ZOHAR Mishpatim
MISHPATIM
Y estas son las leyes que les expondrás. R. Simeón introdujo aquí el tema de la transmigración de las almas, diciendo: Onkelos traduce las palabras arriba citadas como sigue: “Estas son las leyes que ordenarás ante ellos”. En otras palabras, “Estos son los órdenes de la metempsicosis; los juicios de las almas por los que cada una recibe su castigo apropiado”. Asociados, ha llegado ahora el tiempo de revelar diversos misterios ocultos y secretos acerca de la trasmigración de las ¿puede un hombre de tu versación preguntar esto? Este versículo seguramente habla del alma del Justo y nos enseña que aunque ella puede tener que pasar la trasmigración en alguna de éstas, aun en un siervo o una sierva, o en un animal, sin embargo “no harás ninguna clase de trabajo” o, lo que es la misma cosa, “no lo harás servir como un siervo”. Pero, hombre viejo, la dificultad es ésta. Dado que Shabos es una hija única y que ella es la pareja del Justo, ¿qué significan las palabras de nuestro texto “si le toma otra mujer”? El contestó: estas palabras se refieren a los días de semana. ¿Qué simbolizan éstos? preguntó. El dijo: Estos son la sierva que es el cuerpo de la única hija. Observad esto. Hay un alma que se llama sierva y hay también un Desventurada es el alma cuando ella abandona este mundo después de haber estado unida a un hombre que se ha apartado de la senda recta. Ella desea ascender a las alturas, en medio de las huestes santas; porque huestes santas están a lo largo del camino al Paraíso, y huestes “extrañas” se alinean junto al otro camino, al guehinóm. Entonces, si el alma es digna y lleva la preciosa vestidura protectora, multitudes de huestes santas se hallan prontas para unírsele y acompañarla al Paraíso. Pero si ella no tiene esa vestidura, las huestes “extrañas” la compelen a tomar la senda que conduce al guehinóm. Son ángeles de destrucción y confusión, que complacidos se vengarán en ella. Pero “El no tendrá poder de venderla a nación extraña”, si “Su vestidura está sobre ella”, con la que el Santo la guarda de “naciones extrañas”, de los ángeles de destrucción y despojo. Y se la hubiere destinado para su hijo, hará con ella conforme a lo usual con las hijas. ¡Cuan cuidadoso debe ser el hombre para no andar en un camino torcido en este mundo! Porque si se habrá mostrado digno en este mundo, habiendo cuidado su alma con todo celo, entonces el Santo, Bendito Sea, estará con él muy complacido y lo alabará diariamente ante Su Familia Celestial, diciendo: “¡Ved el hijo santo que yo tengo en el mundo inferior! Ved qué actos ha realizado, cuan rectos son sus caminos”. Y cuando un alma así deja este mundo, pura, brillante y no ensuciada, el Santo la ilumina diariamente con innumerables esplendores y proclama a su respecto: “Esta es el alma de mi hijo fulano de tal; que sea guardada para el cuerpo que ella ha abandonado”. Esta es la significación de las palabras: “Y si la hubiere destinado para su hijo, hará con ella conforme a lo usual con las hijas”. ¿Cuál es el significado de las palabras “conforme a lo usual con las hijas”? Es este un secreto confiado solamente a la guarda de los sabios, y he aquí su sustancia. En el medio de una peña potente, un firmamento muy recóndito, esta colocado un Palacio que se llama el Palacio del Amor. Es ésta la región en la cual están acumulados los tesoros del Rey y todos Sus besos de amor están allí. Todas las almas queridas por el Santo entran en ese Palacio. Y cuando el Rey aparece, “Yaakov besa a Raquel”(Bereishis, génesis 29:11). esto es, el Eterno descubre cada alma santa, y toma a cada una por turno hacia Sí, mimándola y acariciándola, actuando “'hacia ella conforme a lo usual con las hijas”, como un padre trata a su hija querida, mimándola y acariciándola y dándole obsequios. “Porque nunca jamás oyeron ni con los oídos percibieron, ni ojo de nadie ha visto un El Eterno fuera de ti, que haga así por aquel que espera en Él”(Yeshayahu, Isaías 64:3). como esa “hija”, el alma ha hecho su obra en este mundo, así el Santo “hará” Su obra con ella en el mundo por venir. Entonces el viejo hombre se prosternó en actitud de orante, lloró de nuevo y continuó: Si tomare para sí otra mujer, no le disminuirá nada de su comida ni de su vestido, ni de su derecho matrimonial”. Estos son los tres Nombres supremos que “ningún ojo ha visto, fuera de ti, oh El Eterno”(Yeshayahu, Isaías 64:8). todos los cuales están en el mundo por venir y salen de allí. Uno se llama “Sheerah” (su alimento), es decir, la emanación de la irradiación, la fuente de lo que no se puede descubrir. Es el alimento que nutre todo y se llama Y HVH con los puntos vocales de Elohim. El segundo se llama “su vestido”: la vestidura del Rey que se extiende sobre el alma y la protege siempre, otra emanación de la luz. ¿Y qué representa el derecho matrimoniar? Esta es la abundancia de luz y vida del mundo por venir en el que todo es bendición. Es Y HVH Zebakot que brilla con todas las luces ocultas del Árbol de Vida y donde está escondido el misterio de las relaciones conyugales y de donde emana. Estas tres manifestaciones de contienen un misterio de misterios, como sólo se confía a los más sabios de los sabios. Ante todo se debe mencionar una cosa. En el día Sábado, cuando el día es santificado, emergen del Árbol de Vida miríadas de almas nuevas, y éstas son insufladas en los residentes de la tierra y entran en ellos y permanecen en ellos durante todo el Sábado, y a la terminación del Sábado todas estas almas ascienden una vez más a las regiones de la luz, para coronarse allí con coronas santas de brillo y esplendor superiores. Y así como al nacimiento del hombre el Santo lo provee de un alma, así también El lo provee con esta “otra” alma especialmente para el sábado. Y al mismo tiempo sin “disminuir” el alimento, el vestido, etc., de su alma de día de semana. Al llegar a este punto de su exposición, el viejo hombre lloró de nuevo y luego, dirigiéndose a sí mismo, exclamó: ¡Viejo, viejo! Cuán largamente y cuan diligentemente has trabajado según las palabras de la sabiduría, para poder captar estos misterios santos; y ahora los derramas en un momento. Y, sin embargo, ¡cómo fue posible que guardaras estas palabras y no las expresaras, pues continúa: “Que edifica Sus altas cámaras en las aguas”: aquí tenemos la emergencia en júbilo del Árbol de Vida, el “Río que sale de Edén”, con los dos brotes de sauce, a que se refieren las palabras “altas cámaras”, arraigadas en las aguas, de modo que se torna “como árbol plantado junto a las aguas, que “.extiende sus raíces hacia la corriente” (Yeremiyahu, Jeremías 17: y vio a través de ella todas las vistas con que se lo festejó allí. Cuando el viejo alcanzó a este punto hizo una pausa, y los dos rabíes se prosternaron ante él, lloraron y dijeron: si hubiéramos venido a este mundo sólo para oír éstas tus palabras de tu boca, habría sido suficiente. El dijo: asociados, yo no empecé a hablar a vosotros meramente para deciros lo que os he dicho hasta ahora, porque seguramente un viejo como yo no ha de limitarse a un dicho, haciendo un ruido como de una sola moneda en una botija. Cuántos seres humanos viven en confusión mental, no mirando el camino de la verdad que hay en la Toráh; la Toráh que los llama día a día hacia ella en amor, pero, desdichados, ellos ni siquiera dan vuelta las cabezas. Efectivamente!, como he dicho, deja salir una palabra que por un instante emerge de su envoltura, y luego se oculta de nuevo. Pero ella solamente hace esto para aquellos que la entienden y obedecen. Ella es como una hermosa y digna damisela que se talla oculta en una cámara apartada de un palacio y que tiene un amante del cual nadie, salvo ella, sabe. Por su amor por ella, él pasa constantemente por su puerta, dirigiendo sus ojos a todos los lados para encontrarla. ¿Qué hace ella, sabiendo que él siempre anda por el palacio? Abre un poco la puerta en su oculto palacio, descubre por un momento su rostro para su amante, y luego apresuradamente lo vuelve a esconder. Nadie, salvo él, lo advierte. Pero su corazón y alma y todo lo que hay en él tiende a ella, sabiendo como él sabe que ella se le reveló por un momento porque lo ama. Lo mismo ocurre con es puesta y los hombres son juzgados cada día en todos los tiempos y cómo son traídos ante el tribunal, antes de entrar en este mundo y después de que lo abandonan. No perciben las muchas transmigraciones y las muchas obras misteriosas que el Santo lleva a cabo con muchas almas desnudas y cuántos espíritus desnudos merodean en el otro mundo sin ser capaces de entrar en el velo del Palacio del Rey. Muchos son los mundos a través de los cuales dan vueltas, y cada revolución es maravillosa en muchos caminos ocultos, pero los hombres no conocen ni perciben estas cosas. Tampoco saben cómo ruedan “cual una piedra en una honda”(Shmuel Samuel 25:29). Y como hemos empezado a descubrir estos misterios, es oportuno revelar que todas las almas (neschamá) emanan de un Árbol alto y potente, de ese “Río que sale de Edén”(Bereishis, génesis 2:10). y todos los espíritus (rúaj) de otro Árbol más pequeño —las almas de arriba y los espíritus de abajo— y se unen según la manera de varón y hembra. Y cuando ellos (alma y espíritu) te unen, brillan con una luz celestial y, en su unión, se los designa “Lámpara”, como está dicho. “La lámpara del Eterno es el alma del hombre”(Mishlei, Proverbios 20:27). Siendo NeR (lámpara) la abreviación de Neschamá— Rúaj (alma—espíritu). Alma y espíritu, la unión del masculino y el femenino, producen luz, pero si están separados no dan luz. El alma se enrolla en el espíritu para ocupar su puesto en la región superior, en el Palacio oculto, como está escrito: “Porque el espíritu desfallecería (Yatof) delante de mí, y las almas que Yo he hecho” (Yeshayahu, Isaías 57:16). Allí arriba, en el Jardín, en el Palacio, el alma se enrolla en el espíritu de manera debida. Y cuando el alma desciende al Paraíso inferior, ella se enrolla en otro espíritu inferior —el alma del prosélito—, acerca de la cual hemos hablado antes, un espíritu qué emana de ese Paraíso inferior y tiene su morada allí. Y el alma se viste en este mundo con todos estos varios espíritus, y así mora aquí. Y el espíritu que ha abandonado este mundo sin procreación, sin engendrar hijos, pasa por transmigración constante, sin encontrar descanso, y