ZOHAR Shemot
SHEMOT Volúmen 7
Y éstos son los nombres de los hijos de Israel que vinieron a Egipto: Cada hombre y su familia vinieron con Yaakov. Está escrito: Entonces los que sean sabios brillarán como el esplendor (zohar) del firmamento, y los que hayan vuelto a Justicia a muchos, serán como las estrellas para siempre. (Daniel 12:3). Los “sabios” son los que penetran en la esencia real de la sabiduría; “brillarán”, es decir, iluminados con la irradiación de la Sabiduría superior; “como el esplendor”, es la llama de la Corriente que sale del Edén (Bereishís, génesis 2:10 a lo cual se alude como “el firmamento”. Allí están suspendidas las estrellas, los planetas, el sol y la luna y todas las luces que irradian. El brillo de este firmamento alumbra sobre el Jardín del Edén y en medio del Jardín está el Árbol de la Vida, cuyas ramas se extienden sobre todas las formas y árboles y especias en vasijas adecuadas. Todas las bestias del campo y todos los pájaros del cielo se resguardan debajo de las ramas de este Árbol. El fruto del Árbol da vida a todos. Es sempiterno. El “otro lado” no tiene morada allí, sino que sólo la tiene el lado de la santidad. Benditos los que gustan de él; ellos vivirán por siempre jamás y son ellos a quienes se llama “los sabios” y ellos están dotados de vida en este mundo como en el mundo por venir. El Árbol se eleva a una altura de quinientas parasangas y su circunferencia es de seis miríadas de parasangas. Dentro de este Árbol hay una luz, Tiféret, de la cual irradian ciertos colores: Ellos vienen y van, no estando nunca en reposo, salvo en el Árbol. Salen de él para mostrarse en el brillo que no alumbra por sí mismo, Maljús, no descansan, sino que vuelan en torno. De este Árbol salen doce tribus, las doce oblicuidades de Tiféret, que han sido largamente caldeadas por él y bajan con esta luz que no alumbra por sí misma al exilio de Egipto, acompañadas por multitudes de huestes celestiales. R. Simeón comparó el exilio egipcio con el babilónico, basando sus observaciones sobre el texto: “La palabra del Eterno vino viniendo a Ezequiel” (Yejezkel, Ezequiel I, 3). Dijo: ¿Por qué la doble expresión “vino viniendo”? Más aún, si Ezequiel era efectivamente un profeta fiel, ¿por qué descubre la totalidad de su visión? ¿Es justo y cuadra a uno a quien el rey ha invitado a su palacio el revelar todos los secretos que ha visto allí? Y bien, Ezequiel fue efectivamente un profeta fiel y todo lo que vio lo mantuvo fielmente en secreto y todo lo que reveló lo reveló con permiso del Santo, Bendito Sea, y por razones pertinentes. Obsérvese que uno que está acostumbrado al sufrimiento, lo sobrelleva pacientemente, pero si uno no está acostumbrado y siempre vivió en comodidad, cuando cae sobre él el dolor, lo siente agudamente y merece que se lo compadezca. Así, cuando los hijos de Israel fueron al Egipto estaban acostumbrados a sufrir. Su padre, el justo Yaakov, había sido toda su vida un hombre de pesares, y ellos pudieron, así, soportar pacientemente el exilio. Pero el exilio de Babilonia fue un tormento real por el cual hubo llanto en el cielo y sobre la tierra, como está escrito: “Ved, sus héroes clamaban, los ángeles de la paz lloraban amargamente” (Yeshayahu, Isaías 33:7). en verdad, todos se juntaron en la lamentación. Los que habían crecido en la abundancia real eran ahora arrojados al exilio con sus cuellos sojuzgados y sus manos engrilladas; y cuando llegaron al país del exilio, la desesperación se instaló en sus corazones y pensaron que nunca volverían a levantarse porque El Eterno los había abandonado. A esa hora el Santo llamó a reunión a todos Sus ejércitos celestiales, a Su séquito de arriba, a todas las carrozas santas, las de abajo y las de arriba, de sus filas, a todo el ejército celestial, y les habló así: “¿Qué hacéis aquí? Mis hijos amados están cautivos en Babilonia, ¿y vosotros permanecéis aquí? Levantaos todos y andad a ellos, y Yo iré con vosotros”. Cuando la Compañía celestial llegó a Babilonia, los cielos se abrieron y el Espíritu Santo de la profecía descendió sobre Ezequiel y él vio su visión maravillosa, y proclamó a los exiliados: “Ved, vuestro Amo está aquí y todos los seres celestiales bajaron para ser vuestros compañeros”. Pero ellos no lo creyeron y así se vio obligado a descubrir ante ellos la totalidad de su visión celestial. Entonces la alegría de ellos fue en extremo grande y ellos no se rehusaron al exilio porque sabían que el Eterno mismo estaba en medio de ellos. Todos se llenaron de un amor perfecto a El, dispuestos a sacrificarse por la santidad del Santísimo, Bendito Sea. Por esta razón el profeta descubrió ante ellos todo lo que había visto. Se nos ha enseñado que adonde fuera Israel en cautiverio, la Shejiná iba con él. Esto lo aprendemos en el ejemplo presente de la expresión “hijos del Israel (superior)”, que tomamos aquí como refiriéndose a los ejércitos y carros celestiales, de los que se nos dice “vinieron con Yaakov a Egipto”. R. Jiyá citó en relación con esto el versículo: Ven conmigo del Líbano, oh novia mía, conmigo del, Líbano. Desciende desde la cumbre de Amana, desde la cumbre de Senir y de Hermón, desde las guaridas de los leones, desde las montañas de los tigres (Shir hashirím, Cantar de Cantares 4: cuando el Santo, Bendito Sea, sabe que ellos cometerían un pecado si vivieran más largamente, los saca antes de su tiempo. Y este es el sentido del versículo antes citado: “hay justos a quienes acontece de acuerdo con la obra de los inicuos”, como fue el caso con R. Akivá y sus colegas; les vino el juicio de arriba como si hubieran cometido los pecados y acciones de los inicuos. Por otra parte, “hay inicuos a quienes acontece de acuerdo a la obra de los justos”: viven en paz y comodidad en este mundo y no cae sobre ellos el juicio, como si hubiesen realizado los actos de los justos. ¿Por qué es eso? Porque el Santo prevé o que están por arrepentirse, o bien que tendrán descendencia virtuosa, como, por ejemplo, Terah, que tuvo a Abraham, y Ajaz, que tuvo a Ezequías. Así, como dijimos, hay un “aliento” (hevel) en un lado como en el otro, un “aliento es hecho sobre la tierra” para que el mundo pueda sostenerse. Otra interpretación del versículo es la siguiente: “Vanidad es hecha sobre la tierra”, por ejemplo, cuando una “obra de los inicuos”, la tentación de cometer algún pecado, se acerca a los justos y ellos permanecen firmes en el temor de su Eterno y rehúsan contaminarse, como tantos de aquellos que conocemos que hicieron la voluntad de su Amo y no pecaron. Por otra parte, “acontece que hombres inicuos hacen las obras de los justos” en ciertas ocasiones, como, por ejemplo, el judío que pertenecía a una banda de asaltantes en una montaña y que, cuando veía pasar a una persona, le advertía el peligro, así que R. Akivá le aplicó las palabras de la segunda mitad de este versículo. O, el Hombre en la vecindad de R. Jiyá que una vez tomó una mujer con la intención de violarla, pero que cuando ella le dijo “Honra a tu Amo y no peques conmigo”, dominó su pasión y la dejó irse. El Santo ha hecho a unos y a otros, a los justos y a los malvados, y, como El es glorificado en este mundo por las obras de los justos, así es glorificado por los inicuos cuando ellos hacen una buena acción: “El ha hecho toda cosa bella en su tiempo” (Koheles, Eclesiastés 3:11). Pero desdichado el pecador que se hace inicuo él mismo y obstinadamente tiende a su pecado. R. Eleazar dijo además: El rey Salomón, cuando le fue dada la sabiduría, vio todo “en el tiempo de su Hevel”, es decir, en el tiempo cuando la luna (el Espíritu Santo) gobernaba. Vio al Justo (Tzadik), el pilar del mundo, “pereciendo en su rectitud” en el tiempo del exilio, porque cuando Israel está en exilio El está con los hijos de Israel, y las bendiciones superiores no lo alcanzan a El. Así “hay un justo que perece en su rectitud” (Koheles, Eclesiastés 7:15). Por otra parte, vio “una persona malvada que prolonga su vida en su maldad” (Koheles, Eclesiastés 7:15). o sea, Samael, que hizo que Edom (Roma) continuara en su prosperidad por la ayuda de su “Mal”, su esposa, la aborrecible serpiente. Y lo mismo se aplica a la prosperidad de todos los otros reinos de este mundo, hasta el tiempo en que el Santo, Bendito Sea, levantará del polvo “la cabaña de David que ha caído” (Amos 9:11). Y fue un hombre de la casa de Leví. R. Yose discurrió aquí sobre el versículo: “Mi amado bajó a su jardín, a los lechos de especias” (Shir hashirím, Cantar de cantares VI, 2. Dijo: Las palabras “a su jardín” se refieren a la Comunidad de Israel. Ella es un “lecho de especias” lleno con el aroma del mundo por venir. En la hora cuando el Santo desciende a este Jardín, las almas de todos los justos coronados allí emiten su perfume, como está dicho “Cuánto mejor que todas las especias es el aroma de tus ungüentos” (Shir hashirím, Cantar de cantares 4:10). . Estos son aquellos de quienes R. Yitzjak ha dicho: “Todas las almas de los justos que han vivido en este mundo y todas las almas que algún día descenderán para residir allí, todas éstas moran en el Jardín terrenal (Paraíso), en la forma que fue o que será su semejanza en la tierra”. Es éste un misterio que fue transmitido a los sabios. El espíritu que entra en los hombres y que emana de la Hembra (Maljús) hace una impresión al modo de un sello. Es decir, la forma del cuerpo humano en este mundo es proyectada hacia afuera, y toma la impresión del espíritu desde adentro. Así, cuando el espíritu se separa del cuerpo, retorna al Jardín terrenal en la forma actual y en la actual pauta del cuerpo que fue su vestidura durante su permanencia en este mundo y sobre el cual actuó como un sello. De ahí que se dice “Ponme como un sello” (Shir hashirím, Cantar de cantares (.6). . Así como el sello presiona desde adentro y su marca aparece afuera, así actúa el espíritu sobre el cuerpo. Pero cuando se separa del cuerpo y vuelve al Paraíso terrenal, el éter allí hace que esta impresión de adentro se proyecte hacia afuera, de modo que el espíritu recibe una figura exterior a la semejanza del cuerpo en este mundo. Pero, la superior de las almas (neschamá), que sale del Árbol de Vida (Tiféret) es modelada allí arriba de una manera que pueda ascender al “Manojo de Vida”, para deleitarse en la belleza del Eterno. “Para ver la belleza del Eterno y para visitar su templo” (Tehilím, Salmos 27:4) Y fue un hombre de la casa de Leví. Esto se refiere a Gabriel, al que se llama “el Hombre” (Daniel 9:21). “De la casa de Leví” es la Comunidad de Israel, que proviene del “Lado Izquierdo”. “Y tomó la hija de Leví”, o sea, el alma superior (neschamá). Pues se nos ha enseñado que en la hora cuando el cuerpo de un justo nace en el mundo, el Santo llama a Gabriel, el cual toma del Paraíso el alma ordenada para ese santo y la manda que descienda en el cuerpo de aquel que está por nacer en este mundo. Y así Gabriel es designado como guardián para esa alma. Pero, se podría decir, ¿No sabemos, ocaso, que el ángel designado para guardar los espíritus se llama “Laila” (noche)? ¿Cómo, entonces, puedes decir que es Gabriel? La respuesta es que los dos nombres son correctos. Pues Gabriel viene del “Lado Izquierdo”, y cualquiera que viene de este lado también lleva el otro nombre, que significa “noche”. Según otra explicación, “un hombre” es aquí Amram y “la hija de Leví” es Yojeved. Una voz celestial proclama que él se une a ella, y que por el hijo que nacerá de ellos el tiempo de la redención de Israel se aproximará. Y el Santo vino en su ayuda, por que, como se nos enseñó, la Shejiná descansaba sobre el lecho nupcial