansa sobre Israel, la simiente santa, los hijos de la Fe, los hijos de la verdad”. Ese año lo fue de rica bendición en el mundo, y el pueblo exclamaba. Seguramente los justos darán gracias a tu nombre...” (Tehilim, Salmos 140:14). R. Jiyá dijo: por el mérito de Israel circunciso sus enemigos fueron sometidos ante ellos y ellos heredaron sus posesiones. De ahí el versículo: 'Tres veces al año tus varones todos aparecerán...”(Shemot, Éxodo 34:23) es seguido inmediatamente por el versículo: “Porque yo arrojaré naciones ante ti y ensancharé tus límites”(Shemot, Éxodo 34:24). porque el Santo, Bendito Sea, desarraiga un grupo de habitantes y restaura otro, y por eso “todos tus varones aparecerán ante el Eterno Dios”. El Eterno (Adón) Dios. R. Judá dijo: A veces el aspecto superior de la Deidad es llamado por el Nombre inferior, otras veces el aspecto inferior recibe el Nombre superior. Aquí, en la frase “ante el Eterno Dios” (ha-ADoN YHVH), el término inferior Adón (Eterno) expresa el aspecto superior. Este asunto ya se expuso, y de varias maneras, que convergen en una. Bendito sea el Misericordioso, bendito sea Su nombre por siempre jamás. He aquí que envío un Ángel delante tuyo. R. Yitzjak citó en relación con esto las palabras: “Béseme con los besos de su boca” (Cantar de los Cantares  1:2). y dijo: es la Comunidad de Israel quien dice esto á El Eterno. Porque dice ella “béseme” en vez de “ámeme”? Porque, como se nos ha enseñado, el besar expresa la adhesión de espíritu a espíritu. Por eso la boca es el medio de besar, porque es el órgano del espíritu (aliento). De ahí que quien muere por el beso de El Eterno (como ocurrió con Moisés y otros santos) está tan unido con otro Espíritu, con un Espíritu que nunca se separa de él. Por eso la Comunidad de Israel reza: “Béseme con los besos de Su boca”, para que Su Espíritu pueda unirse con el mío y nunca separarse de él. El versículo continúa: “Porque tu amor es mejor que el vino”(Cantar de los Cantares 1:2). ¿Por qué el amor del Santo se compara con el vino, que fue la causa de la degradación de Efraím (Yeshayahu, Isaías 18:27). y fue prohibido a los sacerdotes durante el servicio? (Vayikra, Levítico 10:9).  R. Jiya dijo: Es mejor aun que el “vino de la Toráh”. R. Ezequías dijo: es mejor que el vino del cual el Salmista dijo que “'alegra el corazón del hombre”(Tehilim, Salmos 104:15). R. Judá se refirió al versículo: “Y Yaakov besó a Raquel y levantó su voz y lloró” (Bereishis, génesis 29:11). ¿Por qué lloró? Porque lo subyugó la intensidad de su adhesión a ella, y encontró alivio en las lágrimas. Es verdad, también se dice de Esaú que “lo besó (a Yaakov) y lloraron” (Bereishis, genesis 34:4). Pero, como ya se dijo, la palabra vaishakeú (y lo besó) tiene puntos (masoréticos) para indicar la insinceridad de los besos de Esaú, porque no había allí unión de espíritu con espíritu. Y acerca de él está escrito: “los besos de un enemigo son abundantes” (Mishlei, Proverbios 27:6).  es decir, superfinos, molestos; son como el viento y no indican vinculación de espíritu. Mientras el santo moraba y se movía en medio de Israel había una unión perfecta entre espíritu y Espíritu, acerca de lo cual está escrito: “y vosotros que adherís al Eterno vuestro El Eterno, vivís hoy”(Devarim, Deuteronomio 4:4). Adherían el uno al otro de todas las maneras posibles y no se separaban. Pero cuando Moisés oyó las palabras “He aquí que yo mando un ángel ante ti”, supo que significaba separación, y por eso dijo: “Si no andas personalmente, no nos hagas subir de aquí” (Shemot, Éxodo 33:15). R. Abba dijo: Observad el versículo que precede inmediatamente, o sea: “Las primeras de las primicias de tu país traerás a la casa del Eterno tu Dios. No cocinarás un cabrito en la leche de su madre”. La conexión es la