rodando “como una piedra en una honda” hasta que viene un “redentor”, el levir, o hermano del marido, según Deuteronomio 25, 8,9, para redimirla y devolverla al mismo “navío” que usó antes y al cual tiende con corazón y alma, como al asociado de su vida, en la unión de espíritu con espíritu. Este “redentor” vuelve a construir ese espíritu. Porque el espíritu que fue dejado por el fallecido aun tendiendo a ese “navío” no se ha perdido, pues nada se pierde en el mundo, sino que aún está allí y busca retornar a su base; y así el “redentor” lo trae y lo vuelve a construir en su lugar Y se toma una nueva creación, un espíritu nuevo en un cuerpo nuevo. Se puede decir “el espíritu vuelve a ser como fue”: es así, pero sólo ha sido construido por el mérito del otro espíritu que fue dejado en ese recipiente. Hay aquí un misterio profundo. Según el Libro de Enoj, este “edificio es efectivamente construido por el otro espíritu que fue dejado en el ‘navío “ y que arrastra tras de sí al espíritu que merodea en el aire desnudo y solitario; y estos dos espíritus están soldados juntos, y si la persona es digna de ser construida de nuevo, los dos espíritus se vuelven realmente uno, un órgano en el cual pueda alojarse un alma superior. Porque exactamente como otros hombres tienen un espíritu que es tomado por esa alma superior y otro espíritu más elevado, y esa alma superior está vestida con ambos, así hay aquí dos espíritus para que se aloje en ellos el alma superior, y para ellos otro cuerpo, que ahora es construido de nuevo, el niño que ha de dar a luz la viuda que se casó con el pariente cercano. Surge ahora la pregunta: ¿Qué ocurre con el cuerpo del hombre que murió sin prole? ¿Está perdido porque no tuvo el mérito de producir un descendiente? En este caso fue en vano que él procurara guardar los mandamientos de la Toráh: y aun si guardó solamente un mandamiento, sabemos que “aun los más vacíos en Israel están llenos de buenas acciones como una granada está llena de granos”. Este cuerpo, aunque no se lo encontró digno de producir descendencia, fue, sin embargo, capaz de cumplir otros mandamientos, ¿y todo habrá sido en vano? Amigos, amigos, abrid anchos vuestros ojos para que podáis ver más claramente, porque sé que ahora imagináis que tales cuerpos son meras figuras en el vacío, incapaces de existencia sostenida. Pero no es así, y debéis cuidaros de tales pensamientos. “¿Quién podrá decir las poderosas obras del Eterno? ¿Quién podrá contar todas sus alabanzas?” (Tehilim, Salmos 106:2). El cuerpo del primer marido no está perdido: al contrario, tendrá una existencia en el tiempo por venir, porque ya ha sufrido un castigo suficiente. El santo nunca escatima la retribución de toda creatura que El ha creado, excepto de las que han abandonado enteramente la fe y en Las que nada bueno hay y excepto aquellas que no se han inclinado en la plegaria Modim, palabra que inicia una de las Diez y ocho Bendiciones. A estas el Santo las convierte en otras creaturas, porque ese cuerpo nunca será de nuevo construido en la forma de un hombre y nunca se levantará. Pero ello no ocurre con estas de que estamos hablando. Entonces, ¿qué hace el Santo si ese espíritu tuvo mérito de ser perfeccionado en este mundo en el cuerpo del otro? Observad ahora. El “redentor” trae en su espíritu, que va se mezcla con el espíritu en el “navío”, con el resultado de que hay allí tres espíritus: uno que fue dejado allí por el marido muerto; uno que ahora está desnudo pero es devuelto allí como a su base (el espíritu del marido muerto); y uno que el “redentor” introduce allí ahora. Esto parecería imposible. Pero mirad las potentes obras del Eterno. El espíritu que el “redentor” introdujo se vuelve la vestidura del alma del muerto, tomando el lugar del alma del prosélito, y el espíritu desnudo que ha vuelto allí, para ser construido, se vuelve la envoltura para el alma santa superior del fallecido. Y el espíritu que dejó el fallecido, tendiendo al “navío”, vuela de allí, y el Santo prepara para él un lugar en la región misteriosa de la abertura de la roca que está detrás de las paredes del Paraíso. Allí es guardada y entra eventualmente en el primer cuerpo, junto con el cual se levantará en fulano de tal a mengano”, no se hace acerca de él desde arriba. Porque su pareja se le ha perdido, la única que tendría se ha convertido en su madre, y su hermano se ha vuelto su padre, es decir, es el padre del fallecido que murió sin retoño, y su mujer, a quien se debe su cuerpo, ha de ser “construida” de nuevo. El viejo vivió a hablar diciéndose: Viejo, viejo, ¿qué has hecho? Oh si te hubieras mantenido silencioso. Verdaderamente te has lanzado al gran mar sin timón y sin vela. ¿Qué harás ahora? ¿Ascenderás? No puedes. ¿Descenderás? Es imposible: el abismo profundo te tragará. ¿Qué harás? Oh, viejo, viejo. No puedes retroceder. Pero que no te fallen tu espíritu o tu fuerza, porque sabes que ningún otro hombre en tu generación se ha aventurado a lanzarse en una pequeña embarcación en el ancho mar como tú lo estás haciendo. El hijo de Yojai sabe cómo guardar su camino y aun él cuando entra en las peligrosas aguas profundas de los mares altos, primero mira en torno suyo para ver si será capaz de cruzar. Pero tú, viejo, no hiciste así. Y bien, viejo, como has llegado a este paso, no amengües tus esfuerzos, no cedas. Navega a la derecha y a la izquierda, a lo largo y a lo ancho, abajo en la profundidad, y arriba a las alturas. No te amilanes, viejo, viejo, ten coraje. Con cuántos gigantes has luchado y cuántas batallas has ganado. El lloró, y luego comenzó de nuevo. Está escrito: “Salid, oh hijas de Sion, y ved al rey Salomón, con la diadema con que lo coronó su madre en el día de sus desposorios y en el día de la alegría de su corazón” (Shir hashirim, Cantar de los Cantares 3:11). Este versículo ya se explicó apropiadamente, pero aún podemos preguntar: ¿cómo se han de entender las palabras “salid, oh hijas de Sion y ved al rey Salomón”? Sabemos que este título se refiere al Rey de comerá de él” (Vayikra, Levítico 22:13). Ya hemos señalado lo que significa “la hija del sacerdote”. Si fuera una “viuda” del primer cuerpo, “divorciada” no siendo capaz de penetrar en el atrio del Rey —porque quienes no están en la esfera del reino Masculino no tienen parte en él— “no teniendo hijo”, porque si tiene, no se hundiría en la esfera Femenina, “y ha vuelto a al casa de su padre”, es decir, al reino de mundo de que fue su esposa. Bien, ¿qué se hace de este espíritu? Suponiendo que ella vuelve a casarse, ¿es posible que dos espíritus diferentes de dos hombres residan en un cuerpo? Porque en este caso o es cuestión de un “redentor”, porque el primer marido ha tenido hijos. ¿Entonces este espíritu se pierde enteramente? No, esto no puede ser. El mismo problema surge también cuando la viuda no vuelve a casarse. ¿Qué se hace del espíritu de su marido que adhiere a ella? Todo esto se ha de explicar. ¡Viejo, viejo! Ve lo que has hecho y lo que has tomado sobre tí. Levántate, oh viejo, y prosigue tu travesía. Levántate, viejo, y humíllate ante tu Amo. El entonces, continuó: “Oh Eterno, no se ha ensoberbecido mi corazón, ni se han enaltecido mis ojos; y no ando en grandezas, ni en cosas demasiado maravillosas para mí” (Tehilim, Salmo 131:1). Esto lo dijo el Rey David; el fue un gran rey, supremo sobre todos los reyes y gobernantes del Oriente al Occidente y, sin embargo, a su mente nunca se le ocurrió apartarse de la senda recta, porque siempre fue humilde ante el Eterno. Guando estudiaba la Toráh juntaba toda su fuerza como león, y sus ojos al mismo tiempo miraban abajo, a la tierra, desde el pavor de su Eterno, y cuando andaba entre el pueblo no mostraba lactancia. Por eso dijo “no se ha ensoberbecido mi corazón, ni se han enaltecido mis ojos, aunque soy un rey poderoso, cuando estoy ante Ti estudiando la Toráh, no ando en grandeza ni jactancia cuando ando entre el pueblo”. Y bien, si David fue tan humilde, cuánto más ha de serlo la gente común. Y yo, como he de estar ante el Rey Santo en humildad y con ojos que miran hacia abajo, lejos de mi el hincharme cuando trato con palabras santas de la Toráh. Lloró y sus lágrimas rodaron hasta su barba. Dijo: Viejo, viejo, débil en fuerza, cuan bellas las lágrimas de tus mejillas, como “el buen ungüento” sobre la cabeza, que desciende sobre la barba, la barba de Aarón” (Tehilim, Salmos133:2). Di tus palabras, viejo, porque el Rey Santo está aquí. Entonces, ¿qué se hace del espíritu de un hombre común cuya viuda ha vuelto a casarse? ¡Venid y ved las obras maravillosas y potentes del Rey Santo! ¿Quién puede expresarlas? Cuando el espíritu del segundo marido entra en el cuerpo de la mujer, el espíritu del primer marido lucha con él, y no pueden vivir juntos en paz, de modo que la mujer nunca es feliz con el segundo marido porque el espíritu del primero la espolea siempre, el recuerdo de él siempre está con ella, haciéndola llorar y añorarlo. En realidad, d espíritu de él se retuerce en ella como una serpiente. Y así pasa un tiempo largo. Si el segundo espíritu prevalece sobre el primero, éste sale. Pero si, como ocurre a menudo, el primero conquista al segundo, ello significa la muerte del segundo marido. Por eso se nos enseña que después de haber una mujer enviudado dos veces nadie ha de casarse con ella de nuevo, porque el ángel de la muerte se apoderó de ella, aunque la mayoría de la gente no lo sabe. Amigos, me doy cuenta de que ahora me objetaréis que en este casa la muerte del segundo marido no estaba de acuerdo con el juicio Divino. Pero no es así. Todo está decidido en juicio correcto, ya sea que un espíritu ha de prevalecer sobre el otro o estar en paz con él; pero quien se casa con una viuda es como uno que se aventura en el océano durante una tormenta, sin timón y sin velas y no sabe si cruzará a salvo o si se hundirá en las profundidades. He dicho que cuando el segundo espíritu prevalece sobre el primero, éste abandona el cuerpo. Pero, ¿adonde va éste? ¿Que se hace de él? Viejo, viejo, ¿qué has hecho? Te propusiste hablar sólo un poco y has llegado tan lejos. Has entrado en un lugar en el cual ningún otro ser humano entró hasta ahora desde el tiempo de Doeg y Ajitófel, cuando se hicieron cuatrocientas preguntas acerca de una torre que estaba suspendida en el aire y que nadie pudo contestar hasta que