y la voluntad de los dos en su unión era una con la voluntad de la .Shejiná. Por eso la Shejiná no cesa de residir con el fruto de esa unión. Está escrito: “Santificaos y sed santos” (Vayikrá, Levítico 11:44). que significa que cuando una persona así se santifica aquí abajo, el Santo agrega Su santificación desde arriba. Como los dos tienden a unirse también con la Shejiná, Ella se unió con ellos en su unión. R. Yitzjak dijo: Benditos los justos cuyo deseo todo es siempre de unirse con el Santo en plenitud y perfección. Pues, así como ellos se apegan a El, El también se apegará a ellos por siempre. Desdichados los inicuos cuyo deseo y tendencia se apartan de El. No sólo se alejan de El, residiendo en separación, sino que aun se unen a ese “otro lado”. Así Amram, que fue fiel al Santo, llegó a ser el padre de Moisés, al cual el Santo nunca abandonó y con quien la Shejiná estuve siempre unida, bendito sea. Y la mujer concibió y tuvo un hijo y vio que él era bueno. ¿Qué significan las palabras “que era bueno”? R. Jiyá dijo: Ella vio que aun en su nacimiento estaba marcado con el signo del pacto, porque la palabra “bueno” contiene una alusión al pacto, como está escrito: “Di del justo que él es bueno” (Yeshayahu, Isaías 3:10). R. Yose dijo: Ella vio la luz de la Shejiná jugando en torno de él. Pues cuando él nació esta luz llenó toda la casa, y por eso la palabra “bueno” tiene aquí la misma referencia que en el versículo “y El Eterno vio la luz que era buena” (Bereishís, génesis 1:4). Y ella lo ocultó tres meses. ¿Qué significa esto? R. Judá dijo: Esto es una insinuación de que Moisés no estuvo destinado a percibir la Luz Suprema hasta que hubieran pasado tres meses después del Éxodo, como está dicho “en el tercer mes después de que los hijos de Israel salieron del país de Egipto, el mismo día ellos entraron en el desierto de Sinaí” (Shermót, Éxodo 19:1). Sólo entonces se transmitió a través de él la Toráh y se reveló la Shejiná, permaneciendo sobre él ante los ojos de todos, como está dicho: “Y Moisés ascendió a El Eterno y el Eterno lo llamó de la montaña” (Shemót, Éxodo 5:3). Y cuando ella no pudo ocultarlo más. Durante todo el tiempo su comunión con el Santo, Bendito Sea, no fue manifiesta. Pero después, “Moisés habló, y El Eterno le respondió con una voz” (Shemót, Éxodo 19:19). Elle tomó para él una arquilla de juncos: con esto se prefiguró el Arca que contiene las “Tablas del Pacto”: Y la embadurnó con limo y con betún, con lo que de nuevo se prefigura el Arca que llevaba una capa adentro y una capa afuera. R. Judá dijo que esto era simbólico de la Torá en la que el Santo, Bendito Sea, asentó reglas severas en la forma de preceptos, positivos y negativos. Y ella puso al niño adentro. Esto prefigura a Israel, de quien está escrito: “Cuando Israel era un niño Yo lo amé” (Hoshera, Oseas 11:1). Y la puso en los carrizales (Suf), lo que alude a los preceptos de la Torá, que no entraron en vigor hasta que ellos entraron en el País al final (sof) de cuarenta años. Junto a la ribera (sfat, que significa labio) del río, lo que alude a la instrucción que sale de los labios de los maestros: de la ley y el estatuto. La siguiente es una explicación alternativa de estos versículos: Y tornó por mujer a una hija de Leví. Esto significa el lugar que está lleno del brillo de la luz de la luna (Maljús). Y ella lo oculto durante tres meses. Estos son los tres meses en los cuales el mundo está bajo la égida de la Justicia severa, o sea, Tamuz, Ab y Tevet. ¿Y qué significan estas palabras? Ellas significan que antes de descender a este mundo Moisés ya moraba en las regiones superiores y por eso estaba unido con la Shejiná desde el momento de su nacimiento. De esto concluía R. Simeón que los espíritus de los justos existen en el cielo antes de que bajen a este mundo. Y cuando ella no pudo ocultarlo más, tomó para él una arquilla de juncos. Ella lo guardó con señales contra el poder de los peces que nadan en el océano, es decir, contra los malos espíritus, “donde hay innumerables cosas que se mueven” (Tehilím, Salmos 104:25). Ella lo protegió de ese daño con una cubierta preciosa compuesta de dos colores, negro y blanco (gracia y poder). Colocó al niño entre estos colores, para que pudiera familiarizarse con ellos y luego ascender entre ellos para recibir la Toráh. Y la hija de Faraón bajó para bañarse en el río. Ella era el símbolo del poder que emana del “lado izquierdo”, que indica severidad; así ella se bañó en el “río”, y no en el “mar”. Y sus doncellas caminaban a lo largo de la orilla. Esto significa todas las legiones que provienen de ese lado. Y ella la abrió y lo vio al niño. ¿Por qué dice “ella lo vio al niño” en vez de decir simplemente “ella vio al niño”? R. Simeón dijo: No hay en la Toráh una palabra que no contenga sublimes y preciosas enseñanzas místicas. Con respecto a este pasaje, hemos aprendido que la impronta del Rey y la Matrona era discernible en el niño, una impronta que simboliza las letras Vav y He. Y así ella tuvo inmediatamente “compasión de él”. A tal punto que todo el pasaje contiene alusiones a asuntos celestiales. Desde aquí el texto se relaciona con sucesos terrenales, con la excepción del versículo siguiente. Y la hermana de él estaba lejos. ¿La hermana de quién? La hermana de Aquel que llama a la Comunidad de Israel “hermana Mía”, en el versículo “¡Ábreme, hermana mía, mi amor!” (Shir hashirím, Cantar de cantares 5:2). “Lejos de”, como está escrito: “Desde lejos el Eterno se me apareció” (Yeremiyahu, Jeremías 31:2). de lo cual resulta evidente que a todos los justos los conocen todos en esas regiones elevadas antes de que sus almas desciendan a este mundo. Cuanto más, entonces, Moisés. También hemos aprendido de esto que las almas de los justos emanan de una región superior, como ya lo asentamos. Pero con esto también se conecta una lección esotérica, o sea, que el alma tiene un padre y una madre, como el cuerpo tiene un padre y una madre en este mundo. En realidad, todas las cosas arriba y abajo provienen de Varón y Hembra, como ya lo inferimos de las palabras “Que la tierra produzca un alma viviente” (Bereishis, génesis 1:14). “La tierra” simboliza la Comunidad de Israel. “Un alma viviente” simboliza al alma del primero, del Hombre superior, como ya se explicó. Entonces vino a él R. Abba, lo besó y dijo: Verdaderamente hablaste bien. En efecto, es así. Bendito es Moisés, el Pastor fiel, más fiel que todos los otros profetas del mundo. Aun hay otra interpretación de “y su hermana estaba lejos”, según la cual interpretación esto simboliza la “Sabiduría”, “di a la Sabiduría, tú eres mi hermana” (Mishlei, Proverbios 8:4). R. Yitzjak dijo: El atributo de la Justicia nunca partió del mundo, porque toda vez que Israel pecó, la Justicia severa estaba allí como su acusador, y entonces “su hermana (la sabiduría) estaba alejada”, sin interferir. “Y la hija de Faraón bajó para bañarse en el río”: es decir, tan pronto como Israel se separa de la Toráh, el atributo de la Justicia viene para “bañarse” en la sangre de Israel, a causa del descuido de la Toráh. “Y sus doncellas caminaban a lo largo de la ribera del río”: estas son las naciones que persiguen a Israel, por causa de su desdén de la Toráh. R. Judá dijo: la suerte del hombre depende en último término del arrepentimiento y la plegaria, y especialmente de la plegaria con lágrimas, pues no hay puerta por la que las lágrimas no puedan entrar. Está escrito aquí: “Y ella la abrió y vio al niño”, lo cual, si se lo interpreta, significa que la Shejiná, que siempre revolotea sobre Israel como una madre sobre sus hijos, y alega en su defensa contra su acusador, la abrió» “y vio al niño, y vio que el chicuelo lloraba”. La Shejiná vio al “niño”, al pueblo de Israel a quien se llama “el hijo de la delicia” (Yeremiyahu, Jeremías 31:20). Con lágrimas de remordimiento, alegando ante el Santo-como un niño ante su padre, y ella “le tuvo compasión”. Ella dijo: “Este es uno de los niños de los Hebreos”, es decir, de los hebreos, que son gente suave y de corazón tierno y no de los Gentiles que son obstinados y duros de corazón. Ellos, los hebreos, son de corazón tierno y anhelosos de retornar a su Amo celestial. “Y ella llamó a la madre del niño” la cual lloraba, como está escrito: “en Rama se oía una voz, un lamento y un llanto y gran aflicción. Raquel lloraba por sus hijos, y no quería ser consolada” (Yeremiyahu, Jeremías 31:14). El niño lloró, y lloró la madre. R. Judá continuó: Respecto del futuro, está dicho: “Ellos vendrán con llanto, y con súplicas yo los conduciré”. En mérito al llanto de Raquel, la madre del niño, ellos vendrán y se juntarán desde el cautiverio. R. Yitzjak dijo: La redención de Israel depende solamente del llanto: cuando se extinga el efecto de las lágrimas de Esaú que él derramó ante su padre por causa de su derecho de primogenitura (Bereishis, génesis 27:38). comenzará la redención para Israel. R. Yose dijo: El llanto de Esaú llevó a Israel al cautiverio, y cuando su fuerza se agote, los hijos de Israel, por sus lágrimas, serán librados de él. Y él vio a un egipcio golpeando a un hebreo... Y miró de un lado a otro. Miró por las cincuenta letras por las que los israelitas proclaman la Unidad Divina dos veces al día, pero no encontró semejanza de ellos expresada en el rostro de ese hombre. R. Abba dijo: Miró “aquí” para ver si había buenas obras efectuadas por el hombre y miró “allí” para ver si saldría de él un buen hijo. “Y él vio que no había allí hombre alguno”; vio a través del Espíritu Santo que nunca descendería de él tal buen hijo, por que sabía, como lo ha dicho R. Abba, que hay muchos padres inicuos que tienen más hijos buenos que padres justos y que un buen hijo nacido de padres malvados es de especial excelencia, siendo puro a partir de lo impuro, luz desde la oscuridad, sabiduría desde la necedad. La palabra “vio” indica aquí discernimiento por el Espíritu Santo, y por eso, no retrocedió de matar al egipcio. Y bien, el Santo, Bendito Sea, ordenó las cosas de manera que Moisés pudiese llegar a la misma fuente a la que había llegado Yaakov. Dice aquí: “Y él se sentó junto a una fuente”, y de Yaakov está dicho, “Y él miró, y vio una fuente”(Bereishis, génesis 19:2). Esto muestra que aunque pertenecían al mismo grado de santidad, Moisés ascendió en él más alto que Yaakov. Un día, mientras R. Yose y R. Yitzjak estaban caminando juntos, el primero dijo: ¿El pozo que los dos, Yaakov y Moisés, vieron, era el mismo que había sido cavado por Abraham e Yitzjak? Dijo R. Yitzjak: ¡No! Este pozo fue creado cuando se creó el mundo, y su boca fue formada en la víspera del Sábado de la creación, en el crepúsculo. Este fue el pozo que Yaakov y Moisés vieron. Y el sacerdote de Midian tenía siete hijas. R. Judá dijo: Si el pozo del cual extrajeron agua fue el pozo de Yaakov, ¿cómo fueron capaces las hijas de Jetró de extraer agua de él sin dificultad? ¿No había “sobre la boca del pozo una piedra grande” que debía ser “rodada afuera” por los pastores, (Bereishis, génesis 29:2-3). R. Jiyá dijo: Yaakov sacó esa piedra del pozo y no la volvió a poner. Desde entonces el agua manaba y no había piedra sobre el pozo y, así, las hijas de Jetró pudieron extraer agua de él. R. Eleazar y R. Abba estaban una vez caminando desde Tiberíades a Siforis. En el camino se les unió un judío. R. Eleazar dijo: Que cada uno de nosotros exponga algún dicho de la Torá. El mismo comenzó citando la sentencia: “Entonces él me dijo, profetiza a! espíritu, profetiza, hijo de hombre y di al los pastores actuaban como lo hacían por causa de su religión idólatra, inmediatamente