ZOHAR Vayakel
VAYAKEL Y cuando Moisés hubo convocado a toda la congregación de los hijos de Israel, les dijo: tales son las cosas que el Eterno os ha mandado hacer. R. Jiyá comenzó aquí un discurso sobre el texto: "Y dijo Saúl a los kenitas: idos, retiraos…” (Shmuel 1, 1° de Samuel 15, 6). Dijo: Observad que respecto de Amalec está escrito: "Me acuerdo de lo que hizo Amalec para con Israel...” (Shmuel 1, 1° de Samuel 15, 2). ¿Cuál es la razón de que ninguna de las guerras libradas por otras naciones contra Israel fuera tan desagradable al Todopoderoso como lo fue la guerra librada contra los israelitas por Amalec? Seguramente, la razón es que la batalla con Amalec se libró en ambos frentes, en lo alto y abajo; porque en ese tiempo la mala serpiente reunió todas sus fuerzas arriba y abajo. Es habitual en una serpiente el acechar en los cruces de camino. Así Amalec, la mala serpiente de Israel, estaba acechándolo en la encrucijada de caminos, como está escrito: "de cómo se le opuso en el camino” (Shmuel 1, 1° de Samuel 15, 2). Estaba acechando en una emboscada en lo alto para contaminar el Santuario, y abajo para contaminar a Israel, Esto lo deducimos de la expresión "de cómo te salió al encuentro en el camino” (Devarím, Deuteronomio 25, 18). donde el término karja se emplea para sugerir el término emparentado en el pasaje "cuando hubiere en medio de ti alguno que no fuera puro en razón de efusión acaecida a él (mikre) de noche” (Devarím, Deuteronomio 23, 11). Al emplear el término karja, el texto es como si dijera: "él ha preparado contra ti esa mala serpiente de arriba para que pudiera contaminarte en todos los lados". Y si no hubiera sido que Moisés desde arriba y Josué desde abajo pusieron en tensión toda su fuerza, Israel no habría prevalecido contra ella. Es por está razón que el Santo, Bendito Sea, mantuvo Su enemistad contra él a través de todas las generaciones, tanto más que planeaba eliminar de su lugar el signo del pacto, es decir, conducir a Israel por caminos de falta de castidad. Nuestro versículo continúa: "Y Saúl dijo al kenita". Como sabemos, el kenita era Jetró. Y bien, ¿cómo los descendientes de Jetró llegaron a tener su residencia junto a Amalec? ¿No era Jericó su hogar? Pero la explicación se encuentra en el versículo: "Entonces los hijos del kenita, el suegro de Moisés, subieron con los hijos de Judá, de se establecieron y permanecieron hasta el tiempo del rey Saúl, cuando, como leemos, "1os kenitas partieron de entre los amalecitas” (Shmuel 1, 1° de Samuel 15, 6). Hubieron de partir porque cuando llega el tiempo de castigar a los culpables, los piadosos y justos que hay entre ellos son los primeros hechos responsables por sus pecados. Esto ya se puso en claro en otro lugar. De manera similar, si no hubiera sido por la mezcla que se asoció con Israel, los israelitas no hubieran sido castigados por el pecado del becerro de oro. Pues observad que aquí está escrito primero "Me traigan una ofrenda de cada hombre cuyo corazón lo mueva a la liberalidad” (Shemót, Exodo 25, 2), es decir, de todo el cuerpo del pueblo, incluyendo la multitud mezclada, como el Santo, Bendito Sea, deseaba tener en la obra del Tabernáculo la cooperación de todas las secciones del pueblo, de la categoría "cerebro" y de la categoría "cáscara", todos fueron encargados de la realización de la obra. Pero, subsiguientemente, las secciones se separaron y cada una según su propia afinidad, y así la multitud mezclada hizo el becerro de oro y desvió a muchos que luego murieron, y así, trajeron sobre Israel muerte y matanza. El Santo, Bendito Sea, dijo entonces: "En adelante la obra del Tabernáculo será realizada sola-mente del lado de Israel". Inmediatamente "Moisés reunió toda la congregación de los hijos de Israel... Tomad de entre vosotros una ofrenda para el Eterno” (Shemót, Exodo xodo 35, 1-5). "De entre vosotros" enfáticamente, pero no "de cada hombre cuyo corazón lo inclina a la liberalidad", como en la orden anterior. Además, como no se menciona lugar de la asamblea, las palabras "Y Moisés reunió..." significan que, como, la multitud mezclada estaba entreverada entre los isrdditas, Moisés consideró necesario reunir a estos últimos en un lado de modo de segregarlos de los primeros. Y Moisés reunió. R. Abba citó en conexión con este el versículo: "Reúne el pueblo, los hombres y las mujeres y los pequeños” (Devarím, euteronomio 31, 12). Dijo: justamente como allí la reunión comprendió a todo Israel; así Moisés aquí reunió a todo Israel, es decir, los seiscientos mil hombres. R. Eleazar expuso nuestro texto en relación a Israel en el tiempo cuando Moisés descendió del Monte Sinaí, respecto de lo cual está escrito: "Y cuando Josué oyó la voz del pueblo que gritaba, dijo a Moisés: Hay en el campamento gritos de guerra” (Shemót, Exodo 32, 17). ¿Es posible que Josué lo oyera y que no lo oyera Moisés? La verdad es que Moisés ya sabía lo que había ocurrido, mientras que Josué sólo ahora llegó a saberlo; y la palabra bereoh cuando gritaron) puede leerse beraah, .es decir, "en mal", como que ese tumulto procedía del "otro lado", que es sinónimo de mal. Porque Josué, que —comparado con Moisés— era emblemático de la luna, captó el sonido que procedía del "otro lado", que es sinónimo de mal. Porque Josué, que, comparado con Moisés, era emblemático de la luna, captó el sonido que procedía del lado malo, e inmediatamente "dijo a Moisés: Hay un ruido de guerra en el campamento'". En ese momento las dos primeras tablas de piedra se volvieron demasiado pesadas para las manos de Moisés, como ya se dijo en otra parte, y cayeron de ellas y se rompieron. La razón de ello fue que las letras de las tablas de piedra se volaron. Observad esto. Al giro de las cuatro estaciones del año surge en los cuatro rincones del mundo un sonido a través del cual el lado siniestro es incitado, interponiéndose entre un sonido y otro, y al mismo tiempo oscureciendo la luz que fluye de lo alto. Debido a que la voz de arriba no se encuentra con la de abajo, el lado izquierdo es levantado y se vuelve capaz de insinuarse entre los dos. Este sonido que se interpone es el sonido o ruido de guerra, el ruido de las fuerzas malas. Y este ,es el sentido de la palabra beraah (en mal). Por esta razón solamente Josué oyó ese ruido, y no Moisés, porque ese ruido procedía del poder malo que menoscababa la luz de la luna. Y de ahí que Josué, que era la réplica de la luna, percibió ese ruido, mientras que Moisés, que era la réplica del sol, no lo percibió. La luz de todo Israel fue a la vez oscureciera por razón del mal poder que se apoderó de él. Pero inmediatamente el Santo, Bendito Sea, perdonó a los israelitas sus pecados. Y Moisés reunió a toda la congregación de los hijos de Israel, y les dijo: Estas son las palabras, etc. Dio este paso porque ahora la multitud mezclada estaba separada de ellos. R. Eleazar y R. Yosc estaban una noche sentados estudiando la Toráh. Cuando llegó la medianoche, el gallo cacareó y así ellos pronunciaron la bendición: Bendito eres, oh El Eterno nuestro, Rey del universo que diste al gallo entendimiento para discernir entre el día y la noche. R. Eleazar lloró y dijo: Observa esto. El Santo, Bendito Sea, acaba de golpear trescientos v noventa firmamentos y los ha hecho sacudirse y temblar; El ha llorado por la destrucción del Templo, derramando dos lágrimas en el. gran océano, al acordarse de Sus hijos con llanto. Porque la noche está dividida en tres cursos que se extienden por un lapso definido de doce horas, y todas las horas adicionales se cuentan como pertenecientes al día, y no a la noche, que tiene exactamente sus propias doce horas. Esas tres etapas de la noche están divididas entre tres compañías de ángeles. A la primera compañía se !e asigna el período de las primeras cuatro horas para el canto del himno nocturno en alabanza de su Amo. Este himno consiste del salmo "Del Eterno es la tierra y cuanto ella contiene... Porque sobre los mares él la fundó... ¿quién subirá al Monte del Eterno?... El limpio de manos y puro de corazón”(Tehilím, Salmos 24, I, 6). ¿Por qué este himno? Porque cuando la noche tiende sus alas sobre el mundo tienen todos los seres humanos un pregusto de la muerte, de modo que sus almas abandonan los cuerpos y se elevan hacia el cielo. Estacionados allí esos ángeles proclaman: "¿Quién ascenderá al monte del Eterno?"; es decir, al Monte del Templo; "¿Y quién podrá estar en Su lugar santo?", es decir, el atrio de los israelitas, o sea el área del Templo, donde podían entrar varones no sacerdotes. Porque el Templo abajo fue construido según la pauta del Templo en lo alto. Y bien, en cada cielo hay varios capitanes y comandantes. Cuando las almas dejan el cuerpo e intentan entrar en el cielo, las que son indignas son apartadas por esos ángeles, de modo que ellas merodean en el mundo, conducidas por espíritus incorpóreos que les comunican afirmaciones mentirosas a menudo mezcladas con un grano de verdad, acerca de acontecimientos del futuro próximo, como ya se explicó en otra parte. Pero los justos ascienden al cielo, donde se les abren puertas por las que pueden entrar en el lugar que se llama "el Monte del Eterno", el cual es según la pauta del Monte del Templo de abajo. De allí penetran dentro del lugar que se llama "Su lugar sagrado", donde todas las almas aparecen arte Su Amo. Según la misma pauta, el lugar donde Israel hubo de aparecer ante el Santo, Bendito Sea (Shemót, Exodo 34, 23), se llamaba el Atrio de los israelitas. En el momento cuando las almas están en ese lugar hay júbilo ante su Amo, porque por ellas el lugar que se llama Santo de los Santuarios es restablecido: es el lugar donde se registran todos sus actos y sus méritos. El segundo campamento les había asignado las segundas cuatro horas de la noche, pero su canto sólo continúa hasta medianoche, cuando el Santo, Bendito Sea, entra en el Jardín del Edén. Esa compañía consiste de los que se afligen por Sion, los mismos que lloraron la destrucción del Templo. La letanía de las cuatro horas del medio comienza can: "Junto a los ríos de Babilonia, allí nos sentamos, y también lloramos, acordándonos de Sion...” (Tehilím, Salmos 137, 1-9). y los ángeles que la cantan habían efectivamente llorado en ese tiempo con Israel junto a los ríos de Babilonia, como está claro de las pa-labras "y también lloramos". Esto también lo aprendemos de la afirmación de donde la palabra "amargamente" indica Babilonia; porque esa compañía de ángeles acompañó a la Shejiná hasta Babilonia y allí lloraron con Israel. De ahí que comienzan su canto con "Junto a los ríos de Babilonia" y concluyen con "Acuérdate. oh Señor, en contra de los hijos de Edom...”(Tehilím, Salmos 137, 1-7). El Santo, Bendito Sea, se conmueve entonces y sacude los cielos, como ya se dijo, de modo que tiemblan doce mil mundos, y El derrama lágrimas. Así la Escritura dice: "El Eterno, desde lo alto, ruge y desde Su santa morada hace resonar Su voz; ruge poderosamente…” (Yeremiyahu, Jeremías 25, 30). El recuerda entonces a Israel y derrama dos lágrimas en el gran océano. En ese momento una llama se levanta en el Norte e impelida por un viento septentrional, se mueve de un lado a otro por el mundo. Es el momento de medianoche, y la llama golpea contra las alas del gallo. Entonces el gallo cacarea, y el Santo, Bendito Sea, entra en el Jardín del Edén, pues no se siente cómodo hasta que se dirige allí para tener comunión jubilosa con las almas de los justos. Este es el sentido alegórico de los versículos: "Porque hemos sido vendidos, yo y mi pueblo... entonces habló el rey... ¿Quién es él...? Y el rey se levantó en su ira del banquete de vino y se fue al jardín del pa-lacio…” (Esther 7, 4-7). En el momento en que el Santo, Bendito Sea, entra en el Jardín del Edén, todos los árboles del jardín y todas las almas de los justos estallan y cantan: "Alzad, oh puertas, vuestros dinteles... ¿Quién es el rey de gloria?... Alzad, oh puertas, vuestros dinteles...” (Tehilím, Salmos 24, 7-10) y cuando las almas de los justos vuelven a sus cuerpos, todos esos ángeles las toman y cantan: "Bendecid, pues, al Eterno, todos vosotros, servidores del Eterno” (Tehilím, Salmos 134, 1). Hemos aprendido que este himno lo canta la tercera compañía de ángeles, que durante las últimas cuatro horas de la noche hasta que asoma el día se ocupan con cantar y alabar, cuando todas las estrellas y constelaciones y todos los ángeles superiores que rigen sobre el día, prorrumpen en canto y alabanza a su Amo, a lo que aluden las palabras de continúa el canto abajo al unísono con el sol arriba, como dice de tiempo, sino solamente aquellos que no saben cómo cuidarse. Pues al tiempo que un cadáver es sacado de la casa al lugar de la sepultura, el Angel de la Muerte ronda las moradas de las mujeres. ¿Por qué de las mujeres? Porque esa fue su costumbre desde el tiempo que sedujo a Eva, por quien trajo muerte sobre el mundo. De ahí que cuando toma la vida de un hombre y los varones acompañan al cuerpo muerto, él se mezcla entre las mujeres, y entonces tiene el poder de tomar la vida de los hijos de hombres. En el camino mira los rostros de los que caen bajo su vista, desde el momento en que llevan el cadáver de la casa al lugar de sepultura hasta que regresan a sus hogares. Es a cuenta de ellos que trae muerte a destiempo a mucha gente. Acerca de eso está escrito: "pero hay quien perece sin justicia” (Mishle, Proverbios 13, 23) Porque el Angel de la Muerte asciende y trae acusaciones y recuenta los pecados del hombre ante el Santo, Bendito Sea, de modo que el hombre es traído a juicio por esos pecados y es sacado del mundo antes de su tiempo. ¿Cuál es el remedio contra esto? Cuando el cuerpo muerto es llevado al lugar de sepultura, un hombre no ha de dirigir su rostro en otra dirección y dejar las mujeres detrás de él. Si estas últimas pasan al frente, ha de girar de manera de no estar ante ellas. De manera similar, cuando vuelven del lugar del entierro, no ha de volver por el camino donde estén paradas las mujeres y no has de mirarlas del todo, sino que ha de tomar otro camino. Porque los hombres no conocen esto y no lo observan, la mayoría de la gente es traída a juicio y sacada antes de su tiempo. R. Eleazar dijo: Si es así, mejor