siguiente. Este versículo indica que no se puede mezclar grados inferiores (las klipot) con grados más elevados. (Sefirot), por el peligro de que el lado exterior tome alimento del lado interior, siendo el uno del lado de la impureza y el otro del lado de la santidad. La “madre” mencionada aquí es la Comunidad de Israel (la Shejiná), que se llama Madre, y el “cabrito” simboliza el principio, de impureza. Por eso El Eterno dijo “¿Cómo podéis efectivamente causar tal separación?; he aquí que Yo envío Mi ángel delante tuyo”. Pero Moisés dijo: “Yo tomo este mandamiento (de no cocinar a un cabrito en la leche de su madre) como una promesa de que Tú no te separarás de nosotros; por eso, si no andas personalmente, no nos hagas subir de aquí”. R. Eleazar dijo: Esto lo dijo el Santo para desvanecer los temores de Israel, porque El lo amaba. Era a semejanza de un rey que siempre deseaba caminar con su hijo y nunca se lo confió a nadie. El hijo vino una vez a su padre, pero fue cauteloso en pedirle que saliera con él. Este último al notarlo, dijo: “Capitán fulano de tal te acompañará en este camino y cuidará de ti” y entonces agregó: “Cuídate de él”, porque es algo impetuoso. Entonces él hijo de su parte dijo: “Si es así, o yo quedaré aquí o tú también vendrás conmigo, porque no me separaré de ti”. De manera similar el Santo dijo primero: “He aquí que yo mando un ángel ante ti, para guardarte en el camino. Cuídate de él, y obedece su voz, no !o provoques”. Entonces dijo Moisés: “Si no vas personalmente, no nos hagas subir de aquí”. Cuando R. Simeón vino, encontró a los Compañeros discurriendo sobre este tema. Dijo: Eleazar, hijo mío, hablaste bien, pero observa esto. En esa ocasión, o sea, cuando El Eterno dijo que mandaría un ángel, Moisés no dijo nada y no objetó, porque en la promesa no estaba implicada separación (porque el ángel designa aquí a Maljut). Ya expliqué esto a los compañeros. Es verdad que algunos lo entienden en la manera completamente opuesta (que el Ángel designa aquí a Metatrón), pero esto no concuerda con la interpretación de los antiguos (aunque en el fondo no hay contradicción entre las dos). Como he dicho, aquí Moisés no objetó, pero lo hizo después, cuando el Santo volvió a decir: “Yo enviaré un ángel delante de ti” (Shemot, Éxodo 33:2). , sin decir nada más a su respecto. Pero aquí tenemos la explicación adicional concerniente al carácter del ángel, porque dice: “Pero si efectivamente obedecerás su voz (del ángel) y harás todo lo que yo digo”, que indica que El Eterno hablaría a través del ángel; y de manera similar continúa, “entonces yo seré un enemigo de tus enemigos y afligiré a los que te aflijan”, mostrando que todo depende de él. R. Judá dijo: Se podría decir que en amibas ocasiones la referencia es a un ángel? y entonces habríamos de decir que Moisés no hizo objeción en la primera ocasión porque no vio para ello oportunidad. Pero, en la segunda ocasión objetó, diciendo: “si no andas personalmente, no nos hagas subir de aquí”. A lo cual R. Simeón observó: que en e1 fondo Moisés no deseaba que un ángel los acompañara y por eso dijo: “Si ahora he encontrado gracia en tus ojos, Oh Eterno, que mi Eterno, Te ruego, vaya entre nosotros (Shemot, Éxodo 34:9). R. Judá dijo: Con respecto a la interpretación que R. Abba da de las palabras: “no cocinarás un cabrito en la leche de su madre”, ¿este pasaje, a su juicio, no ha de leerse “en la de la madre”, mejor que “en la de su madre”? Porque sí el “cabrito” representa el espíritu de impureza y la “madre” la Shejiná, ¿entonces uno habría de afirmar que la Comunidad de Israel, la Shejiná, es la “madre” del espíritu de impureza, la Comunidad de Israel acerca de la cual R. Simeón ha dicho que la Madre Santa es la esencia misma de Israel, parte y parcela de su ser, como