se puso de pie y ayudó a las hijas y dio de beber a sus rebaños, actuando plenamente por fervor hacia El Eterno en todas las cosas. R. Eleazar le dijo: Hace tiempo que estás con nosotros y aún no conocemos tu nombre. El contestó: mi nombre es Yoezer ben Yaakov. Los colegas se le acercaron y lo besaron. Ellos dijeron: Estás con nosotros hace ya tiempo, y no te conocíamos. Caminaron juntos el día entero y luego lo acompañaron tres millas por su ruta. Y dijeron, un egipcio nos libró de la mano de los pastores. R. Jiyá dijo: los compañeros han afirmado que al emplear la palabra “egipcio” hablaron en un rapto de inspiración, diciendo palabras cuyo verdadero alcance ellos mismos no conocían. En realidad eran como un hombre que reside en el desierto y que raras veces saboreó vianda, pero un día, cuando un oso perseguía a un cordero pasando frente a su residencia, salvó al cordero del oso, para luego matarlo para tener de él comida, de modo que fue el oso el medio de proporcionar vianda al hombre. Así fue cómo debido al egipcio a quien Moisés mató, se salvaron las hijas de Jetró. La siguiente es una explicación alternativa de Éxodo I, 1: Y estos son los nombres de los hijos de Israel. R. Judá comenzó con las palabras: “morena soy, pero bella” (Shir hashirím, Cantar de cantares 1:5). . Dijo que ellas se refieren a la comunidad de Israel, que es “negra” a causa de su cautividad, y, “bella” a causa de la Torá y las buenas acciones, por las que será digna de heredar la Jerusalém de las alturas. Aunque ella es “como las tiendas de Kedar”, es decir, “negra” (kedar), ella es “como los atrios de Salomón”, esto es, ella pertenece al Rey de la paz perfecta (Shalom). R. Jiyá el Grande visitó una vez a los maestros de la ciencia esotérica para aprender de ellos. Vino a la casa de R. Simeón ben Yojai y la encontró cerrada con una cortina. R. Jiyá se sintió avergonzado y dijo: permaneceré aquí y oiré lo que dice. Y oyó que R. Simeón decía: Date prisa, Oh amado mío, y sé como el corzo o como el cervato, sobre las montañas de los aromas (Shir hashirím, Cantar de cantares 8:14). Esto significa el anhelo de Israel del Santo, Bendito Sea: ella le implora que no parta de ella a una distancia, sino que sea como un corzo y un cervato. Estos animales, a diferencia de otros, cuando corren lo hacen en un camino corto, y miran hacia atrás, volviendo sus rostros hacia el lugar de donde vienen. Luego corren de nuevo, y vuelven a darse vuelta para mirar atrás. Así los israelitas dicen al Santo, Bendito Sea: “Si nuestros pecados fueron la causa de que Tú nos abandonaras, que Tu placer sea correr como un corzo o un cervato, y mirar hacia atrás a nosotros”. Y, efectivamente, está escrito: “mas ni aun por todo esto, estando ellos en la tierra de sus enemigos, los habré desechado, ni los habré detestado, de manera que los destruyera, anulando Mi pacto con ellos; por cuanto yo soy el Eterno, su El Eterno” (Vayikrá, Levítico 26:44). Además, un corzo duerme con un ojo cerrado y el otro abierto, y así Israel dice al Santo, Bendito Sea, “Sé para mí como un corzo también en esto”. Pues he aquí que verdaderamente “el que guarda a Israel no dormita ni duerme” (Tehilím, Salmos 121:4). Oyendo todo esto, R. Jiyá dijo: He aquí que seres superiores están presentes en esta casa, y yo estoy afuera. Pobre de mí. Y comenzó a llorar. Pero R. Simeón al oirlo desde adentro, dijo: En verdad, la Shejiná está afuera. ¿Quién saldrá para traerla adentro? R. Eleazar su hijo dijo: Aunque yo arda, no arderé más que el fénix, porque la Shejiná está allí fuera. Que entre aquí, para que el fuego sea perfecto. Entonces oyó una voz: las columnas aun no han sido colocadas ni están todavía fijadas las puertas, y él es de aquellos que todavía son demasiado jóvenes para las especias del Edén que hay aquí. Y así R. Eleazar no salió. R. Jiyá, sentado aún afuera, recitaba: “Vuelve, Oh amado mío, sé como el corzo o como el cervato sobre las montañas escarpadas” (Shir hashirím, Cantar de cantares 2:17). Entonces se abrió la cortina divisoria, pero R. Jiyá no entró. R. Simeón levantó sus ojos y dijo: el que está afuera ha recibido una clara señal deque le estaba permitido entrar, ¿y nosotros permanecemos aquí? Se puso de pie y he aquí que un fuego rosado comenzó a moverse desde el lugar donde estaba parado al lugar donde se hallaba R. Jiyá. R. Simeón dijo: Una chispa de luz radiante está afuera y yo estoy aquí adentro. R. Jiyá no pudo abrir su boca. Cuando entró bajó sus ojos y no miró hacia arriba. R. Simón dijo a R. Eleazar su hijo: Levántate y pasa tu mano sobre su boca, porque no está acostumbrado a estos ambientes. R. Eleazar se levantó e hizo como se le dijera. Entonces R. Jiyá abrió su boca y dijo: Ahora ven mis ojos algo que no vieron antes. He alcanzado una altura como no la soñé. Es bueno morir en el fuego encendido por el buen oro, en lugar donde vuelan chispas a todos los lados, cada una alcanzando a trescientas setenta agitaciones de ángeles, y cada uno de los cuales se extiende a miles y decenas de miles, hasta que alcanzan al Anciano de Días que está sentado sobre el Trono. El Trono tiembla, y su temblor penetra a través de doscientos y sesenta mundos hasta que alcanza un lugar que se llama “la delicia de los justos”, y se oye a través de todos los firmamentos. Entonces todos los que están arriba y los que están abajo se sienten muy confundidos y claman con una sola voz: “Este es R. Simeón ben Yojai, el estremecedor de mundos. ¿Quién puede permanecer ante él? Cuando él abre sus labios para exponer la Torá, escuchan su voz todos los tronos, todos los firmamentos, todas las huestes angelicales, todos los que alaban al Eterno. Ninguna boca se abre. Todos están silenciosos y no se oye ningún sonido hasta que sus palabras atraviesan todos los firmamentos arriba y abajo. Pero cuando él termina, el canto y el regocijo de los que alaban al Eterno es tal como nunca se oyó antes. Encuentra eco en todos los firmamentos del Cielo. Y todo esto es a causa de R. Simeón y su sabiduría. Ellos se inclinan ante su Amo. El perfume de las especias del Edén asciende en suavidad al Trono del Anciano de Días. Y todo esto es por R. Simeón y su sabiduría”. R. Simeón disertó aquí de la manera siguiente: En su descenso a Egipto, Yaakov fue acompañado por seis grados angélicos, cada uno de los cuales consistía de diez mil miríadas. En correspondencia con ello, Israel fue constituido de seis grados, en correspondencia a los cuales, a su vez, hay seis pasos al Trono celestial superior, y en correspondencia a ellos hay seis pasos al Trono celestial inferior (Maljús). Observad que cada grado era un resumen de diez grados, de modo que juntos eran sesenta, es decir, idénticos con las “tres veintenas de hombres poderosos” que rodean a la Shejiná. Y estos sesenta a su vez, son las sesenta miríadas que acompañaron a los hijos de Israel en su salida del exilio y acompañaron a Yaakov al exilio. R. Jiyá le preguntó: ¿Pero no hay siete grados, cada uno resumen de los diez grados, con lo que se llega a setenta? R. Simeón, en respuesta, dijo: Este número no rige para esta materia, como lo hemos aprendido de la descripción del candelero, del cual está dicho: “Y seis brazos saldrán de sus dos lados: tres brazos del candelabro de un lado de él, y tres brazos del candelabro del otro lado de él... Harás también sus siete lámparas” (Shemót, Éxodo 25:32). La rama central no se cuenta con el resto, como está dicho “y encenderán sus lámparas, para que puedan alumbrar hacia la parte de enfrente” (Shemót, Éxodo 25:32). Cuando se sentaron, R. Eleazar preguntó a su padre R. Simeón: ¿Con qué propósito y para qué fin el Santo, Bendito Sea, dejó que Israel bajará a Egipto para estar allí en exilio? Su padre respondió: ¿Planteas una pregunta o dos? R. Eleazar dijo: Dos, ¿por qué a Egipto y por qué al exilio? R. Simeón dijo: Levántate y llénate de coraje. Que esta palabra sea establecida en tu nombre arriba. Habla hijo mío, habla. Entonces R. Eleazar abrió su boca y dijo: “Son sesenta reinas y ochenta concubinas, y vírgenes sin número” (Shir hashirím, Cantar de cantares 6:8).. Las “sesenta reinas” son alegóricas de los heroicos ángeles celestiales que son del ejército de Guevurá, y esto las liga a las “cascaras” (klipot, es decir, elementos más bajos) de la santa congregación de Israel. Las “ochenta concubinas” significan las klipot inferiores que tienen dominio en este mundo y cuyo poder es en relación a los poderes más altos como uno a cien. Las “vírgenes sin número” son esas huestes angelicales de las que se dice “¿Hay un número para estas bandas?” (Yov, Job 25:3). Y sin embargo “Mi paloma, mi incontaminada solo es una, ella es la única de su madre” (Shir hashirím Cantar de cantares 6:9). , la Santa Shejiná, que proviene de las doce llamaradas de la radiación que ilumina a todas las cosas y se llama “Madre”. Y el Santo, Bendito Sea, trata la tierra de acuerdo a este principio: El ha desparramado las naciones en separación y designó jefes superiores sobre ellas, como está escrito, “que el Eterno ha impartido a todas las naciones bajo el cielo” (Devarím, Deuteronomio 6:19).. Pero tomó para Sí la congregación de Israel a fin de que fuese Su porción, como está escrito, “Porque la porción del Eterno es Su pueblo; Yaakov es Su posesión especial” (Devarím, Deuteronomio 32:9). Así está claro que Israel está directamente bajo El Eterno y no otro. Y El dice de Israel: “Mi paloma, mi incontaminada, sólo es una, ella es la única de su Madre”. Ella es la única de su Madre Shejiná que mora en medio de Israel. “Muchas hijas se han portado excelentemente, mas tú las has superado a todas” (Mishlei, Proverbios 31:29). Hay además otro sentido esotérico en este versículo. En Pirke Avot (V, 1) se nos ha enseñado: “El mundo fue creado con diez Dichos”. Sin embargo, si se examina, resulta que son solamente tres: Sabiduría, Entendimiento y Conocimiento. El mundo fue creado solamente en mérito a Israel. Cuando el Santo, Bendito Sea, deseó dotar la tierra con permanencia, El formó a Abraham en el misterio de la Sabiduría, a Yitzjak en el misterio del Entendimiento y a Yaakov en el misterio de la Percepción, es decir, del Conocimiento. Por eso está dicho: “Con la sabiduría se edifica la casa y con entendimiento se afirma y con conocimiento se llenan las cámaras de toda suerte de alhajas hermosas y preciosas” (Mishlei, Proverbios 24:4-5). A esa hora el mundo todo llega a la perfección; y cuando a Yaakov le nacieron las doce Tribus todas las cosas llegaron a acabamiento de acuerdo a la pauta superior ordenada desde el comienzo. Guando el Santo vio el excesivo gozo de este mundo inferior acabado según la manera del mundo superior, dijo: “Si los israelitas se mezclaran con las otras naciones paganas, habrá daño para todos los mundos”. ¿Entonces, qué hizo El? Hizo que erraran sobre la superficie de la tierra de una nación a otra hasta que, en Egipto, cayeron en medio de la raza que los hizo esclavos, despreciaron sus costumbres y aborrecieron sus caminos, y no se mezclaron con ellos ni tenían parte en ello. Ambos, varón y hembra, entre los egipcios, los detestaron, y así todo el propósito Divino pudo completarse dentro de la simiente santa, mientras que al mismo tiempo la culpa de las otras naciones se completó, como está escrito: “En la cuarta generación, ellos (los hijos de Abraham) volverán aquí, porque hasta entonces la iniquidad de los Ameritas no habrá llegado a su colmo” (Bereishis, génesis 15:16). Y cuando los israelitas salieron de la servidumbre de Egipto, salieron como seres puros y santos, según está dicho: “Las tribus del Eterno, el