sería para todo hombre el no seguir a los muertos a su lugar de descanso. Su padre le dijo: no es así. Pues quien se cuida en la manera descrita merece largura de días, y más aun del mundo por venir. Observad que no fue sin causa que los antiguos ordenaron el sonar de la trompeta en el tiempo cuando el cadáver es retirado de la casa para ser llevado al lugar del entierro. Esto no se instituyó meramente para honor del muerto. Su propósito es más bien proteger a los vivientes contra el Angel de todavía cuando la gente va y vuelve del lugar de sepultura! Pues cuando las mujeres caminan en la procesión fúnebre, el Angel de come y se limpia la boca", es decir, consume el mundo por la conflagración que enciende, y toma vidas de hombres antes de su tiempo, y dice: "Ningún mal he hecho", pues ha invocado juicio contra ellos y se los encontró culpables y, así, murieron de acuerdo a justicia. En el tiempo cuando Israel hizo el becerro y todos los ejércitos murieron, el Angel de Sea, estaba sobre el Monte Sinaí, acerca de lo cual está escrito "Y la apariencia de la gloria del Eterno era como fuego que devora en la cumbre del monte” (Shemót, Exodo 24, 17). ¿cómo pudo Moisés haber entrado a Su presencia? La res-puesta se encuentra en las palabras "y Moisés entró en el medio de la nube y ascendió al monte". Esto muestra que Moisés se en-volvió en la nube como en una vestimenta, y habiéndose así envuelto, fue capaz de acercarse al "fuego de la gloria del Eterno". De manera análoga, Elías, de quien está escrito "y Elías ascendió al cielo en un remolino", entró en ese remolino y se envolvió en él como en una vestidura y de esta manera ascendió a lo alto. En el Libro de Adán el Primer Hombre se encuentra el siguiente recóndito pasaje que describe las generaciones de la humanidad. "Cierto espíritu bajará un día a la tierra y se vestirá en un cuerpo terrenal y se llamará con el nombre Elías. Mientras se encuentre en ese cuerpo, él se dirigirá hacia arriba y, despojándose de ese cuerpo, entrará en un remolino, donde estará preparado para él otro y luminoso cuerpo, de modo que será como un ángel entre ángeles. Pero toda vez que baje a la tierra volverá a revestirse en el cuerpo material, que permanecerá en el mundo inferior. Y es en este cuerpo que se hará visible sobre la tierra, mientras que en lo alto aparecerá en él otro cuerpo. Este es el sentido recóndito de las palabras "quien ha ascendido al cielo y descendido". Fuera de Elías no hubo otro hombre cuyo espíritu hubiera ascendido al cielo y descendido luego. Según otra interpretación, "quien ha ascendido al cielo" es una alusión a Elías, mientras que "y descendió" alude a Jonás, a quien el pez hizo sumergirse en las más hondas profundidades del mar. Jonás solamente se hizo posible por Elías. Elías ascendió y Jonás descendió, y el uno lo mismo que el otro "pidió para sí el poder morir". Luego, "quien ha atado las aguas" se refiere a Elías, el cual ató cn un puñado todas las aguas del mundo de modo que ni rocío ni lluvia bajara del cielo; "en su vestidura" alude luego a Elías, el cual sacudió con su manto para efectuar sus milagros. "¿Quién ha reunido el viento (rúaj, que significa espíritu) en sus puños?" Es de nuevo una alusión a Elías, el cual restauró el espíritu de un hombre a su cuerpo; "¿Quién ha establecido todos los confines de la tierra?", alude igualmente a Elías, el cual, después de haber contenido las aguas y conjurado a los cielos a no dejar caer lluvia, por medio de su plegaria restauró vida al mundo, después, devolviendo la lluvia, que produjo abundante alimento para todos. "¿Cuál es su nombre?" se refiere a Elías; "¿Y cuál es el nombre de su hijo?" se refiere de nuevo a Elías. "Su nombre" se refiere a Elías cuando ascendió a lo alto, y "el nombre de su hijo" se refiere a Elías cuando desciende a la tierra y se convierte en mensajero para realizar milagros; entonces, lleva el mismo nombre de Elías. Según otra exposición: "¿Quién ha ascendido al cielo?" se refiere al Santo, Bendito Sea, alusión que se halla contenida en la palabra Mi (¿Quién?), como ya se explicó en otra parte. Aquí en este pasaje está contenido el misterio de que sufrieron los dolores del exilio en consideración a El. A causa de esto, ellos merecieron la redención y grandes milagros y señales. Ahora, vosotros santos exaltados que soportáis aflicción corporal al vagar de un lugar a otro por causa del Santo, Bendito Sea, cuánto más merecéis que se realicen para vosotros milagros y actos de redención, y que ganéis la vida del mundo por venir. Entonces continuaron su camino juntos, y R. Abba comenzó un discurso sobre el texto: "Tomad de entre vosotros una ofrenda para el Eterno, que todo aquel que es de corazón dispuesto lo traiga… ". Dijo: Observad que cuando un hombre quiere servir a su Amo, su deseo se genera primero en el corazón, que es la base y el principio activo de todo el cuerpo. De allí el deseo se difunde por todos los miembros del cuerpo de modo que el deseo del resto de los miembros del cuerpo y el deseo del corazón se unen en un todo y atraen hacia sí el resplandor de la Shejiná para que resida con ellos. Así un hombre se vuelve una porción del Santo, Bendito Sea. para el Eterno. Y para que nadie dijera que esto no está al alcance del hombre, observad que la sentencia dice "todo aquel que es de un corazón dispuesto, que traiga la ofrenda del Eterno". Seguramente, de este modo, todo el que tiene un corazón voluntarioso puede atraer a sí la Shejiná, puede traerla (yebieha) de lo alto, puede hacer que desde la región superior se acerque a recibir en él; y cuando ella viene para recibir con él ¡cuántas bendiciones y cuánta riqueza trae ella consigo! Así, estipulación). Además, El Eterno estipuló con la tierra que ella abriera su boca en ocasión de la rebelión de Koraj y tragarlo con toda ni compañía. Y así aconteció. En el cuarto día creó el sol y la luna, y estipuló con el sol que permaneciera inmóvil en medio del cielo en los días de Josué. También estipuló con las estrellas que libraran guerra contra Sisera. En el quinto día creó los peces de la mar y los pájaros del cielo. Con los pájaros estipuló que alimentaran a Elías cuando retuviera los cielos de llover, como está escrito: "y he mandado los cuervos que te provean allí de sustento” (Melajím 1, 1° de Reyes 17, 4). y El estipuló con los peces de la mar de designar un pez que tragara a Jonás y luego lo expulsara. En el sexto día creó a Adán y estipuló con él que de él descendería una mujer que daría sostén a Elías, como está escrito, "he aquí que he ordenado a una viuda allí que te sostuviera" De manera similar, con respecto a cada fenómeno único que ha ocurrido en el mundo, el Santo, Bendito Sea, lo ha predestinado desde el tiempo en que fue creado el mundo. Y así aquí el significado de "y el Eterno ordenó al pez" es que El lo ha ordenado en la creación del mundo. En el relato de Jonás tenemos una representación de toda la carrera de un hombre en este mundo. Jonás descendiendo en la embarcación es simbólico del alma del hombre que desciende en este mundo para entrar en su cuerpo. ¿Por qué se la llama Jonás (literalmente, afligido) ? Porque tan pronto como ella se asocia con el cuerpo en este mundo, se encuentra llena de vejamen. Entonces, el hombre en este mundo s como una ambarcación que atraviesa el gran océano y está como para ser quebrada, según está dicho, "de modo que la embarcación estaba como para ser quebrada” (Yonah, Jonás 2, 4). Además, el hombre en este mundo comete pecados, imaginando que puede huir de la presencia de su Amo, que no se informa sobre este mundo. Entonces el Todopoderoso levanta una tempestad furiosa; es decir, la condena del hombre, que constantemente se halla ante el Santo, Bendito Sea, y reclama su castigo. Este es el que asalta a la embarcación y hace recordar los pecados del hombre y que puede tomarlo. Y el hombre es así tomado por la tempestad yes arrojado abajo por la enfermedad, exactamente como Jonás "bajó a la parte más interna de la embarcación; y estuvo acostado y pronto se durmió". Aunque el hombre se halla así postrado, su alma no intenta retornar a su Amo para corregir sus omisiones. Así 'el capitán de la embarcación vino a él", es decir, el buen promotor, que es el timonel general, "y le dijo: ¿Qué te propones con dormir? Levántate, llama a tu Dios... no es tiempo de dormir, pues están por tomarte para someterte a prueba por todo lo que hiciste en este mundo. Arrepiéntete de tus pecados. Reflexiona sobre estas cosas y retorna a tu Amo. "Cuál es tu ocupación", en la que estuviste ocupado en este mundo; y confiésate respecto de ella ante el Amo; "y de dónde vienes"; es decir, de una gota fétida, y por tanto no seas arrogante ante él. "Que es tu país", reflexiona que fuiste creado de tierra y a tierra retornarás; "y de qué pueblo eres"; esto es, reflexiona sobre si puedes confiar en méritos de tus antepasados para que te protejan. Cuando lo traen a juicio ante el Tribunal Celestial, esa tempestad, que no es otra cosa que el juicio condenatorio que rugía contra él, reclamó del Rey el castigo de todos los prisioneros del Rey. Y entonces todos los consejeros del Rey aparecen ante El uno a uno, y el tribunal queda instalado. Algunos alegan en defensa del acusado, otros contra él. Si eI hombre es encontrado culpable, como en el caso de Jonás, "ellos se apresuran para traer la tierra, pero no pueden"; así, los que alegan en su favor encuentran puntos que lo benefician y tratan de restaurarlo a este mundo, pero no pueden; "por-que la mar se hizo cada vez más tempestuosa contra ellos, la prosecución atormenta y ruge contra él, y, la convicción de sus pecados reconocidos prevalece contra sus defensores. Entonces tres mensajeros designados descienden sobre el hombre; uno de ellos hace un registro de todas las accione. buenas v las acciones malas que ha efectuado en este mundo; uno hace el cómputo y el reconocimiento de sus días; y el tercero es el que acompañó al hombre desde el tiempo cuando estaba en el vientre de su madre. Como ya se dijo, el requerimiento de la condena no se apaciguó hasta que "se llevaron a Jonás", hasta que lo tornaron de la casa al lugar de sepultura.. Entonces se hace a su respecto la proclamación. Si era un hombre justo, dice: Rendir honor a la imagen del Rey. "El entró en paz, ellos descansan en sus lechos, cada uno que anduvo en su rectitud” (yeshayahu, Isaías 57, 2). Pero cuando muere un hombre malvado, la proclamación dice: desdicha para este hombre, mejor le habría sido el no haber nacido nunca. Acerca de un hombre así está escrito: "y lo arrojaron en el mar, y el mar dejó de rugir", esto es, sólo después de que lo han colocado en la tumba, que es el lugar de juicio, el requerimiento de juicio deja de clamar. Porque el pez que lo tragó es, en realidad, la tumba; y así "Jonás estuvo en el vientre del pez", que se identifica con "el vientre del inframundo" (scheol), como lo prueba el pasaje "desde el vientre del inframundo (scheol) clamé "tres días y tres noches": estos son los tres días que un hombre yace en su tumba antes de que su vientre se le abra. Después de tres días arroja la materia pútrida de su rostro, diciendo: "Tómate de vuelta lo que me diste; comiste y bebiste cada día y nunca diste nada a los pobres; todos tus días fueron como fiestas y de júbilo, mientras los pobres permanecían hambrientos sin participar de ninguno de tus alimentos. Toma de vuelta lo que me diste. Acerca de esto está escrito: "Y esparciré estiércol sobre vuestros rostros...” (Malají, Malaquías 2, 3). Luego, después del término de tres días, el hombre recibe castigo en cada órgano, en sus ojos, sus manos y sus pies. Esto continúa durante treinta días en los cuales el alma y el cuerpo son castigados juntos. Por eso el alma permanece todo ese tiempo en la tierra, abajo, no ascendiendo a su lugar, como una mujer que permanece apartada todos los días de su impureza. Después de eso el alma asciende mientras el cuerpo se descompone en la tierra, donde permanecerá hasta el tiempo cuando el Santo, Bendito Sea, despertará a los muertos. Entonces a través de las tumbas resonará una voz proclamando: "¡Despertad y cantad, vosotros que moráis en el polvo! porque como el rocío de hierba es Tu rocío, y la tierra echará afuera a los muertos (Refaim)” (Yeshayahu, Isaías 26, 19). Esto acontecerá cuando el Angel de apresuran a bendecir Su Santo Nombre, antes de que venga el tiempo cuando no serás capaz de bendecir o de arrepentimiento". Por eso David vuelve a repetir: "Bendecid al Eterno, todas Sus obras en todos los lugares de Su dominio, bendice al Eterno, ¡Oh! alma mía” (Tehilím, Salmos 103, 22). R. Abba terminó, y los Compañeros se le acercaron y besaron su cabeza. R. Jiyó comenzó un discurso sobre el texto: Tomad de entre vosotros una ofrenda (trumah) para el Eterno. Dijo: Cuando El Eterno creó el mundo, lo hizo con no otro propósito que el de que Israel pudiese venir un día y recibir la Toráh. Fue por medio de la Toráh que el mundo fue creado, y es sobre la Toráh que el mundo está establecido. Así, (Yevieha), es decir la Shejiná)". De esto aprendemos que la plegaria ofrecida con devoción concentrada por un hombre que teme a su Amo produce grandes efectos en lo alto, como ya se dijo en otra parte. Primero vienen los cantos e himnos entonados por los ángeles en lo alto y las series de himnos recitados por Israel aquí abajo. Con éstos la Shejiná se cubre y adorna como una mujer que se prepara para encontrar a su esposo. Luego sigue el recitado de la plegaria. Por virtud de la plegaria recitan mientras sentados adornan a las doncellas de ella y toda la comitiva de ella. Entonces se llega a "verdadero y firme", bendición que sigue al recitado de la Shejiná y precede a sus pensamientos deben todos trabajar al unísono. Estando entonces en estrecho y gozoso abrazo el Rey Altísimo y almas abajo. Y quien concentra su mente y su corazón en todo esto y rinde su alma en completa devoción, el Santo, Bendito Sea, lo llama "paz" abajo según la pauta de la paz arriba, como leemos, "y el Eterno lo llamó paz” (Shofetím Jueces 6, 24) Y cuando el alma de ese hombre abandona este mundo, asciende y se abre camino a través de todos los cielos, y nada puede detenerla, y el Santo, Bendito Sea, proclama: "él entró en paz” (Yeshayahu, Isaías 57, 2). y la Shejiná agrega "que descansen en sus lechos ...