está escrito: “Porque la porción del Eterno es su pueblo”(Devarim, Deuteronomio 32:9). R. Simeón respondió: Tu pregunta es buena, y, sin embargo; la observación de R. Abba es correcta. Ved ahora: dos poderes se atienen firmemente a La Shejiná, tomando fuerza, de la fuerza de Ella, y adhiriendo uno a su izquierda y uno a su derecha; Por eso algunos se inclinan hacia la derecha y algunos hacia la izquierda, y todos dependen de esta santa “Madre”. Pero las cosas de la Izquierda están ligadas a esta Madre solamente cuándo ella misma absorbe del “otro lado” y el santuario es contaminado y la potente serpiente empieza a manifestarse. Entonces el cabrito mamá de la leche de su madre, y el juicio aparece. Por esta razón, los israelitas se apresuraban a traer las primicias, y cuando el sacerdote tomaba: el canasto de frutos de manos dé un israelita y lo ponía ante el altar, el israelita comenzaba á recitar el relato de cómo Labán, “el sirio”(Devarim, Deuteronomio 26:5). vino con su brujería para someter a Yaakov y sus santos descendientes, pero no tuvo éxito e Israel no fue entregado al “otro lado”. Es con relación a esto qué esta escrito: “Él primero de los primeros frutos de tu tierra traerás a la casa del Eterno, tu El Eterno. No cocinarás al cabrito en la leche de su madre”, de modo que el “cabrito”; es decir, el “otro lado” no mame la leche: dé su “madre” y que el santuario no sea contaminado, y los juicios severos no aparezcan. Por eso a la santa simiente le está prohibido comer carne junto con leche, a fin de que no sea otorgado un lugar en la santidad a alguien que no pertenezca a ese lugar. Porque la cosa depende de esta acción: El acto de abajo afecta a la actividad de arriba. Bienaventurados los israelitas por encima de todas las naciones paganas porque acerca de ellos dice su Eterno: “Vosotros sois los hijos del Eterno vuestro El Eterno”; “Tú eres un pueblo santo al Eterno tu El Eterno, y el Eterno te ha elegido para que seas un pueblo peculiar para El por encima de todas las naciones de sobre la tierra” (Devarim, Deuteronomio 14:I-2). En los misterios del libro del Rey Saomón se asienta que quien come un compuesto de carne y leche o bebe leche a poco de haber comido carne, aparecerá por un término de cuarenta días ante la vista de los ángeles acusadores en el aspecto de chivo degollado, con miríadas de poderes impuros rodeándolo, y hace que juicios no santos sean despertados en el mundo. Y si durante esos cuarenta días ha engendrado un hijo, éste absorberá su alma y el aliento de su espíritu desde el “otro lado”. Está dicho: “Os santificaréis y seréis santos” (Vayikra, Levítico 11:44). lo que significa que quien procura ser santo es ayudado desde arriba, y por el contrario, quien se contamina es arrastrado a la contaminación por los poderes no santos, como está escrito en el versículo precedente (Vayikra, Levítico 11:43). “no os hagáis inmundos... de modo que seáis contaminados”. Es ésta una impureza extremadamente gruesa y que no puede ser eliminada por medio de la purificación, como es posible con otras contaminaciones. Además, una persona así, que ha venido a parecerse, aun en la apariencia exterior, a un chivo —como hemos dicho— anda en constante temor de animales salvajes, porque la imagen humana ha desaparecido de sus