vino Salomón y puso todo en claro. ¡Viejo, viejo! Has comenzado a revelar un secreto profundo. ¿Qué has hecho? Viejo, viejo, debías haber considerado antes y ser cuidadoso en tus pasos. Ahora ya no es tiempo de escondida. Viejo, anímate con nuevo coraje. ¿Adonde huyó el espíritu que abandonó al cuerpo de la mujer? Lloró de nuevo y dijo: Amigos, las lágrimas que he derramado no caen por cuenta vuestra, sino por temor al Eterno del universo, por si casualmente he revelado misterios sin permiso. Pero, el Santo, Bendito Sea, conoce todo lo que estoy haciendo no por mi propio honor ni por el honor de mi padre, sino por el solo deseo de servirlo a El. Yo discierno la gloria y el honor de uno de vosotros en el otro mundo; y en cuanto al otro, sé que es igualmente meritorio. Al principio esto no se me había revelado, pero ahora lo veo claramente. ¿Y adonde va el primer espíritu si fue arrojado por el segundo? Merodea por el mundo algún tiempo y luego visita la tumba del hombre al cual pertenece y luego vuela de nuevo en el mundo y se revela a hombres en sus sueños, de modo que ellos ven en la fantasía el rostro del fallecido, el cual les dice varias cosas según la manera del espíritu original del cual este espíritu ha derivado. Porque así como el otro espíritu merodea por el otro mundo, así éste merodea por este mundo, haciendo comunicaciones a la gente y siempre visita esa tumba en el tiempo cuando los espíritu de los muertos visitan las tumbas de sus cuerpos. Entonces los dos espíritus se juntan. Uno (el esencial) emplea al otro como su vestidura, y vuelven á ascender. Cuando el espíritu esencial alcanza su lugar, se quita su “vestidura”, es decir, el secundo espíritu, al cual luego se le da un lugar adentro o afuera de los palacios del Paraíso, de acuerdo al mérito, quedando allí oculto. Y cundo los espíritus visitan este mirado y los muertos se ligan a los vivientes, lo hacen sólo a través de un acercamiento por el espíritu esencial, que entonces lleva al otro como una vestidura. Y si preguntarais: “¿En este caso el espíritu esencial del segundo marido se beneficia con ello y la mujer le ha hecho un favor al volver a casarse?”, yo diría que no es así, porque si ella no se hubiera vuelto a casar, y el espíritu del primer marido no hubiese sido arrojado por el del segundo, él hubiera aprovechado de otra manera: su espíritu no habría tenido que merodear en el mundo y visitar a los vivientes. Cabría la pregunta: “en este caso el nuevo casamiento de ella fue su propia decisión y no dependió de un decreto de arriba; ¿por qué, entonces, dices que fue providencial y que un hombre ha de ser expulsado por el otro y explicar que la mujer efectivamente fue la pareja previamente ordenada para el segundo marido y no para el primero?” A esto yo contestaría: “Efectivamente es como he dicho”. El espíritu del primer marido es expulsado por el del segundo, justamente porque es este último el que realmente figuró en la intención del comienzo para que fuera el consorte de ella, y no el primero. Y, a la inversa, si el espíritu del segundo marido es expulsado por el del primero, ello muestra que el primero estaba destinado a ser su única pareja. De ahí que quien se casa con una viuda “no sabe que es con peligro de su vida” (Mishlei, Proverbios 7:28). Porque no sabe si ella está predestinada a ser su esposa real. Pero, si la viuda no desea casarse de nuevo, aun cuando el hombre que quiere casarse con ella es considerado como que ha de ser su pareja ideal, el Santo no la condena por ello, y El prepara otra mujer para él hombre a quien ella ha rechazado, y ella no es traída ante el tribunal celestial por su rechazo, aun cuando no tuviera hijos, porque el mandamiento concerniente a la procreación no es obligatorio para las mujeres. ¿Y qué ocurre con el espíritu de un marido muerto cuya viuda no vuelve a casarse? Reside en ella durante los primeros doce meses, visitando el alma de él (néfesh) cada noche en la tumba, en depresión y tristeza, y después de los doce meses la abandona y aparece ante las puertas del Paraíso. Pero ocasionalmente visita este mundo, es decir, el “navío” de donde salió. Y cuando la mujer muere ese espíritu sale para encontrarse con ella y se viste en el espíritu de ella, y, así, ella entra en contacto con su marido; y marido y mujer brillan juntos en la unión más estrecha. Como hemos llegado tan lejos, debemos ahora descubrir las sendas ocultas del Creador del universo, que los hombres no conocen, aunque todos ellos estén en el camino de la verdad. como está escrito: “porque los caminos del Eterno son rectos; los justos andarán en ellos, y los transgresores tropezarán en ellos” (Hoshea, Oseas séas 11:10). Los hombres no conocen ni perciben cuan exaltados son los actos del Santo y cuan extraños, aunque de acuerdo con la ley de la verdad no se apartan a la derecha ni a la izquierda. Los que experimentan transmigración y están sin parejas femeninas, arrojados del otro mundo porque se rehusaron a propagarse, ¿cómo pueden encontrar esposas en este mundo si para ellos no está predestinada pareja femenina, como para otros hombres? ¡Ved cuan maravillosos y exaltados son los potentes actos de El Eterno! Se nos ha enseñado que sobre quien se divorcia de su primera mujer arroja lágrimas el altar. ¿Por qué el altar? Porque, como lo dije en otra ocasión, tedas las mujeres tienen la imagen y la forma del altar (porque el altar simboliza a Maljut, la esfera de las almas femeninas) por cuya razón “heredan” las siete bendiciones, empleadas como el sacramento matrimonial, porque todas ellas tienen como su prototipo la “Comunidad de Israel”, la Shejiná. Así, cuando un hombre divorcia a su mujer produce un defecto en la piedra del altar celestial. Así es posible que los divorcios se unan entra sí, es decir, el divorcio del espíritu del hombre en el cielo y el de la mujer sobre la tierra. Sobre este misterio está dicho: “Y le escribiere carta de repudio, y poniéndola en mano de ella, la despidiere de su casa; y salida de su casa, ella podrá ir y ser de otro marido” (Devarim, Deuteronomio 24:1). ¿Cuál es el significado de “otro”? Apunta a las palabras “pero si se lo arranca de otro lugar” (Yiov, Job 8:18), es decir, de la región de la impureza. Así, los divorcios se unen como uno, el divorcio de este mundo y el divorcio del otro mundo. Porque la mujer que primero se hallaba en la semejanza de la forma superior, ahora se ha ligado a la forma de abajo. El es llamado “otro” (ajer) y es llamado “último” (afrón), como está dicho, “y si el último marido la odia”(Devarim, Deuteronomio 24:3). “si el último esposo muere”. Y bien, ¿por qué al segundo esposo de la mujer divorciada se lo llama “último”, y no '“segundo”? Como lo hemos dicho es porque tiene una significación más elevada, siendo el “otro” y también el “último”. Y bien, la piedra rueda en el canasto, es decir, hay una dificultad. Primero, ¿por qué se lo llama “otro” cuando todo el edificio de la relación conyugal con el primer marido fue destruido y hecho polvo?, y luego, ¿por qué se lo llama “el último”? Si él es la persona justa, bien está, pero si no, habrá otro desarrollo, y él no será el último. Pero observad esto. Está escrito: “y vio El Eterno todo lo que haba hecho y he aquí que era muy bueno” (Bereishis, génesis 1:31). y “bueno” se ha interpretado como refiriéndose al ángel del bien, “muy” al ángel de la muerte. Y bien, el Santo ha preparado un remedio para todos los males. Está escrito: “y un río salía de Edén para irrigar el Jardín” (Bereishis, génesis 2:10). Este “río” nunca deja de procrear y de extenderse para producir fruto. Pero el “otro el Eterno”, el principio del mal, está mutilado y no desea procrear y no multiplica ni trae fruto, porque si fructificara, reduciría todo el mundo al caos. Por eso el hombre que hace que “el otro lado” multiplique, rechazando conscientemente el mandamiento de la procreación, se llama “un malo”, y nunca jamás verá al linaje de Ahora hemos de dirigir nuestra atención al grande y noble paraje que una vez estaba sobre la tierra, siendo raíz y cúmulo de verdad, es decir, Obed, el padre de Ishai, el abuelo de David. Se ha afirmado que él fue un “último” así; ¿cómo, entonces, pudo la raíz de la verdad (David) emanar de tal lugar? Pero el hecho es que Obed trabajó y laboró en la raíz del árbol, hasta que se regeneró y se completó. Por eso se lo llamó Obed —trabajador y, también, “adorador”—, un nombre que ningún otro hombre mereció llevar. Vino, cavó, trabajó con el azadón alrededor de la raíz del árbol, exprimió la amargura de las ramas e hizo saludable la corona. Luego vine Ishai, su hijo, el cual lo mejoró y vigorizó y lo injertó en las ramas de otro árbol imponente, juntando árbol con árbol de modo que estuvieran entrelazados. Y cuando David vino encontró las ramas entrelazadas y anudadas entre sí, y, así, fue capaz de alcanzar dominio sobre el mundo. Y todas estas cosas que acontecieron tuvieron su causa y comienzo en Obed. Habiendo hablado así, el hombre viejo lloró de nuevo y dijo: Viejo, viejo, ¿no dije que te has hundido en medio del gran mar? Ahora efectivamente estás en medio de las olas potentes. Viejo, viejo a nadie has de reprochar sino a tí mismo. Si hubieras permanecido silencioso al comienzo todo te habría ido bien, pero ahora no puedes y no hay nadie que sostenga tu mano. Estás solo. Pero levántate, viejo, y toma coraje. Obed se corrigió él mismo porque salió del campo malo en el cual había malas cisternas. Luego vino Ishaí, su hijo, el cual mejoró y cavó alrededor de ese árbol y eliminó lo que era malo y lo que era amargo. Es este un misterio de misterios, y no sé si revelarlo, o no. Continúa, viejo. He aquí que ciertamente hablaré aunque sólo fuese para que estos dos que me oirán, conozcan plenamente sobre las otras transmigraciones de las almas de los hombres. Y bien, Obed, como dije, trabajó en torno de la raíz del árbol y así lo mejoró algo. Y, sin embargo, cuando vino el Rey David, sólo fue dejado con el árbol inferior, femenino, y hubo de recibir vida de otro árbol. Entonces, si ese para quien el camino estaba tan bien preparado hubo de desenvolverse así, cuánto más ello ha de ocurrir a personas comunes que experimentan la transmigración. Así, entonces, ocurrió con Péretz, e igualmente con Boaz. También fue así Obed. Con respecto a todos estos, el árbol emergió del lado del mal y luego se unió al lado del bien, como leemos que “Er, el primogénito de Judá fue malvado a ojos del Eterno”; así fue Onán y así, también, Majlón aunque su mal no fue tan grande. Así, en todos estos hubo una mancha de mal de la eme, sin embargo, eventualmente emergió el bien. Como está escrito de David, descendiente de ellos: “hermoso de aspecto”, “y el Eterno está con él” (Shmuel 1, 1| de Samuel 16:12-18). De este modo, el árbol de abajo fue purificado y así continuó, de manera que “El Eterno gobernó sobre las naciones” a través de la casa de David. Los grados de Israel arraigaron en el fundamento superior desde el comienzo: Rubén, Simón, Leví. Pero cuando se llega a Judá se afirma que Lea, su madre, dijo: “Esta vez alabaré al Eterno.. y ella dejó de parir” (Bereishis, génesis 29:35). acerca de lo cual está escrito: “canta, oh estéril, tú que no pares” (Yeshayahu, Isaías 54:1). porque cuando Judá nació el Femenino estaba unido con el Masculino... Todas las doce tribus representan sobre la tierra sus prototipos celestiales, y porque en realidad eran “hijos” en este mundo, nuestro nombre de sobre la tierra, ¿entonces Tú qué harás por tu gran nombre?”