“ (Shofetím Jueces 6, 24). Y abren para ella trece montañas de perfume puro, sin impedimento o estorbo De ahí que feliz es el hombre que concentra en esto su pensamiento. Entonces, éste es el sentido de "quien es de corazón voluntarioso, dejadlo traerla, la ofrenda del Eterno", es decir, al Rey Altísimo. R. Abba levantó entonces su voz y dijo: Oh, Rabí Simeón, tú estás viviendo y nosotros lloramos respecto de ti. Pero no lloramos por ti, lloramos por los Compañeros y por el mundo. R. Simeón es como una brillante lámpara que arroja luz arriba y abajo. Desdichado será el mundo cuando la iluminación inferior desaparezca y se absorberá en la iluminación superior. ¿Quién, entonces, difundirá por el mundo la luz de la Toráh? R. Abba se levantó y besó a R. Jiyá, diciendo: Tú estás en posesión de estos pensamientos, de ahí que el Santo, Bendito Sea, me envió a que me convirtiera en uno de vuestra compañía. Feliz es mi suerte. R. Yose continuó entonces con un discurso sobre el texto: Y que cada hombre de corazón sabio entre vosotros venga y haga... Dijo: este pasaje ya fue expuesto. Cuando El Eterno dijo a Moisés "Elegíos hombres sabios y entendidos” (Devarím, (Deuteronomio 1, 13). el último buscó por todo Israel y no encontró hombres entendidos. Así, está escrito "torne, pues, las cabezas de vuestras tribus, hombres sabios y llenos de conocimiento” (Devarím, Deuteronomio I, 15). sin mencionar hombres entendidos. Seguramente el hombre entendido, el hombre de discernimiento (navón) es de un grado más alto que el hombre sabio (jajam). Aun un alumno que da ideas nuevas a su maestro es llamado "sabio". Un hombre sabio, entonces, conoce para sí mismo todo lo requerido, pero el hombre de discernimiento aprehende todo, conociendo su propio punto de vista y el punto de vista de otros. El término "de corazón sabio" se emplea aquí porque la sede de la sabiduría es el corazón. En cuanto al hombre de discernimiento, él aprehende el mundo inferior y el mundo superior, su propio ser y el ser de otro. R. Yose discurrió luego sobre el versículo: "y me ha dicho: tú eres Mi siervo, oh Israel, en quien me glorificaré” (Yeshayahu, Isaías 49, 3). Dijo: Observad que hay un culto exterior y corpóreo del Santo, Bendito Sea, y un culto interno y espiritual que es el culto verdadero y genuino. El cuerpo posee doce miembros que participan en rendir culto. Estos son los miembros exteriores del cuerpo, pero también hay doce miembros interiores cuyo acto de culto es de beneficio para el espíritu. Porque este es el interno y precioso culto del Santo, Bendito Sea, como se expuso entre los misterios enseñados por R. Simeón, y como pertenecientes a los misterios de sabiduría superior que los Compañeros, bendita es su suerte, conocen. La plegaria es culto espiritual. A ella están ligados misterios profundos, porque los hombres no quieren que la plegaria de un hombre cruce los espacios etéreos, atraviese el firmamento, abra puertas y ascienda a lo alto. En el momento del amanecer, cuando la luz emerge de la oscuridad, resuena una proclama por todos los firmamentos, diciendo: ¡preparaos, vosotros centinelas en las puertas, jefes del Palacio, cada uno a su puesto! Porque los ayudantes diurnos no son los mismos que los ayudantes nocturnos, pues los dos grupos se reemplazan con la sucesión del día y la noche. A esto alude el pasaje "la lumbrera mayor para regir el día..." (Bereshis, génesis 1, 16). "el gobierno del día" y "el gobierno de la noche" significan los ayudantes diurnos y los ayudantes nocturnos. Cuando llega la noche se hace una proclamación, diciendo: Preparaos, oh vosotros gobernantes de la noche, cada uno a su lugar! De manera similar, cuando asoma el día sale una proclamación: ¡preparaos, vosotros gobernantes del día, cada uno a su lugar! Así, siguiendo la proclamación, cada uno es asignado a su lugar pertinente. Entonces desciende la Shejiná mientras Israel entra en la sinagoga para ofrecer alabanza en canto e himno a su Amo. Corresponde, entonces, que cada hombre, después de equiparse con los emblemas de la santidad, con las franjas y las filacterias, afine su corazón y su ser íntimo para el acto de culto y para decir sus plegarias con devoción. Porque las palabras que enuncia ascienden a lo alto, para el examen de los supervisores angelicales. Estos residen en el espacio etéreo en los cuatro lados del mundo. En el lado oriental está el jefe supervisor, cuyo nombre es Guezardiya, y que es asistido por un número de otros capitanes, todos esperando la palabra de la plegaria que está por ascender al reino etéreo en ese lado. En el momento en que lo hace, la toma el super-visor. Si está adecuadamente enunciada, él, junto con todos los otros capitanes, besa ese enunciado y lo eleva al firmamento superior, donde lo esperan otros capitanes. Al besar el enunciado de la plegaria dicen: "Felices sois vosotros, Oh, hijos de Israel, que sabéis cómo coronar a vuestro Amo con coronas santas. Feliz es la boca de la cual salió este enunciado, esta corona". Entonces las letras del Nombre Divino que moran en el espacio etéreo se dirigen hacia arriba. Ese Nombre Divino está formado de doce letras y es el nombre por el cual Elías voló a las regiones etéreas hasta que alcanzó el cielo. Esto lo indican las palabras que Obadías habló a Elías, diciendo "...que el espíritu del Eterno (YHVH) te conduzca...". Porque fue ese Nombre por el cual Elías se elevó y es ese nombre quien rige el espacio etéreo. Entonces, las letras del Nombre vuelan hacia arriba con el enunciado de la plegaria, en compañía con el jefe que tiene las llaves del éter, y todos los otros jefes, hasta alcanzar el cielo, donde la plegaria es tomada a cargo de otro jefe para llevarla aún más alto. En el lado del sur hay otro capitán que rige sobre el espacio etéreo de esa región y tiene a sus órdenes un número de supervisores y oficiales. Su nombre es Pesagniyah y está a cargo de las llaves del espacio etéreo en esa zona. Y la plegaria de personas en profunda tristeza y angustia, si se la enuncia con pertinente devoción, asciende a esa región y es tomada por el jefe, el cual la besa y pronuncia sobre ella las palabras "el Santo, Bendito El, sea misericordioso hacia ti y esté lleno de compasión en tu favor". Entonces todos los capitanes y oficiales que administran esa región la acompañan hacia arriba junto con las letras del Nombre Divino, es decir, el Nombre de cuatro letras que rigen en esa región, hasta que alcanza el cielo sobre esa región. Allí la toma a su cargo el jefe de dicha región. Allí la toma a su cargo el jefe de dicha región. El nombre del que está a cargo de la región septentrional, el cual tiene también bajo su mando un número de capitanes y oficiales, es Petajyah. El está designado sobre el lado al cual ascienden las plegarias ofrecidas por la liberación de manos de enemigos. Si se considera digna una tal plegaria, el jefe la toma y la besa. Entonces emerge un espíritu del abismo en el Norte que hace proclamación por todos los espacios etéreos, de modo que todos ellos toman esa plegaria y la conducen al cielo, todo el tiempo besándola y exclamando "que tu Amo derribe a tu enemigo delante tuyo". Entonces asciende y se abre camino por los cielos y los espacios etéreos. Cuando alcanza el primer cielo se encuentra con el jefe del Oeste, cuyo nombre es Zebuliel, y que preside sobre numerosos capitanes y oficiales que permanecen como centinelas de nueve puertas. El mismo Zebuliel podría ayudar en ese cielo durante el día, pero no está autorizado hasta que aparece la luz de puertas...” (Yeshayahu, Isaías 26, 2). Entonces todas las puertas se abren y la plegaria entra por todas ellas. Entones se levanta un jefe, anciano, que está colocado, en el lado septentrional y cuyo nombre es Azriel el Anciano, aunque a veces es llamado Majniel (literalmente, campamento poderoso). Se le da este otro nombre porque manda a sesenta miríadas de legiones. Todas estas legiones son aladas, parte de ellas están llenas de ojos, y junto a ellas hay otras llenas de orejas. A estas se las llama "orejas" porque escuchan a todos los que oran en un murmullo del corazón, de modo que la plegaria no puede ser oída por ningún otro. Sólo una plegaria así es aceptada por estas legiones "todos oídos", mientras que una plegaria que es oída por las orejas del hombre no es escuchada en lo alto, y así permanece no oída por nadie, salvo por aquel jue la oyó primero. De ahí que cuadra que el hombre sea cuidadoso en no dejar que otros oigan su plegaria. Además, la plegaria es absorbida en el mundo superior, y el lenguaje del mundo superior ha de permanecer inaudible. De manera similar, al leer el Libro de ahí que no de ha de ser tratada con rechazo, sino que se ha de dejar una parte en el lado de la santidad. Rabi Jamnuna el Anciano tomaba la frase interrogativamente, así: "¿Hay un brillo alrededor suyo?", lo que implica que se la puede tratar con rechazo dado que su brillo está oculto en su interior y no es visible desde afuera. Y porque el brillo está adentro, el versículo continúa "y de en medio del fuego", es decir, de en medio de ese brillo "una como refulgencia del jashmal" (electro). El término jashmal fue interpretado como compuesto de jash y mal, significando Jayot (orden de los ángeles), de fuego palpitante. Pero, de la Lámpara Sagrada (R. Simeón) hemos oído como exposición de esto la siguiente doctrina muy recóndita. Mientras el prepucio permanece sobre la señal del pacto sagrado, el principio santo no descubre el misterio de la' señal del pacto. Pero cuando la luz brillante entra allí y separa prepucio v santidad eI resultado es jashmal, es decir hay un pronto descubrimiento de la circuncisión, pues jash significa pronto y mal significa circuncisión. Para resumir, en el sexto día, cuando se acerca la noche ese fuego llameante que hemos mencionado se sumerge en medio de los colores. Es entonces que los hijos de Israel aquí abajo se preparan para el Shabbos, ordenan sus comidas y extienden sus mesas, cada uno de acuerdo a sus medios. Entonces emerge una lengua de fuego y golpea contra esa llama, de modo que ambas son lanzadas a la caverna del gran abismo. Allí permanecen aprisionadas. Esa que arroja la llama de fuego y la confina en el gran abismo, donde lengua de fuego es del lado de aprisionada, todos los fuegos de la clase dañina son ocultados y suprimidos de manera similar, incluyendo también el fuego del guehinóm. Y, así, los pecadores logran un respiro. Efectivamente, hay entonces un período de descanso para todos, en los mundos superiores y en los mundos inferiores. A la conclusión del Shabbos, cuando los israelitas dicen la bendición sobre la luz, todos los fuegos que estaban ocultos vuelven a emerger y cada uno retorna a su lugar. Y es con el fin de evitar que todo otro fuego sea suscitado, que se da la orden: "No encenderéis fuego en vuestras habitaciones en el día de Shabbos". Pero, cabe preguntar: ¿Qué hay del fuego del altar? La explicación es esta. Inmediatamente de ocurrida la entrada del Shabbos se hace en todos los cielos una proclamación que dice: ¡Preparaos, oh vosotros equipos y legiones de entonces bajo la guarda de ese espíritu, con los flancos del tabernáculo de paz extendidos sobre él, de modo que los israelitas pueden estar perfectamente seguros. Es verdad que hay una enseñanza tradicional que dice que un hombre no debe salir solo ni en la noche del cuarto día de la semana ni en la noche del Shabbos y que en esos días uno ha de estar cuidándose. Y esto parece contradecir lo que acaba de expresarse, o sea que en la noche de Shabbos los hombres están protegidos de todos los malos acusadores y por eso no necesitan ofrendar una plegaria especial. Esto es seguramente correcto. En la cuarta noche de la semana hemos de estar en guardia contra ellos, por la razón de que en la Creación de las luminarias la luna fue maldecida, su luz disminuida, se dio oportunidad así a bandas de espíritus malignos para ejercer poder en esa noche; a su vez, en la noche del Sábado, mientras esos espíritus se desparraman para retirarse a la caverna del abismo donde son impotentes para hacer daño, un hombre solitario debe estar en guardia contra ellos. En efecto, aunque ellos carecen de poder, ahora y entonces se muestran, y, así, un caminante solitario debe estar en guardia. Por eso se ha dicho, ¿ello no indica un grado inadecuado de seguridad? Se respondió que no es así. En Shabbos hay protección para el pueblo santo, y el Santísimo, a la entrada del Shabbos, adorna a cada miembro de Israel con una corona, una corona santa que cada uno de los que la llevan ha de cuidar y guardar. Aunque los espíritus malignos no frecuentan entonces lugares inhabitados, a menudo aparecen a la persona que camina sola, y entonces su "buena estrella” (Mazal) se aparta de él. Por eso corresponde que la persona se adorne sólo con la santa corona y la guarde. Sea como fuere, en esa noche el pueblo santo está plenamente protegido, pues el tabernáculo de paz lo cubre. Y la tradición nos dice que el tabernáculo de paz y el "otro lado" no pueden coexistir juntos. Así el día de Shabbos es un día de universal seguridad y gozo, en el mundo superior y en el mundo inferior; y la luz inferior, al irradiar al mundo superior, a través del resplandor de las coronas sabáticas, es allí intensificada a setenta veces, de modo que el Anciano de Ancianos se afana solo. Entonces, al irrumpir ese día el pueblo santo se dirige a la sinagoga en espíritu gozoso vestido con lo mejor, coronado con la santa carona celestial y provisto con el adicional espíritu celestial. Allí los israelitas ofrendan alabanzas en cánticos e himnos, que ascienden a lo alto, de modo que los mundos superior e inferior se llenan con gozo y están juntos adornados. Entonces los seres celestiales se expresan y dicen: "Felices sois vosotros, oh pueblo santo sobre la tierra, a través de quien vuestro Amo es coronado, lo mismo que todas las huestes sagradas". Este día es el día del alma, y no del cuerpo, y exhibe el dominio del "atado de almas", cuando los seres superiores e inferiores están unidos en virtud del adicional espíritu celestial por el cual el hombre es coronado. La