aspectos interno y externo. R. Yese acostumbraba un tiempo permitir el comer gallina con queso o con leche. Pero R. Simeón le dijo: No debes permitir esto, pues con ello cabe que se abra la puerta para malos poderes. ¿No se le dice a un sectario: “Apártate, apártate, sal y no te acerques al viñedo”? Yo te digo que no debes hacer esto. Si permites tales mezclas prohibidas de alimentos es como si dieras vino a un Sectario. Está escrito: “No comerás ninguna abominación” (Devarim, Deuteronomio 14:3). donde la palabra “ninguno” incluye toda especie o clase de alimento prohibido. Hay una tradición según la cual Daniel, Ananías, Mijael y Azarías fueron liberados de sus procesos solamente porque no se habían contaminado con comida prohibida. R. Judá dijo: Está escrito: “pero Daniel se propuso no contaminarse con los manjares del rey”(Daniel 1:8). y hay una tradición según la cual el malvado Nabucodonosor acostumbraba, fuera de otros platos extraños a los que tenía inclinación, comer carne con leche y queso con vianda. Porque Daniel se abstenía de participar en tal alimento, cuando fue arrojado en la cueva de los leones alcanzó plenamente a la; imagen del Eterno, no cambiándose su perfeccionada forma humana en ninguna otra, de modo que los leones se sintieron despavoridos: y no le hicieron daño. Por otra parte, cuando el malvado Nabucodonosor fue privado de su reino y residió con las bestias del campo, su cara humana le fue retirada y desde ese momento no portaba la impresión de un hombre, de modo que todas las bestias del campo lo consideraban como una de ellas, y lo habrían devorado prontamente si no hubiera sido que desde el cielo se decretó que se convirtiera en objeto de burla para todos los hombres, exactamente como en su tiempo él había “hecho mofa de reyes”(Habacuc 1:10). Respecto de Daniel y sus compañeros está escrito que “al cabo de los diez días sus semblantes parecían mejores y más nutridos de carne que los de los muchachos que comían de los manjares del rey” (Daniel 1:5). Esto fue porque no fue apartada de ellos la imagen de su Eterno, mientras sí lo fue de los otros. ¿Cuál fue la causa de ello? El hecho de que no se ensuciaron con la abominación del alimento prohibido. Bienaventurados son los israelitas que están llamados a ser un “pueblo santo”. Y a Moisés le dijo, sube al Eterno. ¿Quién dijo esto? La Shejiná. “Sube al Eterno”: como está escrito, “Y Moisés subió al Eterno” (Shemot, Éxodo 19:3). ¿Y con qué otro propósito fue Moisés llamado arriba? Para establecer la alianza, porque hasta entonces ella no se había completado aún a causa de la incompleta circuncisión de los israelitas, como está escrito: “Allí, en Marah, El Eterno impuso a Israel ley y juicio”(Shemot, Éxodo 15:25). Que se refieren a los dos actos relacionados con la circuncisión; “y allí los probó” (Shemot, Éxodo 15:25), es decir, cuando el santo signo de la alianza se manifestó en ellos. Entonces la alianza fue establecida a través de Moisés, como está escrito: “Tomó, pues, Moisés la sangre y la roció sobre el pueblo, diciendo: He aquí la sangre del pacto. (Shemot, Éxodo 24:8).  R. Yitzjak llamó la atención sobre el versículo: “Y Moisés tomó la mitad de la sangre y la puso en tazones, y la otra mitad la recio sobre el altar” (Shemot, Éxodo 24:6). Dijo: El vocablo “sobre” es de especial significación, al indicar que el pacto fue hecho con el grado más alto. Y adorad desde lejos. Las palabras “desde lejos” contienen la misma indicación que en los versículos “El Eterno se me apareció desde lejos” (Yeremiyahu, Jeremías 31:2) y “su hermana se apostó de lejos”(Shemot, Éxodo 2:4). es decir, como lo señaló R. Abba, hasta el tiempo en que la Luna, es decir. !a Shejiná, estuvo en menguante, porque la luz de Ella estaba oscurecida de ante los ojos de los israelitas. Pero cuando llegó esa hora se hicieron más dignos de su santa suerte, y establecieron un pacto, sagrado con Ella y con el Santo en todos sus aspectos. ¿Por qué la Shejiná dijo a Moisés “sube al Eterno”? Para que “Israel y yo podamos, por tu mediación”, participar como un solo ser en la perfección Divina, lo que¡ no ha ocurrido hasta ahora. Entonces, ¿qué hizo Moisés? Dividió la