(Yehoshua, Josué 7:9). El “gran nombre” es el primer edificio, el primer Nombre, Elohim, Y ahora, cuando Israel está en exilio, todo el edificio ha caído. Pero en el tiempo por venir, cuando el Santo redimirá a Sus hijos del exilio, el “Mi” y la “Eleh”, que cuando estaban en exilio se hallaban separados, se unirán como uno y el Nombre Elohim será perfectamente establecido y el mundo será curado. Por eso está escrito: “¿Quiénes (mi) son estas (eleh) que vuelan como una nube y como las palomas a sus ventanas?”(Yeshayahu, Isaías 60:8). El Nombre, sin ninguna! separación, es decir, Elohim. Porque a causa del exilio el Mi ascendió y dejó el edificio y, consiguientemente, el edificio cayó, y cayó el Nombre que era perfecto, es decir, el superior gran Nombre que era desde el comienzo. Por eso en las sinagogas oramos para que este Nombre sea restaurado como era: “que Su gran Nombre sea magnificado y santificado”: “que el gran Nombre sea bendecido”. ¿Qué es este “gran Nombre”? Es el nombre que estaba en el comienzo, el primero de todos, sin el cual no puede haber edificio. El “Mi” nunca será construido sin “Eleh”. Por eso, en ese tiempo, la edad Mesiánica, “Mi” y “Eleh” “Volarán como nube” y todo el mundo verá que el Nombre Superior fue restaurado a su perfección; y cuando el Nombre sea restaurado y reconstruido, Israel gobernará sobre todos y todos los otros Nombres serán restaurados; porque todos los Nombres dependen de ese gran Nombre, el primero de todos los edificios. Este misterio también puede explicarse de la manera siguiente. Cuando el Santo creó el mundo, antes que ninguna otra cosa fue-construido este Nombre, como está escrito: “Levantad hacia arriba vuestros ojos y ved: ¿Quién creó a éstos?” (Mi barah eleh) (Yeshayahu, Isaías 40:26). El creó Su Nombre en su perfección, y cuando creó “Eleh” lo creó con todas las huestes que le pertenecen, como está escrito: “¿Quién saca por cuenta su hueste?” (Yeshayahu, Isaías 40:26). ¿Cuál es el significado de “por cuenta” (be-mispar?) El Santo, Bendito Sea, tiene un hijo cuya gloria brilla de un confín del mundo al otro. Es un árbol grande y potente cuy?. copa llega al cielo y cuyas raíces están puestas en el santo suelo y su nombre es “Mispar” y su lugar es en el cielo más elevado, y debajo de ese cielo hay cinco firmamentos, y todos estos firmamentos toman este nombre por mérito de él, como está escrito: “Los cielos cuentan (mesaprim) la gloria de El Eterno” (Tehilim, Salmos 19:1). Si no fuera por este “Mis-par” no habría ni huestes ni descendencia en ninguno de los mundos. Acerca de esto está escrito: “¿Quién puede contar el polvo de Yaakov y el número (Mispar) de la progenie de Israel?” (Bamidbar Números 33:10). En realidad hay dos que lo cuentan sin que el mal ojo tenga ningún efecto sobre ellos. El primero “contó el polvo de Yaakov”, las peñas fuertes, Las peñas santas, de donde salen aguas al mundo, acerca de lo cual está escrito: “y tu simiente será como el polvo de la tierra” (Bereishis, génesis 28:11-14). así como el mirado está bendecido en consideración al polvo, así “todas las naciones de la tierra serán bendecidas en tu simiente” (Bereishis, génesis 22:18).. Y el segundo “contará la progenie de Yaakov”, las mujeres, las perlas del lecho donde Israel yace. En la futura edad mesiánica “los rebaños aún pasarán bajo uno que cuenta” (Yeremiyahu, Jeremías 33:18). No sabemos quién será. Pero como en ese tiempo todos estarán unidos sin separación, habrá une “que reconocerá”. Gritó: levántate, viejo, despierta, junta tus fuerzas y arrostra las olas. Y entonces continuó: “¿Quién puede contar el polvo de Yaakov y el número de la progenie de Israel?” Cuando el Santo se levantará para despertar a los muertos, ¿qué será de los que pasaron trasmigración varias veces y se han vuelto dos en un cuerpo, dos padres, dos madres, como hemos visto? Sin embargo, “¿quién (Mi) contará el polvo de Yaakov?” El Eterno hará rectamente todas las cosas y nada se perderá. Pues así lo ha expuesto el versículo: “también una multitud de dormidos en el polvo de la tierra despertará; los unos para vida eterna, y los otros para deshonra y aborrecimiento eterno” (Daniel 12:2). “El polvo de la tierra” es una referencia similar a la explicada en el Libro de Enoj, que los asociados vieron las letras de que estas palabras están compuestas, y se oyó una voz que decía: “Despertad y cantad, vosotros que residís en el polvo” (Yeshayahu, Isaías 26:19). El primer edificio del mundo del período de la pre-resurrección será como desecho en comparación con el segundo edificio, del período de la post-resurrección, porque este último será perfeccionado de acuerdo al plan Divino. Los que son dignos despertarán a la vida en el mundo de abajo, dado que no han merecido el mundo de arriba; y los que no son dignos ni de éste, despertarán a vergüenza y aborrecimiento eterno. Como el “otro lado” desaparecerá del mundo —no habiendo más principio malo o pecado— el Santo dejará estos ejemplares del mundo pasado y malo, que pertenecieron a la corriente que salía de ese lado, a fin de que todos los hijos del mundo, al verlos, puedan asombrarse. Todo esto lo causarán aquellos cuya fuente no produjo fruto aquí, por no tener deseo de mantener para que le pueda servir seis años como un castigo por los seis años superiores que rechazó. Después de esto desciende más bajo y se liga al mundo de la Femineidad: como se ha rehusado a tomar su lugar justo en el mundo Masculino, ahora pertenecerá al Femenino. Masculino y del Femenino y está sujetado por los “servidores” del “otro lado”, y ha de ser marcado con fuego y estigmatizado, pues todo estigma viene del “otro lado”. Pero, cuando llega el año del Jubileo, es liberado de ese poder y comienza a experimentar transmigración una ves más y retoma al mundo como fue antes y es ligado al mundo le entra en este mundo solo, sin descendencia, no habiendo previamente deseada engendrar hijos, y aun ahora dejando este mundo solo, parte como una piedra arrojada de una honda, hasta que llega al lugar que se llama “la peña potente”, en el cual entra. Tan pronto como está allí, el aliento de quien es el Solitario (Samael), que ha de ser separado de su pareja femenina (Lilit), y que anda a la manera de una serpiente, alienta sobre él, e inmediatamente deja esa potente peña y, vagando solo, comienza a merodear por el mundo hasta que encuentre un “redentor” mediante el cual pueda retornar a esta tierra. Este es el significado de las palabras: “si vino solo, saldrá solo”; la referencia es a un hombre que se rehusó a casarse y engendrar hijos. Pero “si se casó”, es decir, si tuvo mujer pero no fue bendecido con hijos, no es arrojado solo, porque el Santo no deja ninguna creatura sin retribución. “Su mujer saldrá con él”: marido y mujer experimentan la transmigración y vuelven a unirse como antes. Un hombre así no se casa con mujer divorciada, pero la mujer que previamente fue su esposa y no le dio entonces hijo? puede volver a ser su esposa para que ahora ambos puedan hacer mérito corrigiendo su deficiencia. El texto continúa: “Si su amo le dio una mujer, y ella le alumbró hijos o hijas, la mujer y sus hijos serán de su amo y él saldrá solo”. una mujer de la clase por la cual el altar derrama lágrimas, es decir, una mujer divorciada de un hombre cuya primera esposa fue, se unen, ella le pare hijos e hijas, “la mujer y sus hijos serán de su amo”, como se explicó. Porque, dado que ha corregido su anterior omisión, es recibido por el Rey Santo, que lo restaura a la posición propuesta para él. Se lo llama “pecador arrepentido”, porque viene a entrar en la heredad de su lugar en el río celestial siempre fluyente que es la fuente de todas las almas. Ningún obstáculo puede haber en el camino del arrepentimiento, y la palabra hebrea que significa “solo” contiene una alusión a la frase: “sobre las cimas de las eminencias de la ciudad” (Mishlei, Proverbios 9:3). Es decir: así como mancha, todo es restablecido y restaurado a su posición anterior. Aun cuando el Santo ha decretado muy solemnemente contra una persona, El perdona enteramente donde hay un arrepentimiento perfecto. Así encontramos escrito respecto de YehoyaKim: “¡Vivo Yo!, dice el Eterno; aunque Konyahu, hijo de Yehoyakim, rey de Judá, fuera el anillo de sellar sobre Mi diestra, de allí te arrancaría. escribid a este hombre como sin hijos...”