testimonio de Israel” (Tehilím, Salmos 132:4). Entonces R. Simeón se acercó a su hijo, y besándolo, dijo: Permanece, hijo mío, de pie en este lugar, pues la hora te favorece. R. Simeón se sentó entonces, mientras R. Eleazar, su hijo, estuvo de pie y expuso misterios de la sabiduría. Y mientras él hablaba su rostro se iluminó como la irradiación del sol y sus palabras ascendieron a las grandes alturas y volaron atravesando el firmamento. Así continuaron durante dos días, sin comer y sin beber y sin advertir el día ni la noche. Luego se dieron cuenta de que no habían probado nada durante dos días. R. Simeón dijo: Se nos ha dicho que Moisés “estuvo allí con el Eterno cuarenta días y cuarenta noches; no comió pan, ni bebió agua” (Shemót, Éxodo 24:28). Si nosotros que sólo por un breve lapso fuimos arrastrados en el rapto de la contemplación Divina, olvidamos el comer y el beber, ¡cuánto más debió ocurrirle a Moisés! Cuando R. Jiyá apareció ante R. Judá el Santo y le relató este hecho, R. Simeón ben Gamliel, padre de R. Judá, dijo: R. Simeón ben Yojai es efectivamente un león y su hijo se le parece. Es diferente de todos los otros de su especie. De él está escrito: “El león ha; rugido, ¿quién no temerá?” (Amos 3:8). . Y si aun los mundos superiores tiemblan ante- él, ¿cuánto más, entonces, nosotros? Un hombre que no necesita ayunar para proclamar sus deseos al Todopoderoso, y para tenerlos cumplidos, pues decide y el Santo, Bendito Sea, confirma su decisión; o el Santo, al decidir, revoca la decisión y es anulada. Como está dicho: “Habrá uno que gobierne sobre el hombre, un justo gobernando en el temor del Eterno” (Melajim, 2, 2° Samuel 23:3). El Santo gobierna sobre el hombre, ¿pero quién gobierna sobre el Santo? Seguramente, el Justo. Porque puede ocurrir de tiempo en tiempo que el Santo proponga y el justo disponga. R. Judá dijo: El Santo, Bendito Sea, se deleita más en la plegaria del justo que en cualquier otra cosa. Sin embargo, aunque a El le agrade más que toda otra cosa, no siempre otorga los requerimientos de los justos ni todo lo que ellos pidan. A veces rehusa satisfacer su deseo. Cuentan los discípulos que en una ocasión cuando había escasez de lluvia, R. Eleazar decretó que la congregación ayunara cuarenta días. Pero no cayó lluvia. Entonces oró R. Akivá, y cuando él dijo las palabras “Tú haces que el viento sople”, el viento sopló, y cuando dijo “que la lluvia caiga”, he aquí que cayó la lluvia. R. Eleazar estaba muy molesto frente a ello. R. Akivá vio sus sentimientos en su mirada, y se levantó y dijo a la congregación: Os contaré una parábola. R. Eleazar es como uno que es amigo y caro compañero del rey; cuando va al palacio para gestionar algún favor, no le es otorgado en seguida, pues el rey tanto se deleita en la presencia de su amigo que lo entretiene todo el tiempo que le es posible. Yo, en cambio, soy como el sirviente del rey, cuyos pedidos son rápidamente otorgados, deseando el rey que cuanto antes deje de turbarlo. Por eso dice: “Da al hombre de una vez lo que quiere, y así no tendrá que entrar en mi cámara”. Al oír esto, R. Eleazar se sintió confortado. Le dijo: Akivá, déjame que te cuente lo que se me mostró en un sueño respecto de las palabras: “No ores por este pueblo, no clames ni reces por él, ni intercedas ante mí” (Yeremiyahu, Jeremías 7:16). Doce botes de bálsamo puro entraron con aquel que lleva pectoral y Efod— es decir, el Sumo Sacerdote, el Intercesor, probablemente Metatrón— cuando oraba al Santo para que tuviese misericordia del mundo, y aún no tiene respuesta. Si es así, ¿por qué fue vejado R. Eleazar? Porque el pueblo no lo sabía. R. Eleazar dijo: En diez y ocho jardines de bálsamo han entrado diariamente las almas de los justos, de los que emanan cuarenta y nueve aromas, que llegan al lugar llamado Edén. Este en correspondencia con las cuarenta y nueve maneras de interpretar la Toráh, según lo dice el Midrash Rabba del Cantar de cantares, las cuarenta y nueve letras en los nombres de las doce tribus, los cuarenta y nueve días de intervalo entre el Éxodo y el otorgamiento de la Ley. Cuarenta y nueve días santos hay allí, y cada día espera las instrucciones de la piedra resplandeciente colocada en el pectoral, y el que se halla adornado con el pectoral está sentado en un santo trono glorioso. Miraron al pectoral, y tomaron la orden de él ya sea para entrar o para partir. Levantaron sus ojos y vieron una lámina brillante resplandeciendo hacia seis cientos y veinte lados en los que el Nombre Santo está grabado. R. Akivá le dijo: ¿Cuál es el sentido de las palabras “Al huerto de los nogales descendí, para mirar las lozanas plantas del valle? (Shir hashirím, Cantar de cantares 6:11). R. Eleazar respondió: Este huerto es el que sale de Edén, es decir, la Shejiná. El “nogal” es la superior Carroza santa, es decir, las cuatro corrientes en que el río se dividió (Bereishis, génesis 2:10). como el nogal que contiene cuatro secciones. “Descendí” se emplea en el mismo sentido que en la expresión “Fulano de Tal descendió a la Carroza”, es decir, penetró en su sentido íntimo. R. Akivá dijo: En este caso debió haber dicho: “Descendí al nogal”. ¿Por qué dice “al huerto de los nogales”? R. Eleazar dijo: Así como es virtud de una nuez el estar cerrada de todos los lados, así la Carroza que sale del Jardín, del Paraíso, está oculta en todos los lados. Así como las cuatro secciones del nogal están unidas en un lado y separadas en el otro, así todas las partes de la Carroza Celestial se unen en unión perfecta y, sin embargo, cada parte cumple un propósito especial. Una “encuadra todo el país de Javilá”, y la otra encuadra todo el país de Cush”, etc. R. Akivá dijo: ¿Cuál es el simbolismo de la humedad en la corteza del nogal? R. Eleazar respondió: Aunque la Escritura no lo revela en relación con esto, sí lo hace en otra oportunidad. Las almendras son dulces y también amargas y simbolizan condena o absolución, aunque en la Biblia cada empleo se refiere sólo a la condena (Yeremiyahu, Jeremías 1:11-12). R. Akivá dijo: En realidad, toda cosa que el Santo ha hecho puede enseñarnos lecciones profundas, como está dicho, “el Eterno ha hecho todas las cosas para enseñarnos sabiduría acerca de El” (Mishlei, Proverbios 17:4). R. Eleazar observó: Más bien has de citar el versículo siguiente: “Y El Eterno vio toda cosa que El ha hecho y he aquí que era muy buena”. El “muy” sugiere que hemos de aprender la más elevada sabiduría superior de todo lo que El hizo. R. Judá dijo: Lo que El Eterno ha hecho sobre la tierra corresponde a lo que Fl hizo en el cielo, y todas las cosas de abajo son símbolos de lo que hay arriba. R. Abba, al ver cierta vez un pájaro que salió volando de su nido en un árbol, lloró, diciendo: Si los hombres sólo conocieran lo que esto significa, darían sus vestiduras por el conocimiento de lo que de ellos pereció. Porque, como dice R. Yose, “los árboles que dan indicaciones místicas, como el algarrobo y el datilero, pueden injertarse el uno en el otro. Todos los que llevan fruto tienen una naturaleza secreta, salvo el manzano; todos los que no llevan fruto, salvo los sauces del arroyuelo, se nutren de la misma fuente; y todos los arbustos pequeños, salvo el hisopo, son de una sola madre. Cada especie de hierba tiene su contraparte arriba. Por eso está prohibido “sembrar un campo con semilla mezclada” (Vayikrá, Levítico 19:19). Y bien, es verdad que todas las cosas tienen sus contrapartes en el cielo, y El Eterno da a cada una su nombre, y cuánto más es esto verdad respecto de los hijos de Yaakov, las tribus santas, los pilares del mundo! Y tal es el significado de las palabras “y estos son los nombres...”. Y estos son los nombres. Cada vez que R. Eleazar ben Araj llegaba a este versículo, lloraba. Decía que cuando los hijos de Israel fueron al exilio todas las almas de sus progenitores se reunían en la cueva de Majpelá y clamaban: “Hombre anciano, las aflicciones de tus hijos son terribles. Ellos han de hacer el trabajo de esclavos y una nación pagana hace insoportables sus vidas”. Inmediatamente el espíritu de Yaakov despertó. Pidió permiso para ir a Egipto, y fue. Entonces el Santo citó a todas sus huestes celestiales y sus jefes y todos ellos acompañaron a Yaakov y sus hijos. Las tribus bajaron a Egipto con su padre cuando estaban con vida y de nuevo cuando ya habían muerto. R. Abba dijo: Entonces se cumplieron las palabras: “Como un padre se apiada de sus hijos” (Tehilím, Salmos 103:13). R. Judá bar Shalom caminaba un día junto con R. Abba. Llegaron a un lugar donde decidieron pasar la noche. Después de tomar un alimento, se acostaron a dormir, poniendo sus cabezas sobre un suelo levantado bajo el cual había una tumba. Antes de dormirse oyeron una voz desde la tumba, que clamaba: doce años estuve durmiendo aquí, y sólo ahora despierto, porque ahora veo la imagen de mi hijo. R. Judá le preguntó quién era, y él contestó: Soy un judío, y estoy bajo excomunión, no pudiendo entrar en las regiones más altas por las aflicciones de mi hijo, que fue robado por un pagano cuando era muy joven, y es penosamente maltratado. R. Judá le dijo: ¿Los muertos conocen los sufrimientos de los vivientes? El respondió: Si no fuera por nosotros, los muertos, que intercedemos ante el ángel de la tumba por los vivientes, éstos no quedarían con vida ni medio día. Desperté ahora, porque se me dijo que mi hijo vendría aquí, pero no sé si vendrá vivo o muerto. Entonces R. Judá le preguntó: ¿Qué hacéis en el otro mundo? La tumba se sacudió, y se oyó una voz que decía: ¡Sal de aquí! Por que en este momento golpean a mi hijo. Corrieron desde allí alrededor de media milla y se sentaron hasta la mañana. Cuando se levantaron para seguir camino vieron correr a un hombre que tenía sus espaldas ensangrentadas. Lo detuvieron y él les contó lo que le ocurría. Ellos le preguntaron su nombre y él dijo: Lajma hijo de Leví. ¡Cómo —dijeron— éste es el hijo del hombre muerto! Les daba terror conversar con él, y no volvieron al lugar de la tumba. R. Abba dijo: Que las plegarias de los muertos protegen a los vivientes es cosa que aprendemos de Caleb, que fue a Hebrón para interceder en favor de los patriarcas (Bamidbar, Números 13:22). R. Judá dijo: El Santo hizo dos promesas a Yaakov: Una, que El mismo bajaría y permanecería con Yaakov en el exilio. Y la segunda, que El lo haría salir de su tumba para ver el gozo del ejército santo de seres celestiales que morarían con sus hijos en su cautiverio, como está escrito: “Yo bajaré contigo al Egipto y de seguro te volveré a sacar” (Bereishis, génesis 46:4). “haré que salgáis de vuestras tumbas” (Yejezkel, Ezequiel 38:12).