plegaria ofrendada por el pueblo santo en Shabbos es de tres partes, que corresponden a los tres sábados de entregados todos a Moisés en el Sinaí., Cabe preguntar: Si es así, ¿por qué todos estos signos y notas, con todos los misterios que contienen, están ausentes de nuestro Rolla de prolongar en bondad nuestra vida y que yo, Tu Siervo, sea contado entre los justos de modo que tengas misericordia para mi y me guardes y a todos los míos a todos los que son de Tu pueblo Israel. . .". Está prohibido que más de uno lean a la vez en el Libro de la Ley. Los restantes deben escuchar atentamente y en silencio las palabras que vienen de la boca del que lee como si las recibieran en ese momento del Monte Sinaí. Otra persona ha de estar de pie junto al lector, pero en silencio, de modo que se oiga una sola expresión, y no dos. Así como la lengua salada está sola, así su mensaje debe ser transmitido por uno solamente; y la lectura simultánea de dos en el Libro de la Ley sería una mengua de También leemos "Y Moisés subió hacia El Eterno” (Shemót, Exodo 19, 3). Corresponde que el lector concentre toda su mente en las palabras que lee y que comprenda que es el mensajero de su Amo, encargado del deber de comunicar estas palabras a la congregación entera, ocupando él del lugar del cielo para ello: De ahí que todo aquel que ha de leer la Toráh ha de repasar su lectura previamente en su casa, o no leer del todo. Esto lo aprendemos del otorgamiento de para ellos” (Devarím, Deuteronomio 33, 2). que implica la derecha y la izquierda. De ahí que la lectura de la Ley a la hora del crepúsculo ha de comprender diez versículos o más, pero no la porción entera, pues la porción completa es de la derecha, y la derecha solamente prevalece hasta el tiempo del servicio de la tarde. También hemos de leer la Ley en el segundo y quinto días de la semana, porque en estos días los grados más elevados descienden hacia abajo, grado que representan los principios más importantes de la Toráh. La significación esotérica es la siguiente. Esos grados superiores representan una porción de la Toráh, pero de ellos emanan nueve grados, los grados de Nétzaj, Hod y Yesod, cada uno con sus tres secciones, que forman una unidad, y de ahí que tienen su contraparte en las nueve personas llamadas a leer eliminados y escondidos en Shabbos; aún se muestra en este día un fuego, que está incluido en la santidad del Shabbos; cuando esto ocurre, todos los otros fuegos se ocultan. Es el fuego del altar sobre el cual Yitzjak hubo de ser ofrendado como un sacrificio. Hemos de decir la bendición sobre el fuego que ardió en el Shabbos, que es el fuego que emanó del fuego celestial, el fuego que lleva fuego; y cuando éste es bendecido, todos los otros fuegos salen y son asignados a sus lugares. Cuando decimos la bendición sobre ese fuego, bajan para ser iluminadas por él cuatro legiones de ángeles, llamadas "luces del fuego". Por eso doblamos los cuatro dedos de nuestra mano derecha para captar la luz de la lámpara que es bendecida, simbólicas de las cuatro legiones que se llaman "luces del fuego", que están iluminadas por cierta Lámpara superior y derivan de ella su poder. Más aún, estas legiones son de los grados inferiores y doblamos así nuestros dedos ante la luz para mostrar la supremacía de ella. Contrariamente, en el recitado de otras bendiciones hemos de levantar nuestros dedos para mostrar la supremacía de los superiores grados santos que rigen sobre todo, siendo el Nombre Divino coronado y santificado por ellos y que son iluminados por Ellas están ocultas e iluminadas desde lo oculto; internas e iluminadas desde lo interno; exaltadas e iluminadas desde lo más alto. Feliz es Israel en este mundo y en el mundo por venir. A la conclusión del Shabbos nos corresponde inhalar el suave olor de especias aromáticas para fortalecernos frente a la partida del espíritu superior, dado que por esta partida el alma, de un hombre es abandonada perdida y desnuda. A este respecto está escrito "y él olió el perfume de su indumento” (Bereshis, génesis 27, 27). Este pasaje ya se expuso en cierta manera. Pero, observad, además, que el suave olor provee sostén para el alma, siendo una sustancia que entra en el alma pero es demasiado tenue para, ser absorbida por el cuerpo. Y bien, el indumento que aquí se menciona fue expuesto como aludiendo a las vestiduras de Adán, el primer hombre, esas en las que lo aderezó el Santo, cuando Él lo ubicó en el Jardín del Edén. Cuando Adán pecó fue, sin embargo, despojado de estas preciosas vestiduras y en su lugar vestido con otras. Las vestiduras originales con que Adán fue aderezado en el Jardín del Edén eran de la misma clase que aquellas en que las legiones llamadas "partes traseras" (ajorayinr), son aderezadas, y llevan el nombre de "indumento de uña". Y mientras Adán permaneció en el Jardín del Edén todas esas legiones lo rodeaban y guardaban de modo que no lo acosara ningún mal. Pero después de que pecó fue despojado de esas vestiduras y cubierto con vestiduras profanas, hechas de material vicioso y malos espíritus, y las legiones santas partieron de él; y sólo fueron dejadas sobre él las uñas de los dedos de su envoltura original. Pero éstas tienen, sin embargo, un manifiesto borde de impureza. Por esta razón no hemos de dejar que las uñas con su impureza crezcan; porque al crecer ellas, se multiplican los acusadores del hombre y él se hunde cada día más en profunda melancolía. Por eso corresponde que las cortemos y no debemos arrojar los cortes ,en un lugar donde pasan personas, pues les pueden causar daño. Y bien, todo esto es según la pauta celestial; porque también allí la región "posterior" está rodeada por el "otro lado". Más tarde, el Santo hizo para Adán otras vestiduras de las hojas del Jardín del Edén terrenal. Y bien, esas vestiduras originales, que eran una emanación del Jardín del Edén celestial, emitían las suaves fragancias y los aromas dulces de la especie que calina y apacigua al alma y la hace feliz. Yitzjak, así, "olió el olor de su indumento, y lo bendijo", pues esa fragancia calmó y suavizó su alma y su espíritu. De ahí que a la conclusión del Shabbos hemos de inhalar el olor de especias suaves para restaurar nuestra alma y contrarrestar el efecto de la pérdida del espíritu superior que la abandonó. El mejor perfume para este propósito es el del mirto, pues es el mirto quien sostiene el lugar santo desde el cual salen las almas, y, así, en este mundo tiene el poder de sostener el alma del hombre en el momento en que es despojada de su alma compañera más elevada. Fue a la conclusión del Shabbos que Adán era vestido en las vestiduras del Paraíso Terrenal, los olores y la fragancia suave de que se sostuvo su alma en la pérdida que sufrió por la partida del superior y glorificado espíritu santo. Así, seguramente el mirto sostiene el alma del hombre sobre la tierra como sostiene las almas en lo alto, ese espíritu superior que desciende en el hombre en Shabbos y llena su alma con gozo. Así esta alma es levantada al estado en que se hallará en el mundo futuro, porque en la misma medida en que un hombre festeja y deleita a ese espíritu en este mundo, ese espíritu deleitará al hombre en el mundo futuro. Así, sesenta legiones santas son adornadas con coronas hechas de las palabras pronunciadas aquí en este día, parra. la gloria del Trono Divino. En, este punto levantó sus ojos y notó que el sol había bajado. Dijo: Continuemos a esa aldea de allí, pues la más cercana a nosotros ere este desierto. Así, fueron y permanecieron allí por la noche. A medianoche, R. Abba y los otros Compañeros se levantaron para estudiar la Toráh. R. Abba dijo: Tejamos ahora discursos con los cuales se harán coronas para los justos en el Paraíso, pues es la hora cuando el Santo, Bendito Sea, y todos los justos en el Paraíso, escuchan las voces de los justos sobre la tierra. R. Abba comenzó entonces a discurrir sobre el versículo: "Los cielos son los cielos del Seriar, pero la tierra la ha dado a los hilos de los hombres (Tehilím, Salmos 115, 16) Dijo: En este versículo hay una dificultad. r.No habría bastado con decir "los cielos son del Eterno"? ¿Por qué, entonces, repetir la palabra "cielos" y decir "los cielos son los cielos..."? Pero nos lo explicamos de la siguiente manera. Hay cielos y cielos; es decir, cielos inferiores con una tierra debajo de ellos y cielos superiores que también tienen una tierra debajo de ellos. Ellos constituyen grados superiores y grados inferiores, siendo los unos las contrapartes de los otros. Los cielos inferiores son idénticos con las diez cortinas, a que aluden las palabras: "Que extendió los cielos como una cortina” (Tehilím, Salmos 104, 2) El santo los hizo, con las legiones que los pueblan, para regular los asuntos de la tierra inferior. El noveno cielo propulsa a todos los cielos inferiores, que están aderezados para ello por una cadena de eslabones. (El décimo es el jefe de todos ellos). En cada cielo hay ángeles supervisores hasta el séptimo; los restantes están todos iluminados por la luz que irradia del Trono Divino, que llega al décimo cielo, de donde se extiende hacia el noveno y luego hacia el octavo, donde alcanza a los de abajo. Es la luz del octavo que da a cada una de las estrellas, cuando son traídas a sus lugares, su requerida luz y fuerza. Acerca de esto está escrito: "quien saca por cuenta su hueste... a causa de la grandeza de Sus fuerzas” (Yeshayahu, Isaías 40, 2 refiriéndose ,el término "grandeza de sus fuerzas" al resplandor superior. Hay, además, en cada cielo un capitán que está a cargo de una parte del mundo y una parta de la tierra, excepto poder a la tierra abajo, a través del cielo a su cargo, de ese poder que él mismo ha recibido, del residuo sobrante de la fuente superior. Pero el cielo que está sobre Tierra Santa no está regido por ningún capitán o algún otro poder, sino que está a cargo solamente del Santo, Bendito Sea, el cual dirige los asuntos de esa tierra desde ese cielo. Cada cielo está provisto de un cierto número de portales, y el cargo de cada capitán se extiende de un portal al siguiente y no ha de inmiscuirse en la esfera de su colega capitán, ni siquiera en la dimensión de un pelo, excepto si recibe autorización para ejercer dominio sobre su vecino. Cuando esto ocurre un rey sobre la tierra obtiene poder sobre otro. Hay, además, en el centro del conjunto de los cielos, una puerta que se rama Guebilon. Debajo de esta puerta hay setenta otras puertas, con setenta capitanes que mantienen guardia, a una distancia de dos mil codos de ella, de modo que nadie se le pueda acercar. Desde ese puerta hay, además, una senda que asciende cada vez más alto, hasta que alcanza el Trono Divino. La misma puerta da acceso a todas las regiones del cielo hasta la puerta que se llama Magdon, donde está el fin del cielo que se extiende sobre la Tierra de Israel. Todas las setenta puertas que están inscriptas sobre la puerta llamada Guebilon, se llaman "puertas de justicia" y se hallan bajo el control directo de' Trono Divina, y ningún otro poder. Es a través de estas puertas que el Santo suministra a la tierra de Israel todo lo que necesita; y es del residuo de dicha provisión que los Capitanes toman y transmiten a todos los capitanes inferiores. En conexión con el firmamento que está encima del Paraíso inferior hay misterios sublimes. Cuando el Santo estuvo por hacer el firmamento, tomó fuego y agua de Su Trono de Gloria, los fusionó en uno, y de ellos hizo el firmamento inferior, que se expandió hasta alcanzar el área del Paraíso Inferior, donde se detuvo. Entonces, el Santo, Bendito Sea, tomó del cielo santo y superior fuego y agua de otra especie, tales que ambos son y no son, ambos descubiertos y no descubiertos. De ellos hizo otra expansión de cielo que extendió sobre el Paraíso inferior donde se junta con el firmamento. Esa expansión del cielo, encima del Paraíso inferior, despliega cuatro colores: blanco, rojo, verde y negro y, en correspondencia, contiene cuatro puertas en sus cuatro lados. Estas cuatro aberturas forman un pasaje para cuatro radiaciones de luz. En el lado derecho dos luces brillan a través de dos puertas, una a través de la puerta de la derecha y una a través de la opuesta. Dentro de la radiación de luz de la derecha se levanta una letra con fulgor centelleante, a saber, la letra Mem. Esta letra se mueve hacia arriba y abajo continuamente, sin descansar nunca en un punto. Dentro de la radiación de luz opuesta se levanta similarmente con fulgor centelleante la letra Resch, que, sin embargo, en ocasiones asume la forma de la letra Bet. Esta, de manera análoga, se mueve siempre arriba y abajo, revelándose unas veces y permaneciendo oculta otras veces. Cuando el alma de un hombre justo entra en el Paraíso Inferior, estas dos letras emergen de en medio de esa radiación y aparecen encima de esa alma, donde continúan levantándose y cayendo. Entonces, de las mismas dos puertas emergen de lo alto dos legiones, una a cargo de Mijael, el gran príncipe, y la segunda bajo el gran capitán que se llama Bao], que es el noble asistente llamado Rafael. Estas legiones descienden y se detienen encima del alma, a la que saludan con las palabras: "que tu llegada sea paz, él entró en paz, él entró en paz". Las dos letras vuelven entonces a su lugar y son absorbidas dentro de la radiación que pasa a través de esas dos puertas. De manera similar, a través de las otras dos puertos, la de la izquierda y la del oeste, pasan dos radiaciones de luz, desde las cuales se proyectan otras dos letras llameantes y centelleantes, es decir, una Guimel y una Nun. Cuando las dos letras anteriores re-toman a su propio lugar, las dos letras llameantes que acabamos de mencionar emergen en medio de su iluminación circundante y aparecen encima de esa alma. Entonces, nuevamente, emergiendo de los otros portales, salen otras dos legiones, una a cargo del gran jefe Gabriel y la otra a cargo del gran jefe Nuriel. Estas se fijan encima del alma mientras las letras retornan a su lugar Después, estas dos legiones entran en cierto oculto Palacio en el Jardín, llamado Ajalot, que literalmente significa áloe. Allí está la oculta acumulación de las doce variedades de especias suaves que la Escritura