(Yeremiyahu, Jeremías 22:22-30). sin embargo, cuando se arrepintió y volvió de nuevo a El Eterno, leemos: “Y los hijos de Yejonya- Assir, etc.” (Divrei hayamim, Crónicas 3:17). mostrando que después de todo no fue sin hijos, lo que prueba que el arrepentimiento anula todos los decretos y juicios y rompe más de una cadena de hierro y nada hay que se le pueda oponer. Esto lo indican también las palabras: “Y saldrán y mirarán los cadáveres de los hombres que se rebelaron contra Mi” (Yeshayahu, Isaías 66:24). No dice: “que han transgredido”, sino “que transgreden”: es decir los que cometen transgresión sin pensar en arrepentimiento. Pero tan pronto como son penitentes y se remuerden por sus pecados, el Santo vuelve a recibirlos. Lo mismo se aplica aquí: este hombre, que rehusó la procreación, aunque ha pecado y dañado una parte vital, cuando se arrepiente y se dirige a El, el Santo tiene piedad y lo recibe de nuevo; porque El está lleno de misericordia hacia todas Sus obras, como está escrito: “Sus tiernas misericordias están sobre todas sus obras” (Tehilim, Salmos 145:9). Sus misericordias se extienden a los animales y los pájaros, más aún, a seres humanos que saben cómo alabar a su Eterno. David lo expresó así: “muchas son Tus compasiones, Oh Eterno; vivifícame conforme a tus juicios” (Tehilim, Salmos 119:156). Y si sus tiernas compasiones son otorgadas a pecadores, cuanto más a hombres justos. ¿Quién necesita curación? El que está enfermo. ¿Y quién está enfermo si no el pecador? Por eso cuando pecadores se dirigen al Eterno por curación y compasión, El extiende su diestra para recibirlos. Cuando El Eterno acerca a Sí un hombre, El lo acerca con su diestra, pero cuando El rechaza a un hombre lo hace con Su mano izquierda. Y aun cuando la mano izquierda empuja alejando, la derecha acerca, porque el Santo, Bendito Sea, no retrae Su tierna compasión de los pecadores. Observad cómo la curación cuando se arrepienten y comienzan a andar por el camino de la justicia. Y bien, este versículo retribuirá una consideración un poco más ceñida. La cuestión es: ¿Se refiere a los vivientes o a los ¿muertos? Porque el comienzo y el fin parecen estar en conflicto entre sí, refiriéndose la primera parte a los vivientes y la segunda a los muertos. Pero podemos interpretar así. Mientras un hombre vive y anda “avanzando en el camino de su corazón, porque es fuerte en él la inclinación mala, haciéndole difícil arrepentirse y emprender una vida nueva, el Santo, al ver la vida malgastada del que anda por el mal camino, dice: “Yo debo darle fuerza. Veo sus caminos de oscuridad, y Yo debo abrir en su corazón un camino de arrepentimiento y traer curación a su alma”. Este es el sentido de “Yo te guiaré”, como uno que toma a alguien de la mano y lo guía afuera de la oscuridad. En cuanto a la segunda parte: “e imparto consuelos a él y a sus penitentes”, este lenguaje naturalmente se aplicaría a los muertos, y así lo hace, porque ¿un pecador no está muerto aunque esté con vida? El sentido de las palabras es, entonces, como sigue. Por la gracia de El Eterno, cuando un hombre tiene trece años, se designan para él dos ángeles, uno a su derecha y uno a su mano izquierda. Cuando anda en camino recto estos ángeles se regocijan con él y están alegres y gozosos adhieren a él proclamando ante él: “¡Honrad la imagen del Rey”. Pero cuando se aparta de la senda de rectitud y anda en caminos torcidos, sus ángeles se afligen por él y se apartan de él. Por eso, cuando el Santo otorga al pecador gracia para arrepentirse y efectuar su retorno a la justicia, “El imparte arrepentimiento a él y consuelos a sus penitentes”, en el doble sentido de arrepentimiento y consuelo. Y et hombre vive verdadera y perfectamente, estando unido al Árbol de Vida. Y, estando unido al Árbol de Vida, se lo llama “ un hombre de arrepentimiento”, porque se ha vuelto un miembro de la Comunidad de Israel, la que se designa con la palabra “teshuvah” (arrepentimiento, retorno), y los “pecadores arrepentidos pueden entrar aun donde no son admitidos los perfectamente justos”. El Rey David dijo: “Contra Ti, contra Ti sólo he pecado, y he hecho lo malo delante de Tus ojos” (Tehilim, Salmos 51:6). La significación de esto es !a siguiente. Es posible cometer pecados que son ofensas contra El Eterno y contra el hombre; uno también puede cometer pecados que son ofensas contra el hombre pero no contra el Santo; pero también hay pecados que se comieren solamente contra el Santo. El pecado de David fue de esta última especie. Pero, tal vez os inclinaréis a cuestionar esto diciendo: “¿Pero qué es de su pecado con Batsheva? ¿No pecó contra el marido de ella lo mismo que contra el Santo?” Para esta inquisición hay una respuesta, y es ésta. Según la tradición, Uriah, como era costumbre entre los guerreros de Israel, dio a su mujer una orden de divorcio antes de salir a la batalla, y así David no pecó contra Uriah en el sentido de despojarlo de su mujer. Y por eso leemos: “Y consoló David a Batsheva, su mujer” (Shmuel 2, 2° Samuel 12:24). lo que es una prueba de que ella era considerada como la mujer legal de David, destinada para él desde el comienzo del tiempo, desde el día en que el mundo fue creado. Así fue su pecado una ofensa contra el Santo solamente. ¿Y en qué consistió la ofensa? No en que ordenó a Joab poner a Uriah en el frente de la batalla de modo que pudiese ser muerto —porque David tenía un derecho a hacerlo, pues Uriah llamó a Joab “mi Eterno Joab” en presencia del Rey, lo que era una expresión de lesa majestad— sino porque no lo mató entonces, dejando que lo matara la espada de los hijos de Ammon (Shmuel 2, 2° de Samuel 12:24). Pues en cada espada ammonita había grabada una serpiente torcida, la imagen de un dragón, que era el el Eterno de ellos. Dijo el Santo a David: “Has impartido fuerza a esta abominación”; porque cuando los hijos de Ammón mataron a Uriah y a muchos otros israelitas, y la espada de Ammón prevaleció, fue como si el el Eterno pagano hubiese prevalecido contra el El Eterno de Israel. Y el título “Hitita” no muestra que Uriah no fue virtuoso: solamente se lo llamó así según el lugar de donde había venido, como Jefté fue llamado “el Guileadita” (Shofetim, Jueces 11:1), porque era de Guilead. Así el poder de la abominación prevaleció contra el campamento de El Eterno, y, siendo las ejércitos de David en la imagen de los ejércitos superiores, cuando él trajo una mancha sobre los ejércitos de abajo hizo que tuvieran un estigma también los ejércitos de arriba. Este fue su pecado, y por eso dijo: “Contra Tí solamente he pecado, y hecho mal a tus ojos”; “a tus ojos” literalmente, que es como decir que David era consciente de que había pecado contra los omnipresentes y penetrantes ojos de El Eterno. “Para que tú puedas serjustificado en tus palabras, y ser claro en tus juicios” (Shofetim, Jueces 11:1). y así no tenga yo ninguna causa para decir que tú estás equivocado y que yo estoy en lo justo. El sentido de estas palabras es el siguiente. Sabemos que cada hombre emplea naturalmente el lenguaje de su ocupación. Sabemos que David había sido bufón de rey, y, así, aun en triste desdicha y tribulación, cuando se encontraba ante el Rey, volvía directamente a sus mofas y bromas para entretenerlo. Dijo: “Eterno del mundo, he dicho, pruébame, oh Eterno, y sométeme a prueba” (Tehilim, Salmos 26:2), y Tú declaraste que yo no sería capaz de resistir la tentación. Por eso ahora ha pecado a fin de que puedas estar justificado en Tus palabras, porque de no haber hecho yo así, mi afirmación se habría mostrado como verdadera y Tu aserción, refutada. También se nos enseñó que David no fue descarriado por sus pasiones cuando cometió ese pecado con Batsheva; porque él dijo de sí: “mi corazón está herido dentro de mi” (Tehilim, Salmos 109:22). y con esto quiso decir: “En mi corazón hay dos cámaras. Una contiene sangre y la otra espíritu; la que está llena con sangre es la sede de la mala inclinación, pero mi corazón está vacío de esa inclinación, porque yo no le permito alojarse allí”. ¿Por qué, entonces, cometió David ese pecado? Para dar a los pecadores una escapatoria que les permitiera decir: “El Rey David pecó, pero cuando se arrepintió, el Santo lo perdonó; y si él fue perdonado, hay una esperanza todavía mayor de que gente común como nosotros reciba perdón”. Esto es lo que significó David, al decir: “Yo enseñaré a los transgresores Tus caminos, y los pecadores retornarán a Ti” (Tehilim, Salmos 2:14). También está escrito de David que él “subió la cuesta del monte de los Olivos, y subía llorando, cubierta la cabeza y andando descalzo” (Shmuel 2, 2° de Samuel 15:30) . Lo hizo para mostrar que se consideraba excomulgado, para recibir su castigo, y el pueblo se apartó de él una distancia de cuatro codos. Bienaventurado es el servidor que así adora a su Amo, confesando su pecado y volviendo a El con perfecto arrepentimiento. Ved ahora. La insultante conducta de Schimi, hijo de Ghera (Shmuel 2, 2° de Samuel 16:5). hacia David era peor que cualquier cosa que experimentara hasta entonces, y, sin embargo, David no le contestó una palabra, aceptando la humillación como merecida, y por eso le fueron perdonados sus pecados. Es adecuado considerar aquí por qué Schimi, que era un estudioso y un sabio, se condujo con David como lo hizo. La verdad es que las palabras de insulto y maldición que expresó no eran suyas, sino que entraron en su corazón desde otra región del cielo, para beneficio de David, para que él pudiera arrepentirse con un arrepentimiento perfecto, con corazón quebrantado y con muchas lágrimas ante el Santo. Por eso David dijo: “El Eterno le dijo, Maldice a David” (Shmuel 2, 2° de Samuel 16:10). El sabía que la maldición y las palabras de insulto estaban inspiradas desde arriba. Entre las órdenes que David dio en su lecho de muerte a Salomón, dos eran de especial importancia: una concerniente a Joab y una concerniente a Schimi. De Joab dijo: “Más aún, también sabes lo que Joab el hijo de Zeruia me hizo” (Malajim 1, 1° de Reyes 2:5). Las palabras “tú sabes” indican que aunque Salomón realmente no debió saberlo, dado que otros lo sabían, David se lo dijo a él también. Respecto de Schimi dijo: “Y he aquí que tienes contigo a Schimi, el hijo de Ghera” (Malajim 1, 1° de Reyes 2:8). “Contigo” significa: “El siempre está contigo'1, pues él era el maestro de Salomón. Leemos “Y el Rey mandó y llamó por Sohimi y le dijo, Constrúyete una casa en Jerusalem” (Malajim 1, 1° de Reyes 2:36). Podemos preguntar: ¿Dónde estaba la gran sabiduría en esto? Efectivamente fue más sabio de lo que parece. Salomón hacía todas las cosas en sabiduría; conocía que Schimi era un sabio, y sé elijo a sí mismo: “Lo deseo para difundir conocimiento en el país, y por eso él no debe salir de Jerusalem, el centro”. Otra cosa vio Salomón en sus sabidurías, porque respecto de Schimi se dice que “él salió y maldijo” (Shmuel 2, 2° de Samuel 16:5). y los vocablos hebreos sugieren que hubo dos “salidas”: una de la casa de estudio para encontrar a David e insultarlo y la segunda de Jerusalem a Gad para encontrar a sus senadores (Melajim 1, 1° de Reyes 2:40). una para encontrar un rey y otra para encontrar a sus propios