“Adonde las tribus subieron” (Tehilím, Salmos 122:4). Y entonces se levantó un nuevo rey sobre Egipto. R. Simeón dijo: Tan pronto como José murió, el representante celestial de Egipto recibió el dominio sobre todas las otras naciones, como está dicho: “Y José murió... y un nuevo rey se levantó”, romo uno que se eleva al poder desde una posición baja. R. Tanjum dijo: Cada nación tiene su propio representante arriba, y cuando El Eterno eleva a uno, degrada a otro; y cuando El da poder a este uno, es sólo por cuenta de Israel, como está dicho: “Sus adversarios se han vuelto jefes” (Eijah, Lamentaciones 1:5). R. Yitzjak dijo: Israel solo, equivale a todas las otras naciones juntas Como setenta es el número de las naciones, así fue de setenta el número de los hijos de Israel cuando llegaron a Egipto, y quien gobierna sobre Israel gobierna sobre el mundo todo. R. Juna dijo: ¿Por qué Israel está sometido a todas las naciones? Para que el mundo pueda por Israel preservarse, porque Israel está a la par del mundo entero. Así como El Eterno es Uno, así es uno Israel, como está dicho: “¿Y quién es como tu pueblo, pueblo uno sobre la tierra?” (Shmuel 2, 2° Samuel 7:23). Y así como Su nombre es uno y tiene, sin embargo, setenta ramificaciones, así es uno Israel y, sin embargo, está dividido en setenta. R. Judá aplicó las palabras: “Por tres cosas la tierra se inquieta... por un sirviente cuando él reina; una mujer odiosa cuando se casa y una servidora que hereda a su ama” (Mishlei, Proverbios 30:21-22). para Egipto e Ismael (Islam). No hay nación tan despreciada del Santo como Egipto, y, sin embargo, le dio su dominio sobre Israel; mientras que la “servidora” es Hagar, que tuvo a Ismael, que tan cruelmente atormentó a Israel en el pasado y aún gobierna sobre él y lo persigue por su fe. En verdad, el exilio bajo Ismael es el más duro de todos los exilios. Una vez, mientras ascendía a Jerusalem, R. Yoshúa vio a un árabe y su hijo encontrarse con un judío. El árabe le dijo a su hijo: “¡Mira! hay allí un judío a quien El Eterno ha rechazado. Anda e insúltalo; escúpele en el rostro siete veces, porque él es uno de la simiente de los exaltados, y yo sé que ellos gobernarán a setenta naciones”. El muchacho fue y tomó de la barba al judío, a lo cual E. Yoshúa dijo: “¡Poderosos, poderosos, yo llamo a los de arriba para que desciendan abajo!” Y aún antes de que hubiera terminado, la tierra abrió su boca y tragó a los árabes. R. Yitzjak interpretó el versículo “hasta que el día asoma y las sombras se desvanecen ireme al monte de la mirra y a la colina del incienso” (Sshir hashirím, Cantar de cantares 4:6). En conexión con el exilio de Israel. Israel estará sometido a las naciones hasta que el “día” de los Gentiles, que es un milenio, llegue a su fin —el “día que el Eterno conoce” (Zajariyahu, Zacarías 14:7). — y “las sombras se dispersen”, es decir, los que gobiernen sobre los hijos de Israel. “Yo me iré —dice el Santo— al monte Moriah, Jerusalém, para arrojar de allí las naciones paganas; y al Santuario sobre el Monte Sion, el júbilo de toda la tierra”. El “tomará los confines de la tierra para que los inicuos puedan ser sacudidos de ella” (Yov, Job 38:13). como uno sacude el polvo de un vestido.. R. Yose dijo: Aún antes de que el día de los gentiles se complete el Santo se revelará en la Jerusalém de abajo para purificarla de las abominaciones de los paganos, porque R. Jiyá ha dicho que la dominación de los Gentiles sobre Israel no puede durar un día más que un milenio, que es Un Día del Santo. Si durara más no concordaría con la voluntad del Rey, sino porque Israel no se volverá a El en arrepentimiento, como está escrito: “Cuando volverás al Eterno... entonces el Eterno tu El Eterno hará desaparecer tu cautiverio” (Devarím, Deuteronomio 30;1-3). Y él dijo a su pueblo. R. Simeón dijo: Esto se refiere al principado de Egipto en el cielo. Observad que este pasaje habla mayormente de “el rey de Egipto”, que se refiere al capitán celestial de Egipto. Pero cuando dice “Faraón rey de Egipto” se refiere al rey físico. “El dijo” significa que puso en las mentes de ellos la idea de que el representante de los hijos de Israel en el cielo era más poderoso que el de ellos. R. Yitzjak dijo: Todas las naciones del mundo derivan su poder de sus prototipos celestiales, pero Israel solamente de El Eterno y por eso al de Israel se lo llama “el pueblo del Eterno”. R. Judá dijo: a los egipcios se los llama aquí “su pueblo (de su representante)”, y El Eterno dice de Israel: “Yo he visto la aflicción de mi pueblo” (Shemót, Éxodo 3:7). lo que ha de ser tomado en el sentido estrictamente literal, como está escrito: “Porque todos los pueblos andan, cada uno, en el nombre de su el Eterno, pero nosotros andamos en el nombre del Eterno nuestro D-os por siempre jamás” (Mijá, Miqueas 4:5). R. Abba dijo: En vez de la expresión peculiar “el pueblo de los hijos de Israel”, habríamos esperado o “el pueblo de Israel”, o bien simplemente “los hijos de Israel”. Por eso, “hijos de Israel” ha de referirse a los ángeles, a los hijos del Israel superior, y el Faraón llamaba a los israelitas el pueblo de ellos y no de ti pueblo del Eterno. R. Yojanán, hallándose en presencia de R. Yitzjak, le planteó la pregunta: ¿Por qué dijo Balak “Ved, un pueblo sale del Egipto” (Bamidbar, Números 25:5), en vez de decir “Ved, un pueblo, esto es, los hijos de Israel”? R. Yitzjak respondió: Balak era un gran hechicero y es hábito de los hechiceros evitar toda sentencia dudosa. Así, al mencionar a un hombre nunca mencionarán el nombre de su padre, sino el de su madre, por la razón de que la descendencia materna de un hombre no ofrece dudas. Adoptan esta modalidad porque los demonios escudriñan toda palabra que se pronuncia a ellos, de modo que si hubiera una falsedad ellos comunicarían al que habla información mentirosa, pero si es veraz ellos comunican información verdadera, por lo menos acerca de cosas que están por ocurrir en breve. Tanto más es este el caso cuando se los invoca para realizar alguna acción. R. Aja dijo: Balak deseaba mostrar su desprecio a Israel con la expresión: “Ved, un pueblo salió de Egipto”, que era como decir “un pueblo cuyo origen no conocemos”. R. Iojanan dijo: ¿Por qué las naciones de los capitanes celestiales están a salvo y el pueblo del Santo, no? R. Yitzjak respondió: Un hombre pobre necesita poner cuidado por todos sus bienes, pero no ha de hacerlo uno rico. Además, Israel pertenece al Rey que ama la verdad y la justicia y que por eso castiga principalmente y en primer lugar a los miembros de Su propia familia, para que puedan cuidarse del pecado más que los de afuera, come está dicho: “Solo a vosotros he conocido Yo de entre las familias de la tierra, por eso os visitaré por todas vuestras iniquidades” (Amos 3:2). Un día R. Yose anduvo paseando con R. Aja bar Yaakov. Ninguno de los dos hablaba, pero mientras R. Aja meditaba sobre materias espirituales, R. Yose ocupaba su mente con cosas mundanales. Mientras estaban siguiendo así, R. Yose vio de pronto una bestia salvaje corriendo tras de él. Le dijo a R. Aja: ¿No ves la bestia que corre tras de mí? No, respondió R. Aja, no veo nada. R. Yose corrió, perseguido por la bestia. Cayó y de su nariz salía sangre. Entonces oyó una voz que decía: “Solo a ti he conocido yo...”. Reflexionando sobre estas palabras, dijo: Si yo he sido castigado porque mi mente se apartó sólo por un instante de la Toráh, ¿qué ha de esperar a aquel que siempre se separa de ella? Está escrito: “El cual te condujo por el desierto grande y espantoso, de serpientes ardientes y escorpiones, y de sequía, en donde no hay aguas” (Devarím, Deuteronomio 8:15). ¿Por qué serpientes ardientes, serpientes de fuego? Para castigar a Israel si se separase del Árbol de Vida, que es la Toráh. El Eterno castiga a los estudiosos de la Toráh para que no se puedan separar del Árbol de Vida aun por un solo momento. Y él dijo a su pueblo. R. Yitzjak se acercó una vez al pie de una montaña, y vio allí a un hombre que dormía bajo un árbol. Se sentó. De pronto y sin advertencia, la tierra comenzó a temblar violentamente y se llenó de fisuras. El árbol fue desarraigado y cayó al suelo, y el hombre de debajo del árbol despertó y gritó con voz fuerte: ¡Oh Judío, oh Judío, llora y lamenta con aflicción y voces de pesar! Pues en este mismo momento es designado en el cielo un gran príncipe superior de los Gentiles, el cual causará terrible infortunio a Israel. Este temblor de tierra tiene el significado de un portento y una advertencia para ti. En esto R. Yitzjak sintió un temblor, y dijo: Verdaderamente, está escrito “Por tres cosas la tierra se inquieta... por un servidor cuando él reina,...”, es decir, cuando el principado supramundano, que antes estaba bajo otro gobernante, reina, especialmente sobre Israel. R. Jama bar Guria dijo: Cuando El Eterno consiente que Israel caiga bajo la opresión de los Gentiles, él llora, como está escrito, “Mi alma llora en lugares secretos” (Yeremiyahu, Jeremías 13:17). Una vez R. Judá visitó a R. Eleazar. Lo encontró sumergido en pensamientos, su mano oprimida sobre su boca, en tristeza. Le preguntó: ¿Qué estás pensando? R. Eleazar respondió: Está dicho “En la luz del rostro del rey hay vida” (Mishlei, Proverbios 16:15). Pero si nuestro Amo está triste y más aún clamando y en llanto, ¿qué pueden hacer sus ayudantes si no seguir Su ejemplo? Por eso está escrito: “Ved, sus valientes (ángeles) claman afuera, los ángeles de paz lloran amargamente” (Yeshayahu, Isaías 33:7). ¿Por qué claman? Porque su Eterno se halla adentro y ellos están afuera; porque su Eterno está en las cámaras interiores y ellos se encuentran en los atrios exteriores. ¿Por qué se los llama “ángeles de paz”? ¿Hay ángeles que no sean de paz? Sí, he aquí que los hay. Porque hay a la vez emisarios del juicio severo y del juicio menos severo, y los hay cuyo atributo es la justicia mezclada con misericordia y hay algunos que representan únicamente la misericordia. Es a estos últimos a quienes se llama “Ángeles de paz”. Del grado más bajo de seres celestiales está escrito “Yo visto los cielos de negro y hago de arpillera su cubierta” (Yeshayahu, Isaías 50:3). Pero, ¿con qué fin los principados de las naciones Gentiles hacen sufrir a los hijos de El Eterno, viendo que ello aflige a su Amo? Ellos solamente llevan a cabo su oficio y deben hacer la voluntad de su Eterno. R. Dostai dijo: cuando los hijos del Santo son librados a los gobernantes de los Gentiles, se reúnen juntos doce tribunales celestiales y se precipitan al gran abismo y todos los ángeles ayudantes con todos los servidores lloran en agonía. Entonces caen dos lágrimas en el abismo. Los seres angelicales más elevados ruedan hacia abajo, y los de abajo son llevados aun más abajo a la medida de doscientos y cuarenta grados, porque “el león ha rugido, ¿quién no temerá?” (Amos 3:8). Hemos aprendido que cuando el Santo, Bendito Sea, entregó a los hijos de Israel a la mano del capitan de Egipto, El decretó que los egipcios les impusieran siete penas. Aparecen enumeradas en el versículo que dice: E hicieron amargas sus vidas con servicio duro, etc.” En correspondencia, El les otorgó siete favores, como los enumera el versículo: “Y los hijos de Israel fueron fructíferos, y crecieron abundantemente y se multiplicaron y se hicieron poderosos, muy poderosos, extremadamente poderosos de modo que el país se llenó con ellos”. Vamos, pues, portémonos astutamente con ellos, no sea que se multiplique (Shemót, Éxodo 1:10). R. Judá dijo en nombre de R. Yitzjak: ¿Por qué los egipcios deseaban tanto evitar que Israel se multiplicara y qué motivo indujo a su representante superior a poner tal deseo en sus corazones? Porque él conocía y les hizo conocer a ellos que a los israelitas les nacería un hijo por el cual serían juzgados los dioses de Egipto. Porque, según R. Iojanan, cuando Moisés dijo que El Eterno “ejercerá juicio contra todos los dioses del Egipto” (Shemót, Éxodo 12:12). Duma, el príncipe celestial del Egipto, se apartó corriendo cuatrocientas parasangas, y el Santo le dijo: “¡Es mi decreto!” En esa hora su poder y su dominio le fueron retirados y, en cambio, se lo expulsó a las regiones inferiores y se lo designó sobre los reinos del guehinóm, como juez de las almas de los inicuos. R. Judá dijo que fue designado sobre los muertos. R. Janna dijo: Está escrito: “También sobre sus dioses el Eterno ejecutó juicios” (Bamidbar, Números 33:4). ¿Podemos hablar de juicios que se ejecutan sobre dioses hechos de plata u oro, de madera o piedra? R. Yose respondió: Los hechos de plata y oro se derritieron solos, y los de madera se pudrieron. R. Eleazar dijo: El el Eterno de Egipto era la oveja y así el Santo, Bendito Sea, ordenó quemarla en fuego, de modo que saliera su mal olor; y que fuese quemada con “su cabeza con sus patas y las entrañas” (Shemót, Éxodo 12:9). Y además, sus huesos fueron arrojados al lugar del mercado, cosa que afligió sobremanera a los egipcios. Este fue el “juicio” implicado en el versículo citado. R. Judá dijo: “Contra sus dioses” se refiere en sentido literal a sus Capitanes, en cumplimiento de la profecía: “El Eterno castigará en lo alto la hueste del cielo alto” (Yeshayahu, Isaías 24:21). . Los hombres sabios entre los egipcios conocían todo esto, y más aún lo conocía su Capitán. De ahí que dijeran: “Vamos, pues, portémonos astutamente con ellos”. R. Iójanan dijo: Ellos tenían muchos ídolos, pero su dios jefe era el Nilo, y el Eterno ejecutó juicios sobre todos ellos. R. Abba dijo: la exposición de R. Iójanan es la correcta y evidente por sí misma. Pues sabemos que primero son castigados los dioses de una nación y luego es castigada la nación misma. Así, aquí, primero fueron golpeados el Nilo y maderas y piedras, según dice la Escritura: “Y habrá sangre por el país de Egipto, a la vez en La madera y en la piedra” (Shemót, Éxodo 12:19). la madera y la piedra son los dioses que los egipcios adoraban. R. Yitzjak observó: pero está escrito “la hueste del cielo alto en lo alto”, mientras que el Nilo no estaba en lo alto. R. Iójanan dijo: La mayor parte de sus aguas se asemejan a su prototipo en lo alto. D. Yitzjak dijo: Primero fue golpeado su Capitán y luego el resto de sus dioses. R. Simeón, el hijo de R. Yose, dijo: el castigo de la nación egipcia propiamente tuvo lugar en el mar acerca de lo cual está escrito: “No quedó de ellos ni siquiera uno” (Shemót, Éxodo 14:28). y antes de eso se ejecutaron juicios contra sus dioses. De ahí las palabras de Faraón, cuando dijo: “vamos, pues, portémonos astutamente con ellos, no sea que se multipliquen y ocurra que cuando nos ataque alguna guerra,...”. Hubo aquí una premonición de lo que realmente aconteció, “ellos también se unieron a nuestros enemigos”, una premonición de los ejércitos celestiales que apoyaron a los israelitas, “y lucharon contra nosotros”, una predicción de lo que declaró Moisés al decir: “El Eterno luchará por vosotros” (Shemót, Éxodo 14:14). “Y mantenedlos fuera del país”, como efectivamente leemos: “perqué los hijos de Israel salieron con mano elevada” (Shemót, Éxodo 14:8). Y fue un hombre de la casa de Leví y tomó por mujer a una hija de Levi. R. Eleazar disertó sobre el versículo, “El Cantar de Cantares de Salomón” (Shir hashirím, Cantar de cantares, 1:1). Dijo: Hemos aprendido que cuando el Santo, Bendito Sea, estuvo por crear el mundo, le placía crear el cielo con Su mano derecha, y la tierra con Su Izquierda. También le placía hacer una división del día y la noche, y creó ángeles designados por Su gracia para cantar himnos de alabanza en el día, y otros en la noche para los guardianes nocturnos. Así está dicho: “El Eterno ordenó su gracia durante el día, y en la noche su canto conmigo” (Tehilím, Salmos 42:9). Los primeros están a la mano derecha, y los últimos a la izquierda y los últimos escuchan el canto del día y los primeros el canto de la noche. Y el cantar que oyen es el cántico de Israel, el santo. R. Yitzjak dijo: Los que cantan de noche escuchan el canto de Israel de día, como está escrito: “Los compañeros escuchan tu voz” (Shir hashirím, Cantar de cantares 8:13). R. Simeón dijo: Los ángeles de un grado con tres divisiones cantan de noche y aun en la oscuridad se oyen sus cantos, como está dicho: “Ella se levanta cuando aún es noche, y da alimento a los de su casa y una porción a sus servidoras” (Mishlei, Proverbios 31:15). R. Eleazar continuó: en el primer día fueron creadas diez cosas, y de estas diez algunas pertenecen al día y sus modalidades, y algunas a la noche y las modalidades de la noche. También es sabido y creído que los ángeles que cantan de noche son los jefes de todos los otros cantores. Y cuando sobre la tierra nosotros, creaturas terrestres que sobre ella vivimos, nos levantamos en canto de nuestros corazones, entonces esos seres superiores ganan acceso al conocimiento, a la sabiduría y al entendimiento, de modo que son capaces de percibir asuntos que nunca habían comprendido antes. R. Nehemías dijo: Bendito aquel que es digno de percibir tal canto, porque, como sabemos y se nos enseñó, el que es considerado digno de comprender este canto se vuelve adepto en doctrina y obtiene capacidad para discernir lo que fue y lo que será. A Salomón se lo encontró digno de tal conocimiento, porque esto nos enseñó R. Simeón: “David, la paz sea con él, lo conocía, y así pudo componer himnos y cánticos en gran número, en los que insinuó referencias a sucesos futuros. También se hizo ricamente dotado con poder en el espíritu santo, entendido en asuntos que pertenecen a la Torá y a la sabiduría Divina y obtuvo dominio de la lengua sagrada. Pero, Salomón fue dotado con un conocimiento mayor todavía que ese canto: penetró en la esencia da la sabiduría y, así, escribió muchos proverbios e hizo un libro del cantar. Este es el sentido de sus palabras “me proveí de cantores y cantoras” (Koheles, Eclesiastés 2:8) es decir, adquirió el conocimiento del himno cantado por seres celestiales y terrenales. Y por eso llamó a su libro “Cantar de Cantares”: el canto de los cantos superiores, el canto que contiene todos los misterios de la Toráh y de la sabiduría Divina; el canto en el que hay poder para penetrar las cosas que fueron y las cosas que serán; el canto que cantan los príncipes superiores. R. Ekazar dijo: Los príncipes celestiales estaban a la expectativa hasta que nació Leví. Tan pronto como él nació, comenzaron a cantar. Tan pronto como Moisés nació y Aarón fue ungido sumo sacerdote y los levitas fueron santificados, el cantar se perfeccionó y los cantores quedaron a su servicio. Dijo también: A la hora que Leví nació, el coro celestial comenzó a cantar: “Oh si tú fueras como un hermano mío que mama los pechos de mi madre. Entonces cuando te halle fuera, te besaré, y nadie me despreciaría por ello” (Shir ha shirim, Cantar de cantares 8:1). Cuando los cantores aquí abajo salieron de la tribu de Leví y todos ellos fueron santificados y entraron a su servicio, y los dos coros, el celestial y el terrenal, fueron autorizados y cantaron en armonía de modo que los mundos fueran al unísono y un Rey hubo encima de ellos, entonces vino Salomón e hizo un libro de los himnos de los cantores, libro que encierra sabiduría celestial. R. Judá dijo: ¿Por qué se llama Levitas a los cantores de aquí abajo? Porque están estrechamente unidos entre sí y unidos con los cantores de arriba en absoluto unísono. Del que oye su cantar, su alma se une estrechamente al mundo superior. Por eso, al nacer Leví, Lea dijo: “Ahora, esta vez mi marido se me unirá” Bereishis, génesis 29:34). R. Tanjum dijo: La simiente de Leví siempre está unida a la Shejiná: en Moisés, Aarón, Miriam y en todos sus descendientes. Observad que cuando los cantores superiores desearon actuar, ellos no pudieron efectivamente realizar su función antes de que hubieran nacido los hermanos Moisés y Aarón y su hermana Miriam. Según una tradición que tenemos, cuando Leví nació, el Santo, Bendito Sea, lo tomó y lo eligió de entre todos sus hermanos y lo instaló en el país. Entonces él engendró a Kehat, el cual engendró a Amram, el cual engendró a Aarón y Miriam. Amram se separó de su mujer y luego la tomó de nuevo. A esa hora los cantores celestiales comenzaron a cantar, pero el Santo, Bendito Sea, los increpó y el canto cesó, hasta que El tendió la línea de Su mano derecha, que es el atributo de la Gracia, hacia Amram. ¿Por qué se lo llamó Amram? Porque de él descendió un pueblo más elevado que todos los elevados (Am rom, es decir, pueblo elevado). Y sin embargo, su nombre no se menciona expresamente en relación con el nacimiento de Moisés. ¿Por qué es eso? Porque secretamente se fue de su mujer y volvió secretamente, de modo que nadie lo advirtiera. Por eso está escrito: “Y fue un hombre”, y no dice “Amram”. Análogamente, dice: “Y tomó par mujer una hija de Leví”. También ella volvió secretamente, por lo cual no se menciona su nombre. Y fue un hombre. R. Abahu dijo: Este fue Gabriel, el que es llamado “hombre” en el versículo “Y el hombre Gabriel” (Daniel 9:21). y era él el que fue y trajo de vuelta a su mujer a Amram. R. Judá dijo: Amram mismo, sólo que su nombre no se menciona porque el ir a unirse a su mujer no fue idea suya sino que fue inspiración desde arriba. R. Yitzjak dijo: Con respecto al nacimiento de Aarón y Miriam nada se dice concerniente al matrimonio de sus padres, pero en relación al nacimiento de Moisés se dice: “Y tomó por mujer una hija de Leví”, lo que muestra que la Shejiná es llamada por el nombre de Leví, y Amram no fue digno de engendrar a Moisés hasta que obtuvo una parte en la Shejiná, y entonces engendró a Moisés. De ahí que está escrito: “Y ella lo vio que era hermoso” (Shemót, Éxodo 2:2). R. Eleazar dijo: Amram fue bendecido con un hijo al cual se encontró digno de que se le dirigiera la gran Voz, como está escrito: “Y El Eterno le contestó con una voz” (Shemót, Éxodo 19:19). Y Amram mismo tuvo el privilegio de que se le dirigiera “la hija de una voz”, bat kol, que es un eco de la profecía. “El tomó a la hija de Leví”, es decir, “la hija de una voz”. Por eso está escrito “y fue”, que significa que avanzó de grado en grado hasta alcanzar esta etapa. Se nos ha enseñado que cuando Moisés nació, el Santo, Bendito Sea, unió a él Su Nombre. Del niño Moisés se dice “era hermoso”, y de El Eterno se dice “El Eterno es bueno para todos”(Tehilím, Salmos 145:9) y “Gustad y ved, que el Eterno es bueno” (Tehilím, Salmos 24:9). Y aconteció que pasados muchos días.. (Shemót, Éxodo 2:23) R. Yoshúa de Saknin dijo: Era en el fin del exilio de ellos cuando su servidumbre fue severa. Jan pronto como llegó el tiempo señalado para la liberación, “el rey de Egipto murió”, es decir, el angélico Capitán de Egipto fue degradado de su alto estadio. Tan pronto como cayó, el Santo, Bendito Sea, recordó a los hijos de Israel y oyó su plegaria. R. Judá dijo: La prueba de ello es que inmediatamente después de las palabras “el rey del Egipto murió”, el texto continúa “Y los hijos de Israel suspiraron por causa de su servidumbre, y clamaron y su clamor ascendió hasta El Eterno”, lo que muestra que hasta entonces su clamor no había recibido respuesta. R. Eleazar dijo: Observad la benignidad del Santo, Bendito Sea. Cuando El tiene piedad de Israel, suprime el atributo de justicia y así los hijos de Israel obtienen misericordia. Este es el sentido del dicho de la sección Berajot, del Talmud de Babilonia: “El Santo, Bendito Sea, deja caer dos lágrimas en el Océano”; ¿Qué son estas dos lágrimas? R. Yose expresó: Este dicho no es auténtico, pues R. Katina cuando lo oyó de boca de cierto hechicero, le dijo: “Eres mentiroso”. R. Ekazar dijo: Nosotros no necesitamos aceptar las palabras de un hechicero; tenemos una afirmación definitiva de que en las diez coronas del Rey hay dos lágrimas del Santo, Bendito Sea, es decir, dos medidas de castigo, el cual viene de esas lágrimas, como está dicho: “Estas dos (desolación y destrucción) te han acontecido” (Yeshayahu, Isaías 51:19). Y cuando el Santo recuerda a Sus hijos, las derrama en el gran Mar, que es el Mar de la Sabiduría, para endulzarlas, y El convierte el atributo de Justicia en