enumera, "Nardo y Azafrán, caña aromática y canela...” (Shir hashirím, Cantar de los Cantares 4, 14) que son las doce variedades de especias del Paraíso Inferior. También está allí el repositorio de todas las vestiduras con las cuales son revestidas las almas de los hombres, cada una de acuerdo a su mérito. En cada vestidura están inscriptas todas las buenas obras que un hombre hizo en este mundo y en cada caso se hace una proclamación, que dice: "Esta vestidura pertenece a tal y cuál"; después de esto es revestida con ella el alma del justo en el Paraíso, de modo que llega a ser una réplica de la personalidad del hombre mientras se halla en este mundo. Esto tiene lugar a no menos de treinta días de la muerte del hombre, pues en los primeros cuarenta días toda alma debe pasar por la corrección antes de entrar en el Paraíso, como ya se asentó en otra parte. Después de la purificación recibe su vestidura, en virtud de la cual se la asigna entonces a su lugar apropiado. Entonces desaparecen todas las letras y legiones. Y bien, el firmamento sobre el Paraíso Inferior gira dos veces por día bajo el ímpetu del otro firmamento que le está ligado. Pero en este firmamento están grabadas todas las letras del alfabeto en varios colores y cada letra destila del rocío celestial sobre el Jardín. Es en este rocío que las almas se bañan y recuperan después de su previa inmersión en el río de fuego para la purificación. Ese rocío desciende de una fuente de en medio de las letras que están grabadas en ese firmamento, y estas letras contienen en miniatura el todo de la Toráh. Ese firmamento forma el aspecto cabalístico de la Toráh, pues está hecho del fuego y el agua de la Toráh misma De ahí que hacen descender su rocío sobre todos aquellos que en este mundo se dedican al estudio de la Toráh por su propio mérito. Las palabras de sus estudios están inscriptas en el Paraíso, de donde ascienden hacia ese firmamento en el que reciben de esas letras ese rocío del cual se nutre el alma del hombre bueno. Así, número de deslumbrantes colores. Los justos son iluminados por el reflejo de ese resplandor superior, y en cada Novilunio la gloria de la Shejiná, según se revela en ese firmamento, trasciende al de otras ocasiones. Entonces se acercan todos los justos y se prosternan ante ella. Feliz es la suerte de todo aquel que es encontrado digno de las vestiduras en las que están vestidos los justos en el Jardín del Edén. Estas vestiduras están 'hechas de las buenas acciones efectuadas por un hombre en este mundo en obediencia a los mandamientos de la Toráh. En el Paraíso inferior el alma del ser humano se halla así sostenida por esas acciones y se halla vestida en vestiduras de gloria hechas de ella. Pero cuando el alma asciende a lo alto a través de ese portal del firmamento, otras vestiduras preciosas le son suministradas. Estas son de un orden más exaltado, hechas del celo y la devoción que caracterizaron a su estudio de la Toráh y a su plegaria. Pues cuando ese celo asciende a lo alto se hace de él una corona para coronarlo. Pero, algo de ese celo queda como la porción del hombre, de la cual se hacen vestiduras de luz para el alma a fin de vestirla cuando haya ascendido a lo alto. Las primeras vestiduras, como dijimos, dependen de sus acciones, pero éstas de-penden de su devoción de espíritu, de modo de calificar a su dueño para unirse a la compañía de los ángeles y espíritus santos. Esta es la exposición correcta del asunto, !según la Lámpara Sagrada la aprendió de Elías. Las vestiduras del Paraíso Inferior están hechas de las acciones del hombre; las del Paraíso celestial están hechas de la devoción y seriedad de su espíritu. Está escrito: "Y un río salía de Edén para irrigar el jardín...” (Bereshis, génesis 2, 10). Es importante conocer la fuente y origen del río que salió de Edén al Jardín Inferior. Edén mismo es de lo más recóndito, y a ningún ojo le está permitido verlo. La razón intrínseca de ello es que si se hubiera autorizado que se descubriese el Edén Inferior, la posición del Edén más alto también se habría vuelto descubrible. Por eso, a fin de que el Edén Altísimo permaneciera envuelto en santo misterio, el Edén Inferior, del cual salía un río, también ha de ser enteramente oculto, y así permanece oculto, aun para las almas del mismo Jardín del Edén. Y bien, como ese río fluye de Edén para irrigar el Jardín, así del portal en el centro del Jardín emerge una corriente de luz que se divide en cuatro secciones que irradian en cuatro direcciones, pasando por los cuatro antes mencionados portales, e iluminando las letras inscriptas. Estos cuatro rayos salen de Edén, en el Punto inferior que brilla opuesto al Punto celestial. Ese punto está iluminado y se transmuta en Edén, la fuente de la luz. Nadie puede ver ni conocer ese Punto mismo, y sí solamente la luz que de él irradia, ante la cual los justos en el Jardín del Edén se prosternan, como ya se dijo. Ese Punto Inferior es a su vez Jardín en relación al Edén Celestial, lugar que nadie puede conocer o percibir. Acerca de esto está escrito: "Ni ojo de nadie ha visto un Dios fuera de Ti” (Yeshayahu, Isaías 64, 3). que es una alusión al santo Punto Inferior, que es el único que tiene conocimiento del Edén Inferior que está oculto en el jardín, y nadie existe que tenga conocimiento de ello. Además; "fuera de ti, oh El Eterno" alude al Edén Altísimo que es idéntico con el misterio del mundo por venir, con el principio que conoce el Punto inferior, no conociéndolo nadie salvo Elohim, el Uno que asciende siempre más alto al Infinito (En-sof) . El río que sale del Edén Inferior es un misterio que solamente conocen los iniciados y al cual aluden las palabras: "y él saciará tu alma en tiempos de sequía” (Yeshayahu, Isaías 58, 11) El alma que abandona este mundo oscuro anhela la luz del mundo superior. Exactamente como el hombre sediento anhela agua, así el alma tiene sed del brillo de la luz del jardín y el firmamento. Las almas están allí sentadas junto al ría que fluye del Edén; ellas encuentran descanso allí mientras están envueltas en las vestiduras etéreas. Sin estas vestiduras no serían capaces de resistir la deslumbrante luz de alrededor; pero protegidas por esa envoltura hállanse cómodas y beben hasta saciarse: de esa radiación sin ser abrumados por ella. Es el río que toma a las almas aptas y capaces de celebrar y gozar esa radiación. El río celestial lleva a las almas que vuelan al Jardín; el río inferior en el jardín terrenal, por otra parte, forma las almas y las hace aptas y capaces para gozar esas radiaciones y para ascender así al Paraíso Celestial a través de la abertura central del firmamento y por la columna que se levanta en el centro del Paraíso Inferior. Esa columna está envuelta en nube y humo y resplandores brillantes; la nube y el humo la rodean por fuera a fin de que quienes ascienden al Pa-ralo Superior no sean vistos por los que quedan abajo. En esto está involucrada una muy recóndita doctrina. Cuando el Santo, Bendita Sea, deseaba adornar el "Punto Supremo" con Shabbos y festividades y días de ceremonial, Él envió el Aguila con los cuatro rostros que se fijó en el Templo llamado "Libertad" (dror). Así en el año del Jubileo hemos de proclamar libertad, como leemos, "y proclamaréis libertad (dror)” (Vayikrá, Levítico 25, 10) Estos cuatro rostros emiten un sonido inaudible para cualquiera, salvo para las almas que son dignas de ascender al Paraíso superior. Estas son congregadas allí y tomadas por el águila de cuatro rostros, que las hace ascender por el camino de la columna central. En este momento la otra columna se eleva, la columna de nube y fuego y humo, con luz brillante en el interior (Yeshayahu, Isaías 5, 5) Tan pronto como las almas llegan a la puerta del firmamento, éste gira tres veces en torno del Jardín del Edén como produciendo con ello una música a tal punto suave que todas las almas salen y escuchan y miran el levantarse de la columna de fuego y nube y humo y brillo resplandeciente, ante lo cual todas se prosternan. Después de esto las almas ascienden a través de ese portal hasta entrar dentro del Punto Supremo, donde ven vistas maravillosas, y en su éxtasis vuelan hacia arriba y hacia abajo, retirándose y acercándose una a otra. El Punto supremo, por su lado, las añora y se adorna con esplendor. Entonces un Justo en lo alto se pone vestiduras de celo, vigila el fulgor y la gracia del Punto Supremo y su adorno. Lo toma y lo levanta hacia sí, de manera que el resplandor se junta con resplandor y ambos se vuelven uno. En ese momento todas las huestes del cielo prorrumpen en coro, diciendo: "Felices sois vosotros, ola justos, que observáis la Toráh, felices sois los asiduos en el estudio de la Toráh, tanto más que el gozo de vuestro Amo está en vosotros y la corona de vuestro Amo la modeláis vosotros". Y bien, después de que fulguración y fulguración se han juntado en una, una radiación de múltiples matices desciende para alternar con las almas de los justos, y las entreteje en una corona del Trono Divino. Acerca de esto, dice R. Simeón dijo: Está escrito: "Y por encima de las cabezas de los seres vivientes había la semejanza de una expansión, como el resplandor de un cristal terrible, extendida por encima, sobre sus cabezas” (Yejezkel, Ezequiel 1, 22) Este versículo ya se explicó de cierta manera. Pero hay firmamento y firmamento. Hay un firmamento inferior que descansa sobre las cuatro Bestias Santas inferiores, de donde se extiende y comienza a tomar la forma de una figura femenina detrás de una figura masculina: esto está cabalísticamente implicado en el pasaje que dice "y tú verás Mis espaldas, pero Mi rostro no será visto” (Shemót, Exodo 33, 23) y también "me has cercado por detrás y por delante v has puesto sobre mí Tu palma” (Tehilím, Salmos 139, 5), y luego en las palabras "y tomó una de sus costillas” (Bereshis, génesis 2, 21) y hay un firmamento superior que descansa sobre las cuatro Bestias Santas superiores, de donde se extiende y toma la figura de un varón, muy recóndita. De estos dos firmamentos uno se llama "confín del cielo", y el otro se llama "desde el confín del cielo” (Devarím, Deuteronomio 4, 32). "Las cabezas de las creaturas vivientes" se refiere a las cuatro Bestias Santas inferiores que están inscriptas encima de las cuatro letras grabadas en el lado interno de los cuatro portales del Jardín del Edén. Y bien, aunque hemos dicho que el Edén Inferior está sobre la tierra, y efectivamente es así, el asunto, sin embargo, es muy secreto. Pues el hecho es que el Punto Supremo antes mencionado tiene su parte en el mundo inferior tanto como en el mundo superior. El Jardín Inferior es la porción de ese Punto a través de la cual se comunica gozosamente con las almas de los justos sobre la tierra, y así se llena de deleite celestial y terrenal, en comunión arriba con el Justo y abajo con el producto del Justo (las almas de los justos). El Jardín es una emanación del Punto llamado Edén. "Las cabezas de las creaturas vivientes", que tienen cada una cuatro rostros, de león, de buey, de águila y de hombre, abarcando este último a todos los demás, como está dicho: "y la semejanza de sus rostros era cara de hombre” (Yejezkel, Ezequiel 1, 10), son idénticas con los cuatro "brazos de los ríos” (Bereshis, génesis 2, 10) y son quienes sostienen el Trono Divino y como consecuencia del peso de esta carga exudan transpiración; y de esta transpiración se formó el Río de Fuego (nehar dinur). del cual está escrito "un río de fuego corría y salía de delante de él, y miríadas de miríadas ministraban ante Él” (Daniel 7, 10) Las almas de los hombres antes de ascender al Paraíso están inmersas en ese "río de fuego", donde son purificadas sin ser consumidas. Ocurre con el alma como con una. vestidura hecha de la piel de una salamandra. Tal vestidura, en razón de tener su origen en el fuego, solamente puede ser purificada en fuego; solamente el fuego tiene el poder de purificarla de sus impurezas. Porque el alma efectivamente se origina en fuego y es una emanación del Trono Divino, del cual está escrito "su trono era llamas de fuego” (Daniel 7, 10) Así, para ser limpiada de sus impurezas ha d,e pasar por fuego. De modo que solamente el fuego tiene la virtud de consumir toda contaminación en el alma y hacer que ésta emerja pura y blanca. Pero no se ha de pensar por esto que el alma no pasa por penitencia. Pues, en realidad, desdichada el alma que ha de soportar un fuego extraño, aunque con esto se purifique y se haga blanca. Y más aún, desdichada es el alma que está muy contaminada, pues tal alma habrá de pasar por el fuego dos veces para salir pura y blanca. Primero, el alma es llevada a un lugar llamado Ben-Hinom, que se llama así porque está en el interior del guehinóm, donde las almas son limpiadas y purificadas antes de que entren en el Paraíso Inferior. Dos ángeles mensajeros permanecen a la puerta del Paraíso y llaman en alta voz a los capitanes encargadas de ese lugar en el guehinóm, convocándolos para recibir esa alma, y durante todo el proceso de la purificación continúan pronunciando en alta voz la palabra "Hinom". Cuando el proceso está completo, los capitanes sacan el alma del guehinóm y la conducen a la puerta del Paraíso y dicen a los ángeles mensajeros de allí: "Hinom (literalmente, aquí están), ved, aquí está el alma que ha salido pura y blanca". Entonces el alma es traída al Paraíso. ¡Cuán quebrantada está esa alma después de su prueba en el fuego infernal! Pues, aunque éste ha descendido de lo alto, cuando alcanza a la tierra abajo ya no es tan refinado y produce al alma sufrimiento intenso, y la deja debilitada y quebrantada. Entonces El Eterno hace que los rayos del sol penetren a través de las cuatro aberturas del firmamento encima del Paraíso, y que arroje sus rayos sobre esa alma y la cure. De esto dice cadáveres de los hombres que se rebelaron contra Mi; pues su gusano no morirá y su fuego nunca se apagará; y serán un objeto de abominación para toda carne" (Yeshayahu, Isaías 66, 24) Continúan revoloteando, lanzando su mirada a los que son víctimas de dolor y enfermedad, que sufren por su fe en la unidad de su Amo. Entonces regresan y hacen saber todo esto a Moshiaj. Cuando el Moshiaj oye del gran sufrimiento de