servidores. Y Salomón vio por medio del Espíritu Santo La segunda “salida” de Schimi y acerca de esto le dijo: “porque en el día que salieres, y pasares el torrente Kidrón, sabe con seguridad que morirás sin remedio” (Melajim 1, 1° de Reyes 2:37). Schimi “arrojó polvo” a David” (Shmuel 2, 2° de Samuel, 13). Y Salomón se refirió al agua cuando le prohibió cruzar el torrente Kidrón: polvo y agua fueron los medios de poner a prueba a la mujer que era sospechada de adulterio (Bamidbar Números úmeros 5:11-31). y estos dos símbolos estaban” en ]a mente de Salomón cuando él pensó de Schimi, el cual maltrató a su padre. En su encargo a Salomón concerniente a este Schimi, David dijo: “Y mira que tienes contigo a Schimi... que me maldijo con una fuerte maldición... y yo le juré por el Eterno, diciendo: No te mataré con la espada”. ¿Era, entonces, Schtoi un tonto para aceptar un juramento como éste, que solamente le prohibía a David matarlo con una espada, pero no con una lanza o una flecha? Pero esta sentencia se puede encarar de dos maneras. Una se basa en el dicho del hijo del gran pez cuyas escamas alcanzaban las nubes más altas, es decir, cuya sabiduría era grande, que cuando David juró su juramento por su espada sobre la cual estaba grabado el Nombre Inefable (Tetragrama); y así él juró a Schimi, como está escrito: “Yo le juré por el Eterno (Y HVH)... Yo no te mataré (jurando) por la espada”. Pero Salomón lo interpretó de manera diferente. Dijo: “Este hombre maldijo a mi padre con palabras; él morirá por medio de una Palabra (Tetragrama)”. Y, efectivamente no lo mató con la espada real, sino con el Nombre. Pero hay sin embargo una dificultad y es ésta: Si David le juró, no debió matarlo o bien que David dijo algo con sus labios y que no estaba en su corazón. Pero el hecho es que David no lo mató. Es bien sabido que los miembros del cuerpo humano pueden recibir en ellos partículas extrañas sin daño, excepto el corazón, que no puede recibir ni un pelo sin ser dañado. Y en cierto sentido David era el corazón de La humanidad y, por tanto, muy sensitivo, y recibió tales insultos como seguramente no debían quedar impunes. Por eso dijo: “porque tú eres un hombre sabio y conoces lo que le debes hacer” (Malajim 1, 1° de Reyes 2:8). En el mismo salmo David continúa: “Porque no deseas sacrificio, y no te lo daré; no te deleitas en holocaustos. Los sacrificios de El Eterno son un espíritu quebrantado; un corazón quebrantado y contrito, oh El Eterno, no desdeñarás” (versículos 17 y 18). “Tú no deseas sacrificio”. ¿Pero el Santo no ha ordenado sacrificios para el perdón del pecado? Se ha de observar sin embargo qué David dijo resto en relación al Nombre Divino Elohim, es decir, el atributo del juicio severo; se debe traer sacrificios al Nombre YHVH, el atributo de el bien en tu buen placer a Sion”; y luego La “cáscara”: “construye tú los muros de Jerusalem”, lo que significa que en el tiempo del Reino del Mesías la exterior cobertura protectora no será más de los poderes del “'lado malo”, sino, en cambio, del Santo Mismo, como está escrito: “Yo seré para ello, un muro de fuego en torno” (Zajariyahu, Zacarías 2:5). Y bien, Israel es el supremo '“cerebro” del mundo. Estaban primero en la mente del Creador, y por eso las naciones paganas que sólo son el “polvo”, se le adelantaron, como está escrito: “Y estos son los reyes que reinaron en el país de Edom, antes de que reinara rey alguno sobre los hijos de Israel” (Bereishis, génesis 27:29). Pero en el futuro el Santo formará primero el cerebro sin esperar el polvo, como está dicho: “Israel es santidad para el Eterno, la primicia de Su producto”; y por eso, “todos los que lo devoran serán considerados culpables, vendrá sobre ellos el mal”(Yeremiyahu, Jeremías 2:3). “Entonces te agradarán los sacrificios de justicia” (Tehilim, Salmos 2:20). Porque en ese tiempo todas las cosas estarán perfectamente unidas y el Nombre Santo también estará unido en su armoniosa totalidad y los sacrificios serán ofrendados a los Nombres unidos Y HVH Elohim, y no será como en días anteriores cuando Elohim no tuvo parte en el sacrificio, pues, si la hubiera tenido, todos los poderes del “otro lado” habrían estado alerta para participar. En ese tiempo, “Tú eres grande y haces cosas maravillosas: Tú sólo eres El Eterno” (Tehilim, Salmo 86:10). y no habrá otro El Eterno. Es acerca de ese tiempo que está escrito: “Ve ahora que yo, sí Yo, soy El, no hay El Eterno fuera de mi; Yo mato y Yo hago vivir” (Devarim, Deuteronomio 32:39). el doble “Yo, Yo”, indica lo absoluto de aun la muerte, que hasta ese tiempo estaba conectada con el otro lado, será desde entonces de El directamente, para los que aun no han experimentado la muerte física, y El los alzará inmediatamente. Pues nada de esa inmundicia de pecado que es la causa de la muerte quedará en el mundo, y habrá un mundo nuevo, modelado y perfeccionado por las manos del Santo, Bendito Sea. Para volver a la palabra begapó; el Tárgum (arameo) traduce “por sí sólo”, lo que es realmente correcto; Pero gapó también puede significar, en arameo, “ala”, y por eso podemos vincularlo con el dicho de que todo el mundo se sostiene sobre una sola “ala” del Leviatán. El significado interno es el siguiente. En el comienzo, el Santo, Bendito Sea, creó al Leviatán de acuerdo a los dos géneros varón y hembra. Pero cada vez que se movían, la tierra se sacudía y si el Santo no hubiera castrado al varón y aplacado los instintos sexuales de la hembra, habrían eventualmente llevado el mundo entero al caos y la destrucción. Por eso estos monstruos no engendran; por eso un hombre que obra igual, es decir, que no engendra, si “'viene begapó, con una única ala”, es puesto bajo la dominación de esa ala del Leviatán castrado, y él “saldrá begapó”. Es decir, será arrojado del otro mundo y nunca entrará en la cortina. Observad esto: Está escrito: “Ellos morirán como solitarios (aririm) sin descendencia” (Vayikra, Levítico 20:21). La palabra aririm es masculina y femenina e indica que un hombre que se rehúsa a generar deja el mundo en la esfera de la femineidad, aunque primero entró en la esfera de la masculinidad. El Santo, Bendito Sea, no soporta ningún hombre que se ha agostado en este mundo que aparezca antes El, exactamente como no se permitía el sacrificio de un animal castrado (Vayikra, Levítico 22:24). Se ha prohibido a través de todas las generaciones el castrar cualquier creatura que el Santo creó, porque la castración pertenece eternamente y en todos los casos al “otro lado”. Y cuando un hombre se casa con una mujer y él o ella se rehúsan a generar y, así, entran en el otro mundo sin haber engendrado hijos, entonces “su mujer saldrá con él”. Esto significa que él experimenta transmigración por sí solo, como varón, y ella por sí sola como mujer. El texto continúa: “Si su amo le ha dado una mujer, y ella le ha alumbrado hijos o hijas, la mujer y sus hijos serán del amo de ella, y él saldrá solo”. “Su amo” es “el Dios de toda la tierra”; “le ha dado una mujer”: de esto aprendemos que no entra en la discreción del hombre el tomar una mujer, sino que todas las cosas han de ser 'puestas en la balanza” (Tehilim, Salmos 62:10). ¿Y quién es la mujer que el Amo le da en este caso? Una que no estaba en realidad en la intención de que fuera su esposa, sino la mujer de otro a quien él se anticipó en la buena gracia de El Eterno, y su Amo le permitió tenerla porque El previo que ella le pariría hijos. Y cuando este hombre, que ha producido fruto en un jardín que no era justamente suyo, llegará al fin de su vida terrenal, “la mujer y sus hijos serán del .Amo de ella, y él saldrá solo”. ¡Pobre desdichado! Así, todo su trabajo fue en vano. El se empeñó por producir fruto en un jardín ajeno, para obedecer los dictados de su Amo, y debe forzosamente salir vacío. ¡Viejo, viejo! Confrontado con un problema como este, te pareces a un hombre tirado en el suelo, inerme, sin fuerzas, qué solamente puede patear la puerta con sus pies. Pero toma coraje, viejo, y no temas. Y bien, por qué esa pobre alma forzosamente tiene que salir de este mundo vacía y sola? ¿Es porque ha sembrado en un jardín que no era el suyo? Seguramente no, pues, ¿no fue el Santo Mismo quien le dio este jardín? Sin embargo, nada hace el Eterno que no tenga su razón y su justicia, y lo que ocurre en todos los otros casos, ocurre también en este. Aquel a quien el Santo ha dado una esposa y que ha generado con ella no es como los otros que experimentan trasmigración. Quien en este mundo verdadera y humildemente procura hacer fructificar el árbol, pero que no tiene éxito en su intento, no es puesto en la misma categoría que uno que consciente y deliberadamente omitió el deber de engendrar hijos, desarraigando así el árbol, desparramando su copa y malgastando su fruto. Aquel a quien el Amo dio una esposa para que pudiese generar hijos, hizo el empeño de enriquecer al árbol, aunque no tuvo éxito. Por eso, el Santo, conociendo su buena intención, se apiada de él. Después de recuperar, ante todo, lo que Le es debido, y tomando lo que primero no produjo, le permite salir de nuevo y obrar por sí mismo para corregir su deficiencia. Además, se ha de recordar que el hombre ha de experimentar trasmigración porque, en ningún caso, es de gran mérito. Pues si lo fuera no habría de pasar a otra forma y volver a vivir sobre la tierra, sino que tendría “un lugar mejor que hijos e hijas”. Esto en cuanto a les misterios que esté versículo contiene. Pero, viejo, viejo, has hablado de uno cuya obra fue en vano, y no observaste que tú mismo sólo dijiste vanidad en todo este discurso, pues cerca de tus talones hay un versículo que derrumba todo tu edificio, e imaginas que puedes nadar por el mar según tu placer. ¿Cuál es este versículo? “Si el servidor dijere, llanamente, yo quiero a mi Amo, etc.” Viejo, viejo, no tienes fuerza, tu poder se ha volado; ¿qué harás? Pensaste que no habría ninguno que te persiguiera y he aquí que este versículo salta de su matorral, brincando tras tí como una gacela en el campo con trece brincos, las trece palabras del versículo, hasta que se te impondrá. ¿Qué harás, viejo? No, no te deprimas. Debes ahora reunir tu fuerza, porque hasta hoy fuiste verdaderamente un potente guerrero. Viejo, viejo, recuerda ese día de nieve cuando las semillas de la sabiduría fueron sembradas y hombres poderosos lucharon contra ti y tú sólo te impusiste a trece hambres fuertes, cada uno de los cuales podía matar a un león antes del desayuno. Si tú pudiste prevalecer contra esos gigantes, seguramente podrás ahora conquistar a estos trece, que son debiluchos, sólo palabras. Entonces, adelante, y sé audaz. La expresión “amor yomar” (si el servidor dijere) ha sido interpretada por ciertos sabios según su sentido literal, es decir, que indica dos dichos, uno al comienzo y uno al final de los seis años, antes de que entrara el séptimo año. Pues si lo dijera aunque fuese un día después del comienzo del séptimo año sus palabras no tendrían validez, pues dice “el servidor”, es decir, mientras es aún un servidor, es decir, en el sexto año. Y si habló sus palabras al comienzo de los seis años, y no al final, sus palabras no tienen validez. Nuestra interpretación es que si mientras aún está con su mujer, reza diariamente al Rey Santo, entonces él comienza y termina con ruego; y si comienza con plegaria será recibido con misericordia. ¿Qué dice? “Yo quiero a mi Amo...”