sangre en dos partes: “La mitad de la sangre esparció sobre el altar -de acuerdo a la significación que ya hemos revelado— y la otra mitad la esparció sobre el pueblo y dijo: “He aquí la sangre, del pacto, que el Eterno ha hecho con ustedes” (Shemot, Éxodo 24:8).Puso la sangre en tazones”. Esto es una alusión a las palabras: “Tu ombligo es un tazón redondo” (Cantar de los Cantares 7:3). que se aplica a la Shejiná. Y Moisés solo se acercará al Eterno. Feliz fue la suerte de Moisés al obtener un privilegio no otorgado a ningún otro mortal. También los israelitas alcanzaron alturas mayores que en cualquier momento» antes. En esa hora fueron

establecidos en la alianza sagrada y se les dieron alegres insinuaciones de que se debía erigir un santuario; en medio de ellos, como está escrito: “Y me harán un santuario, para, que Yo habite en medio de ellos”(Shemot, Éxodo 25:8). “Y vieron al Dios de Israel, y había bajo Sus pies como una obra pavimentada de una piedra de zafiro”. R. Judá dijo: está escrito: “Esa tu talla es parecida a una palmera”(Cantar de los Cantares 7:8). ¡Qué amor ha otorgado, en realidad, el Santo a la Comunidad de Israel, dado que nunca se separa de ella, sino que está perpetuamente y

perfectamente unido con ella, hasta como una palmera en la que masculino y femenino son uno en completa y continua unión! Ved ahora. Guando Nadab y Abihú y los setenta ancianos “vieron”, ¿qué vieron electivamente? “Vieron al El Eterno de Israel”, es decir, a la Shejiná manifestada a ellos. Pero, R. Yose interpreta el pronombre acusativo -et- en este versículo, “y ellos vieron a el Dios de Israel”, como indicando algo más, por encima de la exposición de R. Judá, una especie de cualidad extraordinaria de iluminación, aunque lo que vieron lo vieron desde una distancia. R. Yitzjak preguntó: ¿Está dicho aquí “Bajo sus pies había como una obra de piedra de zafiro”, pero Ezequiel dijo: “Este fue el ser viviente (Jayá) que yo había visto debajo del El Eterno de Israel en el río Kevar” (Yejezkel, Ezequiel 10:20). Y bien, ¿que Jayá se indica aquí? R. Yose respondió en el nombre de R. Jiyá que la referencia es a la pequeña jayá (Metatrón). ¿Pero hay acaso tal pequeña jayá? Sí, seguramente hay. Hay una pequeña y una superior (Maljut) y también hay una muy pequeña (Sandalfón). En cuanto a la última parte del versículo de que tratamos, es decir: “Y bajo Sus pies como una obra pavimentada de una piedra de zafiro”, ¿qué era lo que vieron? Vieron la preciosa piedra con la cual el Santo construirá el Santuario futuro, como está escrito: “Yo colocaré tus piedras con bellos colores y colocaré tus cimientos con zafiros” (Yeshayahu, Isaías 54:2). El no puso sus manos sobre los nobles de Israel; y ellos vieron al Eterno y comieron y bebieron”. “Los nobles de Israel” se refiere a Nadab y Abihu: su castigo fue suspendido. R. Yose declaró que esas palabras fueron dichas en elogio de ellos, porque “ellos comieron y bebieron”: es decir, regocijaron sus ojos en ese esplendor. R. Judá dijo: fue efectivamente una verdadera participación y un verdadero alimento y una más verdadera perfecta unión con el mundo superior. ¡Ah, si no hubieran pecado luego! R. Eleazar dijo: En ese tiempo Israel también se volvió calificado para una revelación, y la Shejiná se unió con los israelitas, y la realización de la Alianza y la entrega de la Toráh, todo tuvo lugar al mismo tiempo. Y nunca volvió a ser concedida a Israel una vista igual. En el tiempo por venir el Santo, Bendito Sea, se revelará a Sus hijos, de modo que ellos perciban Su gloria plena ojo a ojo y cara a cara, como está escrito: “'Porque ellos verán ojo a ojo cuando el Eterno volverá a Sion”(Yeshayahu, Isaías  52:8). (Yeshayahu, Isaías  52:8). Y también está escrito: “Y la gloria del Eterno será manifestada, y toda carne la verá juntamente” (Yeshayahu, Isaías 40:5.


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