los hijos de Israel en su dispersión, y de los malvados de entre ellos que no buscan conocer a su Amo, solloza en alta voz por esos malvados, como está escrito: "Pero él fue traspasado por causa de nuestras transgresiones, quebrantado por causa de nuestras iniquidades” (Yeshayahu, Isaías 53, 5) Entonces las almas retornan a su lugar. Moshiaj, por su parte, entra en cierta Sala en el Jardín del Edén, llamada evitaba todas las malas enfermedades y aflicciones del mundo mediante el servicio y los sacrificios del Templo. Ahora es el Moshiaj el medio de que la humanidad las aleje hasta el tiempo en que el hombre abandona este mundo y recibe su castigo, como ya se dijo. Cuando los pecados de un hombre son tan numerosos que ha de pasar por los compartimentos más bajos del guehinóm para recibir castigo más pesado correspondiente a la contaminación de su alma, se enciende un fuego más intenso para consumir esa contaminación. Con este propósito los ángeles destructores emplean varas de fuego, de modo de expulsar esa contaminación. ¡Desdichada el alma que está sometida a tal castigo! Felices son los que guardan los preceptos de la Toráh. Como ya se dijo, el Supremo Punto Santo desea entretenerse con los espíritus de los justos, en lo alto y aquí abajo. Es a media noche que desciende para conversar con los espíritus de los justos y mimarlos como una madre mima a sus niños. El firmamento que se extiende sobre el Jardín del Edén es sostenido por las cabezas de las cuatro Bestias Santas, simbolizadas por las cuatro letras antes referidas. Hay, además, un firmamento inferior según la pauta del firmamento superior. Este firmamento está bordado con todos los colores divinos y posee cuatro portales mareados, respectivamente, por cuatro letras centelleante. Un pedal está al este, llevando estampada la letra alef, que centellea y constantemente se mueve arriba y abajo. El segundo portal está en el lado norte con la letra dalet estampada, que igualmente centellea y se mueve sin pausa arriba y abajo. Pero, su centelleo es inconstante: a veces resplandece brillantemente y a veces su luz desaparece por completo. El tercer portal está al oeste v lleva estampada la letra nun, igualmente centelleante. Finalmente, está el cuarto portal, en 'el sur, que lleva estampado un punto, el Punto inferior, un punto tenue, visible y sin embargo invisible, esto es, la letra yod. Las otras letras del alfabeto se hallan también estampadas en ese firmamento, llegando en conjunto al número de veintidós, todas adornadas con coronas. El firmamento gira sobre los Seres Vivientes, llevando consigo letras dispuestas en cierto agrupamiento que simboliza la Unidad Divina, o sea, Alef Tot, Bet Jet, Guirnel Zain, Dalet Vav. Estas letras simbolizan a otras letras, más elevadas. Cuando este firmamento está iluminado se revelan cuatro agrupamientos místicos de letras, componiendo cada uno el Nombre Divino, y deletreando juntas las treinta y dos Sendas de la Sabiduría. En ese momento desciende de ese firmamento un rocío, destilado a través de las letras del misterio del Nombre Divino, que forma el alimento de todas las santas legiones y huestes celestiales, que lo recogen gozosamente. Cuando el castigo pende sobre el mundo, la primera de cada par de estas letras es absorbida en la segunda, quedando así solamente Tet, Jet, Zain, Vav (TJZV). Entonces se mueve una voz desde el norte para que todos sepan que el Rigor prevalece sobre el mundo. En este momento, también, ese firmamento toma un color que abarca todos los colores. Cuando hay un movimiento en el lado oriental del firmamento, abarca las mencionadas cuatro Bestias Santas de cuatro rostros con las letras, que se elevan todas hacia arriba. Entonces reaparecen las letras ocultas, restaurando el místico agrupamiento literal de Alef-Tet, Bet-Jet, Guimel-Zain, Dalet-Vav. El firmamento es irradiado. una resonante voz sale de las letras, llegando hasta los cielos más altos, y nuevamente se difunden en plenitud, para quienes vienen a participar de ellos, alimento celestial y bendiciones. Entonces las letras, a su vez, hacen el giro del firmamento hasta que alcanzan el lado meridional; entonces ascienden centelleando con un destello de fuego. Entonces, en el centro de ese firmamento es trazada una letra, Yod, seguida por otras tres letras flamígeras, o sea, Hei, Vav, Hei. Estas letras oscilan hacia arriba y abajo lanzando trece llamas de fuego. Entonces desciende algo que es absorbido en estas letras y es adornado por ellas corno con una corona, pero permanece oculto. Grande es entonces el júbilo entre todas las huestes y legiones; himnos y alabanzas ascienden a lo alto y el firmamento comienza a rotar y a girar por segunda vez. Entonces, las antes recordadas letras son absorbidas en las letras superiores que contienen el mencionado misterio del Nombre Divino, y las letras que estaban en el centro del firmamento, conteniendo el misterio del Nombre Divino, son ahora trazadas en el lado norte. Son trazadas débilmente, muy débilmente, y no hay nadie que pueda observar regularmente ese lado. Las huestes celestiales estallan entonces en canto melodioso, recitando: "Bendita sea la gloria del Eterno desde su lugar” (Yejezkel, Ezequiel 3, 12) Y repiten lo mismo desde todos los lados. Como el firmamento gira, el volumen del sonido melodioso, con el mismo estribillo, sale de todas las numerosas legiones, en cada uno de los cuatro lados del firmamento. Entonces el firmamento es iluminado por una luz en extremo brillante, más brillante que antes, desplegando, en un modo diferente, un color compuesto de toda la gama de los colores. Y el antes mencionado Nombre Divino de cuatro letras es aumentado con una letra adicional de lo alto, o sea, la letra Vav, resultando en V-JHVH (literalmente, y JHVH) que expresa ambos principios, el masculino y el femenino. Aunque el Nombre Divino sólo es perfecto cuando está compuesto de las nueve letras, es decir, JHVH ELHIM (Elohim). Cuando estas letras se hallan así reunidas, ese firmamento brilla con treinta y dos luces, y todo es júbilo, todo se iunta en una unión recóndita, el mundo superior y el mundo inferior. En ese mismo firmamento, también, hay en el lado norte una luz llameante que nunca se extingue, a la derecha de la cual hay impresiones de otras letras, formando diez Nombres Sagrados, en los que hay implícitos setenta Nombres. Por ese firmamento son llevados todos los firmamentos inferiores dentro de la región de la santidad tan lejos corno hasta el confín de los "otros" firmamentos que pertenecen al "otro lado". Estos últimos se llaman "cortinas de pelo de cabra", a lo cual alude el versículo "y él hizo cortinas de pelo de cabra para una tienda sobre e1 Tabernáculo". Porque hay cortinas y cortinas. Las "cortinas del Tabernáculo" son la contraparte de los firmamentos extendidos sobre las Bestias Santas en el Tabernáculo Santo; mientras que las "cortinas de pelo de cabra" representan firmamentos muy diferentes, los del "otro lado". Las primeras contienen el misterio de las legiones de los espíritus santos; las últimas representan la sustancia de materia mundanal, de apetitos y acciones corporales. Y de ahí que forman la cubierta exterior de los firmamentos interiores, similar a la cáscara que rodea al cerebro. Las últimas se llaman "cielos del Eterno". Opuestos a estos cielos inferiores están los cielos superiores, cielos dentro de cielos, llamados los "cielos de las Bestias Santas", en referencia a las superiores potentes Bestias Santas. Contienen el misterio de la Toráh, y en el cielo más alto de todos, en eI octavo, Binah, están grabadas las veintidós letras del alfabeto. A este cielo lo sostienen las 'superiores potentes Bestias Santas. Contienen el misterio de la Toráh, y en el cielo más alto de todos, en el octavo, Binah, están grabadas las veintidós letras del alfabeto. A este cielo lo sostienen las superiores Bestias Santas y él mismo es de una esencia enteramente oculta, más allá de todo atributo de color, mientras es la fuente y el origen de todos los colores y toda luz. No hay en él ni luz ni oscuridad, pero las almas de los justos, como detrás de una pared, disciernen la luz que envía y que ilumina al cielo supremo; una luz que nunca cesa, una luz que ni es cognoscible ni captable. Hay cielos inferiores y cielos superiores y a unos y otros se refiere el pasaje que dice "los cielos, cielos del Eterno” (Tehilím, Salmos 115, 16) pero este es el cielo supremo, que se levanta sobre todos ellos. Acerca de este punto se da alguna insinuación en los nombres sagrados con los cuales es llamado el Santo, Bendito Sea, pero más allá de este punto no puede llegar ni siquiera el discernimiento de los más sabios, y está totalmente fuera del alcance de nuestras facultades, salvo por un instante demasiado pequeño paró detenerse en él. Feliz es la suerte de todo aquel que puede penetrar en los misterios de su Amo y ser absorbido en El. Un hombre logra esto especialmente cuando ofrenda su plegaria a su Amo en devoción intensa; entonces su voluntad se vuelve como la llama inseparable del carbón y su espíritu se concentra en la unidad de los firmamentos inferiores, para unificarlos por medio de un nombre inferior, luego en la unidad de los firmamentos superiores, y, finalmente, en la absorción de todos ellos en ese firmamento más alto. Mientras la boca y los labios de un hombre se mueven, su corazón y su voluntad deben dirigirse a la altura de las alturas, de modo de reconocer la unidad del todo en virtud del misterio de los misterios en que todas las ideas y voluntades y todos los pensamientos encuentran su meta, es decir, el misterio del En-Sof (Infinito, Ilimitable). Hemos de repetir este mismo empeño en toda plegaria, de modo de adornar cada día con la corona del misterio de su correspondiente día superior, por medio de nuestra plegaria. De noche el hombre ha de imaginarse que está por abandonar este mundo y que su alma lo abandona y retorna al Amo de todo. Porque cada noche el Punto Supremo absorbe en sí las almas de los justos. Hay aquí para el iniciado una verdad recóndita. El firmamento inferior, como ya se mencionó, es sostenido por ese Punto. Más aún, ese firmamento es una fusión de los mundos superior e inferior, teniendo su base en el mundo inferior, como la llama oscura da una lámpara se introduce en la llama blanca de encima mientras tiene su base en una mecha hundida en aceite. Así, durante el día ese Punto está esencialmente encima, pero en la noche está esencialmente abajo, siendo absorbido en las almas de los justos, pues en la noche todas las cosas retornan a su raíz y fuente original. El alma asciende, pues, retornando a su fuente, mientras que el cuerpo permanece quieto como una piedra, regresando así a su propia fuente de origen. Mientras se encuentra en ese estado, el cuerpo está sometido a las influencias del "otro lado", con el resultado de que sus manos se contaminan y permanecen así hasta que son lavadas por la mañana, como se explicó en otra parte. Las almas de los justos, al ascender en la noche a sus propias esferas celestiales, son entretejidas en una corona con la cual el Santo, Bendito Sea, Se adorna. Hay asistentes nocturnos encargados de esas almas, que las llevan a lo alto y las ofrecen como un aceptable sacrificio a su Amo. El capitán supremo de esas legiones lleva el nombre de Suriya, y cada alma, cuando pasa por todos los firmamentos, es primero traída ante él, y él inhala su perfume, como está dicho: "Y él inhalará el perfume del temor del Eterno” (Yeshayahu, Isaías 11, 3) Entonces las toma a 'su cargo y las pasa más alto, hasta que llegan al lugar del sacrificio. Allí todas las almas que están absorbidas en el Punto Supremo; así como una mujer concibe un niño, así el Punto Supremo las concibe, experimentando un arrebatado placer al absorber en sí las almas con todas sus buenas acciones y estudioso de la Toráh realizados durante el día anterior. Entonces las almas vuelven a emerger, es decir, nacen de nuevo, y cada alma es fresca y nueva como en su primer nacimiento. Este es el significado interno de las palabras "Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad” (Eijá, Lamentaciones 3, 23) Es decir, "ellas (las almas) son nuevas cada mañana", porque "grande es tu fidelidad" para absorberlas y luego soltarlas como recién nacidas. Felices son los justos en este mundo y en el mundo por venir. Entonces el día asomó, y R. Abba dijo: Levantémonos y ofrendemos alabanza al Eterno del Mundo. Entonces, después de haber recitado sus plegarias, los Compañeros volvieron a él y dijeron: que quien comenzó el discurso, lo concluya. Feliz es nuestra parte por-que hemos tenido el privilegio de adornar al Santo, Bendito Sea, con la corona de las enseñanzas recónditas de Y bien aunque admitamos que Araseah era un rey, al ver que David conquistó Jerusalem y la hizo suya, como está dicho, "David tomó lá fortaleza de Sion...” (Shmuel 2, 2° de Samuel 5, 7-8 ¿por qué necesitó comprar el lugar de Araunah con dinero? Una explicación sería simplemente que aunque David era el gobernante de Jerusalem, ese lugar era la heredad de Araunah y por lo tanto sólo podía ser tomado de él con su consentimiento; de la misma manera que Ajab, aunque rey y gobernante en Israel, para adquirir el viñedo de Nabot el Jesreelita, primero hubo de obtener el consentimiento de este último. Pero una explicación más profunda es que Araunah efectivamente era rey y gobernante de ese lugar, y cuando llegó el tiempo en que éste saliera de su posesión, ello sólo podía efectuarse a costa de mucha sangre y muerte para Israel. Posteriormente cuando el Angel Destructor, en la ejecución de su obra de matanza, llegó a ese lugar, no podía prevalecer, y su fuerza se agotó. Fue, en realidad, el lugar donde Yitzjak había sido atado sobre el altar que Abraham construyó; y así, cuando el Santo miraba a ese lugar se llenaba de compasión, como leemos, "y cuando estaba por destruirla, el Eterno miró..., y dijo al ángel destructor...” (Divre hayamím, 1, 1° de Crónicas 21, 15) significando que Él miró allí cómo se ataba a Yitzjak, y tuvo compasión de él, e inmediatamente dijo al Angel destructor: "basta...” (Divre hayamím, 1, 1° de Crónicas 21, 15) la palabra "basta" tiene el mismo alcance que la palabra