. Entonces el Santo, Bendito Sea, lo recibe a causa de su arrepentimiento y sus plegarias. Entonces, ¿que hace El para uno así? En vez de mandarlo de vuelta a este mundo para soportar castigo por los pecados de su vida anterior, el Santo, en cambio, lo entrega a las manos del tribunal Celestial, que lo juzga y lo entrega a la casa de castigo. Y el Santo registra cómo fue entregado al Tribunal y pone sobre él un estigma al colocarlo bajo la dominación de La Orlah —espíritus impuros— por cierto período de tiempo, después de lo cual su amo lo redime. Pero si el Jubileo apareciera durante el período de su estigmatización, sería instantáneamente puesto en libertad, y esto aun si hubiera estado en cautiverio solamente un día cuando apareció el Jubileo, y se le permite entrar dentro de la cortina. Entonces el viejo cerró sus ojos por un momento... Continuó: Salomón dijo: “Así yo regresé y consideré todas las opresiones (los “oprimidos”) que se efectúan bajo el sol y miré las lágrimas de los que eran oprimidos y no tenían quién los conforte” (Koheles, Eclesiastés 4:1). Este versículo ya se interpretó. Pero aun tenemos que explicar las palabras “así regresé y vi”. ¿De dónde regresó? Y bien, tenemos una tradición de que Salomón acostumbraba levantarse cada día al amanecer y dirigir su rostro hacia el Este, donde veía ciertas cosas, y luego hacia el sur, donde también veía ciertas cosas, y, finalmente, al lado del norte. Permanecería así con su cabeza levantada y sus ojos semi-cerrados hasta que llegaran a él dos columnas, una de fuego y una de nube, y esta última llevando encima un águila, potente en estatura y fuerza, con su ala derecha descansando sobre el fuego, y su cuerpo y su ala izquierda, sobe la nube. El águila llevaba en su boca dos hojas. La columna de nube con las dos hojas y la columna de fuego y el águila sobre ellas vendrían y se inclinarían ante Salomón. Entonces el águila inclinaría un poco su cabeza y daría las hojas a Salomón. Y Salomón las tomaría y olería, y por su olor podría discernir de dónde venían, y reconocer una hoja como perteneciente a aquel “que tiene sus ojos cerrados”, y la otra a aquel “que tiene sus ojos abiertos” (Bamidbar Números 25:4). Pero había un número de cosas que el Rey Salomón deseaba que estos dos seres le hicieran conocer. ¿Qué hizo? Selló su trono con una argolla en la que estaba grabado ti Nombre Santo, acercó de un lugar oculto otra argolla en la que también estaba grabado el Nombre Santo, subió a la techumbre de su palacio, se sentó sobre el lomo del águila y partió, ayudado por el fuego y la nube. El águila ascendió a los cielos y por todas partes donde pasaba, la tierra abajo se oscurecía. La clase más sabia en esa parte de la tierra de donde fue tan repentinamente apartada la luz, conocería la causa y diría: “Seguramente el Rey Salomón está pasando”, pero no sabían adonde iba. La clase vulgar en cambio diría “allí arriba las nubes se mueven y por eso ha oscurecido tan repentinamente”. El águila ascendería hasta la altura de cuatrocientas parasangas hasta llegar, a la larga, a la montaña oscura, donde está Talmud en el desierto, y allí por fin descendería. Salomón entonces levantaría su cabeza y vería la montaña oscura y aprendería de ella todo lo que podría enseñarle y percibiría también todo lo que era necesario para penetrar más. Después de lo cual subiría una vez más al lomo del águila y volaría como antes, hasta que entraran en las profundidades de las montañas, en medio de las cuales crecía un árbol de olivo. Cuando llegara a ese lugar Salomón exclamaría con toda su fuerza: “Eterno, Tu mano está alzada, ellos no ven” (Yeshayahu, Isaías 26:11). Entonces él entraría en ese lugar hasta llegar a los que moran allí, y les mostraría su anillo y allí obtendría todo su conocimiento de ciencias extrañas, es decir, hechicería. Cuando ellos, le dijeran todo lo que él requería, volaría de regreso a su palacio por el mismo camino de la ida. Entonces, una vez sentado nuevamente en su trono, reflexionaría sobre todo lo que había atravesada y concebiría ideas de profunda sabiduría. Y es con referencia a tal ocasión que dijo: “Así yo regresé y consideré todas las opresiones que se hacen bajo el sol...”. ¿Habría podido ver en su viaje a todos los que eran oprimidos? Difícilmente, pero él se refería a los pequeños, a los lactantes separados de los pechos de sus madres. Tales son efectivamente “oprimidos” de todos los lados: oprimidos arriba en las regiones celestiales y oprimidos abajo sobre la tierra. No hay ningún oprimido como aquellos cuya opresión se trasmite por herencia, acerca de los cuales está escrito: “El visita los pecados de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generaciones” (Shemot, Éxodo 20: 5. ¿Cómo es eso? El Rey Salomón da en alta voz la respuesta cuando dice: “el hombre cargado de la sangre de alguno, huirá al hoyo, sin que nadie lo sostenga” (Mishlei, Proverbios 28:17). Dado que es oprimido “con la sangre de un alma”, es decir, ha cometido algún pecado grave, o su hijo o el hijo de su hijo serán “oprimidos”, es decir, dañados, en la “balanza”; huirá al hoyo del lugar de justicia y ninguno lo ayudará; porque ha oprimido la sangre del alma, será él mismo oprimido por el otro lado, o su simiente llevará esta opresión de retribución por él y a su cuenta. De ahí que dice “todos los oprimidos”, que es como decir: “yo he considerado a todos los que son oprimidos y todas las maneras de su opresión y la razón por la que son oprimidos”. Y bien, esta clase de oprimidos es esa de la que se dice '“hechos bajo el sol”, porque sus cuerpos realmente fueron hechos antes de que friesen violentamente sacados, habiendo otros que nunca son tan modelados sobre esta tierra, aunque los esperan espíritus. Otros, a su vez, son “hechos” en desafío del Todopoderoso. Así, cuando un hombre roba la mujer de su vecino, abiertamente o secretamente y nace un niño de tal unión adúltera, y el Santo forzosamente ha de modelar su cuerpo y darle forma, entonces ese niño es efectivamente “un oprimido que es hecho tal”, literalmente, a pesar del Todopoderoso. Salomón reflexionó sobre esto y dijo: “Yo considero la triste suerte de estos oprimidos desventurados que han sido hechos que derraman lágrimas ante el Santo. Ellos se quejan ante El y con lamentos, diciendo: cuando una persona comete un pecado seguramente debe morir. Pero, Soberano del Universo, cuando tiene sólo un día, ¿ha de ser juzgado? estas son “las lágrimas de los oprimidos, que no tienen quién los conforte”. Hay muchas clases diferentes entre ellos, pero todos ellos derraman lágrimas. He aquí, por ejemplo, un niño nacido en incesto, tan pronto emerge en el mundo es separado de la comunidad del pueblo santo, y el infortunado bastardo se queja y derrama lágrimas ante el Santo, y se lamenta: “¡Eterno del mundo! Si mis padres han pecado, ¿dónde está mi culpa? Yo siempre me he empeñado en hacer solamente buenas obras ante Ti”. Pero la mayor aflicción de todas emana de los “oprimidos” que sólo son pequeños lactantes que fueron separados de los pechos de sus madres. Estos pueden hacer llorar al mundo entero y no hay lágrimas como las de ellos, porque lágrimas que brotan de los huecos más interiores y profundos del corazón, causando el asombro del mundo y diciendo: “Los juicios del Santo son por siempre justos y todas Sus sendas son caminos de verdad”. Pero, ¿por qué es necesario que estos pobre”, pequeños, que son sin mancha y sin pecado, mueran? ¿Dónde está ahora el juicio verdadero y recto del Eterno del mundo? Si deben morir a causa de los pecados de sus padres, entonces ciertamente no tienen quién los conforte”. Pero, el hecho real es que las lágrimas de estos “oprimidos” interceden por los vivientes y los protegen, y por causa de su inocencia y el poder de su intercesión se prepara eventualmente para ellos un lugar que ni siquiera los justos perfectos puedan alcanzar u ocupar; porque el Santo lo hace por ellos con un amor particular y especial; El se une con ellos y les prepara un lugar superior, muy cercano a El Mismo. Es acerca de tales quo está escrito; “De la boca de criaturitas y lactantes has encontrado fuerza”. ¿Qué es lo que hacen allí y por qué se van? “A pesar de Tus adversarios, para hacer callar al enemigo y al hombre vengativo” (Tehilim, Salmos 8:3). Y también hay otro lugar preparado para pecadores que se arrepienten. Se nos ha enseñado (Pirke Avot, capítulo V) que diez cosas fueron creadas en la víspera del Sábado, en el crepúsculo, cuando la obra de de piedra, que ellas fueron “la obra (Maasé, literalmente, hacer) de El Eterno”, que indica que fueron producidas cuando tuvo lugar la consumación de toda la Creación por el acto del “hacer” de El Eterno, y no en el período posterior acerca del cual el Nombre se menciona en su plenitud —”Y HVH Elohim” (Bereishis, génesis 2:4). — y sólo con lo cual el mundo fue colocado sobre una base firme y permanentemente establecido. Cuando Moisés rompió las tablas (Shemot, Éxodo 32:19). el Océano desbordó sus límites y estaba a punto de inundar todo el mundo. Cuando Moisés vio cómo las olas se levantaban y amenazaban cubrir el universo, inmediatamente “tomó el becerro que ellos habían hecho, y lo quemó en fuego y lo redujo a polvo, el cual esparció sobre la superficie de las aguas” (Shemot, Éxodo 