atributo de Misericordia y se compadece de Israel. R. Judá dijo: Leemos luego, “Y ved el egipcio marchó tras de ellos (Shemót, Éxodo 14:10). R. Yose refiere estas palabras al príncipe angelical de Egipto. Entonces, ¿cómo puedes decir que el “rey de Egipto” se refiere aquí al mismo príncipe? R. Yitzjak dijo. El último dicho escriturario en realidad confirma al primero, porque no dice “el rey de Egipto marchó tras de ellos”, sino que dice “el egipcio”, porque ya no era rey, después de haber caído de su anterior dignidad. R. Yose dijo: Está escrito: “He aquí que viene el día del Eterno” (Zajariyahu, Zacarías 14:1). y luego, “pero el día será uno y el Eterno lo conocerá” (Zajariyahu, Zacarías 5:7). ¿Hemos de suponer de esto que los otros días no son del Eterno? Sin embargo, es como ha dicho R. Abba: Todos los otros días son dados a los principados angélicos de las naciones, pero hay “un día” que será el día del Santo, Bendito Sea, en el cual El juzgará las naciones paganas y cuando sus principados caigan de su alto estadio. De este día está escrito: “Y sólo el Eterno será exaltado en ese día” (Yeshayahu, Isaías 2:11). R. Abba dijo: Está escrito: “porque mi espada se embriagó de ira en el cielo” (Yeshayahu, Isaías 34:5). que se refiere al juicio del Eterno sobre los príncipes de las alturas, y la “espada” es un símbolo de juicio. R. Abba dijo luego: La espada es idéntica con la ejecución del juicio, como está escrito “y vio al ángel del Eterno que estaba entre la tierra y el cielo, y con la espada desenvainada en su mano, extendida, (Divre hayamim, 1, 1° Crónicas 1|:16). Y bien, ¿podemos imaginar una espada desenvainada hallándose literalmente en la mano del Ángel? Pero lo que significa es que él tenía la. autorización para ejecutar juicio. R. Yitzjak dijo: ¿Quó opináis de la observación de R. Yoshúa, hijo de Leví, de que “el ángel de la muerte me dijo una vez: Si no fuera que tomo en cuenta la dignidad de la humanidad yo cortaría sus gargantas como se hace con un animal”. R. Abba respondió: Todo esto solamente significa que él tiene autorización para ejecutar juicio. Y lo mismo significa la frase “con su espada desenvainada en su mano” (Yeshayahu, Josué 5:13). Si es así, ¿cuál es el sentido de “y él puso de nuevo su espada en la vaina”? (Divrei hayamim 1,1° Crónicas 21:27). R. Abba dijo: Esto significa que el poder delegado a él fue restaurado a su legítimo dueño, a aquel a quien pertenece la autoridad. Y los hijos de Israel suspiraron. El suspiro fue en el cielo en consideración a ellos. Aquí los “hijos de Israel” “con los de las alturas, es decir, los que en lo alto llevan a cabo el servicio divino. R. Yitzjak preguntó: Cuando el Santo, Bendito Sea, juzga a la familia de arriba, a los principados angélicos, ¿en qué consiste el juicio? R. Eleazar respondió: El los hace pasar a través de la corriente de fuego y les retira el poder como representantes de las naciones y designa a los principados que representan a otras naciones, para gobernar en lugar de ellos. R. Yitzjak dijo: Pero, dice acerca del mundo angelical: “Sus ayudantes son un fuego llameante” (Tehilím, Salmos 104:4).y si es así, ¿qué castigo es para ellos el cruzar la comente de fuego? A esto respondió R. Eleazar: Hay diferentes calidades de fuego. R. Yitzjak dijo: Debemos distinguir entre los términos “suspirar”, “implorar” y “clamar”, que se aplican todos tres aquí a los hijos de Israel. R. Judá dijo: El primero significa plegaria en palabras actuales (Tehilím, Salmos 39:13; 88:14; 30:3)., el último es clamor sin palabras. R. Judá dijo: De ahí que el clamor sea más punzante que cualquier otra expresión de aflicción, porque es enteramente cosí del corazón, como está dicho: “Su corazón clamaba al Eterno” (Eijah, Lamentaciones 2:18). Este clamor se acerca más al Santo, Bendito Sea, que la imploración y la plegaria con palabras, como está dicho: “Si el huérfano clama a mí, yo seguramente oigo su clamor” (Shemót, Éxodo 22:20). R. Berejiá dijo: Cuando el Santo, Bendito Sea, dijo a Samuel, “me arrepiento de haber puesto a Saúl para que fuese Rey”, ¿qué hizo Samuel? “El clamó al Eterno toda la noche” (Shmuel 1, 1° Samuel 15:11). puso de lado toda cosa y clamó, pues el clamor encuentra pronto acceso al Santo, Bendito Sea. Así leemos aquí: “Y por eso, he aquí que el clamor de los hijos de Israel llega a mí” (Shemót, Éxodo 3:9). Cuando uno ora y llora y clama tan intensamente que es incapaz de encontrar palabras para expresar su dolor, su plegaria es plegaria en el sentido más verdadero, porque está en el corazón, y nunca volverá vacía. R. Judá dijo: Grande es tal clamor y puede traer un cambio en la sentencia divina del juicio. R. Yitzjak dijo: Grande es el clamor en cuanto domina al atributo supremo de la justicia. R. Yose dijo: Grande es el clamor en cuanto domina en este mundo y en el mundo por venir y hace que el hombre sea el heredero de ambos, como está dicho: “Ellos clamaron en su turbación al Eterno y El los liberó de su desdicha” (Tehilím, Salmos 107:13). Y Moisés guardó el rebaño de Jetró su suegro, el sacerdote de Midian. R. Simeón comentó aquí el texto: “Mi amado es mío y yo soy suya; él cuida su rebaño entre los lirios”. Dijo: ¡Desdichada la humanidad, que nunca escucha ni conoce! Cuando El Eterno decidió crear el universo, Su pensamiento abarcó de una vez todos los mundos, y por medio de este pensamiento fueron creados todos, como está dicho: “En sabiduría los has hecho a todos” (Tehilím, Salmos 104:24). Con este pensamiento, que es Su Sabiduría, fueron creados este mundo y el mundo de arriba. El tendió Su mano derecha y creó el mundo arriba; El tendió Su mano izquierda y creó este mundo, como está dicho: “Mi mano ha puesto el cimiento de la tierra y mi mano derecha ha expandido los cielos; cuando yo los llamo ellos se alzan juntos” (Yeshayahu Isaías 49:13). lodos fueron creados en un momento. Y El hizo este mundo en correspondencia con el mundo superior y toda cosa que es arriba tiene su contraparte aquí abajo y toda cosa aquí abajo tiene su contraparte en el mar, y, sin embargo, todo constituye una unidad. El creó ángeles en los mundos superiores, seres humanos en este mundo y a Leviatán en el mar “para unir la tienda, para que fuese un todo” (Shemót, Éxodo 36:18). El eligió a los seres superiores y El eligió a Israel. A los seres de los mundos superiores no los llamó “hijos”, pero a los israelitas los llamó hijos, como está dicho: “Hijos sois para el Eterno vuestro El Eterno” (Devarím, Deuteronomio 14:1). El los llama “hijos” y ellos lo llaman a El “padre”, “Porque Tú eres nuestro padre” (Yeshayahu, Isaías, 63:16). De ahí que está dicho: “Yo soy de mi amado y mi amado es mío”. El me eligió y yo lo elegí a El. “El guardó su rebaño entre los lirios”. El se alimentó entre los lirios, aunque están rodeados de espinas. O, también, como el lirio es rojo y su zumo es blanco, así el Santo, Bendito Sea, conduce Su mundo desde el atributo de la Justicia al atributo de la Misericordia, como está dicho: “Aunque vuestros pecados sean como escarlata, ellos serán blancos como la nieve” (Yeshayahu, Isaías 1:18). Una vez R. Abba estaba caminando en compañía de R. Yitzjak. En el camino vieron algunos lirios y R. Abba arrancó uno. R. Yose se encontró con ellos. Dijo: Verdaderamente, la Shejiná está presente aquí, porque veo algo en la mano de R. Abba, algo que significa que tiene alguna gran sabiduría para impartir, pues yo sé que R. Abba no habría arrancado este lirio si no fuese con la intención de enseñar una lección esotérica. R. Abba dijo: Siéntate, siéntate hijo mío. Todos se sentaron. R. Abba olió el lirio y dijo: ¿Qué sería el mundo sin aroma? Porque yo percibo que sin aroma el alma languidecería y por eso quemamos especias de mirto a la conclusión del Sábado. Entonces comenzó a exponer el versículo: “Mi amado es mío y yo soy de mi amado; él guarda su rebaño entre los lirios”. ¿Qué hizo que yo le perteneciera a El y que El me perteneciera a mí? El hecho de que El alimenta el mundo entre los lirios; como el lirio tiene un olor suave, es rojo y, sin embargo, se vuelve blanco cuando se lo aprieta y su aroma nunca se evapora, así el Santo, Bendito Sea, guía el mundo. Pues si así no fuera, el mundo dejaría de existir a causa del pecado del hombre. El pecado es rojo, como está dicho, “Aunque vuestros pecados sean escarlata”. El hombre pone el animal sacrificado sobre el fuego, que también es rojo. El sacerdote esparce la sangre roja en torno del altar, pero el humo que asciende al cielo es blanco. Así, el rojo se vuelve blanco; el atributo de la Justicia se vuelve el atributo de la Misericordia. En realidad el rojo es el símbolo de la justicia rigurosa y por eso los sacerdotes de Baal “sí cortan. hasta que la sangre se derrama sobre ellos” (Melajím 1, 1° Reyes 18:28). R. Yitzjak dijo: El rojo (sangre) y el blanco (grasa) son ofrendados para el sacrificio, y el olor asciende de los dos. Las especias de incienso son en parte rojas y en parte blancas, y el olor asciende del rojo y el blanco. Más aun, está escrito, “para ofrendarme la grasa y la sangre” (Yejezkel, Ezequiel 44:15). Es decir, de nuevo blanco y rojo. De ahí que desde la destrucción del Templo, en sustitución de ello el hombre sacrifica su propia grasa y su propia sangre, al ayunar, y así obtiene expiación. Como el lirio, que es rojo y blanco,, se vuelve enteramente blanco por medio del fuego, así el animal del sacrificio se vuelve enteramente blanco, en el humo, por medio del fuego. También ahora, cuando no hay sacrificios, cuando un hombre en su ayuno ofrenda su grasa y su sangre, el sacrificio ha de hacerse por el fuego si ha de volverse blanco y traer misericordia, porque, dijo R. Judá, el ayuno debilita los miembros y hace que el cuerpo se queme, y justamente entonces es tiempo apropiado para ofrendar la grasa y la sangre en ese fuego. A esto es lo que se llama “un altar de expiación”. Por eso es que R. Eleazar, cuando ayuna, acostumbra orar: “Tú conoces, Oh mi D-os y D-os de mis padres, que te he ofrendado mi grasa y mi sangre y que los he calcinado en el calor de la debilidad de mi cuerpo. Que sea Tu voluntad que el aliento que sale de mi boca en esta hora pueda contarse para mí como si fuese el olor que asciende del sacrificio hecho en el altar con fuego, y otorgarme favor”. Por eso se instituyó la plegaria para que tomase el lugar de los sacrificios, dado que se la ofrenda con esta intención de sacrificio. También podemos explicar nuestro texto de la manera siguiente. Así como entre los lirios hay dispersos espinos, así el Santo, Bendito Sea, permite en Su mundo que se encuentren los inicuos entre los justos, porque, así como sin los espinos no existirían los lirios, así los justos no serían reconocidos en el mundo si no fuese por los inicuos, como dijo R. Judá: “¿Cómo se reconocen los justos? Por contraste con los inicuos. Si no fuera por los unos, no se conocería a los otros”. Otra explicación es que El Eterno gobierna el mundo por el lapso de seis (el lirio tiene seis hojas, y la palabra hebrea incluye las letras que significan seis) años (milenios), y el séptimo es el (Mesiánico) Sábado del Eterno. Y Moisés cuidó el rebaño de Jetró su suegro, el sacerdote de Midian. R. Jiyá citó aquí el versículo: “El Eterno es mi pastor, yo no estaré necesitado”. Dijo: Así como el pastor conduce las ovejas a un buen pastizal junto a las fuentes de agua, y las trata cuidadosamente, así está escrito respecto del Pastor celestial, el Santo, Bendito Sea, que “en pastos verdes El me hace acostar, El me lleva a las corrientes que fluyen más plácidamente. El restaura mi alma”. R. Yose dijo: Un