similar en el pasaje "Habéis morado bastante en este monte” (Devarím, Deuteronomio 1, 6). que es como decir: "Este lugar ha estado bastante tiempo en tu posesión; lo has tenido por muchos años, ahora devuélvelo a su dueño legítimo". Y por todo esto sólo se lo pudo conquistar con gran sacrificio de vida y dinero. "¿Cuál es la significación del nombre "Araunah"? El mismo también está escrito "Ornan” (Divre hayamím, 1, 1° de Crónicas 21, 15) Mientras ese lugar estaba en su posesión era llamado Araunah, una palabra de cinco letras, porque en el caso de un avaro así que representa al "otro lado", el agregado de una letra implica una degradación, mientras que para el lado de la santidad la disminución de letras implica una santidad agregada. Observad ahora que el lado santo se llama el arca (axón) del pacto, y tal arca es apropiada para colocar en su interior los restos corporales de un hombre. Por esta razón, cuando los santos y piadosos parten de este mundo, sus cuerpos son colocados en un arca, pues el "otro lado" no ha sido provisto de un cuerpo y nada tiene en común con el cuerpo de Hombre. De José encontramos escrito "y él fue puesto en un ataúd (axón) en Egipto” (Bereshis, génesis 50, 26) donde la palabra vayyisem (y fue puesto) está escrita con doble yod. ¿Por qué razón? porque él guardó de manera inigualada el símbolo del pacto sagrado y por eso mereció ser puesto en el arca. R. Abba lloró aquí, diciendo: ¡Desdichada la humanidad, que no sabe de esta desgracia! ¡Maldición, por su ofensa, dado que cada uno que desea es colocado en un arca! Pues este privilegio ha de ser reservado para aquellos que son conscientes de que nunca en sus vidas han transgredido contra el signo del pacto. Colocar a cualquier otro en el arca es profanarla. Hay cierto simbolismo en esta conexión que la hace apropiada para él y no para otro; y desdichado aquel que, a pesar de su abuso del signo del pacto, es admitido en el arca; desdichado aquel que abusó durante la vida, desdichado él que ahora abusa cuando muerto, desdichado aquel por menoscabar el signo y el arca del pacto sagrado, desdicha para él por el castigo que ha de ejecutarse por los males que cometió en este mundo y por el abuso del arca. A esto se refiere así con los piadosos que son dignos de ascender, aun mientras sus cuerpos perduran. Feliz es su suerte en este mundo y en el mundo por venir. En lo que concierne a los pecadores antes mencionados, no hay pecado tan grave a la vista del Santo como el pecado de pervertir y profanar el signo del pacto sagrado; y quien comete tal ofensa es excluido de la vista de la Shejiná. Está escrito aquí: "Y Betzalel hizo el arca". ¿Por qué los hombres sabios que hicieron el Tabernáculo no hicieron también el arca? La razón es que Betzalel representaba la parte final del cuerpo, el símbolo del pacto sagrado que mantuvo puro, y de ahí que le tocó hacer el arca, que era su parte propia. Entonces todos los Compañeros se acercaron y besaron a R. Abba. Cuando vinieron a R. Simeón y le repitieron todas las exposiciones que habían oído durante el camino, él citó el versículo: "Pero la senda de los justos es como la luz de la aurora, que brilla más y más hasta el día perfecto” (Mishle, Proverbios 4, 18) Dijo: Este versículo ya se expuso en una manera pero hay en él una verdad aún más profunda. "La senda de los justos" es la senda de la verdad, la senda en que el Santo, Bendito Sea, se deleita, la senda por la cual siguen los justos, con el Todopoderoso conduciendo el camino mientras todas las legiones celestiales bajan para escuchar sus exposiciones y enseñanzas; "como la luz de la aurora", es decir, como una luz que continúa sin marchitarse nunca, a diferencia de la senda de los malvados, de la cual está dicho: "el camino de los malvados es como oscuridad ... “ (Mishle, Proverbios 4, 19) El siguiente es otro comentario sobre lo mismo. ¿Cuál es la diferencia entre "senda" (oraj) y "camino" (déref )? Una "senda" es recientemente abierta y poco pisada aún, mientras que un "camino" es una ruta bien usada, ya transitada por muchos pies. De ahí que el andar de los justos se llama "senda", porque son los pioneros que abren una senda nueva para ellos mismos; y aunque otros los hayan precedido, cuando ellos caminan por ella se vuelve una senda nueva, como si nunca se la hubiera pisado antes. Porque ellos la transforman en virtud de las muchas sublimes y santas enseñanzas con que deleitan al Santo. Más aún, la Shejiná anda ahora por esa senda, lo que no hizo antes. Pero "camino", de otro lado, es una ruta coman, abierta a todos y pisada aún por los malvados. Esto se insinúa en las palabras "Que hace un camino (déref) en ,el mar” (Mishle, Proverbios 43, 16) empleándose la palabra "camino" porque es accesible al "otro lado", la indeseable influencia que ejerce su poder para contaminar el Tabernáculo, y, así, los justos ,son abandonados a ellos mismos, para regir sobre la región llamada "senda" (oraj), como ya se dijo. "Camino" está así abierto a todos, para este "lado" y su opuesto, y vosotros, ¡oh santos exaltados, —concluyó R. Simeón— habéis entretenido al Visitante (Oréaj) celestial, y habéis enunciado y desplegado exposiciones sublimes en la presencia del Anciano de Días! Feliz es vuestra suerte. R. Simeón siguió discurriendo y citó el versículo: "Y Josué, hijo de Nun, fue lleno de espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él” (Devarím, Deuteronomio 34, 9) Dijo: En muchos lugares hemos asentado que el rostro de Moisés era como el rostro del sol, mientras que el de Josué era ceno el de la luna. Pues la luna no tiene luz propia, sino que recibe su luz por reflejo del sol hasta que se vuelve plena, cuando se puede decir que alcanzó su estado de acabamiento. La condición de completa de la luna es cuando ella se llama "reflejo" (demuth), en relación al Sol superior llamado JHVH, porque recibe este nombre solamente cuando está completa, pues tiene muchos nombres de acuerdo a sus varias manifestaciones. Así, cuando está completa en todos los lados se llama JHVH, correspondiendo su condición de completa a la completitud más elevada. espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él", esto es, derramó bendiciones sobre él y, por así decirlo, por él se llenó el pozo. R. Simeón concluyó: Y vosotros, santos exaltados, cada uno de vosotros está lleno del espíritu de sabiduría y ha alcanzado la fase plena de la sabiduría mística, tanto más que el Santo, Bendito Sea, encontró deleite en vosotros y ha puesto Sus manos sobre vosotros. Feliz es mi suerte porque mis ojos han visto esto, o sea la plenitud del espíritu de sabiduría que hay en vosotros. R. Simeón continuó discurriendo. Citó el versículo: "No comáis nada con sangre. No practiquéis adivinación ni observéis agüe-ros, por la marcha de las nubes” (Vayikrá, L (Vayikrá, Levítico 19, 26) Dijo: La enseñanza esotérica de este versículo es que si un hombre come antes de haber rezado por su sangre, como debía, es como si estuviera practicando adivinación y agorería. Pues en la noche el alma del hombre asciende al cielo para mirar el misterio de encuentra en un estado de pureza, porque, como ya se explicó en otra parte, el "otro lado" tiene dominio cuando el alma está ausente. Primero, ha de purificarse con agua, pero aun entonces, y aun estando dedicado al estudio de la Toráh, el alma no reasume su anterior lugar y dominio. Todavía es sostenido solamente por la fuerza vital de la sangre, la fuerza que se llama néfesch (alma), que impregna la sangre. Solamente cuando adora a su Amo con la plegaria, esa fuerza sanguínea recupera su posición normal, de modo que el alma vuelve a adquirir su control en su propia esfera. Es así como el hombre alcanza su propia y perfecta condición, con la fuerza vital (néfesch) abajo y el alma arriba. De ahí gire si un hombre reza antes de comer, se pone en condición apropiada, pero si come antes de rezar para que su sangre reasuma su esfera propia, es como si estuviera practicando adivinación y agorería, dado que este es el camino del adivino de elevar el "otro lado" y degradar el lado de la santidad. El término menajesch (adivino) está emparentado con najasch. (serpiente). El adivino se llama así porque se entrega a cual se edifique por medio de la acción meritoria y la santidad y sacrificio y ofrendas de holocausto. Entonces, la construcción de este mundo se efectúa cuando recitamos las obras de la creación, alabando al Todopoderoso por cada obra separada a trapés de nuestra lectura de los Salmos de Aleuya, como "Alabadlo, vosotras todas estrellas de luz, alabadlo, vosotros cielos de cielos...” (Tehilím, Salmos 148, 3-4.) Esto es para el sostén de este mundo. El tercer pro-ceso se forja en el mundo superior con todas sus huestes sobre huestes y legiones sobre legiones. Así recitamos: "creador de espíritus auxiliares... y los Ofanim y las santas Jayot...". Finalmente viene el cuarto proceso, que se forja sobre el Nombre Divino, que; por medio de nuestra plegaria, se torna perfecto. R. Simeón concluyó: Feliz es vuestra parte en este mundo y en el mundo por venir. Este es verdaderamente el efecto de los preceptos que lleváis a cabo por medio de la plegaria. Luego discurrió de la manera siguiente. Está escrito: "Tú temerás al Eterno tu Dios” (Devarím, Deuteronomio 10, 20.) y, también, "y temerás a tu El Eterno (melohcjo, literalmente, de tu Dios" (Vayikrá, L (Vayikrá, Levítico 19, 14). ¿Por qué en el último pasaje está escrito "de tu Dios" y no simplemente "a tu Dios", como en el pasaje anterior? La preposición "de" señala, sin embargo, el lugar que está ligado al "cerebro" y lo rodea. Ese lugar es el fuego central que rodea al fuego íntimo. Porque en relación con esto hay tres variedades de fuego. La primera es el fuego que recibe fuego con júbilo, juntándose los dos en amor y goza; el segundo es ese del cual está escrito "y había resplandor (nogah) en el fuego” (Yejezkel, Ezequiel 1, 13). es el fuego íntimo que goza en la presencia del otro fuego. Entonces viene el tercer fuego que rodea a ese resplandor y en el cual reside el terror de la Severidad para el castigo de los malvadas. En realidad hay también una enseñanza que habla de cuatro variedades de fuego, cuatro que en esencia son uno. Pero es en el fuego arriba mencionado que reside el terror de la Severidad. De ahí "temerás (lo que viene) de tu El Eterno", que significa: "Tu temor partirá de, o será inspirado por, Su castigo". Además, hemos de combinar, temor con amor, temor en un lado y amor en el otro. Hemos de temer debido al castigo que proviene de un lado por la transgresión de los preceptos de la Toráh, porque una vez comenzado esto, el lado que los inflige nunca descansa hasta que el transgresor es exterminado de este mundo y del mundo por venir. Así, el hombre ha de temer ese fuego que es el asiento del temor. Ese fuego se extiende hacia afuera en otro fuego, que pertenece a otro objeto de temor, respecto de lo cual está escrito "no temeréis a los dioses de los Amoritas” (Shofetím Jueces 6, 10). Pero el fuego antes mencionado pertenece al lado santo, y es el que rodea a ese resplandor (nogah) antes mencionado. El otro y extraño fuego a veces se une a este fuego, y otras veces se aparta de él. Cuando se junta, se convierte en oscuridad de modo de oscurecer y cerrar la luz de los otros fuegos. Después del temor viene el amor. cabalísticamente esto se expresa diciendo: "después de que el miedo ha revoloteado sobre la cabeza de una persona, despierta el amor, que pertenece al lado derecho". Porque quien adoró por amor se vincula a una región muy sublime y a la santidad del "Mundo que será", por la razón del amor que asciende al "lado derecho" para su vinculación y adorno. Pero no penséis que el culto que viene del lado del miedo no es culto del todo. En verdad, es culto que ha de ser altamente valorado. Pero no asciende, de modo de unirse a la parte más elevada de la esfera superior. Esta está reservada para el culto que se inspira en amor, y quien adora en un espíritu de amor es persona destinada al mundo futuro. Feliz es la parte de uno que ejerce dominio sobre la región del miedo, siendo el amor el único poder que domina al miedo en virtud de que pertenece a la recóndita influencia de De ahí la importancia de la primera redención, la redención de Egipto, que comprendía todas las cuatro redenciones. La exposición esotérica del asunto es como sigue. Cuando la Shejiná dejó el exilio de Egipto, suplicó al Santo, Bendito Sea, que pudiese entonces ser redimida con una cuádruple redención, correspondiente a los cuatro exilios, de modo que pudiese permanecer libre y no ser apartada nunca más. Este pedido fue otorgado, y así el éxodo abarcó paró la Shejiná todas las cuatro redenciones. Por eso, en el momento de la unión de Ella con su Esposo celestial es necesario, para el despliegue, por así decirlo, de la redención de Egipto, que abarque las cuatro redenciones. De ahí que en el recitado de esa redención hemos de repetir cuatro veces el término "verdadero" antes de llegar a la porción que empieza con "Tú fuiste la ayuda de nuestros padres...", una plegaria que es un firme apoyo para todo Israel. Entonces, en el curso del recitado "Tú fuiste...", el término "verdadero" vuelve cuatro veces, con lo cual fortalecemos, confirmamos y corroboramos las mismas cuatro redenciones con el sello y el timbre del Rey. Si las cuatro redenciones no hubieran estado comprendidas en el Éxodo durante todo el exilio, Ella no habría obtenido sus adornos de modo de manifestar la unidad del Nombre Divino. Así, hemos de mencionar la redención de Egipto en cada recitado de Este versículo presenta una dificultad al emplear la palabra nidbru (literalmente, fueron hablados) en vez de dibru (hablaron). Pero lo que significa es la repetición de las palabras habladas sobre la tierra en el mundo superior, por todas las legiones y huestes sagradas. Porque las palabras de cómo son reflejadas en sus palabras que ascienden a lo alto. Esta doctrina esotérica se encuentra en el Libro de Enoj, donde se dice que todas las palabras de exposición expresadas por los justos sobre la tierra con adornadas con coronas y son dispuestas ante el Santo, Bendito Sea, que se deleita con ellas. Entonces ellas descienden y ascienden do