32:20). Entonces se paró ante las aguas del Océano y dijo: “Aguas, aguas, ¿qué queréis?” Y ellas contestaron: “¿No estaba el mundo establecido por y sobre el mérito de las Palabras Santas grabadas sobre las tablas? Y ahora, porque los israelitas han negado En cuanto a las palabras “grabada sobre las tablas” (jarut al halujot), ya se ha destacado que esta frase contiene una alusión a jerut, esto es, libertad. ¿Libertad de qué? Del ángel de la muerte, de sujeción a los reinos de este mundo, de todas las cosas terrenales, y de todas las malas cosas. ¿Y qué es libertad? Es el sello del mundo por venir, en el que hay toda suerte de libertad. Si las tablas no hubieran sido rotas, el mundo no habría sufrido, como sufrió posteriormente, y los israelitas hubieran sido semejantes a los ángeles superiores de arriba. Por eso la Escritura proclama: “Las tablas fueron la obra de El Eterno” (Elohim), desde el tiempo en que el mundo estaba aún bajo la égida del nombre Elohim, antes de haber entrado el Shabat. La escritura, también, fue la “escritura de El Eterno”, fuego negro sobre fuego blanco, y fue jarut (grabada) porque el Jubileo proclama libertad (Jerut) a todos los mundos. Habiendo hablado estas cosas, el viejo hizo una pausa de un momento y luego dijo: hasta aquí, mis amigos, y no más. Desde ahora sabréis que el lado malo no tiene poder sobre vosotros, y que yo. Yebba el Anciano, he estado ante vosotros para decir estas palabras. Los dos Rabíes se pararon ante él, mudos, como hombres que despiertan de su sueño. Entonces se prosternaron ante él y así permanecieron, sin hablar y aterrados. Después de un momento lloraron. finalmente, R. Jiyá recuperó su voz, y habló, diciendo: “Ponme como sello sobre tu corazón, como sello sobre tu brazo, porque fuerte como la muerte es el amor, duro como el sepulcro es el celo: sus ascuas arden como ascuas de fuego, llama de Yah” (Shir hashirim, Cantar de los Cantares 8:6). Cuando Ti, que mi imagen permanezca grabada sobre Tu corazón, de modo que aun cuando yo deba forzosamente ir de un lado a otro en el exilio puedas Tú encontrar mi imagen allí y recordarme. Pueda yo adherir a Tí por siempre y no ser olvidada de ti”. “Porque el amor es fuerte como la muerte”, y así la fuerza de la región donde mora la muerte es el lugar que se llama “amor eterno”. “Sus ascuas son ascuas de fuego”. ¿Qué son estas ascuas? Los diamantes y las gemas preciosas que nacen de ese fuego. “Una llama de Yah”, la llama que sale del Mundo Superior para unirse con impresa sobre los nuestros. Entonces el viejo los besó y bendijo, y ellos partieron. Cuando llegaron a la residencia de R. Simeón le relataron todo lo que les había ocurrido. R. Simeón estaba deleitado y confundido. Dijo: Benditos sois realmente porque fuisteis dignos de todo esto. Pensar que estuvisteis en presencia de este supremo león de sabiduría con el cual no pueden compararse los sabios mayores, y no lo reconocisteis. Estoy sorprendido de que hayáis escapado del castigo por vuestra falta de respeto hacia él; es evidente que el Santo deseaba perdonaros y salvaros. Entonces, les aplicó los versículos: “Y la senda de los justos es como la luz brillante, que brilla más y más hasta el día perfecto”; '“cuando caminares, no se estrecharán tus pasos y cuando corrieres no tropezarás” (Mishlei, Proverbios 4:12-18). “Y tu pueblo, todos ellos serán justos; heredarán para siempre la tierra; renuevo plantado por Mi mismo, obra de Mis manos, para glorificarme” (Yeshayahu, Isaías 60: 21). Así termina el incidente relacionado con R. Yebba el Anciano. Y habéis de serme hombres santos; por lo mismo no comeréis la carne destrozada por las fieras en él campo; a los perros la echaréis (Shemot, Éxodo 22:30). R. Judá citó aquí el versículo: “Y la sabiduría, ¿dónde se encuentra? ¿Y cuál es el lugar del entendimiento?” (Yiov, Job 28:12). Dijo: “Bienaventurados los israelitas porque el Santo desea honrarlos más que a todo el resto de la humanidad. Primero El les dijo: “Y seréis para mi un reino de sacerdotes” (Shemot, Éxodo 19:6). Pero su gran amor a ellos no estuvo satisfecho hasta que hubo agregado: “Y una nación santa” (Shemot, Éxodo 19:6). que significa un grado más alto; Su amor aún no estaba satisfecho hasta que los llamó “un pueblo santo” (Devarim, Deuteronomio 14:2). que es un grado todavía más alto; y ahora él les muestra Su amor sin límites llamándolos a que sean “hombres de santidad”, que es el grado y el destino más elevado que todos. Porque Seguramente más bien debió haber dicho: “El da teref al perro”. R. Abba respondió: Tonto (Reka), ¿Piensas que teref es lo mismo que terefá? Y aun si admitimos que es lo mismo, digo que El Eterno impuso esta prohibición solamente a los que temen Su nombre, y por eso no os la dio a vosotros, porque El sabe que no Lo teméis y no guardaréis Sus mandamientos. Y así pasa con todas las restricciones de la Toráh. R. Eleazar enseñaba que la peculiar expresión “hombres de santidad” contiene una referencia al Jubileo, porque hay una tradición de que los israelitas salieron de Egipto a la libertad por medio del Jubileo, que es !a fuente de toda libertad, de la temprana y de la perpetua. Cuando salieron a la libertad, el Jubileo extendió sus alas y se los llamo sus hombres, sus hijos. Y del Jubileo está dicho: “Es Jubileo santidad es para vosotros”. He aquí, verdaderamente, “para vosotros”. Por eso dice aquí: “Me seréis hombres de santidad”, esto es Sus hombres, y son estas palabras que habló el propio Santo, Bendito Sea. Y por eso se hicieron dignos de ser conocidos como “hermanos del Santo”, como está escrito: “En mérito a mis hermanos y compañeros, diré ahora, Paz sea contigo”(Tehilim, Salmos 122:9). Luego fueron llamados “santidad”(Yeremiyahu, Jeremías 2:3). y no meramente “hombres de santidad”. Se nos ha ensenado que porque Israel es llamado “santidad” a nadie le está permitido aplicar a su vecino un epíteto insultante o ponerle un apodo degradante. El castigo por tal ofensa es efectivamente grande. Está escrito: “Guarda tu lengua del mal”(Tehilim, Salmos 31:15). “Del mal”: porque el agravio y el lenguaje malicioso hacen que la enfermedad entre en el mundo. R. Yose dijo: Quien ofende a su vecino poniéndole un apodo insultante o dirigiéndole, términos abusivos., sufrirá eventualmente por ofensas que no ha cometido. En relación con esto R. Jiyá dijo también en nombre de R. Ézequías: El que llama a su vecino “inicuo” será arrojado en los abismos del guehinóm. La única gente a la cual se puede legítimamente llamar “inicuos” son los que hablan sin pudor y con blasfemia contra aspectos interno y externo. R. Yese acostumbraba un tiempo permitir el comer gallina con queso o con leche. Pero R. Simeón le dijo: No debes permitir esto, pues con ello cabe que se abra la puerta para malos poderes. ¿No se le dice a un sectario: “Apártate, apártate, sal y no te acerques al viñedo”? Yo te digo que no debes hacer esto. Si permites tales mezclas prohibidas de alimentos es como si dieras vino a un Sectario. Está escrito: “No comerás ninguna abominación” (Devarim, Deuteronomio 14:3). donde la palabra “ninguno” incluye toda especie o clase de alimento prohibido. Hay una tradición según la cual Daniel, Ananías, Mijael y Azarías fueron liberados de sus procesos solamente porque no se habían contaminado con comida prohibida. R. Judá dijo: Está escrito: “pero Daniel se propuso no contaminarse con los manjares del rey”(Daniel 1:8). y hay una tradición según la cual el malvado Nabucodonosor acostumbraba, fuera de otros platos extraños a los que tenía inclinación, comer carne con leche y queso con vianda. Porque Daniel se abstenía de participar en tal alimento, cuando fue arrojado en la cueva de los leones alcanzó plenamente a la; imagen del Eterno, no cambiándose su perfeccionada forma humana en ninguna otra, de modo que los leones se sintieron despavoridos: y no le hicieron daño. Por otra parte, cuando el malvado Nabucodonosor fue privado de su reino y residió con las bestias del campo, su cara humana le fue retirada y desde ese momento no portaba la impresión de un hombre, de modo que todas las bestias del campo lo consideraban como una de ellas, y lo habrían devorado prontamente si no hubiera sido que desde el cielo se decretó que se convirtiera en objeto de burla para todos los hombres, exactamente como en su tiempo él había “hecho mofa de reyes”(Habacuc 1:10). Respecto de Daniel y sus compañeros está escrito que “al cabo de los diez días sus semblantes parecían mejores y más nutridos de carne que los de los muchachos que comían de los manjares del rey” (Daniel 1:5). Esto fue porque no fue apartada de ellos la imagen de su Eterno, mientras sí lo fue de los otros. ¿Cuál fue la causa de ello? El hecho de que no se ensuciaron con la abominación del alimento prohibido. Bienaventurados son los israelitas que están llamados a ser un “pueblo santo”. Y a Moisés le dijo, sube al Eterno. ¿Quién dijo esto? sangre en dos partes: “La mitad de la sangre esparció sobre el altar -de acuerdo a la significación que ya hemos revelado— y la otra mitad la esparció sobre el pueblo y dijo: “He aquí la sangre, del pacto, que el Eterno ha hecho con ustedes” (Shemot, Éxodo 24:8). “Puso la sangre en tazones”. Esto es una alusión a las palabras: “Tu ombligo es un tazón redondo” (Cantar de los Cantares 7:3). que se aplica a la Shejiná. Y Moisés solo se acercará al Eterno. Feliz fue la suerte de Moisés al obtener un privilegio no otorgado a ningún otro mortal. También los israelitas alcanzaron alturas mayores que en cualquier momento» antes. En esa hora fueron establecidos en la alianza sagrada y se les dieron alegres insinuaciones de que se debía erigir un santuario; en medio de ellos, como está escrito: “Y me harán un santuario, para, que Yo habite en medio de ellos”(Shemot, Éxodo 25:8). “Y vieron al Dios de Israel, y había bajo Sus pies como una obra pavimentada de una piedra de zafiro”. R. Judá dijo: está escrito: “Esa tu talla es parecida a una palmera”(Cantar de los Cantares 7:8). ¡Qué amor ha otorgado, en realidad, el Santo a perfectamente unido con ella, hasta como una palmera en la que masculino y femenino son uno en completa y continua unión! Ved ahora. Guando Nadab y Abihú y los setenta ancianos “vieron”, ¿qué vieron electivamente? “Vieron al El Eterno de Israel”, es decir, a |
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