buen pastor mantiene su rebaño en campo abierto y no lo dejará entrar en terreno privado, y así El Eterno guarda a Israel en la senda recta y no lo dejará apartarse a la derecha o a la izquierda. R. Yose dijo también: Si un jefe de Israel es un pastor sabio, voluntariosamente toma sobre sí el yugo del Reino del Celo y conduce de acuerdo con él su rebaño. Pero si es sabio según su propio engreimiento, “hay más esperanza de un necio que de él” (Mishlei, Proverbios 36:12). R. Judá dijo: Moisés era un pastor sabio y conocía cómo tratar a su rebaño. Era como David, que “guardaba las ovejas” (Shmuel 1, 1° Samuel 16:11). y porque era muy sabio y trataba a su rebaño con gran consideración y cuidado, El Eterno lo hizo rey sobre todo Israel. ¿Por qué Moisés cuidaba ovejas y no bueyes? R. Judá dijo: A los israelitas se los llama ovejas, como está dicho: “Y vosotros, mis ovejas, las ovejas de mi pastizal, sois hombres” (Yejezkewl, Ezequiel 34:31). y, luego, “Como el rebaño de cosas santas, como el rebaño de Jerusalém” (Yejezkel, Ezequiel 36:38). Así como la oveja sacrificada en el altar se vuelve un medio de propiciación capacitando al sacrificador para heredar el mundo por venir, así Israel capacita a su jefe, si es un buen pastor, para heredar el mundo por venir. Así como el pastor guarda con especial cuidado los corderos recién nacidos y los lleva en su seno o los conduce suavemente ante su madre y es con ellos compasivo, así el pastor de Israel debe ser compasivo, y no cruel. Así Moisés dijo: “Tú me dices, llévalos en tu seno” (Bamidbar, Números 11:12). Así como el buen pastor salva las ovejas de lobos y leones así el buen pastor de los israelitas los salva de las naciones paganas, del juicio aquí abajo y del juicio arriba y los prepara para la vida del mundo por venir. Exactamente un pastor así fiel fue Moisés, y el Santo, Bendito Sea, previo que él pastorearía a Israel como pastoreó al rebaño de Jetró, a los varones según lo requerían y a las hembras igualmente de acuerdo a sus necesidades. Más aún, Moisés “guardó el rebaño de Jetró” no sus propias ovejas, aunque hubo de tener algunas, porque como lo observó R. Yosi. “Jetró fue un hombre rico y, seguramente, debió haber dado a su yerno ovejas y ganado”. Sin embargo, no guardó sus propias ovejas, porque entonces la gente habría dicho “las trata tan bien porque son suyas”. Aunque Jetró fue un “sacerdote de Midian” es decir, un campesino, porque fue bondadoso con Moisés, éste le sirvió bien y cuidó su rebaño con la debida atención en pastizal bueno y nutritivo. Y él condujo el rebaño a la parte de atrás del desierto. R. Yose dijo: Desde la época en que nació Moisés, el espíritu santo nunca lo abandonó. Por medio del espíritu santo él advirtió que el desierto había sido santificado y preparado por El Eterno como el lugar donde Israel aceptaría el yugo del Reino del Cielo, es decir la Ley del Sinaí, y per eso “condujo el rebaño a la parte de atrás del desierto”, no al desierto, pues no deseaba que pisaran ese lugar. Y vino al Monte del Eterno, a Horeb. Vino solo, sin su rebaño. R. Yose dijo: Cuando un imán llega a saber de un trozo de hierro instintivamente, se dirige con ímpetu hacia él. Así Moisés, tan pronto como vio el monte, fue atraído hacia él. R. Abba dijo: En verdad, Moisés y el monte fueron preparados el uno para el otro aún desde los seis días de la Creación. En ese día el monte se movió hacia Moisés, y al ver que Moisés estaba por ascender, se detuvo, y ambos, hombre y monte, se llenaron de júbilo. R. Yanna dijo: ¿Cómo supo Moisés que ese era el monte de El Eterno? Porque vio circundándolo pájaros con alas tendidas, pero nunca volando sobre él. R. Yitzjak dijo: Moisés vio pájaros volando hacia él desde la dirección del monte y cayendo a sus pies. Esto le mostró plenamente el carácter del monte, y así “condujo su rebaño a la parte de atrás del desierto” y subió solo. Y el ángel del Eterno se le apareció en una llama de fuego que salía de en medio de una zarza. R. Tanjum dijo: Era el momento de la ofrenda del anochecer (minjá), un momento en que el atributo de la Justicia está en ascenso. R. Iojanán intervino, observando: ¿No está escrito: “durante el día el Eterno ordenará su misericordia” (Tehilím, Salmos 42:9). mostrando que la misericordia predomina mientras hay luz del día R, Yitzjak dijo: Desde el amanecer hasta que el sol declina hacia el oeste se llama “día”, y el atributo de la Misericordia está en ascenso. Después de eso se llama “anochecer”, que es el tiempo para el atributo de la Severidad. Extraemos la misma lección de: “Entre los anocheceres comeréis carne y por la mañana os llenaréis de pan” (Shemót, Éxodo 16:12). “Entre los anocheceres” es el tiempo del dominio de la Severidad y entonces “comeréis carne”, con el resultado de que, como lo dice la Escritura, “mientras la carne aún estaba entre sus dientes, aun no habían acabado de masticarla, cuando se encendió la ira del Eterno contra el pueblo” (Bamidbar Números 11:33). Porque esa hora está bajo el dominio de la Severidad; “y en la mañana os llenaréis de pan”, pues la mañana se identifica con la Misericordia, como la Escritura: “la Misericordia del Eterno dura todo el día” (Tehilím, Salmos 52:3). es decir, en la mañana, como está dicho: “Y El Eterno llamó a la luz día”, refiriéndose a la mañana. R. Tanjum dijo: El uno se simboliza por el rojo, el otro por el blanco. Entre los anocheceres es período rojo y por eso dice “entre los anocheres comeréis carne”, mientras que las horas de la mañana son blancas y por eso está escrito “y en la mañana os llenaréis de pan”. R. Yitzjak citó el versículo “Y la guardaréis hasta el día catorce de este mes; entonces la degollará toda la congregación de Israel a la caída de La tarde (entre los anocheceres” (Shemót, Éxodo 12:6). porque ese —dijo— es el tiempo para la ejecución del juicio. R. Judá dijo: Esto lo derivamos de la ordenanza referente a las dos ofrendas diarias, la una correspondiente al atributo de la Misericordia y la otra, al atributo de la Severidad. Así, la Escritura dice “el un cordero ofrendarás por la mañana” (Shemót, Éxodo 29:39).donde la designación “el un” significa el uno especial es decir, el uno que responde al atributo de la Misericordia. Mientras que el segundo cordero que ha de ofrendarse entre los anocheceres está asociado con la Severidad, y es análogo al segundo día de la Creación, de las obras de las que no se dice “que era bueno”. R. Tanjum dijo: Es por esta razón que Yitzjak instituyó la plegaria del atardecer (minja), o sea, para mitigar la Severidad imperante entonces. Y Abraham, a su vez, instituyó la de la mañana, correspondiente al atributo de la Misericordia. R. Yitzjak dijo: Esta idea puede derivarse del versículo que dice: Desdichados nosotros, porque el día declina, porque se tienden las sombras de la noche” (Yeremiyahu, Jeremías 6:4). “el día declina” es una alusión al atributo de la Misericordia y “las sombras de la noche” indica el atributo de la Severidad. Nuestros maestros han preguntado: ¿Por qué en el tiempo cuando Moisés subió al Monte Sinaí la teofanía tomó la forma de un fuego llameante, que es el símbolo de la Severidad? La respuesta que dio R. Yaakov fue: Era apropiado para el momento, que lo fue de Severidad. R. Yose dijo: Era simbólico de los acontecimientos asociados con ese lugar. Pues de ese lugar está escrito: “Y él vino al Monte de El Eterno, a Horeb”, un lugar del cual igualmente está escrito: “También en Horeb habéis encolerizado al Eterno está escrito: “Y el ángel del Eterno se le apareció en una llama de fuego de en medio de una zarza”, como un símbolo de que los inicuos un día se volverán como “espinos cortados, que son quemados, en el fuego” (Yesdhayahu, Isaías 33). Además, R. Judá dijo: De aquí aprendemos la misericordia del Santo, Bendito Sea, hacia los inicuos. Así, está escrito, “y, he aquí que la zarza de espinos se quemó con fuego”. Es decir, para ejecutar juicio contra los inicuos; pero, sin embargo, “la zarza de espinos no se consumió”, lo que indica que ellos no serán manifiestamente exterminados. “Quemar en fuego” es ciertamente una alusión al fuego del guehinóm; pero “la mata de espinos no se consumió”, para mostrar que aun así ellos no serán totalmente destruidos. La siguiente es una explicación alternativa de estos versículos: Y el ángel del Eterno se le apareció en una llama de fuego. jPor qué en una llama de fuego a Moisés y no a los otros profetas? R. Judá dijo: Moisés no fue como los otros profetas; el fuego no tiene dominio sobre él, según está escrito: “Y Moisés se acercó a las densas nubes donde El Eterno es” (Shemópt, Éxodo 20:21). R. Abba dijo: Esta peculiaridad de Moisés ha de explicarse a la luz de la sabiduría superior, esotérica. El fue “sacado del agua” (Shemót, Éxodo 1:10). lo que es el atributo de Jésed o Gracia, Y el que es sacado del agua no teme al fuego, y hemos aprendido que “del lugar del cual Moisés se formó no se formó otro hombre”. R. Iojanan dijo: “Moisés era versado en todos los diez grados de la sabiduría, como está escrito: “El es fiel en toda mi casa” (Bamidbar, Números 12:7). y no meramente “él es el fiel de mi casa”. Bendito es el hombre de quien su Amo atestigua así. R. Dimi dijo: Pero de acuerdo a R. Yoshúa ben Leví, las palabras “no apareció en Israel profeta como Moisés” sugiere que entre las naciones del mundo hubo uno como él, o sea, Balaam. El otro respondió: En verdad, tienes razón, y no dijo más. Cuando apareció R. Simeón ellos le consultaron y él dijo: ¿Puede mezclarse la resina con bálsamo de suave perfume?, es decir, ¿cómo puedes comparar a Balaam con Moisés? Sin embargo, es verdad que Balaam fue la contraparte de Moisés. Así como las obras del uno fueron de arriba, así las del otro fueron de abajo. Moisés forjó sus obras por medio de la santa Corona del Rey Supremo y Balaam lo hizo por medio de coronas no santas de abajo. De ahí “los hijos de Israel mataron a Balaam, hijo de Beor, el adivino” (Yehoshúa, Josué 13:22). Y si deseas conocer más, pregunta a su asno. R. Yose vino y besó su mano. Dijo: El deseo de mi corazón se ha cumplido. Pues veo que hay una dualidad en el universo de los seres superiores e inferiores, de Derecha e Izquierda, Amor y Justicia, Israel y los paganos. Israel emplea las santas coronas superiores; los paganos emplean las no santas de abajo. Israel extrae la sustancia de su vida de la Derecha, las naciones paganas de la Izquierda. Y así, los profetas superiores se hallan separados de los profetas inferiores, los profetas de la santidad de los profetas del mal. R. Judá dijo: Así como Moisés superó a todos los profetas en Israel en cuanto a la santa profecía superior, así Balaam superó a todos los otros profetas y adivinos paganos en cuanto a la inferior, no santa profecía. En todo caso, Moisés estaba arriba, Balaam abajo, y había numerosas etapas entre ellos. R. Iojanan dijo en nombre de R. Yitzjak: Moisés estaba ansioso en su mente con respecto a los israelitas por temor a que pudiesen sucumbir bajo sus cargas, como está dicho: “El miró sus cargas” (Shemót, Éxodo 2:11). Por eso “Se le apareció el ángel del Eterno en una llama de fuego ... Y él miró y vio que la zarza ardía... y la zarza no se consumía”, para mostrar que aunque sus vidas estaban amargadas con la dura servidumbre, sin embargo, como la zarza, ellos no se consumirían. Bienaventurados son los israelitas porque el Santo, Bendito Sea, los separó de todas las naciones y los llamó “hijos”, como está dicho: “Hijos sois vosotros para el Eterno vuestro El Eterno” (Devarím, Deuteronomio 14:1). |
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