nuevo ante Su presencia en la imagen del hombre justo que les dio expresión, y entonces El Eterno se deleita con esa imagen. Entonces, las palabras son inscriptas en "un libro de recordación ante El", de modo que duran por siempre. "Y aquellos que piensan sobre Su nombre" es una alusión a los que meditan sobre las palabras de la Toráh para con esto abrirse camino a su Amo a través de una visión en el Nombre Divino, de modo de conocerlo a El y equiparse en su corazón con la sabiduría del nombre de El. Está escrito: "y por encima de la expansión que estaba sobre sus cabezas, había como la apariencia de una piedra de záfiro, a semejanza de un trono” (Yejezkel, Ezequiel 1, 26). R. Simeón dijo: Esta expansión es, como vosotros, compañeros, habéis explicado, el firmamento inferior. Feliz es mi parte y feliz es vuestra parte, pues en cuanto al firmamento superior, no hav nadie que pueda nunca discernirlo. Encima de ese firmamento, entonces, hay esa "piedra de zafiro", esa joya preciosa que lo adorna. Dice "a semejanza de un trono", y no `el trono". Porque hay trono y trono. El término "el trono" habría significado el Trono Superior, que no está descubierto y se halla más allá de todo conocimiento y comprensión. Por eso dice aquí "un trono", es decir, un trono inferior. El versículo citado continúa: "y sobre la semejanza del trono, una semejanza como la apariencia de un hombre” (Yejezkel, Ezequiel 1, 26) ¿Por qué decir a la vez "semejanza" y "apariencia", si "semejanza" habría sido suficiente? La' explicación es que el término "semejanza" se refiere a la gloria más elevada, a la imagen del Hombre; mientras que la palabra "apariencia" abarca la semejanza generada en sus palabras de exposición de la Toráh y doctrinas místicas, que ascienden y son coronadas en lo alto, y luego asumen la imagen de hombre, de esos justos que las coronan, para deleite del Santo, Bendito Sea. Y vosotros, Compañeros, observad que el Santo se entretiene ahora con las palabras que pronunciasteis, y estáis ahora ante vuestro Amo según estáis representados por vuestras santas imágenes. Porque cuando yo os vi y miré bien vuestras formas internas, vi que estabais estampados con la impresión mística de Adán, y así supe que vuestra imagen se halla estacionada en lo alto. De esta manera los pastos están destinados a ser distinguidos en el futuro a ojos de todos los hombres y a hacer que su rostro santo se manifieste ante todo el Inundo. Así está escrito: "todos los que lo ven lo reconocerán como que ellos son la simiente que el Seor ha bendecido” (Yeshayahu, Isaías 51, 9) En este punto R. Simeón notó que R. Yose meditaba sobre asuntos mundanales. Le dijo: Yose, levántate y completa tu imagen, pues te falta una letra. R. Yose se levantó entonces y gozosamente se absorbió en exposiciones de la Toráh. R. Simeón lo miró entonces de nuevo, y dijo: R. Yose, ahora eres completo ante el Anciano de Días, y tu imagen es completa. R. Simeón discurrió luego, citando el versículo: "He hicieron la lámina (tzitz) de la santa imagen de oro puro...” (Shemot,Exodo 39, 30), ¿por qué a la lámina se la llama tzitz (literalmente, mirada, atisbo)? Porque era un espejo, que reflejaba el carácter de todo hombre que la miraba. Pues en esa lámina estaban grabadas las letras del Nombre Divino y cuando un justo aparecía ante ella, las letras así grabadas salían y se levantaban luminosas de sus cuencas, de las que brillaba una luz sobre el rostro del hombre con un centelleo tímido. Por un momento el sacerdote notaría el reflejo de las letras en el rostro del hombre; pero al mirar más apretadamente vería nada más que una luz pálida, como el reflejo del brillante oro. Pero la primera mirada momentánea que el sacerdote captaba era para él un signo de que ese hombre era grato al Santo, Bendito Sea, y que estaba destinado al mundo por venir, tanto más que esa luz era una iluminación de lo alto y un signo de favor divino. Por otro lado, si el rostro de un hombre no mostraba tal signo sagrado cuando se hallaba ante la lámina, el sacerdote sabía que ese hombre era un malvado y necesitaba de expiación e intercesión. R. Judá comenzó a discurrir sobre el versículo: "Fija tus ojos en el campo donde ellas segaren, y anda en pos de ellas. . .; y cuando tuvieres sed, vete a las vasijas y bebe del agua” (Ruth 2, 9). Dijo: este versículo plantea un problema, porque su propósito no es de: todo aparente. R. Yitzjak intervino, diciendo: ¿No hay, acaso, muchos más versículos en que ellos cosechan, y sigue tras de ellos", es decir, "tras de tus ojos". Porque la frase "después de ellos" no puede construirse como refiriéndose a los espigadores, pues si así hubiera sido habría estado escrito "y cosecha tú" en vez de "anda tú". Así, Boaz le dijo que fuera "detrás" de sus ojos, habiendo observado que sus ojos llevaban consigo bendición y eran la causa de un múltiple acrecentamiento en la cosecha. Es como si hubiera dicho "a otra gente no le está permitido seguir tras de sus ojos, pero tú puedes seguir tras de los tuyos porque son los productores de múltiples bendiciones". El versículo también puede explicarse de la manera siguiente. Boaz vio, bajo la inspiración del Espíritu Santo, que estaban destinados a salir de ella grandes reyes y gobernantes, a los que se llama los "ojos" del pueblo, como en el pasaje: "entonces será que si fuese cometido algún error por los ojos de la congregación" (Bamidbar, Números 15, 24). que alude al Sanhedrín. Porque, como los miembros del cuerpo deben seguir a los ojos, que son los conductores del cuerpo, así los reyes, los miembros del Sanhedrín y otros gobernantes conducen per el camino que el pueblo ha de seguir. Esto es lo que Boaz indicaba en sus palabras: "que tus ojos sean en el campo". El término "campo" es una referencia a Sion y Jerusalem, como está escrito: "Sion será arada como un campo!” (Mijá, Miqueas 3, 12). y, también, "como el perfume del campo que el Eterno ha bendecido “ (Bereshis, génesis 27, 27). con referencia a Jerusalem. De ahí, "que tus ojos sean sobre el campo", esto es, los gobernantes que estaban destinados a salir de ella tendrían su centro solamente en Jerusalem. Boaz continuó: "Donde ellos cosechan", es decir, que de ese "campo" todos los pueblos del mundo cosecharán ley e iluminación, como
está satisfecho, hace bien y trae gozo a "otra región". Así, aquí "otra región" derivaba gozo de la bendición después de la comida que el justo Baaz pronunció, y así leemos "y su corazón estaba contento". ¿Por qué pronunciar una bendición? Porque el sostén de un hombre es gravoso, por así decirlo, para el Todopoderoso. Pero cuando las palabras de bendición pronunciadas por un hombre después de comer y beber ascienden a lo alto, ese lugar deriva goce de tales palabras, y así el alimento trae beneficio abajo y arriba. Esta es una enseñanza recóndita que los Compañeros conocen. Además, en días de semana "esa región" goza solamente las palabras de la bendición de después de la comida que ascienden a lo alto. En días de Shabbos, en cambio, hay un ¡úbilo en lo alto por la comida misma que sobre la tierra goza el hombre, en virtud de ser parte del santo goce del Shabbos. Así, aquí hay una fusión de lo celestial y lo terrenal. Esta enseñanza recóndita está indicada en el pasaje "porque todo lo que hay, de Ti es; y de lo Tuyo propio nosotros Te hemos dado” (Divre hayamím, 1, 1° de Crónicas 29, 14) que alude al goce en el cielo del santo gozo en las comidas sabáticas de que se participa abajo. Todo aquel que pronuncia la bendición de después de la comida debe hacerlo devotamente y con ánimo gozoso, no mezclado con ningún matiz de tristeza, tanto más que al dar gracias da algo de lo suyo a otro. Y así, como da gracias gozosamente y sin escatimar, así le será dado sostén gozosamente y sin escatimar. Con las bendiciones, que comienzan cada una con "Bendito eres Tú", son sostenidas las cuatro legiones que gobiernan sobre los cuatro rincones del mundo. De ahí que debemos recitarlas con sinceridad. Así Y así de aquí aprendemos que quien pronuncia el agradecimiento de después de la comida gozosamente y con devoción, cuando deja este mundo hay para él preparado un lugar en las mansiones sagradas y misteriosas. Feliz el hombre. que presta atención a los preceptos de su Amo y conoce su significación recóndita, pues no hay en la Toráh precepto que no contenga múltiples enseñanzas recónditas sublimes y radiaciones y resplandores; pero los hijos de los hombres no conocen ni prestan atención a la gloria de su Amo. Feliz es la parte de los justos que son asiduos en el estudio de la Toráh; felices son en este mundo y en el mundo por venir. Nuestros sabios han dicho que los arrogantes y desvergonzados no tienen porción en este mundo ni en el mundo por venir. Todos los arrogantes de Israel, cuando miraban a Y quien la estudia debe reflexionar profundamente sobre la manera en que se llevó a cabo; y con recitarla diariamente con devoción un hombre merece una parte en este mundo y en el mundo por venir, y aleja la muerte de él mismo y del mundo, y es salvado de todos los castigos en este mundo, de los "malos lados", del castigo del guehinóm y de poderes extraños. Guando la columna de humo ascendía del Incienso que era quemado, el sacerdote veía las letras místicas del Nombre Divino ascendiendo a lo alto en esa columna. Entonces numerosas legiones santas rodeaban la columna en todos los lados hasta que salía en medio de luz y alegría a la región donde difundía júbilo y unía el mundo superior y el mundo inferior en uná unidad completa, logrando con ella expiación por el mal espíritu en el hombre y por la idolatría, que es del "otro lado". R. Simeón discurrió sobre el versículo: "Y harás un altar (mizbeaj) para quemar el incienso” (Shemót, Exodo 30, 1). Dijo: Este versículo plantea un problema, porque encontramos que había dos altares, o sea, el altar del holocausto y el altar del incienso, el primera el altar exterior y el segundo el interior. Y bien, ¿por qué se llamó al altar de incienso mizbeaj (literalmente, lugar de faena), dado que no tenía relación con la faena de animales? La explicación es que este altar era eficaz en derrotar y someter los numerosos poderes del "otro lado", de modo de hacerlos impotentes e incapaces de actuar como acusadores. De ahí el nombre mizbeaj. El "mal lado", cuando veía el humo de incienso ascendiendo en una columna, estaba sometido y huía y era completamente incapaz de acercarse al Tabernáculo. Y bien, porque de ese gozo no participaba nadie fuera del Santo, Bendito Sea, por la razón de que esta ofrenda era tan preciosa a Su vista, ese altar fue colocado en la parte más interna del Tabernáculo, porque era el repositorio de bendiciones, y por eso estaba oculto del ojo del hombre. Acerca de esto esta escrito: "y se colocó entre los muertos y los vivos; y así se detuvo la mortandad” (Bamidbar, Números 17, 13) Porque Aarón encadenó al Angel de la Muerte de modo que no ejerciera dominio ni ejecutara ningún juicio. Es enseñanza tradicional que allí donde la gente recita con devoción cordial la parte que se relaciona con el incienso, allí habrá inmunidad de la muerte y el daño; ni tendrá ninguna otra nación poder sobre ese lugar. El "nombre, "altar para quemar incienso", nos dice, además, que ese altar debía ser consagrado por la quema de incienso. Además, de acuerdo con la versión caldea, nos enseña que está prohibido quemar incienso en cualquier lugar, salvo sobre carbones de fuego tomados con el censario de ese altar. Observad que quien es perseguido per el Rigor necesita el remedio de quemar incienso para salvarse, como también arrepentimiento ante su Amo. Esto le ayuda mucho para mantener alejado el castigo. Eso seguramente resultará si el hombre está acostumbrado a recitar dos veces por día la ordenanza sobre el incienso, por la mañana y al anochecer, en correspondencia con el precepto, "Y Aarón quemará sobre él incienso aromático; todas las mañanas... en la lámpara lo quemará” (Shemót, Exodo 30, 7-8) Y, más aún, este servicio sostiene perfectamente al mundo, como lo indica la frase "incienso perpetuo es delante del Eterno, en todas vuestras generaciones” (Shemót, Exodo 30, La purificación de una mujer redunda en satisfacción de su esposo. Así, esotéricamente, hemos de leer esa ordenanza como si dijera' "torna contigo especia aromática con el fin de apartar la mala mancha, de modo que la Shejiná y Su Esposo puedan unirse en unión santificada". Feliz es así la parte de Moisés. De manera similar leemos: "Toma para ti un becerro para ofrenda por el pecado!” (Vayikrá, Levítico 9, 2) una ordenanza dirigida personalmente a Aarón para expiar el pecado del becerro de oro trajo sobre Israel. De este modo, aquí a Moisés se le ordenó: "toma contigo", es decir, "toma para tu beneficio y uso" el incienso (ketoret), que es potente para juntar (katar), para iluminar y apartar la mala mancha. Todo esto sigue a la oculta virtud del incienso, sin la cual no sería eliminada. Así todo depende de esa virtud. Observad que era costumbre que la ofrenda del incienso precediera a todos los otros servicios, y de ahí que su recitado debe ser un preludio a nuestro servicio de himnos y alabanzas, pues éstos no ascienden y no se logra el requerido ajuste y unidad hasta que la mala manoha es apartada. En efecto, Es verdad que cuando las almas por emerger son tales como para entrar en cuerpos santificados, ella no está presente por no tener dominio sobre tales almas. Pero en los otros casos, R. Simeón dijo: En el tiempo cuando los muertos serán despertados y en preparación para la resurrección en Tierra Santa, legiones sobre legiones se levantarán sobre el suelo de Galilea, pues es allí donde Moshiaj está destinado a revelarse. Porque esa es la parte de José, y fue la primera porción de Tierra Santa que fue destruida y fue desde allí que el exilio de Israel y su dispersión entre las naciones comenzó, como dice posesión de Israel se extenderá hasta alcanzar Damietta de los romanos, y aun allí estudiarán la Toráh. Todo esto ya se asentó y armoniza con el pasaje que dice: "Despertad y cantad, vosotros que residís en el polvo...” (Yeshayahu, Isaías 26, 19). . Bendito sea el Eterno por siempre jamás. 'Amén y Amén! |
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